"Euskadi es ya 'paraíso fiscal' para el gestor de fondos de capital riesgo
"Lo afirmó este lunes Ximo Puig en el Debate de Política General de las Cortes Valencianas: “Madrid es una aspiradora que genera desigualdades en España”.
Una afirmación sobre la que ofreció algunos datos para denunciar que la
“capitalidad” de Madrid “absorbe recursos, población, funcionarios
estatales y redes de influencia”. Las manifestaciones del president
valenciano se sustentan en las conclusiones del informe
Madrid, capitalidad, economía del conocimiento y competencia fiscal
que ha elaborado el prestigioso Laboratorio de Análisis de Política Públicas del Instituto Valenciano de Investigaciones Económica, IVIE. Investigación dirigida por Francisco Pérez y Ernest Reig.
El documento analiza la trayectoria de la Comunidad de Madrid,
considerando la influencia en su dinámica económica de su condición de
capital de España. Y abarca diferentes líneas de trabajo, desde su papel
como núcleo de las comunicaciones terrestres, aéreas y por ferrocarril (gracias al diseño radial en España), los efectos de la concentración de instituciones públicas y grandes empresas, su capacidad para atraer profesionales cualificados de autonomías vecinas, su fortaleza para avanzar en la economía del conocimiento y su papel, de facto, como “paraíso fiscal”.
Ximo Puig, durante el debate, avanzó algunas de estas conclusiones. Entre estas, que el 29% de los trabajadores públicos estatales se concentran en Madrid. Para la capital, esto representa un plus de hasta 95.000 empleados públicos más de lo que le corresponde, según relató el president. Añadió, y esta es su mayor queja, que Madrid “puede permitirse dejar de ingresar 4.100 millones anuales con rebajas fiscales fruto de su dopaje por el efecto capitalidad”.
Mercado de trabajo
El informe es mucho más amplio, y ofrece innumerables datos que
corroboran estas afirmaciones. En primer lugar, subraya que Madrid
concentra un 14,2 % de la población española, equivalente a 6.685.471
habitantes. “En la actualidad la región concentra casi una quinta
parte de la renta nacional, ascendiendo a 231.000 millones de euros el
valor de la renta regional. hasta convertirse en la región con mayor nivel de renta por habitante, algo más de 35.000 euros, muy por encima del promedio nacional (36 %) y también de la media europea (16 %)”.
La Comunidad de Madrid también destaca en el mercado de trabajo
español por sus menores tasas de desempleo, mayor crecimiento del número
de ocupados (ha duplicado el número de personas empleadas entre 1980 y
2019) y, muy especialmente, “por la mayor proporción de ocupados con
estudios universitarios”. “El resultado de todo ello es que el
porcentaje de población que tiene estudios universitarios es
notablemente superior en Madrid que la media española (40,9 % frente a 30,8 %), concentra un 19,2 % del Producto Interior Bruto en el 1,6 % del territorio nacional”, añade.
El fuerte dinamismo demográfico, económico y social que caracteriza
la Comunidad de Madrid ha permitido a la región configurarse como motor
del crecimiento del conjunto del país, puerta de entrada de relevantes
conexiones con el exterior en muchos ámbitos —económicos, tecnológicos y
en general de nuevos conocimientos—, y como un mercado de alto poder
adquisitivo en continua expansión.
Así, el trabajo del IVIE
subraya que “el enorme poder de atracción de Madrid se deriva, en buena
medida, de las economías de especialización y de aglomeración que
disfruta
. Esas ventajas de la capital han tenido consecuencias sobre otras
regiones españolas, de dos maneras: influyendo en el proceso de pérdida de población de los territorios del centro de España, y contribuyendo a drenar capital humano de la mayoría de regiones,
al convertirse en un polo de atracción por las oportunidades derivadas
de la concentración en Madrid de un 21 % de las ocupaciones cualificadas
de España”.
Las dos implicaciones más directas de esa especialización son la mayor demanda de personal cualificado y una productividad superior a la media española.
Ambas circunstancias permiten a Madrid generar puestos de trabajo con
niveles de remuneración más elevados, en especial en actividades
dedicadas a la “información y comunicaciones”, las “actividades
profesionales, científicas y técnicas” y “actividades financieras”.
Concentración empresas
Uno de los aspectos más relevantes del documento es el que señala que el 44,5 % de las 1.000 mayores empresas españolas tienen su sede en la Comunidad de Madrid
y representan el 56 % de los ingresos de este grupo situado a la cabeza
de las empresas españolas. “La Comunidad de Madrid atrae inversiones
fundamentalmente privadas y sobresale por concentrar, sobre todo,
dotaciones de activos tecnológicamente avanzados necesarios para las
actividades intensivas en conocimiento”. En la actualidad, buena parte
de esos activos se basan en las TIC. En cuanto a sus dotaciones de
infraestructuras, “su mayor fortaleza se deriva de ser el centro de una
potente red de transportes por carretera y ferrocarril radial, y por su
conectividad aérea, nacional y sobre todo internacional”.
La Comunidad de Madrid no tiene un papel destacado en los índices de
apertura comercial externa —liderados por Cataluña—, como consecuencia
principalmente de poseer un tejido productivo fuertemente terciarizado.
En cambio, “la región destaca como polo de atracción de capital
extranjero, un rasgo que se ve potenciado por las ventajas de
localización de la Comunidad de Madrid, el carácter radial de las
comunicaciones”.
En este sentido, el elevado grado de concentración en esta región de
las sedes sociales de grandes empresas y de los poderes públicos e
instituciones del Sector Público Estatal, contribuye a atraer inversión
extranjera. “Hasta 45 de cada 100 empleados de Madrid desempeñan
ocupaciones altamente cualificadas”, se apunta.
Ese mayor peso es especialmente relevante en el caso de los subgrupos
que adoptan decisiones y aportan conocimiento especializado, “tanto en
el ámbito público como privado”. Es el caso del poder legislativo y ejecutivo, los directores generales y presidentes ejecutivos, los profesionales del derecho y, sobre todo, los profesionales de la organización y la comercialización y técnicos de las tecnologías de la información.
Destaca asimismo por el nivel de formación de sus empresarios y
directivos, y muchos empleados públicos. Los trabajadores de la región
cuentan con perspectivas mucho mejores que los de otras regiones para
interactuar a través de las redes profesionales, tanto públicas como
privadas, y ascender profesionalmente a lo largo de las mismas. la
atracción de población de otras regiones españolas (sobre todo de
Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía) ha sido intensa,
reflejando un importante saldo positivo desde 2011.
En ese contexto, la Comunidad de Madrid se caracteriza por la notable
capacidad de atracción de capital humano. Su fuerza en ese sentido se
deriva de la confluencia de tres factores: una amplia oferta educativa,
en especial de educación superior; una especialización en actividades
intensivas en conocimiento, y la consiguiente abundancia de ocupaciones
de alto nivel de cualificación y de centros de decisión privados y
públicos; y unas buenas comunicaciones nacionales e internacionales, que
la hacen atractiva para la movilidad, que es apreciada por los
trabajadores más cualificados, tanto para sus actividades laborales como
de ocio.
Empleados públicos
Se dispone de información sobre dónde trabajan unos 514.000 de estos empleados, de los cuales el 29 % se localiza en Madrid. Son unos 150.000 empleados que, con sus familias, representan unas 400 mil personas,
que podrían alcanzar el medio millón si la proporción de los que
trabajan en Madrid se aplica a los que no se conoce en qué territorios
desempeñan sus ocupaciones. “Eso significa que el porcentaje de
empleados públicos en la capital dobla el peso de la población de Madrid
en España, lo que representa un plus de unos 75.000-95.000 empleados
públicos para la capital que, con sus familias, suponen unas
200.000-250.000 personas más”, señala el informe.
Inversión sector público
El Sector Público Estatal adjudica en los últimos años una media
anual de 7.700 millones de euros y casi siempre lo hace desde unidades
que se concentran en la capital. El resultado de esa localización sesga
territorialmente las adjudicaciones, como se desprende de los contratos
recogidos por la Plataforma de Contratos del Sector Público (PCSP). Del
conjunto de las 109.422 licitaciones del Sector Público Estatal
analizadas en este informe, un 72 % corresponde a órganos de
contratación ubicados en la Comunidad de Madrid y solo un 28 % a
órganos localizados en otros lugares. Este porcentaje se eleva al 87 %
en términos de importe adjudicado, lo que refleja que los grandes
contratos se gestionan desde Madrid, aunque se ejecuten en otras
regiones.
Red de comunicaciones
La red de alta velocidad sigue teniendo una estructura radial con
centro en Madrid, en detrimento de otras conexiones con más tráfico, que
siguen postergadas, como el Corredor Mediterráneo. Y el
aeropuerto de Madrid ha recibido cuantiosas inversiones (el 34 % de la
inversión aeroportuaria española en este siglo). “Gracias a esas
decisiones públicas, Madrid desempeña con mayor facilidad que otras
áreas metropolitanas 13 españolas sus funciones, operando en la
actualidad como la más potente área funcional a escala nacional e
internacional de España”.
Fiscalidad
Madrid destaca como la que más ha utilizado su capacidad normativa
para introducir numerosos beneficios fiscales en los principales
impuestos sobre los que tiene competencias. “Destacan las modificaciones
introducidas en los tributos cedidos, principalmente en el IRPF, el
Impuesto sobre el Patrimonio y el Impuesto sobre Sucesiones y
Donaciones” apunta el informe.
Si se cuantifican los gastos fiscales que representan esas rebajas, “Madrid deja de ingresar más de 4.100 millones de euros anuales, unos 636 euros menos por madrileño”.
Más de la mitad de esos beneficios fiscales se concentran en el
Impuesto de Sucesiones y Donaciones (2.663 millones de euros). También
son muy importantes las minoraciones de ingresos en el Impuesto sobre el
Patrimonio (996 millones) y el IRPF (504 millones).
La reducción de la recaudación que se ha producido debido a esas
rebajas equivale, siendo todo lo demás constante, al 20 % de los
ingresos de la Comunidad de Madrid, o lo que es lo mismo, sin esas
rebajas los ingresos tributarios hubieran aumentado un 25 %. Con esta
recaudación adicional Madrid podría situarse nítidamente por encima de
la media de ingresos por habitante, abandonando la última posición que
ocupaba en 2017.
Pero la investigación señala que las ventajas de la capitalidad
propicia la aglomeración de centros de decisión públicos y privados en
Madrid, reforzando la concentración de rentas y patrimonios que más se
benefician de las políticas adoptadas. Realidad que permite a esta
autonomía realizar rebajas fiscales que otras no pueden.
La segunda es que las rebajas fiscales de la Comunidad de Madrid
tienen consecuencias sobre el resto de comunidades con las que compite
fiscalmente, pese a ser la capital: las bases imponibles que Madrid atrae reducen los ingresos de aquellas.
Y como se trata mayoritariamente de contribuyentes con bases elevadas,
esa salida limita las aportaciones de quienes pueden contribuir a la
progresividad en las comunidades de origen.
El informe concluye finalmente con una crítica al apoyo público. “Lo que
resulta cuestionable de este apoyo público son dos cosas: la primera,
que refuerza la tendencia a la divergencia entre Madrid y buena parte de
las regiones españolas, en lugar de actuar para compensar el proceso de
polarización que se observa entre regiones ricas y pobres en las
últimas décadas; y la segunda, que sesga la actuación de las autoridades
centrales a favor de las empresas localizadas en un territorio que
cuenta con un nivel de renta por habitante muy por encima de la media,
al celebrar muchos más contratos públicos con ellas en lugar de mostrar
la neutralidad territorial que sería exigible con todo el tejido
empresarial”.
El efecto externo negativo sobre otras comunidades de la competencia
fiscal de Madrid refuerza la tendencia a la divergencia de la renta
regional y justificaría limitar dicha competencia, sobre todo porque
se apoya en un aprovechamiento de ventajas derivadas de una
interpretación del papel de la capitalidad que no es territorialmente
neutral. “Dado que Madrid goza de esas ventajas, debería renunciar a
una estrategia fiscal en la que, apoyándose en las mismas, perjudica a
otras comunidades”, según los expertos." (Salvador Enguix, La Vanguardia, 22/09/20)
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