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27/12/23

«Catalana Occidente» deja de ser «Catalana»... El nacionalismo ha convertido el nombre de 'catalán' en un lastre ... los costes simbólicos del procés

 "Nos explican que si la consolidación, que si las marcas, que si…

El resultado es que Catalana Occidente desaparece. Ahora será «Occident», así a la inglesa o francesa. Porque lo catalán ya no vende, como pasaba desde mediados del siglo XIX hasta los años 80 del XX, que ésser català era un orgull admirat arreu d’Espanya, timbre de currantes, decentes, cumplidores, austeros, realistas y esforzados. Ahora «catalán» significa otra cosa, muy parecida a egoísta, violento, soberbio, victimista, llorón, vago y subvencionado. I a Catalana Occident ho saben, así que se han desecho del adjetivo «catalana».

Una altra empresa catalana que deixa de ser-ho de nom, i aviat segurament de propietat.

Es el fruto pestífero y venenoso del nacionalismo, que ha roto nuestros vínculos, dividido nuestras amistades y familias, erosionado nuestra economía y dinamitado nuestra reputación.

Dolça i descatalanitzada (pel nacionalisme) Catalunya…"               (Dolça Catalunya, 27/12/23)

28/11/23

El acoso al Gobierno y al PSOE presenta un enorme parecido con el 'procés'... ambas secuencias se parecen como gotas de agua: “botiflers” / “traidores”... “piolines” / “hijo de puta”... Se pretendió la sublevación de los Mossos / se llama al Ejército a igual idiotez... Se asaltaban las sedes del PSC / se asedian las del PSOE... Se machacaba a la “premsa espanyola, manipuladora” / se ataca y persigue a periodistas que retratan los brazos en alto... Déu meu. Dios mío

  "El conato de acoso y derribo al Gobierno legítimo de este otoño de 2023 guarda intenso parecido —en dosis concentrada— con lo que apunta como su inverso, la tentativa de revertir ilegalmente el orden constitucional por el procés independentista catalán (el golpe triangular: leyes de desconexión / referéndum / declaración unilateral de independencia). Hay esas diferencias de grado, claro. Y otras: la duración. Mientras el procés se desarrolló entre 2012 y 2017, con prórroga al menos hasta 2019, el intento de abortar la investidura de Pedro Sánchez y derribar al Gobierno lleva menos tiempo. En su fase callejera más intensa, desde el pasado 3 de noviembre.

Otra es su gravedad contra el orden público. El procés fue pacífico de 2012 a 2017; poco antes y durante el referéndum ilegal hubo conatos violentos. Mariano Rajoy dice que todo se encauzó entonces, con la aplicación del 155; olvida que lo peor vino después, y solo amainó de verdad con los indultos de 2021. En octubre de 2019, los desórdenes fueron gravísimos (asedio al aeropuerto, altercados en la plaza de Urquinaona con 102 heridos...). Ahora, el cerco a la sede del PSOE en la calle de Ferraz, lleva casi tres semanas, con 76 detenidos y 45 policías heridos.

La tercera diferencia es la masividad de las movilizaciones. En su fase pacífica, el procés reunió hasta un millón de asistentes; el proceso inverso logró el sábado su récord, 170.000.

Por lo demás, ambas secuencias se parecen como gotas de agua. Su desarrollo va en círculos políticos y mediáticos concéntricos, espacios parcialmente solapados y en parte repartidos. En Cataluña: Govern-ANC-Òmnium-Tsunami-CDR. En Madrid, PP-Vox-Falange-comunidades con gobiernos de la gran derecha-altos cuerpos del Estado. Unos teorizan, otros propagan, los demás esparcen y la tropa de base sirve de carne de cañón.

El Parlament se insubordinó, y ahora grupos de jueces se rebelan a la puerta de sus juzgados... ¿Sabrán que serán objeto de recusaciones? Se buscó deslegitimar al Estado democrático (“opresor”) y ahora se acusa a una de sus instituciones de “acabar con el Estado de derecho”. Se emplean insultos de igual jaez: “botiflers” / “traidores”; “piolines” / “hijo de puta”, ese piropo de Isabel Díaz Ayuso a Sánchez. Economistas cosmopolitas brindaron por la secesión; escribidores e intelectuales exliberales juntan sus diatribas con las de la ultraderecha. Se pretendió la sublevación de los Mossos; se llama al Ejército a igual idiotez. Se asaltaban las sedes del PSC; se asedian las del PSOE. Se machacaba a la “premsa espanyola, manipuladora”, se ataca y persigue a periodistas que retratan los brazos en alto. Déu meu. Dios mío."                  (Xavier Vidal-Folch , El País, 20/11/23)

14/11/23

La contrapartida de los indepes a la generosidad de la democracia española es concreta: la vuelta del hijo pródigo a la casa que nunca debieron abandonar. El compromiso de atenerse al marco constitucional y estatutario... El compromiso de no unilateralidad adoptado con esas figuras literarias menos rotundas, o rodeos semánticos, equivale a renunciar a actuaciones contrarias a más de la mitad de los catalanes y contra la cuasiunanimidad de los ciudadanos españoles. Eso, en la práctica política... Y ¿por qué han renunciado a la unilateralidad? Sobre todo, porque la batalla épica por la secesión desembocó en fracaso. Porque la democracia española ha demostrado, primero, más potencia y más fuerza jurídica que quienes la socavaron, y, después, más generosidad, con los indultos y ahora con la amnistía. Y el fiasco adquirió forma de desplome inaudito de un conjunto de creencias y mitos... La unilateralidad es inviable, en fin (incluso aunque alguien la intentase), porque la inmensa mayoría del pueblo catalán ha quedado vacunado de la misma y el resto está a punto. Ha pasado pantalla de aquella pesadilla inútil y fracasada (X. Vidal-Folch)

 "La contrapartida de los indepes a la generosidad de la democracia española es concreta: la vuelta del hijo pródigo a la casa que nunca debieron abandonar. El compromiso de atenerse al marco constitucional y estatutario. Este viaje se concreta en varias actuaciones reseñables, algunas inéditas, otras a medias. Con mayor concreción, en el pacto PSOE-Esquerra; con más incómoda retórica, incluso irritante, en el acuerdo PSOE-Junts.

Son las siguientes. Votar la investidura de un presidente y un Gobierno español, abstracción hecha de su orientación. Comprometerse a la estabilidad de la legislatura, acuerdos presupuestarios incluidos, siempre sujeta al cumplimiento “paralelo” de los objetivos conseguidos. Situar como prioridad política cuestiones económicas y los programas autonómicos de infraestructuras, desarrollo económico y bienestar. Y, al cabo, propiciar y votar una ley de amnistía que debe inscribirse y adscribirse —a la espera del texto completo— al marco constitucional, y que consagra explícitamente su origen en la Ley Fundamental. Todo eso constituye un retorno, en los hechos, a la senda común. Esa es la parte del trayecto recorrida por los dos grandes partidos secesionistas: más densa, centrada en el futuro y madrugadora por Esquerra, más lenta y de ribetes épico-historicistas de rala traducción por parte de Junts. Es, en lo esencial, el reverso de la unilateralidad.

Pero hay diferencias. Esquerra ató objetivos concretos, inmediatos y tangibles como la cesión de competencias ferroviarias de Cercanías, la quita o reducción de una parte de la deuda autonómica y ecualizar la inversión pública en Cataluña a su peso en el PIB español. Junts ha conseguido que se discutan en el futuro, a lo largo de la legislatura (no se aprueba ahora) ideas como su propuesta de concierto económico fiscal a la vasca, recogiéndose ya en el papel el desacuerdo de los socialistas, y ha logrado añadir que el mecanismo de verificación de los acuerdos entre los partidos sea internacional.

 

Muchos recelan de que la amnistía se convierta en palanca de un referéndum de secesión, pero ni lo prefiguran los textos ni debe ser así. El documento firmado por Esquerra es el más viable: se ciñe a que el “modo” en que “los acuerdos a los que se pueda llegar” puedan “ser refrendados por el pueblo catalán”: o sea, puede incluir una reforma del Estatut, que en su caso pasaría por el cedazo del Congreso. Y el referéndum “pactado” que predican sus líderes no sería obviamente “unilateral”, sino acordado.

Otra cosa es que cupiese en la Constitución, y que de caber, conviniese, y que de convenir, pudiese acotarse solo a una parte en vez de a toda la ciudadanía española. Pero incluso Junts ha firmado que propondrá uno “amparado en el artículo 92 de la Constitución”. Tanto más importante: “PSOE y Junts apuestan por la negociación y los acuerdos como método de resolución de conflictos”. Es decir, excluyen, en lenguaje plano pero evidente, los hechos consumados, los actos ilegales, las conductas unilaterales. Y se comprometen a “responder a las demandas mayoritarias del Parlament”, siempre de acuerdo al Estatut, que “tiene rango de ley orgánica”, española, por supuesto.

El compromiso de no unilateralidad adoptado con esas figuras literarias menos rotundas, o rodeos semánticos, equivale a renunciar a actuaciones contrarias a más de la mitad de los catalanes y contra la cuasiunanimidad de los ciudadanos españoles. Eso, en la práctica política. Y en la práctica justiciable, en un país exento de delitos de opinión que no llamen a acciones violentas o anticonstitucionales: España no persigue sueños, sino delitos. Pero su mejor garantía es que desde el otoño levantisco de 2017 escasean (en parte o del todo) los hechos de esa condición que busquen la ruptura del ordenamiento y sean directamente patrocinados por los grupos de Junts y Esquerra. De cualidad distinta son los graves desórdenes públicos de 2019, un asunto de orden público, no de orden constitucional; o los estúpidos desaires protocolarios a la Jefatura del Estado, que actúan más bien como bumerán contra quien los realiza.

 Y ¿por qué han renunciado a la unilateralidad? Sobre todo, porque la batalla épica por la secesión desembocó en fracaso. Porque la democracia española ha demostrado, primero, más potencia y más fuerza jurídica que quienes la socavaron, y, después, más generosidad, con los indultos y ahora con la amnistía. Y el fiasco adquirió forma de desplome inaudito de un conjunto de creencias y mitos; de revés económico; de desprestigio comunitario; de tensiones en la convivencia cotidiana. Fue tan monumental que el grueso de sus seguidores desanduvo su recorrido incluso antes que sus dirigentes. Primero, desaparecieron completamente de escena los lazos amarillos; luego, se evaporó un amplio núcleo del voto indepe. Y porque algunos de sus protagonistas han sufrido escisión tras escisión, una fragmentación continua y una creciente desafección electoral, con riesgo de caer en la irrelevancia.

La unilateralidad es inviable, en fin (incluso aunque alguien la intentase), porque la inmensa mayoría del pueblo catalán ha quedado vacunado de la misma y el resto está a punto. Ha pasado pantalla de aquella pesadilla inútil y fracasada. Otra cosa es que esta reversión sea completa y algunos no renuncien retóricamente a la independencia por la brava (elogio del referéndum ilegal del 1-O incluido), ni al supuesto e inexistente derecho a la secesión en una democracia española plena y efectiva. Pero no se otea alrededor de las plazas y calles de Cataluña ninguna semilla, abono o lluvia que pudiese arraigar esa causa abandonada."              (Xavier Vidal-Folch , El País, 09/11/23)

19/10/23

Tras recuperar la legalidad del Estatut mediante la aplicación del 155, ya se otea en el horizonte la amnistía para el Vivales y otros fugados. O sea, ya hemos conseguido lo que tenemos desde el año 1977: “Llibertat, amnistia i Estatut d’Autonomia”... no estaría de más que el Vivales saludara con un tarradelliano "Ja sóc aquí” a la mujer y a las niñas al llegar a casa. Y que el viaje de retorno se produjera -como la huida- escondido en el asiento de atrás de un coche, si bien en esta ocasión de un Citroën CX, coche del año, con Pablo Abraira sonando en la radio (Albert Soler)

 "Al final resultó cierto que, dependiendo del resultado del 23-J. nos podíamos despertar en 1977. Tras recuperar la legalidad del Estatut mediante la aplicación del 155, los indultos otorgaron la libertad a los líderes lacistas, y ya se otea en el horizonte la amnistía para el Vivales y otros fugados. O sea, ya hemos conseguido lo que tenemos desde el año 1977: “Llibertat, amnistia i Estatut d’Autonomia”.

-' I parlar català al Congrés, escolti'. (...)

Puesto que tras mucho avanzar hemos conseguido llegar a 1977, no estaría de más que el Vivales saludara con un tarradelliano "Ja sóc aquí” a la mujer y a las niñas al llegar a casa. Y que el viaje de retorno se produjera -como la huida- escondido en el asiento de atrás de un coche, si bien en esta ocasión de un Citroën CX, coche del año, con Pablo Abraira sonando en la radio. Para todo lo demás, libertad, amnistía, y estatuto de autonomía, que eso es todo lo que hemos logrado.

-'I parlar català al Congrés, escolti'."             (Albert Soler, El Periódico, 18/08/23)

29/8/23

Si amnistiamos a los responsables del ‘procés’, con más razón hemos de amnistiar al resto de delincuentes catalanes... que nos amnistíe a todos, empezando por anular la multa por exceso de velocidad que me llegó hace unos días... Ni Laura Borràs ni yo, ni tampoco mi vecina del entresuelo, la que se quedó con las joyas de la anciana que cuidaba, vamos a consentir que se perdone a los mayores delincuentes y no a nosotros, simples aprendices... O amnistía general, o nuevas elecciones (Albert Soler)

 "Esta vez, JuntsxPerdón o como se llamen hoy llevan toda la razón, la amnistía también debería alcanzar a Laura Borràs. De hecho, la amnistía tendría que alcanzar a todos los catalanes con todos sus delitos, debería ser un nuevo café para todos, esta vez café para malhechores. Si vamos a perdonar a quienes malversaron, violaron la Constitución y el Estatut y destrozaron la convivencia en Catalunya, bien podemos pasar por alto que la Borràs beneficiara a un amiguete desde la dirección de un chiringuito catalán, las amigas están para eso. La buena mujer solamente puso en peligro unos dineros de todos los catalanes, mientras que el Vivales y compañía nos pusieron en peligro a todos. 

Si amnistiamos a los responsables del ‘procés’, con más razón hemos de amnistiar al resto de delincuentes catalanes, incluidos violadores, cacos, proxenetas, acosadores, estafadores e infractores de tráfico, entre los cuales me cuento. Si Pedro Sánchez quiere solucionar lo que él llama “conflicto catalán” por no llamarle “me faltan unos cuantos votos”, que nos amnistíe a todos, empezando por anular la multa por exceso de velocidad que me llegó hace unos días. (...)

Ni Laura Borràs ni yo, ni tampoco mi vecina del entresuelo, la que se quedó con las joyas de la anciana que cuidaba, vamos a consentir que se perdone a los mayores delincuentes y no a nosotros, simples aprendices. O jugamos todos o rompemos la baraja. Es el momento de que Pedro Sánchez demuestre su amplitud de miras, aunque sea a cambio de unos votos. O amnistía general, o nuevas elecciones. Hay que ser tolerantes, aunque sea a costa de convertir el país en una gigantesca casa de tolerancia."                (Albert Soler, El Periódico, 22/08/23)

17/1/23

En último término, esa sigue siendo la pregunta pendiente: ¿qué demonios fue el 1 de octubre? Nadie sabe responder con precisión. Por ahora, Llarena ha pasado de considerarlo rebelión a solo desobediencia

 "Esta frase del nuevo auto del juez instructor Pablo Llarena puede tener unas severas consecuencias penales y políticas que podrían alterar la estrategia del Gobierno en relación con el conflicto político catalán: “Acordar por esta resolución la busca y captura e ingreso en prisión, como presuntos autores de sendos delitos de desobediencia y malversación de caudales públicos del artículo 432 del Código Penal”. Al expresident Carles Puigdemont y a los exconsellers Toni Comín y Lluís Puig no se les acusaría por el tipo de desórdenes públicos agravados, como era esperable tras la derogación de la sedición, sino que podrían ser encarcelados por malversación. 

La reacción del eurodiputado Puigdemont, voluntarista y noqueado, fue grabar un vídeo donde denunciaba tanto la justicia española como la estrategia política de desjudicialización impulsada por el Gobierno y Esquerra Republicana. El disgusto era evidente y es lógico. Si su apuesta por politizar el conflicto en las instancias europeas fracasa, la nueva acusación por malversación, tal y como ha sido redactado ahora el delito, podría acercar su extradición.

El giro que introduce el auto de Llarena puede interpretarse como la defensa numantina de la respuesta al procés que construyó la cúpula del poder judicial. Porque fue esa cúpula, tras quedar desarbolado el poder ejecutivo, la que lideró esa respuesta e implícitamente actuó como abanderada de la defensa de la nación amenazada.

 La trama de relaciones que mantenían los arquitectos de la respuesta penal al procés nadie la ha contado mejor que la periodista Lola García en el capítulo de El muro protagonizado por Manuel Marchena. Allí se desvela, por ejemplo, que la influencia del presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo fue determinante para que el Ministro de Justicia Rafael Catalá designase a su amigo José Manuel Maza como Fiscal General del Estado. Y Maza, pocos días antes de morir, fue quien presentó la querella por rebelión, sedición y malversación contra el Govern de la Generalitat y la Mesa del Parlament. No estará de más recordar cómo se tituló el archivo donde se escribió la nota de prensa para informar de la querella: Más dura será la caída. Ni estará de más recordar tampoco que el descarte del delito de rebelión fue el argumento jurídico usado por la Audiencia territorial de Schleswig-Holstein para negar la extradición de Puigdemont por ese delito cuando fue detenido en Alemania y que había solicitado Llarena. Un Llarena, por cierto, que recibió una denuncia por haber dado un presunto trato de favor a la hija de Marchena para que accediera a una plaza de juez.

El capítulo central de las trayectorias como juristas de Maza, Marchena y Llarena ha sido y seguramente será la construcción de la respuesta penal al procés, jaleada desde las instancias mediáticas que exigían la respuesta más severa contra los políticos catalanes. Era el tiempo de los elogios al “Llarena solitario”. Entre 2017 y 2019 esa élite judicial jugó un papel esencial en la crisis catalana: uno redactó la querella, el otro fue el juez instructor y el otro el sentenciador. Para ellos su implicación en el caso ha tenido tanto consecuencias personales como profesionales.

 No es extraño, por tanto, que pretendan blindar la respuesta que construyeron y que se materializó en la sentencia de octubre de 2019. Ya durante el juicio, explica García en El muro, la posición de Marchena empezó a virar cuando empezó a plantearse la posibilidad de acometer un cambio en el Código Penal que modificase el delito de sedición. “Después de la sentencia y de las reacciones que esta suscita, sus posiciones se van endureciendo”. Fue evidente ya en el informe del Tribunal Supremo sobre los indultos. Ante las medidas que el poder ejecutivo adoptaba para normalizar la situación política en Cataluña, Marchena hacía una interpretación a partir de la coyuntura política: el Gobierno se autoindultaba porque Esquerra lo sostenía en el Congreso.

Ahora, tras la entrada en vigor del nuevo Código Penal, el Gobierno aún ha arriesgado más en su apuesta desjudicializadora: la derogación de la sedición y el nuevo redactado del delito de malversación actúan, de facto, como un desmontaje de la sentencia del procés, ahora desde el poder legislativo. Para impedir que eso ocurra, para impedir que se deshaga el nudo judicial y con ello la culminación de su carrera, Llarena ha partido de los puntos ciegos de la sentencia y se ha aprovechado del redactado de la nueva ley sobre la malversación para redactar su auto. 
 
Podría invalidar así la estrategia del Gobierno y desmontar la vía de Esquerra al condicionar la situación procesal no solo de Puigdemont, sino también de decenas de cargos que esperan ser juzgados por su participación en el referéndum del 1 de octubre. Porque, en último término, esa sigue siendo la pregunta pendiente: ¿qué demonios fue el 1 de octubre? Nadie sabe responder con precisión. Por ahora, Llarena ha pasado de considerarlo rebelión a solo desobediencia."                     (Jordi Amat, El País, 13/01/23)

13/1/23

e-notícies: El año del fin del proceso... El independentismo logra la reforma de la sedición y de la malversación pero ni la autodeterminación ni la amnistía

 "El independentismo acaba el 2022 sin conseguir dos de los principales objetivos que se había marcado el Govern de la Generalitat, como son el referéndum de autodeterminación y la amnistía. El gobierno español ya ha dejado claro por activa y por pasiva que no accederá a ninguna de estas dos peticiones.

A cambio, sí que ha obtenido dos victorias parciales, como son la modificación de los delitos de sedición y malversación. Sin embargo, esto en la práctica sólo beneficia a unos pocos dirigentes de ERC ya que el resto de encausados independentistas mantienen sus procesos judiciales abiertos.

También supone una renuncia, ya que los pactos entre ERC y el Estado constatan que los republicanos acatan el marco judicial español y desisten de cualquier intento de saltarse la Constitución. Este hecho ha sido remarcado con insistencia desde el gobierno central.

La última mala noticia para el independentismo es el cierre de la mesa de diálogo por parte del presidente español, que cree que seguir con la misma no tiene sentido ya que con las reformas de los delitos de sedición y malversación el diálogo "ya ha dado sus frutos".

Sin embargo, desde el Ejecutivo catalán se insiste en un referéndum que el presidente catalán, Pere Aragonès, considera "una cuestión de voluntad política" y se resisten a dar por cerrada la citada mesa. Pese a esto, Pedro Sánchez sentenció días atrás que "el proceso se ha terminado".  
         (e-notícies, 30/12/22)

17/1/22

David Armitage: "la secesión por regla general lleva a la guerra civil"

 "El entonces consejero de Exteriores, Raül Romeva, colgó un tuit delante de la estatua de Lincoln en Wahsginton el 15 de Septiembre del 2016 con este mensaje: “La mejor manera de predecir el futuro es crearlo”.

En pleno auge del proceso se entendió todo, Romeva se inspiraba así en el presidente más famoso de Estados Unidos. El que liberó a los negros del esclavismo.

Además, el viaje era secreto. A pesar de que era también el titular de Transparencia, Romeva mantenía su agenda secreta para no dar pistas a las embajadas españoles en el extranjero.

Pero siempre me sorprendió que se inspirara en el presidente de los Estados Unidos que declaró una guera civil para impedir precisamente el derecho a decidir de los estados del Sur.

 No sólo eso, el profesor de Historia del Pensamiento Político e Historia Mundial en la Universidad de Harvard, David Armitage (1965), pone de manifiesto también que Abraham Lincoln defendió tres cosas a la vez: “la unidad de la nación, la inviolabilidad de la Constitución y la ilegitimidad de la secesión unilateral.”

Y también advierte que “la secesión —intento de crear un Estado nuevo— lleva por tanto a la guerra civil; esto es, a un conflicto armado en el seno de un Estado establecido.”

“Desde la Revolución Holandesa de los años ochenta del siglo XVI hasta la Revolución Norteamericana, y desde los Estados Unidos de 1861 hasta la Yugoslavia de 1991, la secesión condujo por regla general a la guerra civil.”, insiste.

“Una de las pocas regularidades observables en la historia mundial a partir de 1776 es que cualquier Estado que haya declarado su independencia se opondrá a los intentos de cualquier sector de su población o de su territorio a declararse a su vez independiente”, añade.

Armitage ha sintetizado en su “Civil Wars. A history in ideas” (2017) -hay traducción en castellano de Alianza Editorial: “Las guerras civiles. Una historia en ideas”- todo el pensamiento occidental sobre las guerras civiles.

¿Quién inventó las guerras civiles? Bueno, aparentemente los romanos, pero antes los griegos porque la Guerra del Peloponeso -tan bien explicada por Tucídides- ya es de hecho una guerra civil

Y antes Caín ya mató a su hermano Abel. o Rómulo a Remo. Es decir, las guerras civiles son tan antiguas como la guerra a pesar de que los estados, y los expertos, se ha resistito a admitirlo.

Como dice el autor: “Una guerra civil era una lucha entre enemigos íntimos, en realidad, entre quines jamás debieron haberse considerado enemigos”.

Hay que agradecer, en todo caso, a David Armitage que haya sistematizado el la historia de las ideas sobre las guerras civiles como Hannah Arendt lo hizo Sobre la revolución y Clausewitz lo hiciea sobre la guerra.

No en vano la historia está llena de conflictos civiles: la Guerra Civil anglesa (1642-1649), que en realidad fueron tres; la Nord-americana (1861-1865), la Rusa (1918-1922), la Española (1936-1939) o la Libanesa (1975-1990)."                   (Xavier Rius, e-notícies, 16/01/22)

19/11/21

La posible independencia de Cataluña ha bajado hasta el número 33 de la lista de peocupaciones de los españoles... Aparte de enviar a los colegios a los activistas de la Plataforma per la Llengua para que vigilen en qué idioma hablan los críos en el patio, poco más pueden hacer nuestros gobernantes indepes para hacerse la ilusión de que van a alguna parte

 "Según la última encuesta del CIS, las tres cosas que más preocupan a los españoles son el paro, la crisis económica y la sanidad. La posible independencia de Cataluña ha bajado hasta el número 33 de la lista, lo que quiere decir que la mayoría de nuestros compatriotas ya no la consideran factible (bueno, nunca lo fue, pero parece que hubo quien se asustó ante la perspectiva y que ahora ya está mucho más tranquilo). 

Que un asunto ocupe el número 33 en la lista de principales preocupaciones de un colectivo significa que ese asunto ha dejado de tener importancia para dicho colectivo, y eso es algo que debería hacer pensar un poco a nuestros políticos soberanistas, a los que más les valdría derrotarse de una vez, dejar de dar la tabarra y ponerse a trabajar por el bien de su comunidad. En vez de eso, optan por gesticular. Y gesticulan porque no pueden hacer otra cosa si no quieren acabar mal: la charlotada de octubre de 2017 resultó, en ese sentido, tremendamente didáctica, pues demostró cómo acaban los desafíos al estado cuando no hay ni el poderío ni el quorum necesarios para ganarlos.

 Gesticulan ERC y JxCat y gesticula hasta la CUP, pero es como si se hubieran puesto todos de acuerdo para hacer como que el prusés sigue vivo y que la independencia, aunque no lo parezca, cada día está más cerca. El frente exterior completa la farsa inventándose el Consejo por la República y un parlamento de chichinabo que no sirven absolutamente para nada. 

Aparte de enviar a los colegios a los activistas de la Plataforma per la Llengua para que vigilen en qué idioma hablan los críos en el patio, poco más pueden hacer nuestros gobernantes indepes para hacerse la ilusión de que van a alguna parte.

 En semejante tesitura, Aragonès tiene el cuajo de rechazar el apoyo del PSC para la aprobación de los presupuestos, aduciendo que republicanos y socialistas no comparten el mismo modelo de país. Como si en el mundo real hubiese más de uno. Por eso el gobiernillo sigue humillándose ante la CUP para que le apruebe unos presupuestos que Illa le aprobaría en diez minutos. ¿De verdad no son conscientes nuestros gobernantes de que están viviendo en una burbuja de irrealidad? Yo diría que, por lo menos, el conseller Giró sí. 

Ahora sobreactúa de lazi, se considera un hombre de izquierdas y se muestra servil con las chicas de la CUP, pero --según ha descubierto el líder local del PP, Alejandro Fernández--, cuando trabajaba para la Caixa le faltó tiempo para solicitar que se agilizara el proceso de fuga de sedes ante el sindiós independentista: parece que el corazón y la cartera no los tiene en el mismo sitio (como tantos otros patriotas de boquilla que por aquí abundan).

 Lo de que ho tornarem a fer ya no se lo cree ni Jordi Cuixart. Tiene razón Clara Ponsatí cuando dice que no se exilió para que Netflix doblara algunas de sus series al catalán, pero debería entender que lo suyo ya no tiene remedio. Nuestros actuales gobernantes regionales no quieren ni partir al extranjero escondidos en el maletero de un coche ni acabar en el trullo. Para optar a la independencia, la celda y el maletero son, como se ha demostrado, el precio a pagar. Por consiguiente, lo único que se puede hacer sin correr peligro es quejarse mucho, pillar unos subtítulos en Netflix aunque sea pagando (¡Será por dinero! ¡Para eso está el contribuyente!), intentar amargarles la vida a los castellanohablantes (sin mucho éxito hasta el momento), abrir nuevas “embajadas” y, básicamente, hacerse la víctima, algo que dominan nuestros indepes, que dominan la conducta pasivo-agresiva.

Reconocer que la independencia no va a llegar en breve (ni, probablemente, jamás) sería una notable muestra de madurez por parte de nuestros gobernantes, pero, de momento, prefieren seguir engañando a sus votantes, quienes, a su vez, prefieren que se les mienta a que se les diga la verdad. Unos y otros recuerdan aquel viejo chiste de Woody Allen sobre el tipo cuyo hermano se creía una gallina. Alguien le aconsejaba: “¿Y por qué no lo lleváis al psiquiatra para que le quite esa chaladura de la cabeza?”. Y él respondía: “Nos encantaría, pero es que necesitamos los huevos que pone”.           (Ramón de España, Crónica Global, 18/11/21)

6/10/21

La justicia española, el hazmerreír de Europa. La jueza deja en libertad a Puigdemont, Comín y Ponsatí... Puigdemont se carga el espacio judicial europeo Jueces belgas, alemanes e italianos pasan de la justicia española...

 "La jueza ha suspendido el proceso de extradición ha dejado en libertad el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en libertad y no ha tomado ningún tipo de medidas contra los ex consejeros Toni Comín y Clara Ponsatí, que la han acompañado hasta Italia a pesar de que sobre ellos también pesa una orden de extradición.

De este modo se constata el enésimo fracaso del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, en su intento de llevar a Puigdemont y al resto de dirigentes fugados de vuelta hacia España. Además, la jueza italiana no ha permitido a Vox participar en la vista.

El Tribunal de Apelación de Sassari estudiaba hoy la petición de extradición después de que el 23 de septiembre la policía italiana detuviera al ex presidente catalán en el Alguer.

La defensa del líder de Junts ya confiaba en que la justicia italiana archive el caso, pero Llarena insistía en reclamar su entrega a las autoridades italianas. Bélgica tiene paralizado el procedimiento de extradición de Puigdemont a la espera de lo que digan los tribunales de la Unión Europea sobre la cuestión."          (e-notícies, 04/10/21)


"Puigdemont se carga el espacio judicial europeo. Jueces belgas, alemanes e italianos pasan de la justicia española.

 El Tribunal de Apelación de Sassari, en Cerdeña, ha decidido suspender el proceso de extradición del ex presidente Carles Puigdemont a la espera de que los tribunales europeos tomen una decisión relativa a la inmunidad y a las cuestiones prejudiciales. Esta no es la primera decisión favorable para Puigdemont, que se encuentra en rebeldía por la justicia española i está acusado de un delito de sedición y malversación de caudales públicos por el proceso del 2017. Anteriormente, la Justicia belga y alemana ya se había pronunciado a su favor.

Puigdemont logró su primera victoria judicial el 6 de noviembre de 2017 tras fijar su residencia en Waterloo (Bélgica). Él, junto con Comín, Ponsatí, Puig y Meritxell Serret; se entregaron en una comisaría para evitar la imagen de una detención, y en apenas doce horas el juez los dejó en libertad con obligación de no abandonar Bélgica mientras las distintas instancias judiciales estudiaban la euroorden que, finalmente, fue retirada por el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, el 5 de diciembre de ese año, para evitar que Bélgica rechazara su entregar.

Posteriormente, Puigdemont fue detenido en Alemania el 25 de marzo de 2018 debido a una euroorden acabada de formalizar durante la estancia del ex presidente en Finlandia. Pasó doce días en la cárcel, pero quedó en libertad provisional con una fianza de 75.000 euros y, de entrada, el juez descartó extraditarlo por rebelión. El 12 de julio de 2018, el Tribunal Superior de Schleswig-Holstein se pronunció definitivamente sobre el caso dictando que la extradición solo se podría producir para juzgar al ex presidente de la Generalitat por malversación.

Esta decisión molestó al magistrado del Supremo instructor de la causa del proceso, que ese mismo mes recordó que el sistema de la euroorden de detención se basa en la "confianza recíproca entre los Estados miembros" y, tras retirar las órdenes de detención, lamentó la "falta de compromiso del Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein con unos hechos que podrían haber roto el orden constitucional español".

A raíz de su detención en Italia el pasado 23 de septiembre, Puigdemont presentó la petición de medidas cautelares ante la Justicia europea para recuperar su inmunidad. A finales de julio la Justicia europea desestimó las medidas cautelares pedidas por Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín contra el levantamiento de inmunidad votado en el Parlamento Europeo al tiempo que dio por suspendidas las euroórdenes mientras se resuelven las cuestiones prejudiciales presentadas por el Tribunal Supremo ante la Justicia europea a raíz del rechazo de la extradición del ex consejero Lluís Puig por parte de la justicia belga.

En efecto, la Fiscalía de Bruselas informó en agosto de 2020 de que el juzgado de primera instancia de la capital belga había denegado la euroorden que pedía la extradición de Lluís Puig. El juez consideró entonces que el Tribunal Supremo, que fue el encargado de emitir la euroorden, no era competente para hacerlo. Con el caso cerrado de Puig, la justicia belga debe decidir aún tiene pendentie de resolver los casos de Puigdemont y de Comín."               (e-notícies, 04/10/21)

8/6/21

Que el independentismo más radicalizado esté en contra de los indultos debería dar que pensar a los que se rasgan las vestiduras ante la posibilidad de que se concedan

 "(...) no es difícil de imaginar cuánto daño, dolor y confusión nos habríamos ahorrado de haberse enfrentado el Gobierno de entonces a la “desconexión” legal del Parlament de Cataluña los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Pero puesto que eso ya no tiene remedio, de nada sirve darle más vueltas.

 Que la cárcel ha sido percibida como un exceso por una parte mayoritaria de la ciudadanía catalana, no necesariamente independentista, es un hecho al que se podrá contraponer su contrario: que la opinión pública mayoritaria en España piensa que se lo ganaron a pulso y que se lo tienen bien merecido. Tampoco por ahí, en la ignorancia recíproca de dos comunidades, o en el contraste de modos de entender el mismo problema, se avanzará mucho. 

La cuestión de en qué circunstancias los indultos serían convenientes o aceptables, a tenor por lo expresado no solamente por el expresidente González, sino por el mismísimo Tribunal Supremo, se puede responder así: declarando los condenados algo parecido al compromiso de no reincidir en los delitos por los que fueron condenados, y contribuyendo con su influencia política a que sus compañeros de causa no vuelvan a caer en el mismo error.

 Pero eso no sucederá, es evidente. Los condenados han asumido un sacrificio personal y saben que el único sentido vital y hasta moral que ese sacrificio tiene para ellos pasa por dotarlo de valor político. Por eso necesitan sentirse maltratados por un Estado “represor” y “vengativo”. Si no fuese así, deberían reconocer —y en público— que se equivocaron. Y eso es pedirles demasiado. Así debe entenderse el “ho tornarem a fer” de Cuixart, o el estridente “que se metan el indulto donde les quepa” de Junqueras. 

 Es evidente que ante semejantes actitudes o declaraciones, el perdón se hace muy cuesta arriba. La gran baza independentista, nadie lo ignora, es el deus ex machina de Estrasburgo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La pregunta es —si las circunstancias, como es previsible, no cambian—: ¿y si ese tribunal fallara a favor de los condenados y declarara abusiva o no fundamentada la condena? ¿Tan seguro se puede estar de que eso no sucederá? Que el independentismo confíe mucho —o bastante, o totalmente— en esa salida es totalmente lógico. 

Pero que los poderes del Estado la descarten de plano o la ignoren resulta un poco inquietante. El indulto desactivaría en buena medida este riesgo. Porque si ese Tribunal fallase a favor de los condenados… ¿a qué iríamos a la Plaza de Colón? ¿A sacar pecho? ¿A gemir? Esa pregunta también debe hacerse, porque, para gemidos, los que sufrimos en Cataluña son ya más que suficientes.

 Todo eso el independentismo lo ha pensado, y por eso el sector ultra del puigdemontismo y la ANC —la señora Paluzie, siempre tan transparente, lo dijo sin tapujos— están en contra de los indultos, a los que otras voces en teoría más consistentes, como Joan Ridao, han llegado a calificar incluso de “placebo”, es decir: de falso remedio.

 Y ello porque la única medicina que consideran apropiada para su mal es la amnistía. Que el independentismo más radicalizado esté en contra de los indultos, ignorando incluso la posición humanitaria o posibilista del presidente Aragonès, debería dar que pensar a los que se rasgan las vestiduras ante la posibilidad de que se concedan. La coincidencia con el adversario, o con aquello que se detesta, es siempre un detalle que se debe tener en cuenta. 

Pero hay todavía otra pregunta que debe poder hacerse. Los que rechazan de plano los indultos —y que también, por cierto, rechazaban de plano una reforma del Código Penal ad hoc—, ¿tienen alguna propuesta alternativa para la situación que se ha generado en Cataluña con el dichoso procés? La única que parece imaginable es que el asunto los aburre soberanamente y lo dan por imposible, y no les inquieta que la cosa se pudra. 

Muy bien. No podrá decirse que no se los entiende, aunque ojo al pequeño detalle: esa, o muy parecida, fue la política de Rajoy, y adónde nos llevó ya lo sabemos. Los que apuestan por la indiferencia o la impavidez política no pueden ignorar que cuando un miembro en un cuerpo inicia un proceso de putrefacción, el cuerpo entero se expone a lo peor, y entonces hay que amputar. No hace falta decir aquí qué es el cuerpo y qué es la extremidad periférica que podría llegar a pudrirse, o simplemente adentrarse por un camino de desafección cada vez más profunda, cada vez más mayoritaria, y naturalmente irreversible. Ese camino está lejos de ser inimaginable.

También es cierto que los indultos pueden servir de bien poca cosa, aunque descoloquen considerablemente el martirologio indepe. Y también lo es que Sánchez puede pagarlos muy caros en términos políticos y electorales. En ese caso, y suponiendo que Casado —es una mera suposición— llegase a la presidencia del Gobierno más pronto que tarde como consecuencia de esta fenomenal decisión, puede fantasearse con una situación parecida a esto: en privado, y en voz baja, el presidente entrante le dice al saliente: “Gracias por haberte comido tú ese marrón”. Y el ya expresidente podría responderle entonces: “Me hundí, es verdad, pero alguien tenía que hacerlo”. (...)"            

(Josep Maria Fradera es catedrático de Historia en la Universidad Pompeu Fabra y Jordi Ibáñez Fanés es escritor y profesor de Filosofía en la misma universidad. El País, 03/06/21)

31/5/21

¿Los indultos, sí o no? Una desobediencia de “cartón piedra” como las pancartas del President Torra han terminado con su inhabilitación, asumida por el independentismo. Y que una de sus crisis ha venido motivada por la negativa a desobedecer de nuevo... o sea, después de hacer el ridículo, conviene darles cuerda a los independentistas... y si se ahorcan de nuevo, pues risas

J.Coscu @jcoscu

 1/11 Es legítimo estar en contra de los indultos. No lo es hacer juicios de intenciones sobre quienes los defienden. A alguien como @gascondaniel y a @el_pais se le puede exigir que eleve el nivel del debate. El poder se perdona a sí mismo https://elpais.com/opinion/2021-05-29/el-poder-se-perdona-a-si-mismo.html?ssm=TW_CC via @el_pais

2/11 Ni los contrarios a los indultos son insensibles, desalmados y vengativos ni los partidarios de la medida de gracia unos oportunistas aferrados al poder o ingenuos. No estamos ante un dilema moral, sino ante una encrucijada política ¿que hacer para salir del empantanamiento?

3/11 Algunas personas, opuestas desde el primer día a las actuaciones antidemocráticas del procés, que pisotearon derechos de la ciudadanía de Catalunya, pensamos que la política debe buscar una salida a un conflicto que la incapacidad de la política ha provocado y agravado.

4/11 Pensamos que la concesión de los indultos puede ser una medida útil, necesaria aunque quizás no suficiente. Si hay otra alternativa se puede discutir. No hacer nada y mantenerse en el empantamiento y sus consecuencias no me parece una alternativa. Ya sabemos a donde conduce

5/11 No se me ocurriría diluir las responsabilidades de lo que ha pasado en los últimos años en un “todos somos responsables” pero es un poco maniqueo defender que las “culpas” estan solo de un lado. En ningún conflicto es así y no reconocerlo agrava el conflicto.

6/11 Nunca he creído que el proceso ante el TS pueda ser considerado una venganza por razones ideológicas, pero las condenas aplicadas, de intensidad parecida al delito de homicidio, recuerdan aquello de “Summun ius, summa injuria” Derecho aplicado en extremo, extrema injusticia.

7/11 Insinuar que los indultos comportan inpunidad supone obviar que las personas encarceladas llevan tres años y medio en la cárcel. Y decir que al concederlos se transmite la idea de que en Catalunya no impera la Ley supone olvidar deliberadamente muchas cosas.

8/11 Por ejemplo que una desobediencia de “cartón piedra” como las pancartas del President Torra han terminado con su inhabilitación, asumida por el independentismo. Y que una de sus crisis ha venido motivada por la negativa a desobedecer de nuevo.

9/11 Generalizar el “ho tornarem a fer” a todas las personas presas no respeta ni la verdad ni la realidad. Y sobre todo ignora que hay quien dice que lo volverá a hacer, pero los actos políticos del independentismo los últimos meses lo desmienten. Defienden un referéndum pactado

10/11 Es legítimo estar a favor o en contra. Cosa a parte es la actitud de la derecha política y mediática. No lo es plantear los indultos como la perversión política para aferrarse al poder. Ni una cuestión moral. Dejemos el arrepentimiento para el momento íntimo de la confesión

11/11 Y lo que sinceramente creo que es exigible es un cierto nivel ético y político en el debate. A otros artívulistas o medios no se me ocurre pedírselo, seria perder el tiempo y eso sí seria ingenuidad. A @gascondaniel y @el_pais si creo se les puede suggerir y pedir. 

8:08 p. m. · 29 may. 2021
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7/5/21

Vox, hijo del 'procés'... el éxito electoral del partido de Abascal no llegaría hasta finales de 2018, en las elecciones andaluzas. Y eso cronológicamente ocurre tras el otoño del procés. Esa crisis secesionista lo cambió todo en España... la ultraderecha es hija del procés

 "Al independentismo le gusta mucho estos días regocijarse en la crispada campaña madrileña y en la amenaza que supone Vox, partido al que se presenta como la encarnación del fascismo español o del franquismo sociológico que pervive en las estructuras del Estado, desde el Ministerio del Interior hasta la prensa conservadora, pasando por la judicatura y, claro está, la monarquía. Es lo que escribió Toni Soler en el diario Ara el pasado domingo (...)
 
Según el profesor de la Universidad de Kent Carles Ferreira en un estudio sobre la ideología de Vox, publicado en la Revista Española de Ciencia Política (núm. 51, 2019), sus elementos definitorios son: nacionalismo, nativismo, autoritarismo y defensa de los valores tradicionales. Su agenda socioeconómica es neoliberal, por lo que el discurso populista es solo un factor complementario y siempre subordinado a la retórica nacionalista (por ejemplo, supresión de las autonomías) (...)
 
Por tanto, estamos ante una formación de derecha radical, que combina nacionalismo y xenofobia, que apela a la soberanía nacional frente a la federalización europea, con una concepción autoritaria de la sociedad que descansa en valores tradicionales (antifeminismo), y cuyo modelo económico es neoliberal, lo cual la aleja del populismo antiglobalización que practican formaciones homólogas en Europa. Es cierto que cataloga como “enemigos de España” tanto a las izquierdas como a los separatistas, (...)
 
Curiosamente, en el Parlamento Europeo, Vox no se sienta junto a Le Pen y Salvini, sino en el grupo de los Conservadores y Reformistas, donde están los ultracatólicos polacos de Ley y Justicia, al lado también del partido que en Bélgica apoya a Carles Puigdemont, los flamencos nacionalistas de N-VA. (...)
 
 Los sorprendentes resultados de la formación ultraderechista en Andalucía se explican como reacción nacionalista a la tensión vivida un año antes en Cataluña, cuyo desafío cuanto menos retórico seguía en pie con la presidencia vicaria de Quim Torra, con Puigdemont fugado de la justicia y Oriol Junqueras en la cárcel acusado de rebelión. Y no olvidemos que pocos meses después Vox iba a ejercer de acusación popular en el juicio del procés.
 
Es cierto que no solo es un partido nacionalista, y que otros elementos de su ideología como la xenofobia pesan cada vez más, como estamos viendo en la campaña de Madrid, pero el despegue en votos se produjo principalmente en esa clave, como consecuencia del descrédito del Gobierno Rajoy por blando e incompetente frente a los independentistas.
 
 En definitiva, la ultraderecha es hija del procés, de la tensión secesionista que se activó a partir de 2012 con el pacto entre CiU y ERC para investir a Artur Mas a cambio de 
una consulta soberanista. Aunque en las europeas de 2014 Vidal-Quadras se quedó cerca de obtener representación, a Vox le cuesta arrancar. Si bien en 2015 y 2016 la tensión en Cataluña iba in crescendo, fue ignorada mayormente por la opinión pública española, que estaba en otros temas.
 
 También porque el Gobierno del PP se esforzó por trasladar el mensaje de que el desafío no iría a ninguna parte y que en ningún caso habría referéndum. Pero 2017, lo cambió todo. Y tras la moción de censura que desalojó a Rajoy en mayo de 2018 y hundió electoralmente al PP, Vox se lanzó a recoger el voto del hombre cabreado, de la derecha españolista que ya antes había explotado con el procés."                (   Joaquim Coll, Crónica Global, 28/04/21)

2/6/20

Salvador Oliva, escritor y traductor: "Los dos millones de independentistas han sido engañados... "Catalunya va hacia el desastre total"



"El catedrático de filología catalana, escritor y traductor, Salvador Oliva, ha afirmado que "los dos millones de independentistas han sido engañados" y ha culpado de esto a "la prensa, la televisión y el poder".


Oliva ha manifestado que tras la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno español "fue un error tremendo no intervenir TV3" y ha advertido que "Catalunya va hacia el desastre total". “Vox nació gracia al proceso”, ha sentenciado.

"Cuando Mas eligió a Puigdemont me pellizqué. No podía ser" ha manifestado el catedrático, y considera que "a los políticos independentistas sólo les interesa el poder, no les interesa ni la la lengua ni la cultura".


A su juicio, "culturalmente el país está muerto" y ha recordado que "hace tiempo asistí a un ensayo donde todos los actores estaban entusiasmados con Pilar Rahola". Además ha afirmado que "me echaron de la UOC por Laura Borràs". "Shakespare hubiera tenido un filón con el proceso", ha concluido.


Oliva, que escribe cada jueves en El Quadern del diario El País, es traductor -especializado en los sonetos de Shakespeare- y autor de más de una docena de obras entre ensayo y poesía como "La rehumanización del arte" (2015) y la novela en verso "Fugitius" (1994)."           (e-notícies, 31/05/20)

24/2/20

“¡No nos harán ni caso, Santi!”, el relato de Santi Vila del ‘procés’

"A nadie interesaba ya recordar que 2017 había empezado con la operación diálogo con Catalunya, y que el propio presidente Rajoy comisionó a su mejor alfil en el enrevesado tablero, justamente a Soraya Sáenz de Santamaría, para tomar el pulso de la indignación en Catalunya y procurar resolver con diálogo la crisis institucional en marcha. Hablando se entiende la gente, reiteró hasta la saciedad Rajoy, imbatible en su papel de bonachón y máximo exponente de la cordura propia del hombre sencillo y sensato, que evita tanto como puede meterse en líos. 

En las antípodas de la cerrazón y el inmovilismo con que se había afrontado durante los cuatro años anteriores el problema catalán, 2017 iba a ser el año del desembarco del Gobierno español en Catalunya. Como ironizó la prensa catalana, Soraya iba a dejar su cepillo de dientes en la sede de la Subdelegación del Gobierno en Catalunya, en la calle Mallorca, y tanto ella como los demás ministros se emplearían a fondo en dialogar y dialogar, que no negociar, como se vería más tarde. (...)

Yo mismo mantuve por aquellos meses una fluida relación con Íñigo Méndez de Vigo, por aquel entonces ministro de Cultura y portavoz del gobierno; con Rafael Catalá, ministro de Justicia, con quien había forjado una buena relación amical desde sus tiempos como secretario de Estado en el Ministerio de Fomento, a las órdenes de Ana Pastor, y con la propia Soraya Sáenz de Santamaría, en Barcelona y en el palacio de la Moncloa, donde almorcé el 6 de marzo de 2017, discretamente, pero con inequívoco carácter oficial y con la total autorización —y escepticismo— del president Puigdemont, de Artur Mas y Marta Pascal, en aquel momento máximos referentes políticos en mi partido. Recuerdo que aquella noche del 6 de marzo, cuando a la salida del AVE llamé a Puigdemont y Mas para despacharles el encuentro, ambos coincidieron en el pronóstico: ¡Buen trabajo Santi, pero no nos harán ni caso!

 A pesar de todo, en primavera, en los círculos más ilustrados y elitistas de Barcelona, se respiraba un cierto aire de euforia, de tranquilidad, se percibía que por fin se habían empezado a tender puentes. Por unas semanas, dio la impresión de que el desastre finalmente podría ser evitado. De este modo me lo hizo notar su majestad el Rey cuando, el 20 de abril del 2017, acudí en nombre del Govern de Catalunya a la distinción de Eduardo Mendoza con el premio Cervantes.  (...)

Los miembros más integristas del independentismo se rasgaron las vestiduras con mi asistencia a aquel acto. A pesar de mi presencia como conseller, el propio delegado del Govern en Madrid, Ferran Mascarell, excusó su asistencia. El rey Felipe VI, en cambio, me trasladó personalmente su agradecimiento y felicitación por la valentía del gesto y me rogó que así se la trasladara a Puigdemont. “Veo que no está todo perdido, Santi”, suspiró empáticamente su majestad, a quien yo conocía de mis tiempos como vicepresidente de la Fundación Dalí, en Figueres. “En eso trabajaremos hasta el último minuto”, le respondí abrumado, pero consciente de la trascendencia del momento.

(...) en los círculos políticos y empresariales de Barcelona las iniciativas para sacar propuestas de negociación y pacto estaban en plena ebullición. Una de estas propuestas, capitaneada por el honorable y buen amigo Joaquim Molins, por aquel entonces presidente del Liceu de Barcelona, empresario y exconseller de los gobiernos de Jordi Pujol, todo un prohombre de la Convergència de toda la vida, fue la que personalmente trasladé a la vicepresidenta en aquel almuerzo discreto.

 ¿Cuáles eran las dos premisas irrenunciables para cada uno de los bandos enfrentados? Como me explicó Molins en un afectuoso almuerzo en el restaurante Semon, de Barcelona, para el Gobierno de España, cualquier discusión que comprometiera el principio de la unidad de la soberanía nacional española era inadmisible. Para el Govern, en cambio, los ciudadanos de Catalunya debían poder votar su encaje institucional en el Estado. El desafío estaba claro: ¿cómo se puede facilitar una votación del pueblo catalán sobre su futuro sin romper el principio de soberanía nacional española? La propuesta de Joaquim Molins y de otros antiguos convergentes de “la vieja guardia” me sorprendió por simple y, al mismo tiempo, audaz. 

En su opinión, un equipo de políticos, académicos y técnicos constitucionalistas debían articular tres tipos de propuestas: un primer documento de ajuste constitucional, que blindara el reconocimiento de Catalunya como nación, la protección de su autonomía, lengua e identidades históricas, así como la ordenación de las cansinas y continuas colisiones competenciales. 

Un segundo plan de resolución de los agravios e incumplimientos cronificados en el tiempo, básicamente en cuestión de infraestructuras y financiación. En tercer y último lugar, el compromiso de convocar un referéndum en Catalunya para votar no sobre cuestiones vinculadas a la soberanía, sino sobre el grado de cumplimiento de los objetivos adoptados.

La votación, que había de llevarse a cabo a los cinco años de la suscripción del acuerdo por parte de los dos gobiernos, confirmaría si la crisis había quedado por fin superada o si, al contrario, la desafección era irreversible y ya solo se podía resolver con un referéndum de independencia. 

Como le dije con sorna a la vicepresidenta, si durante cinco años socialistas y populares no sois capaces de ganaros de nuevo el corazón y respeto de los catalanes… es que no tenéis arreglo, ¡merecéis que nos vayamos, sin duda! En el encuentro en la Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría escuchó prudentemente mi propuesta y se comprometió a darme una respuesta en pocas semanas. 

En efecto, la recibí de su propia boca, el día de Sant Jordi, en Barcelona, adonde acudió a presidir uno de los actos convocados por el Gremi d’Editors de Catalunya y la Cámara del Libro. “No
se dan las condiciones de confianza, Santi, pero hemos de seguir hablando”.

Aunque su respuesta no me pareció insensata, tuve la fatal impresión de que, como el propio Eduardo Mendoza escribiría en su pequeño ensayo Qué está pasando en Cataluña habíamos llegado a un punto en el que todo el mundo quería arreglar el problema catalán pero que ya nadie sabía cómo hacerlo."                    (La Vanguardia, 09/02/20)

13/1/20

'Toque' militar silenciado... clara advertencia dirigida a los Mossos d’Esquadra realizada por el inspector general del Ejército. De una manera sorprendente no tuvo eco político ni mediático... ni siquiera se utilizó dicha advertencia para realizar una exhibición de victimismo, lo que es muy raro...

"Tanto los dirigentes independentistas como los medios de comunicación catalanes, incluidos los afines al independentismo, decidieron hace días mirar hacia otro lado y tragarse en silencio una clara advertencia dirigida a los Mossos d’Esquadra realizada por el inspector general del Ejército, Fernando Aznar Ladrón de Guevara, durante la reciente celebración de la Pascua Militar en Barcelona.

Durante su intervención, este alto mando de las fuerzas armadas españolas instó a la policía catalana a mantener la "lealtad institucional, confianza mutua y eficaz colaboración hasta ahora demostradas". Y después se refirió a la "indisoluble unidad de la nación española", a la que están sujetos, dijo, todos los ciudadanos y poderes del Estado, "sean éstos de la administración central, autonómica o local".

De una manera sorprendente, esta clara advertencia a los Mossos no tuvo eco político ni mediático, un hecho que choca con el exagerado afán de protagonismo y el habitual punto de arrogancia de amplios sectores del independentismo catalán. Esta vez, ni siquiera se utilizó la advertencia de este mando militar para realizar una exhibición de victimismo, lo que es muy raro."                (e-notícies, 10/01/20)

8/1/20

Esperpento... Luxemburgo provoca situaciones insólitas. Estrategia de la confusión... los defensores deforman la sentencia. Sentencia sólo simbólica... Junqueras no está en prisión preventiva...


"Esperpento. Luxemburgo provoca situaciones insólitas.

La sentencia del Tribunal de Luxemburgo sobre Oriol Junqueras está provocando algunas situaciones políticas de carácter esperpéntico. Así, la Abogacía del Estado, presionada por el Gobierno del PSOE, está haciendo ahora esfuerzos para mejorar la situación de un presidiario -Junqueras-, porque es quien decidirá sobre si los socialistas pueden o no continuar en el futuro en el Gobierno del Estado.

Por otra parte, aunque la sentencia ha sido provocada por la situación de Junqueras, la decisión del tribunal de Luxemburgo casi no le afecta. Sin embargo, esta resolución que apenas mejora la situación del líder de ERC, que en el otoño de 2017 se quedó en España para asumir un juicio que le llevó 13 años a la cárcel, beneficia claramente a Puigdemont, que se fugó de la justicia para no afrontar eventuales penas de cárcel.

Por último, esta sentencia ha dado un considerable impulso a la reivindicación de Esquerra de que su líder salga de la cárcel. Sin embargo, las competencias sobre la cárcel donde Junqueras cumple condena, y sobre el sistema penitenciario de Catalunya, corresponden a la Generalitat. Y, más concretamente al Departamento de Justicia del Govern, cuyo titular es Ester Capella, dirigente de Esquerra. Es decir, que bastaría con permitir que su jefe político saliera de la cárcel de Lledoners."            (e-notícies, 20/12/19)            


 "(...) En cualquier caso han hecho una chapuza monumental nuestros puñeteros jueces y políticos españoles y europeos:
  • Jueces del Supremo plantearon la cuestión prejudicial al TJUE sobre el estatuto de Junqueras sin necesidad, pues ya había jurisprudencia en el sentido de que hay que aplicar la ley nacional. La sentencia del TJUE no se hubiera producido. Qué listillos.
  • Jueces del Supremo hubieran podido retirar la cuestión prejudicial al dictar sentencia firme. La sentencia del TJUE no se hubiera producido. Qué fenómenos.
  • Jueces del Supremo (sala 3ª Contencioso) y el Constitucional, contra la Junta Electoral Central, permitieron al Motxo y amigos presentarse a las elecciones europeas. El Motxo no tenía domicilio en España y no podía hacerlo. Qué fieras.
  • Legisladores españoles (los políticos) permiten que procesados por rebelión y fugados sean candidatos, y después se niegan a admitir que han sido elegidos. Qué coherentes.
  • Dicen que los jueces del TJUE han cambiado su jurisprudencia (se debe aplicar la ley nacional) y seguramente esto va a obligar a cambiar la leyes electorales de los Estados miembros. Qué superdotados.
  • Moncloa ha concedido a Junqueras, delincuente, la máxima interlocución para formar gobierno. Se entiende que los jueces de del TJUE no entiendan que a un condenado se le otorgue legitimidad para negociar una investidura de gobierno. Que visionarios.
Jueces españoles, gobierno español y jueces europeos. Todos son culpables (...)"    (Dolça Catalunya, 20/12/19)

"Estrategia de la confusión. Los defensores deforman la sentencia.

El escenario político y judicial de polémica, confusión y escándalo creado por la sentencia del tribunal de la Unión Europea de Luxemburgo sobre la situación de Oriol Junqueras, ha sido aprovechado por algunos de los abogados defensores de los dirigentes independentistas condenados por el juicio sobre los hechos del otoño de 2017 para aumentar la sensación de un cierto caos.

Y lo han hecho deformando la realidad jurídica de la sentencia e intentando de esta manera impulsar los sentimientos de agravio e indignación del independentismo catalán. En algunos casos incluso se han hecho declaraciones justificando la petición de que se anule todo el juicio, y la sentencia, sobre la situación que se produjo en Catalunya en 2017 y que culminó con una declaración de independencia.

Fuentes judiciales dicen que este planteamiento es absolutamente disparatado, y puede tener una base política, pero no jurídica. Añaden que en ningún caso esta sentencia del tribunal de Luxemburgo permite una interpretación que implique la anulación del juicio y de su sentencia, y hacer esa interpretación es una manipulación de los hechos reales."                    (e-notícies, 20/12/19)


"Sentencia sólo simbólica. Junqueras no está en prisión preventiva.

 El escándalo político y judicial que ha producido la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo es parcialmente artificial. Al margen de la polémica política, la realidad, según fuentes jurídicas, es que sus consecuencias estrictamente judiciales son casi simbólicas respecto a Oriol Junqueras, cuya situación judicial ha provocado el pronunciamiento de Luxemburgo.

El tribunal se refiere mediante su resolución a la negativa del Tribunal Supremo español a permitir que Junqueras tramitase la toma de posesión de su escaño de eurodiputado. Y afirma que, pese a todo, era un diputado electo. Por tanto, para mantenerlo en prisión provisional, la situación en la que se encontraba entonces, el Supremo tenía que haber solicitado el correspondiente suplicatorio al Parlamento Europeo.

Sin embargo, Junqueras está actualmente cumpliendo condena, según la sentencia dictada por el Supremo, y por tanto la prisión provisional a la que se refiere la resolución del tribunal de Luxemburgo es una fase ya superada procesalmente. Es decir, se trata de un reproche jurídico al Supremo, pero sus consecuencias prácticas sobre Junqueras son casi totalmente irrelevantes. A pesar del lío político que se está provocando."                 (e-notícies, 20/12/19)

31/12/19

La UE negó el acta de diputado europeo a Jean Marie Le Pen, bajo el mismo artículo que se la concede a Puigdemont... el TJUE respeta la legislación francesa... pero no la española


Un giro radical del TJUE respecto de su propia jurisprudencia

(...)  La sentencia del TJUE implica un giro radical en su jurisprudencia. Recordemos que en su Sentencia de 7 de julio de 2005 el TJUE negó la condición de eurodiputado a Jean-Marie Le Pen, estimando la vigencia de las legislaciones nacionales en lo relativo a los procesos electorales, según lo dispuesto en el Artículo 8 del Acta Electoral de 1976 de la UE: «Salvo lo dispuesto en la presente Acta, el procedimiento electoral se regirá, en cada Estado miembro, por las disposiciones nacionales».

 "La legislación aplicable a Junqueras para adquirir la condición de eurodiputado es la española

Se da la circunstancia de que dicha Acta no indica cómo se adquiere la condición de diputado, por lo que dicha disposición remite a las legislaciones nacionales. Como reconoce la propia sentencia, la legislación española que se aplica a la adquisición de la condición de eurodiputado es el Artículo 20 del Reglamento del Congreso de los Diputados, que dice lo siguiente en su punto 1:
«El Diputado proclamado electo adquirirá la condición plena de Diputado por el cumplimiento conjunto de los siguientes requisitos:
1º Presentar en la Secretaría General la credencial expedida por el correspondiente órgano de la Administración electoral.
2º Cumplimentar su declaración de actividades en los términos previstos en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
3º Prestar, en la primera sesión del Pleno a que asista la promesa o juramento de acatar la Constitución».
El Tribunal Supremo impidió la acreditación de Junqueras como diputado, de modo que no ha cumplido ninguno de estos requisitos. Así pues, conforme a la legislación española aplicable al caso y de acuerdo con la citada Acta Electoral de 1976 de la UE, Junqueras no debería ser reconocido legalmente como eurodiputado.  (...)

Obvia decir que esta sentencia del TJUE es inaplicable desde el momento en que Junqueras ha sido condenado por delitos graves en sentencia firme del Tribunal Supremo. Pero al margen de ello, esa sentencia del TJUE debería tener serias consecuencias políticas, porque la UE está tomando a España por el pito del sereno, ignorando las decisiones de nuestro sistema judicial, permitiendo la huida a procesados por delitos graves y ahora, además, dando amparo a un condenado por sedición para que también pueda fugarse a Bélgica.   (...)"                 (Contando estrelas, Vigo, 19/12/19)

e-notícies: Luxemburgo no anula nada. La sentencia ni siquiera lo insinúa...

"La tesis que está difundiendo el independentismo catalán sobre una eventual nulidad del juicio, y de la correspondiente sentencia, por el intento del otoño de 2017 de hacer efectiva la independencia de Catalunya, no tiene ninguna base real, según el contenido de la sentencia sobre la situación de Oriol Junqueras del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo.

Esta sentencia establece que el líder de Esquerra adquirió la inmunidad por su proclamación como eurodiputado desde que se hizo oficial el resultado de las elecciones europeas, que se celebraron el 26 de mayo de este año. Por tanto, esa inmunidad afecta a la instrucción sumarial de los supuestos delitos que, en el ejercicio de sus funciones, pudiera haber cometido Junqueras después de esa fecha.

Sin embargo, el procesamiento de Junqueras, y del conjunto de los dirigentes independentistas implicados en el sumario judicial sobre el proceso soberanista, fue dictado por el magistrado instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena el 22 de marzo de 2018. En este sentido, no hay ninguna posibilidad de nulidad, porque en esta fecha el líder de ERC no era eurodiputado, y por tanto no era inmune."              (e-notícies, 23/12/19)

30/12/19

El gran consumo gallego intensifica su boicot a los productos de Cataluña... por lo menos, hasta que no pasen por las aduanas gallegas... que también somos nación... de las pobres, pero nación

 "A Coruña, 14.00 horas. Un hombre le propina dos puñetazos a una frutera de la calle Marqués de Pontejos por vender peras de Lérida. El incidente se queda en una desafortunada anécdota, pero sirve para demostrar hasta qué punto el llamado conflicto catalán ha traspasado los límites de la política. Afecta a muchas empresas -en dos años se han producido 4.000 salidas netas de sociedades que decidieron dejar de tener sede en Cataluña- y está calando en el consumidor y trastocando sus hábitos de compra, también en Galicia.

 La sensibilidad del consumidor está a flor de piel. La pasada semana, en apenas 24 horas, casi 10.000 personas se volcaron en las redes sociales para pedir a Codorníu la retirada de una publicidad que incluía un supuesto guiño independentista. La marca de cava utilizó como eslogan Lo volveremos a hacer, el mismo lema que ha sido reivindicado tanto por los independentistas presos como en las manifestaciones de Barcelona. Y de poco le ha servido a la empresa salir a explicar que todo ha sido fruto de una mera coincidencia.

El cava es uno de los principales productos que Cataluña vende a Galicia, dentro de unas importaciones totales que rondan los 1.200 millones de euros. La comunidad gallega es uno de los 20 principales mercados de las empresas catalanas (nacionales e internacionales) y supone el 3 % del total de sus exportaciones interregionales, según el informe del centro de estudios C-Intereg 2019, elaborado con datos del 2016.

Estas cifras, a día de hoy, son ligeramente inferiores. Galicia no ha declarado el boicot a los productos catalanes, pero el consumo, que no vive de forma ajena a lo que ocurre en su entorno, hace que las ventas catalanas a Galicia se resientan. Lo dicen fuentes de una gran superficie de distribución, que constata una «apreciable bajada de la demanda de alimentos y bebidas que la gente identifica claramente con Cataluña, como cavas y cierto tipo de embutidos y frutas», explica un portavoz, sin querer entrar en más detalle.

 Los constatan también las empresas gallegas distribuidoras de esas referencias que trabajan con marcas catalanas. «Somos distribuidores de cava catalán, y lo cierto es que el consumo se ha retraído. Pero no solo el cava. Trabajábamos con una empresa que tenía una butifarra y una longaniza buenísima, pero cuando se empezó a poner el tema catalán más candente tuvimos que dejar de trabajar con ellos, porque no se vendía», afirma Ana Villar, responsable de la firma coruñesa Distribuciones Villar y AV Nadal, que constata cómo el rechazo a productos catalanes se intensifica.

Cestas anticatalanas

«Al hacer los lotes de Navidad, muchas empresas nos recalcan que no quieren ningún producto catalán. Desgraciadamente, la calle es muy sensible a estas cuestiones», añade.
La empresaria no oculta su malestar por el daño que este tipo de rechazos provocan a las pequeñas y medianas empresas catalanas. «Sus productos son muy buenos, y detrás hay muchos trabajadores afectados», afirma.

 Eloy García, gerente de la distribuidora de Lugo Cristogalicia ratifica la percepción de Cristina Villar. «Es un problema que se viene arrastrando desde hace un par de años. Yo no lo llamaría boicot, pero sí que hay una caída de la demanda, en la que también influye otro factor, y es que nuestros espumosos gallegos se están poniendo de moda», afirma el empresario. «No quiero decir que el rechazo al cava favorezca a los espumosos gallegos, sino que el producto gallego es tan bueno que está convenciendo al mercado», explica.
 
Carmen Soto, gerente de la distribuidora Disneria, es una convencida de los productos gallegos, y reconoce que ella misma es la que pone el veto a los alimentos y bebidas de Cataluña. «Ya no compro el cava catalán, y lo hago por convicción. Tenemos en Galicia unos espumosos muy buenos y me esfuerzo en promocionarlos entre mis clientes. Aunque me pidan Codorníu, no se lo sirvo», asegura.

Cava sin denominación para evitar el castigo del mercado 

La producción de cava para el mercado español descendió un 12,1 % durante el 2018 y la tendencia de bajada se ha mantenido a lo largo de este año. El pasado mes de julio, el Consejo Regulador del Cava reconoció su preocupación por estos resultados, que atribuyó a una importante caída en el consumo interno. Porque de los 244 millones de botellas producidas, 79 millones fueron destinadas al mercado interior, casi 10 millones menos de las previstas.

Hasta ahora, las bodegas catalanas han conseguido compensar la caída del mercado nacional aumentando sus exportaciones y dependiendo menos de las compras interregionales, Algo que ocurre también en el sector de los vinos. Pero el problema no parece ceder, sino empeorar y, ante esta situación, la estrategia de algunas bodegas está siendo el anonimato.

Fuentes del sector explican que los bodegueros reservan una parte de la producción de botellas ya listas y sin etiquetar para que después salgan a la venta como cava valenciano y extremeño.

Etiquetado en Valencia

Las imágenes volcadas en las redes sociales por el trabajador de una bodega catalana mostrando las jaulas repletas de botellas de cava con destino al mercado nacional han dado la vuelta al sector. Siempre según el trabajador, los envases salían con destino a Valencia para ser allí etiquetadas como propias y «engañar» a los consumidores para que piensen que no están comprando algo catalán.

Esta revelación ha generado estos días una fuerte polémica en Cataluña, porque no ha gustado a nadie. Mientras colectivos de consumidores aseguran sentirse engañados, los más catalanistas consideran que se trata de una estrategia cobarde de las bodegas del país, que deberían defender con convicción su etiqueta y el origen del producto."                  (M. Sío Dopeso, La Voz de Galicia)