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12/8/21

La triste realidad es que en el Barça no hay ni un duro y que el hombre de los pinreles de oro solo piensa en su cuenta corriente. Si les consuela convertir al tal Tebas en el doctor Fumanchú, allá ellos, igual que si intuyen una maldad de los españoles en general y de Florentino Pérez en particular. Leo, por su parte, se larga a donde le paguen más y, a ser posible, le suban el sueldo cada año. Y supongo que hace bien...

 "(...) Los hinchas del fútbol son de un sentimentalismo pueril realmente insufrible. La triste realidad es que en el Barça no hay ni un duro y que el hombre de los pinreles de oro solo piensa en su cuenta corriente. 

Si les consuela convertir al tal Tebas en el doctor Fumanchú, allá ellos, igual que si intuyen una maldad de los españoles en general y de Florentino Pérez en particular.

 Leo, por su parte, se larga a donde le paguen más y, a ser posible, le suban el sueldo cada año. Y supongo que hace bien: de no ser por su habilidad con el balón, dudo que hubiese encontrado trabajo en su vida."               (Ramón de España, Crónica Global, 07/08/21)

11/8/21

3/2/21

Messi tenía que aprender catalán por contrato. El club le pedía “realizar los máximos esfuerzos por integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma”

 "Una claúsula del contrato de Leo Messi impone al jugador aprender catalán, según revela El Mundo. Esta claúsula indica que el futbolista “debe realizar los máximos esfuerzos por integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma”.

En este sentido, se exige a Messi “comprometerse especialmente en el aprendizaje de la lengua catalana, vehículo fundamental para esta integración. Por su parte el FC Barcelona pondrá los medios necesarios para favorecer esta integración, formando al jugador en el conocimiento del catalán”.

Messi, de 33 años, no habla catalán a pesar de llevar más de dos décadas viviendo en Catalunya. Por otra parte, el futbolista pidió liberarse por contrato si Catalunya se independizaba."       
            (e-notícies, 02/02/21)

10/10/19

Vergüenza de ser culé...

"Soy culé. Hace años estaba bastante bien visto entre la progresía de media España. El Barça no sólo era “més que un club” en Catalunya, sino que representaba a menudo la alternativa al oficialismo del Real Madrid. Lo corroboró hace tiempo una encuesta de un periódico deportivo: a Barcelona, Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid se los asociaba con la izquierda; a Sevilla, Betis y Espanyol, con el centro izquierda, y a Real Madrid y Valencia, con la derecha. Es obvio que esta asociación primaria tenía poco que ver con el talante de los directivos, casi todos ellos (por dar alguna opción a la esperanza) calificables como impresentables y algunos directamente como chorizos.

Pero, como en otros campos, las cosas han evolucionado a mucho peor. La inflación mediática que ha producido el negocio televisivo ha elevado más que nunca el papel social de los futbolistas (y sus cuentas corrientes forman parte de los vencedores de la desigualdad global). Esto ha sido especialmente claro en el caso del FC Barcelona, porque el club ha vivido su etapa más exitosa en el terreno competitivo. Ha contado con estrellas rutilantes y algunas se han convertido en verdaderos iconos sociales, sin descartar que los éxitos deportivos hayan tenido alguna influencia a la hora de generar un clima de superioridad social que se ha transmitido a la cultura independentista.

Pero lo que generan muchos de estos iconos es una auténtica vergüenza. Sólo hay que ver las declaraciones, en tiempos diversos, de los dos máximos líderes catalanes que ha tenido el equipo en los últimos tiempos, Pep Guardiola y Xavi Hernández, ambos presentados siempre como personas sensatas, razonables, buena gente (hay más de uno que no dudaría en votar a Guardiola para presidente de la Generalitat), y ambos lanzando loas a Qatar, un país autocrático, con numerosas denuncias por cuestiones de derechos humanos, con una estructura laboral próxima a un sistema feudal, que niega no sólo la libertad sindical sino que somete a muchas empleadas al control de sus amos. Xavi (al que muchos desean como futuro entrenador), menos leído que Pep, ha ido más lejos en su loa y ha venido a decir que lo de la democracia es lo de menos, que el país está muy bien organizado y que él, como miembro de la élite, vive muy bien. Bueno, en esto ha sido menos sutil: lo de la “élite” lo añado yo, ya que él desconoce cómo vive el 90-95% de la gente que no forma parte de su estrecho entorno social; simplemente es tan miope que no ve más allá del gueto para ricos en el que reside.

Pero no es el único ni por desgracia el peor. Ronaldinho, embajador oficial del club, no duda en declarar su ferviente apoyo a Bolsonaro, a uno de los representantes más explícitos de la reacción mundial. Es más o menos la catadura moral de alguien que hace ochenta años se declarara admirador de Hitler. Como no soy socio me limito a criticar, pero debería ser una tarea de mínima higiene social quitarle a Ronaldinho la representación del FCB. Mientras no se haga la vergüenza caerá sobre todos los culés. Y por lo que se ve tampoco en esto contamos con el apoyo de la prensa deportiva, que en todos estos temas mira para otro lado. Y es que ya se sabe: no hay que mezclar deporte y política."            (El último mohicano, Mientras Tanto, 30/10/2019)

20/5/19

Messi empeazó el 'procés'... y lo acabó...





"El desencadenante del procés es Messi"

"(...)  P.- En el último lustro, ese supremacismo de lo catalán se ha descarnado y se ha quitado la máscara.

R.- Ha aprovechado su momento. Todo nacionalismo es insolidario, antidemocrático y quiere destruir el estado donde se cobija, aunque en determinado momento opte por una estrategia u otra. Yo no me ocupo del desencadenante, puede ser cualquiera. En este caso fue Messi.

P.- ¿El jugador del Barça?

R.- Está clarísimo el paralelismo entre los éxitos deportivos y el procés. Un equipo que llevaba 300 años perdiendo de repente empieza a ganar de forma apabullante con el mejor jugador que ha habido en el mundo, y eso llevó a una ficción colectiva. La gente que celebraba en las calles la Champions se creyó que la independencia era como ganar la Champions.

P.- ¿Los éxitos de la selección de fútbol han provocado lo mismo en España, un nuevo estallido del nacionalismo español?

R.- A diferencia de la interpretación xenófoba que los nacionalistas dieron a sus éxitos, España quiso utilizarlo, con escaso éxito, para la cohesión. Hay precedentes: en las Olimpiadas Pasqual Maragall pronunció aquella frase asombrosa de “las banderas españolas en el Camp Nou refundan España”. Siempre ha existido esa vinculación entre lo político y lo deportivo. Como decía Pablo Porta, el fútbol sólo es nacionalismo.  (...)"                       (Entrevista a Arcadi Espada, Iva Anguera de Sojo, El Independiente, 08/09/18)

16/1/19

'El Español abre las puertas a aquellas personas que si no fuera por el Español estarían robando o drogándose, y seguramente lo hacen igualmente, pero como mínimo no mientras duran los partidos del Español'

"Mire la fabulosa tertulia de Betevé que recogió ayer Txema Mercader en su tuiter:

“Dime una cosa buena del Español (…) hace una tarea integradora enorme (…) porque el Español acoge a toda aquella gente alienada, probablemente de familia desestructurada, que necesita canalizar su odio al Barça 

(…) El Español abre las puertas a aquellas personas que si no fuera por el Español estarían robando o drogándose, y seguramente lo hacen igualmente, pero como mínimo no mientras duran los partidos del Español 

(…) está cogiendo gente con una vida de mierda y los está convirtiendo en gente con una vida de mierda, sí, pero con una identidad, de mierda, sí, pero con una identidad”. (...)                (Dolça Catalunya, 10/01/19)



 
A aquesta merda li diuen “humor irreverent”



 
Radio pública. Reírte de una minoría sabiendo que conseguirás el aplauso de la masa, aunque no tenga ni puta gracia, es lo más indecente que puede hacer un humorista.

7/5/18

Andrés Trapiello: Viendo lo bien que ha sentado a la sociedad civil catalana el 155 —no, desde luego, al clientelismo independentista — muchos no comprenden que no se hubiera aplicado hace tres años. Nos habría evitado a todos los españoles estos lodos...

"(...) Usted sostiene que todo nacionalismo es “supremacista”.

El sentimiento de identidad y superioridad es la tierra donde arraiga el nacionalismo. Cuando uno reivindica su identidad frente a otro no suele ser “porque me siento peor o menos”, sino “porque me siento más y mejor”.

 Y esto en cualquier dirección: cuando observo el sentimiento de superioridad de muchos españoles respecto de los portugueses, al viajar a Elvas cada verano, siento por un lado vergüenza, y por otro ira. 

Y, a partir de ahí, todo es ya irracional, pues se llega a creer que los territorios hacen idénticos a sus habitantes y con derechos propios. Esa es la tierra de cultivo; y el odio o el desprecio, el abono con el que tratamos de crear un enemigo que justifique nuestro victimismo.

Acabamos de oír al presidente del Barcelona su enésima jeremiada, asegurando que cuando su hinchada pita el himno nacional español en un campo de fútbol es por los grandes agravios que se le hacen al “pueblo de Cataluña”. 

¿Qué agravios? ¿Y no habíamos quedado ya, después de la manifestación del 8 de octubre de 2017, que no había un solo pueblo de Cataluña? La realidad no les has servido de nada ni enseñado nada, siguen creyéndose diferentes y mejores: con “Más que un club” en realidad quieren decir “Más que ningún club”.

En un artículo reciente señaló que, tras el procés, en España “todos necesitaremos un diván”.

Unos, por una razón, y otros, por otra. Los separatistas, cuando admitan que han sido engañados al mismo tiempo que ellos trataban de engañar y engañarse. El millón y pico que ha votado por la separación es tan responsable como los que hoy están en la cárcel, aunque el grado de responsabilidades sea mayor en quienes han incitado al delito. Por eso, es tan importante que sientan, todos y cada uno de ellos, que votando en el referéndum han cometido un delito. 

Hasta que no lo admitan, no se habrá conseguido gran cosa. El que roba en una tienda probablemente cree que ha sido sólo una travesura, una diversión. El dueño de la tienda seguramente no pensará así —ni lo creerán las tres mil empresas que se han ido de Cataluña—.
Todos ellos necesitarán, pues, un diván, que les devuelva al principio de realidad que ha de regir nuestra vida.

 Y muchos de los constitucionalistas también, cuando escuchen a algunos políticos socialistas catalanes asegurando, por ejemplo, que hay que seguir con la política de inmersión lingüística en la escuela para “no dividir a los niños catalanes en razón de su lengua”, que fue exactamente lo que dijo Franco en 1939: todos han de aprender en castellano para no dividir. O al tratar de comprender la estrategia, o falta de ella, del gobierno de la nación, con el inactivo Rajoy a la cabeza.

También ha criticado la indolencia de parte de la sociedad ante el desafío secesionista.

Ante el narcisismo nacionalista, los gobernantes españoles, socialistas o populares, han reaccionado desde hace treinta años movidos por cálculos y estrategias de corto plazo. UPyD, que veía las cosas a largo plazo, pidió la aplicación del 155 al anunciarse el referéndum del 9 de noviembre, hace tres años. Lo hizo en solitario. 

Viendo lo bien que ha sentado a la sociedad civil catalana el 155 ahora —no, desde luego, al clientelismo independentista y a todos los que han estado beneficiándose de cargos, alcaldías, subvenciones y demás, que ven que se les puede acabar el 3%—, muchos no comprenden que no se hubiera aplicado el 155 entonces; nos habrían evitado a todos los españoles estos lodos.

Y, sí, la sociedad española en su conjunto ha obrado con la misma pusilanimidad que sus líderes políticos. Savater, que se presentó al senado por UPyD en las últimas elecciones, sacó menos votos en Madrid que el partido animalista. Con esto está dicho todo.

Hay un discurso que defiende que el conflicto catalán se nutre de dos nacionalismos de signo opuesto enfrentados entre sí. ¿Es esto cierto?

Por suerte, en España no tenemos una extrema derecha significativa. Quiero decir, como la que tienen en Alemania, en Francia o Italia —por no hablar de Austria, Holanda o Hungría—, xenófoba y racista. De verdad, y peligrosa. 

Ese argumento es parte del cinismo separatista: podemos exhibir la estelada, una bandera ilegal, en edificios públicos, en el Camp Nou y balcones de Cataluña, y nos parece bien; ahora, le descubrimos a alguien una banderita española en la pulsera del reloj y nos escandalizamos y prorrumpimos alarmados hablando del renacer del nacionalismo español. 

El separatismo tiene ese grado de cursilería. Eso, que ha ocurrido en el país del diseño y la estetización de la política —fenómeno puramente fascista por cierto—, no se ha visto nunca en España ni en Europa desde los tiempos de la Roma de Mussolini y la Alemania de Núremberg.

Un separatista catalán es el más interesado en crear a un nacionalista español. Y si no lo encuentra, se lo inventará, como se ha inventado todo, desde “España nos roba” a decir que el Quijote se escribió en catalán. (...)"                      (Entrevista a Andrés Trapiello, escritor, Óscar Benítez, El Catalán, 26/04/18)

11/1/18

Messi incluye una claúsula antiindependencia en su contrato El jugador quedará libre en caso de una liga catalana

"El jugador del FC Barcelona, Lionel Messi, obligó al club a establecer en su contrato de renovación una claúsula por la cual quedará libre en caso de independencia, según informa El Mundo.

Messi acepta seguir jugando en el club azulgrana en caso de secesión, pero solamente si el Barça forma parte de una de las competiciones más importantes del continente. O lo que es lo mismo: de las ligas inglesa, alemana, francesa o española. Esta última opción es inviable con la actual Ley del Deporte.

El astro ha trasladado durante los últimos meses al club azulgrana a través de sus representantes su inquietud ante la situación política en Cataluña. El Barça le ha comunicado al jugador que en el caso de que se produjera la independencia catalana, quedaría automáticamente libre.

También se le ha aclarado que en la misma situación quedarían el resto de jugadores de la plantilla, por lo que se le ha precisado que en ningún caso estaría obligado a continuar en la entidad si ésta pasara a integrarse en una liga conformada exclusivamente por equipos catalanes, por ejemplo.

Se le ha detallado que en dicho supuesto rige un principio fundamental del Derecho, la cláusula rebus sic stantibus, que permite la revisión de los contratos cuando concurren circunstancias nuevas respecto a las que existían en el momento de la firma del acuerdo."        (e-notícies, 05/01/18)

8/11/17

Julio Alberto se va de Catalunya El ex jugador del Barça anuncia que “me vuelvo a Asturias” por el proceso independentista... y ha instado al club a decidir “si quiere jugar o no en España”. “Lo que no puede ser es que seamos unos hipócritas, me interesa jugar en España pero apoyo al independentismo”

"El ex jugador del FC Barcelona Julio Alberto ha anunciado en Antena 3 su intención de abandonar Catalunya, donde llegó en 1982, como consecuencia del proceso independentista. “Buscaré trabajo fuera de Catalunya, me vuelvo a Asturias”, ha explicado el ex futbolista internacional en Espejo Público.

Julio Alberto, emocionado, ha relatado que “al único sitio que tengo sentimiento de pertenencia” es al Barça. “Esa era mi casa, era mi vida”, ha afirmado. También ha instado al club a decidir “si quiere jugar o no en España”. “Lo que no puede ser es que seamos unos hipócritas, me interesa jugar en España pero apoyo al independentismo”.

“No puede ser que hagamos manifestaciones públicas, que calentemos el ambiente en los campos de futbol para luego ir a jugar un partido de Copa del Rey y silbar el himno nacional porqué a mi me ofende, como catalán, como español y como hombre de la selección”, ha sentenciado."          (e-notícies, 07/11/17)

27/9/17

El Barça se ha convertido en el gran brazo de propaganda de la causa independentista... Franco se estará riendo en la tumba...

"(...) Oficialmente, el Barcelona defiende el derecho a decidir. Y, oficialmente también, el club divulgó un comunicado el miércoles en que condenaba los registros judiciales de las consejerías catalanas, sosteniendo que habían sido coartados la democracia, la libertad de expresión y los derechos. 

Se demostraba así que el club ya se había actualizado con las novedades de la trama independentista. Y que consolidaba su papel cómplice, estimulante y hasta inductor del discurso político (...) 

La contradicción se antoja elocuente: el Barça se ensimisma en la independencia, en la fortaleza identitaria tanto como aspira a colocarse en la órbita planetaria y aspira a seguir jugando en la Liga española.  (...)

“Se produce la reunión de la fe del fútbol con la fe de la política”, explica Manuel Mandianes, antropólogo del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas). “Y no se trata tanto de un plano ideológico como de un plano emocional. Son las pasiones las que se alimentan entre sí, de tal forma que el estadio aloja ambas —fútbol, política— y recrea un escenario de manipulación. La clase política catalana, porque estamos hablando de ella ahora, utiliza el fútbol. 

Se sirve de él, no con discursos elaborados, sino con la fuerza de las imágenes, de la iconografía, del sentimiento”.

Sabe de lo que habla Mandianes porque ha escrito toda clase de ensayos sobre la “metafísica” balompédica. El último se titula El fútbol (no) es así (ediciones Sotelo Blanco) y abunda en la dimensión religiosa del fútbol, cuya influencia en la sociedad no sólo se reconoce en haber sustituido los credos tradicionales y sus liturgias, también explica la apropiación que ejerce la clase política en la idea primaria del populismo.

 “Y el Barça se ha convertido en el gran brazo de propaganda de la causa independentista, valiéndose de la credibilidad de sus ídolos y de un lenguaje de resistencia y de victoria que se mimetiza con la causa política”.

Se explicaría así el tuit en el que el president Puigdemont equiparó la remontada del Barça ante el Paris Saint-Germain con la proeza que le aguardaba a la causa soberanista. Artur Mas había llevado a parecidos extremos las alegorías político-balompédicas, pero las sobreactuaciones tuiteras de su heredero provocan cierta estupefacción en la grey blaugrana porque nunca se le había visto a Puigdemot en los ambientes fervorosos del Camp Nou, demostrándose, si hubiera dudas, el oportunismo con que ha puesto a rodar el balón cuesta abajo.

“El Barcelona siempre ha sido un reflejo de la sociedad civil”, explica Mandianes, “y ha exteriorizado de una manera u otra la posición predominante de los humores políticos”. “Pero ha habido dos extremos muy interesantes. 

Uno, pasivo. Es decir, los 22 años que Josep Lluís Núñez, reacio a la injerencia de Jordi Pujol, desconectó al Barça de la política (1978-2000). Y el otro, activo y militante, el periodo en que Joan Laporta (2003-2011) abusó del club como una expresión propia del independentismo, hasta el punto de fundar un partido. 

El Barça ya no era un simple termómetro más o menos recalentado, sino un partido político cuyo presidente, Laporta, venía del antisistema y cuyo entrenador, Guardiola, se convirtió en referencia de la causa”, añade.

Hay líderes políticos blaugranas, como Inés Arrimadas (Ciudadanos), a quienes repugna la manipulación del Barcelona como expresión de propaganda . Y hay figuras mediáticas, como Xavier Sardà, que anunciaron incluso públicamente la decisión de borrarse del equipo.

 “Era una respuesta racional a la impresión negativa que me produjeron las últimas elecciones del club, porque los cuatro candidatos que aspiraban a la presidencia se hicieron fotografiar con la estelada. Y me pareció una imagen obscena. Tan obscena, que proclamé mi ruptura, aunque la verdad es que sigo siendo del Barça. No desde la razón, pero sí desde los sentimientos”.

La implicación política del Barcelona ha perjudicado mucho del fervor que antes despertaba en sus desplazamientos peninsulares. Gerard Piqué canaliza toda la aversión tanto como Iniesta la matiza, aunque el principal problema que engendra el hipotético escenario de independencia consiste en que el Barcelona —y de carambola, el Espanyol y el Girona— quedaría excluido de la liga española

Desaparecería de tal manera la dialéctica de rivalidad con el Madrid. Y aspiraría el club a contrastarse en las competiciones internacionales, perseverando en la captación de fieles intercontinentales que atrae la idolatría de Messi, de Suárez, de Paulinho.

“No creo que esta concepción identitaria del Barça perjudique tanto su credibilidad. El Barcelona, como la independencia, representa un espacio de integración social”, explica Xavier Sardà. “Los inmigrantes que vienen o las personas que quieren asimilarse en la sociedad, saben que el Barcelona es un camino, como lo está siendo la causa indepententista para quienes la abrazan. 

Es un espacio de identificación que logra abolir las clases sociales y que cultiva no la razón sino los sentimientos”, concluye el periodista y escritor barcelonés."               ( , El País, 24/09/17) 

11/5/17

El Fútbol Club Barcelona ha decidido sumarse al referéndum sin consultarlo previamente con sus socios mediante otro referéndum. Ese Barça en el que ya no habita en la cúpula ningún García, Martínez, Rodríguez o López, rompe el equilibrio histórico necesario en una sociedad tan diversa y plural como la catalana

 "La directiva del Fútbol Club Barcelona ha decidido sumarse al referéndum sin consultarlo previamente con sus socios mediante otro referéndum. 

Si me gustara el fútbol y fuese un seguidor del Barça, me habría rebotado convenientemente ante esta muestra de sobreactuación patriótica. Afortunadamente el fútbol siempre me ha aburrido soberanamente y lo que haga o deje de hacer el Barça me la pela. De todos modos, ¿tanto les costaba someter a consulta el asunto entre sus socios? Digo yo que entre los culés habrá de todo: independentistas, autonomistas, federalistas, fachas y comunistas.

 ¿Con qué derecho asume la directiva una decisión política de ese calibre? Supongo que con el mismo que el abad de Montserrat, que tampoco se ha tomado la molestia de hacer un referéndum entre los católicos catalanes para ver si están a favor o no de la independencia. Aquí solo se llevan los referendos ilegales destinados a chinchar a los españoles, esa gentuza. Para cualquier otro asunto, el líder de la secta correspondiente decide por todos.

El problema está en que tanto el Barça como la Iglesia católica se consideran la voz de Cataluña en su condición de instituciones o, ya puestos, de estructuras de Estado. "Cataluña será cristiana o no será", dijo hace años Torras i Bages.

 "El Barça es más que un club", se proclamó también durante el franquismo, y en uno de sus muchos comentarios desafortunados, el difunto Vázquez Montalbán llegó a decir que el Barça era el brazo armado de una nación sin Estado, o algo parecido. 

De ahí que sus dirigentes sobreactúen siempre con respecto al patriotismo que más les conviene en cada momento. Cuando pinten bastos, ya llegará la ocasión de plegar velas y de decir que solo piensan en Dios, los unos, y en el deporte, los otros. Y mientras tanto, a contribuir al mal rollo reinante todo lo que se pueda.

En el caso concreto del Barça, además, la independencia sería un muy mal negocio. Sin poder enfrentarse al Real Madrid --tema que obsesiona a sus seguidores y que constituye la principal razón de ser del club--, ¿qué sería del equipo? El odio de baja intensidad hacia los contrarios ha sido siempre el principal atractivo de cualquier equipo de fútbol del mundo.

 El odio es el elemento primordial del fútbol, como puede comprobarse hasta en los partidos que juegan los críos y en los que sus padres se portan como cafres. Fuera de España, sin poder medirse con el odiado Real Madrid, ¿qué alegrías tendrían los socios y los directivos del Barça?"                (Ramón de España, Crónica Global, 09/05/17)

"Hace unas cinco décadas que soy culé. Confieso, en público, que dejo de serlo; al menos, de forma temporal. 

Ni en eso me reconozco original: Xavier Sardà se me adelantó con idéntica formulación. Después de años de apoyo a unos colores que me enfundé por primera vez a la más tierna edad, abandono esa adhesión. 

Alguien que ha seguido al equipo durante muchas temporadas, que se ha emocionado con Cruyff, Neeskens, Sotil, Maradona, Romario, Rivaldo, Ronaldinho, Messi... no puede, de la noche a la mañana, convertirse en un antibarcelonista, lo admito. De igual manera, tampoco uno se siente obligado a comulgar en silencio con la mediocridad que invade hoy a la institución.

La culpa de esta deserción la tiene la política. Josep Maria Bartomeu, el presidente, y la junta directiva que le acompaña son una representación de falta de personalidad que pasará a la historia. Tras la retirada de algunos buenos directivos de la entidad, el equipo que rodeó a Barto tras las últimas elecciones es de un gregarismo alarmante para una entidad como el FC Barcelona con una historia y un papel social relevante. 

Que el Barça suscriba el Pacto Nacional por el Referéndum es la forma más clara de sus actuales dirigentes para dividir a una afición que sigue el fútbol y le importan un comino el resto de cuestiones. Es más, en ocasiones el fútbol y sus campeonatos se convierten en una válvula sociológica de escape ante la crisis política del país. Si quieren hacer del Barça más que un club y entrar en política, que lo hagan.

 De hecho, ya hay muchos aficionados y directivos que lo persiguen. Pero entonces deben actuar no sólo suscribiendo lo que el nacionalismo les pone delante de los ojos, sino con verdadera política social. Esperaremos ahora a que el Barça se pronuncie sobre las hipotecas, la falta de infraestructuras, la exclusión social de la infancia, el desempleo... 

¿Verdad que nos parecería un auténtico despropósito mezclar esas cuestiones con el devenir diario de un club deportivo? Justamente es la sensación que me invade cuando conozco el fin de semana último que la directiva ha decidido incorporarse a la campaña promovida por una de las asociaciones agitadoras del soberanismo catalán.

Barto es un dirigente de perfil gregario. Ganó las elecciones para frenar el regreso del excéntrico Joan Laporta o la barbarie que simbolizaban Antoni Freixa y Agustí Benedito. Ganó por oposición y no por ser el candidato mejor considerado. Su tesorera, la vicepresidenta económica del club, Susana Monje, se ha visto obligada a dimitir por todo lo que rodea a sus empresas y que le hace ser un mal ejemplo de gestora económica. 

El vicepresidente institucional, Carles Vilarrubí, está imputado en el caso Pujol y se dedica a manejar el palco para su marca personal mientras cuela el discurso nacionalista en la directiva. Al amigo de Artur Mas no le van bien las cosas: ERC le ha metido un impuesto a su señora Sol Daurella que Vilarrubí no ha conseguido salvar con mil y una relaciones. 

El responsable del nuevo proyecto inmobiliario, Jordi Moix, ha sido considerado un gafe en todas las empresas del sector por las que pasó y que no han levantado cabeza. Emili Rousaud se dedica a vender energía desde el cargo; Javier Bordas tiene serios problemas con Hacienda por sus locales de ocio nocturno en Barcelona; también hay un Carulla para que no falte de nada. Es sólo una pincelada, que podía aún ser más exhaustiva y canalla, de la junta.

La directiva de Barto es cualquier cosa menos transversal. Supura nacionalismo. Basta comprobar que le sucede lo mismo que al Parlamento de Cataluña hace unos años: los apellidos de sus componentes son mayoría procedentes de una burguesía decadente que hoy vive aferrada a la política para compensar sus malos tiempos en los negocios. 

Ya nadie que sea exitoso en el mundo de la empresa desea compartir su tiempo con la gestión del club. Atrás quedan los tiempos de Salvador Alemany o Lluís Bassat. El arribismo se ha apoderado de la dirección y allí se va a medrar con el escudo como palanca para los negocios privados. Hay quejas sobre el palco del Bernabéu, pero la Llotja del Camp Nou es una expresión aldeana de la misma miseria.

Ese Barça en el que ya no habita en la cúpula ningún García, Martínez, Rodríguez o López, apellidos mayoritarios en Cataluña, no puede arrogarse ninguna condición específica que no sea excluyente con una parte de la sociedad. Apuntarse al Pacto Nacional por el Referéndum es el último agarradero de una burguesía gregaria, impersonal e incapaz de sostener su propio relato, por lo que asume el de otros como propio.

 Con esa afiliación, el Barça rompe el equilibrio histórico necesario en una sociedad tan diversa y plural como refleja la composición de sus ayuntamientos o administración autónoma. Y se aleja, poco a poco, de España, donde juega la liga que le ha dado sus mejores momentos y mayores éxitos. 

Al final resulta que con todo el escarnio que se hizo sobre Josep Lluís Núñez como presidente, el constructor fue el que más independiente mantuvo al club de las injerencias políticas. El primero que le dijo a Jordi Pujol que el Barça era más que un club y que ni Dios entraría en su cocina.

El único partido que ha criticado esta última actuación del Barça ha sido el PP. Pero seguro que tampoco es del agrado de los socialistas del PSC, de Ciudadanos o de una parte importante de la izquierda no nacionalista que vota a los entornos de Podemos. Los partidos no deben politizar las instituciones deportivas, pero en contrapartida los clubes como el Barça deben dejar de usarla en beneficio propio o de sus dirigentes de cada momento.

 Resultaría mucho más útil para sus socios que el Barça se mantuviera distante del forzado debate político catalán, que interesa a unos y cansa, hasta la saciedad, al resto. Mientras eso no suceda, ni nos haremos del Madrid ni del Espanyol. Más sencillo, un servidor deja correr a este Barça, que deja de representarme."                (Xavier Salvador, Crónica Global, 09/05/17)

21/9/16

Fascismo deportivo: “El jugador debe realizar máximos esfuerzos para integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma, comprometiéndose especialmente en el aprendizaje de la lengua catalana, vehículo fundamental para la mencionada integración”

"El Barcelona, en todos sus contratos desde la era Laporta, obliga a sus nuevos fichajes a aprender catalán. La mayoría de recién llegados no pican en esa cláusula que el club mete en sus acuerdos, sin embargo, Yannick Umtiti, hermano y agente de Sam Umtiti, demostró que han pecado de pardillos.

“El jugador debe realizar máximos esfuerzos para integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma, comprometiéndose especialmente en el aprendizaje de la lengua catalana, vehículo fundamental para la mencionada integración”, reza la famosa cláusula que los Umtiti se han tragado.

Otros como Suárez y Rakitic se niegan a cumplir la obligación que les impone el club de aprender catalán."                    (Somatemps)

16/9/16

Mireia Belmonte critica las esteladas del Camp Nou

"La doble medallista olímpica, Mireia Belmonte, acudió al Camp Nou invitada por la directiva para presenciar el partido que disputó el Barça frente al Celtic. Belmonte, que semanas antes había realizado el saque de honor en el Santiago Bernabéu, afirmó en declaraciones a Atresmedia que “no soy de ningún equipo”.

También se mostró crítica con la afición azulgrana, que al inicio del partido exhibió miles de esteladas que previamente habían repartido entidades soberanistas para protestar contra las sanciones de la UEFA.

 “Cada uno es libre de expresarse como quiera, pero creo que no se debe mezclar nunca el deporte con la política porque no tienen nada que ver”. “Cada uno tiene su forma de expresarse, pero no veo que cuadren esas dos cosas”, sentenció la nadadora de Badalona."              (e-notícies, 15/09/16)

6/9/16

Toni Freixa: “es imposible ser madridista y catalán”

"El ex directivo del FC Barcelona y ex candidado a la presidencia del club, Toni Freixa, ha asegurado en twitter que si eres catalán “es imposible” que seas del Real MAdrid. Freixa ha contestado de este modo a un madridista catalán que le ha enviado una fotografía de la celebración de la Undécima.

“Ser madridista y catalán a la vez es imposible. Cuídate y que te quieran porque ni un psiquiatra te va a curar”, le ha espetado el que fuera directivo del club en diferentes periodos (2003-2005 y 2010-2015).

“Hay un millón más de madridistas en Catalunya de los que te votaron a ti para presidente del Barça”, ha sido la respuesta del citado usuario al ex directivo."            (e-notícies, 03/09/16)

26/5/16

Las esteladas y la maquinaria nacionalista... que crea un “medio para la identificación nacional y la comunidad ficticia”

"(...) En Catalunya, la desafortunada prohibición ha puesto en marcha el poderoso aparato mediático y propagandístico nacionalista y ha incendiado las redes sociales. Como analizó Hannah Arendt, una de las características de los movimientos nacionalistas radica precisamente en la “movilización permanente” de sus bases sociales. 

De este modo, la medida adoptada por Concepción Dancausa ofrece un excelente pretexto para poner en marcha el citado mecanismo. El leitmotiv de la campaña es amalgamar el PP, con el Estado español y a ambos con España. Se trataría de un Estado y un país que no respetan un principio básico de los sistemas democráticos como la libertad de expresión por lo que lo mejor es abandonarlo y proclamar la independencia.

La decisión del juez Torres, vertida en un auto de nueve páginas, cuestiona este argumentario con una resolución judicial impecablemente democrática. En efecto, el magistrado argumenta que la prohibición de la delegada del gobierno en Madrid, sostenida por la fiscalía, supone una limitación a un derecho fundamental como la libertad de expresión que sólo puede restringirse en circunstancias excepcionales y con una sólida motivación. (...)

Desde la eclosión del movimiento soberanista en 2011, tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, la estelada ha ido substituyendo a la senyera como la bandera del movimiento catalanista. Una sustitución que indica, en el terreno iconográfico y simbólico, el pasaje del autonomismo al independentismo del nacionalismo catalán.

Además, desde entonces, muchos ciudadanos de ideología independentista han colgado en sus balcones la estelada como una muestra de su apoyo a la secesión, cosa que no ocurría con la senyera que sólo se exhibía en días señalados como Sant Jordi o con motivo de la Diada Nacional del Onze de Setembre. Se trata no sólo de manifestar la adhesión a la causa secesionista, sino la voluntad de mantenerla hasta que no se consiga el objetivo del Estado propio. 

Un comportamiento que permite visualizar el apoyo a la independencia en los municipios y barrios del país. Así, en las localidades de la Catalunya interior y en los distritos habitados por las clases medias y altas proliferan las esteladas, mientras que los barrios y municipios del Área Metropolitana de Barcelona apenas pueden verse.

Si esto sucede en el espacio privado de los domicilios particulares, los estadios de fútbol, particularmente el del Barça, se ha convertido en el lugar por excelencia para mostrar públicamente la estelada como expresión de la voluntad de construir un Estado independiente y como caja de resonancia mediática. El Futbol Club Barcelona tiene un papel específico en el imaginario del nacionalismo catalán. (...)

Por otro lado, el Barça ha ejercido simbólicamente el papel de selección nacional catalana que la ausencia de Estado impedía poseer. Como ha tematizado Eric Hobsbawm los deportes están profundamente vinculados a la expresión de los sentimientos nacionalistas al proporcionar un “mecanismo para unir a personas de categoría social equivalente que, de no ser por ella, carecían de vínculos sociales o económicos orgánicos”. 

Tanto el deporte de masas como el de clase media combinaban la invención de tradiciones políticas y sociales proporcionando un “medio para la identificación nacional y la comunidad ficticia”. Vínculos que unen a todos los habitantes: masificados espontánea o comercialmente y expresados en competencias internacionales donde los equipos representan a las naciones en lucha simbólica contra las otras naciones. 

El papel del Barça en el nacionalismo catalán resulta un ejemplo de manual de las tesis del historiador británico. El huracán mediático sobre la prohibición de las esteladas coincidió con la noticia de que, según el Ayuntamiento de Barcelona, casi 3.000 personas no tienen vivienda, un tercio de las cuales duerme en la calle y el resto en equipamientos municipales o de otras entidades. (...) 

Toda una demostración de cómo funcionan las cosas en este país, donde las pasiones nacionalitarias sirven, a menudo, para esconder los graves problemas sociales que le atenazan. Efectos colaterales La resolución del episodio de las esteladas cuestiona el argumentario de los independentistas al demostrar que en España existen mecanismos democráticos para detener las decisiones arbitrarias del gobierno del PP que afectan a derechos fundamentales. 

En su fuero interno, esta resolución no habrá sido valorada positivamente por muchos nacionalistas catalanes que hubieran preferido un auto judicial que avalara la prohibición, lo cual habría apuntalado sus tesis sobre la naturaleza antidemocrática del Estado español. (...)"      (Antonio Santamaría, El viejo Topo, 22/05/16)

6/5/16

Neymar, Suárez y Rakitic... ¿aprenderán el catalán?

"Joan Laporta soñó un día con que el FC Barcelona se comunicaría íntegramente en catalán. Estandarizó una cláusula en los contratos que el equipo azulgrana firmaba en el siglo XXI como medida revolucionaría

 “El jugador debe realizar máximos esfuerzos para integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma, comprometiéndose especialmente en el aprendizaje de la lengua catalana, vehículo fundamental para la mencionada integración”, reza la cláusula.

Sin embargo, ningún fichaje del equipo azulgrana ha aprendido la lengua catalana. Sólo Iniesta, y a duras penas, chapurrea en algún acto algunas palabras en su condición de capitán del equipo. Sin ir más lejos,Messi y Mascherano, también designados como líderes del vestuario, no hablan nada. Mientras que  Luis Enrique lo entiende, pero no lo habla.
 Inicialmente se pensó en la opción de multar a los jugadores que no pusiesen interés en aprender la lengua, sin embargo, alguien con más luces dentro del club vio que este asunto podría generar un cisma interno en el vestuario y que espantarían a posibles jugadores interesados en fichar por el Barcelona.

El club no ha desistido en su interés por conseguir que algunas de sus estrellas internacionales se expresen en catalán. El objetivo de la directiva de Josep María Bartomeu consiste en lograr que Luis Suárez e Ivan Rakitic terminen expresándose en esta lengua.

El croata, casado con una sevillana, habla con un marcado acento andaluz. En el caso del uruguayo, el Barcelona ha intentado entrar por la vía sentimental. La esposa de Luis Suárez migró a la Ciudad Condal con tan sólo 13 años y ella y su familia aprendieron a dominar la lengua catalana. Al charrúa le han sugerido que emplee su tiempo en ello."               (Somatemps, 16/04/16)

"(...)  Así lo han hecho, por ejemplo, con el pobre Neymar. Una de las cláusulas de su contrato filtrado por Football Leaks le obliga a “máximos esfuerzos para integrarse en la sociedad catalana, respetando y asumiendo los valores culturales de la misma, comprometiéndose especialmente en el aprendizaje de la lengua catalana, vehículo fundamental para la mencionada integración. (…) el Barça pondrá los medios necesarios para favorecer esta integración, formando al jugador en el conocimiento del catalán”.          (Dolça Catalunya)

30/3/16

La culpa del independentismo la tiene... Cruyff. La confusión entre el FC Barcelona y Cataluña se ha hecho avasallador. «Ahora salimos a ganar», ha dicho Puigdemont, un entrenador para un pueblo

"He leído varios comentarios, entre ellos el de Teodoro León Gross (bienvenido a esta casa), sobre el artículo que escribió el presidente Puigdemont después de la muerte de Johan Cruyff. Le reprochan al presidente que se haya apropiado del cadáver de Cruyff para hacer política, y en concreto política independentista. 

Comprendo el reproche, aunque detecte una cierta falta de práctica, porque en Cataluña hasta las tiendas de lencería hacen baja política independentista. Pero es que, además, la apropiación empalidece ante la verdad oblicua que el candoroso artículo exhibe. En efecto. El proceso independentista es el hijo, y muy legítimo, de la euforia que Cruyff instaló como entrenador en Cataluña, y que continúa.

El Fútbol Club Barcelona llevaba trescientos años sin ganar. Recuerdo con placer melancólico cómo arrinconaba a mis amigos de infancia exhibiéndoles las seis copas de Europa del Real Madrid, mientras ellos apenas podían oponerme unas cinco copas azulgranas que debieron de ganarle al Granollers de Upsala. 

Si uno lleva 300 años sin ganar y repite, a modo de conjuro, que el FC Barcelona es más que un club, de ello se sigue que seguirá siéndolo cuando empiece a ganar. Y así ha sido, y así es: la confusión entre el FC Barcelona y Cataluña se ha hecho avasalladora.Incluso estética: es imposible distinguir entre una manifestación por la independencia de otra por la victoria en la Champions.

Y ese grito, In-de-pen-dèn-ci-a!, tan futbolero. Hasta la llegada de Cruyff cualquier catalán honrado sabía que mucho más difícil que alcanzar la independencia era que el FC Barcelona ganara una copa de Europa. 

Algunos empiezan a mosquearse por el hecho de que hayan ganado ya más de una y la independencia siga sin llegar; pero aún están lejos de sacar las conclusiones racionales pertinentes.

La independencia está llena de mentiras despreciables. Las balanzas fiscales, la marginación de la lengua catalana, la laminación de las competencias, la legitimidad del derecho a decidir… Un arsenal de mentiras. Pero la mutación genética del Fútbol Club Barcelona es una verdad indiscutible.

 La única verdad. Llevo algún tiempo diciendo esto, oralmente y por escrito. Y recogiendo la habitual e ingrata incomprensión. La analogía entre deporte y política ofende a los secesionistas. Creen que es una argumentación frívola e innoble. Les debe de parecer demasiado parecida al proceso. En cualquier caso, yo ya he cumplido y cedo la palabra a la autoridad. «Ahora salimos a ganar», ha dicho Puigdemont, un entrenador para un pueblo."                   (Arcadi Espada, El Mundo, 29/03/16)

28/3/16

Puigdemont y Mas usan la memoria de Cruyff para sus fines separatistas

"El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y su antecesor en el cargo, Artur Mas, han aprovechado sus mensajes de recuerdo al exfutbolista Johan Cruyff para defender el derecho a decidir de la sociedad catalana, que a su juicio debe demostrar el mismo “carácter” que tuvo el jugador holandés, con el objetivo de “ganar como país”.
Ambos vinculan la trayectoria y el éxito en la carrera deportiva de Cruyff con la de Cataluña en defensa del “derecho a decidir” y en su hoja de ruta hacia la independencia.

Mientras Mas destaca que Cruyff “defendió públicamente” el derecho a decidir en Cataluña, Puigdemont afirma que la “gran virtud” del exfutbolista fue demostrar “que podemos ganar, no sólo deportivamente, sino como país”.

"Los “horizontes ambiciosos” que tiene Cataluña", según Puigdemont, "son un ejemplo de que ahora, como hizo Cruyff, “siempre salimos a ganar”". Por su parte, para el expresidente Mas la carrera de Cruyff "demuestra que “se pueden hacer cosas grandes y que las tenemos a nuestro alcance"”.


MENTALIDAD GANADORA

Puigdemont afirma de Cruyff, en una carta abierta publicada en la prensa catalana bajo el título 'Mentalidad de victoria', que “su paso como entrenador de la selección catalana de fútbol, un gesto que le honra, acabó de demostrar su compromiso con el país que lo acogió.
"El ejemplo de Cruyff sirve para dejar en evidencia a los que no quieren que nada cambie, los que dicen que no hay nada que hacer, aquellos que todavía hacen suyo el lema 'ir tirando'. Los que firman un empate antes de saltar al césped para jugar el partido”".

Puigdemont indica que la aportación de Cruyff va “mucho más allá del fútbol”, ya que su personalidad "se ha convertido en un referente de país “por encima de diferencias de colores o de afinidades deportivas"”.

Tras cambiar el F.C. Barcelona, agrega, “también "contribuyó a cambiar la manera de ser de los catalanes”, y “su gran virtud fue abrirnos los ojos y demostrarnos que podemos ganar, no solo deportivamente, sino como país”".

Asimismo, afirma que esa “mentalidad de victoria” que tiene ahora Cataluña la ha conseguido "gracias al trabajo, el esfuerzo, la tenacidad y la audacia".
“"El éxito nunca es gratuito, es fruto del trabajo. Y todo ello con un punto lúdico, con el 'salid a jugar y disfrutad', tan saludable en muchos aspectos"”, concluye.

DERECHO A DECIDIR

Por su parte, Artur Mas manifiesta en un comunicado que Cruyff ha demostrado que "se pueden hacer cosas grandes y que las tenemos a nuestro alcance". "Nos hizo ganadores, atractivos, únicos en el mundo, convencidos de nuestras posibilidades", añade.

Y de la misma manera que amó Barcelona, dice el expresident, "defendió públicamente el derecho a decidir".

Mas concluye diciendo que hay que tener la "actitud" y el "acierto" frente a los retos. "Vivimos un punto de inflexión donde podemos demostrar carácter", asegura el expresidente de la Generalitat."                  (La Voz Libre, 26/03/16)

29/12/15

El Barça despide en horas a Sergi Guardiola por sus tuits anticatalanes... pues a Piqué no se le echa de la selección por lo mismo, por insultar

"El contrato de Sergi Guardiola por el Barcelona, que lo había fichado para un filial que está en puestos de descenso en Segunda División B, duró una tarde, apenas ocho horas. Resulta que el delantero de 24 años, nacido en Manacor, prodigó insultos a Cataluña y ninguneó al Barça en un clásico celebrado en octubre de 2013, todo a través de su cuenta de Twitter. 

La entidad azulgrana, al conocer la noticia —que desconocía a la hora de incorporarlo—, reunió a sus abogados por la noche para poder despedir al futbolista. “El FC Barcelona comunica que ha decidido rescindir el contrato que había firmado esta tarde con el jugador Sergi Guardiola, después de comprobar que había publicado tuits ofensivos contra el barcelonismo y Cataluña”.  

(...) la noticia fue Sergi Guardiola, que rescindió hace unas semanas el contrato con el Alcorcón y que ha durado un suspiro en el Barça por sus tuits incendiarios, por más que después se empeñara en borrarlos y en proteger su cuenta en la red social.

 “Llegó la hora del clásico... ¡Hala Madrid!”, se arrancó en 2013. “Hala Madrid, puta Cataluña”, prosiguió. Y completó: “Hoy puta Cataluña y siempre hala Madrid”.  (...)"             (   , El País, Barcelona 29 DIC 2015)