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5/6/18

Antoni Puigverd: “no creo que Torra sea nazi, aunque se inspira en el mecanismo que permitía a los nazis actuar como lo hicieron: bestializando a los judíos”

"(...) La última masacre coincidió en Barcelona con la investidura de un nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra. Los puntos de vista que Torra manifestó por escrito sobre los españoles sonaron tan extremos que llevaron a un comentarista simpatizante moderado del independentismo catalán, Antoni Puigverd, a decir: “no creo que Torra sea nazi”, aunque el nuevo President, “se inspira en el mecanismo que permitía a los nazis actuar como lo hicieron: bestializando a los judíos”.

Eso mismo hacen hoy los propios israelíes con los palestinos, confirmando que un pueblo victimizado en el pasado puede ser, perfectamente, el peor verdugo cuando pierde toda mesura y todo sentido de la realidad.

El problema de Israel, “no es Benjamin Netanyahu, es la nación o por lo menos la mayor parte de ella”, escribía hace poco en Haaretz el veterano periodista israelí Gideon Levy, aludiendo a la popularidad que el racismo y el supremacismo contra los palestinos tiene en la sociedad de su país.

 “Si el problema estuviera solo en Netanyahu y su gobierno sería de fácil solución”, continuaba. “La verdadera calamidad es el hecho de que toda manifestación de humanidad en Israel es un suicidio político”, constataba Levy, influido por los coros de júbilo que la macabra puntería de los tiradores de elite de su ejército suscitan entre los asistentes al espectáculo. 

A la ceremonia del lunes en Jerusalén asistió Sheldon Adelson, el magnate de Las Vegas. Artur Mas cortejó a ese financiador de Trump y de los asentamientos en territorios ocupados al que quería convencer para que instalara su Eurovegas en el Prat, magnífica receta pujolista para salir de la crisis del ladrillo y el latrocinio en las pocas tierras de cultivo que le quedan a Barcelona. Entonces el President hablaba del “eje Barcelona-Massachusetts-Tel Aviv”. Ahora ya podría cambiar Tel Aviv por Jerusalén con la bendición de Trump.

El sucesor de Mas saludó desde Berlín el aniversario de Israel, sin mencionar el pecado original de ese país y con la moreneta a su lado y luego condenó la masacre para acallar murmullos. 

Y el sucesor del sucesor es un tipo del que hay que decir, “no creo que sea un nazi” porque en sus declaraciones ha empleado con los españoles fórmulas como las que los israelíes manejan para deshumanizar a los palestinos y como las que los alemanes emplearon en su día con los propios judíos, mientras los partidarios del personaje son incapaces de ir más allá del: “¿y qué?, también en España se oyen cosas así de los catalanes”.

Parafraseando a Gideón Levy podría decirse que la verdadera calamidad es que cualquier manifestación de sentido común o de escepticismo hacia el quimérico procés y su república imaginaria, es hoy un suicidio político en Catalunya. Por ahí pasa un eje Catalunya-Jerusalén."               (Rafael Poch, 19/05/18)

3/9/10

"Soy ex judío; he dejado atrás la idea de pueblo elegido"

""La masacre israelí en mar abierto fue una repetición del asesinato de Cristo". Quien así habla podría ser un miembro del Parlamento palestino fuera de servicio; quizá un integrante de un colectivo antisionista en gira de promoción. Sin embargo, Gilad Atzmon es un músico de jazz. (...)

Gilad Atzmon nació en 1963 en Tel Aviv en el seno de una familia tradicional judía. En 1982 sirvió en el Ejército durante la invasión israelí de Líbano: "Aquella experiencia me abrió los ojos al papel que juega Israel como un Estado colonial". (...)

Desde entonces, el saxofonista se presenta como "ex israelí" y "ex judío": "Ser ex judío significa dejar atrás el concepto de pueblo elegido y transformarse en un ser humano ordinario. Me siento feliz siendo ex judío". (...)

Articulista y novelista polémico -es autor de Guía de Perplejos, de 2001, y Mi único amor, de 2005-, sus arremetidas en contra del lobby judío y el Estado de Israel, al que ha comparado con la Alemania nazi, le van valido la crítica de prosionistas y antisionistas tanto como la de los antimarxistas, y la de los propios marxistas (...)

La incorrección política es su marca de la casa: "Uno piensa en un colega, como Avishai Cohen, que sigue viviendo en Israel. No le conozco personalmente, pero los hechos están muy claros. Prefiere vivir en un Estado de apartheid y habitar una tierra que no es suya. No hay duda de que es un músico estupendo, pero estoy mucho menos convencido de que sea apolítico". (El País, cultura, 02/09/2010, p. 35)

9/12/09

El lío de las identidades.... judío-mexicana, judía latinoamericana, mexicana, americana... e israelí...

"La suya es la historia de una familia para la que, como a la mayoría de los judíos, el siglo XX supuso un cambio radical. Sus abuelos maternos llegaron a México en 1924, después de que EE UU cerrara las puertas a los judíos. Los paternos, sin embargo, sí entraron, desde Lituania, en el sueño americano y el abuelo volvió a Europa para combatir el nazismo. En la actualidad, la familia se reparte entre México, Estados Unidos y Canadá. "Yo la llamo la familia del TLC", apunta Siegel, madre de dos hijas, una de las cuales, siguiendo la tradición familiar, se dedica al sindicalismo, pero en EE UU. (...)

"Desde que vivo en EE UU (llegué en 1996) se ha reforzado mi identidad latina. Digamos que soy judía-mexicana, judía-latinoamericana, mexicana americana y un tercio israelí". (DINA SIEGEL. "Educar no basta: miren qué pasó en la culta Alemania". El País, ed. Galicia, última, 26/11/2009 )