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26/3/21

Cómo reaccionan los ciudadanos italianos cuando otros líderes europeos debaten sobre su país

 "Cuando los líderes de la UE discuten los desarrollos en otros estados miembros, a menudo atraen una atención sustancial en los medios. Pero, ¿cómo afectan estas declaraciones a las actitudes de los ciudadanos hacia la UE y cuestiones como la austeridad? Sobre la base de un nuevo estudio, Alessandro Del Ponte ilustra cómo la retórica adoptada por los líderes de la UE puede ofender o galvanizar inadvertidamente al público en los estados vecinos.

Los ciudadanos a menudo conocen a través de los medios de comunicación lo que los líderes europeos dicen sobre su país de origen. Por ejemplo, la canciller alemana Angela Merkel exhortó previamente a los italianos a "hacer sus deberes", refiriéndose a la necesidad de austeridad económica. 

Mientras tanto, el ex presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, invitó a los italianos a "trabajar más", "ser menos corruptos" y más "serios". El ex presidente holandés del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, incluso dijo una vez que los europeos del sur "gastan todo el dinero en bebidas y mujeres y luego piden ayuda". Sin embargo, los líderes también elogian a otros países por hacer las cosas bien. Por ejemplo, Merkel ha elogiado a los italianos en varias ocasiones por su "impresionante" progreso en las reformas económicas.

Este tipo de retórica se está volviendo más común a medida que emerge una esfera pública europea, lo que plantea la pregunta: ¿Cómo afecta la retórica de las élites europeas a las emociones y actitudes de los ciudadanos sobre la austeridad económica? En un nuevo estudio, he investigado cómo las críticas y los elogios de las élites europeas afectan la forma en que los ciudadanos piensan y sienten sobre la austeridad en su país de origen.

El estudio utilizó un experimento de encuesta en dos blogs de los periódicos italianos Corriere della Sera y la Repubblica. Los visitantes del blog leen un artículo de noticias ficticio en el que Angela Merkel se dirige a los italianos. El experimento asignó al azar entre los participantes si Merkel usó palabras de elogio o culpa hacia los italianos y si el mensaje se centró en aspectos simbólicos (como valores y estereotipos) o en la economía. Los mensajes de elogio se diseñaron para transmitir un sentido de concordancia entre italianos y europeos, mientras que los mensajes de culpa se diseñaron para comunicar un sentido de amenaza a la identidad italiana. Los participantes del grupo de control no leyeron ningún artículo y ambos grupos respondieron preguntas de la encuesta sobre sus identidades italianas y europeas, sus emociones y cómo se sentían acerca de la austeridad.

La teoría de la identidad social sugiere que las reacciones de las personas a la retórica extranjera dependerán del tipo de mensaje, pero también de cuánto se sientan italianos o europeos. Las personas para las que el ser italiano define quiénes son, percibirán la culpa de Italia como un insulto personal y cualquier victoria política que Italia anote como propia. Alternativamente, los italianos que se sienten más apegados a Europa se sentirán menos amenazados si se critica a Italia, pero también se alegrarán si se elogia a Italia. Esto sucede porque la identidad italiana y europea pueden coexistir y reforzarse mutuamente.

Los resultados del estudio son consistentes con las predicciones de la teoría de la identidad social. Descubrí que las personas que se identifican fuertemente como italianos reaccionaban a la retórica que enfatizaba los puntos en común económicos entre Italia y Europa con entusiasmo y menos oposición a la austeridad. Mientras tanto, las personas con un fuerte sentido de pertenencia a Europa respondieron con entusiasmo a la retórica que enfatizaba las similitudes simbólicas entre Italia y otros países europeos.

 Sin duda, leer críticas o elogios a Italia desencadenó las emociones de los participantes independientemente de su identificación con Italia o Europa (...). Sin embargo, los participantes se mostraron mucho más entusiasmados después de leer un artículo que enfatizaba cómo Italia está fortaleciendo a la UE si se identificaban fuertemente con Italia o la UE.

 Sin embargo, cambiar las actitudes de los ciudadanos no es tan simple como cambiar sus emociones, especialmente en un tema muy conocido como la austeridad. Una búsqueda en los archivos en línea de Corriere della Sera y La Repubblica en el año anterior al experimento reveló que los participantes probablemente habían leído artículos sobre Angela Merkel y habían estado expuestos a su retórica sobre la austeridad. Los participantes probablemente ya habían formado una asociación mental entre Merkel y la negatividad hacia Italia, ya que la palabra austeridad se mencionaba a menudo en los mismos artículos que presentaban a Merkel. Como era de esperar, a la mayoría de los italianos no les agrada Merkel.

De hecho, en el experimento, en promedio, la retórica de Merkel no tuvo ningún efecto en las actitudes de los participantes hacia la austeridad nacional. Sin embargo, los participantes con una fuerte identidad italiana aceptaron más la austeridad cuando leyeron el mensaje de elogio de Merkel por el progreso económico de Italia (ver Figura 2 arriba) en comparación con aquellos que no leyeron ningún artículo.

Un patrón similar ocurrió para las personas que se identifican fuertemente como europeas cuando leen el artículo que enfatiza los puntos en común simbólicos entre Italia y la UE. Estos participantes estaban más dispuestos a dar dinero a la UE en una compensación simbólica entre priorizar recursos para Italia o Europa.

En resumen, esta investigación sugiere dos puntos clave sobre la retórica de las élites y los vínculos nacionales. Primero, la identidad europea de la gente puede actuar como un antídoto contra la reacción anti-Europa que ocurre cuando los líderes hacen un comentario mordaz sobre un estado miembro y puede fomentar sentimientos pro-Europa cuando los líderes usan palabras de unidad. En segundo lugar, la identidad nacional de las personas puede amplificar los efectos de los mensajes de discordia o unidad hacia la nación.

Los líderes europeos deberían elegir sabiamente sus palabras cuando hablan de otros Estados miembros, porque sus palabras tienen peso. La UE, y especialmente sus políticas de disciplina fiscal, pueden enmarcarse como una oportunidad para fortalecerse juntos o como una amenaza para las identidades nacionales. La retórica vívida puede ofender o galvanizar inadvertidamente al público en los estados vecinos dependiendo de si los ciudadanos perciben a Europa como hostil hacia su nación o del mismo lado.

A medida que el entorno de los medios de comunicación europeos está cada vez más conectado, los líderes europeos tienen una mayor responsabilidad. Los líderes pueden contribuir a fomentar la solidaridad europea y acercar a los europeos haciendo hincapié en los puntos en común económicos y simbólicos que fomentan la unidad en lugar de los estereotipos y las disputas que alimentan la división."        
    (
Alessandro Del Ponte, EUROPP, November 25th, 2020)

10/6/19

No tiene sentido querer construir una identidad europea. Te sientes europeo o no. Esta identidad europea no debe ser "construida" si construir significa que queremos que exista una identidad europea que no existía previamente. Pero si construir significa "vivir y actuar juntos" como nacionales dentro de una misma Unión, fomentando proyectos comunes, subrayando elementos que hacen de Europa un continente de cultura, entonces tiene un significado

10) ¿Cree que existe una identidad europea? Por el bien de Europa, ¿debería existir una identidad como base de un proyecto futuro?

R: Ésta es una pregunta que se plantea muy a menudo y así fue especialmente durante el referéndum sobre la Constitución Europea. Para algunos, Europa debe definirse por su cultura cristiana; para otros, Europa no es sólo cristiana, hay muchas otras religiones, y hay ateos. Se ha alcanzado un compromiso por el que Europa se define por su tradición humanista.

Todas estas respuestas tienen su pizca de verdad. El problema no radica tanto en la corrección o falsedad de estas respuestas sino en el concepto mismo de identidad, que presupone que nos distinguimos de otros individuos, ya sea que reivindiquemos o no nuestra pertenencia a uno o más grupos o comunidades humanas, a nivel nacional, regional, internacional o incluso de especie, o si consideramos que las otras especies son diferentes del ser humano.

Si en las sociedades arcaicas o tradicionales las identidades del individuo o de grupo son más o menos estables, en cambio en las sociedades modernas se experimentan necesariamente múltiples identidades.

Esto a veces complica el debate y lo oscurece. El hecho de que te identifiques con Andalucía no significa que no seas español, o que seas español no significa que no puedas sentirte europeo en determinadas circunstancias, o que no puedas sentirte parte del mundo cristiano o musulmán. Todo depende del polo con el que te identifiques.

Básicamente esto es lo que Montesquieu expresó de esta manera: "Si supiera algo útil para mi nación que fuera ruinoso para otra, no se lo propondría a mi príncipe, porque soy un hombre antes de ser francés (o bien) porque soy necesariamente un hombre y sólo soy francés por casualidad. Si supiera algo que me fuera útil, y que fuera perjudicial para mi familia, lo expulsaría de mi mente.

Si supiera algo útil para mi familia que no fuera útil para mi país, trataría de olvidarlo. Si supiera algo útil para mi patria y que fuera perjudicial para Europa, o que fuera útil para Europa y perjudicial para el género humano, lo consideraría un crimen" (Mis pensamientos: 10 y 11).

En esta cita aparecen lo que yo llamo los polos en torno a los cuales se estructura la identidad, aquellos en los que las identidades encajan como muñecas rusas. Precisamente en las sociedades arcaicas, donde la identidad se vivía en términos concretos, esto no suponía problema alguno. Uno vivía su diferencia sin hacer de ello un drama.

Hoy, cuando el mundo se está achicando y no podemos vivir con una sola identidad o con una sola diferencia sin hacer el ridículo y mentirnos a nosotros mismos, estamos haciendo de ello un discurso. El discurso "tribal" y "separatista" nunca ha alimentado tanto la política.

Es un terreno propicio para todos los separatismos, para todos los discursos de los orígenes, del territorio, del « Blut und Boden », [ Blut und Boden: expresión alemana que significa “sangre y tierra”, se refiere a una ideología que se centra en el origen étnico, basado en dos factores: la ascendencia (sangre de un pueblo) y la tierra, a veces sólo de orígenes míticos e inventados].

El error que cometemos a menudo es querer esencializar la identidad, congelarla, sustancializarla. Al igual que los polos de identificación, los procesos de identificación son numerosos en una sociedad moderna y casi por completo abierta a los cambios y a todo tipo de intereses; además, estos procesos duran toda la vida.

En este sentido, no tiene sentido querer construir una identidad europea. Te sientes europeo o no. Esta identidad europea no debe ser "construida" si construir significa que queremos que exista una identidad europea que no existía previamente. Pero si construir significa "vivir y actuar juntos" como nacionales dentro de una misma Unión, fomentando proyectos comunes, subrayando elementos que hacen de Europa un continente de cultura, entonces tiene un significado, incluso un significado saludable. Desde este punto de vista, los programas de intercambio interuniversitario o los programas de formación en general a escala europea en determinados ámbitos son muy bienvenidos.

Lo que me parece muy interesante en Europa es que incluso los partidos euroescépticos utilizan las mismas estrategias de "aunar" a nivel europeo, para defender sus ideas y sus programas. Con la excepción de una muy pequeña minoría de discursos políticos, también esto es una forma --distinta a la que preconiza la UE-- de hacer Europa, que es un viejo proyecto que data de finales del Imperio Romano.

Europa es un proyecto que puede adoptar muchas formas, pero está ahí para perdurar en la medida en que ningún Estado ya puede ir por su cuenta, incluso en interés propio. Los euroescépticos necesitan a Europa o su plataforma, aunque les repatee.

Ningún continente ha dejado más huella en el mundo que Europa. Más allá de las críticas al colonialismo y a la dominación de los pueblos de otros continentes (críticas que se hacen en abundancia y con razón), en mi opinión no se piensa mucho en lo que esto significa para el continente en su conjunto.

Me sorprende que sólo unos pocos se hayan preguntado por qué un pequeño continente como Europa se haya impuesto al mundo. Es una cuestión para reflexionar este aspecto de la historia mundial, y que se está reduciendo demasiado deprisa a una superioridad técnico-militar, algo que China ya poseía en cierto momento.

Me gustaría que los académicos e investigadores de todas las categorías de las humanidades y las ciencias sociales reflexionaran sobre esta "racionalidad" que pudo imponerse sobre todas las demás. ¿Fue un puro accidente o hay algo inscrito en esta racionalidad europea que hace -para bien y/o para mal- que haya prevalecido en el mundo? (...)" (Entrevista a Lukas K. Sosoe, Entrevista y traducción de: JM Lacruz)

23/11/18

El nacionalismo es uno de los principales fenómenos sociales y políticos que crea las bases del fascismo... En la Europa actual el auge de los nacionalismos marcha parejo al desmembramiento de la izquierda en todas sus expresiones y a la degradación de la democracia y de la política...

"El nacionalismo es uno de los principales fenómenos sociales y políticos que crea las bases del fascismo. El nacionalismo elimina y diluye la lucha de clases, sustituyendo el sentido de clase por un sentido identitario excluyente y hostil que, entre otras barbaridades, convierte a los trabajadores de un país en adversarios, cuando no enemigos, de los de otros países. Impide, desvertebra o reduce, por tanto, el sentido internacionalista de la solidaridad de clase entre todos/as los que venden su fuerza de trabajo en el mercado capitalista.

El nacionalismo forma una identidad nazional con retazos de historia falseados o manipulados. Convierte los naturales procesos históricos en un memorial de agravios para la reafirmación de una personalidad colectiva singular y única formada por lo mejor y más ejemplar de la humanidad. Sirve, en resumen, a los intereses de las diversas clases dominantes, o burguesías. (...)

 Cito sólo dos ejemplos, entre otros muchos que hay: Primera Gran Guerra (1914-1918), y Yugoslavia. En el primer caso, la marcha triunfalista, ciega e irresponsable de las naciones europeas, conducidas por sus gobernantes y con la aceptación activa o pasiva de las mayorías populares hacia el precipicio de la guerra; en el segundo caso, la insensatez criminal de todos los responsables de la destrucción del Estado de Yugoslavia y de la violencia nacionalista que se instalo en cada porción de lo destruido, empezando por los inductores, Alemania y EEUU en primer lugar.

En la Europa actual el auge de los nacionalismos marcha parejo al desmembramiento de la izquierda en todas sus expresiones y a la degradación de la democracia y de la política. Ello ha producido ya en los niveles de democracia liberal existentes una pérdida del sentido real de los principios, valores, experiencias y proyectos basados en las más positivas experiencias democráticas colectivas de la historia europea. 

En Francia se producen de una manera, siendo sustituido el voto a los partidos de origen obrero, Partido Socialista y Partido Comunista, por el voto al Frente Nacional, en las zonas de tradición más obrera, popular y de izquierdas; En Alemania sube Alternativa para Alemania, con propuestas social populistas y contra la inmigración, abriéndose paso en las zonas populares; En la socialmente avanzada Dinamarca el Partido Popular Danés ya alcanza el 21 % de los votos; en el Reino Unido de aquel Brexit que tanto entusiasmaba a la extrema derecha como a la “izquierda de salón”, el Partido por la Independencia (UKIP) se instala; En la post moderna Suecia los Demócratas Suecos ya alcanzan el 17.6 %; en Austria el Partido Liberal con un 26% es ya una opción de gobierno; En Suiza, el Partido del Pueblo Suizo 29,4%; La Liga Norte en Italia un 17,4; Holanda, el Partido de la Libertad 13%; en los ex países socialistas, Ley y Justicia en Polonia con un 37.6%; Eslovenia, el Partido Demócrata de Eslovenia, un 24,9%. También amplia representación de la ultraderecha en Noruega, Finlandia, Letonia, Eslovaquia y Bulgaria.

Esta escueta realidad refleja como los nacionalismos europeos que conducen a diversos tipos de fascismo se han instalado y avanzan en el conjunto de Europa. Y no confundir nunca fascismo como únicamente una expresión brutal y grosera de violencia y reclusión, sino tener en cuenta también el sentido primario de éste: anular la participación crítica y democrática e imponer el caudillismo. 

Construir, en definitiva, una estructura mental de arriba abajo, que empieza en la escuela, continúa en el trabajo y en la calle, hasta anular la conciencia colectiva diversa y libre. (...)"               

9/5/18

Habermas: el patriotismo constitucional necesita un relato apropiado para que tengamos siempre presente que la Constitución es el logro de una historia nacional

"(...) Usted acuñó en 1986 el concepto político del patriotismo constitucional, que hoy suena casi medicinal frente a otros supuestos patriotismos de himno y bandera. Es mucho más difícil ejercer el primero que los segundos, ¿no? 

 En 1984 pronuncié una conferencia en el Congreso español por invitación de su presidente, y al acabar fuimos a comer a un restaurante histórico. Estaba, si no me equivoco, entre el Parlamento y la Puerta del Sol, en la acera de la izquierda. 

Sea como sea, durante la animada tertulia con nuestros impresionantes anfitriones —muchos de ellos eran compañeros socialdemócratas que habían participado en la redacción de la nueva Constitución del país—, mi esposa y yo nos enteramos de que en ese local había tenido lugar la conspiración para preparar la proclamación de la Primera República española en 1873

Al saberlo, experimentamos una sensación totalmente diferente. El patriotismo constitucional necesita un relato apropiado para que tengamos siempre presente que la Constitución es el logro de una historia nacional.

Y en ese sentido, ¿se considera usted un patriota? 

Me siento patriota de un país que, por fin, tras la Segunda Guerra Mundial, dio a luz una democracia estable, y a lo largo de las subsiguientes décadas de polarización política, una cultura política liberal. No acabo de decidirme a declararlo y, de hecho, es la primera vez que lo hago, pero en este sentido sí, soy un patriota alemán, además de un producto de la cultura alemana.

¿De qué cultura alemana? ¿Solo hay una o hay culturas alemanas? 

 Yo me siento orgulloso de esa cultura también cuando de la segunda o la tercera generación de inmigrantes turcos, iraníes, griegos, o de donde quiera que hayan llegado, aparecen de repente en la esfera pública los cineastas, los periodistas y las locutoras de televisión más fabulosos; los ejecutivos y los médicos más competentes, o los mejores literatos, políticos, músicos o profesores.

Todo ello constituye una demostración palpable de la fuerza y la capacidad de regeneración de nuestra cultura. El rechazo agresivo de los populistas de derechas contra las personas sin las cuales esa demostración habría sido imposible es una majadería. (...)"                       (Entrevista a Jurgen Habermas, Borja Hermoso, El País, 06/05/18)

26/10/15

No hay nacionalismo democrático. El nacionalismo se basa en una premisa simple: yo tengo más derechos que tú porque llegué aquí antes que tú

"(...) Orbán es un nacionalista íntegro. Guárdate en tu misalito lo que dejó dicho ante los dirigentes conservadores europeos, el jueves en Madrid: "[La izquierda] sueña con una sociedad mundial, políticamente construida, sin tradiciones religiosas, sin fronteras, sin naciones". 

 Orbán dice eso, naturalmente, porque no te conoce, ni a ti ni a la izquierda catalana. Pero es cierto que hay unas cuantas personas en el mundo que trabajan, en la vigilia y sin sueños, por una sociedad construida políticamente, en razón del pacto sobre valores y ajena a las imposiciones de la identidad. Y no te hagas ilusiones, mi liberada, porque tú no eres de ellos. (...)

Orbán, al menos, tiene la decencia de admitirlo: «Ni el estilo de vida alemán ni el austriaco ni el húngaro son un derecho básico de todas las personas de la tierra. Solo es un derecho de quienes han contribuido a él». Hace mucho tiempo te escribí que no había nacionalismo democrático, oxímoron. 

Que el nacionalismo se basaba en una premisa simple: yo tengo más derechos que tú porque llegué aquí antes que tú. Orbán, que ya ves que discierne finamente entre los estilos de vida del antiguo imperio austrohúngaro, es un nacionalista 'first class'. Pero como todos vosotros tiene su lado vulnerable. 

Cuando se refiere al estilo de vida húngaro, ¿a qué crees que se refiere exactamente? ¿Al estilo impuesto por Ferenc Szálasi, el jefe político de los Cruces Flechadas, en el terrible invierno de 1944? ¿Al de János Kádár después de los tanques del 56? ¿El estilo de vida húngaro incluye la pena de muerte que ya habría introducido Orbán si ¡el estilo europeo! no se lo hubiera impedido? 

El estilo de vida lo deciden los vivos y no los muertos. Y entre los vivos se cuentan los que trajo la cigüeña y los que trajo la patera. El estilo de la vida democrática, obviamente.

Los delegados del Partido Popular Europeo aplaudieron con calidez el discurso de Orbán. Destacaron los aplausos del jefe del gobierno español y de la delegación de su partido. Esos aplausos son un desastre europeo. Y un desastre ideológico. (...)

si al final sólo se trataba del retorno a la nación acobardada e identitaria, la decadencia de Europa habrá dejado de ser un recurso retórico de cronistas sin asunto. La inmigración es un dificilísimo problema técnico del tipo cuánta agua cabe en un vaso. La antieuropa, Orbán, Le Pen, Salvini, Mas, no pretende resolver el problema, sino eliminarlo a fuerza de socavar su base moral."             (Arcadi Espada, El Mundo, 25/10/2015)

5/6/14

Una nueva oportunidad para el internacionalismo

"(...) El plantear las políticas emancipadoras desde un punto de vista internacionalista se ha convertido en una necesidad para los que aspiramos a cambiar las cosas.

 No es simplemente una opción ética, aunque no debemos renunciar a la fuerza moral que proporciona la solidaridad con otros pueblos, aparentemente lejanos, pero que viven problemáticas similares a las nuestras cada vez de forma más parecida.

 El sentir que hay otras personas que luchan por la misma causa que nosotros es un buen antídoto contra los odios y contra las tentaciones de confundirnos de enemigo.

El internacionalismo, como construcción ética, es un arma estratégica que ubica las luchas entre explotadores y explotados, un gran remedio contra la xenofobia y los nacionalismos opresores. La perdida de ese horizonte ha provocado grandes tragedias a lo largo de la historia.

 Este año se cumplen cien años del inicio de la I Guerra Mundial y no está de más recordar uno de los hechos que permitieron aquella horrible carnicería: el abandono por parte de la socialdemocracia de posiciones internacionalistas, primando la fidelidad a sus clases dominantes nacionales sobre la alianza entre los diferentes pueblos de Europa. Hoy, cuando los poderosos han desatado una guerra de tipo económico contra la ciudadanía basada en la devastación social, hemos de tener presente donde conduce olvidar nuestros intereses comunes. (...)

Decía que no es simplemente una opción ética para resaltar que también es una necesidad material. El proceso de integración europea ha generado relaciones estructurales, tanto a nivel económico como político, hacen que una lucha en país aislado contra las políticas de empobrecimiento esté destinada a fracasar. 

Syriza lo expone muy bien cuando habla de romper con la troika sin renunciar a expandir el cambio por Europa. ¿No será el modelo de instituciones europeas el que impulsa un proceso en el cual los países del centro expolian a los del sur mientras llevan hacia la precariedad al conjunto de trabajadores y trabajadoras, independientemente de su nacionalidad?

 Esta Europa antidemocrática, regida por lo que Perry Anderson llama en su magnifico libro El nuevo Viejo Mundo instituciones regulacionistas (nadie las ha elegido pero marcan los límites de lo que se puede hacer y lo que no) se ha convertido en un campo de batalla, una batalla que se da en diferentes ámbitos y a muchos niveles, una batalla entre las de abajo y los de arriba.

Lo que está claro es que algún país tiene que ser el primero en romper con las políticas impuestas por la UE.(...)"            (Miguel Urban, Público, 20/05/2014)

3/12/13

España puede llegar a vetar el acceso de Escocia a la UE” (y viceversa, Londres puede vetar la entrada de Cataluña)

"(...) Giddens reflexiona sobre un continente que se asoma a un largo estancamiento, atacado por los populistas, espiado por sus aliados, inseguro de sí mismo, más alemán que nunca. Y no evita los charcos: analiza las pretensiones independentistas en su país y en España como “otra consecuencia de la crisis” y no esconde sus críticas a un debate “en general poco adulto, en el que falta reflexión y sobran emociones”. 

 “Siento decirles esto a escoceses y catalanes, pero es imprescindible hacerse una pregunta sobre las pretensiones secesionistas: ¿Dónde se detiene ese proceso?”
El mito fundacional de Europa es “la semilla de una idea más amplia”, en palabras del fallecido Tony Judt. Pero Giddens (Londres, 1938), en una charla con este diario, detecta un movimiento pendular en sentido contrario. Especialmente en Reino Unido: “Mi país demuestra una vez más que es un caso aparte.

 A los problemas no responde con un referéndum, sino con dos: el escocés y el europeo. Eso nos convierte en un peligro para la estabilidad, ante la perspectiva de que Escocia salga de Reino Unido y Reino Unido de Europa. Pase lo que pase, el país tiene que repensar su identidad”.

“Lo más preocupante”, a su juicio, “es que los británicos se enfrentan a decisiones tan importantes sin un debate serio”. “Si una mayoría reflexiona sobre estos temas y, con todos los datos sobre la mesa, los británicos decidimos irnos de la UE, o los escoceses deciden separarse, entonces no hay más que hablar: están en su derecho. 

Creo que Reino Unido puede sobrevivir sin la UE, y Escocia sin Reino Unido. Pero también creo que no hemos pensado lo suficiente en las consecuencias”.

 Giddens no ve paralelismos entre Escocia y Cataluña: “Es mucho más que eso: hay una conexión directa. Primero, porque no hay más que ver los continuos contactos entre los nacionalismos catalán y escocés. Y segundo, porque España puede llegar a vetar el acceso de Escocia a la UE” (y viceversa, Londres puede vetar la entrada de Cataluña). 

“Estoy firmemente a favor de las naciones cosmopolitas, en las que la gente es capaz de vivir al lado de alguien que piensa y siente de forma distinta”, se confiesa. “Pero no haga mucho caso”, ironiza, “al fin y al cabo soy británico y un europeísta entusiasta, algo aparentemente incompatible”. (...)"            (Entrevista a Giddens, El País, 27/11/2013)

2/10/13

El ministro del Interior francés afirma que el proceso soberanista "es difícil de entender para Francia"

"El ministro del Interior francés, Manuel Valls, de origen catalán, ha admitido que el proceso soberanista de Catalunya es difícil de entender para Francia y, aunque ha evitado pronunciarse de forma explícita sobre si está a favor o en contra de la consulta, ha recordado que "Madrid acogió mi padre". 

En declaraciones a Catalunya Ràdio, Valls ha asegurado que la realidad española y la francesa son completamente diferentes: "España es diferente de Francia, tiene autonomías fuertes, es un país muy diferente, y los franceses, muchas veces es difícil de entender".
En este sentido, ha añadido que "nosotros en Francia somos un país muy centralizado, no hay esa fuerza que existe en España, y esta diversidad de España debe ser una fuerza, no debe ser un problema".
El ministro francés ha evitado pronunciarse explícitamente sobre si está a favor o en contra del derecho a decidir de Catalunya: "Siempre he hablado catalán en casa, mi padre siempre ha sido muy catalanista, y al mismo tiempo recordamos siempre que fue Madrid que acogió mi padre en los años 70, antes de que Catalunya recordara que tenía un gran pintor figurativo. Y me parece que mi contesta permite entender qué es lo que yo pienso".
Manuel Valls se encuentra en Barcelona para la inauguración de la exposición Sotto Voce, con obras de su padre, el pintor Xavier Valls, en el espacio Volart de la Fundación Vila Casas."                   (e-notícies, 20/09/2013)

30/1/13

Joan de Sagarra: "no me considero catalán"

"El escritor Joan de Sagarra, hijo de Josep Maria de Sagarra, afirma en una entrevista en Jot Down Cultural que "yo soy francés, tengo otra cabeza. Ahora estoy hablando de este país contigo, pero cuando te vayas será como si hubiera hablado de Ucrania. Lo he vivido y lo conozco, pero…".

En este sentido deja claro que "no me considero catalán, no entiendo esto de la independencia, ni lo vivo". "Me considero muy francés, pero mi Francia, muy contestataria, no tiene nada que ver con la de mi madre. Lo que pasa es que si yo mañana cumplo 75 años tengo que ser ya alguna cosa, y soy más francés que de aquí", añade

También explica que tanto a Juan Marsé como a él, cuando les preguntan por qué no escriben en catalán "sentimos que no forma parte de nuestro mundo. No lo hemos pensado, somos unos tíos catalanes cuyos padres eran catalanes, hablamos en catalán, escribimos en castellano, no se nos ha pasado por la cabeza esto de la independencia y, en todo caso, nos lo tendrían que explicar muy bien y veríamos, pero en principio no"-

"Además es una pregunta que nos hacen muy a menudo y no nos gusta. Hay que contestarla, pero Marsé ya tiene sus respuestas. Le dicen: “Usted por qué no escribe en catalán?, y él contesta que fue a un colegio en castellano, y tal y cual, y ya está". 

Por otra parte, también critica "la “cultureta” o “patufetismo-leninismo” que "va ligada a Jordi Pujol". "Sin él posiblemente no habría 'cultureta'. Hay una especie de 'cultureta' marxista que para mí es más bien el 'patufetismo-leninismo', pero la institucionalización de la 'cultureta' viene con Pujol, y esto dura muchos años". "Y ahora existe la posibilidad de que 'Lady Macbeth' coloque al chico", concluye."             (e-notícies, 21/01/2013)

18/1/13

En la mayoría de los movimientos secesionistas europeos, (País Vasco, Cataluña, Tirol del Sur, Flandes, Escocia...) el principal argumento es que su pueblo está cansado de "subvencionar" a su Gobierno central o a regiones más desfavorecidas

"A pesar de que se afirme lo contrario, la UE es fundamentalmente una unión de Estados naciones y seguirá siéndolo a no ser que se produzca un cambio radical en el acervo comunitario algo que, de momento, no se prevé. (...)

Pero cuando se ve amenazada la integridad de sus Estados naciones, la UE no puede mantener una distancia de seguridad con respecto a los acontecimientos que tienen lugar en Flandes, Cataluña o Escocia, por mucho que lo deseen sus principales grupos de interés. 

El reciente resurgimiento de los movimientos separatistas como consecuencia de la crisis, planteará a Bruselas numerosos desafíos.

 En primer lugar, las regiones europeas que aspiran a la independencia ya han empezado a plantear cuestiones molestas, de momento de forma implícita, aunque en breve también lo harán explícitamente: ¿Escocia tendrá que volver a solicitar su pertenencia a la UE si su población vota a favor de la independencia en el referéndum de 2014?

 ¿A los catalanes se les privará de su actual ciudadanía europea si optan por separarse de España? ¿Cómo reaccionará la UE si uno de sus miembros pide ayuda porque se enfrenta a "una amenaza para la seguridad nacional" en forma de un movimiento independentista?

La lógica jurídica convencional plantea que si surge un nuevo Estado en Europa, tendrá que pasar por todo el proceso de adhesión y obtener la aprobación unánime de todos los miembros existentes de la Unión antes de ser aceptado y formar parte del club.(...)

 Aunque la UE pudiera gestionar políticamente y jurídicamente un incidente aislado secesionista (por ejemplo, en Escocia), un posible efecto dominó de demandas similares en el País Vasco, Cataluña, Tirol del Sur, Flandes, Alsacia y Córcega en Francia, de los polacos en Lituania, los frisos en Países Bajos y los musulmanes en el noreste de Grecia desestabilizaría a la Unión en general. (...)

Incluso actualmente, el propio temor a los movimientos secesionistas influye en la política de la UE. Por ejemplo, cinco de los 27 países de la UE (Chipre, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y España) se niegan a reconocer a Kosovo, por miedo a que animen a los movimientos separatistas de sus propios territorios.

 La situación resulta especialmente complicada en Chipre, el único Estado miembro de la UE que, según la ONU, se encuentra parcialmente bajo ocupación extranjera (turca). Las autoridades chipriotas podrían interpretar la aprobación de la UE para que una región concreta en Europa se separe como una luz verde para la división de la isla por derecho.

Incluso en casos menos complicados, como el del Reino Unido, un enfoque positivo de la UE con respecto a la independencia de los escoceses podría complicar aún más las relaciones entre Londres y Bruselas. Entonces, ¿cómo debe responder la UE? Ante todo, manteniendo la calma.

Los movimientos secesionistas no son irreversibles. Por ejemplo, las encuestas de opinión demuestran que en Escocia, una clara mayoría está dispuesta a votar a favor de que el país siga formando parte del Reino Unido. En España, las encuestas revelan que los catalanes desean que se celebre un referéndum, pero están divididos en cuanto a si votarán a favor o en contra de la independencia.

Los nacionalistas en Flandes parecen estar dispuestos a conformarse con una confederación en lugar de una ruptura total, si bien el enigma de quién se quedaría con Bruselas es lo bastante complicado como para mantener a Bélgica unida.
 
La UE debe adoptar una postura clara sobre el estatus legal de las regiones separatistas, ya que los pueblos que aspiren a la independencia tienen derecho a tomar decisiones informadas. El sentir popular en Escocia y Cataluña demuestra que la probabilidad de ser expulsados de la UE tiene un fuerte efecto disuasorio con respecto a la independencia.

En la mayoría de los movimientos secesionistas, el principal argumento es que su pueblo está cansado de "subvencionar" a su Gobierno central o a regiones más desfavorecidas. Un uso más eficaz de los fondos estructurales de la UE para ayudar a las regiones más pobres a recuperarse podría ser una cuestión de supervivencia para algunos Estados miembros. (...)

El caso de Alemania, el Estado federal de más éxito en la UE, ilustra que un gobierno regional fuerte y el federalismo no son incompatibles. Al contrario: la autonomía regional en Alemania aporta legitimidad democrática a la estructura federal."       (, Presseurop, 09/01/2013)

26/11/12

Es puramente recreativo denunciar la falacia de un hombre que convoca a la creación de un nuevo Estado europeo, mientras Europa le dice que no lo aceptará como miembro

"Estos días catalanes están permitiendo descubrimientos asombrosos. No alcanzo a ver un momento de Cataluña donde se haya puesto tan en evidencia el funcionamiento perverso de su comunidad política.

 Hasta el punto de que el día 25 va a decidirse algo de grueso calibre: si la democracia se somete al nacionalismo o el nacionalismo se somete a la democracia. No hay más. (...)

Mientras llegamos a la noche del 25, en la más erizada vigilia electoral que hayamos vivido, deberíamos fijarnos en uno de esos descubrimientos asombrosos. La desocupación de CiU de alguno de los espacios centrales que había señoreado durante los últimos 30 años ha procurado insospechados efectos. 

Fíjate, por ejemplo, lo que ha pasado con la senyera. La súbita pasión estelada ha devuelto la bandera institucional a todos los catalanes, incluidos los ajenos al nacionalismo, que tantas veces habían denunciado su apropiación indebida. (...)

Es puramente recreativo denunciar la falacia de un hombre que convoca a la creación de un nuevo Estado europeo mientras Europa le dice que no lo aceptará como miembro. Sólo prueba el desequilibrio nacionalista. Respecto a Europa lo esencial es que la deriva de CiU ha atentado contra el pilar de la construcción europea post 45, contra el nunca jamás declamado sobre las ruinas de Alemania: la identificación mecánica, obligatoria, entre una etnia, una cultura o una religión, y un Estado.

 La Europa contemporánea es, antes que nada, la reivindicación de la libertad de los ciudadanos frente a la tiranía del ethos, de la guarida preilustrada donde los hombre habitan. Por mucho que un nacionalismo práctico, pretendidamente cool, quiera disimularlo, el gusano xenófobo sigue anidando en el fondo de sus reivindicaciones fiscales.(...)

  Mientras el nacionalismo catalán no abandonó el perfil autonomista pudo seguir manteniendo su compatibilidad con la modernidad europeísta. Por decirlo de un modo rápido, seguía en brazos de la madura Reading, tan sensible a las identidades de las lenguas e identidades europeas, siempre y cuando no atraviesen la línea roja de los Estados. 

No es que ahora el nacionalismo catalán haya quedado al margen de Europa: es que actúa resueltamente contra ella."        (Arcadi Espada, 24/11/2012)

11/10/12

Las regiones prósperas europeas (Flandes, Escocia, Cataluña, Lombardía...) desean redibujar el mapa, para no pagar impuestos

"Puede que Cataluña sea el catalizador de una oleada renovada de separatismos en la Unión Europea, seguida de cerca por Escocia y Flandes. La gran paradoja de la Unión Europea, que se basa en el concepto de la soberanía compartida, es que hace que las regiones que presionan para lograr la independencia tengan que arriesgar menos.

Si bien es posible que de la crisis de la eurozona esté surgiendo una Unión Europea post-nacional, con un empuje para crear una mayor unión fiscal y un control más centralizado sobre los bancos y los presupuestos nacionales, la crisis ha acelerado los llamamientos a la independencia de las regiones más ricas de los Estados miembros, enfadadas por tener que financiar a los vecinos más pobres.

Artur Mas, el presidente catalán, hace poco conmocionó a España y a los mercados con la convocatoria de elecciones anticipadas y la promesa de un referéndum sobre la independencia con respecto a España, aunque Madrid lo considere ilegal. Escocia está planificando un referéndum sobre la independencia para el otoño de 2014.

 En Flandes casi han logrado la autonomía total, tanto desde el punto de vista administrativo como lingüístico, pero siguen molestos por lo que consideran la hegemonía remanente de los francófonos de Valonia y la élite de Bruselas, un sentimiento que será más que visible en las elecciones provinciales y comunales del 14 de octubre.
 
Por ejemplo, muchas personas en Cataluña y en Flandes exponen que pagan mucho más al tesoro nacional de lo que reciben, a pesar de que los Gobiernos nacionales están recortando servicios públicos. 

En este sentido, el argumento regional es como el argumento de la eurozona a menor escala, puesto que los países del norte más prósperos como Alemania, Finlandia y Austria se quejan de que su riqueza y éxito comparativo se está agotando para mantener a flote a países como Grecia, Portugal y España.

“Todo el desarrollo de la integración europea ha reducido lo que está en juego con la separación, ya que las entidades que surgen saben que no tienen que ser totalmente autónomas e independientes”, comentaba Mark Leonard, director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. “Son conscientes de que tendrán acceso a un mercado de 500 millones de personas y a algunas de las protecciones de la UE”.

Heather Grabbe, que trabajó durante cinco años como consejera política del comisario de Ampliación de la UE, se mostró de acuerdo: “Si eres un país pequeño en la UE como Malta o Luxemburgo, lo más probable es que cuentes con una sobrerrepresentación en Bruselas en comparación a tu tamaño, así que, adelante con tus propósitos”. 

Grabbe, que ahora es directora en Bruselas del Open Society Institute, afirmaba que la variable clave del separatismo no es tanto una cuestión de dinero, sino más bien de agravio histórico y de idioma.

“Mucha de la presión radica en volver a revisar los antiguos acuerdos y derrotas, en quién se compromete a qué en los presupuestos centrales”, afirmaba. “Pero a la hora de la verdad, no se trata de dinero, sino de mitos nacionales, como qué tipo de personas somos, metanarrativa y sentimientos:

 ‘¿Nos sentimos oprimidos? ¿Nos sentimos lo bastante seguros como para independizarnos?’ Vuelven los fantasmas del pasado y aunque la economía desempeñe una función clave, al final, la gente vota con el corazón”.

 Pero la crisis también ha constituido todo un enigma para los líderes regionales, porque ha socavado la atracción de la Unión Europea. Por ejemplo, en Escocia, se asumía que si fuera independiente, se uniría al bloque sin muchos problemas, ya que los escoceses ya son ciudadanos de la Unión Europea.

 (Después de todo, alrededor de 20 millones de personas de Alemania del Este se convirtieron en miembros de la Unión Europea de la noche a la mañana sin ni siquiera tener que silbar el himno.) ¿Pero Escocia heredaría la opción británica de no pertenecer al euro o bien, como nuevo Estado de la UE, tendría que asumir la moneda común? Y si fuera así, ¿quién sería responsable de rescatar al Banco de Escocia, si se diera el caso?

  “Ven cómo se refuerza el poder de Bruselas, al tiempo que menguan y se relativizan los Gobiernos nacionales, un proceso que se ha acelerado con el mercado único en Europa”, exponía Janning. Muchos de ellos han formado agrupaciones regionales que eluden al Gobierno central: Cataluña, junto a Baden-Wurtemberg en Alemania, Ródano-Alpes en Francia y Lombardía en Italia, por ejemplo, son fuerzas motrices regionales que se autodenominan “los cuatro motores de Europa” y juntos poseen un PIB superior al de España. 

“Pero ahora”, proseguía Janning, “llega la crisis,” que plantea un dilema para las regiones, porque también implica una concentración de poder en las capitales nacionales, que intentan recortar el presupuesto nacional.

 “Ahora, las miradas vuelven a dirigirse a Madrid, Roma, París y Berlín”, comentaba, “por lo que se reducen las oportunidades regionales y se hace pagar a las más prósperas”.  (...)

Si bien los líderes europeos sostienen que la respuesta a la crisis es “más Europa”, algo que en circunstancias normales agradaría a las regiones separatistas, los votantes y los contribuyentes europeos se muestran alterados, escépticos y enfadados. 

Mark Leonard, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, comentaba que estuvo hace poco en Barcelona, donde las autoridades catalanas no dejaban de preguntarle por Escocia. “Sabían mucho más que yo sobre los asuntos escoceses”, afirmaba. “Así que está claro que están observándose y compitiendo entre sí”.        (Steven Erlanger , Presseurop,

10/2/10

Los 'carnets' para que los emigrantes adquieran la 'identidad' europea

"Un contrato para ser francés. El Gobierno de Sarkozy obligará a firmar una carta de derechos y deberes a los nuevos ciudadanos - Se exigirá conocimiento de la lengua y respeto a las leyes.

Tras cuatro meses de debatir encendidamente sobre en qué consiste la esencia de lo francés, el primer ministro, François Fillon, dio por cerrada la primera etapa de la cuestión al anunciar una serie de medidas -catalogadas de simbólicas por algunos- encaminadas a reforzar la identidad nacional gala. Propuestas por diferentes ministros, van desde propiciar el canto de La Marsellesa en el colegio a reforzar la autoridad del maestro u obligar a firmar un contrato de deberes y derechos para los nuevos franceses.

El primer ministro anunció también que el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, hablará del polémico asunto... en abril, tras las elecciones regionales de marzo. Fillon estuvo ayer acompañado por el alma y motor del envenenado debate, el incansable y activo ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, que ayer no abrió la boca. (...)

Identidad francesa

- Naturalización. La ceremonia en la que un extranjero adquiere la nacionalidad francesa será más solemne, con la firma

de un contrato en el quese especifican los derechos y los deberes de su nueva ciudadanía.

- Cada alumno francés contará con un carné ciudadano.

- Se reforzarán las materias cívicas en las escuelas.

- La bandera tricolor será izada en cada escuela con motivo del 14 de Julio.

- Cada clase contará con un cartel en el que se exponga la Declaración de Derechos del Hombre.

- Se estimulará la enseñanza del francés a los extranjeros. Las escuelas serán también centros educativos del idioma para los padres extranjeros.

- Una comisión de expertos sobre la identidad francesa elaborará una nueva lista de medidas." (El País, ed. Galicia, internacional, 09/02/2010, p. 2)

"Las puertas se cierran en Europa.

- Alemania. Las exigencias idiomáticas son uno de los mayores obstáculos para acceder a la ciudadanía. Desde 2007, los criterios son más duros: se exige, a extranjeros que no tienen el graduado escolar, un nivel B1 (capacidad de charlar sin problemas sobre el trabajo y la vida diaria, así como la comprensión de textos oficiales y la redacción de cartas sencillas). En 2008, las nacionalizaciones cayeron un 16%.

Además, en 2008 se introdujo, entre muchas protestas, una prueba de nacionalización que consta de 33 preguntas de un catálogo de 310 (300 para toda Alemania y 10 específicas de cada Estado). Con 17 respuestas correctas se aprueba. El 98% de los examinados supera el examen. (...)

- Italia. El Gobierno italiano se dispone a aprobar esta misma semana el decreto ley que regulará el permiso de residencia por puntos. La idea de la Liga Norte obligará a los inmigrantes que quieran residir legalmente en el país a superar diversas pruebas y exámenes y a ser evaluados cada dos años.

El "pacto de integración" exigirá superar cursos de lengua italiana, Constitución y reglas cívicas, además de cumplir diversos deberes, entre ellos escolarizar a los hijos y tener al día el pago de impuestos. Si plasman esos cuatro requisitos, los inmigrantes tendrán los 30 puntos necesarios para acceder al permiso. Si no, tendrán un año para recuperar. Pero si continúan suspendiendo, serán expulsados. (...)

- España. Los trabajadores extranjeros no firman ningún contrato de integración, como el que existe en Francia, aunque el PP es partidario de introducirlo. (...)

- Reino Unido. Desde noviembre de 2005, todos los solicitantes de ciudadanía tienen que superar una prueba que certifique un conocimiento aceptable del inglés y el conocimiento suficiente de la cultura y de las costumbres de Reino Unido. La prueba prevé una serie de preguntas sobre las instituciones sociales y civiles del país. (...)

En 2008, Reino Unido introdujo el mayor cambio en la normativa sobre inmigración en 45 años. Estableció un sistema de puntos que divide a los inmigrantes en categorías sobre la base del nivel de formación y especialización. El sistema tiene cinco escalones. A excepción del primero, el de los trabajadores altamente calificados (como científicos y emprendedores), todos los demás requieren un tutor. Los puntos también se adquieren por poder adquisitivo y edad." (El País, ed. Galicia, internacional, 09/02/2010, p. 3)