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23/2/24

El nacionalismo, políticamente hegemónico desde el año 1980 en Cataluña, nos ha llevado a la debacle actual. No es una cuestión de siglas -CDC, UDC, PDECat, JxCat, ERC, CUP…- es una cuestión de concepto, de mentalidad y, sobre todo, de una manera de hacer y de gobernar... Jordi Pujol se llegó a identificar con Cataluña y la evidencia es que todo aquello que construyó ha acabado hundido, incluido el “país ideal” que imaginó

 "(...) El ideal de una Cataluña “libre, rica y próspera”, segregada de España y de la península Ibérica, ha marcado a las generaciones de catalanes que han nacido y vivido en esta tierra después de la muerte de Franco. Pero este ideal se ha basado sobre un gravísimo error: obviar que la realidad social es compleja y que hay una parte muy importante de la población que no tiene raíces catalanas y que también tiene derecho a expresarse en su lengua y a vivir su cultura con normalidad y plenitud.

La Generalitat, restablecida gracias a la tenacidad del presidente en el exilio, Josep Tarradellas, no ha sido percibida como la institución de “todos”, sino de solo una parte y esta falta de identificación ha entorpecido el proceso de integración. Hoy, más que nunca, hay que ratificar y defender que los 8 millones de habitantes de Cataluña, vengamos de donde vengamos, hablemos como hablemos, somos un solo pueblo, con los mismos derechos y los mismos deberes. 

 El nacionalismo catalán, además de su vertiente excluyente, ha cometido dos otros errores de gran calibre: caer en la lacra de la corrupción y, lo que es peor, intentar justificarla; y poner en marcha el delirante proceso independentista para intentar tapar el lado más oscuro y más sucio de su gestión. De este modo, hemos pasado del supuesto “oasis” pujolista -donde la “omertà mafiosa tapaba todas las críticas- al estallido de las cloacas y al actual desierto, en el cual estamos perdidos y desorientados.

 Para más inri, hemos perdido la empatía y la complicidad de los vecinos. El estropicio del 1-O no solo ha fracturado, todavía más, la sociedad catalana. Ha provocado una reacción de rechazo en la Cataluña Norte, en las Islas Baleares, en la Comunidad Valenciana y en Aragón, donde las últimas elecciones han instaurado gobiernos de derecha y de extrema-derecha, muy refractarios a la colaboración con la Generalitat y con todo aquello que tenga relación con el nacionalismo catalán.

La incapacidad y la impotencia para hacer frente a la sequía; el devastador informe PISA sobre la educación y los reiterados y brutales episodios de inseguridad ciudadana que sufrimos marcan el punto más bajo de Cataluña desde la recuperación de la democracia. Este desbarajuste coincide con un Gobierno, el de Pere Aragonès, que solo tiene 33 diputados en el Parlamento.

 Jordi Pujol, el “padre padrone del nacionalismo contemporáneo, tiene que ver cómo otra de sus obras -a la cual dedicó mucho dinero y esfuerzos-, la Gran Enciclopèdia Catalana (GEC ), también cae a pedazos. Esta empresa editorial arrastra una deuda de 15 millones de euros, ha tenido que vender el edificio corporativo al dueño de Bon Preu, Joan Font, y tiene previsto hacer un ERE de su plantilla.

La crisis de la GEC, fundada en 1968, se añade a las del grupo financiero Banca Catalana, al cierre del diario El Correo Catalán, de la revista Destino -de los que Jordi Pujol era propietario- y de Cadena 13, a la desintegración de Convergència Democrática por corrupción y a la imputación de toda la familia Pujol por esconder una fortuna en paraísos fiscales. Jordi Pujol se llegó a identificar con Cataluña y la evidencia es que todo aquello que construyó ha acabado hundido, incluido el “país ideal” que imaginó.

 Con el descalabro de la GEC culmina este desastre permanente que, bajo las consignas de “hacer país” y “esto ahora no toca”, hemos tenido que soportar el conjunto de los catalanes en las últimas décadas. Dando por sentado que en la iglesia nacionalista, presidida por el pantocrátor de Jordi Pujol, los convergentes eran los padres de esta gran familia mal avenida; los republicanos son los hijos; y los de la CUP, los nietos.

Es evidente que el edificio está en ruinas y que hay que hacer un “reset” con urgencia, pero el PSC, que tendría que liderar la alternativa, está atado de pies y manos por el apoyo que ERC da a la estabilidad de Pedro Sánchez. Mientras en Madrid, el PSOE necesite imperiosamente los escaños de los nacionalistas catalanes para poder gobernar, Salvador Illa se quedará sin la presidencia de la Generalitat. (...)

El nacionalismo ha llevado Cataluña al precipicio. Estamos en caída libre y todavía no hemos tocado fondo."            (Jaume Reixachs, elTriangle, 11/12/23)

26/4/23

Las maquinaciones de Vendrell, cerebro del Tsunami, y Terradellas: La secesión, según aleccionaba Terradellas a Vendrell, pasaba por un centenar de muertos, el apoyo de 10.000 soldados rusos y un conflicto bélico... cousas veredes

 "La Audiencia Nacional sitúa a Xavier Vendrell, exsecretario de organización de ERC y exconsejero de Gobernación de la Generalitat como uno de los cerebros de Tsunami Democràtic, un movimiento creado en 2019 para agitar al activismo independentista, tomar las calles y presionar mediante revueltas callejeras al Estado. Un año antes, el propio Vendrell analizaba con Víctor Terradellas --exjefe de relaciones internacionales de Convergència (CDC)-- formas de lograr la independencia, y no precisamente de forma pacífica. La secesión, según aleccionaba Terradellas a Vendrell, pasaba por un centenar de muertos, el apoyo de 10.000 soldados rusos y un conflicto bélico.

La conversación entre el exdirigente de Esquerra y quien fue responsable de las relaciones internacionales de CDC está recogida en el sumario abierto por el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, conocido como caso Voloh, relativo al el presunto desvío de fondos públicos al procés.

 Y ahora cobra una especial relevancia porque las conversaciones de estos agitadores --ellos siempre hablaron de "montaje policial"-- tuvieron lugar sólo un año antes de que naciera Tsunami, que sí pasó a la acción. Tras la condena a los responsables del referéndum del 1 de octubre de 2017, Tsunami cortó carreteras, tomó el aeropuerto de El Prat y estuvo detrás de los graves disturbios registrados en Barcelona.

Pseudónimos

El Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional trabaja con la hipótesis de que al frente de  Tsunami Democràtic estaban la fugada Marta Rovira, secretaria general de ERC, así como el empresario afín a este partido, Oriol Soler; el exsecretario general de los republicanos y exmilitante de Terra Lliure, Xavier Vendrell, o el dirigente de Òmnium Cultural Oleguer Serra, entre otros. Todos ellos se comunicaban con pseudónimos. El de Rovira era Matagalls, montaña catalana escenario de movilizaciones separatistas, mientras que el de Vendrell era Índigo y Escobar. Un alias que recuerda a Pablo Escobar, conocido narco colombiano. Crónica Global dio cuenta de los estrechos vínculos que unen al nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, con Xavier Vendrell.

El verano pasado, Petro le concedió a Vendrell y al empresario catalán Manel Grau la nacionalidad colombiana, de manera exprés y por orden presidencial.

"Se nos pasó el arroz"

Solo un año antes de la creación de Tsunami, Terradellas aseguraba en una conversación grabada por la Guardia Civil que hubiesen sido necesarias un centenar de muertes para lograr la independencia tras el referéndum del 1-O. En alusión al fugado Carles Puigdemont, afirmó: "El presidente se cagó el otro día, no quiere ser responsable ni de que te defiendan como si fueras una urna, pero necesitas 100 muertos". Vendrell respondió categórico: "Se nos pasó el arroz, no hubo cojones...".

Mucho se ha escrito sobre los supuestos contactos de esos agitadores independentistas con Rusia. De hecho, los ‘conspiradores’ hablaron de la necesidad de contar con el apoyo de 10.000 soldados rusos. "Si Rusia interviene dentro de lo que es la OTAN, la OTAN reaccionará", dijo Vendrell según consta en las grabaciones judiciales. “Tendrán que matar para entrar”, añadía.

"Poseer un aeropuerto"

Resulta especialmente inquietante que ambos contertulios hablaran de poseer un aeropuerto para hacer llegar a los soldados, una vez descartada la hipótesis de que entraran en barco. De hecho, el 16 de octubre de 2019, Tsunami bloqueó el aeropuerto de Barcelona. Un pasajero francés falleció tras sufrir un infarto después de caminar cuatro kilómetros para llegar a la terminal T2. En solo una semana, se documentaron más de 500 episodios violentos en sólo una semana y pérdidas millonarias por los sabotajes.

También en el marco del caso Voloh, la Guardia Civil intervino a Vendrell una nota en la que se planteaba que, bajo el lema "Libertad y democracia", 20.000 independentistas participaran en acampadas durante dos años en las capitales europeas para exigir la libertad de los políticos presos del procés y la aceptación de los resultados del referéndum secesionista.

Desvío de subvenciones

El caso Voloh es una pieza separada de la investigación llevada a cabo por el propio juzgado sobre el desvío de subvenciones de la Diputación de Barcelona a fundaciones vinculadas a CDC. Las grabaciones de la Benemérita alertaron sobre esa planificación de altercados callejeros. En las mismas, Víctor Terradellas, encargado de buscar financiación para el procés --fue presidente de Fundación Catmón, dedicada a la internacionalización del proyecto independentista-- asegura que del 1 al 27 de octubre lo tenían "ganado", en referencia a la declaración de independencia. Y que "si él hubiera dicho 'chicos, declaro la independencia y venga, a cortar carreteras...'", en referencia a Puigdemont.

"Estoy preparando un acontecimiento bélico", explicaba el mismo exdirigente de Convergència a su compañero del desaparecido MDT (Moviment de Defensa de la Terra) Miquel Casals, exmiembro de la banda terrorista.

Vendrell fue detenido en octubre de 2020 junto a otros integrantes del denominado "Estado mayor" del 1-O, entre ellos el exdirigente de CDC David Madí, acusados de desviar fondos públicos

Hoy es la Audiencia Nacional la que investiga a Vendrell."                     (Mª Jesús Cañizares, Crónica Global, 14/04/23)

28/6/22

Confirmado: iban de farol... Una ex diputada de la CUP admite que no tenían "nada preparado" para la independencia

 "La ex diputada de la CUP Glòria Serra ha admitido en una entrevista en el programa Cafè d'Idees de La2 y Radio4 que el 27 de octubre ya supieron que no había nada preparado" para hacer efectiva la independencia. Serra ha señalado que no dijo nada entonces que el Govern no tenía nada preparado para hacer efectiva la independencia porque "se decidió que no lo dijéramos". "Es uno de los dolores que tengo", ha añadido.

La ex diputada ha añadido que "cuando nosotros supimos que no había nada, yo dije que esto lo teníamos que decir y salir al atril y decir 'señores, acabamos de saber que aquí no hay estructuras de estado ni hay ningún plan por viabilidad esto'".                  (e-notícies, 28/06/22)

27/5/22

Puigdemont pidió ayuda al Vaticano a través de espías rusos... cousas veredes

 "El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, habría intentado contactar con Vaticano en 2017 para conseguir apoyos para la independencia de Cataluña.  

Su nombre ha aparecido en un juicio que se está celebrando en el Vaticano y que trata de aclarar ciertas irregularidades en la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado.

En el proceso están imputadas diez personas, entre ellas el excardenal italiano Angelo Becciu, número dos de la Secretaría de Estado del Varicano entre 2011 y 2018, con quien Puigdemont pretendía reunirse.

Este jueves fue depositada una carta firmada por la exasesora del cardenal Cecilia Marogna, también imputada, con fecha 17 de mayo en la que se cita a Puigdemont.

La carta señala que el empresario romano con espías rusos Piergiorgio Bassi, socio de una empresa de inteligencia y seguridad con sede en Suiza, transmitió a Marogna la intención de Puigdemont de mantener una reunión con Becciu "durante el periodo de la crisis española por el referéndum independentista catalán".

Marogna explica que Bassi se presentó a ella como socio del número 1 de los servicios secretos italianos, el general Giovanni Caravelli. Y le llevó dos “delegados para las cuestiones diplomáticas particulares” del presidente ruso, Vladimir Putin. “Los dos perfiles corresponden a la identidad de Goloschchapov Konstantin Veniaminovich y Lukjanov Vladimir Nikolayevich”.

"Hablé de ello con el cardenal, que me dijo que estaba disponible para escuchar lo que ocurría en España y si habría márgenes para la intervención diplomática del Vaticano", indica Marogna.

La imputada recuerda en la carta que Bassi le dijo "que Puigdemont no podía viajar en ese momento" y que la solución era concertar "una videollamada vía Skype" entre Becciu y el líder independentista catalán, incluso con la presencia de la exasesora si el cardenal así lo pedía."   
           (e-notícies, 20/05/22)

20/5/22

La trama rusa del procés, el cuento de nunca acabar: Puigdemont hablo "de soldados" con los rusos... "No sólo hablamos con los rusos. Hablamos con los estadounidenses, con los alemanes, con los franceses, hablamos con todo el mundo"... Víctor Terradellas se fotografió con "un documento de un banco con 500.000 millones de dólares" que pagaría Rusia por liquidar la parte de la deuda española en caso de independencia... Elsa Artadi también se reunió con rusos... en fin

 "El ex secretario de relaciones exteriores de CDC, Víctor Terradellas, ha explicado en declaraciones a El mundo en RAC-1 que los supuestos enviados del Kremlin que se reunieron con Carles Puigdemont le ofrecieron una videollamada con Putin.

Terradellas ha admitido que en los encuentros el 24 y el 25 de octubre de 2017 en la Casa de los Canónigos "los emisarios ofrecieron una videollamada con Putin". "El presidente dijo que si se quería hacer que se hiciera, supongo que encantado como todos nosotros", ha añadido.

El exdirigente de Convergència ha justificado que "entonces todo el mundo hablaba y negociaba con el señor Putin y el presidente debía mantener todas las puertas abiertas para poder interlocutar con alguien si el proceso salía adelante".

"No sólo hablamos con los rusos. Hablamos con los estadounidenses, con los alemanes, con los franceses, hablamos con todo el mundo" y ha recordado un encuentro del presidente con el embajador de Estados Unidos en Palau.

También ha detallado que en los encuentros "lo único que se comenta allí es que queríamos que participaran en la construcción de una legislación por el tema de criptomonedas" y ellos cambio ofrecieron "apoyo" para la independencia de Catalunya.

Víctor Terradellas ha detallado que "se habló de soldados" y de financiación. En este sentido, ha reconocido que se fotografió con "un documento de un banco con 500.000 millones de dólares" que pagaría Rusia por liquidar la parte de la deuda española en caso de independencia.

Por último, ha dicho que no hubo más contactos con los supuestos enviados del Kremlin porque "vieron lo poco que se había hecho y lo dejaron para más adelante". "Vieron que en gran parte era una broma", ha concluido."              (e-notícies, 12/05/22)      

"El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se reunió con dos supuestos emisarios del Kremlin días antes de la declaración unilateral de independencia. Así lo confirmó el ex secretario de relaciones exteriores de CDC, Víctor Terradellas, en su declaración ante el juez que investiga los nexos rusos del proceso. En ambas reuniones, según admitió, también estuvo presente Elsa Artadi, que entonces era directora general de Coordinación Interdepartamental del Govern.

Los encuentros se celebraron el 24 y el 25 de octubre de 2017 en la Casa dels Canonges, la residencia oficial del presidente. En estos dos encuentros participaron el ex president, Terradellas y el ex dirigente de Junts Elsa Artadi, que hace unos días dimitió como candidata a la alcaldía de Barcelona por motivos personales.

A la primera asistió Sergei Motin, ciudadano ruso ya fallecido, y en la segunda acudió el exdiplomático ruso y empresario Nikolai Sadovnikov. Los supuestos enviados de Vladimir Putin ofrecieron apoyo militar y económico a un futuro estado catalán independiente pero Puigdemont, según declaró Terradellas, "no dio credibilidad".

El exdirigente de Convergència y amigo del ex presidente también declaró que estos contactos se hicieron a su petición porque él "iba por libre" y añadió que Puigdemont calificó la propuesta de los rusos le había parecido "una broma de mal gusto".            (e-notícies, 12/05/22)

19/5/22

Miguel Strogoff en la plaza de Sant Jaume... Hay ambientes políticos en los que el desorden conspirativo propician el disparate, la infiltración y los agentes dobles... Admitamos que fuera solo un accidente, resultado de la insensata osadía de unos pocos elementos marginales... pero, una vez imperan la fragmentación y el caos en los partidos, sus débiles direcciones atienden solo a las redes sociales y se entra en una zona de sombra en la que se pierde el sentido de la orientación, el respeto a la inteligencia e incluso la decencia... Ante la debilidad de la política de alianzas y el fracaso de la internacionalización del conflicto, se abrió paso la ocurrencia genial de tantear alianzas infames, impropias de un país moderno y europeo... Esperar que el carcelero y verdugo de pueblos que es Vladímir Putin ayudara a Cataluña a separarse de la España democrática y constitucional es la última, definitiva y más patética ocurrencia que pudiera surgir de una mente política que se pretende democrática

 "Pudo más la sensatez que la pasión independentista. Al menos en Esquerra, donde desde hace tiempo se reniega de todo lo que representa Putin, sus obras y sus pompas. Es más dudoso el comportamiento de Puigdemont y su entorno. Lo fue durante su presidencia, como poco a poco se ha ido conociendo, pero todavía más durante su dorado exilio bruselense. 

Hay ambientes políticos en los que las subastas radicales y el desorden conspirativo propician el disparate, la infiltración y los agentes dobles. Una vez imperan la fragmentación y el caos en los partidos, sus débiles direcciones atienden solo a las redes sociales y se entra en una zona de sombra en la que se pierde el sentido de la orientación, el respeto a la inteligencia e incluso la decencia.

Admitamos que fuera solo un accidente, resultado de la insensata osadía de unos pocos elementos marginales. A reserva de lo que diluciden los tribunales y, si fuera el caso, la obligada investigación parlamentaria, tanto o más necesaria que la del caso Pegasus, desechemos incluso la seriedad de la propuesta de intervención financiera e incluso de auxilio armado a la declaración unilateral de independencia por parte de unos amigos rusos, se supone que del grupo Wagner, famoso por sus actuaciones criminales en Siria, Libia, Mali y ahora Ucrania. Incluso imaginando que fueran meras chanzas de café, o mezcla de estafa y de intromisión exterior, tiene todo muy mala pinta y hace ineludible tocar el hueso de los contactos con el Miguel Strogoff que Putin mandó a la plaza de Sant Jaume, e interpretar qué significa en clave política, especialmente a la luz de la guerra de agresión contra Ucrania.

Para un cierto maquiavelismo local, quizás nada esté prohibido y solo importen los resultados. Históricamente sabemos lo que significa sacrificarlo todo, también la democracia y las libertades, a un objetivo supremo. Queda claro a estas horas que alguien especuló con una idea descabellada que pervertía el idealismo independentista, anulaba su pacifismo y destruía la eficaz propaganda de una década entera.

Ante la debilidad de la política de alianzas y el fracaso de la internacionalización del conflicto, se abrió paso la ocurrencia genial de tantear alianzas infames, impropias de un país moderno y europeo. Cataluña solo ha avanzado históricamente en el autogobierno cuando ha apostado por la democracia parlamentaria, el Estado de derecho y el multilateralismo, y he aquí que un grupo de amigos y conocidos de Puigdemont imaginaron un futuro catalán a la sombra del orden internacional totalitario basado en el derecho del más fuerte en vez de en la fuerza del derecho. Esperar que el carcelero y verdugo de pueblos que es Vladímir Putin ayudara a Cataluña a separarse de la España democrática y constitucional es la última, definitiva y más patética ocurrencia que pudiera surgir de una mente política que se pretende democrática."                  (Lluís Bassets , El País, 16/05/22)

8/4/22

En otoño de 2017, la prensa rusa se volcó con Puigdemont y el ‘procés’... eran otros tiempos... en los que Puigdemont buscaba a Putin, el hoy apestado

 "Muchos medios de comunicación rusos hicieron una amplia cobertura del proceso independentista en Cataluña y del papel que jugó el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en otoño de 2017. 

Muchos de estos medios mostraron su apoyo al procés a partir de numerosas informaciones, entrevistas al propio Puigdemont y la difusión de sus ruedas de prensa e intervenciones públicas. Russia Today, Komsomolskaia Pravda, Sputnik TV, Rossiya 24, Izvestia o 1prime.ru, medios que participaron en esta campaña de apoyo mediático al proceso independentista, se han convertido en los últimos tiempos en propagandistas de la invasión rusa de Ucrania y el bombardeo de sus principales ciudades.

Un buen plantel de periodistas rusos y corresponsales de medios de comunicación del país presidido por Vladimir Putin informaron a fondo de los eventos relacionados con la celebración del referéndum independentista del 1 de octubre y de sus repercusiones posteriores. Este seguimiento exhaustivo se mantuvo durante unas semanas después de la huida de Puigdemont y algunos de sus consejeros al extranjero tras la declaración de independencia. En octubre y noviembre iban llenos de informaciones sobre las actividades del ex-presidente de la Generalitat.

Un día antes de la declaración de independencia, el diario Izvestia, en su apartado “Separación de Cataluña de España”, caía en la trampa de informar que Puigdemont convocaría elecciones avanzadas al Parlament de Catalunya, error en el que cayeron también muchos medios catalanes. Al día siguiente de esta declaración, 1prime.ru, agencia de noticias del grupo Russia Today, bloqueado por la Unión Europea después de la invasión rusa de Ucrania, titulaba «Puigdemont: Cataluña seguirá trabajando para construir un país libre». Komsomolskaia Pravda llevaba a sus titulares del 31 de octubre que «El líder de Cataluña en Bruselas ha dicho que ahora la reconciliación de Madrid y los partidarios de la independencia es imposible». Es en este diario donde Puigdemont hizo unas declaraciones, el 21 de enero de 2019, asegurando que «La Barcelona independiente también será amiga de Moscú».

El 11 de noviembre, el canal de televisión Rossiya 24 informaba de la manifestación que se hizo en Barcelona para pedir la libertad de los Jordis e incluía en el reportaje unas declaraciones de Puigdemont a TV3. Dos años después, era entrevistado en esta emisora ​​y el responsable de su oficina, Josep Lluís Alay, lo anunciaba a los cuatro vientos con un mensaje de Twitter donde decía que era “el programa televisivo con más audiencia de Rusia” y que su jefe había hablado “del conflicto catalán, Europa y Rusia”. Un usuario de Twitter se quejaba, en el hilo del anuncio de Alay, de que los medios de comunicación europeos ignoraban a Puigdemont mientras que “en el Rossiya 24 hablaban de él cada día” y “en el Pravda le hacían reportajes a él y a su mujer”.

El 16 de noviembre, Rusia Today emitía una larga entrevista que el ex primer ministro escocés Alex Salmond le hizo a Puigdemont en un programa que no tuvo demasiada continuidad. La cadena de televisión Sputnik TV informó sobradamente sobre el proceso independentista aquellos meses de tensión política y social. Su canal de noticias en español, Mundo.sputniknews.com, ha mantenido caliente esta información hasta hace unos días, cuando los canales informativos de Sputnik fueron bloqueados también por la Unión Europea. El pasado año publicó  150 noticias con el actual presidente de JxCat como protagonista.

Carles Puigdemont y el proceso independentista catalán han desaparecido de las noticias de los medios de comunicación rusos. La inmensa mayoría están volcados en hacer propaganda de la campaña militar lanzada por Putin contra Ucrania."                      (elTriangle, 31/03/22)

2/3/22

Gregorio Morán: Empezó con una sublevación institucional jaleada en las calles. Hubo atropello, violencia y una intención inequívoca de hacerse con el poder y, para empezar, un intento de ocupaciones de los centros que amenazaban con mantenerse fieles a sus responsabilidades como garantes de la ley y la Constitución... Yo lo viví. Empezaba el otoño de 2017... Fue una asonada, que se decía en el siglo XIX, pero parecía una fiesta para unos, castigo para los demás...

 "Primero fue el drama, ahora toca la comedia. Empezó con una sublevación institucional jaleada en las calles. 

Hubo atropello, violencia y una intención inequívoca de hacerse con el poder y, para empezar, un intento de ocupaciones de los centros que amenazaban con mantenerse fieles a sus responsabilidades como garantes de la ley y la Constitución. Me importa una higa lo que consideren nuestros nada afamados jurisconsultos. Yo lo viví. Empezaba el otoño de 2017.

 Primero habían allanado el terreno; llevaban años preparándolo. Tuvieron miedo de las consecuencias, y los jefes, en un ejercicio de incompetencia y torpeza, no supieron que iniciar una revuelta es más fácil que saber darle un sentido. Ahí se quedaron, pero las mesnadas “indepes” estaba ya dándole gusto a la intención y siguieron hasta que miraron alrededor y no había más que destrozos. Fue una asonada, que se decía en el siglo XIX, pero parecía una fiesta.

Fiesta para unos, castigo para los demás. Algo se había conseguido: dividir en dos bloques la sociedad catalana, los facciosos que se sublevaron y los perplejos que hubieron de sufrirlo. Desde entonces gobiernan los facciosos y como en toda lucha de banderías quienes mandan se hacen con el botín. Aún siguen administrándolo y pelean por que nadie se lo arrebate. Quien pretenda ver en el actual conflicto entre Junts (ex Convergencia) y Esquerra Republicana algo de mayor enjundia, está desperdiciando su talento. O bien tiene intereses en el reparto, caso del PSC con Miquel Iceta a la cabeza.

 Aquí entra el presidente Sánchez, que se enteró de que existía un territorio con problemas el día que le llamó el nunca suficientemente despreciado Mariano Rajoy para dar su consentimiento a la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y le dijo que sí y era tal su desconocimiento de lo que se ventilaba que la única condición que puso fue rechazar que se aplicara el tal artículo en los medios de comunicación dependientes de la Generalidad. Es decir, que siguiera la pelea, pero con armas de intoxicación masiva. (...)

Hoy el PSC es la única fuerza impotente del constitucionalismo, por más que a la noche reniegue de lo que dice durante la mañana. No es que no existan demócratas y constitucionalistas en Cataluña, pero no tienen quien les represente y menos aún quien les defienda. Ciudadanos soportó la vileza facciosa hasta que se cansó y marchó a Madrid en busca de mejor y mayor fortuna, y ahí perdió hasta la vida jugándosela a la ruleta rusa. Fue el final del período dramático. (...)"                 (Gregorio Morán, Vox populi, 12/06/21)

29/10/21

Conocemos mucho de la cara pública y amable del ‘procés’ y poco o nada de los escenarios, las estrategias y la organización jerárquica del movimiento... tengo la impresión de que apenas conocemos más que la punta del iceberg... hay quien sospecha que Madí ha sido el director del proceso independentista, el hombre que ha movido los hilos desde la sombra, el que dirigió el Tsunami Democrático... e incluso, documentado por abundante bibliografía, el que ha tomado decisiones cruciales... como el nombramiento de Puigdemont y después de Torra... lo más probable es que la autoridad competente en la materia sea Madí... lo que desmiente las teorías judiciales y políticas que signifiquen atenuación o exculpación. Querían realmente la independencia, no la negociación

 "La frase es de un veterano periodista y director de periódicos y ha sido utilizada no pocas veces, incluso por un novelista, como muestra de confianza en el camino ineluctable de la verdad. Como Lluís Foix, que es quien la formuló, yo también creo que terminaremos sabiéndolo todo de estos últimos diez años del proceso independentista, una historia de la que a estas alturas tengo la impresión de que apenas conocemos más que la punta del iceberg.

No es una impresión nueva. Desde que empezó el proceso independentista tengo la sensación de que nos encontramos ante un fenómeno de doble cara, que no puede explicarse ni como la mera expresión espontánea de una voluntad popular ni como fruto de una oscura conspiración. Por una parte, cabe poca discusión sobre las condiciones objetivas en cuanto a disposición de una gran parte de la opinión pública catalana, perfectamente preparada para hacer suyas y movilizarse tras las demandas independentistas. 

Por la otra, tampoco hay muchas dudas sobre la existencia de una planificación y un cálculo profesionalizados, alrededor de un núcleo director, en buena parte clandestino, que estudió y preparó todos los escenarios y luego ha conducido el proceso e ido tomando las decisiones estratégicas a lo largo de los años.

 La impresión de que solo se nos ha contado la cara pública y amable de la historia me quedó corroborada por la extraña entrevista concedida por David Madí al programa FAQS de TV3 el pasado 17 de julio, y especialmente por la reiterada respuesta del político y empresario a algunas de las preguntas más comprometidas. “Hay preguntas que son difíciles de hacer e incómodas y más difíciles todavía de contestar en este país porque tienen consecuencias”, dijo en cada ocasión en que se le inquirió por su papel en el proceso independentista.

 La entrevista en exclusiva de TV3 en horario tan destacado, con un personaje que ha permanecido en un segundo plano toda la pasada década, solo puede explicarse por las necesidades de su defensa judicial ante los procesos abiertos o por abrir en los que pueda estar implicado. >A juzgar por las preguntas de la conductora del programa, Cristina Puig, hay quien sospecha que Madí ha sido el director del proceso independentista, el hombre que ha movido los hilos desde la sombra, el que dirigió el Tsunami Democrático con la ya célebre ocupación del aeropuerto e incluso, documentado por abundante bibliografía, y el que ha tomado decisiones cruciales como el nombramiento de Carles Puigdemont y después de Quim Torra.

 No se conocen pruebas con valor judicial, pero es difícil deducir de la entrevista en el FAQS que se trate de meras especulaciones y rumores, a juzgar por el especial estilo del personaje, entre provocador y sibilino, capaz de decir una cosa y demostrar con gestos y su sonrisa maquiavélica que cree la contraria.

Desconocemos el organigrama, las estrategias alternativas, las fuentes de financiación y los escenarios de los desenlaces previsibles, pero si alguien los conoce lo más probable es que la autoridad competente en la materia sea Madí. Su argumento en favor de la discreción, la ambigüedad e incluso el silencio, tan difícil para quien tiene vocación pública de gran estratega, aunque siempre en la penumbra, tienen todo el sentido. 

Madí desmintió buena parte de las teorías judiciales y políticas que signifiquen atenuación o exculpación. Querían realmente la independencia, no la negociación. Para decir que siguen queriéndola y persistirán en su proyecto escogió palabras menos solemnes pero más expresivas: la película no ha terminado, es una sesión continua, otra forma de decir que seguirán.

 El territorio en el que transita es ciertamente pantanoso. Pagan los que han dado la cara y quedan resguardados los que han dirigido el asunto e incluso han sacado beneficios. Aunque no quieran reconocerlo y Madí nos prometa un festival cinematográfico infinito, ha fracasado el escenario apetecido, la independencia, y ha sucedido porque enfrente había un Estado, una compleja institución enraizada en la historia que tiene como primera y principal misión seguir preservando su propia existencia y por eso es tan difícil de crear y de destruir.

Hemos pasado al segundo escenario, que es el de la negociación. Aunque demasiado tarde ya, con enorme cansancio y cambios incipientes y desfavorables en la correlación de fuerzas. Sin la mitad de los catalanes, con la amenaza conservadora en Madrid. Con pandemia y reconstrucción económica europea. Podría pasar por victoria una sencilla recuperación del naufragio del Estatut del 2006, y lo será sin duda para el conjunto de España y también de Cataluña, pero para el nosaltres sols posmoderno y liberal, el partido de Madí, será una derrota.

Queda el tercer escenario. Que todo fracase. Que naufrague la mesa de diálogo. Que se tensen e incluso rompan las difíciles alianzas. Que Vox se prepare para contar con ministros en Madrid. Sería la derrota total, la salida más apetecible para los partidarios de “cuanto peor, mejor”, la película estelar prevista en la sesión continua de Madí. Y volver a empezar, todos advertidos y por tanto resabiados. Es decir, cuanto peor, peor, empezando por las relaciones entre catalanes y terminando por los efectos destructivos sobre la catalanidad, el catalanismo y Cataluña.

Nada sabremos por el momento de todo esto. Nadie asumirá responsabilidades ni explicará la verdad mientras estén abiertas las carpetas judiciales. Podría saberse pronto si el escenario más favorable, el del diálogo, el pacto y la reforma del tipo que sea, estatutaria, constitucional, fuera refrendada por todos y se decidiera alguna forma de olvido para los auténticos dirigentes del Gran Disparate. En caso contrario, habrá que esperar a la prescripción, quince años para la sedición y veinte para la rebelión. Con suerte y vida, también David Madí, y algunos otros sospechosos habituales que han formado parte del estado mayor dentro del estado mayor, escribirán su libro de viejos excombatientes, en el que lo contarán todo, y los que queden entonces lo leerán. Espero ser uno de ellos."              (Lluís Bassets, El País, 06/09/21)

14/10/21

Xavier Rius: La herencia de Mas... Por no dejar no ha dejado ni partido... Artur, felicidades, te lo has cargado todo...

 "El otro día hice un experimento.

Pregunté en twitter: “¿Si tuvieras que definir a Artur Mas con una palabra cuál emplearías?

Si hubiera una palabra antinómica de príncipe yo habría empleado ésta.

Al fin y al cabo, cuando Maquiavelo escribió su libro pensaba en Fernando, el Católico.

“En nuestros días tenemos a Fernando de Aragón, actual rey de España, a quien casi se le puede denominar príncipe nuevo porque de rey débil que era se ha convertido, en virtud de su fama y de su gloria, en el primer rey de la cristiandad”, escribe.

En Catalunya goza de mala fama porque era una Trastámara aunque Jaume Vicens-Vives ya intentó desmontar la leyenda negra en un libro (“Els Trastàmares”, 1961) que tengo pendiente.

Pero, en efecto, parece difícil definir a Mas con una sola palabra.

A mí me recuerda la novela de Thomas Bernhard titulada en su versión catalana “El malaguanyat”.

Aunque malogrado es alguien que se echa a perder. Creo que Mas estuvo, desde el principio, muy por encima de sus posibilidades.

O aquel relato de Kafka titulado“El fogonero”.

De todas las respuestas la que más me gustó fue la de aquel exsenador de Unió que se pasó al PP, Manel Ibarz: "Milhomes”.

Existe la acepción castellana “Milhombres” aunque creo que, en traducción libre, se ajusta más la de “pa chulo yo”.

Otro de mis followers, Pota Blava, citaba el nombre de “Moisés” en recuerdo sin duda de aquel nefasto cartel electoral mientras que Milana Bonita admitía que si decía lo que pensaba le “cerrarían la cuenta”.

Sin querererlo, el escritor Salvador Oliva hizo una contribución personal a través de su artículo en el Quadern de El País el pasado domingo.

En su opinión, Mas es “barratibat i capalt, com la presidenta del Parlament”.

“Ni uno ni el otro reconecerán nunca el rosario de errores garrafales de que está hecha su vida política”, añadía.

Ahí duele. A eso vamos.

Porque el pasado sábado, en el FAQS de TV3, asistimos a otro intento de rehabilitación de Artur Mas.

El que fuera presidente de la Generalitat en el 2010 con 62 diputados -cifra no alcanzada desde Jordi Pujol- admitió que en el 2015 la independencia no estaba “a tocar” y que faltó “realismo”.

¡A buenas horas mangas verdes!

Admitió incluso que se había engañado al personal aunque no lo dijo así.

Tras tragar saliva afirmó que “sí, a ver, yo creo que más que … no creo que se haya mentido de una manera obscena o voluntaria”.

“Ahora si usted me dice -le espetó a la presentadora- que se han exagerado determinadas cosas o que, en algún momento, y me lo aplico a mí mismo, no hubo una dosis de realismo suficiente o de tener los pies en el suelo no se lo puedo negar”.

O sea que sí: que mintió.

Mas, como no podía ser de otra manera, culpó a Esquerra porque dijo que actuó “presionado por las circunstancias”.

“Presionado por los socios que tenía en el Parlament, que apretaban mucho”, se justificó.

“Aquello no fue una mentira, pero fue un error”, intentó exculparse.

Si la sociedad catalana no estuviera adormilada a Mas habría que pedirle responsabilidades.

Y no digo otra cosa porque estoy en contra de los escraches, las okupaciones y los linchamientos com en el salvaje Oeste.

En la Edad Media -e incluso en épocas más recientes- lo habrían colgado en medio de la Plaza Catalunya con un cartelito en el cuello y la inscripción "soy culpable".

Porque quiero recordar que fue el artífice de Junts pel Sí, aquella coalición de CDC con Esquerra -ya habían roto con Unió- que prometió la independencia a los 18 meses.

Al año y medio de las elecciones: el plazo se cumplía el 27 de marzo del 2017. Estamos en el 2021.

A mí ya me pareció el día de la presentación de la candidatura en el terraza del Museo de Historia de Catalunya -ahí estaba cubriendo el acontecimiento- wishful thinking porque no preveía la reacción del Estado.

Todo sería coser y cantar: gobierno de concentración, debate ciudadano, declaración de independencia, elecciones constituyentes, Constitución catalana y referéndum constitucional. Sólo faltaba una paella en Cadaqués para celebrarlo.

También es verdad que no es la primera vez que Mas admite la tomadura de pelo.

Recuerdo que la primera ocasión fue en un Dinar Cambra el 28 de noviembre del 2016.

Reconoció que no había una mayoría suficiente “para llegar a constituir un estado propio" pero que tranquilos, que el Estado acabaría negociando.

Lo decía el mismo que, en aquella noche electoral del 27 de septiembre del 2015, dijo aquello de “hem guanyat, hemos ganado, we have won, nous avons gagné!”.

Ahora como se sabe, anda diciendo que lo del Tribunal de Cuentas es una “venganza”. ¿Artur, qué esperabas? ¿golpecitos en la espalda?

Luego el 9 de noviembre del 2018, en conmemoración supongo del 9-N de cuatro años antes, admitió en TV3 que con aquel resultado electoral no se podía tampoco “culminar” el proceso.

Cuando la presentadora, en este caso de Els Matins, le preguntó por qué no lo dijo entonces; alegó que “nadie me lo preguntó”.

“Si políticos y periodistas hemos de revisar la hemeroteca lo tenemos mal", se defendió de los reproches.

Puro cemento armado. Nos han estado engañando sistemáticamente y aquí no pasa nada.

El 5 de febreo del 2019 -también en territorio amigo: el Tot és mou- reconoció que el independentismo no tenía la fuerza necesaria para "doblegar" al Estado.

"Aunque ha acumulado mucha fuerza y muchas razones, aún no tiene fuerza suficiente", dijo entonces.

Y la penúltima fue el 9 de marzo del mismo año, otra vez en el FAQS, cuando reconoció que la hoja de ruta de los 18 meses “era un calendario demasiado ajustado y demasiado duro”.

Por eso, sigo dándole vueltas a la expresión que más bien define Artur Mas.

 ¿Jeta? ¿Bluff? ¿Principio de Peter?

Y no alcanzo a encontrarla. Como un hombre que llegó tras siete años de travesía del desierto, avalado por casi 1,2 millones de votos en el 2010, pasará a la historia como un cero a la izquierda.

Peor, porque si estamos como estamos es por él: no sólo prendió la mecha del proceso -al final fue sólo voluntad de permanecer en el poder- sino que puso a Puigdemont a dedo.

No quedará nada de Mas: ni obra de gobierno ni una concepción de la política.

Con todos los errores y sospechas, Pujol ha dejado el pujolismo. Maragall, el maragallismo. Mas, nada de nada.

Por no dejar no ha dejado ni partido. Una fuerza política que gobernó Catalunya durante 23 años y que ahora -con otro nombre- nada en la irrelevancia parlamentaria: ni siquiere obtuvo representación en las últimas elecciones."                    (Xavier Rius, director de e-notícies, 13/10/21)

30/9/21

Xavier Rius: A pesar de las apariencias el proceso está finito. Kaputt... otra cosa es su capacidad infinita de liarla, de embolicar la troca, de marear la perdiz... Pero todo el mundo da por hecho -incluso los independentistas- que Catalunya no será independiente. Al menos a corto y medio plazo. Vete a saber a largo plazo. Igual sale un Putin y apoya la causa... La mesa de diálogo, en el fondo, es esto: game over. Admitir la cruda realidad... hasta Aragonès se desmarca de Puigdemont. No ve conspiraciones en la detención del expresidente

"El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se ha desmarcado de Carles Puigdemont y, en una entrevista en el programa Café de Ideas de La2 y Ràdio4, no ha responsabilizado al Governo español de la detención del ex presidente. 

De hecho, ha dicho no le consta que el Gobierno español esté detrás de la detención de Puigdemont.

Aragonés ha señalado que "yo no voy a entrar en especular en informaciones de si estaba al tanto o no lo estaba". "Para el Gobierno español habla el Gobierno español. A mí no me consta que fuera así, pero es lo que ellos han dicho públicamente", ha añadido.

Sin embargo, ha cargado contra el "juego" que hace la justicia española con la euroorden y ha apuntado que "estamos ante un nuevo despropósito de la cúpula judicial del Estado español, que absolutamente alineada con unas tesis nacionalistas españolas".

A pesar de las críticas de Puigdemont y Junts per Catalunya en la mesa de diálogo, el presidente ha asegurado que ni Puigdemont ni nadie de Junts le ha pedido que se levante de la mesa de diálogo. "A mí nadie me ha dicho que esto se debe romper para que todo sabemos que acabará resolviendo de forma negociada", ha sentenciado.

Después de que la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, cargara contra la mesa de diálogo y afirmara que Aragonés sólo representaba a ERC, Pere Aragonés le ha replicado que "soy el presidente de Cataluña y represento al conjunto del país".              (e-notícies, 27/09/21)


"A pesar de las apariencias el proceso está finito. Kaputt. Si hemos de entenderlo como el proyecto político que tenía que llevar Catalunya a la independencia.

La otra posibilidad es su capacidad infinita de liarla, de embolicar la troca, de marear la perdiz.

Pero todo el mundo da por hecho -incluso los independentistas- que Catalunya no será independiente. Al menos a corto y medio plazo.

Vete a saber a largo plazo. Igual sale un Putin y apoya la causa.

La mesa de diálogo, en el fondo, es esto: game over. Admitir la cruda realidad.

Cuando Pedro Sánchez dijo aquello de “sin prisas, sin pausas y sin plazos” se refería no sólo a llegar al final de la legislatura sino también a adormecer el conflicto. Una técnica política habitual en estos casos.

Pere Aragonès, sin quererlo, fue más explícito cuando apostó por “una resolución pacífica del conflicto”. Eso ya no es la DUI ni la República Catalana ni nada que se le parezca.

De hecho vendió como un gran hito “el proceso de negociación que estamos a punto de iniciar”.

“Hemos conseguido que el presidente del Gobierno español venga” añadió olvidando, sin duda, la anterior visita de Pedro Sánchez en febrero del año pasado.

El gran éxito del encuentro era que “un gobierno del Estado admita por primera vez la existencia de un conflicto político”. Gestos. Fullaraca. Humo

Después de algunos titubeos, Pedro Sánchez reconoció sin ambages que un presidente del gobierno hay cosas que no puede dar -ni autodeterminación ni amnistía- e insistió en que su presencia allí era, en efecto, un gran avance. La foto.

Por eso, Puigdemont puede decir lo que quiera en Cerdeña. Incluso ver conspiraciones.

Pero el proceso está de capa caída.

Juraría que incluso la capacidad de movilización va a la baja.

En la manifestación convocada el viernes por la ANC ante el consulado italiano había apenas doscientas personas a las nueve de la mañana. La hora fijada para la convocatoria.

La mayoría clases medias, incluso altas, y de edad madura. Abundaban las canas. Alguna señora hasta se llevó la silla.

 Les fue fácil cortar la Diagonal porque, como era festivo por la Mercè, circulaban pocos vehículos.

Luego, entre periodistas, escoltas de los consejeros, mirones y rezagados quizá subieron a 600. Pongamos 800.

Pero muy lejos de las épocas álgidas del proceso allá por el 2017.

Como dije en un artículo anterior: el TN noche abrió la información de las protestas con la concentración de “900 personas”. La ciudad tiene 100.000 habitantes.

Mientras que Nació Digital, diario online indepe, calculaba 200 en San Cugat -tiene 90.000- y cien en Terrassa (200.000). Al día siguiente Òmnium y la ANC se empeñaban en decir que habían vuelto a llenar "las calles y plazas" de gente.

Lo que más me sorprendió -el tratamiento de TV3 lamentablemente ya no me sorprende- es la desconexión de la realidad de sus dirigentes.

Jordi Cuixart, en la Plaza Sant Jaume, afirmó que la detención de Puigdemont era un “conflicto europeo”.

Nadie en Europa ha movido un dedo por el expresidente.

Y Elisenda Paluzie, mucho más belicosa, dijo que el Estado español está “en guerra con nosotros”.

Ya le gustaría a la presidenta de la ANC. Aunque los catalanes no hemos ganado una guerra desde los Almogávares."                 (Xavier rius, director de e-notícies, 27/09/21)

28/9/21

Xavier Rius: Puigdemont, el apestado de la UE... La detención del expresidente en Cerdeña ya ha pasado sin pena ni gloria, incluso para los medios de comunicación italianos. Aunque el procesismo sigue instalado en la fábula de el món ens mira... No se pueden imaginar la mala fama que debe estar pillando Puigdemont en Europa... maldita la gracia les debe hacer a los mandamases de la UE que unos políticos de un rincón de Europa en la otra punta del continente busquen el apoyo de la Rusia de Putin... Puigdemont está a punto de convertirse pues en uno de esos personajes de causas perdidas

 "No se pueden imaginar la mala fama que debe estar pillando Puigdemont en Europa. Él en particular y el independentismo catalán en general.

La detención del expresidente en Cerdeña ya ha pasado sin pena ni gloria, incluso para los medios de comunicación italianos.

Aunque el procesismo sigue instalado en la fábula de el món ens mira.

El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, decía el viernes en el acto en la Plaça Sant Jaume -no consiguieron ni llenar el recinto- que era un “conflicto europeo”.

Nada más lejos de la realidad. Al contrario.

Primero fue la Operación Volhov.

Los que tienen la inmensa paciencia de seguirme ya saben que, en mi opinión, eran delirios de grandeza.

Una cosa es lo que pasara por la cabeza de Víctor Terradellas -o por el teléfono- y otra la cruda realidad.

Sin menoscabar la importancia del personaje porque estaba bien conectado con el núcleo duro del pujolismo -la propia familia Pujol- y algunos consejeros como Felip Puig.

Al fin y al cabo fue miembro de la dirección de CDC y máximo responsable de relaciones internacionales en el partido.

La pista rusa ya es otra cosa porque Josep Lluís Alay -hombre de confianza de Puigdemont, admitió los contactos e incluso los viajes.

Sigo pensando que es un quiero y no puedo pero maldita la gracia les debe hacer a los mandamases de la UE que unos políticos de un rincón de Europa en la otra punta del continente busquen el apoyo de la Rusia de Putin.

Ya saben: el caso Navalni, los derechos humanos, etc.

A ello hay que añadir el hecho de que, por donde pasa Puigdemont, solivianta a los independentistas locales.

El proceso ya ha excitado a los catalanistas de la Catalunya Nord -es decir del sur de Francia- en pos de la reunificación del territorio.

Hace años se lo dije a un independentista local: “cuanto más ruido hagáis vosotros pero para el proceso”.

En efecto, maldita la gracia le debe hacer a Francia que además tienen a Córcega -la cuna de Napoleón-, el País Vasco francés, Bretaña o Alsacia.

Me admitió que, en efecto, el catalanismo en el Rosellón llevaba cien años de retraso pero ello no es óbice que cuente con el apoyo explícito o implícito de Junts o incluso del gobierno de la Generalitat, que subvenciona toda iniciativa que se tercie.

Y en Italia ha pasado lo mismo: Puigdemont -y Jordi Sánchez- se han apresurado a hacerse la foto con los independentistas sardos.

Maldita la gracia también que les debe hacer al gobierno italiano, que ya tiene la Padania aunque vaya de baja la causa.

Puigdemont está a punto de convertirse pues en uno de esos personajes de causas perdidas. Una especie de pequeño grano en el culo de la UE.

Pero suficientes problemas tiene la Unión Europea entre el Brexit, Rusia, Afganistán, los refugiados o la inmigración como para hacerle caso.

De todos los eventuales quebraderos de cabeza es, sin duda, el último. Si acaso llega a esa categoría."                  (Xavier Rius, director de e-notícies, 27/09/21)

25/6/21

Santi Vila afirma que el proceso "se ha acabado". El ex consejero admite que la DUI se hizo "desde una premisa falsa"

 "El ex consejero Santi Vila ha asegurado en una entrevista en el programa Cafè d'Idees de La2 y Ràdio4 que "tengo la convicción íntima de que el proceso se ha acabado" y se ha mostrado partidario del indulto porque "si los que están a prisión, en vez de un mes pueden estar quince días, esto debe ser prioritario".

Vila ha celebrado que "la política vuelva a Cataluña" y ha considerado que tanto Pere Aragonès como Pedro Sánchez están "dispuestos a coger el toro por los cuernos" y a solucionar "un problema que hemos cronificado entre todos, que no teníamos que haber llegado a este extremo". "Debemos hacer converger relato y realidad", ha reclamado.

También ha reconocido que "determinadas vías no llevaban a ninguna parte" y, en este sentido, ha admitido que hicieron la declaración unilateral "desde una premisa falsa". "Cuando se ha probado hacer un gesto unilateral, sólo ha traído dolor y sufrimiento", ha destacado Santi Vila, y ha señalado que "el único camino es el del diálogo".

Por último, ha dicho que tiene "un recuerdo muy agrio y muy triste" del octubre de 2017. "Yo ya sabía que en condenarían por desobediencia, pero estuve dispuesto a jugarme la carrera para que la gente pudiera votar", pero ha lamentado "el drama de las personas que han tenido que asumir condenas mucho más duras".                (e-notícies, 09/06/21)

17/12/20

The New York Times: El epitafio de la independencia de Cataluña. Den por muerto al independentismo catalán. Los rebeldes ya no defienden en público la autodeterminación. Los más inteligentes, negocian. La pandemia le quitó el aliento al catalanismo

 "Den por muerto al independentismo catalán. Lo que debía suceder, sucedió: la política volvió a ocupar el centro de la escena en España y los sueños de nación del catalanismo han vuelto adonde debían, al espacio onírico de las aspiraciones de donde lo arrancó una generación de líderes incapaz de leer el escenario político con el temple necesario para tomar decisiones que no estuvieran motivadas por un nacionalismo de golpes en el pecho.

Breve sumario de hechos. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la izquierda independentista, lleva casi dos años procurando negociar una salida digna a la derrota autoinfligida por el referendo del 1 de octubre de 2017, en donde los partidos a favor de la independencia catalana se unieron en un patético episodio de fugaz escisión. Tras aquello, la derecha catalana se encerró en una defensa de nación o nada. Ahora, ERC votó a favor de los presupuestos del gobierno de Pedro Sánchez, ampliando las tensiones con sus antiguos socios.

Hoy los rebeldes ya no defienden con tanto diente, en público, la autodeterminación de la comunidad. Los más inteligentes conversan, los más tercos se enrabietan. Quizás la pandemia quitó el aliento al catalanismo o tal vez solo hizo entrar en razón a suficientes líderes. O quizás lo hizo con todos: la sociedad española está algo agotada de la improvisación e infantilismo de su dirigencia. De toda.

Era tiempo. Un poco de sensatez y centro vienen bien cuando mueren miles por un desastre sanitario. Hay un inapelable impacto realista en la intromisión de la pandemia como la crisis necesaria: pone las cosas en su sitio. Gobernar es gestionar. Todos harían bien en ocuparse del daño que provocan sus decisiones en las personas de carne y hueso antes que en la volatilidad de su deseo.

En esto está hoy la independencia catalana: pinchando las migas en la mesa con la punta del dedo. Quim Torra, el separado expresidente del gobierno autonómico, se ufana en Twitter —el reino de los vociferantes— de que jamás bajo su comando se aprobó un presupuesto de España. “Al contrario”, escribió, “los tumbamos” y ese es “uno de los honores más grandes de mi carrera política”. Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat fugado a Waterloo, intenta convertir su derrota en victoria proclamando que la izquierda catalana ha traicionado al independentismo apostando por conversar con el gobierno de Sánchez. Dice que el “pactismo mágico” de ERC solo beneficiará a España.

Se equivocan. Torra y Puigdemont son los cortesanos expulsados de palacio, rabiando su bronca desde el llano, lejos de donde se corta el queso. Por encima de la atalaya, los observa impertérrita la plana mayor de la izquierda catalana, con Oriol Junqueras, el exvicepresidente de Puigdemont, preso por sedición y malversación, oficiando de Richelieu entrenado: ERC ha comprendido que solo la política, un delicado ejercicio de conversación tras conversación, le dará oxígeno a la fe catalana en su autodeterminación.

¿En qué quedó el Procés que alimentó la idea de la independencia? En nada, desarticulado. El Procés alimentó la borrachera emocional de la sociedad catalana, sobrada de autoconfianza. Muchos llegaron a creer que la independencia estaba al alcance de la mano —o de un referendo— y la dirigencia política, en vez de llamar a la cordura, se puso al frente del fervor. Pero en diez años el Procés fue incapaz de conseguir una mayoría indiscutible para forzar a España a hablar de verdad sobre el presente y futuro de su comunidad de naciones. Ese tiempo se fue.

 Ahora los antiguos aliados contra España —sobre todo, ERC y JxCat, el partido de Puigdemont— caminan por vías distintas. La disposición al diálogo de la izquierda es intolerable para la rabia antiespañola de la derecha catalana. ERC tiene las de ganar en una sociedad profundamente golpeada por el fiasco de una independencia que duró 30 segundos —el tiempo que tomó a Puigdemont declararla tras el referendo y, de inmediato, dejarla sin efecto en un vergonzoso discurso— y por el impacto letal del coronavirus, que afectó con dureza en Cataluña.

Alguna vez deberemos discutir cuánto la pandemia ayudó a olvidarse de lo secundario e intrascendente. La suma de errores políticos del catalanismo desactivó primero la beligerancia —la izquierda sigue reclamando autodeterminación pero nadie habla ya de la independencia— y el virus obligó a los actores políticos más racionales a entender que, tarde o temprano, los hechos modelan las expectativas.

Ahora Cataluña debe volver a ocupar el asiento trasero de la conversación nacional. Desde allí tendrá oídos mientras los socialistas gobiernen; nadie la oirá cuando la derecha la encierre en la cajuela del auto. España —el conjunto de sus comunidades— necesitan enfocarse en problemas de fondo, desde resolver la pésima gestión de la pandemia a recuperar la economía y la confianza en su dirigencia.

Joan Tardà, uno de los dirigentes más astutos de la izquierda catalana, siempre entendió la independencia de Cataluña como parte del toma y daca de una negociación. No se equivocó. Tensar la cuerda es un camino sin salida: no habrá chances para Cataluña —de ningún tipo— sin diálogos de largo plazo.

La independencia vociferada, hoy, es derrota."

(Diego Fonseca es colaborador regular de The New York Times y director del Institute for Socratic Dialogue de Barcelona. The New York Times, 10/12/20)

6/11/20

¡Que vienen los rusos! Claro que a los mercenarios rusos habría que pagarles, supongo. Tenemos listas de espera en los hospitales y barracones en las escuelas y algunos pensando en batallitas. Ya sólo le faltaba esto al independentismo. Como si no estuviera suficientemente desprestigiado...

 "¿De verdad alguien en su sano juicio cree que Putin enviaría -o dejaría enviar- 10.000 soldados a Catalunya? ¿A un país miembro de la OTAN? ¿En el otro extremo de Europa? ¿Cómo los camuflamos? ¿De turistas rusos a Lloret con el kalashnikov dentro de la maleta?

Una cosa es lo que diga un hiperventilado y la otra es que Rusia esté dispuesto a meterse en líos. Como si no tuvieran bastante con Nagorno-Karabaj o Crimea. Además ya dejó claro en octubre del 2017 -en pleno clímax- que el proceso era una “cuestión interna” de España. Y que tenía que resolverse de acuerdo con las leyes españolas.

El independentismo vive en un estado permanente de “ensoñación”. Ya lo dijo el Supremo.

De hecho el propio Xavier Vendrell dio muestras de ello en su última aparición en TV3. Atribuyó las diferencias entre Junqueras y Puigdemont a que cuando el primero hablaba con el segundo lo volvían “a meter en la cárcel”. Y se quedó tan pancho. Sin que, por cierto, la presentadora del programa, Cristina Puig, se atreviera siquiera a repreguntar.

¿Realmente creen que es por esto? Pero si Puigdemont los dejó tirados. El uno pringó, el otro está en Waterloo.

Recuerdo que la penúltima vez que vi a Xavier Vendrell en el FAQS presentaba los mismos síntomas. Fue en octubre del 2018 -todavía con Laura Rosel al frente- y propuso “la movilización más grande de la historia en Europa” en protesta contra la futura sentencia del Supremo.

¡De la historia de Europa nada menos! Aunque luego, visto que presuntamente es uno de los cabecillas de Tsunami, he ligado cabos. Quizá iba ya poniéndose medallas.

Recuerdo que en el 2013, Jaume Barberà ya dio cancha en TV3 a otra persona que propuso ceder el puerto de Barcelona o el de Tarragona a la Armada china. La República Popular es, como se sabe, una democracia ejemplar y muestra un respeto escrupuloso por las minorías nacionales. Pregunten al Tíbet.

Barberà, mira por donde, acabó de candidato de los Comunes al Parlament y predicando la tercera vía en cuanto lo prejubilaron de TV3.

Pero lo que más me ha sorprendido de las últimas detenciones policiales han sido dos cosas.

La primera es el silencio del propio Tsunami. Cuando los detenidos quedaron en libertad con cargos apenas había treinta personas esperando a las puertas de la Ciudad de la Justicia. Todas con sueldo público, por cierto.

No se ha quemado, por otra parte, ni un sólo contenedor. Cosa de la que me alegro profundamente. TV3 se apresuró a culpar de los disturbios del día siguiente a la "extrema derecha".

Miquel Sàmper los definió en un tuit como "violencia extrema". Se nota que cuando la batalla de Urquinaona no era todavía conseller.

La otra conclusión es que nadie está dispuesto a jugarse el pellejo por la independencia. ¡El trabajo sucio que lo hagan los rusos!

Y eso que ya lo dijo Josep Fontana antes de morir: no hay independencia sin guerra.

Mientras otro cerebro del proceso, Agustí Colomines, también advirtió que las independencias sin muertos tardan más.

Ya lo admitió el mencionado Xavier Vendrell: “no hubo cojones”. Ellos continuaran veraneando en Cadaqués o en la Cerdaña y haciendo negocios con la Generalitat.

Con el agravante de que a los supuestos mercenarios rusos habría que pagarles, supongo. Tenemos listas de espera en los hospitales y barracones en las escuelas y algunos pensando en batallitas.

Pero siguen jugando con fuego. Este flirteo con la violencia, incluso la militar, puede darnos un día un disgusto.

Acuérdense de lo que dijo aquel ciudadano ruso durante la última huelga general: "pronto tendréis armas aquí".

Más de uno debe estar tentado. Les han estado diciendo a toda una generación desde hace diez años -incluso porTV3- que "España nos roba", que la independencia está al caer, que es una “causa justa”, que son “presos políticos” y que hay un “gobierno en el exilio”. Como en las peores dictaduras.

Contra la "opresión" se considera legitimada la violencia. Alguno puede cogerse la justicia por su mano.

Y una reflexión final si me permiten. Ya sólo le faltaba esto al independentismo.  Como si no estuviera suficientemente desprestigiado.

Bastante problemas tiene la UE entre el covid, el Brexit, el terrorismo islámico y los refugiados para que unos vayan pensando en meter a 10.00 rusos por la puerta de atrás."                 (Xavier Rius, director de e-notícies, 05/11/20)