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14/8/20

Ángela Herrero: "En Cataluña hay un conflicto lingüístico y debe reconocerse para solucionarlo"

 "Societat Civil Catalana (SCC) ha elaborado un estudio en el que refleja la discriminación sistemática de los castellanohablantes por parte de la Generalitat en el ámbito de las iniciativas lingüísticas y culturales. 

El Informe de convivencia lingüística, dirigido por la historiadora y antropóloga cultural Ángela Herrero, concluye que, ante la "conculación de los derechos de los hispanohablantes", ha llegado "la hora de una segunda ola normalizadora que haga normal en las instituciones lo que es normal y valioso para las inmensa mayoría de catalanes, sus dos lenguas propias". Herrero habla con Crónica Global para profundizar en este planteamiento.

-Pregunta: ¿La Generalitat discrimina a los castellanohablantes?

-Respuesta: Sí. Es evidente. El estudio de SCC lo refleja. La Generalitat no hace nada por respetar a los castellanohablantes. De hecho, en el periodo estudiado, la única cesión en este sentido es un concurso de tuit-relatos coorganizado por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en el que se podía enviar el tuit en catalán o castellano. Y nada más.

-Los nacionalistas dicen que el Gobierno central ya se encarga de cuidar la lengua española.

-Pero nosotros somos ciudadanos de Cataluña y la Generalitat debe respetar también los derechos de los hispanohablantes que viven en esta comunidad.

-¿Hacía falta un informe de este tipo?

-En una ocasión, le preguntaron a Puigdemont​ sobre el conflicto lingüístico en Cataluña, y éste negó que lo hubiera. Pero sí lo hay. Este informe lo demuestra y trata de explicar por qué lo hay. De qué se quejan unos y otros.

-¿Con qué objetivo?

-En Cataluña hay un conflicto lingüístico. Y este debe conocerse y reconocerse. Sobre todo los políticos. Y deben tomarse medidas para solucionarlo.

-¿Qué medidas?

-La Generalitat es el gobierno de todos los catalanes, por tanto, debe atender a todos.

-¿Así se lograría la convivencia lingüística?

-Si la mayor parte de las quejas son por la falta de bilingüismo en las instituciones, es razonable pensar que en buena parte se solucionará si se respetan por igual los derechos lingüísticos de los dos principales grupos de hablantes de Cataluña que, además, lo son de sus dos lenguas oficiales.

-No parece que la Generalitat esté por la labor.

-Es que su política de negar los derechos lingüísticos de una parte de la población --al menos, en su relación con la Generalitat-- lanza un mensaje muy negativo a la otra parte. Y de ahí surge el conflicto.

-¿De verdad cree que hay forma de resolverlo?

-Es que en Cataluña hay dos lenguas propias --tres con el aranés--, eso hay que aceptarlo y se debe encontrar la manera de convivir. En la calle conviven, ¿por qué no pueden convivir también en la administración?

-¿Por qué han circunscrito el estudio al periodo de reclusión por la pandemia?

-Nos ha servido de laboratorio. Hemos podido comprobar que, incluso en una situación tan excepcional como la generada por la pandemia, ha continuado el conflicto lingüístico que algunos niegan que exista.

-En el informe sorprende que haya quejas de algunos catalanohablantes contra el bilingüismo.

-Si el mensaje que se lanza desde la Generalitat y desde algunas organizaciones es que en Cataluña debe haber una sola lengua y una sola cultura, cuando aparece alguna administración --principalmente local-- que también usa el castellano, algunos se lo toman como una cosa tremenda. Y es que muchos entienden que lo normal es que todo esté solo en catalán.

-Curioso...

-Curioso, no. Es la consigna oficial. Incluso la lanza la propia consejera de Cultura, Mariàngela Vilallonga.

-¿El bilingüismo mata, como dice Pau Vidal?

-Es comprensible que cuando dos lenguas conviven algunos hablantes de la lengua menos potente puedan pensar que la otra pueda acabar con la suya, pero los estudios demuestran que el catalán goza de muy buena salud.

-En TV3 destacaron que, pese a la discriminación de los castellanohablantes denunciada por SCC, solo el 31% de los ciudadanos tienen el catalán como lengua propia.

-Los derechos de las personas están por encima de los derechos de las lenguas.

-¿Los políticos constitucionalistas han estado a la altura?

-No sé si alguna vez se han ocupado realmente de este tema...

-Dicen que es el "primer" informe. ¿Habrá otros?

-Queremos hacer cuatro al año. Aunque tenemos recursos limitados. Hemos dedicado muchas horas de nuestro tiempo libre para elaborarlo."                  (Entrevista a Ängela Herrero, Alejandro Tercero, Crónica Global, 13/08/20)

13/8/20

Mercè Vilarrubias: Los derechos lingüísticos durante la pandemia

 "El I Informe sobre convivencia lingüística en Cataluña (marzo-julio 2020) es de un gran valor. En primer lugar, porque es el primer informe público que aborda la cuestión lingüística durante este periodo de crisis.

 En segundo lugar, porque no circunscribe el estudio a las administraciones en Cataluña, sino que lo amplía para incluir también a la administración central. El informe tiene dos partes: la primera trata de las directrices lingüísticas de las administraciones públicas en el ámbito cultural y la segunda recoge las quejas de ciudadanos y ciudadanas, políticos y asociaciones.

Gracias al informe conocemos que la Generalitat ha promovido desde el comienzo de la pandemia hasta ahora 22 iniciativas lingüísticas en el ámbito cultural (subvenciones a la creación, premios, concursos literarios...) y que todas ellas estaban dirigidas a catalanohablantes, 6 incluían también a hablantes de aranés y únicamente una estaba destinada también a los castellanohablantes (consistente en el VIII concurso de tuitrelatos “Un viatge d’històries”, organizado por los Ferrocarriles de la Generalitat y el Ateneo Barcelonés, con ocasión de la fiesta de Sant Jordi, y al que se podían presentar textos tanto en catalán en español).

Si sumamos las iniciativas lingüísticas de los ayuntamientos catalanes a las de la Generalitat, nos encontramos con que los creadores en catalán pudieron acceder a 71 iniciativas con fondos o reconocimientos públicos durante los primeros meses de la pandemia. En contraste, los creadores en español sólo dispusieron de 10 iniciativas públicas que también incluyeran su lengua. Respecto a los artistas en aranés, estos pudieron acceder a 12 iniciativas.

Estas cifras muestran que hay seguir insistiendo en que la promoción del catalán no debería implicar el arrinconamiento público del español. No porque se tenga que realizar ninguna “defensa” del español sino porque la práctica de limitar al mínimo la posibilidad de la creación cultural en español en Cataluña es una vulneración de los derechos lingüísticos de todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que, en Cataluña, tienen el español como su lengua de trabajo.

Hay que buscar un equilibrio entre una promoción justa del catalán y los derechos lingüísticos de aquellos que usan el español. Este equilibrio es posible; lo que se necesita es voluntad política por parte de la Generalitat (absolutamente cerrada al bilingüismo) y los ayuntamientos (algunos de ellos más abiertos).

Respecto al Ministerio de Cultura y Deportes, leemos en el informe sobre convivencia lingüística que, junto con el Instituto Cervantes, ha llevado a cabo nueve iniciativas de tipo cultural desde el inicio de la pandemia y todas ellas están abiertas a creadores en todas las lenguas oficiales del país. Una vez más constatamos la diferencia de actitud entre, por una parte, la administración central, la cual promueve y subvenciona la creación cultural en español, catalán, euskera y gallego y, por otra parte, la administración de la Generalitat, la cual tozudamente desprecia el bilingüismo. 

Así pues, el problema del Ministerio de Cultura, en este caso, no es minusvaloración u “odio” al catalán, el euskera y el gallego. Esta idea forma parte del relato nacionalista pero no se constata en la realidad cuando uno investiga qué hace realmente cada administración. El estado de la cuestión puede resumirse en una frase: miren ustedes sus DNIs bilingües y compárelos con sus tarjetas sanitarias monolingües.

El problema con la administración central es que no es capaz de explicar lo que hace en el campo lingüístico y ha dejado todo el relato lingüístico de la democracia en manos de los nacionalistas. Es lógico que la ciudadanía, en consecuencia, desconozca mayoritariamente qué ministerios e instituciones estatales sí están abiertos a la presencia y uso de las lenguas cooficiales en sus ámbitos de actuación. La información es clave y todos los gobiernos centrales han abdicado de explicarse sobre aquellas iniciativas plurilingües e inclusivas que llevan a cabo. Lo hacen, pero no lo dicen, este es el grave problema y no el supuesto “ataque” a las lenguas cooficiales.

En cuanto a la segunda parte del informe, la referida a las quejas por motivos lingüísticos, hay que destacar que el informe atina en agrupar las quejas en dos grupos: las quejas por la falta de bilingüismo en la administración autonómica y en menor medida, la municipal, la central y la de la UE; y, por otro lado, las quejas contra el bilingüismo.

Durante el confinamiento domiciliario corría por las redes sociales una imagen muy ilustrativa de la posición contra el bilingüismo. Era una foto de un letrero en un parque de L’Hospitalet con informaciones sobre el coronavirus. La información estaba primero en catalán y seguidamente en castellano. Sobre las frases se podía ver un grafiti que alguien había dibujado con las palabras “En Català”. Inevitablemente, uno miraba el cartel y veía que ya estaba en catalán.

 ¿Qué significaba entonces “En Català”? ¿Una contradicción con la realidad de la información bilingüe que el grafiti manchaba? No, la demanda “En Català” tiene su sentido si leemos la estructura profunda de la frase, si añadimos el adverbio ausente pero implícito: “En Català només. Esto es estar en contra del bilingüismo. Es abogar por la lengua única y protestar por la presencia de la otra.

Ahora que algunos ayuntamientos en Barcelona y el área metropolitana empiezan a mostrarse más proclives a emitir informaciones públicas bilingües, es momento de apoyar estas iniciativas en favor de los derechos lingüísticos de toda la ciudadanía, y explicar que una cosa es estar a favor de la presencia y uso del catalán y otra, muy distinta es estar en contra de la presencia del español, junto con el catalán. El informe de SCC es buen punto de partida para indagar más en esta dicotomía."                      (Mercè Vilarrubias , Crónica Global, 13/08/20)

5/5/17

Ribera navarra: Nos van a convertir en ciudadanos de tercera división por no saber euskera, y además, quieren que los navarros traguemos con la ikurriña

"Ángeles responde con una amplia carcajada que, lejos de trasmitir entusiasmo, encierra un monumental enfado. “Porque esto es África”, escupen sus labios. Pero no, esto no es el continente africano, sino la Ribera Navarra. Lo dice por el “abandono” al que está sometida la comarca por parte del Gobierno foral. “Somos tercermundistas”, denuncia. 

El suyo es un sentimiento compartido de forma unánime. Ella alude a África para poner rostro a la realidad de la zona, pero hay muchas más denominaciones ‘oficiosas’ que cohabitan entre la población: la Andalucía de Euskal Herria, el apéndice de Aragón… Diferentes regiones que abarcan una misma hectárea: la de la “discriminación”.

La sensación general de abandono administrativo y de marginación con respecto al norte viene muy de atrás. De “muchos años”. Son, afirman, tantos y tantos años de desatención que el sentimiento navarro parece resentirse.

 “Mejor nos iría siendo de Zaragoza”, asevera Irene. “Es que sientes que no somos Navarra”, justifica su marido, harto de que “toda la Ribera está abandonada” por el Gobierno foral. “Pregunta, pregunta. A ver cuántos te dicen que prefieren hermanarse con Zaragoza antes que con Pamplona”, interrumpe un vecino al escuchar la conversación.

 “Si los vascos quieren hacer una consulta para independizarse, nosotros podríamos celebrar un referéndum para anexionarnos a Aragón”, bromea al respecto Carmelo, que lo tiene muy claro: “Esto no es Navarra”. Y no lo dice por falta de sentimiento navarro, que es "muy fuerte", sino porque se siente "expulsado" de su territorio.

 El desequilibrio no sólo abarca el terreno de los sentimientos. La Cátedra de Investigación para la Igualdad y la Integración Social (CIPARAIIS) de la Universidad Pública de Navarra puso nombres y apellidos a esta realidad en 2014 con un informe de exclusión que sitúa a la Ribera como la zona de Navarra que presenta la situación socioeconómica más desfavorable

Dentro de las “muy importantes” desigualdades sociales que sufre la Comunidad Foral, la Ribera está bastante alejada de la media en la mayoría de sus indicadores (desempleo o riesgo de pobreza) a pesar de la juventud relativa de su población en el contexto navarro. 

Esta situación se explica por la “significativa” proporción de población extranjera, que supone el 14%, la “propia estructura económica territorial”, basada en el sector agrícola y agroalimentario y el escaso peso de la industria, y la “falta de políticas públicas” acordes a las necesidades de la comarca. El paro se dispara en la comarca con tasas cercanas al 20% en algunos puntos, frente al 13-14% de media de la Comunidad Foral.

 Pese a esta demoledora radiografía, poco o “nada” ha cambiado en una comarca que supera los 100.000 habitantes repartidos en más de una veintena de municipios. Nadie entiende que, una vez conocidas estas severas desigualdades, la Ribera siga siendo "la gran olvidada" de Navarra. 

Por eso, el sentimiento de desamparo que corre por las venas se ha acrecentado aún más si cabe desde la llegada del Gobierno de Uxue Barkos, que está “más preocupada” por las cuestiones identitarias que por solucionar estas desigualdades. En vez de responder a los “verdaderos problemas” de la comarca, los vecinos denuncian que su “única obsesión” es “imponer el euskera” en la enseñanza y la administración y que “los navarros traguemos con la ikurriña”.  (...)

“Los colegios están como están y a Uxue Barkos sólo le preocupa imponer el euskera en la educación”, prosigue esta vecina, que escupe fuego por la boca cuando se le nombra a la presidenta. “Para ella Tudela no es Navarra”, asevera. La “obsesión” del Gobierno foral por el euskera escuece mucho. Una cosa, alegan, es fomentar el euskera y otra bien distinta es discriminar o imponer. 

“Han quitado el inglés para meter el euskera”, protesta una mujer mientras señala a su afectada hija. “Es ridículo el empeño por el euskera cuando no lo habla casi nadie”, afirma una joven. Por lo pronto, el Ejecutivo de Barkos ha fracasado en su intento de implantar el modelo D en la Ribera, que está incluida en la zona no vascófona de la Ley Foral del Vascuence, por lo que el castellano es la única lengua oficial.

La indignación en la calle también se instala por el “excesivo” peso que Barkos pretende dar al euskera en el acceso a la Administración Pública con un borrador de decreto foral que cuenta con el rechazo de los sindicatos, salvo los nacionalistas, y de la oposición (UPN, PSN y PP), que ya ha advertido que acudirá a la Justicia para impedir una normativa que “expulsa” de las plazas o de los concursos de traslados a aquellas personas que no sepan la lengua vasca.

 “Nos van a convertir en ciudadanos de segunda o tercera división por no saber euskera”, se censura a pie de calle. “Van a venir todos de Pamplona o de la zona norte para quedarse con estos puestos”, critica Irene. “Así vendrán por primera vez a la Ribera”, ironiza su marido.

Su sarcasmo destapa el sentir generalizado de que Navarra está partida en dos comunidades diferentes. “Navarra está más fracturada que nunca entre el norte y el sur”, se coincide en resaltar. La única diferencia se circunscribe a dónde está la línea que marca la frontera: si Pamplona, si Tafalla, si el Río Ebro... “De Tafalla para abajo somos otra autonomía”, resalta Carmelo. “De Pamplona para abajo no existe nada”, replica otra persona. 

“Es normal que la gente esté cabreada con los de arriba. Hay una desidia generalizada hacia el sur de Navarra”, expone Ángeles, molesta por el hecho de que Pamplona está centralizando muchos servicios con los que contaba la Ribera. El malestar con la capital es elevado. “Todo se queda en Pamplona o en el norte”, protesta Carmelo. 

La desconfianza hacia Pamplona es tal que se ven fantasmas por todos los lados. Con Tudela inmersa desde el 21 de abril y hasta el 1 de mayo en las Fiestas de la Verdura, el producto estrella de la comarca de la Ribera, hay quien no ve casual que la capital haya programado para estos mismos días una degustación de productos de temporada de Navarra. “Es que son tantos desaires que te hacen pensar mal”, se defiende.

 (...) el PSN, que habla abiertamente de fractura entre el norte y el sur de la comunidad. “Está objetivado por la Cátedra CIPARAIIS”, replica el portavoz socialista, Carlos Gimeno. El diagnóstico dice que hay más riesgo de exclusión social y que el desarrollo industrial es menor, y aún así “no se precipitan inversiones positivas” en la comarca para posibilitar su desarrollo. “En esta situación no se entiende que no se actúe. Al contrario, lo que nos dan es nada”, censura el líder de los socialistas. “Hay pausa en la inversión y mucha prisa por poner en marcha los proyectos nacionalistas”, lamenta.  (...)

En el Mercado de Abastos, Asier Martínez no deja de despachar frutas y verduras desde su puesto, en especial el espárrago blanco, que atrae a numerosos turistas, que cargan con bolsas y bolsas de este preciado manjar de la Ribera. "Pamplona no quiere saber nada de nosotros. Siempre tira más para el norte", señala. ¿Os sentís abandonados? "Sí, sin duda", se apresura a responder su pareja. "No llega nada de dinero", lamenta.

 El malestar afecta incluso a algo tan sagrado como el fútbol. "Apenas hay afición por Osasuna", expone Martínez. "Fíjate en cuántas camisetas (del equipo) ves por la calle", interpela. Alguna zamarra rojilla sí se ve. También influye el "escaso apoyo" que se brinda al Aspil Vidal Ribera Navarra, el equipo de fútbol sala que lucha por entrar en el play off por el título en la máxima categoría. "Jugamos en un polideportivo que da vergüenza", critica un seguidor del club.  (...)

El vicepresidente de Desarrollo Económico, Manu Ayerdi, prometió a las primeras de cambio un “buen plan” para el desarrollo de la Ribera. Pero el tiempo se consume y los planes de inversiones económicas siguen sin pasar de las palabras. “Estamos hartos de las falsas promesas o los compromisos incumplidos”, grita el alcalde de un municipio de la comarca que prefiere conservar el anonimato, no vaya a ser que haya represalias a futuro.

 “Nos sentimos literalmente abandonados. La comarca necesita un empujón sí o sí y no se hace nada. La gente está descontenta. La percepción que tienen todos los habitantes de la comarca sin excepciones es que hay dos Navarras totalmente diferentes porque las diferencias son muy grandes entre el norte y el sur

Una cosa es ayudar a pueblos pequeños del norte que necesitan ayudas y otra es dejar de lado a otras zonas”, prosigue con su queja para sentenciar: “Vale mucho más un vecino del norte que uno de la Ribera”.  (...)

“¿Por qué nos quieren imponer la bandera de Euskadi? Yo no tengo nada contra la ikurriña, pero ¿irías tú al País Vasco a poner la bandera de Navarra?”, protesta ante la guerra de banderas en la que está inmersa la Comunidad (Barkos ha derogado la Ley de Símbolos para avalar la ikurriña) un vecino de Cintruénigo, localidad de cerca de 8.000 habitantes que ha visto cómo el Gobierno foral ha descartado construir el nuevo instituto.

 También las localidades de Ribaforada, Fustiñana y Cabanillas se han quedado sin instituto a pesar de ser una demanda salida de las urnas de una consulta popular. “¿Por qué en vez de gastarse tanto dinero en tratar de implantar el euskera no lo invierten en los colegios?”, preguntan. Pero no hay respuesta. Tampoco para otras preguntas."           (José María Alonso, El Confidencial, 02/05/17)

29/7/16

Cataluña es el único territorio del mundo en el que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio

"Las multas lingüísticas han convertido el caso catalán en ciertamente anómalo. Cataluña es el único territorio del mundo en el que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio.

 La administración autonómica no permite la libre elección lingüística de los comerciantes e impone multas a quien usa el castellano en vez del catalán, lo cual influye de forma determinante en la rotulación comercial. 

Convivencia Cívica Catalana (CCC)evalúa en un informe los usos lingüísticos de los comercios establecidos en Cataluña así como la influencia de la política de sanciones lingüísticas emprendida por el gobierno catalán. La entidad ha analizado la tipología de las sanciones lingüísticas impuestas por el gobierno catalán en los dos últimos ejercicios, 2014 y 2015.


Por sector, los más afectados por las sanciones lingüísticas son los hosteleros (incluye a los restaurantes), con más de un 40% del total. Les siguen los comerciantes al detalle con un 21%, los transportistas (6%) y las inmobiliarias (5%).

A nivel geográfico, 9 de cada 10 multas lingüísticas se aplican a comercios en localidades de mayoría castellanohablante del ámbito metropolitano de la ciudad de Barcelona. "Queremos subrayar lo insólito de multar a un comerciante que rotula su negocio en castellano en una localidad de mayoría castellanohablante.

 Este tipo de sanciones no solo atenta contra la libertad lingüística de ciudadanos y empresas sino contra la lógica comercial", destaca CCC. 

De acuerdo a los últimos datos del propio gobierno catalán, sólo un 15.8% de comercios en Barcelona rotulan en español. Una cifra sorprendentemente baja si tenemos en cuenta que es la lengua habitual del 60% de barceloneses.

Es obvio que, en condiciones normales, los comerciantes de Barcelona tenderían a rotular su negocio en el idioma de la mayoría de su clientela (la lengua española) e incluso a utilizar en mayor grado esta lengua por ser la que entenderían también clientes del resto de España y otras partes del mundo en Barcelona.

El uso tan limitado del español en la rotulación de los comercios barceloneses, cuatro veces por debajo de su presencia social, resulta completamente anormal. No encuentra ninguna otra explicación que la presión ejercida por el nacionalismo en forma de una política de imposiciones, sanciones y multas lingüísticas a los comerciantes

Barcelona es la única gran ciudad de todo el continente europeo en que la lengua de la mayoría de sus habitantes no es la lengua empleada en la mayoría de los rótulos de sus comercios. Así se desprende de las investigaciones sobre rotulación comercial efectuadas en Europa.

Normalmente los comerciantes utilizan en sus negocios la lengua mayoritaria de su clientela, por una mera lógica comercial. Pero en Barcelona el uso de las lenguas no viene decidido libremente por los comerciantes de acuerdo a las demandas de sus clientes y la lógica empresarial sino impuesto desde la administración por medio de multas y sanciones lingüísticas. Ello ha distorsionado la situación lingüística de tiendas y comercios en la Ciudad Condal. 

Pero si la situación del español en la rotulación comercial de Barcelona resulta llamativa aún lo es más en otras ciudades catalanas. Según los datos del propio gobierno catalán, en Lérida la presencia de la lengua española se reduce a solo un 9% de los rótulos comerciales y en Gerona roza la marginalidad, con solo el 5% de los rótulos de la ciudad, es decir, apenas 1 de cada 20.

Cualquiera que visite Lérida o Gerona puede comprobar que en muchas calles ya es prácticamente imposible encontrar un solo rótulo de comercio escrito en español.

A destacar que casi una cuarta parte de los comerciantes catalanes ya eligen rótulos sin texto o ambivalentes en sus negocios. En otras palabras, escogen una rotulación sin ningún contenido lingüístico, es decir, utilizan imágenes en vez de palabras en el rótulo o indican como máximo el nombre propio del establecimiento o marca de la franquicia. O, si utilizan texto, se decantan por rótulos ambivalentes en castellano y en catalán, es decir, en que la palabra o palabras elegidas para el rótulo sean comunes en ambos idiomas -“moda”, “taller”, “clínica”, etc.-.

Da la impresión que este porcentaje tan elevado, que se está incrementando en los últimos años, es la respuesta de los comerciantes a la presión ejercida por la administración para utilizar el catalán: usar palabras iguales que en castellano o bien no incluir ningún texto en el rótulo del establecimiento más allá de la marca o el propio nombre. 

Los datos oficiales del propio gobierno catalán muestran que el uso de la lengua española en la rotulación de los comercios es ya marginal en numerosas localidades de Cataluña. En algunas grandes ciudades, solo quedan en español apenas un 5% de letreros comerciales. En comarcas del interior de Cataluña, la desaparición del español en los rótulos de los comercios es ya prácticamente total.
No es ningún secreto que el nacionalismo catalán intenta imponer un paisaje lingüístico "diferenciado" del resto de España, de tal forma que los turistas extranjeros y personas del resto de España que visiten Cataluña, tengan la sensación de estar en un "país" diferente. La acción de la administración con sus inspectores y multas lingüísticas acompañada de la presión a los comerciantes por parte de entidades nacionalistas radicales está logrando su objetivo.

Convivencia Cívica Catalana señala que, bajo la excusa de "proteger al catalán", el nacionalismo pretende -y está consiguiendo- excluir el español del paisaje lingüístico comercial. "Nos preguntamos qué tipo de "normalización lingüística" es esta en que la lengua mayoritaria de la sociedad se convierte en residual en los comercios debido a una política de coacciones y multas. ¿Acaso es "normal" que la lengua del 60% de barceloneses apenas esté en los rótulos del 15% de comercios?", indica la entidad.

Convivencia Cívica Catalana constata un incremento de las sanciones por razón de lengua así como de las consultas de comerciantes sobre esta cuestión. En vista de ello ha decidido poner en marcha una campaña en los próximos meses de información y asesoramiento. "Nuestra asociación defiende que los comerciantes utilicen la lengua que libremente deseen en sus tiendas y comercios, sin multas, sanciones ni coacciones"; afirman,

En el marco de esta campaña, Convivencia Cívica Catalana apelará a las instituciones nacionales y europeas a intervenir en Cataluña en favor de la libertad lingüística de los ciudadanos y empresas frente a las políticas de imposición, sanción y multa del nacionalismo catalán.

"Las multas lingüísticas catalanas son insólitas a nivel mundial. Cataluña es el único territorio del mundo en que los ciudadanos no pueden elegir libremente en qué lengua oficial rotulan su comercio. Europa no puede mirar para otro lado mientras en una región de ella se vulneran la libre empresa, derechos constitucionales y libertades fundamentales", indican desde la entidad."          (La Voz Libre, 28/07/16)

1/7/15

Los catalanohablantes han de poder vivir en catalán, lógicamente, a costa de que la mitad de la población, castellanohablante, renuncie a usar su lengua en algunos ámbitos

"(...) Cuando preguntamos a un nacionalista, “¿existen los derechos lingüísticos?” La respuesta suele ser que sí, que sus derechos lingüísticos han estado y están siendo vulnerados. Si repreguntamos y pedimos concreción, “¿qué son derechos lingüísticos para ti?” Una respuesta que hemos oído o leído todos es: “Poder vivir en catalán en Cataluña”. Obviamente, esta respuesta nos pone frente al problema central. 

En Cataluña, como en el conjunto de España, el derecho en relación a las lenguas no es el individuo, sino el territorio. El catalán que así responde entiende que en Cataluña, los catalanohablantes han de poder vivir en catalán y esto, lógicamente, se hace a costa de que alguien, la mitad de la población grosso modo, renuncie gustoso u obligado a usar su lengua en algunos ámbitos. 

No pretende decir que él tenga derechos y otro catalán no. Lo que revela es que el derecho no es suyo como ciudadano, sino de la lengua ligada al territorio. Si usted quiere vivir en español, vaya a un lugar en que español y territorio tengan forjada una alianza.

En este punto, hay que insistir en una realidad: Sí, las personas tenemos derechos lingüísticos y negarlos es negar la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos avalada por la ONU y aprobada en 1996 en... Barcelona. Algunos desconocen su existencia y otros, han querido olvidarla.

Sí, existe la “lengua materna” y negarlo va en contra de la UNESCO, su Día Internacional de la Lengua Materna y su defensa de la educación en ella.
Sí, existen comunidades lingüísticas con derechos más allá de las planificaciones que, por razones de diferente índole, se puedan llevar a término para favorecer a una lengua.  (...)

El caso paradigmático es el del sistema escolar. Dice el PSC que fueron ellos quienes en los 80 consiguieron que existiera solo una red de centros en que convivieran todos los ciudadanos con independencia de su lengua habitual y que esto es un éxito. 

Yo y una amplia parte de los críticos con la política lingüística catalana tenemos este hecho por un éxito, en efecto. Que todos los estudiantes convivan y no se eduquen unos de espaldas a los otros es un triunfo como sociedad. Sin embargo, argumentan los socialistas que este proyecto chocaba contra un plan de dos redes escolares: la red de centros en catalán de Pujol y la red de centros en castellano que quería Fraga. 

Hubo, por tanto, que convencer a Pujol, pero no queda claro si Pujol cedió finalmente a la red conjunta (conjunta en estudiantes y sus lenguas, se entiende) o, simplemente, consintió que no existiera la de Fraga y todos fueran a la suya, haciéndola gradualmente monolingüe, eso sí, con el argumentario, el vestido progresista que le brindaban los socialistas.

¿Y más allá de la educación? ¿Qué sucede cuando los ciudadanos superan la educación obligatoria habiendo recibido enseñanza exclusivamente en catalán? ¿Es el ciudadano entonces ya maduro para ejercer sus derechos lingüísticos ante sus instituciones? No. La administración pública sigue sin reconocer derechos ciudadanos en relación a la lengua. Ayuntamientos, Generalitat, museos y actos institucionales de cualquier género obvian a la ciudadanía castellanohablante. (...)

Huelga decir que la distinción catalanohablante/castellanohablante tampoco es suscrita por el PSC, pues considera que todos somos ciudadanos y hemos de buscar que todos seamos plurilingües. Pero esto no es lo que opina la UNESCO cuando reconoce los derechos de las comunidades lingüísticas que comparten territorio.   (...)

En definitiva, la posición del socialismo en relación con las lenguas se basa en la negación de los conceptos básicos reconocidos internacionalmente empezando por la mencionada Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos, seguida de los conceptos “lengua materna” “comunidad lingüística”, “bilingüismo”... La negación de tal vocabulario implicaría renunciar al monolingüismo institucional que, pese a no ser oficial en el partido, la práctica evidencia.

En conclusión, en Cataluña y las demás comunidades bilingües necesitamos un cambio profundo de perspectiva a la hora de abordar nuestra diversidad lingüística y este cambio debe basarse en incorporar a nuestro léxico la expresión “derechos lingüísticos”. Como hace la UNESCO, debemos encontrar el equilibrio entre:

a) Proteccionismo de las lenguas con menos hablantes y/o en peligro (entre las que, por cierto, y según se puede comprobar vía internet en el Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro, no se encuentra el catalán y el gallego, mientras que el euskera es vulnerable si bien no está en peligro).

b) Los derechos lingüísticos de personas, comunidades y grupos como establece la DUDL. Una planificación lingüística con finalidad de proteccionismo lingüístico no puede obviar nunca los derechos lingüsticos de los hablantes y comunidades lingüísticas que conviven en un territorio.

a) y b) son recíprocamente líneas rojas para mantener el equilibrio y, a su vez, el buen ejercicio tanto de a) como de b) deberían suponer el respeto al otro elemento de la ecuación.  (...)

Si no abordamos la cuestión desde esta doble y equilibrada perspectiva, los problemas de convivencia en torno a las lenguas no pueden más que crecer y la negación del concepto “derechos lingüísticos” es, ante esta perspectiva, inaceptable. 

Negarlos es negar, a su vez, el concepto mismo de “discriminación lingüística” porque ¿acaso puede haber discriminación si no hay un derecho vulnerado? La DUDL reconoce la perspectiva individual y social de las lenguas y, en consecuencia, de los derechos. No reconocer la vertiente colectiva del derecho lingüístico es condenar a la desaparición a muchas lenguas por la imposibilidad de uso efectivo de las mismas por sus hablantes. 

No reconocer la vertiente individual supone, por ejemplo, ignorar que un hablante de una lengua de amplia difusión no pueda sufrir discriminación o que una minoría identitaria pueda ejercer discriminación lingüística sobre los hablantes de una lengua de amplia difusión para homogeneizar su sociedad.

Decíamos al comienzo de estas líneas que el concepto “derechos lingüísticos” (y todos los que de él emanan) ha sido desconocido, ignorado o mal entendido por la práctica totalidad de quienes se ocupan desde las instituciones de gestionar nuestra diversidad lingüística.
 En consecuencia, los ciudadanos no han desarrollado un pensamiento crítico para exigir sus derechos o respetar y valorar los derechos de sus conciudadanos. Partimos de un nivel muy bajo en la divulgación popular de este concepto central, por lo que todo está por hacer todavía. (...)"               (Javier Pérez López, Crónica Global, 12 de junio de 2015)

29/6/15

El nacionalismo catalán no acepta la realidad de la Cataluña bilingüe. No acepta que el bilingüismo es un bien que fomentar y no un problema que resolver. No acepta que en las comunidades bilingües no cabe discriminar por razón de lengua y que los ciudadanos tienen derechos lingüísticos que hay que respetar

" El nacionalismo catalán no acepta la realidad de la Cataluña bilingüe. No acepta que el bilingüismo es un bien que fomentar y no un problema que resolver. No acepta que en las comunidades bilingües no cabe discriminar por razón de lengua y que los ciudadanos tienen derechos lingüísticos que hay que respetar

PARA entender lo que ocurre en Cataluña en materia de lengua, propongo un pequeño diccionario comentado de la teoría y práctica lingüísticas del nacionalismo catalán. Las entradas están alfabéticamente desordenadas –remitiendo cada una a la siguiente– con el propósito de percibir el alcance, unas veces disimulado y otras veces evidente, de dicha política.

Normalización lingüística. Programa de recuperación del catalán en los usos oficiales y sociales, en el sistema educativo y en los medios de comunicación públicos. La normalización lingüística establece que el catalán, como lengua propia de Cataluña, es la lengua de relación preferente del ciudadano con las administraciones catalanas. El incumplimiento de la ley –el uso de una lengua impropia como el castellano– puede ser motivo de sanción.
Denuncia lingüística. La ley catalana establece que «cualquier elemento informativo de carácter fijo deberá estar redactado al menos en catalán». Si ello no ocurre –o si determinado producto no está etiquetado en catalán– se puede denunciar el hecho a la Agencia Catalana de Consumo o a la Oficina de Garantías Lingüísticas. La reclamación puede tener sus consecuencias.

Impuesto lingüístico. El que pueden pagar los comerciantes y empresarios de Cataluña que no rotulan o etiquetan en catalán.

Inmersión lingüística. En el ámbito educativo, la normalización lingüística remite a la inmersión lingüística. Esto es, el modelo del sistema escolar que establece el catalán como lengua vehicular obligatoria y exclusiva de la enseñanza. ¿Objetivo? Introducir al alumno en una segunda lengua que desconoce, o no conoce suficientemente, e impartir la docencia en esa lengua. La sociolingüística señala que hay inmersiones aditivas que buscan el enriquecimiento lingüístico e inmersiones sustractivas que buscan la sustitución de una lengua por otra. La inmersión lingüística en Cataluña –precoz: a los tres años– es de carácter sustractivo o sustitutivo.

Sustitución lingüística. La inmersión sustractiva impuesta en Cataluña se hace en detrimento de la lengua materna de muchos catalanes, generalmente el castellano. La sustitución tiene un carácter sociocultural: se inmerge en la lengua, pero también en la cultura y la historia. 

La primera lenguacultura adquiere prestigio en detrimento de la segunda. Si tenemos en cuenta que los castellanohablantes en Cataluña suponen más del 50 por ciento, podríamos concluir que a la lengua castellana se la trata como si fuera una lengua extranjera y a los castellanohablantes como si fueran inmigrantes.  (...)

La comunidad nacional catalana. Para el nacionalismo catalán, cualquier propuesta de comunidad lingüística en lengua castellana/catalana se considera –además de una agresión contra Cataluña– sinónimo de recentralización, uniformización y desnacionalización catalana. ¿El 25 por ciento de materias –solo el 25 por ciento– en lengua vehicular castellana supone un ataque a Cataluña cuando el castellano es la lengua cooficial y común de los catalanes?

 Para el nacionalismo catalán la nación catalana tiene una –solo una– lengua propia que otorga una identidad nacional propia y distinta de la española. De ahí que el castellano se considere como una lengua impropia de Cataluña. De ahí la política de normalización e inmersión lingüísticas –también cultural, histórica o geográfica– que subordina el derecho individual a la libre elección de lengua a la catalanización de los jóvenes: 

«Solo a través de la escolarización podremos realmente catalanizar, hacer miembros de pleno derecho, que tengan sentimiento de pertenencia a nuestro país los hijos de los que han venido de fuera» (Irene Rigau, consejera de enseñanza de la Generalitat de Cataluña, 2011).

El futuro del catalán. La normalización e inmersión lingüísticas como instrumento para evitar la desaparición del catalán, dicen. La sociolingüística desautoriza al nacionalismo apocalíptico, valga la redundancia: las interferencias no son unidireccionales, la transmisión intergeneracional continúa, la base territorial no se reduce, en las zonas urbanas no se produce la sustitución lingüística, las funciones de la lengua no se reducen, no se degrada el estatus de la lengua catalana.

La inmersión es un modelo de éxito académico y cohesión social. Pónganlo ustedes entre paréntesis. 

En primer lugar, PISA no evalúa en Cataluña el nivel de compresión lectora en castellano. 

En segundo lugar, en la Evaluación General de Diagnóstico –que valora competencia y no conocimiento– Cataluña está en el número doce del ranking autonómico. 

En tercer lugar, de dichas pruebas se excluye a los alumnos sin dominio idiomático suficiente. 

En cuarto lugar, ¿quién puede pensar que en Cataluña –sin inmersión lingüística obligatoria en lengua catalana– la cohesión social peligraría? ¿Acaso en países plurilingües como Finlandia, Suiza, Canadá, Eslovaquia, Canadá o Andorra peligra la cohesión social? 

En quinto lugar, la cuestión es otra: ¿hay que cumplir la ley y las sentencias? ¿Los padres tienen derecho a elegir la lengua en la que quieren educar a sus hijos? ¿Por qué España ha de ser el único Estado que no puede educar en su lengua común y oficial?

La tentación monolingüe. El nacionalismo catalán es incapaz de resistir la tentación monolingüe. Una tentación que –identificando lealtad lingüística catalana con lealtad nacional catalana– niega la lengua común y la nación españolas para así trazar fronteras identitarias y nacionales. 

Una tentación que –de la lengua a la economía– limita las oportunidades de trabajo interterritoriales como si de un nuevo proteccionismo arancelario se tratara. El nacionalismo catalán no acepta que el individuo sea responsable de sus decisiones y arguye que la libertad de elección de lengua es un engaño.

Engaño. Sostiene el nacionalismo catalán que el bilingüismo es un engaño, porque todos los ciudadanos conocen el castellano y no ocurre los mismo con el catalán. Si tenemos en cuenta que el 95,2% de los ciudadanos de Cataluña entiende el catalán y el 73,2% lo sabe hablar (fuente: el oficial Instituto de Estadística de Cataluña), ¿dónde está el engaño? En la voluntad y hábitos de un ciudadano que tiene el derecho a utilizar, sin complejos ni imposiciones, la lengua que prefiera. Cosa que, por cierto, ampara la ley.

El nacionalismo catalán no acepta la realidad de la Cataluña bilingüe. No acepta que el bilingüismo es un bien que fomentar y no un problema que resolver. No acepta que el bilingüismo es un patrimonio común que hay que promover. No acepta que en las comunidades bilingües no cabe discriminar por razón de lengua y que los ciudadanos tienen derechos lingüísticos que hay que respetar. 

Por eso, el nacionalismo catalán frecuenta el esencialismo que excluye el castellano, el monolingüismo que pretende convertir el catalán en la única lengua oficial de facto y de iure, el dirigismo que plantea reeducar a quienes han dimitido de la considerada lengua nacional de Cataluña. ¡Qué paradoja la de quien se ampara en la pluralidad lingüística para imponer el monolingüismo!"            (MIQUEL PORTA PERALES, ABC 16/06/15,  en Caffe Reggio, 16/05/2015) 

3/6/14

¿Alguien se imagina que en Gales o en Escocia todos los alumnos de educación infantil no recibieran ni una hora en inglés, solo dos en primaria y tres en secundaria?

"Alguien se imagina que en Gales o en Escocia todos los alumnos de educación infantil no recibieran ni una hora en inglés, solo dos en primaria y tres en secundaria? pues bien, eso es lo que ocurre en Cataluña: los alumnos toman todas las clases en catalán su primeros años escolares –a veces introducen alguna hora de inglés pero jamás ninguna en español–; y el resto de su educación obligatoria todas en catalán excepto dos o tres en español y en inglés, pese a que la lengua de la mayoría de la población catalana es el español.

Según el Instituto de Estadística de Cataluña (2008), el 55% de la población tiene el español como lengua materna; el 31,6% el catalán; el 3,8 ambas y el 9,6 restante, otras lenguas.

 Si tenemos en cuenta que, según la Unesco, más de 1.500 estudios avalan la importancia de la enseñanza en lengua materna y de que se trata de un derecho reconocido por esta organización así como por Unicef, parece evidente que en esta región de España no se respetan los derechos de los niños en materia lingüística.
La Generalitat se ha encargado de hacer desaparecer el concepto «lengua materna». En los años 70 y 80, desde el nacionalismo y los partidos de izquierda catalanes se reivindicaba el derecho a estudiar en lengua materna ya que durante la mayor parte del franquismo el catalán fue erradicado de las escuelas.

 Se estaba pidiendo, pues, poder estudiar en catalán y se argumentaba certeramente con la importancia de la lengua materna en el desarrollo cognitivo de los alumnos. Estas razones, sin embargo, desaparecieron al implantar la inmersión lingüística. 

 Llama poderosamente la atención que aquellos mismos que hace años reivindicaban la importancia de recibir educación en lengua materna no solo hayan olvidado sus antiguos argumentos, sino que hayan hecho además desaparecer el concepto.

Para defender el «éxito» de este modelo monolingüe en una sociedad bilingüe en el que, además, la lengua vehicular es una lengua regional que no es, además, la mayoritaria dentro de la población catalana –no hay precedente de nada similar en los países de nuestro entorno– se aluden a todo tipo de exámenes para acabar sentenciando que el nivel de lengua española de los alumnos catalanes está por encima de la media del resto de España. 

Resulta bastante difícil creer que los alumnos catalanes superen con dos o tres horas a la semana lo que el resto de españoles consiguen con unas 20 horas. De ser esto cierto, estaríamos ante un gran fenómeno: unos alumnos especialmente brillantes y un profesorado con una capacidad didáctica y pedagógica que merecerían estudios de todo tipo por parte de la comunidad científica internacional. 

Resulta inquietante que gran parte de los políticos catalanes, en concreto los pertenecientes a CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP, hablen siempre de «modelo de éxito» cuando Cataluña es una de las regiones españolas con mayor fracaso escolar (21,8%), abandono escolar temprano y falta de estudios postobligatorios (26%).

Estamos, pues, ante un modelo educativo que, lejos de ser un «modelo de éxito» –como repiten gran parte de los políticos y opinadores que participan en los medios públicos y en los generosamente subvencionados catalanes–, está dando muy malos resultados. Un sistema, además, que es el único al que puede acceder gran parte de la población. 

Algunos padres han intentado conseguir una educación bilingüe o, al menos, con un mayor equilibrio entre el catalán y el español y para ello se han enfrentado a largos procesos que siempre han ganado pero que el Gobierno catalán ha vuelto a impugnar. 

Hasta ahora, el Gobierno catalán siempre ha dicho que no estaba dispuestos a acatar ninguna de las sentencias aunque parece que ahora esto está cambiando. Las familias que inician esos procesos son rápidamente estigmatizadas e, incluso, se ha llegado a dar a conocer en los medios los nombres y apellidos de los menores.

 Sin embargo, hay padres que sí que pueden optar por otro modelo sin necesidad de enfrentarse a procedimientos penales y al estigma social: aquellos que pueden pagar a partir de 600 euros al mes en alguna escuela de élite, como por ejemplo, Artur Mas o como su predecesor, José Montilla.

Da la impresión de que los políticos catalanes no están interesados en ofrecer a los alumnos lo mejor para su formación sino que ponen la educación al servicio de lo que ellos llaman «la construcción nacional»: una herramienta al servicio del nacionalismo. 

Véase Nacionalismo y política:el caso de Cataluña (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2006) de Thomas Jeffrey Miley, profesor en la Universidad de Cambridge, que analiza cómo los catalanoparlantes están hiperrepresentados en el Parlamento catalán, los ayuntamientos y la educación.

 Así, en Cataluña, frente al respeto al bilingüismo, se impone el monolingüismo; frente a la protección de los derechos de los niños, la imposición de una concepción nacionalista de la educación y la lengua; frente a los criterios pedagógicos, la ideología. Nosotras mantenemos firme nuestro compromiso con el plurilingüismo y los Derechos del Niño. De todos los niños."           (SONIA SIERRA Y MERCÈ VILARRUBIAS, ABC  31/05/14, en Fundación para la Libertad)

19/5/14

300.000 europeos de Letonia sin derecho al voto... por ser de origen ruso

"Alina Ertmane, estudiante de logística de 22 años, luce orgullosa sobre su melena rubia un gorro de aviación verde oliva decorado con una hoz y un martillo junto a varias insignias militares de una Unión Soviética que se desintegró un par de años antes de que ella naciera en Letonia

Alina y miles de letones rusófonos más conmemoraron en Riga con ofrendas de flores a los caídos y canciones nostálgicas el viernes pasado, 9 de mayo, el Día de la Victoria, el triunfo aliado sobre la Alemania nazi en 1945. Alina explica con un entusiasmo que emocionaría a cualquier candidato a europarlamentario que “por supuesto” votará en las próximas elecciones europeas. 

Ejercerá un derecho que ella tiene, pero del que carecen sus padres, los padres de su novio, Dmitry, de 21 años, y muchas de las personas que la rodean junto a este monumento al Ejército soviético.

Un 13% de los habitantes de Letonia (282.876 de los dos millones) son europeos con un pasaporte especial para extranjeros expedido por Letonia sin derechos políticos (tampoco pueden votar en los comicios generales o locales de su país o ser electos).

 Oficialmente denominados no ciudadanos, también están vetados para ser juez, policía, diplomático, bombero u obispo y una ristra de profesiones más. La mayoría son de origen ruso pero también los hay con ancestros de Bielorrusia, Ucrania, Lituania, Polonia o judíos.  (...)

Una vez Letonia recuperó su independencia en 1990 solo reconoció como ciudadanos a aquellos que lo eran el día que las tropas soviéticas ocuparon el país —el 17 de junio de 1940— y sus descendientes.

Yuri Petropavlovky, de 59 años, es un no ciudadano. Su pasaporte, con el que puede moverse libremente por el espacio Schengen, lo deja clarísimo. Sobre la cubierta azul coronada por un Latvijas Republika dice Nepilsona Pase (Pasaporte para extranjeros).

 La ONU los califica de apátridas: “Pero si he nacido aquí, en Riga, he pasado toda mi vida aquí con letones que en 1990 se convirtieron en letones”, recuerda sobre el momento en que él y cientos de miles de sus compatriotas se quedaron sin nacionalidad.

 No son ciudadanos de pleno derecho porque sus padres se instalaron en Letonia cuando era soviética, cuando aquí se fabricaban buena parte de las lavadoras, locomotoras o teléfonos para el resto de la URSS.

El Consejo de Europa ha constatado en los últimos años un enconamiento del debate sobre las minorías. Cada vez es más frecuente que se cuestione la lealtad de los no ciudadanos al Estado letón y se les acuse de no querer integrarse. El número dos de Exteriores letón, Andrejs Pildegovics, afirma, en una entrevista en el ministerio, que “en algunos sentidos son hasta más privilegiados que nosotros”. 

Sostiene que algunos no ciudadanos prefieren mantenerse así “porque tienen pasaportes de otros países [la doble nacionalidad con Rusia está prohibida] o quieren viajar de Lisboa a Vladivostok sin visado [los letones lo requieren para visitar Rusia]”.  (...)

El colectivo apátrida de Letonia —existe uno similar en la vecina Estonia, pero de menor tamaño— ha ido menguando con los años gracias a que más de cien mil se han naturalizado mediante un examen de lengua, historia y la Constitución o vía cambios legislativos.

 El empresario Boris J., de 59 años, y su esposa, que también han venido a este parque a “honrar la memoria de los padres”, hicieron el examen hace años. Explican por qué: “Viviendo en Letonia debemos participar en la vida del país y para influir hay que naturalizarse”. Aprobaron. Petropavlovky, un diseñador y veterano activista por los derechos de los no ciudadanos, completó el proceso de naturalización la década pasada pero fue vetado en el último minuto por las autoridades. Tener la ciudadanía era imprescindible para ser candidato a alcalde de Riga. Ahora tiene clarísimo que no volvería a intentarlo. Sostiene, ante un café que acaba de pedir en letón, que examinarse es “como probar que eres hijo de tu madre”. Eso le parece inaceptable.

Un rusófono ganó con holgura la alcaldía capitalina en 2009. Nils Usakovs, de 37 años, que ha tenido que letonizar su nombre con esas eses finales como exige la ley, es de calle el político de origen ruso más poderoso del país. Gobierna desde hace un lustro en todos los asuntos cotidianos de sus 700.000 vecinos, es decir, de un tercio de los letones. Usakovs (o Usakov) encabeza el partido izquierdista Centro Armonía, el preferido por los rusoparlantes. 

En su intervención el Día de la Victoria desde un escenario decorado en rojo comunista dejó claro que se opone a la política de etnias. Aquí a los unos se los denomina étnicos-letones y a los otros étnicos-rusos, o bielorrusos o lo que corresponda para dejar clara la distinción. 

“Cuando la gente se divide en etnias ocurre lo que estamos viendo en Ucrania y en Odessa [donde 50 separatistas prorrusos fueron asesinados en un incendio intencionado]. Letonia es nuestra casa, nos pertenece a letones, rusos, bielorrusos, ucranios...”.

El activista Petropavlovky, en cambio, defiende la política étnica. Lo hace desde otro partido rusófono, el también izquierdista Por los derechos humanos en una Letonia unida. Tienen una europarlamentaria que se presenta a la reelección. Petropavlovsky, que obviamente no podrá votar el 25 de mayo, dirige su campaña.  (...)

La lengua es la base de la identidad letona en este país multiétnico que, para colmo, pierde población. Las autoridades temen ser fagocitadas por el ruso y lo ruso. Pero todos en el país son conscientes de que si el colectivo apátrida tuviera derechos políticos el panorama político sufriría una sacudida descomunal.

El representante de Exteriores considera necesario privar de derechos políticos al colectivo porque “si se lo damos a todos disminuye la motivación para convertirse en ciudadano”. Subraya que para aprobar el examen de naturalización “no hace falta ser ingeniero. Tienes que saberte el himno, un letón muy básico y no decir que Letonia se incorporó a la URSS por amor al comunismo”.

La parte más sensible de la prueba es la histórica. “El problema es que la gente entiende de distinta manera los mismos hechos. Pero en el examen hay que dar la respuesta correcta, aunque uno discrepe”, explica Elena Matjakubova, experta en educación de minorías.

 Porque el Estado letón sí que financia 99 escuelas bilingües, que imparten el 60% en letón y el resto en lenguas minoritarias: del ruso al hebreo o el lituano. Los libros y los exámenes del final de la Secundaria son en la lengua estatal y el Gobierno quiere “reforzar el papel del letón en un sistema educativo único”.             ( , El País, Riga 15 MAY 2014 )

12/5/14

La batalla del cirílico. Los derechos lingüísticos de la minoría serbia en Vukovar

"Vukovar es la herida de guerra más fresca en las carnes de toda la Unión Europea. Todavía supura. En esta ciudad del este de Croacia arrasada por el asedio serbio de 1991, hasta las escuelas infantiles aún necesitan dos accesos: padres croatas y serbios no quieren ni pasar por la misma puerta.

Danijela Stankovic —mirada limpia, complexión menuda que sin embargo destila gran fortaleza— explica que los niños, segregados en clases étnicamente homogéneas, no interactúan ni siquiera durante los recreos en el patio común. “Como si hubiese una barrera invisible en el medio”, dice esta educadora de 29 años. (...)

La iniciativa de las autoridades croatas de reconocer en el municipio el cirílico como alfabeto cooficial —tal y como requiere la ley nacional de protección de minorías en las zonas donde estas representen más de un tercio de la población— ha desatado una inquietante tormenta. Serbio y croata son prácticamente la misma lengua, pero el primero utiliza el cirílico y el segundo el alfabeto latino.

 El vendaval trasciende el término municipal, y sirve como punto de partida para comprender la Croacia actual, último miembro en incorporarse en la UE, el pasado julio.

Una plataforma de Defensa de la Vukovar Croata se opone de manera frontal a la medida. El grupo arranca o daña desde hace meses los carteles bilingües en las calles de la ciudad y pugna para que se celebre un referéndum sobre el derecho lingüístico. Dicen haber recogido para ello 630.000 firmas, en un país de 4,2 millones de habitantes.

 “Está pendiente por verificar si son todas auténticas”, comenta Vesna Pusic, ministra de Asuntos Exteriores de Croacia, en su despacho en Zagreb. “Pero está claro que en tiempos de dificultades económicas las pulsiones nacionalistas tienen el terreno abonado”. Croacia ha enfilado cinco años seguidos de recesión a partir de 2009.

La consulta para limitar los derechos de las minorías se suma a otra del pasado diciembre para evitar que se reconozca el derecho al matrimonio entre homosexuales. “Es una auténtica ofensiva de la extrema derecha que ha detectado en los referendos un instrumento valioso para afirmar su agenda”, dice Pusic.(...)

  Ivana Milas, de la ONG Nansen Dialogue Center, cuenta que su organización lleva 10 años intentando abrir una escuela mixta en la que alumnos serbios y croatas estudien juntos. Pese al apoyo de Stankovic y otros, todavía no lo han logrado. “Es una cuestión política. La mayoría de la gente quiere pasar página. Pero incluso si piensas así, no puedes vencer las instituciones”, lamenta.

En los cuarteles generales del Comité para la Defensa de la Vukovar Croata, ante los retratos del expresidente Franjo Tudjman (1990-1999) y de los generales Ante Gotovina y Mirko Norac, Snjezana Patko, de 47 años, explica que ellos consideran un ultraje el reconocimiento de los derechos lingüísticos a la minoría serbia. “No tengo ningún problema con las demás minorías.

 Pero aquí las heridas están todavía abiertas. Hay cientos de desaparecidos sin hallar. Una mujer que anda por la calle puede toparse con un hombre que la violó y al que no se le ha castigado. Los serbios no quieren integrarse. ¿Por qué deberíamos otorgarles estos derechos? Primero que se haga justicia completa y que muestren buena voluntad”, dice esta mujer que luchó en la guardia nacional croata y que es hija de un desaparecido.

La comunidad serbia, naturalmente, rechaza esos argumentos y esgrime sus agravios. Las fuerzas croatas también cometieron crímenes de guerra durante el conflicto. En algunos casos la propia justicia croata ha condenado a los responsables.

“Nosotros luchamos para preservar nuestra identidad. Quieren asimilarnos. Los derechos lingüísticos están previstos por la ley. ¿Por qué la comunidad serbia no debería disfrutar de ellos?”, pregunta Dragan Crnogorac, 36 años, diputado de un partido serbio en el Parlamento de Zagreb y líder de la comunidad local. Aunque el Gobierno central se opone al referéndum, Crnogorac sostiene que su actitud era más colaboradora cuando Croacia todavía no estaba en la UE. La presión de Bruselas surtía más efecto entonces que ahora, dice.

El conflicto de Vukovar, naturalmente, es específico. Pero es el punto extremo de una red que toca nervios con mucho recorrido. Con su alto paro (un 25,5%), fuertes sospechas de corrupción en la política local, con su avanzada reconstrucción después de la guerra, su historia que muestra a la vez la impotencia de Europa en los conflictos y su importancia para elevar los estándares de calidad democrática, Vukovar parece un compendio de activos y pasivos de Croacia y la UE.  (...)

Stankovic, la vicealcaldesa, observa que en Vukovar mucha gente ya no se fija en si la cafetería es serbia o croata para tomar algo; y que las parejas mixtas ya no son Romeos y Julietas. 

Pero, cuando se le pregunta si seguirá en política —el mandato de Stankovic estaba a punto de expirar cuando fue entrevistada, hace dos semanas, ya que Vukovar se dispone a celebrar elecciones municipales en las próximas semanas— manifiesta el cansancio por la enorme presión de las disputas locales y su deseo de volver a educar niños.

A poca distancia del Ayuntamiento, en la terraza de un café al lado del maravilloso Danubio, Lana Mayer, de 34 años, encarna la transición sin acabar de Vukovar. “Yo no me siento una Julieta”, dice. Su pareja es un hombre serbio. Tienen dos hijos. Pero no tienen una escuela mixta donde poder enviarlos a estudiar."             (El País, 27/04/2014)

27/2/14

El parlamento ucraniano anula la ley que regula la cooficialidad de la lengua rusa. Afecta a los derechos básicos de millones de ucranianos de habla rusa

"(...) - Revancha contra la lengua rusa. El parlamento ucraniano anula la ley que regula la cooficialidad de la lengua rusa, vigente desde hace dos años en la mitad oriental del país y que fue clave en la victoria electoral del huido y depuesto presidente saliente, Viktor Yanukovich, en las elecciones de 2010.

 La decisión, sumamente desestabilizadora, afecta a los derechos básicos de millones de ucranianos de habla rusa, y contribuirá a los preocupantes procesos de cisma y división que los cambios políticos han abierto en el país.

El 26,6% de los más de 45 millones de ucranianos declaran el ruso como lengua materna en el último censo disponible. En zonas históricamente rusas y de gran población rusa ese porcentaje es mayoritario, por encima del 60% en Crimea. Ucrania contiene además minorías que hablan otras 17 lenguas, entre ellas las más importantes el rumano y el húngaro.

La ley que se ha  derogado permitió a los gobiernos locales y regionales dar estatuto de cooficialidad a todas esas lenguas allí donde fueran usadas por más del 10% de la población. Había entrado en vigor en agosto de 2012 y desde entonces ha sido aplicada con gran éxito a favor de la lengua rusa en cinco regiones y nueve grandes ciudades del país, y en otras ciudades y localidades en beneficio del rumano (moldavo) y el magiar. 

Ha sido anulada por 232 votos sobre los 334 diputados registrados en la sesión, es decir por un margen mucho menos mayoritario que las otras decisiones votadas en la cámara al amparo del cambio político que ha desarbolado al Partido de las Regiones, que era el más numeroso de la cámara y representaba mayoritariamente a la mayoría ucraniana más vinculada a Rusia. La Casa Blanca aplaudió ayer  el “trabajo constructivo” del nuevo parlamento de Kíev. (...)"             (Rafael Poch, La Vanguardia, en Rebelión, 26/02/2014)

29/7/13

‘Los que damos prioridad absoluta a los derechos y libertades individuales no podemos ver a Mas y a Junqueras como otra cosa que peligrosos enemigos’

"Alfons Quintà, director de El Debat y ex director de TV3, en un artículo publicado este domingo:

‘En la fiesta musical e independentista del sábado hubo una espectacular similitud entre el eslogan ‘Libertad para Cataluña’ y los utilizados por movimientos fascistoides como el de Jörg Haider (1950-2008) en Austria. El ideario de Haider era perfectamente coherente con el nombre de su partido: Freiheitliche Partei Österreichs (FPO), Partido de la Libertad de Austria.

[...] No es un chiste circunstancial. Todavía menos una bromita de mal gusto. El tema es demasiado grave como para admitir alguna frivolidad. Podría escribir todo este artículo citando el que publiqué con ocasión del escándalo consistente en que Haider pudiera aspirar a ser canciller federal austríaco.

 Era un siniestro racista, simpatizante del nazismo. Se hizo popular por su política de rechazo de los derechos, en especial los lingüísticos, de la minoría eslovena, presente desde hace muchos años en el sur de la provincia austríaca de Caríntia. Yo conozco aquella preciosa zona. He escrito a favor de aquellos derechos y siempre contra Haider.  (...)

[...] El siniestro general Franco también tuvo un eslogan muy difundido: ‘Una, Grande y Libre’. Lo incluyó en el escudo español ahora suprimido. Entendía por ‘libre’ a España, y no, desde luego, a sus ciudadanos. Es literalmente exacto que en cuanto a la libertad total de cada Estado, Mas y Junqueras coinciden con Franco y Haider. Con respecto a la preeminencia de los derechos humanos, afortunadamente a menudo impuesta por la vía convencional internacional, hay grandes silencios.

[...] Los que damos prioridad absoluta a los derechos y libertades individuales no podemos ver a Mas y a Junqueras como otra cosa que peligrosos enemigos. ¿Debo recordar cómo reaccionaron recientemente cuando un diputado [autonómico] mencionó el crimen terrorista de Hipercor? 

¿La libertad territorial de quien sea sería inferior al derecho a vivir pacíficamente en una democracia? ¿Alguien les ha escuchado decir que su hipotética Cataluña convertida en Estado-nación o en Estado-finca sería un modelo, en cuanto a derechos humanos concretos?

No todo el mundo tiene que tener interés por el pensamiento, ni tiempo que dedicarle. Estamos en momentos de buscar un trabajo o conservar el poco que podamos tener. Pero si alguien puede leer a Berlin o a Bobbio verá que la payasada del sábado fue sólo esto, una payasada.

 La petulante ‘Freedom Catalonia’ no fue vista por nadie del mundo exterior. Al día siguiente ningún medio internacional la mencionó. Ahora bien, hubo otros curiosos síntomas que hará falta destacar. Ninguno de ellos es positivo con respecto a los osados e incultos Mas y Junqueras’."          (lavozdebarcelona.com, 01/07/2013)

22/4/13

Inmersión lingüística franquista... versus inmersión lingüística nacionalista

“Hoy, nuestros hijos desconocen su idioma, porque en nuestras escuelas sólo se enseña el castellano. Esto constituye un crimen: lo primero es la infracción cometida con nuestros derechos como ciudadanos

Se nos arrebata el derecho a conocer nuestro idioma, se nos niega el derecho a aprender con él (…). Pero hay aún un segundo crimen, que resulta peor por inhumano: se tortura a nuestros niños durante los primeros años de escuela aprendiendo en una lengua que no es la materna.”
 
Lo que podéis leer sobre estas líneas lo escribió el nacionalista catalán Josep Benet i Morell en su libro “Combat per Catalunya autónoma” (1977). Nacido en 1920, Benet fue militante del grupo nacionalista ilegal Front Universitari de Catalunya (fundado en la clandestinidad del franquismo en 1947), y más tarde formó parte de Unió Democràtica de Catalunya (UDC, hoy integrada en CiU).  (...)

Obsérvese la paradoja: cuando el catalán era excluido de las encuelas en el franquismo, esa inmersión en español de los niños catalanohablantes era un “crimen” y una forma de “tortura”.

 El nacionalismo invocaba entonces el derecho a estudiar en la lengua materna como parte de los derechos de los ciudadanos. Benet incluso apelaba a la Unesco para recordar:“Es axiomático que el mejor medio para enseñar a un niño es la lengua materna”. Hoy han cambiado las tornas: el sitio de los franquistas lo ocupa ahora el nacionalismo catalán. 

 Las mismas imposiciones antidemocráticas que perpetraba el régimen anterior en materia lingüística contra los niños catalanohablantes, las perpetra hoy el nacionalismo contra los niños hispanohablantes.

 Ahora el nacionalismo catalán ya no apela a los derechos lingüísticos ni al aprendizaje en lengua materna, porque ahora el “crimen” y la “tortura” de la imposición lingüística los comete ese nacionalismo."       (J. M. Mateo, 16/04/2013)

31/1/13

Empleados del gobierno autonómico harán un ‘uso preferente del castellano’ para protestar contra los recortes de la Generalidad

 Cartel colgado por trabajadores del TNC en el que anuncian que harán un ‘uso preferente del castellano’ para protestar contra los recortes de la Generalidad (foto: Cristina Puig/twitter)

" Esta forma de protesta es realmente curiosa y sitúa a la lengua castellana en un papel hasta ahora desconocido. Si hasta el momento fue la lengua del patio o de la calle ahora va a convertirse, además, en lengua de la huelga. Cuando el trabajador se cabree con el patrono empezará a hablarle castellano, y que se joda.

La decisión habrá llenado de gozo a los administradores, porque refuerza el papel de la lengua de prestigio y de orden y el carácter meramente piquetero del castellano. Mucho más, si como acabo de comprobar esta mañana, después del paso por distintos departamentos y en diálogo con voces humanas y voces grabadas, la lengua castellana sigue tan ausente de las centralitas y despachos como del escenario del teatro. "     (Arcadi Espada, 21/01/2013)

"El uso de una lengua oficial como medida de presión contra la Generalidad confirma la existencia de una política de discriminación lingüística por parte del Gobierno autonómico. 

 No es la primera vez que esto ocurre. Los principales sindicatos de los Mossos plantearon una fórmula similar en 1996 y hace un año. 
 
La política de discriminación lingüística respecto a los castellanohablantes que la Generalidad practica de forma sistemática en todos sus ámbitos de influencia da lugar a situaciones inverosímiles. Eso es lo que ha ocurrido con motivo de un nuevo contencioso abierto por el Gobierno autonómico de Cataluña este domingo.

El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, ha anunciado este domingo que el consejo de administración del Teatro Nacional de Cataluña (TNC), una institución perteneciente a la Generalidad que tiene entre sus objetivos fomentar el ‘patrimonio teatral catalán’, “está estudiando medidas” para hacer frente a la caída de espectadores e ingresos que está poniendo en peligro poder cumplir “el planteamiento presupuestario asignado para este año”, que no es otro que acabarlo sin déficit. Mascarell ha culpado de ello a la subida del IVA para el ámbito cultural.

La noticia no ha sentado nada bien entre los trabajadores de la institución, que temen que los recortes impliquen una reducción de las actividades que ofrece el TNC y la consecuente pérdida de puestos de trabajo. La primera medida que han adoptado algunos de ellos ha sido colocar carteles en la entrada de la sede del teatro con un mensaje sorprendente, redactado únicamente en catalán:
‘A partir de hoy día 20-1-2013 los trabajadores del Teatro Nacional de Cataluña en protesta por el desmantelamiento de la cultura catalana, harán uso preferente del castellano. Rogamos disculpen las molestias. Gracias’.
Los Mossos plantearon una medida similar hace un año

No es la primera vez que, en los últimos tiempos, funcionarios o empleados de la Generalidad amenazan con utilizar una de las lenguas oficiales en la Comunidad, en concreto, el español, para presionar al Gobierno autonómico, lo que no deja de ser inaudito y revelador sobre cuál es el trato que los castellanohablantes reciben de forma ordinaria.

Hace un año, los principales sindicatos de los Mossos d’Esquadra anunciaron que utilizarían preferentemente el español en sus relaciones con los ciudadanos y en sus comunicaciones internas como medida de presión contra los recortes previstos por la Consejería de Interior de la Generalidad, entonces dirigida por Felip Puig (CiU).

Finalmente, la medida de protesta fue desestimada a las pocas horas de plantearla, si bien, en las manifestaciones que se convocaron durante aquellas fechas pudo oírse a varios agentes de la policía autonómica corear gritos de “¡Que viva España!” con el objetivo de incomodar al Gobierno autonómico, en manos de la federación nacionalista.

Otros precedentes

En 1996, los principales sindicatos policiales también recomendaron a los agentes de la policía autonómica que utilizasen el castellano en sus comunicaciones con los ciudadanos, con sus superiores y con los jueces como medida de presión durante una negociación de las condiciones laborales.

Más recientemente, en noviembre de 2008, un cabo de los Mossos d’Esquadra fue sancionado con tres meses de suspensión de empleo y sueldo y su traslado forzoso por negarse a traducir al catalán unas diligencias que había escrito en español hasta no recibir la orden por escrito. El entonces consejero de Interior, Joan Saura (ICV-EUiA), señaló que “su obligación” era hacerlo en catalán.

En los últimos años, el ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol ha mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación por el hecho de que muchos mossos se dirigen en castelano a los ciudadanos, recordando que durante su mandato “tenían la obligación” de utilizar preferentemente el catalán. 

En octubre de 2011, durante un acto ante un millar de aspirantes a policías autonómicos, les instó a utilizar el catalán “como primera lengua siempre que puedan, que es casi siempre”.       (lavozdebarcelona.20/01/2013)