Mostrando entradas con la etiqueta l. Independencia: Cataluña: efectos: intervencion. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta l. Independencia: Cataluña: efectos: intervencion. Mostrar todas las entradas

9/3/22

“El 1-O ayudó a crear un clima de victimismo y eso son vitaminas para el nacionalismo”

 "Gloria Lago, presidenta de Hablamos Español, defiende que el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 “ayudó a crear un clima de victimismo y eso son vitaminas para el nacionalismo. El hecho de que los centros de enseñanza hayan sido el escenario de aquellos sucesos ha sido muy negativo”

Y añade que “el relato que le llegó al alumnado sobre su colegio, su instituto, como marco de aquella jornada “heroica” jornada hizo mucho daño. Aquello estuvo muy mal gestionado, es imperdonable”.

“Cómo el gobierno central les regaló aquellas imágenes de pueblo oprimido, cómo eligieron, propagandísticamente, mediante la manipulación de imágenes y selección de las ofrecidas, propagar una política de ‘brazos caídos’ ante los medios internacionales, permitiendo que España apareciera como un estado opresor, como si un referéndum ilegal para subvertir el orden constitucional fuese un canto a la democracia. Fue todo muy doloroso y la pasividad y la ‘improvisación’ del gobierno invita a pensar muy mal en cuanto a sus últimas intenciones”, concluye."                       (El Catalán.es, 21/08/21)

29/3/21

El gobiernillo de 2017 sabía perfectamente lo que pasaría cuando envió pobres ilusos a «defender urnas» pero no se produjo ninguna muerte, lo que habría ido de maravilla... ni de la Guardia Civil te puedes fiar. Hoy, el gobiernillo pide ayuda a la Guardia Civil para hacer controles de carretera... cousas veredes

 "Está muy bien, que el gobiernillo pida ayuda a la Guardia Civil para hacer controles de carretera estos días. A ver si así, de una vez, los que todavía están llorando porque recibieron un porrazo hace no se cuantos años cuando iban a votar no sé qué, se dan cuenta que hicieron el papel de la triste figura, entendiendo por a triste figura el tonto útil que pone la cara para que le rompan, y así los líderes llacistes pueden vivir bien unos años más.

Después de años dándonos la tabarra con que la Guardia Civil era una policía que dejaba como niños de teta los tonton macoute haitianos, el gobernó califica los hechos del 1-O como «discrepancias políticas», y aquí paz y después gloria. No les falta razón, al fin y al cabo, no hubo ni un solo líder llacista que recibiera un porrazo, de hecho cuidarse mucho ni siquiera acercarse a ningún lugar donde hubiera la más mínima posibilidad de trifulca, esto lo dejaron para la morralla, la misma morralla que se pensaba que yendo a votar tendría una republiqueta aquí, en la esquina. Incluso la expresión «discrepancia política» es exagerada, las discrepancias fueron mínimas, diría que incluso inexistentes. 

El gobiernillo de 2017 sabía perfectamente lo que pasaría cuando envió pobres ilusos a «defender urnas», así que más adecuado sería calificarlo de «concordancia política». Si hubo discrepancia fue sólo porque no se produjo ninguna muerte, lo que habría ido de maravilla, ni de la Guardia Civil te puedes fiar.

 El consejero Samper se ha propuesto poner luz a la sombra, lo que le honra, y no hay mejor manera de decir idiotas los llacistes sin utilizar la palabra, que llegar a acuerdos de colaboración con la Guardia Civil. (...)

 - No hay manera, tenemos votantes bobos. Los enredamos una y otra, les mostramos claramente que todo es una farsa, los damos largas con excusas ridículas, pasamos de la independencia en dieciocho meses a dejémoslo para quién sabe cuándo? Todo es inútil, aunque los hay que creen que la Republiqueta iba en serio. - Y si llegamos a un acuerdo con la Guardia Civil para que ayude en los controles?"                (Albert Soler, Diari de Girona, 25/03/21)

10/3/21

Salvador Oliva, escritor: “No hay manera de parar la locura del procés... Nuestra única esperanza es un 155 sine die”

 "El escritor y profesor Salvador Oliva (Banyoles, 1942) ha afirmado en una entrevista en el canal de youtube de Xavier Rius que “nuestra única esperanza es un 155 sine die”. “El procés va a continuar y no hay manera de parar esta locura”, ha lamentado.

 “Estoy seguro de que Laura Borràs va a ser la próxima presidenta porque ERC va a darle sus votos. Los independentistas tendrán la mayoría y como lo importante es tener la mano en la caja va a continuar la cosa igual”, ha apuntado.

“Lo que pasa es que a lo mejor con Laura Borràs nos divertimos más”, ha añadido, además de señalar que “creo que la van a declarar culpable y con Joan Canadell vamos a añorar a Torra, que ya es lo último”.

Oliva cree que “a Borràs la van a inhabilitar, entonces subirá Canadell y los más probable es que caiga un 155 sine die que es nuestra única esperanza”. El escritor ha ironizado que “me van a llamar botifler, como mínimo”.             
       (e-notícies, 10/02/21)

15/1/21

Xavier Rius: Decía Antoni Bassas: “Trump tendría que ser apartado y llevado a juicio por haber incumplido el juramento de preservar, proteger y defender la Constitución”. ¡Coño, como Puigdemont! pensé. “Esto se llama sedición, la revuelta violenta contra las instituciones con la intención de hacerlas caer”. Pues como aquí, ¿no? Es curioso como el independentismo ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio... ya no nos acordamos de que intentaron asaltar el Parlament después de que Torra llamara al “apreteu, apreteu”

 "Decía Antoni Bassas en su artículo de este jueves a raíz de lo ocurrido en el Capitolio: “Trump tendría que ser apartado del cargo y llevado a juicio por haber incumplido el juramento de preservar, proteger y defender la Constitución”.

¡Coño, como Puigdemont! pensé.

“Esto se llama sedición -continuaba-, la revuelta violenta contra las instituciones con la intención de hacerlas caer, levantarse públicamente y de forma tumultuosa para obtener o impedir por la fuerza la promulgación o ejecución de una ley”.

Pues como aquí, ¿no? Es curioso como el independentismo ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

“¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, se preguntaba.

Pues muy sencillo: porque Trump y Torra no han parado de excitar al personal.

 El independentismo -que una parte viene del partido dels botiguers que era Convergencia- anda escandalizado pero no se da cuenta de que ellos han promovido lo mismo.

O ya no nos acordamos de que intentaron asaltar el Parlament después de que Torra llamara al “apreteu, apreteu”.

Si no lo consiguieron fue por los pelos. Creo que los Mossos -que les pilló casi tan desprevenidos como a la Policía de Washington- tuvieron que movilizar incluso a patrullas de seguridad ciudadana para evitar la ocupación del edificio.

Pero si aquí han estado jugando con la desobediencia, con el desbordamiento. Hasta hace cuatro días el ejemplo a  seguir era Hong Kong. Incluso por reputadísimos catedráticos. Ya ven como han acabado en la antigua colonia británica.

Recuerdo incluso un exalto cargo -nada menos que el que fuera secretario de comunicación de Mas, Josep Martí, ahora columnista de El Periódico- decía que había que convertir el Parque de la Ciudadela con la Plaza Tahrir. ¡Como en Egipto!

Ahora anda echando el freno. Como el resto de fogoneros del proceso (Rahola, Álvaro, Sanchis, etc,) tras haber estado echando leña al fuego durante diez interminables años.

Los propios indepes no entendían nada. Primero Torra llamaba a la desobediencia y luego les mandaba a los Mossos.

Tardó 48 horas en condenar los disturbios de la Plaza Urquinaona.

Yo mismo fui a una rueda de prensa del entonces consejero de Interior, Miquel Buch, durante esos acigados días y no condenaron los disturbios hasta pasados 40 minutos. Y aún porque se le ocurrió al director general de la Policia, Pere Ferrer. Buch lo hizo con la boca pequeña temeroso ya, supongo, del cese. Al salir los vi en una sala anexa y le dije citado al director general: “et felicito”. Al menos alguien lo hacía sin ambages.

Torra, tras haberse paseado con las Marxes per la Llibertat -parace que el hombre no tenía nada mejor que hacer- hizo un “llamamiento a la calma” y dijo que había que detener la violencia “ahora mismo” cuando ya se había desbordado la situación.

¡Como Trump!

Pero si se fue a Eslovenia a flirtear con una guerra corta: diez días y una sesentena de muertos muertos.

¿Se acuerdan? Yo sí que me acuerdo.

“Los eslovenos lo tuvieron claro, decidieron determinarse, y decidieron llevar adelante su camino hacia la libertad con todas las consecuencias y hasta conseguirlo” dijo en la presentación del Consejo para la República en Bruselas.

Me ahorro otros episodios como la ocupación del Aeropuerto -una infraestructura esencial-, el bloqueo de la frontera con Francia durante tres días -¡con escenario de por medio!- o el corte de la autopista en Salt.

 Recuerdo que cuando los CDR cortaron la autopista en Tarragona en el 2018 durante quince horas los Mossos fueron incapaces de hacer ni una sola identificación. Por no recordar episodios de violencia como el sabotaje de líneas de Rodalies o el corte del AVE. ¡La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, haciéndose fotos en las mismísimas vías del tren! Y una concejal del PDECAT, Eva Palau, haciendo llamamientos en las redes a cortar las vías. ¡Nada menos que la responsable de Seguridad! Pero si hasta Laura Borràs, ahora flamante cabeza de lista de JxCat, decía que no podía considerar violencia quemar un contenedor.

 ¿Qué es? ¿Un foc de camp? ¿Una verbena? ¿Una fiesta de adolescentes?

Hasta que le quemen uno debajo de casa o les corten la carretera de Cadaqués en pleno mes de agosto.

Han hecho dos cosas nefastas: una desprestigiar las propias instituciones catalanas y hablar repetidamente en nombre del pueblo. Hay que mantener la política dentro de las instituciones porque lo contrario es la selva.

Aunque la peor es, sin duda, que han utilizado medios públicos -¡y privados!- para excitar al personal. Pero si cuando surgió el Tsunami Democrático le dedicaron una pieza en el TN. Y eso que era anónimo. Y todos iban retuiteando como locos: Puigdemont, Torra, Junqueras. Se nota que estaban metidos en el ajo.

Por eso digo siempre que TV3 tiene casi una responsabilidad criminal en el proceso. Si un día los catalanes llegamos a las manos será por la cadena pública.

Pero entonces que no se quejen. Han estado alimentando a la bestia."                (Xavier Rius, director de e-notícies, 08/01/21)

2/12/20

No sabemos qué habría ocurrido si el Govern, en lugar de salir corriendo tras la DUI, se hubiera empalizado en el Palau, arriando la bandera española, publicando los famosos decretos y activándose la llamada operación Castell, o sea, la defensa de la Generalitat a cargo de miles de personas. En ese escenario tipo Maidán hubiera podido pasar cualquier cosa... sin descartar del todo la llegada de esas armas rusas con sus mercenarios y boicoteadores

 "Unas de las imágenes que más me llamó la atención en Twitter cuando la “vaga de país”, el 3 de octubre de 2017, fue la de un señor con acento ruso que salió airado de su coche para encararse con los que cortaban con fuego una carretera cerca de Tarragona y les dijo: “No tenéis ni idea de lo que significa lanzagranadas contra el pueblo, hijos de puta”. 

 Tras propinar una patada a un neumático en llamas, se subió a su vehículo para a continuación pararse frente a la cámara móvil de quien lo estaba grabando y soltarle: “No tenéis ni puta idea de lo que ha pasado en Rusia, ya pronto tendréis aquí armas, pronto, ya lo veréis...". 

El coche empezó a alejarse pero de nuevo se paró y mirando hacia el otro lado volvió a gritarles a los manifestantes: “Os deseo una cosa, que jamás cogeréis armas, pero os darán armas, te darán armas, te darán armas, ya lo veréis…”. 

Una escena inquietante en la semana más incierta del otoño del procés, a la espera de que el Parlament declarase la independencia y el Govern de Puigdemont intentase materializarla con la publicación de las decenas de decretos de desconexión preparados por los secretarios de Economía, Josep Maria Jové, y de Hacienda, Lluís Salvadó. Afortunadamente, todo acabó en una DUI de mentirijillas el 27 de octubre, como respuesta a la aplicación del artículo 155, pero sobre todo como consecuencia de la renuncia del entonces president a convocar elecciones por miedo a cargar con el estigma de la traición en beneficio de su “desleal” vicepresidente Oriol Junqueras, contra quien ha escrito dos libros de memorias. 

Llevamos muchos días comentando la abigarrada investigación del juez Joaquín Aguirre sobre la financiación de Waterloo y el procés. Como explicaba Xavier Salvador este lunes, es muy posible que las acusaciones por corrupción, malversación y tráfico de influencias contra los más de 20 detenidos acaben en nada porque la trayectoria de este juez no permite pensar que la causa, a pesar de las llamativas y escandalosas conversaciones grabadas, esté bien fundamentada.

 Más allá de cómo acabe judicialmente el caso, lo publicado hasta ahora ha servido para poner de manifiesto el clientelismo bochornoso que existe en la administración catalana desde los tiempos de Jordi Pujol y que se ha ido renovando ahora con los patriotas del procés, como explicaba Rosa Cullell. También ayer Crónica Global publicaba que en los años álgidos del envite secesionista una tercera parte de las ayudas de la Generalitat se habían otorgado a dedo

Más de 13.600 millones concedidos sin publicidad ni concurso, de forma directa. Subvenciones que en muchos casos han alimentado la trama clientelar y, seguramente se habrán utilizado también para financiar el procés, desmintiendo así la afirmación en TV3 de Xavier Vendrell de que “aquí las cosas no las hacemos a golpe de subvención, no las hacemos con dinero público”. 

Para ocultar todas esas sospechas de corrupción y tráfico de influencias, que alcanzan aspectos tan delicados ahora mismo como la gestión de la pandemia, el independentismo ha querido ridiculizar la trama rusa a partir de los famosos 10.000 soldados ofrecidos por alguien supuestamente cercano al Kremlin para apoyar la independencia de Cataluña. Aunque ese escenario en su literalidad es una fantasmada, no debería servir de coartada para que Puigdemont y Junqueras nieguen que en 2017 propiciaron la injerencia rusa.

 No sabemos qué habría ocurrido si el Govern, en lugar de salir corriendo tras la DUI, se hubiera empalizado en el Palau, arriando la bandera española, publicando los famosos decretos y activándose la llamada operación Castell, o sea, la defensa de la Generalitat a cargo de miles de personas. En ese escenario tipo Maidán hubiera podido pasar cualquier cosa, con el altísimo riesgo de que se desembocara un enfrentamiento civil, como los propios protagonistas del procés reconocen ahora abiertamente, sin descartar del todo la llegada de esas armas rusas con sus mercenarios y boicoteadores como ya advertía aquel ciudadano ruso el día de la “vaga de país”. Por fortuna, “no hubo cojones”, le dijo Vendrell a Terradellas, y Puigdemont prefirió huir a Bélgica. 

Todo eso son conjeturas que sin exagerarlas tampoco que hay minimizarlas, aunque el independentismo fuerce ahora unas risas para esconder que en 2017 jugó peligrosamente. Lo que sí sabemos seguro es que Rusia apostó por la desinformación sobre lo que estaba sucediendo en Cataluña a través de su agencia de noticias Sputnik, el canal internacional de televisión RT y otros medios para luego ser difundida mediante las redes sociales y su ejército de bots y trolls. 

También sabemos que hubo la colaboración en esa campaña de actores hostiles a Occidente, como Julian Assange, Edward Snowden y de otros activistas tanto en el Reino Unido como en EEUU que estaban a favor del Brexit y de Donald Trump. Aunque el gobierno de Vladímir Putin expresó su “total apoyo a la integridad territorial de España” y afirmó que se trataba de “un asunto interno” en el que Rusia no tenía ningún interés, sus medios de comunicación jugaron otras cartas. 

La investigadora Mira Milosevich-Juaristi analizó en un extenso artículo en el Real Instituto Elcano (7/11/2017) los principales mensajes de los canales rusos, entre los que se daba a entender que la UE estaba dispuesta a reconocer la independencia unilateral de Cataluña, se establecían paralelismos entre el referéndum ilegal del 1-O y el de Crimea, se criticaba la hipocresía de los europeos al condenar la violencia en Ucrania por Yanukovich pero no el de la policía española, se auguraba la partición de la UE tras el Brexit y la secesión catalana o incluso el inicio de una guerra civil en Cataluña. Todo ello con el objetivo de desacreditar la democracia española y la democracia liberal, desestabilizar las instituciones europeas y sembrar la confusión. 

En cuanto a la aproximación del entorno de Puigdemont a la Rusia de Putin, el periodista Marc Marginedas lo ha documentado en diversos artículos tanto en El Periódico como en Política&Prosa. Terradellas viajó tres veces a Moscú (gastos que seguramente fueron sufragados por su fundación CatMón, financiada siempre con dinero público), donde fue presentado como un “asesor” del entonces president

En las investigaciones del periodista catalán aparecen relaciones peligrosas con Serguéi Markov, exdiputado del partido de Putin, especialista en relaciones internacionales y próximo a Vladislav Surkov, consejero encargado de las relaciones del Kremlin con territorios no reconocidos internacionalmente pero con aspiraciones secesionistas (Osetia del Sur, Abjasia o Transnistria). También aparece el nombre de Vladimir V. Zhirinovsky, líder ultra del Partido Liberal Democrático, en realidad una marioneta de Putin, que podía haber mediado en algunos contactos y que después ofreció enviar sus diputados a Barcelona tras la sentencia del Tribunal Supremo en apoyo del Tsunami Democràtic.

 Finalmente, la presencia en Barcelona dos días antes del referéndum del 1-O de Denis Sergueyev, un alto oficial de la inteligencia militar rusa, conocida como GRU, que no vino precisamente para proteger la paz, pues su unidad está especializada en operaciones de desestabilización (en Montenegro, por ejemplo, propició un golpe de Estado para evitar que entrase en la OTAN), y en episodios de envenenamientos e intento de asesinatos.

No hay que convertir el procés en una novela de John Le Carré, pero los días 26 y 27 de octubre Terradellas se cruzó diversos Whatsapps con Puigdemont hablándole de una posible ayuda rusa con un emisario de Putin (¿Markov mediante?) y fue recibido por el expresident la tarde antes de la DUI junto a otros dos personas, cuya identidad está investigando la Guardia Civil.

 Hoy sabemos que Terradellas le instaba a atrincherarse en el Palau (“así tendrán que matar para entrar”, le dijo después a Vendrell en las conversaciones grabadas, pues creía que para generar un conflicto irreversible “se necesitan 100 muertos”), mientras negociaba la ayuda de ese grupo ruso seguramente mafioso pero bien conectado con el poder, que es el modus operandi hoy en la Rusia de Putin. 

Por otro lado, que Junqueras reniegue de Terradellas, afirmando que no era nadie, como hizo en Rac1 esta semana, haciendo guasa de esas grabaciones (“Da, da, tovarich”), responde al principio de la negación plausible. No olvidemos que el líder de ERC agradeció en público a Assange, que curiosamente acaba de solicitar la nacionalidad rusa, su implicación en defensa de la causa secesionista y del referéndum del 1-O. 

En definitiva, en 2017 el Govern llamó a todas las puertas para internacionalizar el conflicto y abrió la vía de la injerencia rusa, aunque afortunadamente no quiso traspasar la línea más oscura, la violencia, por la que sí apostaban los sectores más alocados. Jugó con fuego, lo que no invita precisamente a echar unas risas."             (Joaquim Coll, Crónica Global, 04/11/20)

24/8/20

Rafael Arenas: “Es inasumible que España ejecute las euroórdenes y otros países no lo hagan”

 "La negativa de la justicia belga a extraditar a España al exconsejero de Cultura Lluís Puig por presunta malversación en el procés independentista ha vuelto a abrir el debate sobre las carencias del sistema de las euroórdenes, y a poner sobre la mesa una pregunta clave: ¿Cuáles son los motivos?

Rafael Arenas, catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y expresidente de Societat Civil Catalana (SCC), es vicepresidente segundo de la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano (IC), desde la que han enviado cartas en los últimos días al ministro de Justicia español, a la comisaria de Justicia de la Comisión Europea y a los grupos de la Eurocámara para denunciar lo que consideran una decisión arbitraria, contraria al principio de cooperación, y una quiebra del espacio comunitario de Libertad, Seguridad y Justicia. En esta entrevista con Crónica Global nos habla sobre esta y otras cuestiones de la situación política en Cataluña.

- ¿Cuáles son los motivos de que países socios en Europa pongan trabas a la extradición de Puig y otros dirigentes como el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los exconsellers fugados? ¿Por qué ocurre este problema?

Lo primero que hay que hacer es reconocer que existe este problema e intentar resolverlo. Causa estupor que no se ejecuten las órdenes europeas de detención y entrega. Porque esas órdenes, a diferencia de los mecanismos clásicos de extradición, están pensadas para que se ejecuten casi automáticamente, y que sólo de manera excepcional se puedan denegar.

Las razones formales en cada caso han sido diferentes. No fue lo mismo la no entrega de Puigdemont y Toni Comín en Bélgica que la no entrega parcial del primero en Alemania. En el caso belga, en 2018, se adujo una razón formal que no respondía a la realidad: que no se había emitido una orden de detención nacional previa a la orden europea, lo cual no es cierto, porque se había emitido un auto de procesamiento que tendría que ser considerado como una orden de detención a efectos de la regulación europea.

En Alemania, en cambio, no se planteó ningún problema por esto. Allí el problema fue otro: se concedió la entrega de Puigdemont por malversación, pero no por rebelión. La malversación entraba en la lista de 32 delitos que no requieren la doble incriminación, de acuerdo con la euroorden. En estos supuestos sólo se verifican cuestiones formales. En el caso de la rebelión no era así. Y lo que llama la atención es que lo que hizo el tribunal alemán fue modificar los hechos que había presentado el Tribunal Supremo, como si estuviera haciendo una instrucción del caso, lo cual es una aberración.

En el caso de Puig, el problema ha sido que el juez belga fiscaliza la interpretación que hace el Tribunal Supremo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal española, lo cual es contrario no sólo a la orden europea de detención y entrega, sino a toda la lógica de la cooperación judicial en Europa, que se basa en el principio de confianza y reconocimiento mutuo. Y eso parte de que la interpretación que hace un juez de un Estado miembro, en principio tiene que ser asumida por otros jueces europeos.

 

- ¿Se ha deterioriado esa confianza, entonces? Al margen de las razones formales, ¿cuál es su impresión personal?

Si vamos a cuestiones sustanciales, y esto ya es especular, la sensación que me da es que en el resto de Europa hay jueces, políticos, autoridades y opinión pública que tienen una imagen totalmente distorsionada de la naturaleza del conflicto que se produjo en Cataluña en 2017 y que asumen el relato nacionalista. Ahora bien, en el caso de los juristas, uno puede tener la opinión personal que le parezca y luego aplicar la ley y la norma. Lo grave es que se hayan olvidado los principios básicos de la cooperación judicial en Europa. Si esto es así --e insisto, es especular--, me imagino que es porque son proclives a creer ese relato y, a partir de ahí, a forzar hasta límites inasumibles el tenor de las normas hasta llevarlos a un resultado que es el que quieren conseguir: que no se produzca la entrega.

- ¿Los conflictos nacionales de Bélgica pueden tener incidencia en este asunto?

Completamente. He hablado con personas en Bélgica e, inevitablemente, hay un efecto espejo: hay quien ve el conflicto que tenemos en Cataluña desde su propia óptica. En esta visión hipersimplificada del tema, un nacionalista neerlandés probablemente se identifique con un nacionalista catalán y piense que la posición del Estado español se identifica con la de los valones.

- ¿Qué se puede hacer para que las euroórdenes se cumplan?

Varias cosas. En España, tanto el Gobierno del PP como el del PSOE desde 2018 se han quedado con el “respetamos las decisiones judiciales”, como si habláramos de la sentencia de un tribunal en un caso penal. Y no es así. Cuando surgieron las primeras denegaciones, el Gobierno tendría que haber actuado de acuerdo con la naturaleza de la euroorden. El ministro de Justicia, decir: “Estamos preocupados porque no se están cumpliendo, porque la lógica de la euroorden es que se ejecute. Y voy a entrevistarme con el comisario de Justicia de la UE para analizar este problema, para pedir que la Comisión Europea haga un análisis de obligado cumplimiento de las euroórdenes, queremos tener un informe de cuántas euroórdenes se cumplen, se ejecutan, cuántas no, y por qué razones”. Y, a partir de ahí, pedir una revisión del instrumento. Porque lo que no puede ser es que los criterios para aplicar las euroórdenes varíen de país en país. Esto es lo que tenía que haber hecho el Gobierno español hace ya dos años.

Y lo que tenía que haber hecho la Unión Europea, si se lo hubiera pedido el Gobierno español, o los grupos políticos en el Parlamento europeo, sería instar a la Comisión a hacer lo mismo. A eso responden las cartas que enviamos a varios eurodiputados españoles. Y si hay que introducir reformas, introducirlas. Si entendemos que hay que reducir el ámbito de aplicación de la euroorden a determinados delitos, porque no está la integración europea como para que la euroorden se aplique a algunos como el de rebelión, el de sedición, o el que sea, pues no habrá más remedio que asumirlo, y excluirlo de la aplicación de la euroorden.

Lo que no puede ser es que tengamos un instrumento que en teoría debería haber provocado que el señor Puigdemont y el resto estuvieran ya en España hace dos años y no sea así. No puede ser que España esté ejecutando las euroórdenes con toda lealtad, todas las que se le piden, aplicando rigurosamente el instrumento, y otros países no hagan lo mismo. Es inasumible.

- ¿Existe alguna otra fórmula?

También hay la vía del Tribunal de Luxemburgo, enviar una cuestión prejudicial, para que interprete cómo hay que aplicar las euroórdenes en este caso. Era cuestión del Tribunal Supremo haber planteado o no esa cuestión prejudicial.

Lo que puede hacer el Gobierno español es advertir que, en caso de que las euroórdenes no sean atendidas, va a estudiar la posibilidad de enviar al Tribunal de Luxemburgo a los Estados que no cumplen las euroórdenes, y que éste determine si hay o no un incumplimiento del Derecho de la UE. Pero aún no se ha entrado en la primera fase, que es decir: aquí tenemos un problema.  (...)"                

(Entrevista a Rafael Arenas, catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y expresidente de Societat Civil Catalana (SCC), Ricard López, Crónica global,  15/08/20)

10/8/20

Jordi Canal, historiador: "Torra es un pobre tipo. Hace tiempo que los presidentes de la Generalitat no tienen dignidad"




"El historiador y profesor Jordi Canal ha afirmado que "Torra es un pobre tipo" y ha considerado que la declaración que hizo este martes sobre la Monarquia fue "indigna". "Hace tiempo que los presidentes de la Generalitat de dignidad no tienen demasiada" ha lamentado en la entrevista. Canal, que ha concedido una entrevista a e-notícies este miércoles, también ha apuntado que "la Monarquía se ha convertido en la diana del independentismo" para "tapar sus vergüenzas".

"Torra es un pobre tipo, lo está mostrando día tras día. Hay tantos ejemplos... la última semana nos ha dado ejemplos enormes" ha apuntado el profesor. "La declaración de Torra sobre la marcha del Rey es indigna de un presidente de la Generalitat" ha dicho, lamentando que "hace tiempo que los presidentes de la Generalitat de dignidad no tienen demasiada".


Jordi Canal ha explicado que "Torra pide la abdicación del Rey para tapar su gestión" durante la pandemia y lo ha hecho extensivo al resto del independentismo. "La Monarquía se ha convertido en la diana del independentismo, para tapar sus vergüenzas" ha recalcado.


El historiador ha señalado en la entrevista que las actitudes de Torra durante la pandemia "demuestran que tiene una catadura moral muy baja". "Viendo las declaraciones de la España nos mata y muchas cosas que hemos oído de él y de su círculo creo que demuestran una catadura moral muy baja" ha manifestado.


El profesor ha considerado el proceso como "un golpe de Estado posmoderno" y ha recalcado que "lo que hizo Puigdemont el año 2017 fue un golpe de Estado". "El proceso deriva en aquel intento de golpe posmoderno, como dijo Gascón en uno de sus libros. Postmoderno, pero había una clara voluntad de romper con la Constitución y con el Estado, por lo tanto hay un intento de golpe. Este intento provoca que el antiguo presidente deba huir y se convierta en un prófugo" explica en la entrevista."                 (Entrevista a Jordi Canal, Xavier Rius, e-notícies, 06/08/20)

7/8/20

El día 3 de octubre de 2017 la secesión de Cataluña era posible. La situación para muchos catalanes era angustiosa... los nacionalistas ya habían dejado claro que el proceso de secesión suponía la vulneración de los derechos de los ciudadanos. El discurso de Felipe VI fue un destello de constitucionalismo sin complejos en un momento en el que todos parecían dudar sobre si convenía defender la Constitución... fue el discurso más importante en la política española en las últimas décadas

"Las reacciones a este discurso en Cataluña dan perfecta cuenta de la división que existe en nuestra sociedad. Creo que los catalanes podemos clasificarnos en dos grupos diferenciados: aquellos que detesten dicho discurso y quienes estaremos siempre agradecidos al rey por haber dicho entonces lo que dijo. (...)

Me adscribo sin matices al grupo de quienes agradecen el mensaje que dio entonces el rey, y a continuación intentaré explicar mis razones tanto para el agradecimiento como para la afirmación con la que empezaba: es el discurso político más importante en España en décadas.

Para ello tenemos que considerar el contexto en el que se dio ese discurso.

En el mes de octubre se estaba desarrollando el plan que, de acuerdo con el diseño nacionalista, conduciría a la secesión de Cataluña. El plan se basaba en que la administración autonómica y las administraciones locales catalanas dejaran de actuar como instituciones constitucionales españolas y pasaran a hacerlo como administración de la República Catalana.

Una vez conseguido esto se trataba de limitar la acción del Estado en Cataluña, de tal manera que el Reino de España no tuviera más remedio que asumir que no era capaz de controlar la situación en Cataluña. Llegados a este punto una mediación internacional entre España y los nacionalistas (que ya podrían hablar con plena legitimidad en nombre de toda Cataluña) conducirír en un plazo más bien breve a la efectiva independencia de Cataluña.

No, no es un relato de ficción lo que acabo de explicar. Era lo que estaba pasando en Cataluña desde el 6 de septiembre de 2017, cuando el Parlamento catalán hizo oficial su desvinculación del ordenamiento constitucional español. A partir de entonces ya se trataba tan solo de ver en qué forma podían bloquearse los intentos de las instituciones centrales de España de continuar visibilizando que Cataluña seguía siendo una parte integrante de España sobre la que este país ejercía de manera plena sus competencias.

En esta clave hay que entender el referéndum del 1 de octubre de 2017. El hecho de que hubiera sido prohibido por el Tribunal Constitucional implicaba que, de realizarse el referéndum, la imagen que se trasaldaría al mundo era la de que las autoridades españolas eran incapaces de hacer cumplir las decisiones del TC en una parte de su territorio, lo que daría fundamento a la pretensión nacionalista de que el control efectivo sobre el territorio y la población de Cataluña ya no estaba en manos de las instituciones españolas.

Y los nacionalistas consiguieron su propósito el 1 de octubre. Pese a la prohibición del TC hubo colegios electorales en escuelas públicas, urnas y votos. Además, se vieron imágenes de la policía intentando impedir el referéndum de manera infructuosa. La peor combinación posible: hubo referéndum e imágenes de enfrentamientos con la policía.

Sí, ya sé que no había censo, irregularidades y ausencia de control; pero nada de esto era importante. Lo relevante era trasladar la imagen de que Cataluña no era España y que España intentaba, sin éxito, impedir una votación de los catalanes. Y esa imagen fue la que percibió mayoritariamente la opinión pública internacional y otros Estados.

El conflicto catalán había cambiado de escala. El mismo día 1 de octubre hubo declaraciones públicas del primer ministro de Eslovenia, del primer ministro de Bélgica y del presidente de Finlandia. El asunto catalán ya no era percibido como un mero problema interno español. En los días siguientes el caso fue estudiado en el Parlamento Europeo y las consultas de otros países fueron frecuentes (así lo reconoció en público el que entonces era delegado del gobierno en Cataluña, Enric Millo).

Los nacionalistas tenían entonces que gestionar el éxito del 1 de octubre; para lo que necesitaban profundizar en la imagen de que España ya no controlaba de manera efectiva el territorio catalán. El entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, exigió la retirada de los policías españoles desplegados en Cataluña y se convocó para el 3 de octubre una jornada de paro de país que pretendía visibilizar el rechazo de los catalanes a la actuación de la policía.

Miles de cartas fueron enviadas por colegios e institutos a las familias condenando la actuación de la policía el 1 de octubre. Todo estaba relacionado; no quizás para los muchos que participaron en estas iniciativas sin ser plenamente conscientes de sus consecuencias, pero sí que lo eran para quienes dirigían el proceso.

El día 3 de octubre de 2017 la secesión de Cataluña era posible. Quizás algunos no acaben de verlo; pero así era. La situación creada implicaba que en cualquier momento podía ofrecerse una mediación internacional (quizá por parte de la UE). Un ofrecimiento de ese tipo obligaría al gobierno español o bien a rechazarlo de plano (lo que aumentaría su imagen negativa en todo el mundo) o a aceptarla. Y aceptar una mediación internacional supondría que cualquier solución superaría el marco constitucional español y, por tanto, supondría que las relaciones entre Cataluña y España serían ya parte del Derecho internacional. El objetivo de los nacionalistas, conseguido; y el inicio de un proceso que no acabaría más que en una independencia formal o de facto.


La situación para muchos catalanes era angustiosa, y no solamente por lo que suponía la secesión; sino porque los nacionalistas ya habían dejado claro que el proceso de secesión suponía la vulneración de los derechos de los ciudadanos. Derechos como la libertad ideológica, la libertad de expresión habían sido vulnerados, tal como declararon los tribunales; y también pudimos ver cómo se utilizaban ilegalmente datos personales de los ciudadanos o se instrumentalizaba la escuela con fines políticos. En las semanas anteriores tuvimos que soportar que se nos dijera que en caso de que fuéramos llamados a las mesas electorales ilegales seríamos sancionados por las autoridades nacionalistas.

Y todo lo anterior con unas instituciones centrales que se negaban a reconocer la gravedad de lo que estaba pasando; ya no solo desde una perspectiva institucional, sino por las constantes vulneraciones de derechos que sufríamos. Nos sentíamos olvidados y desprotegidos.

Ese era el contexto del discurso del rey del 3 de octubre. Al final de un día que fue también muy duro, porque nos encontramos ante una huelga promovida desde el poder público que, veíamos, tenía como fin profundizar en la separación de Cataluña y del resto de España. Todos fuimos compelidos a dar un paso al frente en la defensa de la Constitución. Mi mujer, maestra en una escuela pública, acudió el día 3 de octubre a trabajar, pese a que la Generalitat había dicho que no descontaría ese día de huelga. Una señal muy clara de que tu empleador quería que te quedaras en casa.

Y llegó el discurso de Felipe VI.

Lo primero que hay que decir es que ese discurso iba dirigido, fundamentalmente, a la comunidad internacional. Tal como se acaba de indicar, el resto de Estados y la UE estaban preocupados por la situación en Cataluña y la idea de una mediación internacional flotaba en el ambiente. Cualquier debilidad por parte del gobierno español podría conducir a dicha mediación y, tal como me indicó en su momento una persona que había participado en varias mediaciones de ese tipo, en este tipo de procesos, al final siempre se llega a un punto intermedio.

¿Asumimos lo que sería un punto intermedio entre la descentralización que ahora tiene España y la independencia de Cataluña? Sería, como adelantaba, el inicio de un proceso que casi inevitablemente conduciría a medio plazo a la creación de la República Catalana.

Ante esta situación, el rey, como jefe del estado, dejaba claro que el problema de Cataluña seguía siendo un problema interno español y que la comunidad internacional tan solo tenía un papel: apoyar al estado que ejercía sus competencias en el territorio. Este era un mensaje importante y necesario.

Tenemos que recordar que los estados hablan en la comunidad internacional a través de tres personas: el jefe del estado, el presidente del gobierno y el ministro de asuntos exteriores. Estas son las tres autoridades que, en función de su cargo, vinculan al estado en la esfera internacional. Y ello con independencia de que, como sucede en España, el jefe del estado no tiene competencias ejecutivas. Eso es indiferente para su posición desde la perspectiva internacional. El rey siempre vincula al estado y, por eso, sus mensajes son de una importancia capital.

El mensaje del rey del 3 de octubre tenía como primera misión poner fin a las especulaciones sobre una mediación internacional en Cataluña. Tras un mensaje tan claro y contundente como el del rey ya no tenía sentido y, de hecho, tras el mensaje, el peligro de un ofrecimiento de mediación fue disminuyendo a la vez que los distintos países se alienaban con las posiciones del gobierno español (aunque no sin que no hubiera que ejercer ciertas presiones, tal como reconoció en público el entonces ministro de asuntos exteriores, José Manuel García Margallo).

Este aspecto se comenta poco, y creo que es fundamental para entender la importancia del discurso del rey ese día. Espero que en algún momento se analice desde esa clave y se ponga en valor su importancia.

En segundo lugar, el discurso del rey fue importante para los catalanes que sufríamos el proceso secesionista. Como decía, para nosotros la situación era angustiosa ente la perspectiva de que, como ha sucedido tantas veces, como sigue sucediendo, las instituciones se desentendieran de nuestra situación. El rey aquí fue claro: España no toleraría la actuación desleal de las administraciones controladas por los nacionalistas. Era la primera vez que ese mensaje se lanzaba con esa claridad.

Quiero llamar la atención sobre esto último: hablar con claridad. Siempre comento que un amigo me dijo hace tiempo que en Cataluña nada parece lo que es ni es lo que parece. Y creo que tiene razón. Una de las claves del nacionalismo es jugar con las palabras, negar la evidencia y acusar a sus oponentes de lo que ellos hacen.

Para los nacionalistas decir con claridad lo que pasa es una tremenda ofensa. Recuerdo cómo un compañero que simpatiza con la manera nacionalista de presentar las cosas se escandalizaba porque yo dijera que se habían vulnerado los derechos fundamentales de los alumnos constitucionalistas en la UAB... después de que dos sentencias judiciales hubieran declarado exactamente eso: que se habían vulnerado los derechos fundamentales de los alumnos constitucionalistas de la UAB.

Tras los acontecimientos de septiembre y octubre de 2017, cuando se derogó la Constitución española en Cataluña (leyes del 6 y 7 de septiembre de 2017) y se declaró la independencia (al menos, dos veces), aún se niega airadamente que estemos ante un golpe de Estado; cuando es evidente que la actuación de la Generalitat supuso rebelarse de manera explícita frente al orden constitucional con el objetivo de foner fin a la vigencia de la Constitución en Cataluña.

Este hablar con claridad que percibimos en el discurso del rey fue un soplo de aire. Creo que muchos respiramos y comentamos ¡al fin! ¡alguien que no acepta el marco mental de los nacionalistas! Porque disimular las críticas a los nacionalistas es una de las claves de la política española. Quizás la piedra angular de ésta sea este haber asumido de manera generalizada ese marco mental, lo que explica muchas cosas.

El discurso del rey el 3 de octubre no se incardinaba en el paradigma nacionalista. Fue una intervención que partió de la Constitución, de la función que tiene ésta en nuestro ordenamiento y que exigía su respeto y defensa. Si lo miramos con una cierta distancia, nada que objetar. ¿Qué otra función más importante puede tener el rey que defender la Constitución cuando está en peligro? Las críticas al discurso del rey solamente se explican porque la realidad es que ese paradigma constitucional que durante años dimos por descontado se enfrenta ahora de manera clara a un paradigma alternativo, el paradigma nacionalista.

Así pues, el discurso de Felipe VI fue un destello de constitucionalismo sin complejos en un momento en el que todos parecían dudar sobre si convenía defender la Constitución -y los derechos que de ella se derivan- con convicción o, por el contrario, plegarse al paradigma nacionalista. Esto, seguramente, explica por qué tantos en Cataluña muestran su disgusto con la intervención de Felipe VI. Parte de ese disgusto se conecta con el hecho de que el rey hizo patente que la manera de afrontar la política por los nacionalistas es incompatible con el respeto a la Constitución. Y esa batalla por el marco del debate es clave para el tratamiento de los conflictos que resultan del desafío secesionista.

Es por lo que acabo de explicar que creo que el discurso del rey el 3 de octubre de 2017 fue el discurso más importante en la política española en las últimas décadas: paró en seco la proyección internacional del desafío nacionalista y nos dio una muestra de lo que debería ser el discurso constitucionalista en España, un discurso que no ceda ante el marco de pensamiento que pretende imponer el nacionalismo." (Rafael Arenas García , El jardín de las hipótesis inconclusas, 12/07/20)

3/8/20

Aquel 6 y 7 de septiembre se presentó en el Parlamento el único proyecto articulado y concreto de independencia para Cataluña. Y este boceto era el de un estado autoritario. Y esto no fue una casualidad

"(...) ¿En aquellos años, y aún ahora también, usted fue un azote del independentismo?

Esto sería muy pretencioso y darme una importancia que no tengo. Yo no he sido ningún azote de nada ni de nadie, sencillamente me dedico a expresar una opinión política desde la izquierda federal que es crítica con el independentismo.

Dejémoslo, pues, que usted ha sido un crítico insistente con el independentismo.

Esto es así, y además es una realidad que se ha ido consolidando a lo largo de los años del proceso. Mi mirada no era el mismo en 2011, cuando este movimiento tomó un gran empuje, que en los años siguientes. Cada vez he ido teniendo una mirada más crítica sobre la dinámica del proceso y sobre la misma perspectiva política del independentismo. Desde esta perspectiva, los acontecimientos de 2017, y muy particularmente lo que pasó el 6 y 7 de septiembre en el Parlamento, fueron unos momentos de consolidación en esta mirada crítico.

¿La enmienda, pues, es tanto el proceso como al independentismo como ideología?

Las dos cosas van vinculadas. Este proceso supuso pasar de un debate teórico a un combate político concreto, en la medida que aquel 6 y 7 de septiembre se presentó en el Parlamento el único proyecto articulado y concreto de independencia para Cataluña, un esbozo de lo que sería una república catalana. Y este boceto era el de un estado autoritario. Y esto no fue una casualidad ni creo que sea fruto de una mala noche de los redactores del proyecto de ley de transitoriedad jurídica.

¿La reacción del Estado fue la adecuada?

 El gobierno de Rajoy actuó mal, en la medida que dejó pudrir un problema sin abordarlo, en lugar de intentar reconducirlo en términos políticos. En cuanto a lo que pasó el 6 y 7 de septiembre, también dejó que las cosas fueran demasiado lejos. Reaccionó tarde, mal y de la peor manera posible. El 6 y 7 de septiembre hubo una ruptura del ordenamiento jurídico, y si era necesaria una actuación administrativa del Estado debería haber estado en ese momento, evitando todo lo que pasó después.

¿O sea, había que haber aprobado antes el 155?

 Aplicar el 155 el 8 de septiembre habría sido un mal menor. Habríamos evitado males mayores si hubiera habido una intervención administrativa entonces, en lugar de dejar que las cosas fueran más lejos, llegando a un enfrentamiento como el que se produjo el 1-O, con una intervención policial que fue un desastre, y llegando al drama de la DUI fallida y la represión que ha venido después.

¿Como ve el encarcelamiento de políticos con quien compartió cámara?

 Siempre me he pronunciado a favor de su liberación. Es un despropósito que estén en prisión. Una cosa es que su acción sea reprobable políticamente, o que puedan tener una cierta responsabilidad penal por cómo se condujeron los hechos del 6 y 7 de septiembre, pero las acusaciones que se les han hecho y las consecuencias que están sufriendo me parecen totalmente fuera de medida.
 
Usted se confiesa federalista. ¿Cree que en España hay una voluntad real, sobre todo en las izquierdas, de aceptar este esquema?

 Una cosa es la toma de posición teórica que pueda haber en las izquierdas, y otra cosa es la necesidad de construir una cultura y un sentimiento federal, que esto es más complejo. La cuestión, por último, es si hay una perspectiva política e histórica más racional que ésta, la de intentar combinar un autogobierno potente que se base en el reconocimiento de la realidad plurinacional con una cooperación fraternal de la nación española, en tanto que nación de naciones, en torno a un proyecto compartido."                    (Entrevista a Lluís Rabell, blog, 28/06/20; fuente: El PuntAvui)

23/6/20

La culpa de no intervenir TV3 es del PSC. Millo revela que “los socialistas dijeron que si se intervenía la cadena no apoyaban el 155”

"El ex delegado del Gobierno español en Cataluña, Enric Millo, ha revelado que TV3 no se intervino durante el tiempo que estuvo vigente el artículo 155 porque fue una exigencia del PSC para apoyarlo. “El PSC dijo que si se intervenía TV3 no apoyaban el 155”, aseguró este sábado en una entrevista en el programa 'Preguntes Freqüents'.

Millo explicó que los socialistas presentaron una enmienda en el Senado -donde se debía aprobar la aplicación del 155- en la que decían que “TV3 no se toca, si se toca TV3 no apoyamos el 155”. El dirigente del PP, en cambio, era partidario de intervenirla para que “la información que se diera lo que estaba ocurriendo no estuviera condicionada por las personas cercanas al Govern”.

El ex delegado del Ejecutivo central en Cataluña recuerda que los directores generales de la Generalitat continuaron en sus puestos de responsabilidad durante el 155 y -considera- “su capacidad de influir y condicionar los medios públicos de comunicación para defender su posición era importante”.

En respuesta a una pregunta del periodista Jordi Panyella, de El Punt-Avui, Millo relata que un consejero de Gobernación -sin especificar el nombre ni la legislatura- le dijo que “TV3 es una televisión nacionalista porque el Govern de la Generalitat es nacionalista y yo siempre defenderé que sea una televisión nacionalista”.         (e-notícies, 21/06/20)

22/6/20

Millo explica que fue sometido a un “linchamiento brutal”. Recibió más de 100.000 tuits insultándole en 24 horas

"El ex delegado del Gobierno español en Cataluña, Enric Millo, ha explicado este sábado en una entrevista al 'Preguntes Freqüents' de TV3 que a raíz de su declaración en el Tribunal Supremo “estuve sometido a un linchamiento brutal”. “En las redes, en cuestión de 24 horas, había más de 100.000 tuits que lo más guapo me decían era lo más gordo que te puedas imaginar”, revela.

El dirigente del PP considera que fue como “identificar un objetivo y decir que todos los males del fracaso del proceso independentista los concentramos en esta persona porque es el adversario que tenemos que abatir”. También lamenta que “personas conocidas salieron diciendo cosas muy desafortunadas” contra su persona desde algunos medios de comunicación.

Respecto su papel durante el 1-O y los días previos, Millo afirma que “intenté hasta el último minuto impedir que pasara todo aquello” y que su objetivo era “evitar que alguien pudiera perder la vida”. “Tuvimos situaciones en que hubiera podido provocar una situación de conflicto civil en la calle. Me siento satisfecho de haber contribuido a evitar que en Cataluña, en aquella época, hubiera un muerto por aquella situación de crispación y de confrontación irracional”, relata.

Enric Millo también asegura que el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pedía diálogo pero para “acabar imponiendo una postura o llevando el Estado hasta el límite”. “A pesar de que se decía públicamente que se quería dialogar, a la hora de la verdad lo que se quería era hacer ver que se dialogaba”, señala.

“Públicamente desde la Generalitat se decía que querían dialogar, pero cuando nos sentamos a dialogar decían 'hagámoslo sin que se sepa'. 'Reunámonos pero no lo hagamos público, porque entonces tendré que dar explicaciones”, añade. Sobre la posibilidad de que Puigdemont convocara elecciones anticipadas, Millo cree que “se asustó” por el hecho de que la gente se concentrara “en la puerta de Sant Jaume diciéndole y traidor”.

El ex delegado del Gobierno central en Cataluña dice que el operativo policial para impedir el referéndum era “casi imposible”, porque se estaba “apoyando desde el Govern” y se llamaba a la gente “a defender las urnas y los colegios”.

Sin embargo, defiende la actuación policial porque “alguien tenía que poner un poco de sentido común” ante “la cantidad inmensa de personas que en algunos lugares se agrupaban no para ir a votar, sino para ir a enfrentarse a los cuerpos y fuerzas de seguridad, por lo tanto, que hubiera una batalla campal”.                  (e-notícies, 21/06/20)

Santiago Tarín: "Pujol quería una independencia low cost... No habría llegado tan lejos... la sociedad se ha roto con el proceso... con la aplicación del artículo 155 la sociedad se tranquilizó de repente"



"El periodista Santiago Tarín ha afirmado este lunes que "Pujol no habría llegado tan lejos con el proceso". Tarín, autor del libro 'En en tsunami catalán', que ha concedido una entrevista a e-notícies, ha indicado que Pujol "conocía lo que era un Estado, cosa que parece que sus sucesores no".


"Él quería sentar las bases para lo que pasaría después, pero creo que Pujol no hubiera llegado a este estado de cosas a las que hemos llegado, él era partidario de una independencia 'low cost' en el sentido de bajo coste para el país y para la sociedad" ha dicho. "El error de Puigdemont y Junqueras fue que confundieron Gobierno con Estado" ha señalado.

Tarín ha indicado que "la sociedad se ha roto con el proceso". El autor del libro 'En en tsunami catalán', también ha augurado que "necesitaremos mucho tiempo y mercromina para cerrar la cicatriz" que ha originado el proceso.


Santiago Tarín ha destacado la división que ha ocasionado el proceso en la sociedad catalana y ha lamentado que a menudo las voces discrepantes son tachadas de "traidores". "El proceso ha dividido la sociedad entre patriotas y traidores" ha apuntado en la entrevista, donde ha criticado que "todos los que no están a favor son unos 'botiflers'". "Todo lo que ha pasado ha creado unas fracturas muy profundas" ha considerado.


"Que a alguien se le tilde de ser de una determinada ideología sin preguntarle sólo porque no está de acuerdo en algo me parece muy grave. Cuando se divide la sociedad en unos y otros, esto acaba teniendo consecuencias" ha alertado . En este sentido, ha explicado que "la Generalitat está impulsando una Cataluña de unos y otros. Y aquí hay una responsabilidad grande" ha añadido.


El autor de 'En en tsunami catalán' ha asegurado que "el proceso era un globo muy hinchado" y ha subrayado que con la aplicación del artículo 155 de la Constitución "la sociedad se tranquilizó de repente". "La prueba de que el proceso era un globo muy hinchado es que con el 155 la ciudad estaba normal" ha explicado.


"La gente estaba muy angustiada y la angustia terminó con el 155" ha dicho. "La sociedad se tranquilizó de repente con el 155, cuando pocos días antes había cola en los bancos" ha señalado. "El proceso ha dejado atrás una huella de destrucción enorme, la primera la social. Vivimos en una sociedad muy rota" ha lamentado.


El autor de 'En el tsunami catalán' ha asegurado que "el proceso comenzó con Jordi Pujol". "Si uno recupera la historia de España de la transición, es bastante evidente que el proceso comenzó con Pujol en el 80, cuando llega a la presidencia de la Generalitat" ha indicado.

Tarín explica que "Jordi Pujol ya en 1980 habla de construcción del país. Es evidente que él tenía una idea y la llevó a cabo de una forma sistemática". El periodista también ha indicado que "están intentando blanquear la figura de Pujol".


Tarín ha destacado la "incidencia de la corrupción" en el giro político que ha hecho Convergencia. "La corrupción explica mucho la trayectoria de Convergencia" ha destacado, recalcando que "cuando comienzan a salir los casos de corrupción se extreman las posturas". "La corrupción prospera cuando hay complicidad social" ha dicho Tarín. "No podemos obviar la corrupción, porque ésta explica cómo se ha manejado el poder en Cataluña" ha explicado.


El periodista ha afirmado que Pujol condicionaba sus votos en el Congreso y que "a cambio de estos votos conseguía unas ventajas que otros no tenían y en este mercado es donde él se hizo muy popular" ha dicho. Tarín, en la entrevista, recuerda que "no sólo con Felipe Gonzalez, con Aznar en los pactos del Majestic eran muy amigos todos, cuando el PP se lo ha presentado como la bestia negra de Cataluña". "Los Gobiernos reían las gracias a Pujol" ha dicho.


Tarín también ha manifestado que "Barcelona no ha sido nunca una ciudad independentista" y ha contrapuesto el componente sociológico entre Barcelona y la Cataluña rural. "Hay dos Cataluña, que podrían ser Barcelona y el mundo rural. Barcelona independentista no ha sido nunca, ha sido así desde hace siglos" ha recalcado.

El libro 'En el tsunami catalán' es un trabajo que analiza la incidencia de la obra de Jordi Pujol desde que se convirtió en presidente de la Generalitat en 1980 en la situación política actual así como la afectación que tuvieron los casos de corrupción de CDC con el posterior proceso. El autor aporta una amplia visión en la que expone la confluencia de cuatro factores como principales elementos del giro de CDC hacia posicionamientos más rupturistas."                      (Entrevista a Santiago Tarín, Xavier Rius, e-notícies, 15/06/20)

9/6/20

Ponç Puigdevall: "El proceso va a ser un conflicto eterno"




"El periodista, escritor y crítico literario Ponç Puigdevall ha afirmado este jueves que "yo hubiera intervenido TV3" con la aplicación del artículo 155. Puigdevall, que compartió aula en la universidad y redacción en el diario El Punt con Puigdemont, ha concedido una entrevista a e-notícies en la que ha apuntado que "no sé si el proceso es jeta".

El escritor se ha mostrado pesimista respecto a la situación política en Cataluña asegurando que "el proceso no tiene arreglo: va a ser un conflicto eterno" y ha recalcado que "estamos peor" ahora que en la época del tripartito. El periodista ha explicado que con el proceso se "entró en un delirio que podía acercarse al peligro". "Vamos a continuar así para la eternidad" ha lamentado.

Puigdevall ha explicado durante la entrevista que "en Girona o son independentistas o son de izquierdas". El crítico literario, que fue uno de los quince firmantes del manifiesto de Ciudadanos, ha explicado que sintió "molestias" ante la "incredulidad" de gente de Girona que no entendía su posición política.

El crítico literario ha considerado que el expresidente Pasqual Margall fue "una decepción" porque tuvo que "cogobernar con ERC, que fue muy importante el papel que jugó en el Gobierno". "También es verdad que coincidió con aquel momento que Maragall empezaba con su enfermedad y todo indica que Margall se mantuvo más o menos escondido, o sea que fue una época políticamente triste para Cataluña" ha admitido.

Ponç Puigdevall tiene una extensa obra literaria entre las que destacan "Un silenci sec" (1991), que fue premiada con el Premio Andròmina de Narrativa y "Un dia tranquil" (2010), que obtuvo el Premio Ciudad de Barcelona. Ha colaborado haciendo crítica literaria en El Punt, El Quadern del diario El País, el suplemento Cultura/s de La Vanguardia y el TIME OUT del Ara."              (Entrevista a Ponç Puigdevall, Xavier Rius, e-notícies, 04/06/20)

25/5/20

Enric Millo: “Puigdemont es el único responsable de los enfrentamientos del 1-O”



"El exdelegado del Gobierno español en Cataluña, Enric Millo, ha responsabilizado al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de los “enfrentamientos” que se registraron entre los agentes de la Policia y Guardia Civil con los votantes del 1-O. “Puigdemont es el único responsable de los enfrentamientos del 1-O”, ha asegurado en una entrevista a e-notícies, donde ha reconocido que “me quitaba el sueño que pudiera haber un muerto”.


Millo ha alertado que “puede haber un conflicto civil” ya que -considera- “existen grupos dentro de ese movimiento que piensan que la independencia sólo se puede llevar a cabo si se produce una situación de violencia”. El exdelegado del Ejecutivo central en Cataluña ha resaltado que “el Gobierno de España les paró los pies”, pero ha avisado que “la posibilidad de dar otro golpe está latente”.


El dirigente del PP ha afirmado que el proceso “no se ha acabado”, sino que los partidos independentistas “lo volverán a intentar” porque “hay capacidad de alimentarlo financieramente”. “Hay que cortar los flujos financieros del proceso”, ha pedido después de señalar que “han utilizado el dinero público de manera ilegal”.


“Seguramente hay un origen que viene del sector privado y otro que viene del sector público de manera camuflada, no oficial. Lo que hay que hacer es controlar y verificar a dónde van los pagos”, ha explicado.

Sobre la actuación que tuvo el entonces presidente del Govern tras el 1-O, Millo ha considerado que “Puigdemont escapándose fue patético, porque horas antes había convocado a los miembros de su gobierno para el día siguiente”. Respecto a los apoyos internacionales del procés, el dirigente del PP ha asegurado que “en Europa nadie les apoya”. “No han convencido a nadie fuera del circuito independentista”.


Enric Millo, actual secretario general de Acción Exterior de la Junta de Andalucía, ha lamentado que “Cataluña está perdiendo el ritmo” en materia económica porque los últimos gobiernos de la Generalitat “se han dedicado a derrocarla”. “Cataluña está condenada a una espiral de decadencia”, ha augurado.


En relación a los meses que estuvo vigente el artículo 155 de la Constitución, ha indicado que “se desbloquearon un montón de decisiones”, a pesar de que “algunos pusieron palos en la ruedas para intentar demostrar que no había funcionado”. “El 155 benefició a Cataluña”, ha concluido.


Millo ha explicado que “he vivido una situación de acoso y derribo” y que “una parte del independentismo me convirtió en la diana de su ira”. También ha lamentado la “intolerancia e intransigencia” con la que actuaron los Comités de Defensa de la República. Un movimiento que “ya no está de moda. Nadie ser acuerda de ellos”. “Los CDR podrían haberse dedicado a combatir el Covid”, ha añadido.


El exdelegado del Gobierno en Cataluña relata en primera persona como vivió los meses previos y posteriores al referéndum del 1-O en el libro 'El derecho a saber la verdad:el testimonio del delegado del Gobierno en la Cataluña del 155' (Península), un libro que -dice- “se ha vendido más que el de Artur Mas”.                (Entrevista a Enric Millo, e-notícies, 22/05/20)

19/5/20

“Artadi y Aragonés participaron activamente en la implantación del 155”

"El exdelegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, afirma que la exportavoz del Govern, Elsa Artadi, y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, “participaron activamente en la implantación del artículo 155”. 

Así lo revela en su libro 'El derecho a saber la verdad: el testimonio del delegado del Gobierno en la Cataluña del 155' (Península), donde explica en primera persona como vivió los acontecimientos previos y posteriores al 1 de octubre.
“Recuerdo especialmente el asombro del secretario para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, ante la actitud de Artadi, quien tenía un puesto de coordinación de consejerías”, destaca Enric Millo. El exdelegado del Ejecutivo central en Cataluña asegura que la entonces portavoz del Govern y consejera de Presidencia “sería fundamental para llevar a cabo la intervención del Ejecutivo central”.

Respecto a TV3 y Catalunya Ràdio, Millo explica que quedaron excluidos del 155 en “aras del consenso”, ya que el PSOE presentó una enmienda para que no fueran intervenidos por el Gobierno central. “De este modo, no se pudo garantizar la necesaria neutralidad de los medios públicos de comunicación durante los casi ocho meses que duró la intervención”, indica.

El dirigente del PP considera que “cada una de las patas institucionales sobre las que se apoyaba el referéndum funcionaba como un reloj: la Generalitat, las entidades independentistas, los Mossos”. Sin embargo, concluye que “la principal causa del descarrilamiento del procés no fue otra que su falta de legitimidad democrática”.

Sobre la posibilidad de avanzar elecciones que barajó el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, Enric Millo asevera que “los representantes de ERC dieron la espalda públicamente a esta hipotética decisión”. “Hasta el punto de advertir a Puigdemont que, si seguía adelante con ella, el partido abandonaría el Govern”, añade.

Millo, por otro lado, y en un aspecto más personal de las consecuencias de ostentar el cargo de delegado del Gobierno en Cataluña, denuncia en el libro que “he contabilizado más de 100.000 tuits amenazándome o insultándome en menos de 24 horas de diferencia”.               (e-notícies, 18/05/20)