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5/7/22

Maite Pagazaurtundúa: Cuando ETA habla de la teoría del conflicto trata de repartir las cargas de su responsabilidad. No les debemos nada porque dejen de matar y lo que venden es humo. ¿Pueden reescribir la historia? Si les dejamos, sí... ellos no se quieren sentir como miserables por la persecución de sus vecinos, por una identidad tóxica que se convirtió en asesina; un ataque al sistema democrático y a la ley. Como no quieren reconocer eso, no van a parar de dar la murga de colocarse como víctimas... los líderes del nacionalismo nunca o casi nunca estuvieron a la altura de la persecución de sus vecinos. Y por eso les interesa adornar el pasado y las responsabilidades

 "Maite Pagazaurtundúa (Hernani, 1965) acaba de llegar a Bruselas desde San Sebastián, donde ha presentado el manifiesto "ETA quiere poner el contador a cero". "Si les dejamos, reescribirán la historia", asegura la eurodiputada de UPyD y hermana de Joseba Pagazaurtundúa, jefe de la policía local de Andoaín y militante socialista al que ETA mató a tiros en una cafetería mientras desayunaba frente a sus periódicos en una mañana de febrero de 2003.

Hace años la familia instaló un buzón en una calle de Andoáin donde los vecinos pueden mandar cartas a Joseba. También existe una versión virtual. Algunos han aprovechado para confesarse, para disculparse por haber mirado hacia otro lado o incluso apoyado aquel crimen. "Queremos ordenar las cartas para contribuir a la memoria que tanto necesitamos ahora". (...)

¿ETA quiere poner el contador a cero?

Con truco. Con trampa. Sí.

¿Le preocupa que ETA, que no ha logrado sus objetivos, sí sea capaz de imponer un relato?

Es su gran objetivo. ETA no es solo ETA. No fue una cuadrilla de asesinos que se despertó y se puso a matar... ETA forma parte de una gran operación política que no ha terminado y tiene herederos políticos. La responsabilidad sobre la tragedia que ha vivido la sociedad española, y muy especialmente la vasca y navarra, va mucho más allá de lo que son unos pistoleros. Ellos no son nada desde hace años. Sin pistolas no son nada, eso es lo que decíamos cuando nos echábamos a las calles y la sociedad vasca empezó a sacudirse el miedo. Ahora toca poner en su sitio a los agresores y a las víctimas y terminar con el victimismo con el que siempre han actuado. Cuando ETA habla de la teoría del conflicto trata de repartir las cargas de su responsabilidad. No les debemos nada porque dejen de matar y lo que venden desde hace seis años es humo. ¿Pueden reescribir la historia? Si les dejamos, sí.

¿Por qué cree que no muestran un arrepentimiento sincero? Se disculpan frente a unas víctimas, pero no con otras...

Hay motivos de psicología social: ellos no se quieren sentir como miserables por la persecución de sus vecinos, por una identidad tóxica que se convirtió en asesina; un ataque al sistema democrático y a la ley. Como no quieren reconocer eso, no van a parar de dar la murga de colocarse como víctimas.

En sus años de europarlamentaria, ¿qué nivel de conocimiento ha detectado en el ámbito internacional sobre lo que ha sido el terror de ETA?

Es mejorable. Hoy una checa, un mexicano, una austriaca, una colombiana y un portugués me han contado que habían visto en la televisión que ETA se disolvía. Me han preguntado si estaba contenta. "¿Es una buena noticia?" Sí, pero es una noticia de hace seis años, les he dicho.

Quedan 358 asesinatos sin resolver. ¿Qué puede hacer el Estado, qué debe hacer esta ETA que se disuelve para poner solución a este drama?

Cuando hicimos la primera evaluación sobre este tema en la Fundación de Víctimas del Terrorismo, la fiscalía, con Javier Zaragoza, se puso a trabajar y consiguió resolver algunos de ellos.... Cuando hicimos el informe en 2011 nos salieron 324 casos en los que el autor material no había comparecido ante la justicia. Después, Juanfer Calderin sacó un libro y aumentó la cifra. Algunos casos han sido casi como Salvar al soldado Ryan, se han resuelto con colaboración de instancias internacionales horas antes de que prescribieran. Muchos asesinatos tendrán prescripción judicial, pero ello no significa que no merezcan que se conozca la verdad.

Desde un punto de vista de la responsabilidad histórica, si una organización que ha hecho tantas barbaridades y realmente quiere ganarse un final que no sea calificado de una forma absolutamente crítica tendría que trabajar en esto. Y no en lo que van a hacer: volver a situarse como víctimas e intentar escribir la historia. Son muy transparentes en esto. Hay una cita de Pernando Barrena [político de la izquierda abertzale]: "los que hoy son considerados como terroristas puede que mañana no lo sean. Todo depende de quien gane la batalla política".

¿No hay convencimiento moral sobre el daño causado sino más bien oportunismo?

Lo de poner el contador a cero es literal. Es querer desprenderse del peso de los muertos, negarse a asumir la responsabilidad de haberlos provocado. Hay una parte que es judicial, de la que deben responder individualmente quienes han cometido crímenes. Luego está la responsabilidad de los políticos, los que mejor han salido de toda esta historia. Los herederos de ETA. Condenaron a futuro. Dijeron, ¿bombas o votos? Quitamos las bombas para que estos puedan tener votos. Hace seis años dejaron de matar para conseguir la legalización de la sigla política, pero podría haber sido más exigente: condenaron a futuro pero no la historia de terror. Tenían una enorme responsabilidad.

¿Con la disolución de ETA queda completamente cerrada la situación en País Vasco y Navarra?

No. Es mejorable. Queda trabajo por realizar. Como no ha habido una vergüenza moral siguen con el narcisismo, el egocentrismo, un video a las dos, otro a las cinco... Están vendiendo humo. Son muy trabajadores. Hay que reconocerlo. Si nosotros nos dormimos, avanzarán porque no hay que olvidar que las tensiones institucionales y territoriales en nuestro país pueden volver de diversas maneras... Hay un trabajo muy importante por delante de lo que significa la ley, la libertad, el Estado de Derecho...

El Lehendakari Urkullu ha dicho en una entrevista en El País que trabaja para el acercamiento de ETA a Euskadi. Y dice literalmente que "Rajoy es sensible a un cambio de política penitenciaria"

Que Urkullu diga esto no es sorprendente. Lleva diciéndolo tres o cuatro años. Pero es que además Urkullu, junto a los distintos gobiernos nacionalistas y el PNV llevan años trabajando en la teoría basada en el conflicto, el sufrimiento y la violencia del Estado y cosas similares... La articulación de un relato histórico cómodo para el nacionalismo en su conjunto no es nuevo. Esto incluye también la vocación de aplicar una política penitenciaria flexible.

¿No hay convencimiento moral sobre el daño causado sino más bien oportunismo?

Lo de poner el contador a cero es literal. Es querer desprenderse del peso de los muertos, negarse a asumir la responsabilidad de haberlos provocado. Hay una parte que es judicial, de la que deben responder individualmente quienes han cometido crímenes. Luego está la responsabilidad de los políticos, los que mejor han salido de toda esta historia. Los herederos de ETA. Condenaron a futuro. Dijeron, ¿bombas o votos? Quitamos las bombas para que estos puedan tener votos. Hace seis años dejaron de matar para conseguir la legalización de la sigla política, pero podría haber sido más exigente: condenaron a futuro pero no la historia de terror. Tenían una enorme responsabilidad.

¿Con la disolución de ETA queda completamente cerrada la situación en País Vasco y Navarra?

No. Es mejorable. Queda trabajo por realizar. Como no ha habido una vergüenza moral siguen con el narcisismo, el egocentrismo, un video a las dos, otro a las cinco... Están vendiendo humo. Son muy trabajadores. Hay que reconocerlo. Si nosotros nos dormimos, avanzarán porque no hay que olvidar que las tensiones institucionales y territoriales en nuestro país pueden volver de diversas maneras... Hay un trabajo muy importante por delante de lo que significa la ley, la libertad, el Estado de Derecho... (...)

Durante muchos años una parte importante de la sociedad vasca dio la espalda a las víctimas. Incluso insinuando cierta culpabilidad. Entierros clandestinos; lejos de los pueblos de los difuntos. Asesinados y estigmatizados. ¿Queda algún gesto pendiente por parte de la sociedad que ha tenido una actitud como poco ambigua?

Hubo mucha parte de la sociedad que estuvo muy manipulada y muy mal liderada. Y con mucho miedo. La gente, bajo el miedo, actúa de una forma ética muy discutible. Sí que los líderes del nacionalismo nunca o casi nunca estuvieron a la altura de la persecución de sus vecinos. Y por eso les interesa adornar el pasado y las responsabilidades. Si se empiezan a aclarar bien las responsabilidades del mundo de ETA y de sus herederos y cómplices emergería la pregunta incómoda: ¿y qué hicisteis vosotros que gobernabais? No estabais cuando vuestros vecinos estaban siendo perseguidos. Necesitamos tiempo, la gente necesitaba aliviarse.... Ahora es una oportunidad para cerrar mejor las heridas.

¿Cómo se construye la memoria para sellar las fracturas de la sociedad?

Queda un trabajo histórico muy importante. El hecho de que haya un centro memorial con buenos historiadores es fundamental. Que en la universidad del País Vasco esté gente como Luis Castells y otros es muy necesario. Si no hay un trabajo riguroso de memoria podemos ser vulnerables al intento de manipulación ideológica del nacionalismo vasco. Durante los 80 les resultaba mucho más cercano el pensamiento integrista del nacionalismo radical que el pensamiento plural de quienes éramos sus adversarios políticos. Cuando hacía campañas durante aquella época, gente como Egibar [dirigente del PNV] nos decía: "vosotros no sois buenos vascos, sois anti vascos". Hoy no se atreverían a decirlo. Lo decían entonces cuando nos estaban persiguiendo para matarnos.

Albert Camus hubiera respondido a Egibar: "amo demasiado a mi país como para ser nacionalista"

Mucha gente suele distinguir entre nacionalista y patriota. Se pueden querer muchas cosas de la tierra en la que uno ha nacido, de la historia y la cultura heredada pero convertir eso en exclusión de los demás es recurrente y tóxico a lo largo de la historia. Pobreza, exclusión, la selección adversa de líderes.... Dijo Mitterrand: "nacionalismo es la guerra".

 Dice Stuart Mill que la tolerancia es el barómetro de la salud moral de una sociedad. ¿Cómo está la salud moral de la sociedad vasca estos días?

Hay que ser intolerante con los intolerantes. Lo decía el propio Machado en Juan de Mairena. El pacifismo a ultranza en ese periodo de entreguerras, decía Machado, era una verdadera estupidez porque significaba que los más caraduras, los más violentos, los que no tenían escrúpulos se hacían con el poder. Tolerancia en lo que debemos serlo e intolerancia con lo que no debe ser tolerado... Con el sexismo, con la xenofobia, con todos los pensamientos excluyentes...

Decía lo de la tolerancia porque me ha venido a la cabeza al leer una de las reflexiones de Bitorri, la viuda de una víctima de ETA, que protagoniza Patria, la novela de Fernando Aramburu. "Quien no me quiera ver en mi pueblo, que me pegue cuatro tiros como al Txato porque pienso seguir viniendo tantas veces como me dé la gana. Total lo único que podría perder, la vida, ya me lo rompieron hace muchos años". ¿Cuántas viudas, viudos, huérfanos, familiares de víctimas se siguen sintiendo como Bitorri, como extraterrestres en su propio tierra?

Muchos nos hemos ido. Muchísima gente en comunidades autónomas adyacentes al País Vasco y Navarra. No sé si eso es lo que sentirá Pilar Elías, pero cuando tuvimos que ir a defenderla como concejala fue tremendo lo que pudimos ver en aquel pueblo. Mira la hemeroteca. El asesino de su marido puso una cristalería en los bajos del edificio donde ella vivía. Uno de los del comando era concejal y el alcalde del PNV nos decía que qué hacíamos ahí porque estábamos dando mala fama al pueblo. Parecía el sur de Misisipi durante la lucha por los derechos civiles.

Hace años su familia instaló un buzón de Joseba en Andoáin para que quien quisiera pudiera mandarle cartas. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de lo que ha leído?

Al inicio nos escribían sobre todo amigos y gente que nos quiere, pero después lo que más nos sorprendió fue quienes nos cuentan, ahora arrepentidos, que miraron para otro lado, incluso quienes apoyaron el asesinato de mi hermano. Queremos ordenar las cartas para contribuir a la memoria que tanto necesitamos ahora."                  (Carlos Carnicero Urabayen , HuffPost, 03/05/18)

22/5/19

El jefe etarra Ternera, era gracias a los votos del PNV, miembro de la comisión de Derechos Humanos del parlamento vasco, lo cual no está nada mal para un jefe de asesinos y lo dice todo sobre el macabro sentido del humor de los nacionalistas vascos y sobre su moralidad acrisolada... por lo mismo, quedamos a la espera de que ERC y Junts per Puchi inviten al jefe etarra a visitar el Parlament y tributarle una nutrida salva de aplausos...

"Una de las fotografías impresionantes en torno al terrorismo de ETA la publicó, si no recuerdo mal, yo al menos la vi allí, El País, a principios del año 2.000. Mostraba al socialista Fernando Buesa, que había sido vicepresidente del Gobierno autónomo --en un gobierno regional de coalición con el PNV, entre 1991 y 1994--, en el Parlamento vasco, de pie entre los escaños, charlando con otros electos.

Buesa, un hombre de 54 años, canoso, con pelo y barba blanca, iba vestido con pulcritud y elegancia, en una pose también elegante, con los brazos cruzados y estaba casi del todo él de espaldas, seguramente no para no ver al fotógrafo sino para no tener que saludar a alguien que pasaba en actitud furtiva por detrás de él, un tipo corpulento, de rostro tosco y aire primitivo, con una expresión reconcentrada de odio y de rabia: Josu Ternera

Buesa de traje y corbata y Ternera con camiseta y jersey de tela áspera, parecían componer la estampa del torero y el negro astado de 500 kilos que pasa de refilón, rozándole. A la sazón el jefe etarra era, gracias a los votos del PNV, miembro de la comisión de Derechos Humanos del parlamento regional, lo cual no está nada mal para un jefe de asesinos y lo dice todo sobre el macabro sentido del humor de los nacionalistas vascos y sobre su moralidad acrisolada. 

Ver aquella imagen casi daba escalofríos y recuerdo que pensé en lo violento y repugnante que tenía que ser para los parlamentarios demócratas vascos verse las caras, cada día de sesión, con los batasunos de EH, cómplices de los asesinos de sus camaradas y quizá de sus propios asesinos; tuve algo parecido a un presentimiento, que se confirmó en febrero del año 2000, cuando la banda de Ternera asesinó a Buesa y a su escolta, un ertzaina llamado Jorge Díez Elorza, con un coche bomba. 

A Ibarretxe este crimen demasiado vistoso le obligó a romper su pacto de gobierno con EH, lo que desde luego fue un incordio para él, pero al mismo tiempo en cierta manera también fue un alivio al librarle de un adversario correoso, pues Buesa, que había sido vicelehendakari en el gobierno de coalición PNV-PSE de 1991-1994, tenía los conocimientos, la autoridad intelectual y sobradas habilidades retóricas y discursivas para sacarle continuamente los colores en el Parlamento por aquel pacto.

Después de tantos años de aquella foto y de aquellos crímenes, la caída del Ternera en la operación “Infancia Robada” --en alusión a las niñas hijas de guardias civiles muertas en el atentado de 1987 que él encargó contra el cuartel de Zaragoza-- es objetivamente y a todos los efectos una buena noticia, pero no todo el mundo lo ve así. 

Por un lado están los calumnistas habituales que tratan de empañar el éxito de la Guardia Civil con sus sospechas de listillo sobre el preciso momento en que se ha producido la detención y con elucubraciones ruines sobre maquiavélicas conspiraciones gubernamentales para obtener con esta detención réditos de cara a las elecciones; idea retorcida e inconsistente, pues parece que Sánchez si no tiene el apoyo de ERC necesitará para gobernar el de Bildu.

Por otro lado, a los batasunos, bildus, sortus, amigos, parientes, conocidos y saludados de los etarras, la detención del Ternera no les parece bien, no contribuye a la convivencia pacífica del noble pueblo vasco ni a la democracia, y lamentan que cuando el pueblo está volcado al futuro los Estados, sobre todo el Estado español, se empecinen rencorosamente en revolver el doloroso pasado, en volver a épocas oscuras de represión, ya superadas. Josu libertad. Había que haberle dejado en paz en su cabaña de Heidi en los Alpes. No la toques más, que así es la rosa.

Quedamos a la espera de las reacciones de ERC y Junts per Puchi, que no cabe duda de que en cuanto puedan invitarán a Ternera a visitar el Parlament y tributarle una nutrida salva de aplausos. Luego Ternera podría pasarse por los estudios de TV3 para que le entrevisten, de tú a tú, algunos de sus más distinguidos locutores y humoristas. 

Al fin y al cabo el nacionalismo catalán aplaude, venera y respalda a personajes como Otegui (capitoste de ETA), Carles Sastre (asesino de Bultó), o Gonzalo Boye (secuestrador de Revilla). Si esos tres ya han cabido en el gran corazón de los nacionalistas catalanes, háganle un hueco también a Ternera, pues una de las siete obras de misericordia según Jesucristo es “visitar a los presos”, y el bueno de Josu ha sido un “héroe de la retirada”, como ha dicho Eguiguren con una expresión ciertamente ofensiva por inoportuna. 

Y ya sabemos por las películas de la tele que un asesino en serie puede ser también, si se le da ocasión, bona gent. ¿Para qué ensañarse con el vencido? Que lo excarcelen cuanto antes, en atención a su edad y sus achaques de salud. 

Que le invite Torrent a discursear en el Parlament; que acuda, quizá del brazo de Carod, que como conseller en cap tuvo sus charletas clandestinas con papá, en Perpiñán, en famosa ocasión; que le reciban los parlamentarios lacis con una nutrida salva de aplausos; que lo lleven luego a las tertulias de la nostra, que le haga unas gracietas de las suyas Toni Soler; Roures podría hacerle un documental; en fin, el tratamiento VIP que merecen los representantes injustamente perseguidos de los pueblos oprimidos."                 (Ignacio Vidal-Folch, Crónica Global, 21/05/19)

20/5/19

Lo de que ETA surgió como consecuencia de la represión franquista es pura patraña... sus fines, que eran los del nacionalismo vasco irredento y extremoso... hubiera luchado contra cualquier régimen político español, República incluida, sencillamente porque luchaba contra España como poder colonial que sometía al pueblo vasco y le era igual quién fuera el titular de ese poder. Por eso, cuando terminó la dictadura franquista, cuando se amnistió a todos los terroristas, cuando una Constitución democrática fue promulgada, ETA siguió matando. Y matando más todavía...

"Hace meses que en estas páginas se publicó un delirante artículo de un terrorista nacionalista vasco que reconocía su error pasado salvo en un punto: decía que en la dictadura franquista, hasta 1975 por lo menos, lo de ETA fue una especie de continuación de la Guerra Civil, algo así como una resistencia armada ante el opresor fascista. 

Incluso, decía, ellos peleaban por la República española de 1931 o por su recuerdo. Bueno, pues ahora es el mismo Gobierno vasco el que se apunta a esta donosa patraña en su plan de explicación escolar de la violencia sufrida por la sociedad vasca. 

¿Explicación? ¿O más bien deliberada confusión, tanto en términos históricos como morales?
ETA nunca fue antifranquista, salvo en un sentido irrelevante: el de que como Franco era el jefe del Estado español, luchaba contra él. Como luchó contra el que siguió a Franco, el Rey Juan Carlos.

Y como hubiera luchado contra cualquier régimen político español, República incluida, sencillamente porque luchaba contra España como poder colonial que sometía al pueblo vasco y le era igual quién fuera el titular de ese poder. José Antonio Echevarrieta, uno de los pocos teóricos de fuste de ETA, lo dejó claro: «Primero la independencia, luego hablaremos de democracia».

 Por eso, cuando terminó la dictadura franquista, cuando en España se amnistió a todos los terroristas en 1977, cuando una Constitución democrática fue promulgada y activada en 1978, ETA siguió matando. Y matando más todavía, mucho más que antes. Porque no mataba a Franco, mataba a España. Y España era más peligrosa para sus fines una vez democratizada que cuando era pura dictadura.

Lo de que ETA surgió como consecuencia de la represión franquista es pura patraña, lo diga Agamenón o su porquero. Surgió como consecuencia de una decisión razonada e individual de unas personas que consideraron que generar terror social indiscriminado era una buena táctica para acercarse al logro de sus fines, que eran los del nacionalismo vasco irredento y extremoso.

El mismo nacionalismo que nunca luchó por la República española, a la que detestaba profundamente, sino por la independencia, y por eso rindió sus batallones cuando, para él, terminó la guerra en 1937.

Es relevante señalar que, en los años en que ETA empezó a matar, el nivel de represión que ejercía la dictadura llegó a sus mínimos históricos. En 1968 había… hasta ikastolas. El desarrollismo y el arribismo social había difuminado el recuerdo de la guerra y la dictadura era lo más parecido al régimen chino actual, el de «enriquécete y no pienses en libertades». Por eso a los de ETA les costó tanto dar el paso: porque matar era una realidad disonante, terriblemente disonante, en aquel momento. Casi tuvieron que forzarse para matar, decía Aranzadi.

Ahora bien, hay otra cosa cierta: aquel nivel de represión salvaje e indiscriminada que no existía en 1968 comenzó entonces a existir y fue real para 1975, en unos pocos años. La represión inexistente que los primeros violentos soñaban la consiguieron hacer real y efectiva con su práctica, ayudada -claro- por la torpeza y crueldad del régimen. Fueron ellos los que hicieron real lo imaginado con el éxito de su estrategia de acción-represión-socialización.

Esta reconversión y renacimiento de la represión dictatorial que pretende ahora alegarse como justificación inicial de ETA es en realidad, si bien se mira, la mejor demostración de que el terrorismo no puede nunca confundirse con una guerra, una insurgencia, resistencia o un maquis, como quieran ahora imaginarlo.

El terrorismo es una actividad con una específica y particular perversión, que lo distingue hasta de la guerra. Consistente en que el terrorista no busca sólo causar daño con su acción al enemigo que sueña, sea el sistema político existente o a la sociedad viviente (sea un daño indiscriminado sobre inocentes o un daño discriminado sobre culpables de algo), sino que quiere fervientemente que el sistema atacado reaccione a su vez dañando a inocentes. Es así como puede tener éxito: creando una represión salvaje allí donde antes existía conformismo aborregado.

Los terroristas nacionalistas vascos no sólo querían matar a Pardines o Monasterio, a Manzanas o Carrero Blanco, sino que querían sobre todo que la Guardia Civil o la Policía Armada mataran a cuantos más inocentes mejor. Cuando un paisano noctámbulo o madrugador caía acribillado en un control de carreteras, ETA aplaudía y se felicitaba por su éxito.

Cuantos más inocentes mueran, sobre todo si son vascos, mejor para nosotros, más posibilidades de éxito, más conciencia en el pueblo.

Esta es la perversión esencial del terrorismo, que lo distingue de cualquier otra violencia de las que entonces tuvieron lugar. Que ETA no sólo quería matar ella, sino que quería que sus enemigos mataran también, ello formaba parte de su plan y su estrategia.

Victimizaba a la población inocente por partida doble, aunque disfrazando siempre su acción para que pareciera fruto autónomo de la decisión del odiado invasor. Pero no, el terrorista nacionalista quiere que su pueblo sufra, es parte necesaria de su diseño táctico.

Por eso, precisamente cuando España fue consiguiendo a trancas y barrancas controlar y encauzar la violencia represiva, en la transición política, ETA mató más y más, porque intentaba desesperadamente que las fuerzas más negras del régimen salieran de sus cloacas, lo derribaran y, a ser posible, llevaran a cabo una represión tipo Pinochet sobre la sociedad. Eso es lo que busca y quiere, y en ello radica su perversión moral: que quiere la muerte y el sufrimiento represivo antes que la libertad. Y por eso no pueden ser tenidos como antifranquistas, ni libertarios, ni soldados de ningún ejército. Ni en 1968 ni en 2000."                    (José María Ruiz Soroa, 21/10/18)

5/3/19

Arzalluz... ha muerto un racista...

 "En mi vida profesional —y discúlpeme el lector esta personalización— jamás me topé con un político tan atrabiliario, a veces, y tan aquiescente, otras, como el fallecido Xabier Arzalluz.

 Le tuve —siempre en la radical discrepancia que marcó nuestra relación, primero como columnista de 'El Correo de Bilbao' y luego como director del diario— por un político de propósitos insoldables pero torticeros.

En el nacionalismo lo fue todo. Su gran batalla consistió en ganarle la partida a Carlos Garaikoetxea y mantener la fortaleza y la legitimidad de las siglas de la organización que fundara Sabino Arana en 1895. El navarro fue el único que le sombreó en su liderazgo.

 La Euskadi de hoy, su configuración en territorios históricos confederados en la comunidad autónoma, la preeminencia del partido sobre el Gobierno vasco, la soberanía fiscal de las diputaciones sobre el Ejecutivo de Vitoria, la red de 'batzokis' que establecen un sistema clientelar peneuvista, el tradicionalismo ritual de los 'jelkides' (miembros del partido), creyentes en 'Dios y leyes viejas' y en una concepción etniscista del vasco, titular de una rica mitología de irredento historicismo, es en buena medida el resultado del decimonónico adoctrinamiento de Xabier Arzalluz, fiel hasta las cachas al peor 'aranismo'.

 Un político con un pragmatismo moral escalofriante, capaz de recoger las nueces del nogal que zarandeaba el terrorismo, enviar a los vascos disidentes a la “ancha Castilla” o de advertir a los que con identidad española se quedasen en el País Vasco que serían como “alemanes en Mallorca”.

Fue Arzalluz un batallador insomne, un militante constante en sus ideas —pocas, fijas, obsesivas— y un personaje sin matices: o conmigo o contra mí. Le quisieron tantos como otros tantos le detestaron. Siempre le pudo el impulso sobre el raciocinio, aunque no le faltó inteligencia para recoger velas cuando sus excesos causaron estragos.

 Conocía el castellano con un dominio sobre el epíteto verdaderamente quevedesco y su literatura —siempre por corto— en sus célebre artículos en el diario 'Deia' es el gran muestrario de sus propósitos intimidantes.

Sus invectivas —siempre amenazantes— en el Alderdi Eguna (día del partido) que se celebra en septiembre o en el Aberri Eguna (día de la patria) que se festeja los domingos de Resurrección, resultaban tan celebradamente hostiles con sus enemigos (nunca tuvo adversarios) que en las campas de Salburua, con miles y miles de militantes, provocaba un tsunami de fervor adhesivo a su caudillaje.

Sacó petróleo de la Constitución española (disposición adicional primera) para luego lanzar la consigna de abstenerse en el referéndum y utilizó durante los interminables años de plomo la perentoriedad de que Madrid adoptase “medidas políticas” para parar el terrorismo etarra, un juego profundamente inmoral que, sin embargo, le dio unos resultados espectaculares.

La actual convalecencia ética del nacionalismo vasco viene de entonces, de aquellos tiempos sin piedad que lideró aquel Arzalluz que merece el sobrenombre de 'el terrible', porque lo fue hasta que la edad y su partido le vencieron. (...)

Arzalluz, un carlista con mosquetón dialéctico, no fue un hombre de bondades y sí de muchas amarguras. Fue un político atribulado y convulso. No diré que fuera un gran hombre, pero tampoco diré que fuera menor. Marcó una época que muchos vascos quisiéramos olvidar definitivamente y que los nacionalistas recordaran con esa nostalgia tan de la tierra.

 Porque aunque la 'ancha Castilla' a la que nos expulsó Arzalluz haya sido —lo es— tierra patria, a mí, que llevo más de 20 años en la capital de España, se me escapó una lágrima nada furtiva cuando hace un mes asistí en la sala Margarita Xirgu del Teatro Español a la función de 'Los otros Gondra (relato vasco)', premio Lope de Vega 2017, de Borja Ortiz de Gondra. Lagrimaba por aquel país de horror, pero tan nuestro, de los tiempos inmisericordes de Xabier Arzalluz."            (José Antonio Zarzalejos, El Confidencial, 28/02/19)


"EN ESTOS DÍAS los medios de comunicación y redes sociales del País Vasco se han colmado de hagiografías y panegíricos sobre Xabier Arzalluz, muerto a sus 86 años, con toda clase de loas que intentan agigantar su figura y presentarlo como si fuera el gran iluminador de la sociedad vasca y de su tiempo.

La Historia, sin embargo, no le depara un buen lugar si empezamos por recordar que Arzalluz, presidente del Partido Nacionalista Vasco desde 1980 hasta 2004, confesó la relación de complementariedad de su partido con el terrorismo: «Unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces». El mismo tormento realizado desde dos puntos de vista diferentes, unos matando y otros apoderándose de las instituciones. Muy funcional reparto de papeles. Víctima de esos designios, la sociedad vasca quedó deformada desde hace mucho tiempo, y su futuro sigue torcido.

Con Arzalluz, el mantra del autogobierno del País Vasco, su hecho diferencial y sus derechos históricos, quedó vinculado durante décadas a la persecución y eliminación de la oposición política al nacionalismo mediante un terrorismo muy extenso en el tiempo que desestabilizó y amenazó la democracia en España nacida con la Constitución de 1978, y que se ensañó de un modo atroz con los vascos y navarros disidentes, con los militares y fuerzas del orden público, con jueces, empresarios, periodistas y muchos otros colectivos.

Arzalluz tenía antecedentes carlistas y, hombre del siglo XX, estudió y trabajó en Alemania. Lo que siguió en el País Vasco fue nazismo a cámara lenta. Además de numerosos asesinatos masivos, sobre todo los asesinatos por goteo a lo largo de mucho tiempo, destruyeron la discrepancia y asediaron la democracia.

 Barrieron todo el espectro político y social vasco. Laminaron a la oposición mediante el crimen continuado. Fueron muy eficientes al cabo de tantos años. Propalaron el miedo, retorcieron el lenguaje y doblegaron conductas. Y provocaron, mediante la extensión prolongada de la amenaza, el éxodo del País Vasco de miles de familias mientras Arzalluz predicaba «Ancha es Castilla». Fue un gran utilitarista.

Ahora que ha muerto, el nacionalismo parece hegemónico en el País Vasco, y de ahí vienen los aplausos a Arzalluz. Sus herederos lo tienen todo. Detentan el poder político y el control social y económico sobre un panorama donde homogeneizaron a tiros las percepciones y las conductas políticas de la población.

El nacionalismo vasco triunfó en su territorio, y apenas hay voces discrepantes cuando ya casi no se recuerda cómo sucedieron los asesinatos y la fuga de los disidentes y de los extorsionados, ni cómo sufrió la democracia en España y quedó masacrada en el País Vasco. El terrorismo de ETA duró hasta 2011, y uno de sus efectos diferidos ha sido la volatilización de las conciencias y de los partidos constitucionalistas en el País Vasco.

El tormento vasco no es nuevo ni diferente a otros. Así pasó también en diversos lugares arruinados de Europa, donde hay varias sociedades esterilizadas por los nacionalismos que las cubrieron bajo sus sombras. También sucedió en varias ocasiones en España antes de la Constitución de 1978, pero a partir de ese momento todas las persecuciones cesaron excepto en el rincón del País Vasco.

Con los homenajes a Arzalluz, la grandilocuencia nacionalista ha alcanzado un nivel alto, aunque la realidad de la comunidad autónoma sigue otro curso diferente del que prefieren no hablar. Algo está sucediendo que hace pensar que tras la muerte de Arzalluz el nacionalismo vasco no se va a salvar ni por el paso de la Historia ni por el espacio mal adquirido que ocupa, ni tampoco por la hegemonía que hasta ahora ostenta. Y algo de esto tuvo que observar él en sus últimos años, si la cabeza no le falló.  (...)

Visto en perspectiva, y en eso influyó mucho Xabier Arzalluz, los nacionalistas vascos confundieron la raza y el poder con un plan industrial sádico. En la mística racial y lingüística que encarnó el recién fallecido, primero intentaron eliminar mediante el crimen las impurezas de la raza y de la mente vasca que él y sus complementarios definieron a su antojo. Aceleraron los asesinatos a medida que se acercaban al autogobierno.

 Llegaron al paroxismo entre 1978 y 1980. A partir de entonces, cuando empezó la presidencia en el PNV de Arzalluz, que parecía un Mesías iluminado, empuñaron el poder y estabilizaron la velocidad de crucero del crimen. Tenían ya su Gobierno y, siguiendo su pacto original de sacudir el árbol y recoger las nueces, maceraron durante décadas la sociedad vasca alternando día a día amenazas y asesinatos con reclamaciones de mayores competencias.

Nunca estaban satisfechos, la sangre nunca bastaba y el poder siempre les resultaba insuficiente. Como decía uno de sus complementarios, bardo de los que sacudían el árbol, se trataba de «amasar la patria con sangre». Y creían que al final con la autodeterminación ya les llegaría la grandeza.

Arzalluz ha muerto pero la redención vasca no llega. Algo falló en la historia prometida. La gloria se retrasa, y en cambio el resultado del estancamiento vasco está servido. Muchos emigramos, nuestros hijos se criaron fuera, y el tiempo no vuelve. La barrera de entrada para formar parte de la sociedad vasca es elevada, y si hay ascensor social se trata de una cabina nacionalista, lo que no resulta atractivo.

 Las oportunidades están más bien en otros lugares. Y la población se extranjeriza de un modo consistente y acelerado, que arrincona y diluye a los adictos al nacionalismo. Eso es lo más difícil de evitar, no lo pueden impedir, y la autodeterminación sólo agravaría esa trayectoria. Y es lo que más temen, porque la historia que venían contando necesita de oídos fieles a la raza. Ése es el reverso de Arzalluz. Su parábola, una profunda regresión. Ésas son las consecuencias funestas de la longeva identificación del nacionalismo vasco con Arzalluz.

A su muerte, recuérdese su aire de cacique antiguo, enfadado y pendenciero, dominador de su sociedad cerrada y amante de las conductas inducidas por el miedo. Descanse en paz. Goian bego."               (Fernando Múgica, El Mundo, 07/03/19)


 Las Frases de Arzalluz:

La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la Prehistoria

"El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, defiende la independencia del País Vasco "dentro de las instituciones europeas" y la identidad racial de los vascos, "los más antiguos habitantes de Europa", identificados por una señal genética, la sangre con el RH negativo, en declaraciones al diario italiano Il Sole 24 Ore. El líder nacionalista niega que sus palabras reflejen ningún racismo. (...)

"No estoy diciendo que los vascos tengan derecho a quién sabe qué supremacía. La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la prehistoria como sostienen investigaciones de célebres genetistas", afirmó el máximo dirigente del PNV. (...)"             (Lola Galán, El País, 03/11/2000)

 En Europa, étnicamente hablando, si hay una nación ésa es Euskadi, ( … ) Primeramente fueron los antropólogos con su craneometría, luego vinieron los hematólogos con el Rh de la sangre y todo lo demás, y siempre encontraban algo peculiar en los vascos. ( … ) se trata de algo ocurrido hace 25.000 años, me refiero al hombre de Cromagnon, perdura únicamente en los vascos 
 
 "Xabier Arzalluz dijo, entre otras cosas, en su intervención en Tolosa que ha levantado polémica: . "En Europa, étnicamente hablando, si hay una nación ésa es Euskadi, Euskal Herria. No creo que sea una exageración decir que Euskal Herria, a nivel europeo, sin más lejos, es el fenómeno más sorprendente ( ... )

Primeramente fueron los antropólogos con su craneometría, luego vinieron los hematólogos con el Rh de la sangre y todo lo demás, y siempre encontraban algo peculiar en los vascos. Ahora han venido los biólogos, con el monogenismo y el neomonogenismo, concluyendo que esta humanidad, la humanidad de la que formamos parte, procede de una única pareja ( ... )

Y cuentan -se trata de algo sorprendente-, cómo vinieron a Europa y cómo su sangre, se trata de algo ocurrido hace 25.000 años, me refiero al hombre de Cromagnon, perdura únicamente en los vascos. Éso puede ser importante para unos y no importante para otros. Pero conlleva una realidad: la singularidad de este pueblo"."Así pues, yo os digo que nosotros tenemos esa conciencia, nosotros queremos sacar adelante nuestra voluntad ( ... ) es algo que en este momento nadie nos puede negar.(...)

"No creo que nos hayamos portado mal con la gente de fuera. Pero (...) parece que los de fuera quieren mandar en este país. Y una cosa es la limpieza étnica y todas esas historias, y estamos en contra de ello; no creo que los vascos hayamos sido jamás así. Pero otra cosa es que el de fuera se convierta en dueño de la casa con los votos de fuera".

[Mientras, el presidente de Unión del Pueblo Navarro, Jesús Aizpún, ironiza en un artículo en Diario de Navarra que "el racismo vasco está perfectamente justificado". Aizpún escribe: "Los vascos tienen el Rh negativo. Los de fuera lo tenemos positivo. A mí personalmente, se me quita un peso de encima.

Cuando los comandos navarros por la independencia querían insultarme llamándome español, me preguntaba por qué sería que yo me siento profundamente navarro y español y lo de Euskadi no me atrae en absoluto. Ahora lo comprendo. Es que lo llevo en los genes"]."          (El País, 07/02/1993)


 "Las razas y las genéticas (sic) existen, evidentemente. No tenéis más que poner un sueco y un zulú uno junto a otro"

"(...)  La xenofobia es compatible con dos tipos de racismo: el tradicional o heterófobo, que sos tiene que sólo el endogrupo -el nosotros- es verdaderamente humano, y el renovado o heterófilo, que admite la humanidad de todas las razas, pero se opone denodadamente al mestizaje.

El racismo de Arzalluz es del último tipo, aparentemente igualitarista: "Las razas y las genéticas (sic) existen, evidentemente. No tenéis más que poner un sueco y un zulú uno junto a otro. El problema viene cuando alguien dice que el sueco es superior al zulú y además lo quiere reducir a servidumbre en virtud de esa superioridad. Jamás nosotros sostendremos nada parecido".(...)

 El párrafo antes citado de Arzalluz no es sino el complemento obligado de sus declaraciones del día 28 en Tolosa: "( ... ) Viendo las cosas que se ven, parece que los de fuera quieren mandar en este país. Y una cosa es la limpieza étnica y todas esas historias, y estamos en contra de ello ( ... ). Pero otra cosa es que el de fuera se convierta en dueño de la casa con los votos de fuera".

 El racismo de Arzalluz no es otro que el de Le Pen. El líder ultraderechista francés no se recata en proclamar su proarabismo, al tiempo que propugna la expulsión de los inmigrantes magrebíes del suelo nacional francés.¿Cómo entender la arcaica apelación de Arzalluz a la sangre, los cráneos y la herencia cromañoide de los vascos?(...)"              (Jon Juaristi, El País, 05/02/1993)


 “No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación  sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces y otros las recogen para repartirlas

 "El documento redactado por HB como acta de la reunión de abril de 1990 refleja en una frase la opinión que Xabier Arzalluz mantenía entonces sobre una coincidencia de objetivos entre su partido y ETA. La frase del presidente peneuvista es la siguiente: "No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan; unos sacudan el árbol, pero sin romperlo para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas".

 Arzalluz también se extendió en la entrevista con los dos miembros de HB en sus consideraciones sobre los socialistas, socios de Gobierno de su partido en Euskadi, a los que califica de enemigos. Las consideraciones del líder del Partido Nacionalista Vasco son éstas:

 - "El enemigo número uno es el de siempre, aunque ahora gobernemos con él. Ellos no se fían de nosotros. Hacen como que sí, pero no, y a veces se les escapan cosas". (...)"           (El País, 03/04/1994)


 "En una Euskadi independiente los españoles serían tratados como se trata hoy a los alemanes en Mallorca"

"En una Euskadi independiente, los españoles serían tratados "como se trata hoy a los alemanes en Mallorca". Así lo aventura el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en declaraciones al semanario alemán Der Spiegel.

 "Los emigrantes que no quisieran adoptar la nacionalidad vasca podrían participar en elecciones municipales e incluso ser alcaldes, pero no podrían votar para el Parlamento vasco", dice. Y reconoce que su partido comparte objetivos con los terroristas, ya que, "al igual que ETA", el PNV quiere que se reconozca al País Vasco como una nación y el derecho a "decidir por sí mismo". (...)"       ( , El País,  16/11/2000)

 “Idos, idos, que ancha es Castilla”

 "(...) Pero arraigó en muchos vascos un horror irreversible, un sentimiento de frustración insuperable, una desesperanza definitiva. Pensamos entonces que si la banda terrorista ETA era capaz de asesinar a Miguel Ángel Blanco con una crueldad matarife, ya no merecía la pena seguir allí, (...)

El 12 de julio de 1997, muchos vascos decidimos que nos exiliábamos de nuestra propia tierra, que no era posible educar a nuestros hijos en una sociedad que había consentido un monstruo terrorista como era ETA, que, españoles por vascos, debíamos hacer exactamente lo que nos aconsejó Xabier Arzalluz que hiciéramos. Nos dijo: “Idos, idos, que ancha es Castilla”. Nos abrió la puerta y, sí, entonces, salimos, y salimos a manta de Dios y nos vinimos a Madrid, a Valencia, a Sevilla, a La Coruña, a Canarias.

 Declinamos en aquel julio de 1997 toda esperanza de poder ser ciudadanos en plenitud en nuestra propia tierra. Pensamos entonces que si la barbarie de ETA era capaz de perpetrar aquel horrendo crimen —después de haber cometido tantos otros sin cansancio ni conmiseración—, nuestro país no tenía futuro.(...)"    (José Antonio Zarzalejos, (Director de El Correo en esa fecha, El Confidencial, 11/07/17)


Recopilación de El País:

 -  "Me pregunto si lo que molesta de ETA es el tiro o la finalidad" (noviembre de 1996).

-  "Nosotros no somos los violentos, ni siquiera ETA; la violencia viene de la derecha" (noviembre de 1987).

-  "No creemos que sea bueno para Euskal Herria que ETA sea derrotada" (según el acta de una reunión conjunta PNV-Herri Batasuna, incautada por la policía en la sede del sindicato LAB el 12 de mayo de 1992.

-  "Los presos de ETA no son delincuentes porque no matan para enriquecerse, ni para beneficiarse personalmente, sino por un ideal político" (octubre de 1994).

-  "Nosotros, los nacionalistas, no somos leales a la Constitución ni lo seremos, porque no es nuestra Constitución (...). El PNV nunca aprobaría una Constitución española" (junio de 1996).

-  "¿Que qué pasaría si nos separáramos de España? En primer lugar, un enorme alivio; además, económicamente viviríamos mejor" (noviembre de 1999)  (José Luis Barbería, El País, 11/01/2004)


"(...)  Eran otros tiempos. Comparar el de la España que Arzalluz conoció con el de la Europa de entreguerras resultaría abusivo, sin duda, aunque no ridículo. (...)

Para empezar, creía en la existencia de las razas y en la posibilidad de clasificar racialmente a la humanidad, aunque luego, para poner ejemplos, terminase hablando de suecos y zulúes, categorías estas que no tienen que ver con lo racial ni racista. 

Reconoció que su sangre no era del grupo cero con RH negativo, pero eso sólo después de haber sostenido con toda seriedad que los vascos son cromañones y donantes universales. El poeta bilbaíno Gabriel Aresti, cuyo grupo sanguíneo era cero negativo, había escrito varias rechiflas al respecto, incluso una en castellano a lo Gabriel Celaya: «Tengo la sangre revasca,/ universal negativa/ y si eso tiene importancia/ tomaré una lavativa». Arzalluz nunca leyó a su coetáneo Aresti.

Conocí a Arzalluz allá por el sesenta y siete. Enseñaba algo en la Universidad de Deusto y publicaba una revista ciclostilada, «Bixikera», llena de abstrusas elucubraciones abertzales más o menos basadas en Herder y en las delirantes teorías del escultor Jorge de Oteiza.

 Por entonces pensó en entrar en ETA, pero decidió no hacerlo tras una larga conversación con uno de los dirigentes de la banda, después famoso periodista. Ingresó poco después en el PNV (no sé exactamente en que fecha). Los etarras de los años sesenta sostenían que tanto el PNV como ETA eran indispensables para el pueblo vasco, como, según «Éxodo», la película de Otto Preminger (1960), lo habían sido la Haganah y el Irgum para el nacimiento del Estado de Israel. 

Para su desgracia, pero, sobre todo, para la de mucha más gente, Xabier Arzalluz seguía pensando de esa misma manera muchos años después, cuando ya había obtenido el poder fugaz al que lo llamó su fugaz voluntad de tiempo. Alguien debe sacudir el árbol, decía, para que otros recojan las nueces. Las aguas torrenciales de la Historia fueron piadosas con él y borraron su figura mucho antes de su muerte."                     (Jon Juaristi, Fundación para la libertad, 03/03/19)

13/11/18

Lo que no cabe duda es que la primera manifestación contra un asesinato cometido por ETA fue convocada por el Partido Comunista de Euskadi el 28 de junio de 1978 tras la muerte por la banda del periodista Portell y lo fue en Portugalete, localidad donde residía el asesinado. Fue una manifestación que reunió a unas 200 personas que fueron increpadas por jóvenes con gritos de apoyo a ETA... y el PNV convocó otra, cuyo contenido aclaraba Anasagasti: «la gente que se quiere aprovechar de esta manifestación para ir en contra de ETA se ha confundido de manifestación»... la del PNV no era 'contra', sino 'a favor' de ETA...

"Suelo ser renuente a que los poderes públicos intervengan en temas históricos (...) Hay excepciones a lo que debiera ser esta regla como pueden ser temas de especial relevancia social de los que es necesario extraer alguna lección moral y que han sido o son usados para alentar lecturas falsas y sesgadas del pasado. El negacionismo del holocausto judío puede ser un ejemplo, y quizá también el terrorismo de ETA que atraviesa nuestra historia reciente.

 Lo expuesto viene a cuento de una información publicada en DV el día 2 en la que se contraponía la versión de dos unidades didácticas acerca de quien promovió la primera manifestación contra el terrorismo: por un lado está la auspiciada desde la Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno Vasco que en su proyecto Herenegun atribuye al PNV la condición de pionero en una convocatoria «por la paz», en octubre de 1978, en tanto que la editada por el Centro Memorial, entre otras entidades, señala que fue el Partido Comunista a quien corresponde la iniciativa de convocar la primera manifestación contra ETA. 

Llamativamente, si vamos a la historia y nos atenemos a los hechos, las dos formulaciones son ciertas, aunque la primera de ellas, la que tiene como autora a la Secretaría de Derechos Humanos, es tendenciosa y es una media verdad para encubrir un engaño.  (...)

Lo que no cabe duda es que la primera manifestación contra un asesinato cometido por ETA fue convocada por el Partido Comunista de Euskadi el 28 de junio de 1978 tras la muerte por la banda del periodista Portell y lo fue en Portugalete, localidad donde residía el asesinado. Fue una manifestación que reunió a unas 200 personas que fueron increpadas por jóvenes con gritos de apoyo a ETA y que protagonistas de la época nos contaban que en su organización había tenido un papel destacado Octavio Cruz, un sindicalista y comunista curtido en la lucha contra el franquismo. 

No fue una iniciativa aislada del PC pues a esta le siguieron otras convocatorias de repulsa de ETA, con la particularidad de que se produjeron ante asesinatos de integrantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. 

Fue así este partido el que convocó primero en Elgoibar (el 9-10-1978) y luego en Algorta (el 22-10-1978), manifestaciones tras el asesinato de guardias civiles, y lo mismo sucedió unos días después tanto en Zumarraga como en Errenteria (11-11-1978) tras atentados sufridos por miembros de este cuerpo.

 No era habitual entonces manifestar la solidaridad hacia los asesinados pertenecientes a las fuerzas de seguridad, estigmatizadas y deshumanizadas por el mundo de ETA tras los apelativos de ‘txakurras’ y otros, y cuyos funerales se producían en un clamoroso vacío social. 

Entonces ¿cómo situamos la manifestación del 28 de octubre del 78 debida al PNV, la «primera» según la Secretaría? Pues tiene su propia historia, ya muy conocida, a pesar de que algunos la sigan omitiendo, aunque ya vemos que antes hubo otras. 

En su origen, la propuesta del PNV dirigida a las fuerzas democráticas era convocar una manifestación con el lema ‘Contra el terrorismo’ y aunque no se mencionaba a ETA, estaba en el ánimo general que se focalizaba en ella. 

Sin embargo, hubo una reacción interna de los militantes del PNV no conformes con los términos de la convocatoria, lo que llevó a que paulatinamente esta fuese variando y se fuese poniendo el foco en el Estado como causante también de la violencia. Así se decía en un comunicado del EBB de unos días antes de la manifestación: «En Euskadi desgraciadamente se han venido produciendo expresiones de terror y violencia cuyo origen está centrado en la opresión sufrida por nuestro pueblo y ejercida desde hace 140 años por el poder central y las instituciones derivadas del mismo». 

El PNV acabó señalara al partido en el gobierno, a UCD, como corresponsable de la violencia que se vivía en Euskadi, y que le ‘invitara’ a no acudir. La manifestación se produjo bajo el doble mensaje de ‘Por una Euskadi libre y en paz’, con lo que de forma metafórica se aludía tanto a ETA (por la ‘paz’) como a UCD o al poder central (con lo de ‘libre’).

 Si cabía alguna duda sobre el contenido doble o ambiguo de la manifestación, el jeltzale Anasagasti lo aclaraba aquellos días en Egin: «la gente que se quiere aprovechar de esta manifestación para ir en contra de ETA se ha confundido de manifestación». 

Las reticencias a manifestarse abiertamente contra ETA estaban muy arraigadas en el mundo nacionalistas pues pervivía -y con fuerza- la idea de que al fin y al cabo pertenecían a la misma comunidad. Así un grupo de intelectuales, entre los que se encontraban Oteiza y Néstor Basterrechea, llamaron a su desconvocatoria porque implicaba fomentar «la lucha entre hermanos». Era una comunidad afectiva que tardará en fracturarse.

 La manifestación se celebró, con una concurrencia notable, a la par que HB convocó otra simultáneamente con la consigna «Ayer y hoy por nuestros gudaris». ETA siguió con su estrategia deliberada -y exitosa- de la ‘limpieza’ política del centro derecha español, asesinando, entre otros muchos, a cinco militantes de UCD en los dos años siguientes."                      

(LUIS CASTELLS ARTECHE, Catedrático de Historia Contemporánea de la Upv-Ehu, El Diario Vasco, 08/11/18)

9/5/18

Sí que tardan los obispos en pedir perdón

"Eclipsado por la “declaración sobre el daño causado” de ETA, ha pasado desapercibida la petición de perdón de los obispos del País Vasco, Navarra y Bayona (vamos, los de Euskadi Sur y Norte) por las “complicidades” de la Iglesia vasca con quienes asesinaron a más de 800 personas.

El fatuo comunicado de los cinco prelados es toda una constatación del pernicioso papel de la Iglesia en terrenos ajenos a su misión y casi siempre en el lado equivocado. De entrada, resulta espeluznante que los obispos pidieran “sinceramente perdón” el mismo día, el pasado 20, en que lo hizo ETA. ¿Se puede ser más inoportuno? Conviene recordar que con quien ahora admiten haber tenido “complicidades, ambigüedades…” ha sido un grupo terrorista que surgió de un nacionalismo confesional, el del PNV, cuyo lema es “Dios y viejas leyes”.

Y también conviene contar a los más jóvenes que ese rancio cóctel de religión y nacionalismo —tan letal en Europa— llevó a monseñor José María Setién, obispo de San Sebastián, a defender en sus homilías el derecho de autodeterminación del “pueblo vasco” al mismo tiempo que otros lo hacían con pistolas. En 1984 se negó a dejar su catedral para el funeral del asesinado senador socialista Enrique Casas porque, si cedía, dijo, no podría oponerse a hacerlo en el futuro con algún etarra muerto.

Pese a tan vergonzosos antecedentes, los prelados de esas mismas diócesis se atreven ahora a aconsejarnos cómo debe ser “la normalización”, que incluye, claro, “la oportunidad de atender las peticiones de los familiares de los presos”, o sea, de aquellos con quienes tuvieron complicidades. Quizás tienen razón, pero hay pocas personas menos autorizadas que ellos para opinar en este asunto, que ni ha sido ni nunca debió ser el suyo.

Esa amalgama explosiva de nacionalismo y religión subsiste en España, como se comprueba en Cataluña, donde 303 curas pidieron ir a votar en el ilegal referéndum del 1 de octubre. Antes, un grupo de obispos, que como todo el mundo sabe son expertos en política identitaria, había pedido que se escucharan “las legítimas aspiraciones del pueblo catalán”.

Aunque es difícil ser más antiguo al hablar de “pueblo” —¿qué es eso en la Europa del siglo XXI?—, el prelado de Solsona, Xavier Novell, lo intentó con esta frase tan lapidaria como cizañera: “El derecho de las naciones es superior al bien moral de la unidad del Estado”.

Los obispos españoles no aprenden de la historia. Sus predecesores, tan nacionalistas ellos, también eligieron por serlo el lado erróneo tanto en la Guerra Civil —“santa cruzada” la llamaron— como en la dictadura. Aún no han pedido perdón.

En una excelente entrevista que le hizo José Luis Barbería para este periódico en 2007, decía el obispo Setién: “Afortunadamente, el juicio que llegue a hacerse sobre mi persona no lo harán las víctimas”. Pues eso, que le juzguen los otros, como a un buen cristiano nacionalista."                   (Carlos Yárnoz, El País, 28/04/18) 

23/2/18

Los asesinos crispaban tanto como los que se protegían de ellos... la miseria moral del PNV

"En Andoain había un jefe de la Policía Municipal que estaba amenazado de muerte y lo sabía. Sabía que la amenaza era muy seria, porque venía de ETA, una organización mafiosa que llevaba ya unos ochocientos muertos en sus cuentas.

El sargento de los municipales era enemigo de los asesinos. Era un tipo valiente y honrado, de los que ganan a los malos en las películas. Se llamaba Joxeba Pagazaurtundúa, y la gente, para abreviar, le llamaba Pagaza.

Yo le conocí un día hace más de veinte años. Me llevó a verle el que fue durante muchos años mi guía autóctono para moverme por Euskadi, Mario Onaindia. Se trataba de que yo conociera a un hombre que tenía que aplicar la ley incluso donde sus jefe, del PNV, no querían que se aplicara.

Como la película era de Arte y Ensayo, a Pagaza le mataron los malos. Unos chavales, llamados Ignacio e Iñaki, le señalaron como víctima adecuada, y otro chaval, llamado Gurutz, le asesinó a sangre fría mientras leía el periódico en el bar donde desayunaba todos los días.
Gurutz sigue en la cárcel, pero Iñaki e Ignacio acaban de salir hace unos días del talego. 

 Y, como es natural, han sido recibidos como héroes, y saludados con un aurresku en su pueblo, en Andoain. Un pueblo de 15.000 habitantes, lleno de gente encantadora y de fanáticos de los asesinos. Con una alcaldesa elegida con los votos de Bildu y el apoyo democrático del PNV. EH-Bildu, la base social del terror.

 Hoy, los valientes y ensalzados colaboradores de quienes mataron a Pagaza pueden pavonearse, presumir delante de los seis militantes del PP que, de acuerdo con los biempensantes del nacionalismo, hicieron un escrache a los chivatos que celebraban su justo homenaje.

Todo ha sido como era previsible, y el 30% de los pacíficos ciudadanos que vota a Bildu se han podido quedar con la cara de los seis convecinos que han ido a amargarles la fiesta.

La fiesta de los chivatos, de los jóvenes dispuestos a señalar a uno que se llamaba Pagaza.
Es muy difícil decir desde allí que Andoain es un pueblo habitado por tantos miserables y canallas. Por eso se echaba tanto de menos el otro día a los representantes de otros partidos que, como el PSE, se dejaron tanta sangre por el camino.

Los seis de Andoain estaban solos contra la barbarie. Casi tan solos como Pagaza.
Ellos son ahora quienes nos salvan a todos de sufrir el destino que los nacionalistas reservan a las minorías."                 (Jorge M. Reverte, El País, 23/02/18)


"Gorka Iturriaga, dirigente del PNV en Álava, en alusión a la protesta de seis miembros del Partido Popular frente al homenaje a unos etarras excarcelados hace unos días: “Los dos extremos políticos de este país habéis generado durante años mucha crispación y contribuís bien poco a recuperar la convivencia. Una pena”. 

Parafraseando a Aitor Esteban en referencia al mensaje del Rey, “el mismo discurso de siempre envuelto con celofán progresista”.


Los asesinos crispaban tanto como los que se protegían de ellos. Seis voluntariosos militantes del Partido Popular impidiendo la convivencia. Así no hay quien avance hacia la paz y el progreso.


Sí que es una pena tener que seguir escuchando este tipo de expresiones, pero lo es más el hecho de que podemos estar seguros de que es expresión del más íntimo convencimiento de su autor. Apuesto a que no es ninguna pose ni un subidón radical momentáneo de esos que tienen los adictos a Twitter. No. 

No se trata de un forofo nacionalista anónimo sino de un dirigente de la organización del PNV en Álava. No parece que sea muy espabilado (moralmente hablando no, desde luego) aunque sea profesor (de educación física), ni mucho menos prudente, pero sabe, como yo, que el contenido de su escrito de tres líneas (ETA y PP, o sea, idealistas frentes a fachas, eran polos opuestos de un conflicto del que los nacionalistas fueron las víctimas) es compartido por mucha gente en mi tierra.   (...)

¿Pedirá perdón el tal Gorka? Uf. Casi lo descarto. Ellos son más de recibir disculpas, por la guerra civil, por el bombardeo de Gernika, por la torturas, por el nacimiento de Franco…Por cosas realmente importantes.


Estoy seguro de que no todos los nacionalistas son iguales, claro, pero los que son, lo son hasta la cola, que se decía en mi juventud.


Mientras excompañeros del señor Iturriaga pasan por el banquillo temerosos de escuchar una condena importante por uno de los mayores desfalcos cometidos por militantes de su partido (ah, que ya los han echado), él frivoliza sobre la pureza del alma nacionalista en una cuestión como la del terrorismo haciendo un ejercicio de geometría barata: ellos (PNV) siempre en el medio, observando como las balas pasaban de un lado hacia el otro. 

Bien que se dan por ofendidos cuando se les recuerda su larga lista de acuerdos históricos en ayuntamientos e instituciones con el brazo político de ETA mientras aún mataba. Los hay que ahora miran hacia atrás y ya no ven nada. Ni siquiera Lizarra, aquella intentona de aglutinar al mundo nacionalista (dio lo mismo que una parte de él fuera terrorista). ¿Siguen soñando con eso?


Poca crispación pudieron crear esos seis militantes del PP. Me hubiera alegrado más que hubieran sido seiscientos y que esa acusación de crispación, acuñada en los tiempos de Ibarretxe por protestar en voz alta contra el asesinato, tuviera sentido práctico. Es más, me da por pensar que si esa proporción de fuerzas (600 frente a 150) se hubiera dado en el pasado, la convivencia habría llegado antes y de otra manera.


Tranquilos, todo en orden por el norte.


Seis miembros del Partido Popular ¿no podrían haber sido más? ¿Y otros seis del PSOE? Ay, esa soledad heroica frente al terror, como en los peores años.


La maravilla de algunas frases es que aunque cortas lo resumen todo. Yo, que apenas utilizo el Twitter también puedo resumirlo y mucho: miseria moral crónica."            (Iñaki Arteta, Libertad Digital, 21/02/18)

19/2/18

“Que el mundo de ETA y sus estrategas condenen sin paliativos toda la historia del terror. Si escamoteamos esto, iríamos hacia el crimen perfecto del terrorismo del nacionalismo vasco”

" Maite Pagazaurtundúa (Hernani Guipúzcoa, 1965) ha hecho esta semana balance a 15 años de lucha. Es el tiempo que separa la mañana del 8 de febrero de en el bar Daytona donde ETA mató a su hermano Joxeba y el momento actual, con la banda derrotada. Tres lustros en los que ha pasado de hermana a referente moral de la lucha contra el terrorismo.

 "Hemos sido fieles al espíritu de Joxeba y tantos otros". Advierte que a pesar de la "bajamar" del terrorismo aún quedan asignaturas pendientes. Pasa lista y exige a los herederos de la banda que condenen su historia de terror y al PNV una revisión crítica del pasado: "tienen el corazón de hielo". 

Con motivo del aniversario del asesinato de su hermano la familia ha sacado a la luz una serie de cartas inéditas en la que el exjefe de Policía de Andoáin advertía su trágico final. "Parecen escritas hoy".


¿Por qué ahora su familia ha decidido difundir las cartas inéditas de Joxeba en las que veía próxima su muerte?

Son 15 años, estamos en la bajamar del terrorismo de ETA, pero también en el intento de borrar la exigencia de una condena clara sobre toda la historia del terror y la persecución. Los asesinatos son la punta del iceberg de la estrategia sistemática y bien coordinada entre políticos, la gente de la violencia callejera, la del control social y la de los asesinos. 

Todo ese contexto hay que contarlo porque se está intentando aplicar una política memorial que viene a decir que todos hemos sufrido mucho. Todos hemos sufrido mucho, pero cada uno debe asumir sus responsabilidades y a ETA no hay que quitarle ni el mundo de Batasuna y sus siglas herederas, no se puede escaquear de esto.

Lo que hemos hecho al poner en conocimiento estos documento es poner de relieve la parte humana, pero también demostrar que hay una serie de cartas inéditas que parecen escritas hoy porque están escritas con lucidez, con integridad y con gran conocimiento político. Animo a leerlas frente a tanta palabra cariñosa que busca que seamos dóciles.

 Lo que Joxeba indica es la necesidad de la condena sin paliativos de ETA (porque ha matado mucho menos de lo que ha amedrentado) y la mirada crítica del nacionalismo gobernante, cosa que para nada quiere hacer porque quieren esconder toda la crueldad y la dureza y la frialdad que tuvieron con los perseguidos por no ser nacionalistas vascos.

¿Joxeba les transmitía esa angustia a la familia o la conocisteis después al leer sus cartas?

Era una cosa muy íntima, como ser humano que tenía instinto, yo estoy segura de que había cruzado la mirada con los asesinos sin saberlo, notaba eso. Ese instinto lo tenía pero era capaz de sobreponerse. A nosotros no nos lo decía, era una persona entregada a los demás, eso estaba en su soledad. Él, como ser humano, intuía el final, el asesinato, sentía el miedo, pero se sobreponía a él y eso es lo que le hace tan singular.

Nosotros también temíamos que le asesinarían y le dijimos: ‘¿te vas de aquí y nos vamos contigo?’. Y dijo: ‘Ya no. Ahora hay que poner pie en pared. Tenemos que ganarles’. Y es por eso que mi familia sintió tanta indignación cuando comenzaron esos diálogos, esas conversaciones (la negociación del 2006 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero), esas cosas que no eran necesarias porque ETA estaba derrotada ya operativamente a principios del siglo XXI. Mi hermano se había jugado la vida para otra cosa.

¿Hablaron alguna vez con el consejero de Interior del Gobierno Vasco Javier Balza, el destinatario de alguna de esas misivas?

No. No sabemos si se enviaron o no. Pero todo lo que ahí cuenta son verdades como puños. Cuando fue asesinado, su memoria fue muy maltratada por parte del PNV. Equipararon a Basta Ya con los Gal y con la kale borroka, cosas de una crueldad extrema. Había una visión paranoica en el nacionalismo que mataba, pero no era para nada justa la visión del nacionalismo que gobernaba.

El PNV ha pedido la reprobación el coronel de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí. Con una dilatada experiencia en la lucha contra ETA, durante un acto promocional del libro ‘Sangre, Sudor y Paz’ (Península), situó en el bando de “los malos” al PNV junto a ETA, Batasuna o la iglesia vasca. ¿Está de acuerdo con esa descripción?

Yo he leído el libro y sólo tiene documentos objetivos, no hay ninguna interpretación. Lo que se deriva del libro es que el PNV tiene que revisar críticamente algunas cosas de su pasado y, por supuesto, usan su influencia y su victimismo para estar siempre exigiendo y eludir esa crítica del pasado. Son corazones de hielo para lo que no son sus intereses. Han ido evolucionando y permitiendo algo más de pluralidad en la vida personal, pero el pensamiento hegemónico en el País Vasco es el del nacionalismo y es casi un tabú.

Ya no se puede decir terrorismo nacionalista vasco, aunque sea verdad, es como obsceno decirlo y es cierto. ¿Y por qué es esto?, pues porque algunos pretenden vaciar de contenido la realidad, la persecución. Todo lo que sale en ese libro está perfectamente documentado.

¿Su familia se tuvo que marchar de su pueblo tras el asesinato?

Nosotros hemos sido expulsados de todos estos espacios. Mis padres tuvieron que irse de Hernani porque incluso a mi madre la insultaban. Yo me tuve que ir de Hernani porque corría peligro. Mi cuñada, después del asesinato, terminó abandonando Andoáin. Y de San Sebastián terminamos yéndonos, yo antes, que lo veía venir, y el resto de la familia cuando las siglas de ETA llegaron a la Diputación de Guipúzcoa y al Ayuntamiento.

 No lo pudieron soportar porque llegaron sin haber condenado antes la historia de terror, esa es la gran asignatura pendiente: que condenen su historia de terror y que el mundo del nacionalismo que gobernó se mire al espejo porque la imagen no es tan bonita como la quieren pintar. Eso es necesario para que los muertos queden bien enterrados.


Gurutz Aguirresarobe, vecino de su familia en Hernani, fue condenado más de 30 años por el asesinato de su hermano. ¿Saben algo de su evolución en prisión?

No porque la Justicia es algo que hace el Estado. Él tuvo un juicio justo y tiene que hacer la condena que le toque.

¿Teme que la prisión permanente revisable adelante la salida de la cárcel que aquellos etarras que fueron condenados a más de los 25 años, plazo que marca la ley para una primera revisión?

Te voy a ser sincera. La reforma del Código Penal yo creo que fue una cosa muy importante porque la tarifa plana que había antes para los asesinos múltiples era un escarnio, me parece que está muy bien ese tipo de aplicación penal. En el caso de Aguirresarobe, con este Código Penal nuevo, lo que le toque de condena pues ya está. Con el Código Penal que se le aplicó yo creo que no va a mal, si no hay impunidad, claro. (...)

Después de estos 15 años, ¿puede decir que ha merecido la pena su lucha?

La parte que no puedes evitar, como los asesinatos, hay que ausmirla. La pelea yo creo que hemos sido fieles al espíritu de Joxeba y tantos otros. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. No hemos hecho más porque no hemos podido o no hemos sabido o porque no somos tan lúcidos como él (Joxeba), pero nos hemos esforzado."         (Entrevista a Maite Pagazaurtundúa, Vox Populi, Alejandro Requeijo, 11/02/18)


“Eso de que no tiene que haber vencedores ni vencidos es un cuento chino. Naturalmente que los terroristas tienen que ser derrotados. 

Y si ETA no ha sido derrotada, seguiremos hasta que lo sea. Seguiremos hasta vencer, porque no se puede dejar este combate a medias, en KO técnico”.

 El filósofo Fernando Savater ha manifestado este domingo que “no es suficiente una Euskadi sin violencia” y no cabe conformarse hasta que se produzca un reconocimiento expreso de los nacionalistas vascos de que “ellos han sido parte del problema”. 

A los nacionalistas, precisamente, se ha dirigido Maite Pagazaurtundua en nombre de la familia del sargento de la Policía de Andoain asesinado por ETA en 2003, y les ha emplazado a “condenar sin paliativos la historia de terror” de ETA.


La escultura de Agustín Ibarrola La casa de Joseba, en Andoain (Gipuzkoa), ha acogido hoy el homenaje a Pagazaurtundua, asesinado a tiros mientras desayunaba por un terrorista etarra en un bar de la localidad. 

La hermana del fallecido ha insistido de que, más de seis años después del cese de la lucha armada de ETA, aún queda una “asignatura pendiente”: “Que el mundo de ETA y sus estrategas condenen sin paliativos toda la historia del terror. Si escamoteamos esto, iríamos hacia el crimen perfecto del terrorismo del nacionalismo vasco”.


La familia de Pagazaurtundua ha recogido en un dossier de 40 páginas, titulado “Joxeba Pagaza: un grito de libertad”, la crónica de estos 15 años desde su asesinato, con notas manuscritas y reflexiones de la víctima y su familia, además de una cronología con los “más de 100 actos” de kale borroka registrados en el “ecosistema del terror” que fue Andoain entre 1990 y 2007. “En este pueblo se ha atemorizado más que matado”, ha dicho la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundua.


El informe será enviado mañana mismo al lehendakari, Iñigo Urkullu; al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, al secretario de Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, y a la alcaldesa de Andoain, Maider Karrere (EH Bildu), con la finalidad de que “miren al pasado con una mirada crítica y sin eufemismos”.


Por primera vez, la familia de Pagazaurtundua ha sacado a la luz algunas cartas que el jefe de la Policía local de Andoain escribió mientras sentía muy cerca la amenaza terrorista. Una de esas iba dirigida al exconsejero de Interior del Gobierno vasco Javier Balza: “Señor Balza. Soy Joxeba Pagazaurtundua Ruiz, exagente 00201 de la Ertzaintza.

 Cada día veo más cerca mi fin a manos de ETA”. Y, a renglón seguido, se quejaba de que la Policía vasca no le hubiese advertido de que figuraba entre los objetivos de la banda: “Soy consciente de mi presencia NO COMUNICADA en papeles del comando Buruntza“. Poco después de escribir lo anterior, Pagazaurtundua fue muerto a tiros por el etarra Gurutz Aguirresarobe.


Pagazaurtundua, que se declaraba uno de los “muchos abandonados por el nacionalismo gobernante”, dejó el siguiente mensaje desgarrado dirigido a su madre: “Ay! Madre qué miedo tengo, he de salir a la calle. Afuera esperan ellos, los que desean la sangre. Ay! Madre me han de matar y no puedo evitarlo. Mi grito de libertad lo acojan los ciudadanos”.

La publicación editada para este aniversario pretende ser un aldabonazo, según Pagazaurtundua, para lograr la condena “pendiente” del terrorismo: “Creemos que los acosadores y asesinos, y su entorno político, deben reconocer que nos persiguieron para cambiar a toda la sociedad vasca y convertirla obligatoriamente en nacionalista vasca. Reconocer esta fundamental cuestión no supone una humillación, sino una oportunidad de regeneración para ellos”, destaca la familia en uno de los escritos.


En el homenaje, además de Savater y Maite Pagazaurtundua, ha intervenido Jorge Múgica, nieto del Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996. “Aunque ETA dejó de matar, aún sigue viva y opretende imponernos su relato, absolutamente tergiversado”. Y ha advertido de que si el Gobierno central transfiere al vasco la competencia de Prisiones, “lo siguiente será una salida muy ordenada de etarras de las cárceles, con una impunidad absoluta y sin pagar por sus crímenes”.                 (Mikel Ormazábal, El País, 11/02/18)