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31/1/23

Xavir Rius: Los socialistas catalanes viven atenazados por el qué dirán... No han superado nunca el marco mental heredado de Pujol... Basta ver la reacción a la bromita de un humorista de TV3 -por llamarle de alguna manera- en el que comparaba al PSC con una esvástica... Illa amenazando, en privado, con no aprobar los Presupuestos... Pero que tolerante ha sido el PSC con el "Puta, Espanya"... No le he oído nunca una queja. Ni en público ni en privado. No iba con ellos. Lo que decía del marco mental...

 "Los socialistas catalanes viven atenazados por el qué dirán. No han superado nunca el marco mental heredado de Pujol. Por eso nunca serán una verdadera alternativa de gobierno.

Pujol, para gobernar, se bastaba él solo.

El PSC ya tuvo que pactar -en el primer tripartito- con Esquerra e Iniciativa. Así les fue. Y previsiblemente volverá a pasar lo mismo en el futuro si nunca alcanzan otra vez la pesidencia de la Generalitat.

 Basta ver la reacción a la bromita de un humorista de TV3 -por llamarle de alguna manera- en el que comparaba al PSC con una esvástica.

La reacción de TV3 ha sido fulminante: han despedido al supuesto humorista. No debe de entender nada. Hasta ahora en TV3 había proliferado el humor grosero, incluso zafío, sin consecuencias. Por la misma regla de tres deberían despedir también a Juliana Canet, que en sus ratos libres parece que iba quemando contenedores. Y, por supuesto, al presentador del programa, Joel Díaz.

 Las presiones del PSC deben haber sido de órdago.

Me imagino a los representantes socialistas en el consejo de gobierno de la CCMA (Carme Figueras, Lluís Garriga, Gemma Ribas) o del CAC (Enric Casas, Rosa Maria Molló) poniendo el grito en el cielo. En plan: hay líneas rojas que no se pueden cruzar.

Incluso a Salvador Illa amenazando, en privado, de no aprobar los Presupuestos. ¡Hasta aquí hemos llegado!

 Pero que tolerante ha sido el PSC con el "Puta, Espanya". No le he oído nunca una queja. Ni en público ni en privado. No iba con ellos. Lo que decía del marco mental.

 El anterior equipo de gobierno -Núria Llorach, Vicent Sanchs, Saül Gordillo- lo toleró todo durante sus seis años de mandato. Y el actual (Rosa Romà, Sigfrid Gras, Jordi Borda), que tomó posesión de su cargo el pasado mes de marzo, no ha actuado hasta que se han metido con los socialistas catalanes.

¡Necesitan el sí a los Presupuestos!

Incluso los necesita TV3 que generó el año pasado, sólo el año pasado, 32 millones más de déficit.

 Yo, la verdad, creo que una televisión o sus estrellas -hasta el último colaborador- hay cosas que no es que no pueda decir, es que no puede tolerar.

Como si dijeran "Puta Corea del Norte". Me da igual. En el caso de España razón de más.

No sólo porque porque hay tres millones de catalanes que tienen vínculos familiares con el resto del Estado sino también porque muchos se sienten también españoles.

Y, por cierto, también pagan TV3. Será para que los insulten."                (Xavier Rius, director de e-notícies, 29/01/23)

16/6/22

Xavier Rius: El día que hagamos la clasificación de los personajes del proceso no podremos dejarnos, sin duda, la del 'charnego agradecido'

 "El día que hagamos la clasificación de los personajes del proceso no podremos dejarnos, sin duda, la del charnego agradecido.

Yo pensaba hasta ahora que era una leyenda urbana. Pero viendo las declaraciones de Justo Molinero a TVE ya veo que no.

El célebre radiofonista ha dicho que no hace falta la sentencia del 25% de castellano y que ya se aprende “de forma natural”. Debe decirlo por él, que casi nunca lo utiliza en público.

Justo Molinero, en efecto, es el prototipo.

Al fin y al cabo su radio, Radio Tele Taxi, fue la primera radio pirata de Catalunya. Al menos comercial. Porque de municipales hubo otras. Gracias a su aproximación al pujolismo consiguió crear un gran grupo radiofónico.

A cambio recuerdo que tuvo que presentarle un mítin a Pujol en Nou Barris -eran las elecciones del 1999- del que salió abucheado. El president, no Justo.

Luego, cuando el pujolismo empezó a decaer se acercó a Esquerra. Con Oriol Junqueras hizo en el 2015 aquel libro-entrevista de Sublevados, Revoltats en catalán. Con un periodista de confianza como Saúl Gordillo haciendo las preguntas. Lo que más me llamó la atención es que Junqueras decía que había que “desgubernamentalizar” los medios de comunicación públicos.

Lo primero que hicieron en cuanto ERC alcanzó el poder fue colocar al autor del libro, el citado Saül Gordillo, de director de Catalunya Ràdio. Una curiosa manera de despolitizar los medios de comunicación públicos en Catalunya.

Justo Molinero ha conseguido también colocar a su hombre de confianza, Miquel Miralles, en el CAC.

Yo, a Miralles, le conozo desde hace mucho tiempo. Pero nunca pensé que era de Esquerra o próximo a Esquerra hasta que le vi con un lazo amarillo en la solapa creo que en un acto de homenaje a Oriol Junqueras en Sant Vicenç dels Horts donde, por supuesto, compararon al líder de ERC -entonces todavía en la cárcel- con Nelson Mandela.

Es otro síntoma de que el proceso se acaba: están recolocando a los suyos en organismos públicos -a Xevi Xirgo en la presidencia del mismo organismo-, a ver si alargan hasta la jubilación porque la financiación privada parece que va de baja: hay que buscarser la vida. Algunos siempre pueden esgrimir los servicios prestados al proceso.

Pero que conste que todo lo que digo lo digo con respeto hacia Justo Molinero.

Hace años me leí un libro suyo autobiográfico -que lamentablemente no tengo a mano por cambio de domicilio conyugal- en el que creo que explicaba que cuando empezó en el taxi curraba hasta catorce horas diarias.

Pues eso, un currante."                   (Xavier Rius, director de e-notícies, 13/06/22)

12/4/21

Ya iba siendo hora de que un DNI indicara quién es catalán auténtico y quién un sobrevenido, que aquí hay mucho botifler y así no hay manera de montar ni una republiqueta ni nada.

 "Ser un buen catalán se está poniendo cada vez más difícil. Si hasta el momento bastaba de lucir un lazo amarillo noche y día, ahora nos tenemos que sacar el carné. El Carnet de Bon Catalán es como el del Club Super 3, pero en adulto y de pago.

 Al igual que no hay niño que no haya mostrado en clase el carné del Super3, no hay llacista orgulloso de serlo, que en una cena no saque el de la Republiqueta, que este es el nombre oficial por más que todo el mundo sepa que se trata de un certificado de catalanidad. 

Ya iba siendo hora de que un documento indicara quién es catalán auténtico y quién un sobrevenido, que aquí hay mucho botifler y así no hay manera de montar ni una republiqueta ni nada. La otra opción, que era la de obligar a los no suficientemente catalanes a lucir un brazalete encima de la ropa, se ha descartado -de momento- por sus desafortunadas reminiscencias históricas.

 Se ha criticado que el documento, promocionado por el mismo Vivales en las redes como si estuviera mostrando al mundo la resolución del teorema de Poincaré, no sirve de nada. Sirve para hacerse suscriptor del Punt y de Vilaweb, o sea, de nada. Pero no debemos perder de vista que más allá de esta inutilidad se trata de un recibo, este es su valor. Un recibo que demuestra que el portador ha pagado doce euros para sufragar la vida del Vivales y su cuadrilla de Waterloo. 

No es que doce euros solucionen la vida a todo tren en la que se han entregado, con eso no tienen ni para las propinas, pero es una forma de decir «yo también colaboro en su vidorra». ¿Hay orgullo más grande para un lacista?

 Vamos a los temas prácticos, que también los hay. Antes, para agilizar gestiones con la administración, se deslizaba en la mano adecuada un billete de mil pesetas. Las cosas han cambiado. Ahora, para prosperar bastará mostrar al funcionario puntilloso el carné de la Republiqueta para que se abran todas las puertas, se agilicen todas las gestiones, se adjudiquen todos los contratos y otorguen todas las plazas. 

La misma Laura Borràs ya ha conseguido su extraña plaza de profesora universitaria porque el día de las oposiciones enseñó al tribunal -como quien no quiere la cosa, «ay, que tonta, me ha caído esto en el suelo» - un carné provisional de la Republiqueta, una especie de «fila cero» de los carnés para que se beneficien los amigos antes de ponerlos en circulación.

 En cuanto corra el rumor de la utilidad de los carnés de la Republiqueta, habrá mercado negro, así que háganme caso y compren-ahora que sólo cuesta doce euros, que dentro de poco ni por 120 lo encontrarán.

 Como los DNIs, los primeros números, del 0 al 10, estarán reservados para la familia real, es decir, para el Vivales, su señora y las infantas, así como para el pianista Comín, en caso de que posea, como es de esperar, el certificado de convivencia con el monarca. A partir de aquí, quien no corre vuela, que por sólo doce euros uno puede hacerse con la llave que da acceso a la fortuna, venga señoras que me los quitan de las manos.

 Conozco muchos que viven bien porque encontraron lugar en la administración gracias al lazo amarillo, pero el lazo era gratis, y ya va siendo hora que quien quiera colocarse apoquine, que por sólo doce euros uno puede tener la vida solucionada. En Cataluña las cosas van así de bien, y si hubieran montado su republiqueta, mejor aún, esto sería jauja."               (Albert Soler, Diari de Girona, 08/04/21)

9/4/21

El DNI independentista: la nueva lista de 'buenos' y 'malos' catalanes... el objetivo principal es crear un “censo republicano”... Detrás de ese carnet habrá una importante base de datos, por lo que cabe preguntarse si la finalidad es discriminar políticamente a una parte de la población

 "No esconden los creadores de la Identidad Digital Republicana (IDR) que el objetivo principal es crear un “censo republicano” y financiar el Consejo para la República

Expertos en protección de datos y derecho digital consultados por Crónica Global consideran legal esta iniciativa, siempre y cuando esa cesión de información personal, que es voluntaria, no se ceda a terceros. Coinciden en ver una finalidad política en ese DNI republicano y advierten de una posible competencia desleal al favorecer un determinado tipo de consumo.

De hecho, entre las prestaciones de la ID, el Consejo destaca el “consumo estratégico”, expresión que dio nombre a una campaña de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) --Consum estratègic-- que planteaba el boicot a empresas no independentistas y que fue prohibida por la Justicia. Por lo demás, se trata de un proyecto menos ambicioso que el inicial, pues de tener una identidad digital con firma electrónica se ha pasado a un QR que no reúne los requisitos oficiales como sistema de identificación digital.

 Una importante base de datos

Sergio de Juan-Creix, profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), experto en derecho digital y cofundador del despacho Croma Legal, circunscribe la iniciativa a un asunto estrictamente político. Desde el punto de vista de la protección de datos “no hay problema, pues los usuarios dan voluntariamente sus datos. No se impone a nadie”. Otra cosa, advierte, es “quién está detrás de todo ello. ¿Quién es el responsable de esa información? Porque la Generalitat no lo es”. Y, sobre todo, el experto cuestiona la finalidad de ese DNI independentista. “Detrás de ese carnet habrá una importante base de datos, por lo que cabe preguntarse si la finalidad es discriminar políticamente a una parte de la población o saber a quién van dirigidos sus votos”, advierte.

De Juan-Creix considera problemático que ese carnet otorgue beneficios económicos o sociales, lo cual “también sería discriminatorio respecto a quienes carecen del mismo, como por ejemplo descuentos en determinadas tiendas. Eso podría suponer una competencia desleal, porque favorece un determinado tipo de consumo”.

 “Beneficios sociales, consumo estratégico..."

En este sentido, el Consejo para la República asegura que con la ID se pueden “ejercer derechos como ciudadano de la república: votar, participar”, así como “identificarse”. También ofrece “beneficios sociales, consumo estratégico, entidades sociales, medios, clubes…”

Se da la circunstancia de que, en junio de 2019, la ANC lanzó la campaña Consum estratègic, que los tribunales ordenaron cerrar en respuesta a una denuncia de Foment del Treball, que la calificó de boicot contra empresas no independentistas. En paralelo, el caso dio lugar a un conflicto de competencias, dado que la patronal pretendía que la Comisión Nacional del Mercados y la Competencia (CNMC) tramitara su denuncia, mientras que la Generalitat consideraba que es la Autoritat Catalana de la Competència la que debía asumirla. El Tribunal Constitucional falló a favor de Foment.

El Consejo para la República recupera ahora ese concepto de “consumo estratégico” para un ID cuyos creadores están “trabajando para ampliar el listado de entidades, empresas, ONGs, plataformas, sindicatos, fundaciones, asociaciones que usarán la ID y la integrarán a sus diferentes sistemas".

"Roza lo esperpéntico"

“Este tema ya hace tiempo que rueda y sinceramente roza lo esperpéntico”, señala Ernesto Abelló, presidente de la Asociación Profesional de Consultores en Protección de Datos (APCPD).

Considera que “la presunta intención es crear una base de datos de personas y entidades para, según dicen textualmente, 'realizar acciones que el Estado desconocerá'. No hay más información sobre el uso y destino real de la información tal como establece la legislación europea y nacional de protección de datos”.

En cualquier caso, precisa el experto, “si se cumple con los requisitos para crear una base de datos, cada ciudadano es libre de inscribirse en cualquier asociación siempre que no se trate finalmente de una organización delictiva por sus actos”.

 Financiar la "república catalana"

Los impulsores de la ID aseguran que no tienen ninguna intención de compartir los datos del registro con nadie, que no contemplan ninguna actividad que requiera un tratamiento fiscal. “Puede ser que haya entidades y empresas que pidan la ID, pero es exclusivamente para procesos de identificación. En ningún caso tiene vinculación con facturas de ningún tipo”.

No esconden que los 6 euros que cuesta la ID con QR --12 euros si incluye tarjeta física-- cubren los costes del proyecto, pero también “ayuda al Consejo a poder seguir desarrollando su mandato democrático con el objetivo inequívoco de lograr la independencia”. El objetivo es crear “un censo republicano” para preparar “una estructura de Estado”. No se descarta que el carnet sirva como wallet de criptomoneda.

El Consejo para la República, controlado por Carles Puigdemont, tiene sede en Waterloo y su tratamiento de datos está sometido a la legislación europea, tanto a la Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico como al Reglamento europeo 2016/679 relativo a la protección de las personas físicas, que indica que “quedan prohibidos el tratamiento de datos personales que revelen el origen étnico o racial, las opiniones políticas, las convicciones religiosas o filosóficas, o la afiliación sindical”.                (María Jesús Cañizares, Crónica global, 08/04/21)

14/10/20

Xavier Rius: ¿Pero por qué incluso los que son críticos con el proceso van todo el día pidiendo perdón? Los que tendrían que pedir perdón són los que nos han llevado hasta aquí. Mientras vivamos atenazados no hay nada que hacer. Necesitamos el marco mental según el cual ellos son los buenos y el resto -todo el resto- somos los malos

 "El problema es que vamos acomplejados

Esta mañana veía al dirigente del PSC y teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Callboni, pidiendo en declaraciones a TV3. Casi pedía perdón por ir al acto institucional con el Rey. “Hay mucha tente que no está de acuerdo con el jefe del Estado -afirmaba- como también hay mucha gente que no está de acuerdo o ha rechazado las políticas o las decisiones que han tomado los últimos presidentes de la Generlaitat"

"Pero los que estamos al frente de las institucioens tenemos una obligación que es estar por encima de las diferencias políticas e, independientemente de la opinión que nos merezca un jefe del Estado o un jefe del Gobierno, tenemos obligaciones institucionales”.

Luego me han dicho que Collboni casi hacía reverencias en la ceremonia oficial. Y que se le veía muy contento.

Pero qué bien hubiera quedado si hubiera dicho: “voy porque quiero”.

Mientras que el exdirector de La Vanguardia, Màrius Carol, en el Tot és mou de TV3 decía que “las autoridades no han ido a recibirlo: Esto es bastante extraño". “La situación es un poco extraño”, ha añadido. ¿Cómo que “extraño”? Es una descortesía institucional como una catedral. No debe pasar en ningún lugar del mundo. Al menos civilizado. que conste que considero a Màrius Carol de los periodistas catalanes que mejor escribe junto a Rafael Nadal.

La obligación del vicepresidente del Govern -y parece que presidente en funciones- Pere Aragonès es ir. Como la de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Y hasta el consejero de Empresa, Ramon Tremosa. ¿Qué diríamos si el presidente de la Generalitat visita a partir de ahora una localidad y el alcalde no lo recibe?

Ya puestos, tampoco quiero pensar qué pasaría si en TVE retransmitieran gritos de “Puta, Catalunya” en cualquier manifestación en Madrid. O la decana de una facultad de Económicas quemara fotos del presidente de la Generalitat. ¡Pondríamos el grito en el cielo”.

La presentadora del programa, Helena García Melero, aprovechaba para recordar que los tres últimos expresidentes han sido condenados “durante el reinado de Felipe VI”. ¡Es lo mismo que decía Puigdemont en la rueda de prensa de Perpiñán! TV3 como correa de transmisión. ¡Pero si estuvo hasta en la paella de Cadaqués! ¿Cómo puede esta señora presentar un programa en una cadena pública!

Sí, han sido condenados, pero no por el Rey sino por los tribunales de justicia y por unos delitos concretos. Esto no es la Edad Media aunque algunos se empeñen.

¿Pero por qué incluso los que son críticos con el proceso van todo el día pidiendo perdón? Los que tendrían que pedir perdón són los que nos han llevado hasta aquí. Ellos que tanto cacarean el Ni oblit ni perdó.

¿Y esto cómo se hace? Pues de entrada diciendo la verdad, la pura verdad:
No he visto, en ocho años de proceso, ningún resultado tangible. Y mucho menos positivo.

Luego rompiendo el marco mental según el cual ellos son los buenos y el resto -todo el resto- somos los malos. Mientras vivamos atenazados no hay nada que hacer.

Está complicado porque les favorece la Ley Electoral, los presupuestos públicos, los resortes de poder de la Generalitat y un sistema mediático -el famoso espacio comunicacional catalán- en el que no hay diferencia entre TV3 o TVE o entre Rac1 o Catalunya Radio. Pero hay que intentarlo. No hay más remedio."                 (Xavier Rius, director de e-notícies, e-notícies, 09/10/20)

4/7/19

Recuerdo cuando Manuel Vázquez Montalbán protestaba porque llamaban corrupto al president. ¿En qué momento Montalbán pasó de ser un charnego a un polaco?

"(...) La portavoz del Govern, Meritxell Budó, se negó recientemente en una rueda de prensa a contestar preguntas solo en castellano. La pregunta es: ¿Cómo hemos podido llegar a esta situación?

Lo ideal para Budó sería que le preguntaran en un idioma en el que no tuviera que responder. En Cataluña, determinados cargos parecen creados para no responder a las cuestiones fundamentales. Sencillamente, esta señora no tiene ni idea de lo que es la política. Es alguien que ha ido medrando exclusivamente por corrimiento de escalafón. Es el mismo caso de Torra, al que los nuevos ungidores de la política le asignaron el cargo diciéndole: “Tú vas a servir para esto”.

Pero Torra es un personaje que en cualquier otro contexto tendría dificultades para sobrevivir. Un editor de ínfima cuantía y culturalmente anclado en el pasado. Eso sí, es un hombre de misa diaria. Y ya se sabe que en Cataluña, para ser buen catalán, tienes que ir a misa todos los días. Sin ir más lejos, tengo un amigo que comparte misa todas las mañanas con Pujol y me cuenta que en ocasiones el resto de feligreses termina aplaudiéndole.

El defensor del Pueblo ha instado al Govern ha retirar los lazos amarillos de los edificios de la Generalitat. ¿Pueden considerarse dichos lazos “libertad de expresión” como aducen los separatistas?

Eso es una estupidez, porque si significaran lo contrario no los pondrían. Los colocan porque se corresponden con su pensamiento. Además, como tienen sobre la Generalitat un sentimiento de propiedad como el que tenían los Pujol —recuerde a Ferrusola: “¡Nos echan de nuestra casa!”— consideran lícito poner banderas, catafalcos y lo que se les antoje.

Otra de sus prerrogativas es repartir carnés de catalanidad. Pujol le dijo a Borrell que él podía haber nacido en Cataluña pero que no era un buen catalán. Un estigma que recuerda a los que dispensaba Franco. No en vano, la concepción del poder en ambos es muy similar. Esto es, usarlo en beneficio de la familia y para contentar a la gente engañándola. Lo curioso en el caso de Pujol es que logró engañar a mucha gente.

Recuerdo cuando Manuel Vázquez Montalbán protestaba porque llamaban corrupto al president. ¿En qué momento Montalbán pasó de ser un charnego a un polaco? Que es otra de esas etiquetas que siempre me ha sorprendido. Yo hice la mili con catalanes y nadie les llamaba polacos

 Los nacionalistas han llegado al absurdo de inventarse los insultos que son de su agrado. Lo cierto es que hay charnegos que han hecho el tránsito de esta condición a la de polaco. Es un tránsito de clase. Eso sí, normalización lingüística mediante.  (...)"                                 (Entrevista a Gregorio Morán, El Catalán, Óscar Benítez, 28/06/19)

28/6/19

‘Consum estratègic’ y ruina colectiva... ¿Todas las empresas que se registren tienen plantillas 100% separatistas? Si fuera así ¿Cómo lo saben? ¿Despedirán por motivos ideológicos a los trabajadores no independentistas? .

"Los consumidores separatistas que busquen contratar gas, electricidad, un seguro o una línea telefónica, comprar gasolina, visitar una gran superficie, ser cliente de un banco, afiliarse a un sindicato o patronal están de enhorabuena.
La ANC acaba de lanzar una web en la que, previo registro, serán informados de donde consumir en la seguridad de que sus proveedores comparten sus anhelos de llegar a Ítaca.

 La propuesta tiene su enjundia. Debemos preguntarnos: ¿Todas las empresas que se registren tienen plantillas 100% separatistas? Si fuera así ¿Cómo lo saben? Este es un país que consagra la libertad ideológica y penaliza la discriminación, o sea, por ejemplo, el despido por motivos ideológicos.

 Sigamos: Si alguno de los trabajadores de las empresas registradas es –citando a Quim Torra- un ser con un bache de ADN ¿Puede el usuario de la web demandar a la ANC por estafa? ¿El hecho de que la empresa sea oficialmente separatista implica la emisión de algún tipo de certificación de garantía de pureza ideológica? ¿Si el consumidor separatista no está satisfecho con el producto contratado puede ejercer algún tipo de reclamación o será considerado un traidor a la patria?  (...)

Las empresas hacen cada vez un mayor esfuerzo para adaptarse a los consumidores de los diversos rincones del globo y gestionan la diversidad como un valor. Es España, Inditex es el mayor y más alabable ejemplo de eso. Por su parte la ANC impulsa la homogeneización sectaria.  (...)

La lista de sectores que ofrece la web de la ANC en los que se puede elegir empresas y productos 100% puros, 100% separatistas, no incluye dos sectores que me parecen muy relevadores: educación y viajes.       

Quizás no haya opción de elegir nada en el ámbito educativo porque los separatistas crean que tienen la educación en sus manos, o quizás porque no le den importancia. A más ignorancia más posibilidades de que alguien quiera registrarse como cliente o proveedor de la infame web.

Sobre el mundo de los viajes no me sorprende, ya lo dijo Fernando Sabater, “el nacionalismo se cura viajando”. Y, además, a este paso, los que seguirán viajando serán las empresas que se van de Cataluña.

En ocasiones podemos concluir que un día se acabarán los temas que comentar sobre la situación de Cataluña. Es un temor infundado, cada semana nos dan una nueva oportunidad de seguirnos sorprendiendo y continuar deslizándose a ellos, y lo que es peor, con ellos a todos nosotros, por la pendiente de la decadencia económica y social."                  (Joan López Alegre, Economía Digital   23/06/19)

13/6/19

El síndrome del charnego separatista... El Tío Tom, el charnego independentista, nunca llegará a ser miembro de pleno derecho del club independentista; como mucho se quedará en converso útil bajo sospecha.

"El “síndrome de Estocolmo” refiere el caso de un secuestro (1973) con rehenes que duró seis días en dicha ciudad. Los rehenes, sobre todo Kristin Hehnmark, se identificaron de tal manera con sus captores que llegaron a sentirse más seguros con sus secuestradores que con la policía. 

Según el criminólogo Nils Bejerot, que acuñó el término poco después, las razones detrás de esa extraña identificación eran de tipo psicológico y obedecían al sentimiento de falta de control de su destino por parte del rehén, lo que lo lleva a idealizar al secuestrador como única persona que puede sacarle de esa tragedia, olvidando el pequeño detalle de que ha sido éste último el que la ha creado. 

Mientras, la policía le resultaría una gente extraña que no conoce, ajena por tanto a su posible control.

¿No está ocurriendo algo parecido en Cataluña? Cuando aparece un artículo, un post o un tuit sobre el problema catalán, suele surgir el comentario airado de alguna persona nacida en Cataluña, pero de origen de otra región de España, que no solo se manifiesta orgullosa de ser independentista, sino que asegura, con aparente sinceridad, que nunca se ha sentido inmigrante en Cataluña (¿gracias a ser independentista?) y que los únicos que la tratan con desprecio y la llaman charnega son los despreciables “españolazos”. ¿Es esto verdad o todo obedece a un nuevo síndrome?

Empecemos por el caso vasco. El término “maqueto” surge para denominar despectivamente a los inmigrantes del resto de España que fueron a trabajar a finales del siglo XIX como consecuencia del proceso de reindustrialización vasco, el cual continuó durante el franquismo. Sabino Arana exacerbará ese desprecio, acusándoles, en un artículo titulado “Nuestros moros”, de traer «la impiedad, todo género de inmoralidad, la blasfemia, el crimen, el libre pensamiento, la incredulidad, el socialismo, el anarquismo...»”. 

Esta impresión es recogida en el Manifiesto (Principios) de la I Asamblea de ETA, celebrada en mayo 1962, donde se hablaba expresamente de los “elementos extraños al País”, es decir los que no eran vascos de pata negra, a los que en un alarde de generosidad en la futura Arcadia feliz independiente se les toleraría, siempre que no fueran o se convirtieran en un obstáculo “para los intereses nacionales de Euskadi”. No se definía de qué manera se librarían de ellos, pero casi 900 asesinados y miles de heridos pueden darnos una pista.

En cuanto a Cataluña, el término “charnego” ha tenido siempre un contenido despectivo, dirigido igualmente a los inmigrantes que iban a trabajar a Cataluña porque esta región era más rica (también en tiempos de Franco) que la suya de procedencia. Su origen etimológico se relaciona con el término “lucharniego” que hace referencia al “perro de poco pedigrí de carácter nocturno”.

 Es cierto que, por puras razones estratégicas, Pujol optó por tratar de ganarse a ese grupo para la causa independentista consciente de que, dado su número, el independentismo nunca triunfaría por vías democráticas sin ellos. Esa misma estrategia se aplicó a los nuevos inmigrantes foráneos intentando que procedieran de países no hispanos.

En ambos casos no se trataba de ninguna política “sincera” de integración sino de mero cálculo estratégico “provisional”, hasta tanto los necesitaran. De hecho, el desprecio y la concepción despectiva-supremacista del que no es catalán de pura cepa continua vigente en el imaginario independentista y afecta a la vida diaria de miles de ciudadanos. Basten algunos ejemplos:
  • Las declaraciones del propio president Quim Torra en su artículo “La lengua y las bestias” donde decía que los catalanes que hablan español son “bestias que viven, mueren y se multiplican(…) miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeras, víboras, hienas. Bestias con forma humana, que destilan odio (…)”.
  • El relato propagandístico en las escuelas; el pasado lunes 28 de enero el partido Ciudadanos registró una pregunta en el Parlamento catalán en relación con el tratamiento en algunas escuelas de Lérida a los inmigrantes que llegaron a esa zona en los años 40 como “colonos que ocuparon los pueblos viniendo desde diferentes puntos del Estado”, señalándoles despectivamente añadiendo: “aún nos encontramos con un 25 por ciento de familias que aún utilizan el castellano para comunicarse oralmente a nivel familiar».
  • La procedencia de las familias que dominan el poder económico, político y social en Cataluña. Basta ver los apellidos de los diputados de partidos separatistas, nacionalistas o catalanistas (con algunas contadas excepciones) y compararlos con los apellidos de sus votantes a los que en teoría representan. Esto llega a todos los rincones de la sociedad. En octubre de 2018 Antonio Torres, excolegiado de fútbol en Sabadell, narró en una entrevista a El Español sus dificultades para ser candidato a la Presidencia de la Federación de Fútbol Catalana: “El ser hijo de emigrantes supone un claro obstáculo para prosperar como candidato (…) Me hacen la vida imposible”.
Entonces, ¿por qué, a pesar de ello, muchos descendientes de españoles se suman a un proyecto que trata de romper el país de sus padres, abuelos, bisabuelos…? Una primera respuesta sería porque es lo más fácil para “sentirse integrado” y salir de la presión que sufre el no-nacionalista, pero esto solo puede explicar parte del fenómeno, pues aunque la capacidad del ser humano para autojustificarse resulta ilimitada, nadie quiere verse a sí mismo/a como un comodón o como un cobarde. 

Hace falta por tanto “creerse” el discurso nacionalista que promete que si el charnego es bueno, habla catalán sin acento, y se convierte al dogma independentista será considerado como “uno de los suyos” con igual consideración y dignidad que un catalán de pata negra en el nuevo paraíso por venir, finalmente liberado de los malvados españoles.

Pero ¿es realmente sincero el sentimiento de camaradería que, por ahora, se les ofrece? ¿Están seguros de que una vez que ya no sean (¿tontos?) útiles (es decir conseguida plenamente la independencia) la inquisición nacionalista no los mirará con sospecha de falsos conversos? Una prueba de que algo huele mal en esa imagen de Arcadia feliz es que los charnegos independentistas se sienten forzados a ser más radicales y entusiastas que nadie, como si en realidad sospecharan que a poco que bajen el pistón de su pasión sus “supuestos” amigos nacionalistas podrían dudar de ellos. 

Cabe rememorar que la Inquisición en España nace en la Corona de Aragón (1479) y que tuvo a Ramón de Penyafort (y otros catalanes, valencianos y mallorquines) entre sus más activos defensores.

En realidad, nada nuevo bajo el sol. En situaciones donde entran en conflicto un poder dominante y supremacista frente a una población perseguida, siempre hay miembros de esta última que sienten la tentación de “colaborar” con los verdugos de sus antiguos amigos, familias o compatriotas, por puro instinto de supervivencia física o social. 

Existen ejemplos que están en la mente de todos. Pero conviene recordar que estas historias nunca salen bien, y que los verdugos, aunque se vistan de una seda cultural, verdugos se quedan, y nunca cumplen sus promesas. Despierten de ese falso sueño: el charnego independentista nunca llegará a ser miembro de pleno derecho del club independentista; como mucho se quedará en converso útil bajo sospecha."               (Alberto J. Gil, Vox Populi, 02/03/19)

7/6/19

¿Más ‘listas’? La AMI ha enviado a los alcaldes una guía para saber qué concejales prometen el cargo por la república catalana, como la asociación propone, y cuáles no... y la Cambra preguntará a sus empresarios si están de acuerdo en "hacer efectiva la república" catalana... a ver quién es el valiente que dice que no...

"Primero ha sido la Cambra, ante el inminente cambio de dirección, y ahora la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). Ambas entidades tienen el proyecto de poner en marcha procedimientos que les permitan plantear a sus afiliados (empresas y ayuntamientos) una especie de prueba que permita conocer su grado de adhesión al proyecto independentista. 

Algunos empresarios afiliados a la Cambra, y algunos concejales de ayuntamientos que forman parte de la AMI, se preguntan si se trata de un intento de elaborar listas de quienes son favorables al independentismo y de quienes no lo son.

Así, la Cambra preguntará a los empresarios que figuran en su censo si están de acuerdo en que la corporación colabore en la construcción activa de las "estructuras de Estado" para "hacer efectiva la república" catalana, y si el Rey, Felipe VI, debe ser declarado persona non grata.

 Joan Canadell, que será el presidente de la institución, ha dicho que “queremos saber si, en un determinado escenario, que ya definiremos, [los empresarios] estarían de acuerdo en hacer soberanía fiscal”, es decir, dejar de pagar los impuestos al Estado para pagarlos sólo a la Generalitat de Catalunya.

Y ante la jornada de proclamación de los ayuntamientos surgidos de las elecciones del pasado 26 de mayo, la AMI ha enviado a los alcaldes una guía para saber qué concejales prometen el cargo por la república catalana, como la asociación propone, y cuáles no.

Se dice que “es muy importante la recogida de datos a posteriori y que podamos saber y difundir cuántos concejales han utilizado la fórmula AMI o similar, mediante la cual se muestra un claro compromiso por la república catalana.

Por este motivo, también a partir del 3 de junio, recibiréis una llamada del equipo técnico de la AMI para que nos déis el nombre (teléfono móvil y dirección de correo electrónico) de una persona del ayuntamiento que nos pueda informar de cuál ha sido la repercusión [de la propuesta de la AMI]”.              (e-notícies, 06/06/19)

1/4/19

Catalanes buenos y malos Laura Borràs dice que sólo los partidarios de lazos amarillos están a favor de los derechos humanos

"La consellera de Cultura, Laura Borràs, ha afirmado en una entrevista a Las Mañanas de RNE que "los lazos amarillos representan a la parte de Catalunya que está por los derechos humanos". Así se ha expresado Borràs después de que el presentador del programa, Iñigo Alfonso, le ha expuesto que los lazos amarillos "tienen una parte política y representan una parte de Catalunya".

Tras la afirmación de la consellera, Alfonso le ha preguntado entonces si "¿la otra parte de Catalunya, que no se siente representada, no está por los derechos humanos?". Borràs ha rehuido contestar a la pregunta que le ha hecho el periodista y ha manifestado que "es abusivo des de un punto de vista democrático" que los dirigentes independentistas estén "privados de libertad" por un juicio"(...)"                 (e-notícies, 21/03/19)

14/11/18

Boicot encubierto... La ANC impulsa un listado de empresas favorables a la República... La lista de las empresas 'buenas'

"La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha presentado este jueves una campaña para promover el consumo a empresas con "valores republicanos". La campaña pretende que los catalanes modifiquen sus hábitos de consumo y opten por proveedoras partidarias de la República y que no participaran en la "campaña del miedo" de finales del 2017 con el fin de "dar efectividad real a la proclamación de la República catalana".
La ANC considera que, después de "la campaña catastrofista y del miedo contra Catalunya que el Estado llevó a cabo el pasado otoño" en la que elaboró un decreto facilitando a las empresas trasladarse fuera de Catalunya, esta campaña servirá para "fortalecer el tejido empresarial en Catalunya que responda a valores de libre mercado y de no injerencia de los poderes políticos".

 La Assemblea ha defendido la estrategia de "preparar a la ciudadanía para la independencia, aprendiendo las lecciones de octubre del 2017, para cuando vuelva a venir otro embate democrático".

A pesar del objetivo de la campaña, en la presentación, el coordinador de la comisión Fem República, David Fernández, ha apuntado que "no habrá listas de empresas de buenas y malas". La presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie, también ha defendido que "no se pretenden hacer listas, sino dar información a los consumidores para que tomen libremente sus decisiones de consumo con el máximo de información posible, huyendo del nacionalismo económico".

La diputada del PPC Andrea Levy ha tachado de "apartheid comercial" la campaña de la ANC para potenciar un "consumo estratégico" y ha exigido la suspensión inmediata porque "tiene una voluntad clara de señalar a los contrarios a la independencia".                 (e-notícies, 08/11/18)

15/6/18

El día que los catalanes dejaron de hablarse. Cada ciudadano sitúa el inicio de esa espiral de desencuentros en un momento determinado de su experiencia personal, pero el punto de partida general puede situarse al final del verano del 17. Mercè llamó a su hermana Marta para preguntarle qué podía regalarle a su sobrino y ahijado. La respuesta la dejó helada: “Del enemigo no queremos nada”

"Hará ya un mes de aquello. Su suegra la llamó un viernes para invitarla a comer el domingo y ella, dice que sin premeditación pero sí con alevosía, le contestó en español. A un lado y otro del teléfono se produjo un silencio muy profundo. 

La fiscal, nacida muchos cientos de kilómetros al sur, había aprendido catalán como un regalo a su marido y a sus hijos, y cada fin de semana se lo ofrecía también al resto de su familia política, de antigua tradición nacionalista. 

La relación, que se fue deteriorando conforme se iban sucediendo los hitos del conflicto secesionista en Cataluña —el referéndum ilegal, los palos de la Policía en las puertas de los colegios, la declaración unilateral de independencia—, terminó por romperse durante aquellos días de octubre en que los líderes de la Asamblea Nacional Catalana y de Òmnium Cultural fueron detenidos y encarcelados

 Fue entonces cuando los insultos generalizados a todo lo español en el chat familiar cerraron el foco y se centraron en el aparato judicial del Estado. La fiscal no respondió, pero el día que su suegra, como si nada estuviera pasando, la invitó —en catalán, como de costumbre— a la habitual celebración familiar, ella —en español, por primera vez en muchos años— le dijo que no.

Dice la politóloga Berta Barbet (Barcelona, 1986) que, desde el punto de vista de las relaciones personales, en el conflicto catalán se han producido dos procesos: “Uno es de desconexión y el otro de ruptura. La desconexión es el proceso por el cual los independentistas dejaron de escuchar los argumentos de los partidos no independentistas, y a su vez los no independentistas hicieron lo mismo.

 El siguiente proceso fue el de romper, de cabrearse, de dejarse de hablar”. En este segundo proceso —que bien se podría bautizar como el día que los catalanes dejaron de hablarse— se encuentra la sociedad catalana en estos momentos. Cada ciudadano sitúa el inicio de esa espiral de desencuentros en un momento determinado en función de su experiencia personal, pero el punto de partida general puede situarse al final del verano. 

Durante la manifestación convocada el sábado 26 de agosto para condenar los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils quedó claro que ni el dolor ni los muertos resultaban suficientes para aparcar el rechazo, cuando no el odio, del independentismo hacia España.

 Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, hubo quienes, como Miquel A., independentista convencido y dueño de una pequeña empresa de transportes en el barrio de L’Eixample de Barcelona, optaron por una vía muy expeditiva para intentar minimizar los daños.

 “Cuando me di cuenta de que las cosas se estaban poniendo feas en el grupo de Whatsapp de la familia y alguno ya había empezado a insultar y a colocar vídeos muy hirientes para la parte contraria”, recuerda, “envié un mensaje muy claro: yo os quiero mucho a todos y sé que vosotros también a mí, así que será mejor que aquí no hablemos de política. Hasta el momento me han hecho caso. Ahora lo que me da miedo es la cena de Nochevieja”.

Miquel A. forma parte del 40% de catalanes que, según un estudio publicado el pasado mes de octubre por El Periódico de Cataluña, ya había dejado de hablar de política con algún familiar o amigo. Si se le añade el 12% que ya entonces reconoció que había roto relaciones y el otro 12% que había abandonado chats de Whatsapp se llega a la conclusión de que el 58,4% de catalanes opinan que el debate independentista ha dañado la convivencia.

 Nadie duda de que la situación no ha dejado de empeorar desde entonces y son muchos los que aseguran que desde aquella manifestación de agosto hasta ahora la fractura social no ha dejado de aumentar. Según la politóloga Berta Barbet, la desconexión entre los dos bandos supone un deterioro grave de la convivencia por cuanto en Cataluña cada vez hay menos principios básicos a compartir por todo el mundo. 

“Veo difícil volver a donde estábamos”, augura Barbet, quien añade: “Ha habido un momento en el que a cada uno la posición del otro pasó a parecerle absolutamente injustificada. Hasta entonces se podía decir que no escuchabas al otro porque su posición te parecía absurda; ahora llega a parecerte inmoral”. Es el momento que muchas familias o grupos de amigos han vivido como la ruptura total.

Nuria tiene un negocio inmobiliario en la parte alta de Barcelona, junto al Turó Park, allí donde no han llegado las tiendas de los chinos y donde los fines de semana apenas hay nadie por la calle. Si es invierno, sus vecinos están esquiando en la Cerdanya, y si es verano, están en su casa del Empordà o navegando en su velero rumbo a Las Medas. 

Ella, que jamás se ha interesado demasiado por la política, ha podido capear hasta hace poco las discusiones del procés, pero ya le resulta imposible. Las conversaciones con sus clientes y con sus cuatro amigas de siempre la han arrastrado a presentarse como interventora de uno de los tres partidos constitucionalistas. Como casi todo en Cataluña en los últimos tiempos, su decisión se ha producido por reacción. 

No en este caso por reacción a los palos de la policía el 1 de octubre o a la aplicación del artículo 155, sino a la conversión repentina al independentismo de buena parte de sus amigas, incluso de las que hasta ella no duda en calificar como las más pijas. 

El caso más paradigmático de la gravedad de la situación es el de su mejor amiga. “Fíjese hasta qué punto ha llegado la discusión política aquí”, cuenta la empresaria, “que por primera vez en su vida mi amiga Mercè no cenará en Nochebuena con su hermana Marta”.

Marta vive en un pueblo pequeño de una zona muy nacionalista, y tanto ella como su marido están en el paro. Uno de sus tres hijos —todavía pequeños— es ahijado de Mercè. De un tiempo a esta parte, como ha ocurrido entre amigos, compañeros de trabajo o familiares, las discusiones políticas de las dos hermanas han ido aumentando y alejándolas entre sí. Hasta el punto de que hace unos meses dejaron de hablarse.

Sin embargo, “hace unos días”, explica Nuria, “Mercè —que vive en Barcelona y tiene una situación económica más que desahogada— llamó a Marta para preguntarle qué podía regalarle, como hace cada año, a su sobrino y ahijado. La respuesta de su hermana antes de colgarle el teléfono la dejó helada: “Del enemigo no queremos nada”.

Dice Nuria que todo esto no le preocuparía demasiado —“no son las dos únicas hermanas que se pelean”—, si no fuese porque en los últimos tiempos ha vivido de cerca un buen número de casos parecidos.

La razón puede estar en que durante mucho tiempo la presión solo procedía del sector independentista. La llamada mayoría silenciosa —un término del que los nacionalistas catalanes se reían hasta que la manifestación unionista del 8 de octubre dejó claro que las calles empezaban a ser de todos— vivía acogotada a la espera de un liderazgo al que sumarse. 

Como explica Barbet, “los independentistas han estado muy movilizados desde el principio, mientras la movilización de los no independentistas ha sido más tardía. Pero de golpe parece que han dicho: ‘tenemos mucha ilusión por este proyecto’. 

Seguramente lo que ha ocurrido en el bando no independentista no se entendería sin la movilización de Sociedad Civil Catalana y de algunos partidos a la hora de decir abiertamente: ‘fijaos qué indignante lo que están diciendo los otros’. Al final es necesario un liderazgo que genere ilusión”.

Sin ese liderazgo, la lucha contra el nacionalismo hegemónico puede llegar a ser un infierno. Ana Moreno Molina, nacida en Granada hace 38 años y residente en Balaguer (Lleida) desde hace 15, intentó en 2015 que sus dos hijos pequeños —un niño y una niña que entonces tenían 6 y 4 años de edad— pudieran estudiar en castellano. 

La respuesta airada de todo el pueblo —de 16.600 habitantes— resultó el preludio de lo que sucedería después. “Lo que me pasó a mí”, explica Ana, “es la prueba de que un enfrentamiento así no se crea de la nada.

 Los independentistas han hecho un trabajo de chinos desde hace mucho tiempo para ir ganando terreno, pero sobre todo para eliminar todo lo que una Cataluña al resto de España. Y lo más triste es que han contado con el consentimiento y la pasividad del resto de España”.

Acoso brutal

Al no lograr que, por las buenas, el colegio de sus hijos alternara el catalán con el castellano, Ana Moreno interpuso una denuncia ante los tribunales. En septiembre de 2015, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le dio la razón al estimar que sus hijos tenían derecho a ser escolarizados fuera de la inmersión lingüística.

 La reacción, según relata, fue brutal: “El director de la escuela Gaspar de Portolà salió en televisión diciendo que por mi culpa los jueces lo habían obligado a impartir una de las asignaturas —matemáticas— en español y aquellas declaraciones desataron un tsunami. Mi familia empezó a ser estigmatizada. 

Pusieron el nombre de mi negocio —un chiquipark— en las redes y empezaron a anularme todos los cumpleaños que tenía concertados. Las madres me dejaron sola en los grupos de Whatsapp, dejaron de invitar a mis hijos a los cumpleaños y en las redes sociales me llamaban franquista.

 Hasta el delegado de Educación en Lleida se presentó en mi casa para que depusiera mi actitud. Me acusaron de querer romper el sistema. Hubo hasta quien pidió que me quitaran la tutela de mis niños por mi ideología. Al final saqué a los niños de la comarca y los llevé a un colegio de la capital, que está a 30 kilómetros. El coste social y económico de enfrentarse a los independentistas es muy alto”.

Ya entonces, cuenta Ana, alguien propuso que los niños fuesen al colegio con una camiseta de un determinado color para así dejar en evidencia a los castellano parlantes. Ahora los independentistas lucen bufandas amarillas para pedir, rambla arriba y abajo, la libertad de sus políticos encarcelados. En el conflicto catalán, hasta los colores han perdido la inocencia.




Hace ahora 25 años que José Manuel Caballero Bonald presentó su novela Campo de Agramante, donde uno de los protagonistas, poblador del Coto de Doñana, tenía la rara y desquiciante capacidad de oír, unos segundos antes de que se produjera, el estruendo de los árboles al caer. “No consideré entonces oportuno contárselo a nadie, porque lo más seguro era que no acertara a explicar a ciencia cierta nada de lo ocurrido”. 

De la misma manera, por el temor de ser tomados por locos o, aun peor, por fachas, algunos catalanes, incluso independentistas, empezaron a darse cuenta mucho antes que el resto de la peligrosa deriva que Carles Puigdemont, a remolque de Esquerra Republicana y sobre todo de la CUP, estaba emprendiendo.

 “Yo soy independentista”, explica Miquel A., propietario de una pequeña empresa de transportes, “y ya hace mucho tiempo que me di cuenta de que algo fallaba en el discurso de Puigdemont. Eso de que Europa nos iba a acoger con los brazos abiertos, convirtiéndonos en un vecino más de España, como Portugal o Francia, no tenía sentido.

 Aunque trabajo en Barcelona, soy de Valls (Tarragona), e intenté hablarlo allí con mis hermanos y algunos amigos. Me arrepentí inmediatamente. Facha fue lo más suave que me dijeron. Aun sabiendo a lo que nos exponíamos, decidí guardar silencio antes de echarme a todo el mundo encima.

 Lo más triste es que, aunque pasó lo que yo veía que iba a pasar, los políticos que se equivocaron no han pedido perdón y siguen en las mismas. Soy independentista, pero si discrepo me llaman facha. Y no quiero ser el facha de Valls”.            (Pablo Ordaz, El País, 17/12/17)

7/6/18

O eres un 'buen catalán' o eres un 'catalán traidor'. La inclinación a dividir catalanes entre buenos y malos lleva anidando en la sociedad catalana desde hace décadas. Hoy la política catalana ha entrado en una fase de deterioro de la comunicación entre grupos. Insinuar la posibilidad de dialogar con el enemigo, explorar alguna vía de acuerdo que se aparte del compás antogonístico impuesto por los más radicales entraña grandes riesgos de sufrir el descrédito de los tuyos. Algunos, en ambos lados, parecen deseosos de que comience el mambo...

"(...) Los temores al efecto disolvente de la inmigración se expresan de distintos modos en décadas más recientes. Algunos analistas han querido verlos en la obsesión de Jordi Pujol por construir estructuras de poder que aseguren la preeminencia de la cultura catalana. Más evidente es su influencia sobre algunos dirigentes nacionalistas que no han escondido sus ideas xenófobas, como Heribert Barrera.  (...)

El problema ha sido el ideal nacional con el que distintos grupos han pretendido que se identificaran los nuevos catalanes que debían abrazarlo. La idea de un sol poble la han blandido quienes bienintencionadamente pretendían contribuir a construir una sociedad donde nadie quedara socialmente rezagado por no conocer y manejar adecuadamente el catalán; pero también por quienes se han escudado detrás de ella para construir un proyecto nacional que pudiera culminar en la creación de un Estado propio que arrebatara a millones de catalanes la posibilidad de mantener sus vínculos de ciudadanía con el Estado al que siguen sintiéndose conectados por múltiples vías (derechos adscritos y adquiridos, lazos personales, conexiones emocionales, etcétera). (...)

 Lo que parecía difícilmente imaginable es que este proyecto acabara encabezado por un Molt Honorable President que hubiera hecho gala, en sus escritos en redes digitales y prensa, de inclinaciones marcadamente etnicistas y supremacistas. Y digo difícilmente imaginable porque este tipo de orientaciones, aunque presentes en la sociedad catalana, son afortunadamente bastante minoritarias.  (...)

Sin embargo, aunque los catalanes con orientaciones etnicistas representen una minoría, el ‘procés’ ha aupado a varios de ellos a lugares de preeminencia pública, desde donde han tenido la oportunidad de ofrecer sus puntos de vista, generalmente en forma de pequeñas cápsulas o memes que han trasladado visiones supremacistas y propagado la idea de que la sociedad se dividía en buenos y malos catalanes.  (...)

Los ‘memes’ son unidades culturales de información mínima que aparecen recurrentemente de manera identificable y plenamente reconocida. Uno muy habitual en Cataluña durante los años del procés ha sido la de explicitar un desprecio por lo español desinhibido y procaz, no pocas veces acompañado de descalificaciones e insultos. (...)

 Humoristas y bufones como Pepe Rubianes, Albert Pla, Toni Albà o Toni Soler han aprovechado su papel para prodigar este tipo de intervenciones –emulando figuras que, en otros contextos, también se han permitido la licencia populista desde el humor, como ‘Beppe’ Grillo
 
Un ejemplo notorio, que alcanzó gran eco en medios y redes, fueron las declaraciones del actor Pepe Rubianes en un programa de tarde de TV3 en que era entrevistado: 

“A mí, la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás; que se metan a España en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario; que vayan a cagar a la puta playa con la puta España, que llevo desde que nací con la puta España, vayan a la mierda ya con el país…”. 

Varias versiones del vídeo están colgadas en YouTube. Conjuntamente, tienen más de medio millón de visualizaciones.

El éxito de este tipo intervenciones es que no dejan a nadie indiferente. Consiguen dividir a los espectadores en dos segmentos: los que los consideran admisibles (como una expresión que ampara la libertad de expresión, el margen que debe concederse a la trasgresión dentro del humor, etc.) y los que se sienten ofendidos. La reacción de estos últimos (que en el caso de Rubianes dio pie a una querella por ultraje a España, finalmente archivada) se convierte en un dispositivo de resonancia que amplifica el efecto del mensaje.

Este tipo de memes también pueden servir para deslizar estereotipos y prejuicios sobre lo español. En tertulias y las redes aparecen verdaderos especialistas en el escarnio y la descalificación ofensiva: Salvador Sostres (en su etapa nacionalista, interrumpida por su fichaje por medios estatales), Enric Vila, Mark Serra o el propio Quim Torra son algunos de los más conocidos. (...)

Otros se suman gustosos al festival. Joan Oliver, ex-director de TV3, afirmó en la tertulia del programa radiofónico El Món de RAC1: “Los españoles son españoles y son chorizos por el hecho de ser españoles”. En este sentido, la “españolización” corrompe a Cataluña, como sugiere el sociólogo Salvador Cardús en Twitter: “La corrupción en Cataluña es consecuencia de su españolización en las últimas décadas”.

 Aunque se trata de expresiones que aparecen puntualmente, conectan con insinuaciones menos explícitas sobre lo español, que aparecen de manera más continua en la producción audiovisual catalana. Conecta también con corrientes de fondo, que se expresan con mucha contundencia en las redes sociales y en la calle.
 
El menosprecio hacia lo español enlaza muchas veces con una puesta en valor de lo catalán. El norte de Europa es el espejo de Cataluña. En una entrevista de Pilar Rahola a Artur Mas en La Vanguardia, el president se refiere a la existencia de un ADN cultural carolingio en Cataluña, derivado de su pertenencia a la Marca Hispánica en el siglo IX, “ un cordón umbilical que nos hace más germánicos y menos romanos” (24-2-2012).

 Desde este punto de vista, Cataluña no sería la tierra de mestizaje donde la inmensa mayoría de la población ha nacido en otra comunidad autónoma o tiene antepasados y parientes nacidos fuera, o donde el castellano es la lengua más hablada. Cataluña tendría raíces milenarias que conforman una personalidad propia, un Geist genuino e irreductible.   (...)

Ni siquiera los académicos aparentemente más serios desaprovechan la oportunidad de afirmar la superioridad catalana. Un excelente ejemplo es el artículo en El País del catedrático de Ciencia Política Jordi Matas Dalmases, Choque de culturas políticas (4-11-2013). 

En él esencializa, sin invocar ningún tipo de literatura académica que lo respalde, rasgos culturales españoles y catalanes para explicar el conflicto:

 “En España predomina una percepción excesivamente maniquea de la política que quizás sea fruto de un influyente proceso de socialización basado en las distintas manifestaciones (social, religiosa, política o bélica) de dos Españas irreconciliables. 
La cultura política española se inclina por una valoración dicotómica de la realidad política, no suele policromar los debates sociales y se materializa en un bipartidismo simplificador que protagonizan PP y PSOE tanto en el Congreso de los Diputados como en la mayoría de parlamentos autonómicos (…).
 En Cataluña existe una ancestral cultura del pacto que es consecuencia de factores históricos, geográficos, económicos y sociales. Dicha cultura concibe la dinámica política como la gestión de la negociación, de la integración, del pluralismo y también del pragmatismo”. 

Otros, como el abogado y articulista Jordi Cabré Trias −director general de Derecho y Entidades Jurídicas de la Generalitat− prefieren evitar circunloquios: “ Somos mejores” (Avui, 5-3-2015). Se dice y punto.

Con más o menos cautela, economistas de prestigio internacional agrupados en torno al Col·lectiu Wilson dan pábulo a la idea de que, con la independencia, Cataluña tiene ante sí una gran oportunidad de dar un salto económico hacia adelante.

 En distintos textos, la independencia es presentada como una oportunidad de desprenderse de estructuras institucionales y económicas ineficientes, y de establecer nuevas reglas de juego que permitirían que Cataluña se convirtiera en un país más atractivo para la creación de riqueza y su disfrute. Aunque nunca se analizan las razones para pensar que los gobernantes y la sociedad catalana se dotarían de estructuras más eficientes y equitativas, sí señalan que Cataluña tiene preferencias e intereses diferentes a los de los españoles que saldrían beneficiadas en caso de poder promoverse en el marco de un Estado propio. (...)

 Así, el profesor de Economía Xavier Sala i Martín afirma sin tapujos, en una entrevista en Vilaweb, que Cataluña está en condiciones de convertirse en un país tan próspero y competitivo como Suiza (5-1-2012).
 
De forma más chabacana, la escritora Isabel Clara-Simó, vaticinando la independencia, señala en el diario Avui: “Seremos la cuarta potencia europea, y Europa estará orgullosa de tener, por fin, un Estado civilizado en el sur del continente” (30-11-2010).  (...)

La inclinación a dividir catalanes entre buenos y malos lleva anidando en la sociedad catalana desde hace décadas. Está presente en diversas ocasiones en el discurso nacionalista de Pujol, especialmente cuando se sintió acosado por la Fiscalía española a raíz del proceso contra Banca Catalana.

 Pero el procés incorpora al primer plano del escenario político nuevos actores dispuestos a negar sistemáticamente a otros la condición de simple adversario político. En las declaraciones de políticos nacionalistas aparece la noción de enemigo para referirse a los líderes de otros partidos que representan a cientos de miles de catalanes.

 El Partido Popular y Ciudadanos se convierten pronto en el blanco de duros ataques retóricos, en los que en mayor menor grado participan los principales dirigentes del independentismo. En pocos años, el Partido Popular pasa de ser socio de gobierno de Artur Mas durante su primeros dos años de legislatura a ser acusado de coartar la libertad de los catalanes y reprimir su deseo legítimo a decidir. 

De Ciudadanos se llega a decir en sede parlamentaria que su objetivo político es la liquidación de Cataluña (Homs en el Parlament, 11-12, 2013). Su máxima dirigente, Inés Arrimadas, termina siendo invitada a retornar a Cadiz (su lugar de nacimiento) por Nuria de Gispert, ex presidenta del Parlament. Posteriorment, los ataques se extienden al PSC, tachado de colaboracionista, fundamentalmente tras la aplicación del 155.

Esta retórica representa un auténtico salto cualitativo que tritura bases de entendimiento mínimo y dificulta cualquier tipo de diálogo. Inés Arrimadas llega a reconocer en una intervención parlamentaria que los diputados de uno y otro lado no se saludan en los pasillos (24-3-2018). 

La política catalana ha entrado en una fase de deterioro de la comunicación entre grupos, sin aparentes paliativos. Insinuar la posibilidad de dialogar con el enemigo, aceptar condiciones mínimas para iniciarlo, explorar alguna vía de acuerdo que se aparte del compás antagonístico impuesto por los más radicales entraña grandes riesgos de sufrir el descrédito de los tuyos. 

You need two to tango”, dicen los anglosajones. La activación de ideas etnicistas y supremacistas tiene el peligro de alimentar actitudes similares en el colectivo que se siente agredido o en riesgo. Son procesos descritos profusamente en la literatura sobre conflictos civiles o religiosos. Algunos, en ambos lados, parecen deseosos de que comience el mambo (la CUP lo reclama en un video electoral). Confiemos en que una sociedad madura como la catalana les recuerde la voluntad mayoritaria de no romperse."             ( , Agenda Pública, 14/05/18)

22/5/18

Las CUP han hecho posible que un tipo que cree en la superioridad racial e intelectual de algunos catalanes frente los españoles sea el nuevo presidente. Es complicado comprender que la CUP diera su plácet a quien considera a algunos trabajadores de Nou Barris o Santako inferiores por su procedencia o lengua

"(...) Algunos tienen la mente en el antifascismo y otros en el nacionalismo. Estos días ya sabemos dónde la tienen los “compañeros” de la CUP al facilitar la investidura de Quim Torra.  (...)

Éric Vuillard habla de esas prioridades en su novela El orden del día, un relato excepcional sobre la reunión de los más insignes empresarios de Alemania con Adolf Hitler en febrero de 1933. En la obra, el escritor francés narra la visita de cortesía que tuvo Lord Halifax con Ernest Göring y los motivos por los cuales se llevó a cabo la política de apaciguamiento: “El nacionalismo y el racismo son fuerzas pujantes, pero no las considero contranatura ni amorales”, decía Halifax para justificar el verdadero motivo de su connivencia con el nazismo. 

“No me cabe duda de que esas personas odian de verdad a los comunistas. Y le aseguro que nosotros, de estar en su lugar, sentiríamos lo mismo”. Siempre hay un objetivo común que ayuda a mirar para otro lado con tus compañeros de viaje por muy repulsivos que sean y que acaban cegándote.

Las CUP han hecho posible que un tipo que cree en la superioridad racial e intelectual de algunos catalanes frente los españoles, nacidos o no en Cataluña, eso no le importa, sea el nuevo presidente de todos los catalanes. 

Solo su concepción del buen catalán está libre de “baches en su cadena de ADN”. Quim Torra es machista, racista y clasista, todo lo que Carles Riera dice combatir en su discurso, para posteriormente facilitar darle el poder. 

Es complicado comprender que la CUP, en su concepción no nacionalista ni identitaria de construcción republicana, diera su plácet para gobernar a quien considera a algunos trabajadores de Nou Barris o Santako inferiores por su procedencia o lengua. 

Las clases populares que dicen defender han visto cómo la CUP pone de president a quien piensa que tendrían que pasar una prueba de pureza de sangre para saber si son dignos habitantes de la tierra. Me dirijo a la CUP, no a ERC, porque de ellos alguien de izquierdas ya no espera nada más que memes y trincheras entre iguales.  (...)

Quim Torra expresa en sus artículos –los tuits solo son excrecencias– un pensamiento ultra, identitario, xenófobo, con trazas eugenésicas y biológicas. Un fanático tercerista heredero de cualquier representación catalanista que busque la independencia sin importarle la ideología que profese. 

Si es independentista le sirve, aunque sean personajes tan siniestros como Daniel Cardona o Miquel Badía, el torturador y asesino de anarquistas. A Torra solo le importa la unidad de destino en lo universal, ni ideologías ni medidas sociales. Y parece que ahora es compartido por la CUP.

Cuando a la izquierda se le presenta una posición dilemática que tiene como uno de los polos negar o dar tu apoyo a un personaje tan siniestro como Quim Torra la elección es fácil si no tienes una bandera delante. Un xenófobo tercerista jamás puede ser una opción aceptable. 

Lord Halifax se creía que podría apaciguar a Adolf Hitler porque compartían enemigo. Sabía lo que era el nazismo pero eso no le impidió darle su apoyo e intentar atarlo en corto desde la cercanía. La ceguera de Halifax se llamaba comunismo, la de la CUP se llama España. Entregad la bandera roja y enarbolad la bandera negra. Para eso habéis quedado."            (  , La Marea, 15/05/18)