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17/7/17

Beiras: aunque los procesos independentistas en Catalunya sean liderados por las clases dominantes hay que hacerlos “pase lo que pase”... ¿con cambiar los 'bárcenas' por los 'pujoles' ya es suficiente? Algo va mal...

"(...) Xosé Manuel Beiras considera que en España no hay una monarquía parlamentaria sino una monarquía constitucional, resultado de un pacto con el franquismo que estamos pagando todavía ahora. La Constitución salió mal parada en su intervención.

 “El título octavo es un engendro”, sentenció. Del Congreso dijo que “legisla contra los ciudadanos” y de la clase política que está desacreditada. Así las cosas, Beiras considera que la lucha de clases y los movimientos emancipatorios tienen que coincidir para “romper los diques de contención del actual Estado español”.

Aunque se mostró firme partidario de los referendos de autodeterminación en Catalunya o Galicia, advirtió del riesgo de que los procesos independentistas sean liderados por las clases dominantes. 

Insistió, sin embargo, en que hay que hacerlos “pase lo que pase” porque, a su entender, “son una hostia monumental al régimen autoritario vigente.

El video completo puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=ls-WaAXynTQ

29/1/16

El Bloque Nacionalista Galego que quiso crear una burguesía gallega, imitando a PNV o CiU, fue abandonado por sus electores cuando se agudizó la crisis económica. O mi identidad... o mi clase social

"Las Candidaturas de Unitat Popular (CUT) han accedido en el último minuto a darle su apoyo a un segundo candidato conservador a President de la Generalitat, el alcalde de Girona Carles Puigdemont.

Las esperanzas iniciales de que prevaleciera el voto social dentro de las CUP frente al voto identitario se ha frustrado una vez más y las Candidaturas han aceptado un acuerdo humillante que parece un castigo por haber osado salirse temporalmente del guión soberanista impuesto por la burguesía catalana.

Esta firma genera una situación nueva no sólo en Cataluña sino en todo el Estado y obliga a abordar, de una vez por todas, el problema nacional con la trascendencia que merece. (...)

La cuestión de fondo es cómo interpretar desde la izquierda, o desde posiciones progresistas en general, la dialéctica entre agenda nacional y agencia anti-neoliberal. En esencia hay dos formas de hacerlo:

a.) la agenda nacional puede servir para profundizar la agenda anti-neoliberal o

b.) la agenda nacional secuestrará, más antes que después, la agenda antineoliberal.

La investidura de Puigdemont es un ejemplo más de que la segunda interpretación es la correcta. Hay otros similares que apuntan en la misma dirección y permiten definir una especie de constante política: cuando los partidos nacionalistas progresistas -al menos en territorios altamente desarrollados- que intentan guardar un equilibrio entre ambas agendas adquieren un protagonismo determinado, la agenda nacional se impone dentro de sus propias filas por encima de la agenda antineoliberal.

Esta dinámica debilitada su alma progresista y refuerza su alma identitaria con lo cual pierden el apoyo de los sectores más necesitados de la sociedad. Tienen argumento es táctico: "no os preocupéis, primero creamos la nación y luego habrá tiempo para plantear cuestiones de justicia social pero, hoy por hoy, todos los nacionalistas tenemos que permanecer unidos como una piña con el fin de batir al enemigo principal", en este caso el “Estado Español”.

Pero por mucho que este argumento sea reducido a una cuestión táctica y haya sido repetido una y otra vez en ciertos ambientes progresistas, lo cierto es que no se sustenta ni en argumentos racionales ni en evidencias empíricas.

Lo que ha sucedido una y otra vez, tanto en España como en muchos otros lugares, es que esta coexistencia inestable se resuelve en favor de los argumentos identitarios con lo cual la agenda nacional deglute en muy poco tiempo a la agenda social y pospone la cuestión de la justicia social para un futuro incierto.

El proyecto de creación de un estado propio absorbe tal cantidad de recursos y genera una dinámica tal, que los objetivos de la izquierda -la solidaridad, la cooperación internacional, la generación de identidades cruzadas adaptadas a la realidad cotidiana de las personas, la justicia, la democracia etc - sufren un retroceso generalizado. Esto sucede también y precisamente después de que culmine una hipotética independencia.(...)

No es la primera ni la única vez que esto sucede en España. El Bloque Nacionalista Galego, que llevó al límite el intento de crear una burguesía gallega como elemento central de su estrategia de construcción nacional, fue abandonado por sus electores en el momento en el que se agudizó la crisis económica.

El acento que ha puesto Bildu en temas identitarios le ha restado recursos para hacer políticas socialmente eficientes en los ayuntamientos, lo cual explica en buena parte su desplome electoral en las últimas elecciones generales y no es casualidad que Bildu le haya venido aconsejado a las CUP desde el principio que firmen el acuerdo de investidura a Mas.

La dinámica independentista forzada por la burguesía catalana ha empujado a sectores progresistas antiindependentistas a cambiar su voto por el de Ciudadanos pues, a diferencia de otras opciones, este partido tuvo un planteamiento no ambiguo en relación con la independencia etc.(...)"
        (Armando Fernández Steinko, Piensa y actúa, 12/01/16)

7/1/16

El nacionalismo retrocede desplazado por Podemos

"La irrupción de Podemos ha cambiado el escenario político actual, también en las comunidades con mayor arraigo nacionalista, como Cataluña, País Vasco o Galicia, donde el BNG se queda fuera del Congreso por vez primera vez en 20 años.
La pujanza de la coalición de la nueva izquierda gallega, En Marea, en la que se integra la formación de Pablo Iglesias (que ha logrado seis escaños y puede formar grupo propio), ha llevado a Nós-Candidatura Galega a quedar fuera del Congreso. La formación gallega, que sale del primer plano estatal, toca fondo al sumar solo 67.961 sufragios.

En general, las fuerzas nacionalistas e independentistas históricas suman 26 escaños, lo que supone 12 escaños menos que en el 2011, cuando habían cosechado su mejor resultado histórico con 39 asientos en la Cámara Baja. Aún así, su presencia puede ser importante de cara a algunas combinaciones para la formación de Gobierno.

En el País Vasco, Podemos se ha convertido en la formación más votada (con el 25,97 % de los votos), desplazando al PNV del primer puesto. Los nacionalistas vascos pierden 30.000 votos, pero suman seis escaños, uno más de los que ya tenían.

Mayor varapalo ha sufrido EH Bildu. La coalición aberzale, que ha acusado especialmente la entrada de Podemos, pasa de seis escaños a tan solo dos (en el 2011 se presentaba bajo las siglas de Amaiur) y de un 24 % a un 15 % de los sufragios, dejándose por el camino 104.000 votos, desde los 285.000 de hace cuatro años a los 181.000 de esta noche, calificada por «triste» por la propia coalición aberzale.

En Navarra, Geroa Bai, pese a ser el principal partido de Gobierno tras las elecciones autonómicas de mayo, pierde también su representación en el Congreso, quedándose fuera de la Cámara Baja por primera vez en 11 años. Pierde 12.000 votos con respecto al 2011 y se sitúa como quinta fuerza. Podemos, por su parte, se alza al segundo puesto por detrás de UPN.

En Cataluña las elecciones han dado el triunfo a las fuerzas no independentistas, con una victoria clara de En Común Podemos, la confluencia de los partidos de Pablo Iglesias y Ada Colau, que obtuvo 12 de los 47 escaños en liza en el ámbito catalán. 
Esta vía del referéndum de En Comú Podem y Podemos se impone a la opción directamente independentista de ERC y CDC, que, en total, suman el 31 % de los votos pero quedan por detrás del cerca del 40 % cosechado por las fuerzas no independentistas de PSC, Ciudadanos y PPC. El independentismo sale derrotado en la batalla de bloques, en un claro toque de atención para el proceso secesionista,

El mayor batacazo lo sufre Convergencia (Democracia y Libertad), el partido de Artur Mas, que pierde la mitad de su representación en el Congreso al pasar de 16 a 8 diputados. Cosecha así el peor resultado de su historia, tan solo igualado por el conseguido en las elecciones de 1979. Esta formación pasa de ser la primera fuerza en Cataluña en el Congreso a la cuarta, con un recuento que pone en cuestión el proyecto liderado por Artur Mas. (...)

En Cataluña es, sin embargo, donde las fuerzas nacionalistas obtienen casi el único buen resultado de este 20D. ERC dobla sus votos (obtiene 598.133) y pasa de 3 a 9 escaños. (...)" (La Voz, 21 de diciembre de 2015)


" El independentismo ha regalado en bandeja la victoria de las generales en Catalunya a En Comú Podem, que parece capaz de ocupar el espacio del PSC, formación que ahora se estrella. 

La decisión de no reeditar Junts pel Sí ha impedido que, en el mapa de resultados en España, el soberanismo pueda teñir de un color diferente las circunscripciones catalanas. (...)

El clima de desconcierto generado por una negociación atascada entre Junts pel Sí y la CUP más los llamamientos a la abstención de los cuperos han acabado de facilitar el éxito de En Comú Podem, así como la fuerte implicación de Colau en la campaña y que el proceso catalán fuera el gran ausente de la agenda.   (...)

Que los republicanos tripliquen el número de escaños y se conviertan en la segunda fuerza del país por detrás de En Comú Podem es un éxito del equipo de Junqueras –en la línea de las europeas– y tiende a consolidar el objetivo de convertirse en la nueva formación hegemónica dentro del soberanismo en sustitución de CDC, siempre y cuando no se trate de un espejismo, como la gran victoria de Carod-Rovira en el 2004.  (...)

La nueva CDC independentista queda por detrás del PSC en cuarto lugar, y no capitaliza el compromiso de Mas con el proceso. Es evidente que no puede escaparse de los efectos de la erosión que provoca el caso Pujol, varios casos de corrupción y el desgaste de gobernar.

La dirección convergente debe ponerse las pilas para abordar con urgencia una demolición y reconstrucción del espacio del centro soberanista, a partir de una asunción realista de debilidades. Al lado del derrumbe del PSC de Chacón, la desaparición de Unió indica que hay unos discursos y unas propuestas que han perdido credibilidad y penetración.  (...)"             (¿Hacia una nueva hegemonía?, de Francesc-Marc Álvaro, La Vanguardia, en Caffe Reggio, 21/12/15)

28/10/12

Unha das causas da derrota de Galicia foi o fracaso do nacionalismo como articulador dun proxecto de país moderno

"Nacionalismo terceiromundista. Agora salto, da man de Baamonde, do biográfico ao político e do anecdótico ao histórico. É que, segundo este, unha das causas non menores da derrota de Galicia foi o fracaso do nacionalismo como articulador dun proxecto de país moderno. No seu lúcido ensaio Baamonde non afonda nas razóns, pero apunta argumentos tocados noutras ocasións. 

Resumo a diagnose: o nacionalismo non soubo estar no cerne dese movemento modernizador, só conseguiu acompañalo a reboque, por cachos e con paso desigual. Esta incapacidade (por exemplo, comparada coa eficacia do galeguismo republicano), apunto eu, ten moito que ver co paradigma ideolóxico no que se fundou e do que, malia retoques de ocasión, non consegue ceibarse.

O construto ideolóxico dun nacionalismo coa idea de Galicia como colonia no seu centro, e por tanto cunha inevitable concepción terceiromundista do noso país, da que se seguen como corolarios a necesidade dunha fronte patriótica guiada por un partido de vangarda (marxista-leninista na versión clásica, caudillista e radical-populista na nova do trinque) ten demostrada ata a saciedade nas pasadas décadas a súa radical incompetencia para articular Galicia e dotala dun horizonte de futuro como nación moderna e progresiva.

 Segundo a miña experiencia, o nacionalismo de esquerda (o de centro ten outra historia, á que me confeso alleo) perdeu tres oportunidades históricas para ceibarse desa incapacitante lousa. A primeira arrinca co suceso de Unidade Galega nas eleccións municipais de 1979, continúa co esperanzador experimento de Esquerda Galega nos oitenta e remata coa desfeita desta en 1993 a mans do BNG. 

A segunda coincide co ascenso e caída do Bloque como proxecto común do nacionalismo baixo o liderado de Beiras, desde os primeiros noventa ata a fin da etapa Fraga, e culmina coa fanada traxectoria do bipartito (2005-2009). 

 Nesta segunda fase, co nacionalismo de esquerda unido, púxeronse de vulto de xeito máis agudo as limitacións do construto ideolóxico anticolonialista, limitacións que nin sequera o carisma, habelencia e fascinante retórica de Beiras conseguiron obviar cando o BNG atinxiu un limiar electoral e político que tornaba imposible seguir disimulando. 

 Por certo, en cada un deses episodios, este, un brillante intelectual e político de feitura inequivocamente europea (socialista e demócrata) se comportou como o mítico Cronos devorando os seus fillos.

» Unha xeración fracasada? Estamos vivindo o terceiro episodio. Sen dúbida, a brutal crise e a conseguinte polarización política impoñen esgrevias dificultades para a emerxencia dun novo galeguismo con capacidade de artellar un proxecto de nación moderna, un nacionalismo apto para arborar un modelo de sociedade aberta, avanzada e autogobernada, que permita manter —incrementar— as cotas de benestar e ofrecer oportunidades de futuro á nosa mocidade salvaxemente castigada. 
Ora, esta tarefa non se pode afrontar co crónico afán caníbal que tanto dano leva feito, pegando pinchacarneiros oportunistas, improvisando manobras electorais ou reiterando fórmulas de probada esterilidade."       ('Galicia Caníbal, , El País, 20 SEP 2012)

17/10/12

O seguidismo catalán do Bloque. A voltas co concerto galego. Unha ruina... máis

"O tema estrela do BNG nesta campaña é a reivindicación dun concerto fiscal para Galicia. É unha proposta claramente seguidista do nacionalismo catalán, pero que ignora a realidade económica do país.


 Fronte ás vagas cifras que manexa Jorquera de recadación do estado en Galicia e das transferencias que o sistema de financiamento autonómico realiza a Galicia, só hai que lembrar o diferencial entre o PIB per cápita e a renda dispoñible per cápita en Galicia. 

En 2009, último dato que ofrece o INE, o PIB per cápita en Galicia equivalía ao 89,8% da media española. No mesmo ano, a renda per cápita dispoñible era o 94% da española. É dicir, cada galego dispón dun 4,2% máis de renda do que realmente produce. Superávit que é financiado pola solidariedade interterritorial española.

 É por isto, que resulta difícil de entender que, con argumentos estritamente económicos, se reivindique un concerto fiscal. Outra cousa sería formular o asunto en termos políticos, explicándolle á cidadanía que o concerto vai facer que sexamos, a curto prazo, un pouco máis pobres pero que incrementará de xeito decisivo a nosa capacidade de decidir. 

Curiosamente, este asunto, o de máis substancia de todo o que propón o BNG, non saíu no debate con Núñez Feijóo. Por algo será."     (A furada do trasno,  13/10/2012)

9/12/09

El BNG... el nacionalismo gallego... a la deriva

"En las últimas elecciones europeas, en junio, el BNG cosechó un exiguo 10% de votos. Es de suponer que en el futuro ese porcentaje se verá aumentado, pero no lo bastante como para evitar convertirse en el mejor de los casos a un mero condimento de un gobierno de mayoría socialista, como ya es el caso en la mayoría de los ayuntamientos del país.

Un desastre, derivado de una muy mala gestión de su espacio, de una casi neurótica alergia a la ósmosis social y de un ensimismamiento que se agrava por ese acartonamiento producto de la edad, que de nadie se compadece. Si no aspiran a ganar al menos ese 25% de votos que se declara a si mismo nacionalista se situará al borde de la consunción. (...)

Anxo Quintana pretendió un viraje fundado en una intuición de la partitura cabe que acertada, pero ejecutada con pésimos intérpretes. Sin embargo, después de la experiencia del bipartito, el BNG, por boca de Francisco Rodriguez, que es el gran augur y la batuta golpeando el atril, parece haberse convencido a sí mismo de que toca repliegue. Lo que el nacionalismo ofrece hoy es sólo la estrategia del caracol: confiar en que el sufrido y paciente electorado se vea obligado, por descarte, a retornar a porcentajes aceptables para el statu quo orgánico. (...)

De momento, todo se reduce a expectativas y miedo, mucho miedo. Una gran incapacidad para construir un nuevo lenguaje y otro estilo que pueda llegar a porcentajes más vastos de gente. (...)

Sobre el papel caben pocas dudas de que lo mejor para el nacionalismo sería que tuviese dos opciones diferenciadas, una de ellas buscando el centro izquierda, que es tal vez su lugar natural en Galicia. Si el nacionalismo ha de crecer, es obvio que ha de preguntarse por qué motivo resulta tan refractario para grandes segmentos de la clase media urbana. (...)

En realidad, da la impresión de que el nacionalismo se ha metido a sí mismo en un callejón sin salida. Como el Asno de Buridán no sabe cuál de los dos montones de heno comer y eso le puede llevar a la muerte por inanición. Su instinto le lleva al conservadurismo, a reafirmarse en las Verdades Reveladas, aun al precio de saber que llevan a la irrelevancia. Si, al contrario, intenta otro camino, no sólo arriesga una identidad, cuya confirmación siempre causa placer, sino que puede causar descontento entre los afectos acostumbrados a la vieja gestualidad. Para más inri, nadie puede estar seguro de que no haya pasado ya el tiempo de un cuarto partido.

Las cosas han transcurrido de un modo en que su situación, siendo dramática, corre el peligro de empeorar. Salvo que suceda un milagro, parece que su misión es resolver la cuadratura del círculo." (ANTÓN BAAMONDE: Máis BNG. El País, ed. Galicia, Galicia, 23/11/2009, p. 4)

"Con todo, la desafección más contante y sonante que es posible registrar hoy en Galicia es la del elector nacionalista, no con España sino con la organización que le representa. Hace ya mucho tiempo que el nacionalismo ha dejado de saber acompañar los cambios sociales y culturales del país, encerrado como un caracol en la complacencia con sus errores. Carece de un guión plausible que lo oriente y es muy comprensible la ansiedad de aquellos que temen que esté al borde del abismo, pues en efecto lo está. El problema es que el desfase y desconexión con un mundo que va más rápido que ellos no es sólo el de una organización ensimismada sino el de buena parte del mundo que representa. Esa es su auténtica dificultad." (ANTÓN BAAMONDE: Desafecciones. El País, ed. Galicia, Galicia, 21/11/2009, p. 6)

11/6/08

Cambio de estrella, de roja a azul falangista. Todo un cambio... histórico



“El Bloque colorea de azul su estrella roja.

Cuando se produjo la catástrofe del Prestige , la estrella roja se tiñó en señal de duelo del color del chapapote. Otras veces se le alargaron sus cinco puntas para formar diferentes composiciones publicitarias e incluso se rellenó su perímetro de gente para la foto oficial de los candidatos a las elecciones municipales del 2007. Pero el BNG va ahora un poco más allá, al colorear de azul celeste su principal seña identitaria, en lo que es una clara apuesta por el aperturismo y la proyección social que rodearán los 200 actos de conmemoración del último Día da Patria Galega que tendrá lugar antes de las autonómicas de marzo. (…)

¿Casualidad o golpe de efecto? Quintana no oculta que la nueva imagen que se exhibirá en los actos conmemorativos del Día da Patria marca el «tempo novo» de una organización instalada ahora en el Gobierno de la Xunta, desde donde intenta cumplir «co mandato de cambio que nos deron os cidadáns». (…)

La renovada imagen publicitaria del Bloque corre el riesgo, no obstante, de que no sea abrazada con el mismo entusiasmo por el conjunto de la militancia. Si bien la estrella azul puede abrirle nuevos horizontes al nacionalismo, no es menos cierto que la transformación también levanta no pocas suspicacias en algunos sectores, pues no hay que olvidar que el azul es el color tradicional de la derecha política y que representa al Partido Popular. «A ver se de tanto decolorar a estreliña se nos vai volver gaivota», indicó con sorna un dirigente del BNG de A Coruña, antes de restarle importancia a este tipo de gestos encuadrados más bien «no ámbito publicitario» que en el espectro ideológico de una organización política.” (La Voz de Galicia, 06/06/2008)

¡Lo que hay que hacer para caerles simpáticos a los empresarios! ¿Será idea del señor Jove, el que paga los gastos de “A Nosa Terra”?

¡Ponerse “azul”, como la camisa azul de los falangistas! ¡Señor! ¿Por qué no amarilla, color vaticanista, para agradarle al PNV? O violeta, más cool, más de diseño, para ser tan “modelnos” como los “gasparines” catalanes.