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9/5/23

La última batalla del proceso... Pere Aragonès pide una “alianza de país” para el traspaso de Rodalies (ferrocarriles catalanes)... cuando fueron traspasados en 2010 ¡Estando ERC en el Govern! Se están agarrando a Rodalies como a un clavo ardiendo, aunque realmente el servicio es mejorable, para poder vender algo a su electorado de cara a las municipales. Ahora ya no es la independencia. Es Rodalies. Como ha acabado Esquerra... dieciséis años después hemos vuelto a la línea de salida

 "¿Cómo construir una mentira? Pues a base de repetirla.

Aprovechando el caos de la última semana, en efecto, Esquerra ha vuelto a la carga con Rodalies. Es, en cierta manera, la última batalla del proceso.

Como la independencia es imposible ahora están mareando la perdiz con el Acuerdo de Claridad, Rodalies y el traspaso de Jefatura. Sucedáneos. Premios de consolación.

Rodalies es probablemente el más grave porque el proceso empezó precisamente con la reivindicación de un buen servicio.

Aquella gran manifestación del 2007 con el lema “Som una nació i diem prou!”.

O sea que, ya ven, dieciséis años después hemos vuelto a la línea de salida. Para este viaje no se necesitaban alforjas.

Desde luego yo, que soy usuario de Rodalies, no voy a salir en defensa de Renfe. A los trenes que terminan en Martorell nos dejan ahora siempre en Castellbisbal. No me quejo porque hay obras para mejorar el servicio. Pero al menos podrían cambiar el cartelito que llevan los convoyes y poner eso: “Castellbisblal” en vez de "Martorell". Un día hasta se me ocurrió sugerirlo a los del gabinete de prensa de Renfe en Catalunya. Me dijeron que era cosa de Adif. Ya ni se me pasó por la cabeza insistir o llamar a Adif. Llevamos meses así.

Pero no deja de ser curioso que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, pida ahora una “alianza de país” para el traspaso.

En el Ara, diario oficioso de Esquerra, han publicado este domingo un artículo suyo al respecto. Y, para que quedara bien claro, han hecho también un resumen a cinco columnas en las páginas de información. Parecía La Humanitat. Pero es un ejemplo clásico de cómo construir una posverdad, es decir, una mentira.

Porque el traspaso ya se efectuó en el 2010 ¡Estando ERC en el Govern!

Aragonès no puede alegar desconocimiento porque entró de diputado en el Parlament el 2006. A mí ya me sorprendió que la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, en su rueda de prensa del pasado 14 de marzo, dijera que "no se ha hecho efectivo".

No era cierto.

El gobierno central lo aprobó el 5 de enero del 2010.

"El Govern ha aprobado hoy el acuerdo firmado por la Comisión Mixta de Transferencias Administración del Estado-Generalitat que da luz verde al traspaso del servicio de Cercanías de Renfe a la Generalitat”, rezaba entonces el comunicado oficial.

"La Generalitat gestionará el servicio, decidirá las frecuencias de paso, tarifas y horarios, marcará los niveles objetivos de calidad, e inspeccionará el servicio", añadía.

Es cierto que la oposición siempre dijo que era un mal traspaso. Recuerdo al convergente Josep Rull, que llevaba el tema en CiU, diciendo que había sido “sin estaciones, sin vías y sin trenes”. ¿Pero si efetivamente era tan malo porque ficharon como consejero de Universidades al mismo consejero que entonces lo hizo?

Me refiero al entonces socialista Quim Nadal, ahora titular de Recerca i Universitats.

Por eso, se están agarrando a Rodalies como a un clavo ardiendo -aunque realmente el servicio es mejorable- para poder vender algo a su electorado de cara a las municipales.

Ahora ya no es la independencia. Es Rodalies. Como ha acabado Esquerra."           (Xavier rius, director de e-notícies, 07/05/23)

3/5/23

Nacionalismo catalán... nacionalismo madrileño... nacionalismo andaluz... el mismo victimismo... El PP de Andalucía está imitando a la perfección el estilo que adoptaron los independentistas catalanes en 2017 y que consiste en: Primero, legislo. Invadiendo competencias del Estado, pisoteando normas españolas y sentencias europeas. Segundo, invito a hablar. Culpando además a Madrid de no querer plegarse a su voluntad. Y tercero, voy a Bruselas a quejarme de todo y a difamar a la propia UE

 "El PP de Andalucía está imitando a la perfección el estilo que adoptaron los independentistas catalanes en 2017 y que consiste en: Primero, legislo. Invadiendo competencias del Estado, pisoteando normas españolas y sentencias europeas. Segundo, invito a hablar. Culpando además a Madrid de no querer plegarse a su voluntad. Y tercero, voy a Bruselas a quejarme de todo y a difamar a la propia UE.

Es lo que ha hecho el PP, que ha aprobado junto a Vox en el Parlamento andaluz una proposición de ley para legalizar las explotaciones que absorben agua ilegalmente en el entorno de Doñana. Al considerarlas merecedoras del agua trasvasada, coloca ese suministro en manos del Gobierno, que es el competente en cuestión de trasvases y cuencas como la del Guadalquivir. La legislación nacional, sin embargo, prohíbe destinar el agua trasvasada a nuevos regadíos como los que ha legalizado el Parlamento andaluz. El círculo que ha pretendido cerrar el PP para estrechar el cerco sobre el Gobierno español en este asunto, por tanto, no se cierra. Y el intento espurio de colocar la responsabilidad sobre Madrid le sale por la culata.

Pillado in fraganti, el Gobierno andaluz y el propio Núñez Feijóo reculan ahora con la misma excusa que usaban los independentistas catalanes en sus fases más duras: ¡si nosotros solo queremos hablar, queremos negociar, pero ellos no quieren! Y ciertamente el Gobierno español, como la Comisión Europea, no están en posición de permitir más regadíos, de aumentar el agua trasvasada para ellos ni de hacer nada que no sea cerrar los pozos existentes en cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. Todo ello aderezado con un tufo nacionalista para que nadie les toque Andalucía. Por Dios.

El conflicto está servido. Y la rebelión hídrica no es el único signo de indiferencia ante la emergencia climática que vivimos. Antes que el PP de Andalucía, el de Madrid también dejó clara su forma de remar contra los tiempos. Una de las primeras cosas que hizo Martínez Almeida al sustituir a Carmena en el Ayuntamiento fue eliminar zonas peatonalizadas y ajardinadas que muchos celebrábamos para caminar. Aún resuenan los aplausos de simpatizantes cuando quitaron las flores que habían embellecido el arcén. Ahora es el turno de la Puerta del Sol, reformada a mayor gloria del asfalto, como antes fue el turno de Madrid Río.

Los árboles, como los acuíferos o la vivienda asequible, no son caprichos. Empiezan a ser cuestiones de primera necesidad. Y asuntos en los que, si el PP va a la contra, se bajará de la cordura. Como hizo el independentismo catalán."              (Berna González Harbour, El País, 29/04/23)

13/10/22

Coscubiela: En Catalunya nada es lo que parece... En los últimos años nos hemos hecho adictos a la ficción... Artur Mas hizo frente a la gran recesión tirando mano de la ficción. Mientras aplicaba de manera entusiasta los recortes en Catalunya, se manifestaba en su contra si venían de España... Durante años, en el Parlament se han aprobado todo tipo de resoluciones con la clara intención de no tenerlas que aplicar... Después de la aplicación del artículo 155 se escenificó una oposición a cara de perro, pero en realidad los altos cargos de la Generalitat colaboraron eficientemente en su aplicación... Al final, tanta ficción se les ha escapado de las manos... En pocos días hemos visto cosas inimaginables. La mayoría independentista ha explosionado, el procés ha pasado a mejor vida, ERC ha enterrado el mandato democrático del 1-O, ese que nunca existió, a pesar de que simularon que existía y se lo creían. Pero todo sigue igual, en Catalunya nada es lo que parece

 "En Catalunya nada es lo que parece. No sufran, no pretendo descubrir ninguna seña de identidad del pueblo catalán. Eso mismo puede afirmarse, en mayor o menor medida, de otras sociedades. Pero, sin ser una característica exclusiva de Catalunya, se ha convertido en una marca, distinción de la casa. 

En los últimos años nos hemos hecho adictos a la ficción. Aunque la cosa viene de lejos y tiene raíces profundas. Jordi Pujol aparentó creerse lo de “som un sol poble”, apropiándose del pensamiento de Josep Benet pero no de su concepto de país. Durante décadas alimentó unos imaginarios, algunos muy esencialistas y victimistas, que sembraron muchas semillas de frutos posteriores. 

 Artur Mas hizo frente a la gran recesión tirando mano de la ficción. Mientras aplicaba de manera entusiasta los recortes en Catalunya, se manifestaba en su contra si venían de España. Cuando se vio acorralado por la reacción social, se convirtió al independentismo, que nunca había sido lo suyo.

Durante años, en el Parlament se han aprobado todo tipo de resoluciones, comenzando por la 1/XI de 9 de noviembre que dio inicio al procés polític, con la clara intención de no tenerlas que aplicar. 

Los dirigentes independentistas hicieron creer a sus bases que la independencia estaba muy cerca, que saldríamos de España, manteniéndonos en la UE, que el mundo entero nos reconocería como Estado soberano y que la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) era viable. Todos hacían que se lo creían, esperando que fuera otro el que pusiera el freno de mano, les dijera a los suyos que los reyes magos son los padres y cargar con el letrero de traidor.

Después de la aplicación del artículo 155 se escenificó una oposición a cara de perro, pero en realidad los altos cargos de la Generalitat colaboraron eficientemente en su aplicación, como luego se ha comprobado. 

La ciudadanía indepe se apuntó a la liturgia revolucionaria, se imponía sacrificios a la ciudadanía, se los exigían a sus dirigentes, pero no estaban dispuestos a arriesgar ni un día de sus ingresos. En Catalunya, durante el procés, se ha inventado la huelga sin riesgos ni descuentos de salarios. 

Luego nos dijeron que lo volverían a hacer sin que nunca se supiera muy bien en qué consistía eso. Y frente a ese compromiso que sonaba a advertencia, se levantó airada una derecha política y mediática que aparentó creerse la nueva ficción para así poder mantener alta la tensión. 

La atracción por aparentar lo que en realidad no es, no ha sido exclusiva del independentismo. Algunas fuerzas políticas como Ciutadans se lamentan de la quiebra de la sociedad catalana, cuando en realidad la aprovechan y en ocasiones la alimentan para crecer electoralmente. Quizás por eso les sienta fatal la desinflamación del conflicto.

Mientras se hace ver que estamos en la gran guerra, Junts y PSC gobiernan, ellos sí juntos, la diputación de Barcelona. A nivel local se pueden encontrar todo tipo de acuerdos de gobierno entre partidos que simulan que no se soportan.

También en el terreno de la comunicación, algunos medios hacían como que informaban, cuando en realidad agitaban y hasta en ocasiones se convertían en los directores de la orquesta y los que marcaban la hoja de ruta. 

Durante los cinco años posteriores al otoño del 2017, ERC y Junts han estado fingiendo que tenían cada uno una estrategia distinta para alcanzar la independencia. Pero también en eso nada es lo que parece, nunca han tenido ninguna.  

Sus encontronazos aparentan ser por diferencias sobre las políticas independentistas, cuando en realidad son una pugna insomne por el control del gobierno autonómico, ese por el que se matan políticamente mientras aparentan despreciarlo. 

Al final, tanta ficción se les ha escapado de las manos. A la operación “acoso sin derribo” puesta en marcha por Junts contra el presidente Aragonès le ha faltado la finezza de Pujol. A un profesional de la política como Turull nunca le hubieran explotado en las manos los fuegos artificiales, pero no es él quien conduce la nave. 

Alguien hizo ver que Puigdemont se había retirado y que Borràs estaba neutralizada, pero en Junts tampoco nada es lo que parece. Quieren que nos creamos que tienen dos sensibilidades distintas cuando en realidad lo que determina las diferencias son intereses personales tan potentes como la situación procesal de Puigdemont y Borrás. 

En pocos días hemos visto cosas inimaginables. La mayoría independentista ha explosionado, el procés ha pasado a mejor vida, ERC ha enterrado el mandato democrático del 1-O, ese que nunca existió, a pesar de que simularon que existía y se lo creían. Pero todo sigue igual, en Catalunya nada es lo que parece. 

El president Aragonès alardea de una habilidad, que nadie le niega, para hacernos creer que tiene mayoría parlamentaria con la que gobernar en solitario. Junqueras, que es el “cazatalentos” de ERC, ha puesto en funcionamiento sus dotes de Cardenal Mazarino, el de simula y disimula, para que parezca que 33 escaños son el 81% del Parlament. 

La aportación de tres notables incorporaciones le va a dar más solvencia a la acción del gobierno, pero no parece que sea un puente para ampliar mayorías. Por mucho que algunos profesionales de la comunicación hayan comprado ese relato, envasado y remitido directamente por el emisor, en el que de nuevo se aparenta lo que en realidad no es. 

De todas las incorporaciones, la única que puede tener recorrido político es la de Carles Campuzano ,porque representa a un colectivo de huérfanos convergentes que de momento no ha conseguido articularse políticamente. 

En este proceso de aparentar lo que no es, Junqueras le niega interlocución a Salvador Illa y al PSC mientras se la exige a Pedro Sánchez. A los Comuns no se la niega, pero tampoco se la ofrece. Para el nacionalismo catalán las izquierdas buenas siempre han sido las que están lejos, en España. Las de casa, con las que compiten electoralmente, no son de su agrado.   

Tampoco eso es tan novedoso como parece. Se trata de una maniobra con rancias raíces pujolistas. El president se pasó todo el tiempo intentando ningunear a Raimon Obiols mientras establecía una solida alianza con Felipe González. Luego, Artur Mas repitió la operación con el Estatut. Consiguió puentear al president Maragall para pactar directamente con Zapatero. Ahora, Junqueras pretende repetir de nuevo la jugada de entenderse con los partidos españoles, mientras ningunea a sus homónimos catalanes. 

En esta Catalunya donde nada es lo que parece, nuestro Cardenal Mazarino nos quiere vender que lo hace por la “complicidad represora” del PSC, como si el papel de los socialistas, como el de los Comunes, no hubiera sido clave para la concesión de los indultos. 

Con esta jugada, que se ve venir a kilómetros de distancia, Junqueras trata de esconder las verdaderas razones. En su obsesión por la hegemonía política en Catalunya, Junts es un obstáculo para su proyecto de convertir ERC en el Scotish National Party. Pero sus adversarios políticos son el PSC y los Comunes. 

Es evidente que esta operación solo funcionará si los dirigentes estatales de las izquierdas se prestan a ello. Esperemos que a Pedro Sánchez no le entre un ataque intenso de tacticismo. 

Con Yolanda Díaz, ERC tiene peor la cosa, Rufián ya le confirmó en el debate de la reforma laboral –si fuera por él nunca se hubiera aprobado- que la considera su principal adversaria. 

Haría bien la vicepresidenta en explicárselo a Jaume Asens, cuyas memorias seguro nos desvelan las razones de su amor político desinteresado por Puigdemont, el presidente legítimo. Con Pablo Iglesias mejor que ni lo intente, tiene su propia agenda y va a la suya, como se encarga de demostrarnos cada día.

Ya sé que voy a contracorriente de los que avistan un desbloqueo de la situación a la vuelta de la esquina, y un nuevo tripartito a corto plazo -yo también lo deseo- pero tampoco en eso las cosas en Catalunya son lo que parecen. 

No creo que ERC haya hecho este largo, complicado y duro trayecto para llegar hasta aquí. Antes, han de pasar muchas cosas. Entre ellas, que la apariencia ceda el paso a la realidad. Eso no se consigue de manera inmediata, hay que desandar mucho camino y lo ha de desandar mucha gente. La cosa sería menos difícil si en Catalunya todos nos empeñáramos en que las cosas parezcan lo que en realidad son."         (Joan Coscubiela , eldiario.es,  12/10/22)

14/7/22

Albert Soler: el Governet va a exigir al Gobierno español, en la famosa mesa de diálogo, una amnistía o un perdón, o no sé qué más... ¡Que tiemble España! Me entra la risa por la palabra "exigir", ya que para exigir algo, se debe tener una posición de fuerza, y si algo ha demostrado no tener en absoluto el ‘lacismo’, es fuerza alguna. Bueno, tampoco valor, ni inteligencia, ni líderes capacitados, ni apoyo de nadie, pero aquí hablamos de fuerza... ¿Cómo se puede exigir nada a nadie desde la derrota y la debilidad?: - Amenazaremos con mandarles a la Rahola y devolverles a Cotarelo... Buenooo... -¡Nos seguiremos manifestando cada 11-S!... Ya. Y este año con camiseta negra, a ver si así asustan a alguien..

 "Mesa de negociación | Que tiemble España

Cuando leo que el Governet va a exigir al Gobierno español en la famosa mesa de diálogo una amnistía o un perdón o no sé qué más, me entra la risa. Me entra por la palabra "exigir", ya que para exigir algo, se debe tener una posición de fuerza, y si algo ha demostrado no tener en absoluto el ‘lacismo’ es fuerza alguna. Bueno, tampoco valor, ni inteligencia, ni líderes capacitados, ni apoyo de nadie, pero aquí hablamos de fuerza. ¿Cómo se puede exigir nada a nadie desde la derrota y la debilidad?

- Amenazaremos con colgar una pancarta acusando al Estado español de fascista, se van a enterar de lo que vale un peine.

¿Otra más? No parece que las pancartas hayan supuesto problema alguno para España, lo mismo que los lazos amarillos.

-Y les advertiremos de que vamos a seguir llorando.

Eso como amenaza no está mal, porque a lloricas no hay quien les gane, aunque dudo mucho que eso sirva para presionar a nadie, ni siquiera acompañando los lloros de pataletas y mocos. Imagino que esa táctica le funciona a Pere Aragonès con sus papás, pero otra cosa es cuando se trata de presionar a un Estado. No, hace falta algo más.

-Pues les mandamos a la Rahola y les devolvemos a Cotarelo.

Yo también pensaba que eso podía achantar definitivamente a España, pero la Rahola ya hace tiempo que asoma en Cuatro, sin que eso parezca importar a nadie. Cotarelo, por su parte, aquí nos divierte cuando intenta hablar y escribir en catalán, pero en Madrid nadie recuerda quien es esa señora de pelo cano.

-¡Nos seguiremos manifestando cada 11-S!

Ya. Y este año con camiseta negra, a ver si así asustan a alguien. Temo que si esa es toda la presión que pueden meterle al Gobierno español, Pedro Sánchez va a montar la mesa de negociación en una guardería, que por lo menos unos niños berreando van a meterle más miedo en el cuerpo que esos catalanes que vienen a exigir sin fortaleza alguna

Quien no tiene fuerza, y ese es el caso del ‘lacismo’, debe olvidarse de exigir y limitarse a pedir educadamente. Probablemente tampoco va a conseguir nada, pero por lo menos no se le van a reír en la cara."                    (Albert Soler , El Periódico, 12/07/22)

8/7/22

Jordi Pujol, la última entrevista: dijo que no era ni había sido nunca independentista. Puede que eso sea cierto, pero también es indudable que abonó la estrategia secesionista de Artur Mas y de su desaparecido partido en el 2012... Con la misma contundencia también niega ser un corrupto, ahora bien, Pujol lideró un proyecto político manchado fuertemente por la corrupción, de la que él era conocedor como máxima autoridad de Catalunya, que enriqueció a muchas personas, empezando por dos de sus hijos, y devaluó las instituciones del autogobierno... lo más lamentable de la entrevista es el persistente tono victimista. Esa es la peor herencia del ‘pujolismo’, el hecho de haber contribuido durante décadas a envenenar el sentimiento de los catalanes con una retórica rencorosa

 "Tras cuatro temporadas, el periodista Josep Cuní se despidió la semana pasada de su programa matinal en Ser Catalunya con una interesante entrevista a Jordi Pujol. (...)

Pero parece que Pujol se prestó creyendo que se trataba de una despedida al unísono con uno de los periodistas que más veces le había entrevistado en su larga etapa de ‘president’. Porque para él, con 92 años y consciente de sufrir ya algunos lapsus de memoria, seguramente sí sea su última entrevista. El diálogo con Cuní fue rico en titulares y permitió ver a un Pujol que intenta reescribir su pasado con la esperanza de que al final se imponga una lectura positiva sobre su legado que orille, como mínimo, la falta de ejemplaridad pública de su familia, de la que él reconoce sentirse culpable.

 Argumentalmente repitió algunas de las afirmaciones expuestas en su testamento político, ‘Entre el dolor i l’esperança’, libro-entrevista a cargo de Vicenç Villatoro que publicó el año pasado. La primera fue que no era ni había sido nunca independentista. Puede que eso sea cierto, en el sentido de que nunca lo creyera posible, pues su realismo político es innegable, pero también es indudable que abonó la estrategia secesionista de Artur Mas y de su desaparecido partido en el 2012. 

 Tras su confesión sobre el dinero que tenía en el extranjero, en julio del 2014, políticamente quedó fuera de juego, pero fue una revelación que no hizo más que evidenciar que la voluntad de tapar los sucesivos casos de corrupción (desde el caso Palau, en el 2009, hasta la trama de las ITV que protagonizó Oriol Pujol, a mediados del 2012) constituyó otro de los alicientes para el salto independentista de CDC. 

 Ahora bien, por encima del famoso 3% y la corrupción de los Pujol, en el orden de los factores del ‘procés’ aparece la oportunidad para Mas de librarse de la dependencia del PP en el Parlament y de abrir un horizonte utópico frente a la crisis que permitiese aglutinar un movimiento de corte populista. Cuestión diferente es que se le fuera de las manos y acabara en un fracaso absoluto en el 2017.

 Con la misma contundencia que Pujol afirma que no haber sido nunca independentista, aunque dejó que sus seguidores alimentasen ese sueño y lo utilizasen como aprendices de brujo, también niega ser un corrupto porque “nunca cobró una peseta”, le dijo a Cuní. Démoslo por bueno también, al margen de la causa judicial pendiente, y de lo raro que resulta esa herencia de su padre, depositada en el extranjero, de la que fue excluida la hermana y de lo que nada se supo hasta que la policía dio con ella en Andorra. Ahora bien, Pujol lideró un proyecto político manchado fuertemente por la corrupción, de la que él era conocedor como máxima autoridad de Catalunya, que enriqueció a muchas personas, empezando por dos de sus hijos, y devaluó las instituciones del autogobierno.

 Por último, lo más lamentable de la entrevista es el persistente tono victimista, al tiempo que España aparece siempre como culpable de “intentar ahogar” a Catalunya. El paralelismo actual con Rusia como país imperialista fue particularmente insultante y lo peor es que Cuní no tuvo reparos en elogiar en diversos momentos la lección de historia que estaba ofreciendo Pujol. Establecer un hilo de continuidad entre los reyes asturianos y su juramento de recuperar Toledo, capital del reino visigótico peninsular, con la esencia de la España democrática y europea es delirante.  

Esa es la peor herencia del ‘pujolismo’, el hecho de haber contribuido durante décadas a envenenar el sentimiento de los catalanes con una retórica rencorosa. Pujol lamenta que hoy Catalunya esté triste y desordenada tras la etapa convulsa del ‘procés’, y reconoce la poca talla de nuestros gobernantes, sin preguntarse si el ‘pujolismo’ no está en el origen de todo ello."           (  Joaquim Coll, El Periódico, 05/07/22)

21/6/22

No habrá JJOO, pero sí campaña victimista... El presidente de Aragón, Javier Lambán, fue contundente y advirtió de que "o Aragón y Catalunya van de la mano y al mismo nivel o no habrá Juegos"... la postura del Govern no cambió. Al día siguiente de las palabras de Lambán, el ejecutivo catalán sólo ofreció a Aragón "colaborar", por los Juegos. "Nuestra candidatura está abierta a colaboraciones con otros territorios que puedan desarrollar aquellas disciplinas que no se puedan desarrollar en nuestro país"

 "El Comité Olímpico Español (COE) ha descartado definitivamente a la candidatura conjunta para organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 en Cataluña y Aragón, después de que el Gobierno de Pere Aragonès y el Ejecutivo de Javier Lambán no hayan llegado a un acuerdo para la candidatura. 

De hecho, el ejecutivo catalán, sin embargo, se ha encontrado inmerso en diferentes controversias, tanto con la consulta, como con el Comité Olímpico Español o sus socios en el Govern, la CUP. (...)

La diputada Dolors Sabater acusó recientemente al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de querer impulsar los Juegos Olímpicos de Invierno para "contentar a España" y ha denunciado una "campaña de marketing" por parte del Govern para generar un estado de opinión favorable a la iniciativa.

Esta consulta es otra de las controversias que ha marcado la candidatura desde que la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, anunciara en enero que el proceso participativo que pretendían hacer para validar la candidatura "se hará sólo en la veguería del Alt Pirineu y Aran" y dejaban fuera a comarcas como el Berguedà, el Solsonès o el Ripollès.

Durante todo el proceso de negociación de la candidatura, el COE ha tenido que lidiar con la pugna entre Catalunya y Aragón por el liderazgo de la candidatura. Plaja afirmó en varias ocasiones que "esta es una candidatura impulsada y liderada desde Catalunya", mientras que el Comité Olímpico Español y el gobierno de Aragón apuestan por un proyecto conjunto.

El presidente del COE, Alejandro Blanco, tras un encuentro con el gobierno aragonés a principios de año, apeló al "diálogo, unidad y respeto a todos los que forman la candidatura", porque "ningún territorio predomina sobre un otro". Blanco tuvo que recordar que en los últimos tres años se ha trabajado en "una candidatura de país", en la que "no sólo hay Cataluña y Aragón, sino también el gobierno de España".

El presidente de Aragón, Javier Lambán, fue contundente y advirtió de que "o Aragón y Catalunya van de la mano y al mismo nivel o no habrá Juegos". "Esto no va de lo que quiere Catalunya o de lo que quiere Aragón sino de lo que quiere el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Olímpico Español (COE)", añadió.

Sin embargo, la postura del Govern no cambió. Al día siguiente de las palabras de Lambán, el ejecutivo catalán sólo ofreció a Aragón "colaborar", por los Juegos. "Nuestra candidatura está abierta a colaboraciones con otros territorios que puedan desarrollar aquellas disciplinas que no se puedan desarrollar en nuestro país", manifestó Patrícia Plaja."               (e-notícies, 21/06/22)

 

"El Comité Olímpico Español ha renunciado a presentar una candidatura conjunta de Cataluña y Aragón para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. (...)

Desde la perspectiva del gobierno independentista de la Generalitat, la reacción ya venía anunciándose desde hace algunos días. La culpa será de Miquel Iceta, por su condición de catalán, socialista y ministro de Deportes. “España nos ha vuelto a fallar”, sentenció de entrada el portavoz de Junts y algunos alcaldes del Pirineo se sumaron al instante. ERC no tardó en llorar por unos juegos que los republicanos nunca han sabido explicar si les interesaban a no, posiblemente por las divergencias internas.

 Desde la renuncia del COE, el proyecto les interesa mucho más, sin matices, incluso estarían dispuestos a organizarlos en solitario, aun sin saber si tienen el apoyo de los interesados, pendientes de votar sobre la autorización de una candidatura, fuera catalana o conjunta con Aragón. 

El memorial del victimismo incluye desde ya, el entusiasmo desenfrenado por unos JJ.OO de Invierno truncado insensiblemente por Madrid y además, el presidente Aragonés se ahorra una hipotética derrota en la consulta que debía dar luz verde o no a una candidatura ampliamente contestada desde que Jordi Hereu, el último alcalde socialista de Barcelona, lanzó la idea.

Los opositores a los juegos, incluidos la CUP y los Comunes, están encantados con la renuncia del COE. No hay que descartar, de todas maneras, que una vez fracasado el intento, algunas de estas voces se alineen con quienes señalarán al COE y al gobierno de Pedro Sánchez por su incapacidad para poner de acuerdo a dos gobiernos autonómicos. (...)"                (Jordi Mercader, El Plural, 20/06/22)

27/12/21

Un profesor jubilado dice en TV3 que "tenemos colonos"...

 "Antoni Dalmasses, profesor de secundaria jubilado, ha asegurado este viernes, en el programa Planta Baixa de TV3, que en Cataluña "el problema es que tenemos colonos que colonizan y de los nuestros hay que son colonos también, por tanto, no tenemos solución, dicho deprisa y mal".

El docente ha afirmado, durante la tertulia sobre la inmersión lingüística en el programa, que "hay un país vecino que nos odia", por tanto, "yo pago con la misma moneda que me pagan".

 Considera que la decisión de impartir un 25% de las clases en castellano atenta "contra la libertad de la gente", porque "cincuenta personas contra dos no puede ser, no puede que estos dos tengan más razón que 50 no puede ser" , ha explicado. "Ni a las matemáticas extrañas que calculan a esa democracia española", ha añadido.

Antoni Dalmasses cree que "la solución" por la problemática de la lengua es "obligar a todos a hablar el catalán". "El idioma es un reducto importante en un país, porque es el representante de una cultura, porque es la fuerza de una cultura y lo que quieren destruir es una cultura y destruyendo la cultura destruyen el país. Esto ya lo hicieron en América", ha dicho sin que el presentador del programa, Ricard Ustrell, haya interrumpido en ningún momento."               (e-notícies, 18/12/21)

19/11/21

La posible independencia de Cataluña ha bajado hasta el número 33 de la lista de peocupaciones de los españoles... Aparte de enviar a los colegios a los activistas de la Plataforma per la Llengua para que vigilen en qué idioma hablan los críos en el patio, poco más pueden hacer nuestros gobernantes indepes para hacerse la ilusión de que van a alguna parte

 "Según la última encuesta del CIS, las tres cosas que más preocupan a los españoles son el paro, la crisis económica y la sanidad. La posible independencia de Cataluña ha bajado hasta el número 33 de la lista, lo que quiere decir que la mayoría de nuestros compatriotas ya no la consideran factible (bueno, nunca lo fue, pero parece que hubo quien se asustó ante la perspectiva y que ahora ya está mucho más tranquilo). 

Que un asunto ocupe el número 33 en la lista de principales preocupaciones de un colectivo significa que ese asunto ha dejado de tener importancia para dicho colectivo, y eso es algo que debería hacer pensar un poco a nuestros políticos soberanistas, a los que más les valdría derrotarse de una vez, dejar de dar la tabarra y ponerse a trabajar por el bien de su comunidad. En vez de eso, optan por gesticular. Y gesticulan porque no pueden hacer otra cosa si no quieren acabar mal: la charlotada de octubre de 2017 resultó, en ese sentido, tremendamente didáctica, pues demostró cómo acaban los desafíos al estado cuando no hay ni el poderío ni el quorum necesarios para ganarlos.

 Gesticulan ERC y JxCat y gesticula hasta la CUP, pero es como si se hubieran puesto todos de acuerdo para hacer como que el prusés sigue vivo y que la independencia, aunque no lo parezca, cada día está más cerca. El frente exterior completa la farsa inventándose el Consejo por la República y un parlamento de chichinabo que no sirven absolutamente para nada. 

Aparte de enviar a los colegios a los activistas de la Plataforma per la Llengua para que vigilen en qué idioma hablan los críos en el patio, poco más pueden hacer nuestros gobernantes indepes para hacerse la ilusión de que van a alguna parte.

 En semejante tesitura, Aragonès tiene el cuajo de rechazar el apoyo del PSC para la aprobación de los presupuestos, aduciendo que republicanos y socialistas no comparten el mismo modelo de país. Como si en el mundo real hubiese más de uno. Por eso el gobiernillo sigue humillándose ante la CUP para que le apruebe unos presupuestos que Illa le aprobaría en diez minutos. ¿De verdad no son conscientes nuestros gobernantes de que están viviendo en una burbuja de irrealidad? Yo diría que, por lo menos, el conseller Giró sí. 

Ahora sobreactúa de lazi, se considera un hombre de izquierdas y se muestra servil con las chicas de la CUP, pero --según ha descubierto el líder local del PP, Alejandro Fernández--, cuando trabajaba para la Caixa le faltó tiempo para solicitar que se agilizara el proceso de fuga de sedes ante el sindiós independentista: parece que el corazón y la cartera no los tiene en el mismo sitio (como tantos otros patriotas de boquilla que por aquí abundan).

 Lo de que ho tornarem a fer ya no se lo cree ni Jordi Cuixart. Tiene razón Clara Ponsatí cuando dice que no se exilió para que Netflix doblara algunas de sus series al catalán, pero debería entender que lo suyo ya no tiene remedio. Nuestros actuales gobernantes regionales no quieren ni partir al extranjero escondidos en el maletero de un coche ni acabar en el trullo. Para optar a la independencia, la celda y el maletero son, como se ha demostrado, el precio a pagar. Por consiguiente, lo único que se puede hacer sin correr peligro es quejarse mucho, pillar unos subtítulos en Netflix aunque sea pagando (¡Será por dinero! ¡Para eso está el contribuyente!), intentar amargarles la vida a los castellanohablantes (sin mucho éxito hasta el momento), abrir nuevas “embajadas” y, básicamente, hacerse la víctima, algo que dominan nuestros indepes, que dominan la conducta pasivo-agresiva.

Reconocer que la independencia no va a llegar en breve (ni, probablemente, jamás) sería una notable muestra de madurez por parte de nuestros gobernantes, pero, de momento, prefieren seguir engañando a sus votantes, quienes, a su vez, prefieren que se les mienta a que se les diga la verdad. Unos y otros recuerdan aquel viejo chiste de Woody Allen sobre el tipo cuyo hermano se creía una gallina. Alguien le aconsejaba: “¿Y por qué no lo lleváis al psiquiatra para que le quite esa chaladura de la cabeza?”. Y él respondía: “Nos encantaría, pero es que necesitamos los huevos que pone”.           (Ramón de España, Crónica Global, 18/11/21)

13/10/21

Si los estudiantes no quieren que en la UAB hable nadie que no les guste y lo agreden hasta que se va, no es que sean intolerantes, pobrecitos, es que son unos tiernos muchachos que no soportan que nadie les contradiga... Si los universitarios americanos tienen espacios seguros en los que nadie puede llevarles la contraria ya que esto supone una agresión, no hay razón para que los catalanes estén menos protegidos... Es natural que ante quien defiende ideas diferentes de las suyas, los niños respondan con violencia. ¿Y si resulta que les dicen que el lacismo es una estafa de cuatro vividores? Peor aún... si los estudiantes americanos tienen derecho a vivir en su burbuja para evitar un choque identitario, más deben tenerlo los catalanes para evitar un choque con la realidad

 "Si los estudiantes no quieren que en la UAB hable nadie que no les guste y lo agreden hasta que se va, no es que sean intolerantes, pobrecitos, es que son unos tiernos muchachos que no soportan que nadie les contradiga.

 Es el signo de los tiempos. Si los universitarios americanos tienen safe spaces, espacios seguros en los que nadie puede llevarles la contraria ya que esto supone una agresión, no hay razón para que los catalanes estén menos protegidos. 

En Estados Unidos, los profesores evitan tocar según qué temas identitarios, y en Cataluña lo que se trata es de evitar que alguien les revele niños metidos a universitarios que la republiqueta no existe, que cada uno debe poder expresarse en su lengua , que la libertad de expresión es sagrada u otras tonterías de esas que es mejor no conocer ni de nombre. 

 Es natural que ante quien defiende ideas diferentes de las suyas, los niños respondan con violencia. Y si resulta que los dicen que el lacismo es una estafa de cuatro vividores? Peor aún: ¿y si la charla obliga a alguno de los estudiantes a -Dios no lo quiera- pensar por su cuenta? Ahora estaríamos lamentando desgracias inimaginables, tal vez un cerebro estudiantil empezando a funcionar, aunque fuera al ralentí. 

Estas cosas es mejor cortarlas de raíz, y si los estudiantes americanos tienen derecho a vivir en su burbuja para evitar un choque identitario, más deben tenerlo los catalanes para evitar un choque con la realidad. 

Ambas posturas tienen en común su victimismo, y nada está más de moda hoy que ser una víctima. A los estudiantes es mucho mejor mantenerlos en la ignorancia, no sea que se salgan de lo que manda el llacisme. De ahí que nadie del gobernillo haya condenado el atentado contra la libertad de expresión. 

¿Como condenarlo, si la libertad de expresión es la gran enemiga del proceso? Es cierto que rociaron con líquidos a los malvados que pretendían hablar libremente, pero ni siquiera era ácido sulfúrico, angelitos, lo hacían para proteger sus débiles mentes de frases ofensivas, del tipo «libertad de expresión» o «por una universidad de todos », antaño defendidas en el mismo lugar donde ahora son perseguidas. 

 En la universidad, antes templo del saber y actualmente de la ignorancia -hoy Unamuno le daría la razón a Millán Astray y llamarían juntos «viva la muerte» - pensar está mal visto, allí se va a obedecer, no a los profesores, que eso no mola, tío, sino a los líderes políticos.

 En cualquier otro lugar del mundo se calificaría de fascista a quien asalta y boicotea un acto pacífico. No en Cataluña, ya que ser fascista requiere cierta inteligencia, haber leído un poco, y no es el caso de los universitarios catalanes, que se quedan en imbéciles.

 Lo cual no los hace menos peligrosos, al contrario, como explica Ricardo Moreno en el Breve Tratado de la estupidez humana, es más peligrosa la estupidez que la maldad, ya que a un malvado con una pizca de inteligencia lo podemos convencer que su actitud no sólo no lleva a ninguna parte, sino que incluso le perjudica a él mismo, mientras que en un imbécil no se le puede hacer entender nada.

 Como el caso de estos cretinos de la UAB, que convierten a la derecha en defensora de la libertad de expresión. Los campus se han creado para emborracharse con botellones, no para que pueda hablar libremente quien lo desee, donde se ha visto."              (Albert Soler, Diari de Girona, 08/10/21)

9/8/21

Culpan a España de la marcha de Messi, "Puta Liga y puta España", "ofensiva anticatalana", "el Barça debería abandonar la Liga porque mantenerse donde te maltratan es de masoquista", "Tebas y Florentino nos tienen en una tenaza mortífera"... ya tardaba...

Óscar Guardingo @oguardingo

 Esta combinación de victimismo y superioridad. Todo lo malo es obra externa: un boicot que impide que Catalunya pulverice records y triunfos.

3:17 p. m. · 6 ago. 2021
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"Sectores independentistas han culpado Espanya de la marcha de Leo Messi después de que el FC Barcelona informara de que el nuevo contrato entre el club y el crack argentino no se podía formalizar "a causa de obstáculos económicos y estructurales (normativa de Laliga española)" .

 El vicepresidente del patronato de la Fundación Barça, Alfons Godall, ha asegurado en un tuit que el adiós es "un mazazo" y ha denunciado que "no hemos podido hacer prácticamente ningún movimiento con los contratos recibidos y Tebas y Florentino nos tienen en una tenaza mortífera". Godall está de "acuerdo" con un comentario que expone que el Barça debería abandonar la Liga porque "mantenerse donde te maltratan es de masoquista".

El diario Vilaweb ha culpado directamente a la Liga del adiós del argentino con el titular "La liga española hace inútil el acuerdo de renovación entre el Barça y Messi". Muchos usuarios independentistas han compartido la información con comentarios como "Puta Liga y puta España", "¿La normativa española hace que perdamos Messi? ¡Puta España!", "Quizá que cambiemos de liga...", "la ofensiva anticatalana" o "tenemos que dejar la liga española para ir a jugar a la francesa, portugués o italiana" son algunos de los comentarios en la red.

El ex diputado de ERC y editor de La República, Joan Puig, ha asegurado que "si el Barça juegas en la Premier, Messi seguiría jugando en el club" y ha añadido que "mirad si perdimos el 1-O". "España nos quiere humillados" o "pierde más la Liga que el Barça" son algunas de las respuestas que ha recibido, pero también los hay que ironizan o se ríen del comentario del ex diputado.

La periodista Pilar Rahola ha manifestado en Twitter que "hace tres semanas, un periodista español me dijo, textualmente, 'no vamos a permitir que os quedéis con Messi. Tebas os va joder'". "Le hice poco caso. Hoy tiene mucho sentido", sentenció.

"Y las normas de la Liga Española, expulsando Messi del Barça. Y entonces, ¿el riesgo es la independencia?", se ha preguntado el sociólogo Salvador Cardús. Otros usuarios han lamentado que "desde España, un tipo impone que Messi no juegue más al Barça. ¡Claro que queremos la independencia!", "Puta Bartomeu y puta España de rigor para empezar" o "si España es una mierda la Liga española sin Messi aún es más mierda. Tebas, hijo de puta".                  (e-notícies, 06/08/21)

29/4/21

¿Cuándo se jodió Catalunya? Las cosas empezaron a torcerse el 30 de mayo de 1984, cuando una multitud enfervorizada acompañó a Jordi Pujol desde el Parlament hasta la plaza de Sant Jaume, al grito de ‘som una nació’... todo quedó envuelto en la misma bandera. Las legítimas aspiraciones de Catalunya y lo demás. La patria, el partido y la familia de Jordi Pujol

 "¿Cuándo se jodió Catalunya? Muchos se hacen esta pregunta, emulando aquel personaje de ficción de Vargas Llosa que se planteó, hace medio siglo, en qué momento se había jodido el Perú. Muchas son las respuestas, dominadas, unas, por el hastío, y otras por el relato dominante.  

Hay quien considera que a Catalunya se le torció el futuro el 28 de junio del 2010, cuando el Tribunal Constitucional anuló 14 artículos de un Estatut aprobado por las Cortes y por el Parlament, y refrendado. 

Sin quitarle importancia a aquellos polvos que trajeron muchos lodos, no creo que sea la respuesta correcta. Hay quien fija el inicio del estropicio el 6 y 7 de septiembre del 2017, cuando los diputados de la cámara catalana decidieron que la patria, su patria, justificaba quebrantar la ley. Fue un día aciago para la democracia, pero no hacia más que llover sobre mojado. 

Y los cien años de cárcel que les cayeron a los líderes del procés constituyeron el último disparate de una calamidad que viene de lejos. ¿Como hemos llegado hasta aquí? ¿Cuándo se desencadenó semejante torbellino político, judicial y emocional?

El último libro de Jordi Amat aporta una respuesta. En Catalunya, las cosas empezaron a torcerse el 30 de mayo de 1984, cuando una multitud enfervorizada acompañó a Jordi Pujol desde el Parlament hasta la plaza de Sant Jaume, al grito de ‘som una nació’. Vitoreaban a un Pujol recién reelegido presidente de la Generalitat y comprometido en el gravísimo quebranto financiero de Banca Catalana. Las dos cosas.

Nada revela tanto la trascendencia de aquel acontecimiento como una pancarta que exhibían los manifestantes, con tres fechas: 1714, 1939, 1984. Felipe V, Franco y Felipe González. Todos ellos enemigos. Por bombardear Barcelona, por intentar erradicar la lengua y la personalidad de Catalunya, por no impedir –inicialmente– que los fiscales empapelaran a Pujol. No son actuaciones equiparables, pero ¿qué más da? A partir de entonces, la 'senyera' (más tarde la' estelada') servirían para justificar cualquier delito.  

La deplorable gestión de banca catalana, el 3% con el que se financiaron campañas electorales exitosas, o el desvarío jurídico del 'procés'. Los atropellos políticos cocinados en Madrid justificaron la deriva. La Loapa, con la que Catalunya pagaba los platos rotos del 23-F y, más tarde, el cepillado del Estatut. Poco a poco, todo quedó envuelto en la misma bandera. Las legítimas aspiraciones de Catalunya y lo demás. La patria, el partido y la familia de Jordi Pujol.

Una parte sustancial de la sociedad catalana respaldó a partir de entonces aquel relato victimista y ya no distinguió entre la defensa de los intereses de Catalunya y el respaldo a quienes corrompían la política y la gestión. Pujol acababa de ganar las elecciones autonómicas por mayoría absoluta y seguiría en el poder casi veinte años más. Votado por una mayoría y jaleado por muchos, dentro y fuera de Catalunya, desde el segundo González hasta el primer José María Azar, pasando por el diario 'Abc' que le hizo ‘español del año’ en 1985.

Así empezó un deterioro que quedó ofuscado por los buenos resultados que supuso para Catalunya y por la estabilidad que brindó a la política española, pero que constituyó el pecado original de nuestra historia reciente. Una suerte de tara moral sin la que es imposible entender cómo un psicópata como el del libro de Amat pudo medrar en lo más alto del poder. 

Sin este ejercicio de patrimonialización del Catalunya –que volvió a aflorar en las conversaciones entre David Madí y Pilar Rahola reveladas recientemente– un monstruo como Alfons Quintà nunca hubiese dirigido TV-3, un arribista de las finanzas como Javier de la Rosa nunca hubiese alcanzado categoría de banquero del régimen, y los hijos de Jordi Pujol no se hubiesen enriquecido con tanta impunidad.

La jugada

Politizando el caso de Banca Catalana y denunciando una ‘jugada indigna’ desde el balcón de la Generalitat, Pujol mató dos pájaros de un tiro. Salió indemne de la imputación –con la ayuda de Lluís Prenafeta y Joan Piqué Vidal, dos cómplices del episodio–, y acoquinó al mundo empresarial, a los jueces, a los medios de comunicación, al poder y a la Corona. 

Nos deslumbró a muchos por su capacidad de pensar grande en un país aquejado de enanismo político y consiguió que todo, fuera de su mundo, fuera un erial. Impuso una lógica binaria que echó al infierno a quienes pensaban de otro modo. Conmigo o con los enemigos de Catalunya. Una dicotomía tan falsa como eficaz, cuya primera piedra se colocó el 30 de mayo de 1984. El día en el que empezó a joderse Catalunya. "                (Andreu claret, El Periódico. 22/11/20)

5/2/21

Cada vez que Oriol Junqueras hace expresa gala de que ama a España, a los españoles y a su lengua me recuerda aquello evangélico de los fariseos y sepulcros blanqueados.

 "(...) Cada vez que Oriol Junqueras hace expresa gala de que “ama a España, a los españoles y a su lengua" como acaba de manifestar en una entrevista a La Sexta a mí se me revuelve el estómago de asquito porque me recuerda aquello evangélico de los fariseos y sepulcros blanqueados. 

Es un ejercicio jesuístico que el Diccionario de la Lengua define como un “comportamiento hipócrita, disimulado”. Me sobra tanta genuflexión vaticana, tanto enaltecimiento sin venir a cuento en definitiva demasiada vaselina antes de endilgárnosla hasta el fondo. 

Quien se considera a sí mismo el “independentista más independentista que nunca haya habido" tal que si fuera aquel anuncio del detergente que lava blanco, blanquísimo, quiere que a España le vayan bien las cosas y ayudar en la medida de lo posible, querer lo mejor para sus "vecinos”. 

Esta cascada de buenos deseos me recuerda a un cómico norteamericano Zero Mostel, quien solía hacer un número sobre los orígenes de la Segunda Guerra mundial. En el punto culminante del sketch, preguntaba al auditorio: «¿qué hacía Pearl Harbor en el Pacífico?». Es decir, tanto como “¿Qué hacen los españoles en Cataluña?” 

 Para Oriol Junqueras, como para otros muchos, las relaciones futuras corresponderían a las de una pareja que después de haber llegado a la conclusión de que ya no quieren continuar viviendo juntos, de forma pacífica y civilizada deciden separarse sin que ello presuponga ninguna enemistad ni mal rollo como dicen ahora los modernos. 

Este imaginario nace a su vez de otra idea muy grata a la historiografía romántica e incluso al reverenciado Jaume Vicens Vives, según la cual Cataluña no sólo tendría personalidad propia, sino que de hecho sería como una persona.

La nación es, a fin de cuentas, como una persona para el nacionalismo catalán. De ahí “el derecho a decidir” como tiene cualquiera a decidir su futuro, y el derecho inalienable de cesar una relación en este caso entre Cataluña y España cuando la relación ya no funciona. Un divorcio, pues, de mutuo acuerdo. 

Sin embargo, para los independentistas existe una culpa inherente a España ya que, en esta supuesta relación de pareja, España ha sido un maltratador y Cataluña la víctima. El propio Pasqual Maragall llegó a comprar a su propio gobierno de la Generalitat con una mujer maltratada precisamente en el Día Internacional de la Mujer.

España ejercería la violencia -el caso paradigmático sería la actuación policial el 1 de octubre del 2017- por aquello de que “la pegué porque era mía” y encima culpabilizarían a la víctima acusándola de ser la responsable de sus sufrimientos, mediante la declaración de independencia y la convocatoria del ilegal referéndum. Algo así como los violadores que acusan a las víctimas de ir con falda demasiado corta.

Debajo de ese supuesto amor por España de Oriol Junqueras está la inevitabilidad de la independencia de Cataluña, que llegará más pronto que tarde siguiendo las teorías del filósofo Oswald Spengler, el autor de la celebérrima obra La Decadencia de Occidente, un pensador nacionalista y antidemocrática que establecía el determinismo histórico. De la misma forma que el día sigue a la noche o se suceden las estaciones año y de la misma forma que los hombres nacemos, crecemos y morimos, así lo hacen las naciones. Este esquema lo han seguido fielmente todos los nacionalismos europeos. Primero una fase de interés cultural ligado al descubrimiento de la lengua, las costumbres, las ruinas monumentales, etc…; seguida de la construcción de una nación imaginaria, con sus agravios económicos y a continuación vendría la reclamación de la entidad nacional hasta la consecución de la autonomía política para culminar en la independencia de un estado propio. 

Las declaraciones de amor a España de Oriol Junqueras casan muy bien con aquella máxima de que “Excusatio non petita, accusatio manifesta”. Es decir “excusas no pedidas, acusación manifiesta” de quien las efectúa. Es de manual."                  (Trallero, e-notícies, 04/02/21)

1/9/20

“Los indepes se creen los buenos... “mucha gente ha comprado el mensaje de que la bondad es nacionalista y que quien no está en ese campo es un peligroso facha franquista, machista y contrario a la libertad sexual. Un paradigma de eso es Junqueras, que cuando interviene siempre incide en su carácter bondadoso y en del movimiento”

  "El presidente de la plataforma Impulso Ciudadano y exdiputado de Ciudadanos en el Parlament, José Domingo, afirma en una entrevista en e-notícies que “mucha gente ha comprado el mensaje de que la bondad es nacionalista y que quien no está en ese campo es un peligroso facha franquista, machista y contrario a la libertad sexual”.

“Mucha gente que no me cuadra como independentista ha comprado ese mensaje. El mensaje de la verdad. Los buenos somos nosotros. Un paradigma de eso es Junqueras, que cuando interviene siempre incide en su carácter bondadoso y en del movimiento”, considera Domingo.

José Domingo insiste en que “si tú te conviertes en el paladín de la verdadera democracia y te lo crees, y crees que todo quien este en contra es facha, tienes una carga moral asumida que te permite dar lecciones. Y si encima tienes medios de comunicación que te dicen que el bueno eres tú, pues lo compras”.

En este sentido, lamenta que el Ministerio de Asuntos Exteriores “no ha vendido bien” el relato no independentista. “En el resto de Europa se ha perdido el relato. No se ha vendido bien. Hay gente que ha capitalizado la idea del victimismo, y lo ha hecho muy bien”, opina.

El presidente de Impulso Ciudadano, por otro lado, recuerda que cuando fue diputado de Cs “Puigdemont no era una persona especialmente relevante dentro del partido”. “Era una persona que hablaba bien, que tenía un discurso muy radical y muy conservador y que tenía las aspiraciones lógicas de un nacionalista muy nacionalista”, resalta.

Respecto a los medios de comunicación públicos catalanes, José Domingo reconoce que los nos independentistas “somos la coartada para justificar el pluralismo”, sin embargo defiende que “hay que estar y hay que denunciar la manipulación”. “Hay que denunciar la manipulación de los medios de comunicación públicos de Catalunya en su casa. Es fundamental que los oyentes de los medios de comunicación públicos sepan que no están en unas entidades plurales”, indica.

Domingo también se refiere al exlíder de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien considera un dirigente “brillante”, pero le reprocha que fue “un error político fundamental fue no hacer lo posible para entrar en el Gobierno con Pedro Sánchez”. “El país está pagando las consecuencias de ese acto de soberbia”, remacha.

José Domingo actualmente es el presidente de la plataforma Impulso Ciudadano, pero fue uno de los impulsores de Ciudadanos y uno de los tres primeros diputados que ocuparon un escaño en el Parlament en la legislatura de 2006-2010."                 (e-notícies, 27/08/20)

11/8/20

Xavier Rius, director de e-notícies: Ya solo es cuestión de tiempo de que en Catalunya lleguemos a las manos. O incluso a las armas... el otro bando ha aguantado estoicamente durante todo este tiempo que les dijeran colonos, súbditos y hasta ñordos. Han estado excluidos. Por eso, nuestros dirigentes están jugando con fuego. Además, lo saben

"Ya solo es cuestión de tiempo de que en Catalunya lleguemos a las manos. O incluso a las armas.

Que conste que el primero que me lo dijo, ya hace años, fue el colega Manuel Trallero. Trallero y yo, al menos antes de la pandemia, teníamos la sana costumbre de comer juntos de vez en cuando. Me acordaré siempre porque yo no había pasado del primer plato y estábamos en un restaurante de la Plaza Molina. No lejos de su domicilio y, por cierto, del de la familia Maragall. Creo que reaccioné con estas palabras: “Manuel, cómo te pasas”. Supongo que luego le solté el rollo de que la sociedad catalana es culta, democrática, avanzada y transversal.

Espero no equivocarme.

Pero tras ver el reingreso en prisión de los políticos independentistas cada vez estoy más pesimista. No han aprendido nada. No hay propósito de enmienda. Ni autocrítica. Hablan en nombre de todos.Y lo peor es que vuelven a empezar.

 El conflicto parece inevitable. Ahora está adormecido por los efectos del covid. Pero está claro que volverán a las andadas.

Como desaprovecharon en su día el atentado de las Ramblas para variar el rumbo o frenar al menos un poco. Junqueras dijo que “de la prisión se sale y saldremos para ganar y para llevar a este país a la libertad”. El líder de ERC cree, además, que los indepes son toda Catalunya. “Las imágenes de hace unos días recibiéndonos en nuestros pueblos y ciudades les hace daño porque nadie los recibe con el amor que vosotros nos dáis cada día”, añadió. Ya lo dijo un día: el junquerismo es amor.

Cuixart manifestó, por su parte, que “no podemos renunciar a seguir trabajando por la libertad de Catalunya y de los Països Catalans”. Detalle importante: No sólo de Catalunya sino también de los Països Catalans aunque el independentismo siempre ha sido minoritario en ambas comunidades. PSOE y PP se han alternado, en efecto, las mayorías. A veces incluso absolutas. Pero insistió en que hacerlo sería “como renunciar a la vida”. Luego volveremos a hablar de esta expresión.

Quim Forn -que anunció en su día que iba a dejar la política- manifestó que “tenemos que persistir, no hemos de abandonar, ésta es una lucha larga, nosotros estamos convencidos, asumiremos el esfuerzo que haga falta”. “Haremos lo que haga falta -insitió- para continuar esta lucha y cumplir el mandato del 1 de octubre”.

Raül Romeva afirmó que “volvemos a la prisión, de acuerdo, es en estos momentos donde toca nuestra lucha pero no tengáis ninguna duda de que la seguiremos haciendo desde dentro tantas noches y tantos días como haga falta porque este camino sabemos que es largo, que es doloroso, que es difícil pero también sabemos que es irreversible”. “Que nadie dude ni por un segundo que acabará pasando y lo conseguiremos”, remató.

Turull le echó un cable a Puigdemont en su nuevo partido y para acabar de hundir al PDECAT: “Vamos a la una para avanzar para conseguir la libertad”, proclamó. De paso era una indirecta a ERC. Turull siempre ha sido el equivalente convergente a un capitán del PSC. “Porque hasta que no seamos libres, hasta que no tengamos la independencia de Catalunya no saldremos adelante, no saldremos de esta gente que lo que quieren es anular la independencia de Catalunya”. Acabó recomendando “gas a fondo, adelante, a todas y de cara”.

No deja de ser curioso que lo diga alguien que explica que él no pedirá el indulto pero que si se lo piden no dirá que no porque “somos más útiles fuera de la cárcel que dentro” según respondió en una entrevista en el Ara con Antoni Bassas.

Rull, tras lanzar una alusión a la “prensa pretendidamente amiga”, manifestó que “débiles que son, los débiles imponen, los fuertes pactan y dialogan” que, a su vez, era un indirecta para buscar una solución al “conflicto”. “Son tan débiles que incluso han desguazado su propio estado de derecho”, continuó.

¿Y ellos qué hicieron?

Luego vino Jordi Sánchez, que fue el más comedido porque es también el más inteligente, aunque su intervención no estuvo exenta de lecciones. “La fiscalía general del Estado y el Supremo -manifestó- son hoy unas piezas de retroceso absoluto de la libertad y la democracia”. Y se quejó de haber cambiado “toda una política de gestión penitenciaria simplemente por tener nueve personas que están cumpliendo condena atrapados, collats y ahogados”.

¿Pero qué esperaban? Han abusado de la paciencia del juez Marchena y del Tribunal Supremo entero.
Han salido en tercer grado apenas nueve meses después de la sentencia. A Urdangarin se lo rechazaron. Sin hablar del famoso 100.2 que otorga la Generlitat.

La guinda del pastel, muy en su línea, la puso el presidente de la Generalitat en una declaración institucional en Palau. Torra afirmó que era un “ataque contra la justicia, la democracia y la libertad” obviando gestas similares del proceso. Volvió a olvidar la mitad de la población al manifestar que es “un caso más de represión contra la voluntad democrática del pueblo de Catalunya”.

Dio muestras de vivir en una burbuja porque añadió que “el Poder Judicial y la monarquía se tambalean en España como un castillo de cartas”. Ahí no entendí a que venía la monarquía pero siempre va bien, para el discurso indepe, una referencia al rey.

Pero, sobre todo, esa desconexión de la realidad: ¿se tambalean?. El independentismo ha subestimado siempre al Estado. Añadió que estaban corcats (carcomidos), coló lo de “presos políticos” y habló de “acto de venganza”. En su opinión, España sigue el “modelo de estados totalitarios como Turquía o la China”. ¡La República Popular China!

Incluso aseguró que somete a sus “presos políticos” a “un programa de reeducación para que se conviertan en buenos y obedientes ciudadanos de la monarquía española”.  Las palabras de Torra estaban tan fuera de juego que ni TV3, la conciencia crítica del proceso, se atrevió a titular por ahí.

Pero, por supuesto, la cadena puso toda la carne en el asador como nos tiene acostumbrados.
No sólo fue el principal tema del día del Telenotícies noche sino que le dedicó casi quince minutos. Todo estaba a punto para la retransmisión: desde la tribuna a los altavoces.

El presentador accidental, Carles Costa, remarcó que los presos del proceso “retroceden hasta el segundo grado estricto”. El especialista judicial, David Melgarejo, explicó en el plató la “anomalía desde el punto de vista de la consejería de Justicia”. Y Jordi Eroles, que corría con una estelada en la frente, explicó desde Lledoners que había “decenas de personas” -¿pero cuántas para justificar quince minutos de informativo?-, que había sido un “momento emotivo” y que los presos habían “entrado a pie”. Como si se entrara de otra manera en una cárcel.

También que habían cargado “contra la justicia española”. No contra la justicia, sino contra la justicia española. No iba a ser la ruandesa, supongo. Hasta la consejera de Justicia, Ester Capella dijo que la “solución política está en manos del gobierno español y las fuerzas progresitas” y acabó pidiendo la “amnistía”. Nada menos que una consejera de Justicia. Querría destacar, en este intento de breve resumen, las llamadas a la voluntad de Junqueras (“saldremos para ganar”), a “no renunciar a la vida” -¿incluso a morir?- de Cuixart, a “persistir” de Forn, a la “lucha” de Romeva, el “gas a fondo” de Turull o las comparaciones del propio Torra no ya con Turquía sino hasta con la China.

Ya sólo le faltaba al president hablar de “causa justa” -como ha hecho en otras ocasiones-, de flirtear con la vía eslovena o de tardar 48 horas en condenar los disturbios de la Plaza Urquinaona.

Por eso, han creado un caldo de cultivo. El conflicto está servido.

Queda por ver si será un largo conflicto larvado como en el Ulster -con dos comunidades enfrentadas- o incluso si habrá episodios de violencia. Individuales o colectivos.

En mi municipio aparecieron tras la aplicación del 155 pintadas a favor de Terra Lliure que el ayuntamiento se apresuró a borrar. Martorell ha sido tradicionalmente un feudo convergente pese a formar parte del Baix Llobregat. Al fin y al cabo, hay una generación de jóvenes a los que les han estado diciendo, durante ocho años, que la independencia estaba a la vuelta de la esquina. Por eso, no me extrañaría que alguien tomara la iniciativa.

Recuerdo que en la última aturada de país -la del 18 de octubre del 2019 tras la sentencia del Supremo- me fui al barrio de Sant Ildefonso de Cornellà a ver cómo seguían la huelga general. Un fracaso, claro. Al volver puse Catalunya Ràdio y, en la tertulia, uno de los oradores que no pude idenficar decía más o menos que él no justificaba la violencia pero que entendía que los jóvenes hicieran lo que no habían culminado los mayores.

Sin olvidar que el otro bando ha aguantado estoicamente durante todo este tiempo que les dijeran colonos, súbditos y hasta ñordos. Han estado excluidos, excepto en el Parlament, de todos los mecanismos de representación y hasta de poder. Empezando por TV3. No se sienten representados por la Generalitat.

Por eso, nuestros dirigentes están jugando con fuego. Además, lo saben.

El historiador Jaume Vicens Vives recuerda en su Notícia de Catalunya que los catalanes tenemos el récord mundial de conflictos -él los denomina “revoluciones de importancia general”- desde el siglo XV. Muy por encima de Castilla, Francia, Países Bajos e Inglaterra. Es lo que bautiza con el nombre de “persistencia en el empeño” (1).

Recuerdo también que hace unos años, durante una visita a unos familiares de mi mujer en Osona, cayó en mis manos una entrevista al historiador Carles Puigferrat publicada en El 9 Nou.
Decía una verdad como un templo: “¿Qué tendencia hemos tenido los catalanes? Hemos sido unos violentos de cuidado. En el siglo XVIII obedecimos un poco y tras la Guerra de Sucesión, pero en el XIX volvimos a la carga”.

“A veces –continuaba- un político dice, somos gente de paz y pienso: madre de Dios. El político vive del momento y hace servir la historia para lo que le interesa”. (2)
A éste hombre deberían nombrarlo, con independencia o sin, director del Museo de Historia de Catalunya. Quizá aprenderíamos algo.

De momento, el conflicto está servido."                (Xavier Rius, director de e-notícies, 29/07/20)

23/7/20

Xavier Rius: por mucho que se empeñen no son héroes. Me refiero a los presos del proceso. Estoy convencido de que si hubieran cometido los mismos actos en Baviera, el norte de Italia o Texas habrían sido condenados a penas similares o incluso más contundentes. Sólo recordar que, de un plumazo, declararon la independencia, proclamaron la república, abolieron la monarquía, se pasaron por el forro las notificaciones del TC y hasta derogaron … ¡el Estatut! Sólo deseo que dejen de dar la tabarra. Han dejado una Catalunya partida por la mitad. Y, si vuelven a empezar, el conflicto civil puede ser inevitable

"Por mucho que se empeñen no son héroes.


Me refiero a los presos del proceso: Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Quim Forn, Dolors Bassa, Raül Romeva, Carme Forcadell, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart. Ahora disfrutarán del tercer grado.


Me alegro por ellos. Y por sus familias. Pero Iñaki Urdangarin, condenado a penas más leves, le acaban de denegar el tercer grado.


La fiscalía recurrirá la medida -otorgada por una consejeria de ERC- y previsiblemente el Supremo lo revocará con lo que incrementará el victimismo indepe. Lo que me ha hecho gracia es que vayan pidiendo ya la amnistía, no el indulto. La amnistía -complicado porque es por ley- se otorga generalmente a los que no han hecho nada malo o fueron condenados injustamente.


El indulto en cambio conlleva un reconocimiento de culpa implícito. De hecho, la UGT ha pedido ya tal medida de gracia para una de sus militantes, Dolors Bassa, de 61 años.


Pero lo dicho: han sido recibidos cómo héroes. Jordi Cuixart estaba ya el viernes en Catalunya Ràdio. Este domingo nos espera Oriol Junqueras en TV3. Nada menos que entrevistado por el director de la cadena. En el Telenotícies del viernes recogieron profusamente las palabras de los presos a su salida de la cárcel.


Voy insistir: no son héroes.


No deberían haber entrado nunca en prisión -y menos los Jordis- pero también es verdad que nunca deberían haber hecho lo que hicieron. Conforme a la justicia española -el Código Penal- correspondían determinadas penas de cárcel. Estoy convencido de que si hubieran cometido los mismos actos en Baviera, el norte de Italia o Texas habrían sido condenados a penas similares o incluso más contundentes.


Sólo recordar que, de un plumazo, declararon la independencia, proclamaron la república, abolieron la monarquía, se pasaron por el forro las notificaciones del TC y hasta derogaron … ¡el Estatut! El último en hacerlo fue Franco en 1938 cuando sus tropas estaban a las puertas de Lleida.


Todavía recuerdo que, tras la condena, en TV3 no paraban de destacar que habían sido condenados “a más de cien años de cárcel”. Sí, pero divididos por doce procesados. Algunos, felizmente para ellos, ni siquiera entraron en prisión.


Por eso voy a volver a decirlo: no son héroes.


No sólo se cargaron la posibilidad de la independencia de Catalunya a corto o medio plazo -su fin más anhelado- sino también se han cargado Catalunya. Digo a corto o medio plazo porque el futuro es impredecible. Quizá los hijos de Junqueras o de Rull, traumatizados por lo que les ha pasado a sus padres, lo vuelvan a intentar dentro de veinte o treinta años.


Insisto: se han cargado también Catalunya.


No me refiero sólo a los daños materiales -la aplicación del 155, la suspensión de la autonomía, la destitución del Govern en pleno, la convocatoria de elecciones autonómicas desde Madrid- sino a los inmateriales, mucho más difíciles de cuantificar. El callejón sin salida. El bloqueo político. La inseguridad jurídica. La parálisis legislativa. La falta de liderazgo en la Generalitat. La degradación de las instituciones.


Algo que afecta incluso a mi autoestima como catalán.


Lanzamos -lanzaron- todo por la borda apenas 40 años de recuperado el autogobierno poco o mucho algo era. Y, desde luego, era más que otras regiones europeas. De hecho era el período de más autogobierno de los últimos 300 años.


Por eso, estoy a favor de buscar una salida al “conflicto político” que dicen ellos. Incluso con medidas de gracia.


Pero es también una crisis de convivencia. Y ellos también deberían poner algo de su parte. El ho tornarem a fer no ayuda en nada. Tienen que admitir que es imposible declarar la independencia con el 47% de los votos. No en unas sino en dos elecciones sucesivas. Las últimas en pleno apogeo indepe tras la aplicación del 155.


Por eso, sólo deseo que dejen de dar la tabarra.


Han dejado una Catalunya partida por la mitad.


Y, si vuelven a empezar, el conflicto civil puede ser inevitable.


Ahora andán aletargados por el covid pero no veo en el independentismo el menor atisbo de autocrítica o de pensar en otra cosa más allá de sus propios fines."                      (Xavier Rius, director de e--notícies, 18/07/20)