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5/5/23

El otro déficit fiscal... Barcelona paga el 82% y recibe el 65%... Gerona aporta el siete por ciento y recibe el once. Lérida aporta el tres por ciento y recibe el diez por ciento ¡¡Lleida y Girona nos roban!!

 "Barcelona aporta el ochenta y dos por ciento del presupuesto de la Generalitat de Cataluña y recibe el sesenta y cinco, tal y como puso de manifiesto en el Parlament el diputado de Vox, Joan Garriga, en respuesta a una moción de Junts.

El diputado Joan Canadell presentó una moción según la cual "el Govern deberá preparar una propuesta de cómo sería un presupuesto sin déficit fiscal y deberá publicarse durante la elaboración de cada nuevo presupuesto. Al menos, mientras no seamos un Estado".

"Cataluña sin déficit fiscal crecería entre un ocho y un nueve por ciento en el primer año y hasta el veinte por ciento a medio plazo, lo que nos situaría al nivel de países como Dinamarca y Holanda", remarcó el dipuadto de Junts.

Garriga, en su intervención, replicó a Canadell que "lo que ustedes pretenden es enfrentar a los territorios". "También se podría plantear injustamente – injustamente–, dentro de nuestra región estas balanzas fiscales, por provincias, por municipios, por barrios, por distritos, podría tener sentido lo de Tabarnia".

El diputado de Vox señaló que "Cataluña tendría un déficit anual con la provincia de Barcelona en torno al dieciséis por ciento". También recordó que "el noventa por ciento de los grandes impuestos que se recauda en Cataluña son en la provincia de Barcelona". "De cada cien euros que pagan los ciudadanos de la provincia de Barcelona, diecinueve van al resto de provincias", añadió.

"Barcelona aporta el ochenta y dos por ciento del presupuesto de la Generalitat de Cataluña y recibe el sesenta y cinco. Gerona aporta el siete por ciento y recibe el once. Lérida aporta el tres por ciento y recibe el diez por ciento. Tarragona aporta el seis por ciento al presupuesto de la Generalitat y recibe el doce por ciento. Esto no va con nosotros", sentenció."   (e-notícies, 05/05/23)

29/10/20

"Mascarillas compradas fuera de Cataluña y no etiquetadas en catalán". Esa es una de las preocupaciones del sindicato independentista Intersindical-CSC en plena segunda ola de la pandemia mundial de coronavirus

 "Mascarillas compradas fuera de Cataluña y no etiquetadas en catalán". Esa es una de las preocupaciones del sindicato independentista Intersindical-CSC en plena segunda ola de la pandemia mundial de coronavirus. Con este sorprendente mensaje se quejaba esta organización del hecho de que la Generalitat haya adquirido material fuera de su territorio.

"¿Así se cuida el tejido comercial de proximidad y la lengua, Departamento de Educación? Máscaras compradas fuera de Cataluña y no etiquetadas en catalán", denuncia amargamente esta entidad secesionista en su perfil de Twitter --cuando ya se han registrado 60.000 alumnos en cuarentena por Covid en la comunidad desde la vuelta al cole--, además de lamentar que "centros educativos públicos y concertados" hagan, según ellos, "publicidad de Amazon para ganar dinero".

La imagen adjuntada a su mensaje muestra que, en efecto, el etiquetado de este producto es en castellano. Y también que se trata de lotes de mascarillas higiénicas reutilizables, no EPIs o FFP, tal y como se advierte también en el mismo y en la página web de la empresa fabricante. Algo que el sindicato no entra a valorar en su mensaje.

Intersindical-CSC es un sindicato muy minoritario en Cataluña que se autodefine como "de clase" y cuya presencia y militancia se nutre en buena medida de la Administración catalana, además de contar con las simpatías de destacados dirigentes de la Generalitat, como por ejemplo su expresidente Quim Torra

No en vano, la organización estuvo detrás de numerosas protestas favorables a los mandatarios del procés y de los denominados "paros de país" secesionistas de 2017 y 2019. Hasta este año, su secretario general fue Carles Sastre, exterrorista de Terra Lliure condenado en su día por el asesinato del empresario José María Bultó en 1977."                 (Crónica global, 24/10/20)

30/12/19

El gran consumo gallego intensifica su boicot a los productos de Cataluña... por lo menos, hasta que no pasen por las aduanas gallegas... que también somos nación... de las pobres, pero nación

 "A Coruña, 14.00 horas. Un hombre le propina dos puñetazos a una frutera de la calle Marqués de Pontejos por vender peras de Lérida. El incidente se queda en una desafortunada anécdota, pero sirve para demostrar hasta qué punto el llamado conflicto catalán ha traspasado los límites de la política. Afecta a muchas empresas -en dos años se han producido 4.000 salidas netas de sociedades que decidieron dejar de tener sede en Cataluña- y está calando en el consumidor y trastocando sus hábitos de compra, también en Galicia.

 La sensibilidad del consumidor está a flor de piel. La pasada semana, en apenas 24 horas, casi 10.000 personas se volcaron en las redes sociales para pedir a Codorníu la retirada de una publicidad que incluía un supuesto guiño independentista. La marca de cava utilizó como eslogan Lo volveremos a hacer, el mismo lema que ha sido reivindicado tanto por los independentistas presos como en las manifestaciones de Barcelona. Y de poco le ha servido a la empresa salir a explicar que todo ha sido fruto de una mera coincidencia.

El cava es uno de los principales productos que Cataluña vende a Galicia, dentro de unas importaciones totales que rondan los 1.200 millones de euros. La comunidad gallega es uno de los 20 principales mercados de las empresas catalanas (nacionales e internacionales) y supone el 3 % del total de sus exportaciones interregionales, según el informe del centro de estudios C-Intereg 2019, elaborado con datos del 2016.

Estas cifras, a día de hoy, son ligeramente inferiores. Galicia no ha declarado el boicot a los productos catalanes, pero el consumo, que no vive de forma ajena a lo que ocurre en su entorno, hace que las ventas catalanas a Galicia se resientan. Lo dicen fuentes de una gran superficie de distribución, que constata una «apreciable bajada de la demanda de alimentos y bebidas que la gente identifica claramente con Cataluña, como cavas y cierto tipo de embutidos y frutas», explica un portavoz, sin querer entrar en más detalle.

 Los constatan también las empresas gallegas distribuidoras de esas referencias que trabajan con marcas catalanas. «Somos distribuidores de cava catalán, y lo cierto es que el consumo se ha retraído. Pero no solo el cava. Trabajábamos con una empresa que tenía una butifarra y una longaniza buenísima, pero cuando se empezó a poner el tema catalán más candente tuvimos que dejar de trabajar con ellos, porque no se vendía», afirma Ana Villar, responsable de la firma coruñesa Distribuciones Villar y AV Nadal, que constata cómo el rechazo a productos catalanes se intensifica.

Cestas anticatalanas

«Al hacer los lotes de Navidad, muchas empresas nos recalcan que no quieren ningún producto catalán. Desgraciadamente, la calle es muy sensible a estas cuestiones», añade.
La empresaria no oculta su malestar por el daño que este tipo de rechazos provocan a las pequeñas y medianas empresas catalanas. «Sus productos son muy buenos, y detrás hay muchos trabajadores afectados», afirma.

 Eloy García, gerente de la distribuidora de Lugo Cristogalicia ratifica la percepción de Cristina Villar. «Es un problema que se viene arrastrando desde hace un par de años. Yo no lo llamaría boicot, pero sí que hay una caída de la demanda, en la que también influye otro factor, y es que nuestros espumosos gallegos se están poniendo de moda», afirma el empresario. «No quiero decir que el rechazo al cava favorezca a los espumosos gallegos, sino que el producto gallego es tan bueno que está convenciendo al mercado», explica.
 
Carmen Soto, gerente de la distribuidora Disneria, es una convencida de los productos gallegos, y reconoce que ella misma es la que pone el veto a los alimentos y bebidas de Cataluña. «Ya no compro el cava catalán, y lo hago por convicción. Tenemos en Galicia unos espumosos muy buenos y me esfuerzo en promocionarlos entre mis clientes. Aunque me pidan Codorníu, no se lo sirvo», asegura.

Cava sin denominación para evitar el castigo del mercado 

La producción de cava para el mercado español descendió un 12,1 % durante el 2018 y la tendencia de bajada se ha mantenido a lo largo de este año. El pasado mes de julio, el Consejo Regulador del Cava reconoció su preocupación por estos resultados, que atribuyó a una importante caída en el consumo interno. Porque de los 244 millones de botellas producidas, 79 millones fueron destinadas al mercado interior, casi 10 millones menos de las previstas.

Hasta ahora, las bodegas catalanas han conseguido compensar la caída del mercado nacional aumentando sus exportaciones y dependiendo menos de las compras interregionales, Algo que ocurre también en el sector de los vinos. Pero el problema no parece ceder, sino empeorar y, ante esta situación, la estrategia de algunas bodegas está siendo el anonimato.

Fuentes del sector explican que los bodegueros reservan una parte de la producción de botellas ya listas y sin etiquetar para que después salgan a la venta como cava valenciano y extremeño.

Etiquetado en Valencia

Las imágenes volcadas en las redes sociales por el trabajador de una bodega catalana mostrando las jaulas repletas de botellas de cava con destino al mercado nacional han dado la vuelta al sector. Siempre según el trabajador, los envases salían con destino a Valencia para ser allí etiquetadas como propias y «engañar» a los consumidores para que piensen que no están comprando algo catalán.

Esta revelación ha generado estos días una fuerte polémica en Cataluña, porque no ha gustado a nadie. Mientras colectivos de consumidores aseguran sentirse engañados, los más catalanistas consideran que se trata de una estrategia cobarde de las bodegas del país, que deberían defender con convicción su etiqueta y el origen del producto."                  (M. Sío Dopeso, La Voz de Galicia)

29/11/19

La balanza comercial de Cataluña: el superávit con el resto de España se mantiene entorno a los 18 mil millones de euros anuales, y el déficit con el resto del mundo crece ligeramente, también hasta los 18 mil millones. Por tanto, el superávit con el resto de España financia el déficit con el resto del mundo... Cataluña vende más a Aragón (1,3 M de habitantes) que a Francia (67 M hab)...

"El balance pagos es la cuenta de las relaciones económicas de un territorio con el exterior, normalmente de un Estado con el resto del mundo. Este ejercicio contable puede extenderse a las relaciones de una región con el resto del Estado, o a las de una ciudad con el resto de su región, de su Estado o del mundo.

La actividad económica no está situada uniformemente en el territorio. Por motivos geográficos e históricos hay lugares, ciudades, regiones, enclaves, clusters y centros de gravedad relativamente especializados y que comercian entre sí, formando parte de las cadenas nacionales y hoy globales de suministro y de valor.

 La difusión de la actividad mercantil a más y más territorios (hacia abajo) y la globalización (hacia arriba) hacen de la integración e interrelación un elemento esencial del crecimiento. Más allá de la geografía, pues, hoy la competitividad, la convergencia y el progreso de los países y territorios se debe a la calidad de sus instituciones.

A medida que el territorio considerado tiene menos barreras con el resto del mundo la estimación del balance de pagos se complica, dado que hay menos datos registrales y más celdas de la cuenta deben estimarse, restando fiabilidad y relevancia al balance de pagos exteriores. El balance de pagos se organiza en varias sub balanzas: comercial, de servicios, de transferencias, de rentas, de capital y financiera, de modo que los superávits de unas sub balanzas financian los déficits de otras sub balanzas y así el balance de pagos se equilibra.

Las balanzas exteriores son clave para el análisis de la relevancia y complejidad de la cuantificación de las relaciones exteriores de un territorio. A menudo se han usado las balanzas en las reclamaciones regionalistas y nacionalistas.

Los conceptos anteriores se han aplicado a la estimación de los balances de pagos o balanzas exteriores de Cataluña, en particular par cernir las relaciones con el resto de España. A este propósito, dos tipos de sub balanzas interesaron sobremanera:la balanza comercial, y por extensión de servicios y acaso de transferencias, o balance por cuenta corriente y la balanza fiscal, con los ingresos y gastos públicos.

El comercio puede ser de bienes, de una clase de éstos como son los productos industriales, y puede ser de servicios, cuyo crecimiento es mayor que el de bienes. Consideremos la dinámica del comercio de bienes de Cataluña.

 Desde 1995 se observa:
  • Mantenimiento de la producción de Cataluña para el consumo interno de Cataluña.
  • Reducción ligera de las ventas y de las compras al resto de España.
  • Crecimiento fuerte de las ventas de las compras al resto del mundo.
  • De este modo, el superávit con el resto de España se mantiene entorno a los 18 mil millones de euros anuales, y el déficit con el resto del mundo crece ligeramente, también hasta los 18 mil millones.
  • Por tanto, el superávit con el resto de España financia el déficit con el resto del mundo
  • El principal competidor de Cataluña, la Comunidad de Madrid tiene un déficit con el resto de CC.AA. de 9.493 millones de euros y un déficit con el resto del mundo de 31.334 millones.
No teniendo Cataluña moneda propia ni arancel ni fronteras con el resto de España estimar el comercio con el resto de España (y con el resto de la UE) no es tarea sencilla. Hay diferentes mediciones de los flujos exteriores de Cataluña y de ellas se pueden extraer unos órdenes de magnitud acerca del destino de las ventas de las empresas residentes en Cataluña. Si se considera sólo el comercio de bienes: el 35 % de la producción de destina al mercado catalán, el 35 % al resto de España y el 30 % al resto de la UE y del mundo. Si a los bienes se añaden los servicios: el 60 % de la producción catalana se destina al mercado catalán, el 23 % al resto de España y el 17 % va al resto de la UE y del mundo.

Desde hace siglos España es un mercado nacional. Por ello hay una inextricable interdependencia de las economías regionales españolas. En la conformación histórica del mercado español Cataluña ha sido clave al ser ahí dónde se concentró la mayor parte de la industria manufacturera que atendía al mercado nacional. Cataluña fue el centro de gravedad de la economía española. Desde la etapa inicial de industrialización, y especialmente desde 1959, la industria se extendió en toda España. Complementariamente, en Cataluña se desarrollaron actividades de servicio, que hoy son lo principal de la economía catalana.

La balanza comercial (ventas de productos menos compras de productos) de las CC.AA. se puede ver en la Figura 32.2 Ocho CC.AA. tienen superávit comercial, nueve tienen déficit. Hay CC.AA. avanzadas y grandes tanto entre las que tienen superávit comercial (Cataluña y Andalucía), como entre las que tienen como déficit (Madrid y Comunidad Valenciana). Como corresponde a una región especializada en vender productos industriales al resto de España Cataluña tiene un gran superávit comercial, entorno a los 18 mil millones de euros al año. A cierta distancia se hallan Andalucía (8 mil millones) y Galicia (6,5 mil millones), seguidas de ambas Castillas, Navarra, Murcia y el País Vasco.

Cataluña tiene un gran superávit comercial con el resto de España y, en cambio, con el resto del mundo tiene un importante déficit, en parte por la factura energética. El superávit con el resto de España compensa el déficit con el resto del mundo.

Entre Cataluña y el resto de España, en particular con su capital, Madrid, hay una relación de complementariedad. Cataluña es lo que es -relativamente más rica- precisamente porque está en España. Igualmente, la entidad de España se debe en parte a la entidad de Cataluña. La competencia entre Madrid y Barcelona es la propia entre dos grandes ciudades, y ocurre en muchos países del mundo. Sin embargo, las relaciones normales entre regiones y entre madrileños y barceloneses se han visto alteradas por el desafío separatista. Es bien conocido y visible que las principales empresas catalanas han huido a Madrid y a otros lugares más acogedores, lo que ha reducido la capacidad competitiva de Cataluña y las oportunidades de trabajo y profesionales de los catalanes.

El comercio de Cataluña con el resto de España y del mundo tiene interés como elemento explicativo de la identidad económica y social de ambos territorios y porque, justamente, en caso de una hipotética separación lo primero y lo que más sufre es el comercio. Con la independencia caería aquello que explica el ser de la economía y sociedad catalanas. Una economía como la catalana no es imaginable desconectada del resto de España.

 Cataluña vende más a Aragón (1,3 M de habitantes) que a Francia (67 M hab)

 Cataluña vende más a Madrid (6,6 M hab) que al Reino Unido (67 M hab)

 Cataluña vende más a Cantabria (0,6 M hab) que a EE.UU. (327 M hab)

Cataluña vende más a Castilla-La Mancha (2 M hab) que a China (1395 M hab)
Los separatistas pretenden la desconexión con España. Hacen como que con la secesión política y de la legalidad la economía seguiría igual, lo cual es imposible. En un mundo global, y más en una economía especializada en producir para el resto de España, la desconexión es imposible. Vaya, si se produjera una 'desconexión' económica, Cataluña quedaría al nivel de renta y de derechos de Corea del Norte, que efectivamente está desconectada del mundo.
Conclusiones
  • Cataluña compra al mundo y vende a España. Cataluña compensa el déficit en su balance comercial con el resto del mundo con su superávit en su balance comercial con el resto de España
  • La balanza comercial de Cataluña es positiva (5,5% del PIB) merced a los flujos comerciales con el resto de España (que arrojan un saldo positivo del 9,7% del PIB), los cuales compensan con creces el déficit comercial con el resto del mundo (4,2% del PIB).
  • El comercio de Cataluña con casi todas y cada una de las otras regiones de España ¡es superior al comercio con cualquier país del mundo!"                   (Ferrán Brunet, El Liberal, 24/11/19)

20/7/18

Tabarnia (Barcelona+Tarragona) presenta un déficit fiscal de 4.659 millones de euros dentro de Cataluña, según un informe de CCC... o sea, Cataluña roba a Barcelona y Tarragona




" Uno de los grandes mantras del nacionalismo catalán era que España no publicaba las balanzas fiscales como sí hacían el resto de países europeos. 

Una vez se ha demostrado que la premisa no era cierta y que ningún Estado del continente las publica, desde el nacionalismo siguen denunciando una supuesta situación de agravio por un elevado déficit fiscal de la Administración central del Estado con Cataluña.

Con el objetivo de combatir esta otra premisa del nacionalismo, la entidad Convivència Cívica Catalana ha elaborado un informe que demuestra que la región ficticia de Tabarnia sufre un déficit fiscal de 4.659 millones de euros respecto a la Generalitat. “El déficit fiscal que tiene Tabarnia es similar al que tiene Cataluña con España”, explica a Crónica Global el coordinador del informe.

Se trata, en ambos casos, a una situación equiparable a la que existe en el resto de Europa entre las regiones más prósperas y las que menos. Y, aseguran, no tiene ningún elemento de "agravio" real más allá de la solidaridad interterritorial.

Cataluña roba a Tabarnia

De acuerdo con el informe, titulado Las balanzas fiscales dentro de Cataluña, la Administración catalana obtiene de Tabarnia el 82% de sus ingresos, pero sólo retorna a la región el 66% de sus gastos.

Tabarnia es la región más desarrollada, industrial y que más riqueza genera y, ateniendo a la lógica del nacionalismo, verían cómo todos sus esfuerzos se van a las zonas improductivas de la Cataluña interior. Este argumento, como todo el ideario que hay detrás de la idea de Tabarnia, saca a relucir las contradicciones del nacionalismo catalán. “La Generalitat no publica las balanzas fiscales que tanto reclama al Estado español, ocultan los flujos fiscales dentro de Cataluña”, sostienen.

Un tabarnés aporta 838 euros más

Los ciudadanos y empresas de Tabarnia aportan 23.843 millones a las arcas catalanas. Sin embargo, el Govern únicamente destina 19.184 millones en gastos e inversiones. En términos per cápita, de media cada tabarnés aporta al Govern 838 euros más de lo que recibe.

El informe también pone de relieve que las comarcas que conforman Tabarnia representan un 78% del PIB catalán, pero en infraestructuras reciben menos de la mitad (47%): “El Gobierno catalán incumple claramente esa regla dentro de Cataluña en la distribución de sus propias inversiones, de modo que las comarcas más dinámicas obtienen un retorno en una proporción sustancialmente por debajo de su PIB", explican.

La misma metodología

Los autores del análisis explican que han utilizado la misma metodología que emplea el nacionalismo catalán para calcular su déficit fiscal respecto al Estado central. No obstante, destacan que hay “más información a nivel autonómico” que a “nivel provincial”.

Su conclusión principal es que existe una “transferencia fiscal” muy relevante desde Tabarnia hacia la Cataluña interior y que, en términos relativos, genera "un déficit fiscal equiparable al de Cataluña dentro de España”. Insisten en que su objetivo es sacar a relucir las “incoherencias” del nacionalismo, que tampoco da a conocer ni comparte sus balanzas fiscales internas."          (Crónica Global, Laura Fábregas, 19/07/18)


"En los últimos tiempos ha aparecido un concepto nuevo en la política catalana, que ha ido cobrando fuerza tanto en medios de comunicación como en redes sociales.

Se trata de Tabarnia, un territorio que agruparía a las comarcas de Cataluña en torno a las ciudades de Barcelona y Tarragona caracterizadas por un mayor nivel de desarrollo industrial y población urbana junto con un menor porcentaje de voto nacionalista.

Convivencia Cívica Catalana (CCC) analiza en un informe algunas de las principales variables a nivel económico de este territorio, incluida su balanza fiscal con el gobierno de Cataluña.

Una de las principales conclusiones del análisis efectuado es que la administración catalana obtiene de Tabarnia el 82% de sus ingresos pero destina a este territorio sólo el 66% de sus gastos.

Ello significa, en términos relativos, que el gobierno catalán impone a Tabarnia un déficit fiscal más elevado que el de Cataluña dentro de España.

En valores absolutos, Tabarnia presenta un déficit fiscal de 4.659 millones de euros dentro de Cataluña. Sus ciudadanos y empresas aportan al gobierno catalán 23.843 millones pero solo reciben de él en gastos e inversiones 19.184 millones.

En términos per cápita, de media cada ciudadano de las comarcas que componen Tabarnia aporta al gobierno de Cataluña 838 euros más de lo que recibe.

El estudio de las balanzas fiscales dentro de Cataluña evidencia en términos generales que el gobierno catalán extrae recursos de forma significativa desde las zonas no nacionalistas de Cataluña para transferirlos hacia las de voto más nacionalista.

Por otra parte, el análisis también pone de relieve que las comarcas que conforman Tabarnia aportan más de tres cuartas partes del PIB de Cataluña (en concreto, un 78%), pero reciben menos de la mitad (47%) de las inversiones reales del gobierno autonómico de Cataluña en materia de infraestructuras.

Se trata de una diferencia muy sustancial: 30 puntos porcentuales por debajo de la aportación al PIB. Ello es políticamente relevante ya que, como es conocido, una de las principales exigencias del gobierno catalán al gobierno central es que invierta en infraestructuras en Cataluña en una proporción igual al PIB de Cataluña dentro de España.

Sin embargo, el gobierno catalán incumple claramente esa ‘regla’ dentro de Cataluña en la distribución de sus propias inversiones, invirtiendo en las comarcas más dinámicas económicamente en una proporción sustancialmente por debajo de su PIB.

Convivencia Cívica Catalana lamenta “que el ejecutivo autonómico catalán se niegue a publicar las balanzas fiscales de las provincias y comarcas catalanas”.
“No parece coherente reclamar transparencia para conocer los flujos fiscales dentro de España mientras se oculta esa misma información dentro de Cataluña”, concluye esta entidad cívica."          (El Catalán, 19/07/18)

11/10/17

La balanza (ocultada) de exportaciones/importaciones catalanas: un enorme superávit de 17.548 millones a favor en el comercio interior, y un déficit de -12.683 millones en el comercio exterior. O sea, la ruina con la independencia...

"(...) Las diversas encuestas realizadas por el CEO en Cataluña (5) muestran que entre junio del 2005 y julio de 2009 la opción favorable a la independencia no superaba el 20%, mientras la suma de las opciones federalistas o partidarias de la Autonomía superaban el 70%. Entre principios de 2010 y julio de 2011 la opción proindependentista creció sin traspasar el 30%, mientras la suma de las otras opciones no independentistas obtenía el 66%.

A partir de 2012, la opción partidaria de la independentista asciende hasta alcanzar su cota más elevada en julio de 2013 con el 48,5%, superando la suma de opciones no independentistas con el 45,3%. Desde entonces, la opción independentista ha tenido una evolución a la baja hasta llegar al 34,6% en el segundo trimestre de 2017, en cambio, la suma de opciones no independentistas recuperaban posiciones hasta alcanzar el 56%. (...)

La evolución del sentimiento independentista en Cataluña es inseparable de una serie de acontecimientos jurídico-políticos, pero especialmente, de carácter económico-social-políticos:

1.- La sentencia del Tribunal Constitucional el 28 de junio de 2010 sobre el recurso presentado por el grupo parlamentario del PP contra el Nou Estatut de Cataluña aprobado en referéndum el 18 de junio de 2006 con el 74% de los votos y una participación del 49,4% (6). Dicha sentencia anula 14 artículos por inconstitucionales, cuando en los estatutos Andalucía y la Comunidad valenciana artículos idénticos no han sido cuestionados.

Este acontecimiento generó un evidente malestar en amplios sectores de la ciudadanía en Cataluña, la protesta se expresó en la calle en la gran manifestación unitaria de 10 de julio de 2010, con 1 millón de participantes, sin embargo, dicha movilización fue puntual y no tuvo continuidad en el corto plazo. La manifestación del 11 de septiembre en 2010 tuvo baja participación, alrededor de 10.000 manifestantes (7).

2.- El agravamiento de la crisis económica y del malestar social y político: A partir de 2009 la crisis económica mundial desatada en EEUU, hace estallar la burbuja inmobiliaria en España, con una rápida destrucción de empleo que elevará el paro hasta la cifra de 4.700.000 personas a finales de 2010.

Las políticas de ajuste y austeridad que aplica el gobierno del PSOE bajo Zapatero, y Artur Mas (CiU) en Cataluña, provocarán un gran descontento social que dará lugar al nacimiento del movimiento 15-M de los indignados.

En septiembre de 2011 PSOE y PP aprueban la contrarreforma constitucional del artº 135. En esos meses el conflicto socio-político antineoliberal hegemonizaba la protesta y la movilización social. En Cataluña el gobierno de la derecha nacionalista reprimirá brutalmente la acampada de los indignados en Pza. Cataluña (8), la protesta social ocupa plazas y calles, mientras la manifestación nacional del 11 de septiembre en dicho año se mantiene en niveles de baja participación.

3.- La victoria del PP en las elecciones generales el 20 de noviembre de 2011 dan la coartada a Artur Mas y la mayoría de CiU, así como a las fuerzas políticas independentistas, para promover la campaña a favor del “derecho a decidir” y la independencia de Cataluña.

Bajo el lema “España nos roba”, y el mantra de una España “casposa” e irreformable, la fuerzas proindependentistas, utilizan todos los medios propagandísticos a su alcance, especialmente el control de la televisión catalana, para manipular los datos fiscales y acusar al estado español de un expolio fiscal a Cataluña de más de 16.000 millones de euros anuales (8,5% del PIB de Cataluña), cifra posteriormente desmentida por el Consejero de economía del gobierno de la Generalitat Sr.Más Colell que los redujo a cerca de 3.300 millones (1,5% PIB cat), y lanzar el siguiente mensaje a la sociedad catalana: si la totalidad de la riqueza generada en Cataluña se distribuyera entre su ciudadanía, y no fuera despojada fiscalmente por el estado español, el nivel de bienestar social en Cataluña sería superior, alcanzando las cotas más elevadas de la UE (9).

La omisión deliberada por parte del gobierno de la Generalitat y del independentismo, de los datos de la balanza de exportaciones/importaciones en el seno del mercado español entre la comunidad de Cataluña y el resto de comunidades (10), con un enorme superávit  de 17.548 millones de euros en 2016 (+8,6% PIB Cat)a favor de Cataluña, así como los datos de dicha balanza entre Cataluña y el mercado exterior (UE y mercado mundial), con un resultado deficitario de -12.683 millones de euros (-6,2% PIB Cat) para Cataluña facilitó el objetivo de “seducir” a una parte de la población catalana, que previamente no era independentista, que la independencia de Cataluña era la solución para recuperar el bienestar social perdido.

 En la sociedad catalana, hay un rechazo mayoritario a los gobiernos conservadores y post franquistas del PP, que está enraizado en la propia memoria histórica, guerra civil, dictadura, gobierno de Aznar y su apoyo a la guerra imperialista en Irak, recurso contra el Estatut de autonomía, etc. 

Este sentimiento de rechazo se incrementó como consecuencia de las brutales políticas antisociales del gobierno de Mariano Rajoy, entre ellas la contrarreforma laboral en 2012 (aprobada con el voto favorable de CiU, antiguo PDeCAT) que destruyó más de 1 millón de empleos, hasta alcanzar la cifra de 6 millones.

Este sentimiento de rechazo, fue utilizado por Artur Mas y su gobierno para tapar los efectos de la crisis de corrupción del caso Pujol, Palau de la Música, comisión 3%,  que amenazaba ponerlo en el centro de la crítica, así como el malestar provocado por los recortes antisociales aplicados por el gobierno de la Generalitat, sacando de la chistera el derecho a decidir y desviando la atención pública y la movilización ciudadana al poner en marcha la campaña por el “derecho a decidir” y la independencia.  

La hipocresía del gobierno de Artur Mas alcanzó cotas difíciles de superar, a la vez que ponía en marcha la campaña en defensa de la soberanía de Cataluña y por el ”derecho a decidir” su grupo parlamentario en el congreso de diputados votaba a favor de la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria, concreción del Tratado de la UE de idénticos objetivos, que otorgaba  al estado español poderes para intervenir los gobiernos autonómicos en caso de incumplir los objetivos de déficit y deuda marcados, facilitando la recentralización del estado español.

El impulso de la Generalitat a la campaña proindependentista con el concurso de las organizaciones de la sociedad civil (ANC, Omnium, etc.) obtuvo el efecto deseado: el 11 de septiembre de 2012 la movilización independentista alcanzó un nivel de participación histórica. (...)

4.- La consideración del factor desestabilizador y/o disgregador de la Unión Europea es fundamental para comprender el avance independentista en Cataluña, fenómeno que no es exclusivo del estado español, y cuyo contagio se extiende o amenaza expandirse entre otros estados de la UE.

La renuncia a la soberanía económica que significó la moneda única, el euro, se sumaba a las concesiones en tal sentido realizadas con la puesta en marcha del Tratado de Maastricht, el Tratado de Lisboa, el Pacto euro plus, artº 135 de la Constitución española, y el Tratado de estabilidad presupuestaria. 

Esta traición, renuncia o cesión de soberanía, gozó de un amplio consenso y complicidad entre las élites políticas del estado español y Cataluña. Desde el PP al PSOE, pasando por las organizaciones del resto de la derecha y centro nacionalista, CIU, PNV, etc., y la ausencia de la oposición del resto, salvo IU en la época en que Julio Anguita fue coordinador general, junto a otras organizaciones de la izquierda radical y revolucionaria de menor implantación. 

Este auténtico “contubernio” explica el silencio de todos ellos ante el rol decisivo de la UE en la gestión de la crisis y la imposición de las recetas económicas que priorizaban la devolución de la deuda a los países acreedores, y en consecuencia la reducción del déficit público a toda costa.

En este contexto, las fuerzas independentistas pudieron culpabilizar exclusivamente del malestar social y la crisis económica a Madrid como símbolo del estado español. Un estado, por otra parte, con escasos poderes para imponer una política alternativa si permanecía en el marco de la UE.

El cinismo hipócrita de las fuerzas mayoritarias del independentismo en Cataluña coaligadas en Junt pel Si, se expresa en su defensa de un proyecto de estado soberano catalán en el marco de la UE. Cuando saben perfectamente que los Tratados de la UE (12) lo hacen sumamente difícil, por no decir imposible.

Pero en el caso, que un milagro lo hiciera posible, el nivel de deuda pública de la administración de la Generalitat que alcanza la cifra de 75.098 millones de euros, a la que habría que añadir la parte que le correspondería de la deuda del estado español, más la parte de la deuda exterior (privada y pública) que asciende a 1,911 billones de euros.

 La hipoteca de la deuda impedirá a Cataluña, en el caso de continuar en la UE (lo cual defiende a ultranza Junts pel Si), actuar como un estado soberano independiente al estar obligado a aplicar las políticas dictadas por Bruselas y Berlín, so pena de conocer las presiones y chantajes sufridos por Grecia.

En este escenario, determinados sectores de la izquierda radical han idealizado el conflicto nacional haciendo abstracción del marco condicionante de la UE, y sueñan que es una oportunidad para desencadenar un proceso de transformación revolucionaria superadora del capitalismo.

 En este deseo, no tienen en cuenta que la hegemonía política del movimiento independentista la detentan partidos y organizaciones que defienden el capitalismo o no lo cuestionan abiertamente (salvo la minoritaria CUP), y que los sectores populares movilizados son fundamentalmente la pequeño burguesía urbana y rural, clases medias, etc. 

La mayoría de la clase trabajadora se mantiene distante, y no se dejará utilizar de carne de cañón en  la aventura independentista, su memoria sigue viva sobre las políticas de recortes sociales y apoyo a la contrarreforma laboral de CIU ahora PDeCat, que han provocado el aumento escandaloso de la desigualdad (13).

Además, una parte importante de la sociedad catalana teme con razón, que en una sociedad tan integrada económicamente como la española, como demuestra las relaciones comerciales entre Cataluña y el estado español, la independencia tendría graves consecuencias sobre el bienestar general, y en particular de la clase trabajadora y los sectores más vulnerables. 

No se trata únicamente de las previsibles medidas de protección del mercado español respecto de las “exportaciones” de Cataluña, en ausencia de la necesaria redistribución fiscal de la riqueza que reequilibre la economía. 

La cuestión es más sencilla: el resto del estado español no podrá comprar productos catalanes porque no dispondrá de recursos suficientes, y si lo hace, será al precio de un grave endeudamiento que no podrá mantenerse indefinidamente en el tiempo. Sin contar con los efectos devastadores que ello supondría sobre las deudas respectivas y su credibilidad en los mercados… (...)"                (Diosdado Toledano , Rebelión, 12/09/17)

29/9/17

Tras la independencia catalana, España mejoraría notoriamente su balanza comercial, al desprenderse de los 65.000 millones de importaciones catalanas...

"(...) Trataremos de analizar distintos aspectos económicos que consideramos relevantes sobre el problema catalán. Desde las balanzas fiscales, donde las cifras aportadas por los independentistas tienen truco; hasta un aspecto del que se olvidan los nacionalistas, las balanzas comerciales, mucho más relevantes para su devenir económico que su situación fiscal.  (...)

Pero empecemos por reconocer algo obvio. Los economistas independentistas hicieron, a través del Col.lectiu Wilson, un trabajo muy didáctico a la hora de aportar argumentos para justificar el proceso de independencia. Lo peor es que se lo permitimos desde el resto de España, porque en su análisis hay trucos y olvidos importantes. 

El Col.lectiu Wilson, que engloba a Doctores por Hardvard o el MIT, ha publicado distintos comunicados explicando su punto de vista alrededor de una hipotética independencia de Cataluña. Obviamente saben que a corto plazo serán mayores los costes que los beneficios, por eso se centra más en el medio y largo plazo.

 Es cierto, cómo dice el documento Wilson, que Cataluña a largo plazo puede ser una nación perfectamente viable y que además parte de una buena posición económica. Sin embargo no por los argumentos que ellos aportan.

Manipulación de las balanzas fiscales

Uno de los aspectos que más han utilizado los defensores de la independencia es que el saldo de la balanza fiscal catalana con España es deficitario, alrededor del 8% de su PIB. Llegaron a hablar incluso de diezmo, 10%. De ahí viene la famosa frase “España nos roba”. El problema es que hay truco y lo saben, o deberían saberlo. 

Para desmontar estas cifras acudiré al análisis de dos buenos amigos, Félix López Martínez y Javier López Bernardo que en su blog “ The Beauty Contest, A blog on Spanish and international affairs, macroeconomics and finance ” publicaron una excelente nota que titularon parafraseando el libro de Josep Borrell, “Las cuentas y los cuentos de las balanzas fiscales catalanas.

Las balanzas fiscales, como señalan Félix y Javier, son instrumentos contables aparentemente no politizados que recogen las relaciones económicas de Cataluña con el resto de España. El problema es que la manera en cómo se ha venido calculando en España es metodológicamente incorrecta.
No existe una metodología mundialmente aceptada para la realización de las mismas, como las que existen para la elaboración de las cuentas nacionales o la balanza de pagos. 

Si bien los enfoques son diversos, los investigadores se decantan en su mayoría por el enfoque llamado “carga-beneficio”, que es una balanza de transferencias. Se entiende por transferencia los ingresos y gastos sin ninguna relación a pagos por bienes y servicios por operaciones de mercado. A nivel español, dichas transferencias se agrupan en tres partidas. 

Por un lado, las transferencias de particulares de una región al gobierno central, como los impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social. Por otro lado, las transferencias más o menos directas del gobierno central a particulares o gobierno regional. Finalmente, las transferencias imputadas en especie, como el prorrateo de los servicios públicos centrales (defensa, justicia, etc.) 

En este enfoque, si uno recibe más transferencias de las que paga, el saldo es una balanza fiscal positiva. En Cataluña, dicho saldo ha venido siendo negativo, alcanzando aproximadamente la cifra de 11.000 millones de euros anuales, lo que representa un 5% del PIB catalán.


Sin embargo, dicho saldo no es el que declaran los independentistas catalanes como el correcto. Según ellos, el saldo es de 16.000 millones, o alrededor de un 8% del PIB catalán. Este nuevo saldo es el resultado derivado de otra metodología: el enfoque “flujo monetario”.

 Dicho enfoque consiste en asignar las transferencias imputadas en especie del método beneficio (fundamentalmente servicios de defensa y organismos centrales) no a quién se beneficia de las mismas (toda la sociedad española), sino a quién las recibe en forma de ingreso (en el caso del ejército en función de su distribución por España, mientras los organismos centrales se sitúan la mayoría en Madrid).

 Bajo esta metodología, Cataluña recibe menos pagos directos que las transferencias imputadas bajo el método carga-beneficio, con lo que el déficit de su balanza fiscal es mayor, un 2,5% del PIB mayor que respecto al enfoque carga beneficio.

Pero hay truco. El enfoque monetario solo contempla los pagos que realiza el gobierno central, pero no incluye los pagos entre las diversas autonomías. Sin embargo, en un país como España, la mayor parte del gasto público lo realizan las Comunidades Autónomas y los Entes Locales (CCAA y CCLL).

 Como recalcan Félix y Javier, “buena parte del gasto de las CCAA y CCLL es para la provisión de servicios de sanidad y educación (medicinas, equipamiento médico y escolar, equipos, productos y servicios para los proyectos de I+D, equipamiento urbano, etc.), cuyos ingresos los recibe desproporcionadamente el sector empresarial catalán.

 En total, calculamos que pueden ser entre 14,000 y 16,000 millones de euros.” De acuerdo con estas cifras, el saldo correcto que debería computarse bajo el enfoque flujo monetario sería cercano a cero. Es decir, utilizando el criterio de flujo monetario adecuadamente, el que tanto les gusta a los independentistas, el sector público español es neutro con respecto a la cantidad de ingresos que se inyectan y se detraen de Cataluña. Curioso, ¿verdad?

Las balanzas comerciales: el talón de Aquiles de una hipotética independencia

Pero hay algo de lo que apenas hablan desde el lado independentista. Nos referimos a la balanza comercial de bienes y servicios de Cataluña. Para ello nos remitimos a las estadísticas de comercio exterior DataComex, aportadas por el Ministerio de Economía y que nos permitirán aproximarnos a la balanza comercial de Cataluña con el resto del mundo; y las cifras de comercio interregional español, aportadas por el proyecto C-intereg. Conviene hacer alguna consideración.

 Los datos de DataComex se refieren exclusivamente a bienes. Los ajustaremos a partir las cifras de turismo. El proyecto C-intereg tiene actualizados los datos de bienes, pero con bastante retraso algunas cifras de servicios.

La idea fundamental es que Cataluña tiene un brutal superávit comercial de bienes y servicios con el resto de España, el mayor superávit del mundo de una región de un país con el resto de las regiones del mismo. Por el contrario presenta una situación deficitaria en el comercio de bienes con el resto del mundo compensada en parte con su balanza de turismo. 

Las cifras serían las siguientes. El superávit comercial de bienes y servicios de Cataluña con el resto de España alcanzó en los últimos años cifras entre los 20.000 y 24.000 millones de euros. La mitad de ese comercio interregional se perdería y afectaría muy negativamente al tejido de la pequeña y mediana empresa catalana por los enormes costes hundidos que les supondría montar una actividad exportadora.

 Por el contrario, el saldo comercial de bienes de Cataluña con el resto del mundo es profundamente deficitario, entre los 10.000 y los 15.000 millones de euros, compensados en su mayoría por su saldo turístico. En una hipotética independencia, España mejoraría notoriamente su balanza comercial, al desprenderse de los 65.000 millones de importaciones catalanas. Paradójico, ¿verdad?

Cataluña y el Euro

Una declaración unilateral de independencia no consensuada llevaría a la UE a tomar una decisión política muy similar a la tomada con Grecia. Cataluña si declara una independencia unilateral se queda fuera de la Unión Europea y del Euro. A corto plazo los catalanes perderían poder adquisitivo, y habría una parálisis económica. 

A largo plazo, es cierto, podría ser una ventaja competitiva una vez que pasen los años y la situación se normalice. No se entiende muy bien la obsesión por ser un país independiente y renunciar a la muestra de soberanía más importante de todas, la independencia monetaria. Enésima contradicción.

Si los independentistas deciden declarar la independencia unilateral de Cataluña deberían tener diseñado un sistema financiero propio y haber acumulado reservas de divisas internacionales, Euro y dólares básicamente, porque si no la marcha atrás que tendrán que dar si los dejan fuera del euro y de la UE será similar a la de los griegos. Obviamente no han hecho nada de esto.

 Es imposible que el BCE acepte inyectar liquidez al nuevo sistema bancario catalán si no se está dentro del euro. Por lo tanto, su sistema bancario quedaría desconectado del interbancario europeo.

 La única solución es que transitoriamente los bancos con sede en Cataluña, básicamente CaixaBank y Sabadell, trasladen su sede a Madrid para poder seguir conectados al Euro Sistema y de esa manera sobrevivir. Además habrá que recordarles a los independentistas que las inyecciones de liquidez entre filiales de diferentes países de un mismo banco no están permitidas.

En resumidas cuentas, asumiendo que en el largo plazo una Cataluña independiente podría ser viable, en el corto plazo los costes serían elevadísimos y mucho me temo que de ello no se ha hablado a los ciudadanos catalanes. De nuevo, al igual que en el resto de España, las medias verdades, sino las mentiras, como moneda de trabajo."                  (Juan Laborda, vox Populi, 21/09/17)

21/9/17

ING: “El resultado (de la independencia catalana) será incertidumbre, hundimiento del poder de compra de las familias, reducción de la inversión directa y de la demanda exterior”. las ventas de las empresas catalanas a España caerían en unos 54.000 millones. En conjunto, cerca del 30% del PIB

"(...) “El déficit fiscal con el conjunto de España destruye 250.000 empleos, la electricidad sería un 60% más barata, se crearían 70.000 puestos de funcionarios...”. 

Nada más lejos de la verdad. Cataluña perdería un tercio del PIB, nacería con una deuda pública insostenible, su moneda se depreciaría en torno al 30%, la fuga de capitales obligaría a implantar un 'corralito' y los 1,68 millones de jubilados perderían un 21,5% de sus pensiones. Y estos son hechos y cifras indiscutibles, son matemáticas.

Pero antes de entrar en el detalle, debemos resaltar dos hechos que sirvan de guía a los desinformados catalanes sobre las consecuencias de la locura suicida de la secesión. El primero son los cálculos realizados hace ya algunos años por el mejor estadístico español y uno de los grandes de Europa, Julio Alcaide, sobre las consecuencias económicas de la independencia: estos demostraban que Cataluña perdería más del 25% del PIB y su nivel de renta personal sería similar al de Portugal. Pero entonces la deuda era la cuarta parte de la actual.

 El segundo es el reciente análisis del impacto económico de la secesión realizado por el banco europeo ING: “El resultado será incertidumbre, hundimiento del poder de compra de las familias, reducción de la inversión directa y de la demanda exterior”. “La salida del euro llevará a una situación crítica al sector privado”. 

“Las encuestas muestran que el 62% de los catalanes está preocupado por el futuro si se independizan. De ahí solo hay un paso para que moderen su consumo, y si esa preocupación se convierte el pánico, como en Grecia, será necesario intervenir los bancos e instaurar un control de capitales”.

 Es el primer engaño al pueblo catalán de los sediciosos totalitarios: brutal, absoluto, masivo. No se van porque no les da la gana, “no pueden echar a 7,5 millones de personas”, pero ellos sí pueden privar de la nacionalidad española a cuatro millones de catalanes. La salida de la UE está prevista y tasada en los tratados, y es automática

(...) luego tendría que pedir el reingreso para lo que se necesitaría la unanimidad.
Ni España, ni Italia, ni Bélgica, ni Alemania, ni Hungría, ni varios más lo aceptarían. No cabe perder el tiempo desmintiendo lo obvio. Quien desee profundizar, que lea el libro de Josep Borrell, que fue presidente del Parlamento Europeo: 'Las cuentas y cuentos de la independencia'. Se irán sí o sí, y no volverán.

 Las exportaciones de Cataluña en 2016 ascendieron a 65.160 millones de euros, las mayores de España, pero mucho mayores aún son las importaciones: 78.344 millones. Cataluña es la principal responsable del déficit comercial de España: el 6,2% de su PIB, tres veces más que el déficit del resto de regiones, que es del 2,1%. ¿Y qué va a pasar cuando Cataluña sea expulsada de la UE? Las pérdidas del Brexit se estiman en el 3% del PIB, pero aquí será mucho peor.

Así, las multinacionales de alimentación y farmacia abandonarían la región al perder la oportunidad de abastecer al resto de España (entre el 50 y el 80% de sus ventas) y estar sometidas a arancel sus exportaciones a la UE. Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en España, afirma: “Lo único que tiene sentido es un mercado de 46 millones que es España, y no uno de 7,5 millones que es Cataluña”. 

Cataluña perdería unos 6.000 millones solo de estas dos industrias, y en el resto una cifra similar a la de Reino Unido con el Brexit. En total, una pérdida de 10.000 millones o el 4,7% del PIB, y unos 180.000 empleos.

 No existe ninguna región en el mundo que tenga un excedente tan enorme con el resto del país como Cataluña. De los 20 principales mercados de Cataluña, 11 son regiones españolas. Venden a Aragón más de lo que exportan a Francia o Alemania, y a Andalucía, más que a Italia. En 2016, las 'exportaciones' catalanas al resto de España ascendieron a 61.000 millones de euros, y las 'importaciones', a 43.000 millones, lo que representa un superávit enorme de 18.000 millones, y eso sin incluir los servicios, donde la balanza es más desfavorable aún por los servicios financieros (Sabadell, CaixaBank). ¿Y qué va a pasar con estas 'exportaciones'?

Lo mismo que en los procesos de secesión europeos, que van desde lo ocurrido en separaciones amistosas —el caso de República Checa y Eslovaquia (separación de terciopelo)— y las no realizadas, pero sí muy estudiadas, entre Escocia y Reino Unido, y Quebec y Canadá, a separaciones no amistosas, como en el caso de los Balcanes y Rusia.

 Las relaciones comerciales entre las partes separadas se desploman, desde un 70% en las amistosas a más de un 90% en las no amistosas. Esto significaría que las ventas de las empresas catalanas a España caerían en unos 54.000 millones. Los servicios financieros pasarían a cero. En conjunto, cerca del 30% del PIB.

Deuda pública y privada

Empezando por la pública, la afirmación de los prepotentes totalitarios del CCN resulta delirante: “Nuestra deuda se la come España con patatas”. En todas las separaciones europeas ha regido el principio de sucesión de deudas. Según el derecho internacional, los acreedores tienen como garantía jurídica los activos y el territorio, por lo que es imposible rechazar la responsabilidad en la deuda del Estado. Pero es que además quienes exigirían el pago de esta deuda son los acreedores (BCE, bancos, inversores), no solo el Estado español.

La deuda pública total de España (no solo la PDF) es de 1,54 billones de euros. Y se ha repartido en todos los procesos de separación o en función del PIB (República Checa y Eslovaquia; Balcanes y Rusia), o en función del PIB per cápita (lo previsto con Escocia y Quebec). Para Cataluña, serían 291.000 millones de euros por el PIB o 347.000 millones por el PIB per cápita. Es decir, ¡el 135% o el 161% de su PIB! El banco francés de negocios Natixis acaba de estimar esta deuda en 235.000 millones, pero considera solo la deuda PDF.

(...) si el nuevo Gobierno se negara a asumir su pago, serían excluidos de todos los mercados financieros primero y serían embargados todos los bienes que fuera posible. Este es el gran engaño que los sediciosos totalitarios están perpetrando al pueblo catalán, ya que esto lleva directamente a Cataluña a la suspensión de pagos.

En cuanto a las deudas privadas, las empresas catalanas deben 321.000 millones de euros y las familias, 102.000 millones. Pero peor aún, porque Cataluña saldría del euro y tendría que emitir una moneda propia, que se devaluaría de inmediato respecto al euro.

 Durante la crisis griega y su eventual salida del euro, se hicieron numerosos estudios sobre el comportamiento del dracma en caso de salida, fundamentalmente por los grandes bancos suizos, y la conclusión fue clara: el dracma se devaluaría en un 50% frente al euro en dos años; una depreciación del 30% para la nueva moneda sería un mínimo, lo que llevaría la deuda pública al 175% (reparto por PIB)/209% (reparto por PIB per cápita) del PIB catalán.

Fuga de capitales: el corralito

En los procesos de secesión, “cuando la viabilidad de un nuevo país se cuestiona, los flujos financieros y de capital son el mayor elemento de incertidumbre”. En Escocia, a pesar de ser una región con unos enormes recursos petroleros y con una renta per cápita superior a la de Cataluña, y con expectativas de entrar en el euro, se estimó una fuga de capitales entre 20.000 y 100.000 millones de libras (Credit Suisse, HSBC, Citigroup, UBS).

En Cataluña —cuyo PIB es el doble y que además saldría del euro—, estaríamos hablando como mínimo de entre 44.000 y 220.000 millones de euros. El control de capitales sería inevitable. O sea: el corralito.

Balanzas fiscales

(...) Los economistas separatistas han 'calculado' un déficit fiscal del 9,8% de su PIB, saltándose todos los gastos del Estado en Cataluña que les ha dado la gana. Hecho correctamente, el déficit es del 2,5%. ING lo resume así en su reciente análisis: “A pesar de que Cataluña es un contribuyente neto, la secesión no mejorará en nada la situación de los contribuyentes”.

Sistema de pensiones

Este es otro de los engaños, el más canallesco si cabe, de los separatistas totalitarios a los 1,68 millones de jubilados catalanes. “Si pagamos entre el 60% y el 70% de las pensiones españolas, ¿cómo no vamos a poder pagar las nuestras?”, dicen los sediciosos totalitarios de la CCN. Un disparate oceánico. Su déficit fiscal no llega a 5.000 millones, y el 60% de las pensiones contributivas son 80.000 millones. Así calculan todo. Cataluña gastó 23.159 millones en pensiones en 2016, e ingresó por cotizaciones 18.159 millones, un déficit de 4.934 millones, el 21,5%.

Cataluña es la región donde más gasta la Seguridad Social en pensiones: representa el 15,9% de la población española, pero en ella se cobra el 17,9% de las pensiones contributivas. La pensión media de la región es un 3,7% superior al promedio nacional. Andalucía, con un millón de habitantes más, tiene 180.000 pensionistas menos. 

En el conjunto de España, el déficit de las pensiones se cubre con deuda gracias a la barra libre del BCE; en una Cataluña independiente, eso sería imposible. Sepan pues los pensionistas catalanes la ruina que les espera con la independencia: perderían el 21,5% de sus pensiones.

Efecto económico total

El efecto económico total es similar al calculado en su día por Julio Alcaide, solo que agravado por una deuda muy superior y la salida de la UE y el euro. El PIB caería un 34%, por la caída del comercio exterior e interior. La nueva moneda perdería un 30% de su valor, lo que llevaría la deuda pública al 175-209% del PIB, y a las familias y empresas endeudadas en euros, a la ruina.

 La fuga de capitales sería tan enorme que obligaría a implantar controles, es decir, el corralito. Finalmente, los pensionistas perderían un 21,5% de sus pensiones, igual que los sueldos de los empleados públicos, que obviamente no podrían mantenerse. (...)"                   (ROBERTO CENTENO , El Confidencial, 18/09/17)

6/9/17

El resto de Cataluña nos está esquilmando, nos roba. Somos sus esclavos. Barcelona exige el derecho a la secesión de Cataluña

"(...) Los argumentos, algunos argumentos del ámbito secesionista:

1. Una de las variantes: "España, el resto de España, roba a Cataluña. Le saca todo el jugo. Le hace pagar muchos impuestos que no revierten en el país. Tenemos que ser un poco solidarios pero no más de la cuenta, no nos debemos dejar robar. La solución: independencia, secesión. Son unos ladrones".

La comarca de El Barcelonés concentra más de un tercio del PIB catalán. Si se agregan las comarcas de El Baix Llobregat y el Vallés (oriental y occidental), el porcentaje del PIB se eleva al 60%.
Agreguemos y restemos por si caso; el 50%. 

Y ahora razonemos así, del modo anterior: el resto de Cataluña, que genera el 50% (calculado muy generosamente) del PIB, recibe mucho, mucho más de lo que aporta. Luego, por tanto, el resto de Cataluña -respecto a la comunidad EB-BLl-VOO- nos está esquilmando, nos roba. Somos sus esclavos.

 ¡Exigimos el dret a decidir, el derecho de autodeterminación, nuestra soberanía, nuestro derecho a la secesión! 

¿Valdría como argumento? ¿Empezamos y seguimos con este disparate insolidario de las muñecas rusas? (...)"                (Salvador López Arnal , Rebelión, 24/06/17

18/4/17

La balanza comercial a favor de Cataluña, llegó a ser de +22.000 millones en 2007 y se redujo a la mitad en 2013

"Como cada vez que se inicia el debate anual sobre los Presupuestos Generales del Estado, han vuelto a emerger los agravios territoriales, exhibidos como cicatrices. (...) 

El escepticismo soberanista tiene una dimensión económica y otra política, en relación esta última con la disposición adicional tercera del Estatut: “La inversión estatal en infraestructuras se equiparará a la participación relativa del PIB catalán en el PIB del Estado para un periodo de siete años”.

 Es decir, que las inversiones en infraestructuras serán una función de la riqueza de Cataluña en relación al conjunto, condicionando así las Cuentas del Estado. La denuncia de los incumplimientos se presenta así con la carga política adicional de que no serían incumplimientos de promesas electorales sino de un mandato expreso del Estatut.

Tal mandato no existe hoy. Es uno de los 27 preceptos del Estatut cuya constitucionalidad quedaba supeditada en la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 a ser interpretado como el propio tribunal establecía: “en el sentido de que no vincula al Estado en la definición de su política de inversiones ni menoscaba la plena plibertad de las Cortes Generales para decidir sobre la existencia y cuantía de dichas inversiones”.  (...)

España viene siendo para Cataluña un amplio mercado (de 40 millones de consumidores en la actualidad), lo que favorece el crecimiento de la economía y el empleo en el Principado. Esto puede objetivarse con datos sobre los saldos comerciales entre Cataluña y el resto de las comunidades. 

Desde que hay estadísticas sobre esta cuestión, Cataluña ha sido, año tras año, con crisis o sin ella, el territorio con un mayor saldo favorable entre ventas y compras al resto de España. El saldo llegó a ser de +22.000 millones en 2007 y se habia reducido a la mitad, 11.700 millones, en 2013, última fecha considerada en el estudio del Centro de Predicción Económica: WWW.C-intereg.es."          ( , El País, 13/04/17) 

11/4/17

En el periodo 2006- 2015 Cataluña ha recibido 8.500 millones de euros, el 18% de toda la inversión del Ministerio de Fomento, una cantidad superior a la que reciben Madrid, Valencia y el País Vasco conjuntamente

"(...) El victimismo de la Generalitat no tiene ningún fundamento. Casi no merece la pena emplear tiempo en refutarlo. A simple vista nadie puede creerse que Cataluña esté discriminada negativamente con respecto a otras Autonomías. Solo hay que recorrer Extremadura, Galicia, Castilla o Andalucía para desmentirlo. 

Pero es que incluso las Comunidades que podrían considerarse más privilegiadas han sido peor tratadas que Cataluña. Recientemente se ha publicado un informe en el que se muestra que en el periodo 2006- 2015 Cataluña ha recibido 8.500 millones de euros, el 18% de toda la inversión del Ministerio de Fomento, una cantidad superior a la que reciben Madrid, Valencia y el País Vasco conjuntamente, y tres veces la que recibe la Comunidad de Madrid.

Se dice que la negociación y el diálogo son imprescindibles para solucionar el problema de Cataluña. El problema, de haberlo, no es de Cataluña sino del nacionalismo catalán, como ya apuntó Ortega y Gasset en su memorable intervención en las Cortes españolas a propósito de la aprobación del primer Estatuto, allá por la Segunda República.

 Pero es que, además, nadie ha dicho que el problema sea soluble. Tal como demuestra la Historia y defendió el filósofo español en aquella ocasión, el problema no puede resolverse sino que tan solo “se pueden conllevar”: “…y al decir esto, conste que significo con ello, no solo que los demás españoles tenemos que conllevarnos con los catalanes, sino que los catalanes también tienen que conllevarse con los demás españoles”. Y tal vez habría que añadir que unos catalanes se conlleven con los otros catalanes.

Pretender solucionar el problema del nacionalismo catalán a base de concesiones es de una gran ingenuidad. Bien lo experimentó el propio Azaña quien, después de ser un defensor acérrimo del Estatuto catalán, se quejaba amargamente en su obra “La velada en Benicarló” de su deslealtad; primero cuando Companys, aprovechando la revolución de Asturias, proclamó unilateralmente el Estado catalán, y más tarde por el comportamiento de la Generalitat en plena guerra civil.

El nacionalismo no tiene solución porque por su propia esencia es insaciable. Cada nueva concesión para lo único que sirve es para fortalecerlo y darle nuevas posibilidades de reclamar nuevas concesiones. En la Transición se elaboró la Constitución pensando en parte en el nacionalismo, creyendo ingenuamente que así se solucionaba el problema. Se estableció un régimen mucho más generoso que en la II República.

 Lo cierto es que no solo no se resolvió el problema sino que se crearon otros catorce o quince, uno por cada Comunidad. A lo largo de estos cuarenta años se ha visto que el proceso no tiene fin y que por mucha autonomía que se conceda las reclamaciones continúan. En la actualidad, el nacionalismo y el independentismo han adquirido una nueva dimensión en Cataluña: la insurrección, insurrección planteada desde las más altas instancias de la Generalitat, lo que la convierte en un golpe de Estado encubierto.

Es un espejismo creer que los golpistas van a ceder en sus intenciones a base de diálogo y negociación. Tampoco puede argüirse que las concesiones van encaminadas a convencer al resto de la población de Cataluña y no a los secesionistas, porque -quiérase o no- siempre se interpretará que si se concede a Cataluña un trato de favor es precisamente por la postura subversiva que adopta el Gobierno de la Generalitat. Es difícil no pensar que se está premiando la insurrección."            (

24/3/17

La producción, empleo y mayor riqueza de las regiones más ricas de España (Madrid, Cataluña...) se hace posible por contar con mercados internos en regiones pobres (Galicia, Andalucía...). Esas regiones más ricas no hacen nada especial transfiriendo parte de su riqueza a las más pobres a través de los saldos fiscales del Estado

"El pasado mes de febrero nuestro Ministerio de Economía ofrecía el primer avance de los flujos comerciales exteriores en España y sus comunidades autónomas. Para el conjunto de España las importaciones de mercancías (a pesar del reducido precio del petróleo en el 2016) superaron a lo exportado en casi 19.000 millones. Un déficit comercial de alrededor del dos por ciento de la riqueza nacional (PIB).

Sin embargo, dicho saldo comercial exterior era muy desigual, según el territorio en el que nos fijásemos. Galicia anotó un excelente resultado: un superávit de 4.400 millones. Una cifra que equivale a un positivo ocho por ciento del PIB. Como sabemos, Galicia tiene un nivel de riqueza por habitante por debajo de la media española.

 ¿Sucederá lo mismo en una región aún menos rica? La respuesta es positiva. Andalucía también anotó un saldo comercial positivo en el año 2016 de un uno por ciento de su PIB. De manera que dos regiones menos ricas de la economía española aparecen como campeonas exteriores si tenemos en cuenta sus balanzas comerciales positivas.

¿Qué sucede en las regiones más ricas? Cataluña, con una riqueza por habitante del 120 % de la media española, anotó unas importaciones superiores a sus exportaciones en casi 13.000 millones (un saldo comercial del -6 % de su PIB regional).

 Por su parte, Madrid, con una riqueza por habitante del 137 % de la media española, anotó unas importaciones superiores a sus exportaciones por casi 30.000 millones (un saldo del -14 % de su PIB regional).

Estas asimetrías dibujan unas relaciones económicas en las que los más ricos tienen saldos negativos fuera de España (ese es el marco territorial de los datos del ministerio). Algo que no les preocupa si hacia el resto de España exportan más de lo que importan, consiguiendo así dar la vuelta a su situación. Y, en efecto, tanto Madrid como Cataluña tienen un saldo total externo positivo (negativo fuera de España y positivo, y superior, con el resto de España).

Lo contrario sucede en regiones menos ricas, como Andalucía o Galicia. Fuera de España somos campeones con balanzas positivas. Pero del resto de España importamos mucho más de lo que exportamos. Al final, nuestros saldos totales se convierten en negativos o en muy reducidos. Galicia pasa de aquél positivo 8 % fuera de España (según el ministerio) a apenas un 1 % en nuestro saldo exterior total respecto del PIB (según el IGE).

Es así cómo la producción, empleo y mayor riqueza de las regiones más ricas de España se hace posible por contar con mercados internos en regiones que lo son menos. Mercados que absorben sus millonarios saldos comerciales negativos fuera de España.

Y es por eso, según razono en una nota del Informe trimestral de coyuntura (Foro Económico de Galicia), que esas regiones más ricas no hacen nada especial transfiriendo parte de su riqueza a las menos ricas a través de los saldos fiscales del Estado. Estarían de sobra justificados por la unidad, funcionalidad, permeabilidad y accesibilidad de que disfrutan en el mercado interno español.

Segunda parte en:  FORO ECONÓMICO DE GALICIA"                   (,