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27/5/14

CiU + ERC en las municipales del 2012: 44,4%... en las europeas del 2014, ERC + CiU: 45,4%. ¿Será su techo electoral?


"(...) Pero en Cataluña, en estas europeas, la corrección se impone por razones obvias y excepcionales. Y así debe entenderse que el marco comparativo sean las autonómicas de 2012. 

Tomándolo se advierte la repetición de la foto con la única diferencia significativa del trasvase entre CiU y Esquerra (Izquierda). La suma de los dos dio 44,4 en 2012 y ahora da 45,4. El resto de partidos se mantiene con leves variaciones arriba o abajo. 

Excepto el PP, que baja 3 puntos: un resultado que puede depender, más que de ningún otro, de la abstención, y que reduce el porcentaje del voto constitucional. En 2012 la abstención fue del 32% y ahora ha sido del 53%. 

La notable abstención de estas europeas ha invalidado uno de los objetivos de los soberanistas, que era demostrar cómo las masas catalanas, ávida de urnas, se situaban por encima de las medias españolas y europeas. Y así ha sido; pero con una insignificante diferencia porcentual. 

Que, además en el caso de España, tiene una dolorosa lectura para los nacionalistas, tan europeístas de boquilla. El hecho diferencial catalán respecto de las europeas y España se ha acabado: en Cataluña ya votan solo un poquito menos que en La Rioja o Valencia. Hossana. 

Dada esta foto fija la peor noticia para el soberanismo es que la participación no haya rebasado ni de lejos el 50%. Lo que al menos les hubiera permitido sostener que están construyendo un país contra la mitad del otro."             (Arcadi Espada, El Mundo, 26/04/2014)

9/7/13

‘Si les gusta la dinámica de bloques, los soberanistas catalanes puros recogieron hace seis meses un total de 222.898 votos más, pero los otros aumentaron su cómputo en 316.796’

"David González, adjunto al director de La Vanguardia, en un artículo publicado este martes:
‘[...] Hay que hacerle de nuevo la hermenéutica al 25N para saber dónde estamos: soberanistas explícitos (CiU, ERC, CUP, SÍ), 1.787.656 votos y 49,15% de los emitidos. ICV-EUiA, PSC, PP, C’s y PxC -la franja amplia entre la ambigüedad catalanista y el españolismo recalcitrante-, 1.691.207 y 46,50%. Ganan los primeros, pero no llegan al 50%.
En el 2010, CiU, ERC, SÍ y RCat sumaron 1.564.758 votos y, entonces sí, el 50,99%, claro que la participación (58,78%) fue casi nueve puntos inferior a la del 2012 (67,76%) y CiU sólo proponía el pacto fiscal. PSC, PP, ICV-EUiA, C’s y PxC obtuvieron 1.374.411 votos y un 43,91%.
Si les gusta la dinámica de bloques, los soberanistas catalanes puros recogieron hace seis meses un total de 222.898 votos más, pero los otros aumentaron su cómputo en 316.796.
Venimos de una Cataluña partida electoralmente en dos mitades sometidas a su vez al runrún demoscópico permanente de la pérdida de la hegemonía de CiU en favor de ERC y el agotamiento del PP a beneficio de C’s. Y sin que la polarización libere espacio para los moderados, como antes. En el fondo (casi) nadie quiere ocupar el centro porque ni puede ni le sale a cuenta.
Ni CiU, comprometida con el proceso soberanista por imperativo personal (de Mas) y electoral –por mucho que clame Duran sobre el principio del original y la copia–, ni el PSC, incapaz de frenar su proceso de jibarización –por muchas ocurrencias (que no tonterías) que verbalice Navarro–. La rueda va sola (o casi). Tiempos desmesurados, tiempos sin centro’."     (lavozdebarcelona.com, 18/06/2013)

27/5/13

"Mientras el catalanismo se exaspera en su circuito cerrado de calefacción, el españolismo gana protagonismo en el ágora catalán"

"‘[...] El resultado de las elecciones [autonómicas] desmintió la visión de Cataluña que la formidable manifestación del Once de Septiembre había desatado. Las elecciones relativizaron la marea independentista (preciso: relativizar no quiere decir desautorizar). Demostraron que, si bien el catalanismo es fuerte y se ha calentado mucho, una parte considerable de la sociedad catalana es inmune o contraria a este calor. 

El resultado electoral fue de cal y arena. La suma de CiU y ERC permite conformar una mayoría parlamentaria coherente, sí, pero se trata de mayoría normal: no excepcional. Y, sin embargo, el objetivo que dicha mayoría se propone conseguir es excepcional: dejar de ser Comunidad [Autónoma] española para convertirse en Estado singular.

[...] Durante la noche electoral, el presidente [autonómico] Mas, que había recibido una colleja humillante, podía hacer dos cosas. O rectificar la estrategia asumiendo que el rupturismo catalán era menos fuerte de lo imaginado. 

O no darse por enterado de la respuesta reticente del votante y considerar que la suma de CiU y ERC era la mayoría excepcional que él había pedido. Esto es lo que hizo; y el resultado a la vista está: el camino pasa por tierras movedizas. La teoría más insistente en el entorno mediático rupturista es que el cierre español servirá para ampliar y robustecer el soberanismo.

 Pero lo que uno detecta es exactamente lo contrario: mientras el catalanismo se exaspera en su circuito cerrado de calefacción, el españolismo gana protagonismo en el ágora catalán. Es más desacomplejado hoy que ayer; y menos que mañana.

 Paradójicamente, a darle carta de naturaleza contribuyen algunos medios fervorosamente catalanistas: barriendo las posiciones matizadas y favoreciendo el tremendismo (los choques estridentes entre figuras mediáticas de signo antagónico). Aznar anunció la división interna y el resultado de las elecciones, bien leído, ya la insinuaba [...]‘."    (lavozdebarcelona.com, 10/05/2013)

7/5/13

‘Mas se ha perdido en su propio laberinto. [...] El viaje a Ítaca se ha acabado. Ahora hay que volver a puerto, destituir al almirante que ha fracasado en la expedición y reparar las naves’

"Jaume Reixach, editor y director de El Triangle, en un artículo publicado este viernes:
‘Ya han pasado cinco meses de las elecciones que entronizaron, por segunda vez, a Artur Mas a la Presidencia de la Generalidad y, en este tiempo, el balance de la acción de gobierno es aterradoramente hueco. Ni en el capítulo del desarrollo de la agenda nacional ni en el imprescindible relanzamiento de la economía se han producido avances, más allá de gestos de cara a la galería sin ninguna incidencia tangible para la angustiada y cada vez más indignada sociedad catalana.
Da la sensación de que Artur Mas se ha perdido en su propio laberinto. [...] Como el burro que da vueltas y vueltas en la noria, volvemos a estar encallados en el debate estéril sobre la consulta [secesionista] y su legalidad. El pinyol convergente -Francesc Homs, Jordi Turull y Josep Rull- está abducido por ERC y reitera que [la consulta] se hará “sí o sí”, mientras que las voces más sensatas de CDC y que tocan con los pies en el suelo remarcan, en sintonía con Unió y el PSC, que la consulta solo será posible después de una negociación con el Gobierno español… que ni siquiera ha empezado. En este sentido, el horizonte de 2014 como fecha límite para ejercer el derecho a decidir es, sencillamente, un brindis al sol.
Para acabar de adobarlo, el Comité de las Regiones de la Unión Europea [...] acaba de emitir un demoledor rapport que frena en seco las expectativas soberanistas. Pese a que ha sido burdamente silenciado por nuestro somatén mediático, este informe establece que la región europea que se independice quedará automáticamente fuera de las instituciones comunitarias.
El impulso soberanista puesto en marcha el pasado 11S se estrellará, en los próximos días, contra la dolorosa evidencia de que hay que afrontar y aprobar los crueles presupuestos de 2013. Si ERC se remanga y se moja, Oriol Junqueras sabe que saldrá con la cara bien baldada. El viaje a Ítaca se ha acabado. Ahora hay que volver a puerto, destituir al almirante que ha fracasado en la expedición y reparar las naves’."           (lavozdebarcelona.com, 19/04/2013)

21/12/12

La cosa política catalana nos depara espectáculos fastuosos

"La cosa política catalana nos depara espectáculos fastuosos: un presidente de la Generalidad que, aspirando a una mayoría aplastante, convocó elecciones, que le dejaron en mayor minoría de la que antes disfrutaba; un partido político (Convergencia) que, envuelto en la bandera de la patria, se lanzó a la regeneración de Cataluña… mientras su sede social estaba embargada como consecuencia de la pestilente corrupción del caso Palau.

Un Partido Socialista en busca de su electorado perdido preguntándose a modo de psicoanalizable argentino qué es y a dónde va… y ahora el presidente y presidenciable Artur Mas, negociando con Esquerra Republicana un pacto de gobernabilidad que convertirá a este partido en un fabuloso monstruo bicefálico con una cabeza en el Gobierno y otra en la oposición.

Y todo ello cocinado en unas exigencias fiscales y políticas republicanas a modo de torpedo en la ya maltrecha nave convergente. Porque Esquerra exige (y Mas hasta ahora transige) no sólo la creación de un Estado paralelo, sino la multiplicación de impuestos, que afectarán decisivamente a los empresarios y a las clases medias catalanas, principal apoyo convergente."           (Javier Nart, EL ECONOMISTA 20/12/12, en Fundación para la Libertad, 20/12/2012)

19/12/12

La fecha del referéndum catalán es sólo un espejismo: se ha acordado hacerlo y, a la vez, su prórroga. Mas ya tiene su pacto marxista (de Groucho): ha planteado sus principios, como no le gustaban a Junqueras, ha sacado otros

"Para ser nacionalista no hace falta tocar de pies en el suelo. Simplemente se necesita tener emoción y sentimiento. No hace falta analizar la realidad, simplemente imaginarla y amoldarla a unas creencias que se siguen como dogma de fe. Así abrazaba el mundo soberanista el acuerdo alcanzado entre CiU y ERC para gobernar Cataluña en esta legislatura. 

No importa la letra pequeña sólo se ensalza que se ha fijado una fecha para celebrar la consulta para decidir la independencia.

 Sin embargo, el acuerdo es etéreo. La fecha de la consulta que arrastra titulares y hace correr ríos de tinta no existe. Es simplemente un espejismo. Se ha acordado hacer un referéndum pero a la vez se ha acordado su prórroga.

 La ambigüedad –y fragilidad- del texto es tal que a estas alturas de la fiesta no sabemos si CiU apuesta por una vía legal o ilegal. Por si fuera poca esta confusión, añadamos un nuevo condimento. Cataluña nuevo estado de Europa ha desaparecido del imaginario nacionalista. 

Ahora se conforman con conseguir que Cataluña sea un nuevo estado. Y punto. Quizás los sonoros portazos de Europa a la idea nacionalista que una vez independientes Cataluña entrará por la puerta grande se ha quedado en una veleidad y en una ilusión onanística.

 Artur Mas y Oriol Junqueras siguen desconfiando el uno del otro pero necesitaban el acuerdo. El primero para minimizar su debilidad después del fracaso electoral. El segundo para lavar su imagen ante sus electores porque en el supuesto camino hacia la independencia los recortes, los sablazos, los despidos serán “el pan nuestro de cada día”. 

Por eso, ayer en el Palau republicanos y nacionalistas pactaron la inestabilidad, la precariedad, abriendo las puertas a una legislatura que recordará al Dragon Khan del tripartito como un juego de niños. 

 En el tripartito, ERC formaba parte del ejecutivo. Ahora ni eso. Será el doctor Jenkins por la mañana y mister Hyde por la tarde. Un ejemplo, ayer mismo. Apenas unos minutos después de sellar el acuerdo con Mas. Se constituyeron dos comisiones de investigación en el Parlament. 

Una sobre cajas de ahorro y otra sobre sanidad. ERC puso en evidencia su ADN. Apoyará la investidura de Mas, apoyará al gobierno pero seguirá siendo oposición. Todo un anticipo de la Shambhala –la mayor montaña rusa de Port Aventura-  que le espera a Artur Mas.

El candidato Mas se presentará mañana jueves para explicar su proyecto. Más bien, para explicar el proyecto de Junqueras. Con una férrea posición ante los republicanos, el candidato a presidente ha cedido en todo. Ha logrado un pacto marxista – de Groucho- con el líder de los republicanos. Ha planteado sus principios, como no le gustaban a Junqueras, ha sacado otros. Así de fácil.  (...)

La huida hacia delante de Mas no ha gustado ni tan siquiera en su diario de cabecera, La Vanguardia. Hoy, el director José Antich titula su billete “Las prisas no son buenas”. Su titular de portada lo dice todo “Mas cede ante ERC para garantizarse el gobierno”. En el mundo empresarial el malestar es más que evidente y las críticas al “transformismo” de Mas son muy duras. 

Les sorprendió a la vuelta del verano con su conversión al independentismo. Ahora, después del varapalo electoral les ha sorprendido con su conversión a la socialdemocracia. La improvisación del nuevo programa de gobierno no augura nada bueno. 

Mas ha cerrado su pacto por la inestabilidad agarrándose a un clavo ardiendo. Recordando a Groucho –una vez más- va de victoria en victoria hasta la derrota final. Despierta entusiasmo entre los suyos pero incertidumbre y preocupación en la gran mayoría."                (El Plural, 19/12/2012Toni Bolaño .)

18/12/12

El soberanismo ganó pero se fragmentó y no venció arrolladoramente; despertó al españolismo que otros denominan unionismo; y esas elecciones acabaron con la abstención diferencial clásica en Catalunya

"La lectura de los documentos publicados ayer por La Vanguardia en los que se recogen los posibles acuerdos entre CiU y ERC para abordar la décima legislatura en Catalunya remiten a una preocupada y preocupante hipótesis: que el, paradójicamente, aforismo español de sostenerla y no enmendarla, condujese a la federación nacionalista a un callejón sin salida. 

Porque si se intentase aplicar un programa gubernamental de máximos como se refleja en esos escritos, el nacionalismo catalán se introduciría en una crisis de identidad, en una dinámica de irremisible alejamiento de sus electores naturales y en una dilución de su reconocimiento como fuerza política con un discurso ideológico y gestor que se ha ido ahormando en décadas.

Un pacto en términos tan maximalistas confundiría el texto (el mensaje de las urnas) y también el contexto (la brutal crisis económica) y arrojaría un saldo tan negativo para las fuerzas vertebrales de Catalunya -CDC y UDC- que obligaría a suponer que el nacionalismo catalán se ha echado en brazos de un destino que ni remotamente es el suyo y, mucho menos, el de Catalunya.

El desdichado malentendido entre CiU y ERC según el cual sería viable y no distócico cogobernar Catalunya sobre la base de lograr objetivos que se antojan irreales arranca de una errónea lectura de los resultados electorales del 25-N. 

El pasado 2 de diciembre, también en las páginas de este diario, Carles Castro buceaba en la aritmética de los comicios y llegaba a conclusiones aleccionadoras: el soberanismo ganó pero se fragmentó y no venció arrolladoramente; despertó al españolismo que otros denominan unionismo; y esas elecciones acabaron con la abstención diferencial clásica en Catalunya. 

Cuando se reclama del electorado "una fuerza especial" con una "mayoría excepcional" y el electorado la niega debe reconocerse el error y actuarse en consecuencia. Lo que hubiese implicado una seria autocrítica -la errada lectura de la aclamación popular de la Diada del 2012- y una subsiguiente rectificación. Nada de eso ocurrió. Y CiU transita ahora con un estrechísimo margen de maniobra: el que le delimita ERC y sus propios y no viables compromisos electorales. (...)

Tanto si se llega in extremis a un acuerdo para arrancar la legislatura en ciernes, como si no se logra, el futuro de CiU no tiene por qué pasar por una suerte de suicidio político. Los nacionalistas, sin embargo, parecen empeñarse en un guión bíblico y así, si Mas se alzó como una suerte de Mesías de Catalunya, ahora se estaría produciendo una gravísima deformación del principio según el cual resistir es vencer. 

En absoluto. La dirigencia de CiU sabe bien que el president en funciones de la Generalitat ha consumado una apuesta fallida y que no es el hombre ni para el futuro de Catalunya ni para el futuro de CiU. Deberá reconocérsele -por quienes sean solidarios con su esfuerzo- su capacidad de riesgo y de compromiso. Pero ni el más complaciente de sus electores podría exculparle del error de juicio que cometió y del fracaso que de ese yerro se dedujo. 

Sobre el que Mas erigió otro: pudiendo, renunció de mano a la geometría variable e, igualmente pudiendo, ha priorizado de modo excluyente una fórmula de gobierno (con ERC) cuando su federación hacía mayoría absoluta con otras dos fuerzas políticas en el Parlament.

 Ahora los términos de la cuestión son estos: jugarse el futuro con ERC o propiciar un giro copernicano a los acontecimientos que han sido impulsados más por la inercia que por el análisis político. La situación para CiU es endiablada. Pero no le han faltado leales avisos que se lo advirtiesen."    (José Antonio Zarzalejos , La Vanguardia, 16/12/2012)

17/12/12

Cataluña es un siniestro total

"Los resultados presagiaban lo peor y en lo peor estamos. (...)

Con este panorama, Mas podía poner el freno e intentar un acuerdo con los socialistas a la par que tender puentes con el PP. Sería investido presidente y tendría que aparcar la consulta secesionista. 

Este camino fue rechazado por un Mas dolido por la derrota y débil en el seno de Convergència Democràtica. No podía aceptar la derrota ni políticamente ni personalmente. Bajo este prisma, CiU inicia su particular huida hacia adelante con el argumento que los soberanistas han ganado las elecciones. 

Sin embargo, ERC no está dispuesta a churrascarse dando apoyo a una dura política de austeridad. 4000 millones es la cifra de los recortes que los republicanos no pueden apoyar so pena de tener un duro castigo en las urnas. El nacionalismo ha descubierto que les une el objetivo de la independencia pero que les separa ver las cosas desde la derecha o desde la izquierda.(...)

 ERC aprieta y Mas no acepta ni tiempos ni políticas impositivas que no serían bien vistas por una buena parte del electorado nacionalista. Por su parte, el líder de Unió juega sus cartas. No le gusta el acuerdo con ERC y lo dice. No quiere ni fecha ni oír hablar de aumentos impositivos.

 Duran sabe que si hay acuerdo estable pintará poco, a no ser que los diputados democristianos decidan romper, cosa harto improbable. Si no hay acuerdo puede ser acusado de ser el culpable de dar al traste con la transición nacional. (...)

En conclusión, las diferencias para alcanzar un acuerdo económico y para controlar los tiempos de la consulta han dado al traste con un gobierno estable. (...)

Conclusión, el plena crisis económica, con un paro en aumento y una deuda disparada la inestabilidad gobernará Cataluña. Ciutadans, PP y PSC velan sus armas. Los de Albert Rivera dispuestos a hacer la vida imposible a un gobierno débil. (...)

Con este panorama, la inestabilidad está garantizada. La pregunta es cuánto aguantará un gobierno liderado por Artur Mas con este precario apoyo de los republicanos. Cuáles pueden ser los movimientos del presidente y de CiU. No hay que descartar nada porque a la inestabilidad social ahora se suma una inestabilidad política de primera magnitud. Esperemos que la inestabilidad total no acabe en siniestro total."      (Toni Bolaño, Público,  | 15/12/2012)

5/12/12

‘El ‘pecado’ de Ciudadanos es haber cruzado una de las líneas rojas de la política catalana. [...] Todas las fuerzas políticas catalanas, incluido el PPC, entienden una Cataluña catalana y en catalán. Ciudadanos postula una Cataluña española y bilingüe’

"Rafa Martínez, catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Barcelona, en un artículo publicado este lunes en El Periódico:

‘[...] Dos sambenitos comienzan a difundirse entre la ciudadanía con una cierta prodigalidad: Ciudadanos es un partido ultraconservador y Ciudadanos es un partido hipercentralista. Y lo tildo de difamación porque el partido se autodefinió congresualmente de centroizquierda, y su propio electorado, según el CEO -dudo si se le puede seguir citando como fuente de autoridad-, se autoubica en el centro ideológico.

 Incluso un simple repaso de sus votaciones durante la anterior legislatura [autonómica] nos muestra que, en defensa del Estado del bienestar, votó de manera casi sistemática junto con ICV-EUiA, PSC y ERC.

 Igualmente, su programa político explicita que frente al independentismo de Mas el Breve y el toda la Constitución y nada más que la Constitución del PP de Rajoy el Inmóvil, Ciudadanos opta por un camino que, partiendo del federalismo que ya rezuma la Constitución de 1978, ahonde en este diseño y aborde las reformas necesarias -incluidas las económico financieras- para culminar un modelo inacabado durante la Transición.

 En ninguno de los dos temas parece postular ese modelo rancio fascistoide que se le imputa. Pero desde el pulso social que me ofrece el contacto con la juventud en la universidad, ambas mortajas han cuajado. Sin embargo, ha tenido 275.000 votos, luego parece que una parte del electorado sí lo tiene en cuenta y no da crédito a los bulos. ¿Cómo se explica esta paradoja? ¿O es que en Cataluña hay más de un cuarto de millón de fascistas?

Una posible explicación sería el inconfesado objetivo de expulsarlo del teatro político.(...)

 No hay duda de que la persistente difamación a la que se ha visto sometida esta fuerza política ha cuajado en el imaginario colectivo; pero parece que no en buena parte del electorado.

Sin embargo, creo que el pecado de Ciudadanos es haber cruzado una de las líneas rojas de la política catalana. Haberse adentrado no en un terreno incómodo, sino en un suelo sagrado. Lo que Jaime Balmes llamaría la Constitución interna de un país. Lo que permanece inalterable por generaciones y que no es susceptible de ser mutado en proceso constituyente alguno.

 El resultado de la agregación de siglos de historia y tradición común que forjan un pueblo. Aquellos elementos por todos compartidos y que adquieren por ello dimensión inmutable. Todas las fuerzas políticas catalanas, incluido el PPC, entienden una Cataluña catalana y en catalán. Ciudadanos postula una Cataluña española y bilingüe. Eso, para el resto de las fuerzas políticas, es jugar fuera de los lindes del sistema de partidos del Principado.

[...] A la tradicional dimensión ideológica (derecha-izquierda) se une [en Cataluña] la nacional (españolismo-catalanismo), generándose cuatro espacios diferentes (derecha españolista, derecha catalanista, izquierda españolista e izquierda catalanista) que nos permiten vislumbrar terrenos de competencia electoral en el interior de cada sector y en las fronteras entre ellos. 

Sin embargo, salvo el PP todo el arco parlamentario catalán elude la dimensión española. Esto ha facilitado el todos contra el PP y la identificación de la dimensión española como únicamente conservadora -más aún, totalitaria y jacobina-.

No resulta extraño, en esa configuración del sistema político catalán, que Ciudadanos sea percibido como un cuerpo extraño y que se generen anticuerpos para eliminarlo. Sin embargo, todo apunta a que el virus ha mutado y se ha hecho más fuerte y que en ese páramo de la izquierda no catalanista hay electores. ¡Unos cuantos!‘."           (lavozdebarcelona.com, 04/12/2012)

4/12/12

Hay una parte de “la Catalunya silenciosa” que no quieren la independencia. Especialmente en el área metropolitana de Barcelona

"Lo que ha ocurrido en 2012 es que la sociedad catalana ha querido votar, en su conjunto. Y ha reflejado toda su pluralidad. En esta ocasión es Sauret quien se refiere a este fenómeno, que ha descolocado a los dirigentes de CiU.

La Catalunya silenciosa vota


Lo explica con convicción, aunque sus encuestas no apreciaran el cambio electoral de fondo. Hay una parte de “la Catalunya silenciosa”, según Sauret, que no aparece en los medios de comunicación, que, incluso, podría estar de acuerdo con la teoría de los nacionalistas de que las condiciones económicas serían mejores en una Catalunya independiente. Pero no les gusta. No quieren la independencia.

Y esa idea está especialmente enraizada en el área metropolitana de Barcelona y la periferia de las grandes ciudades. Normalmente no votaba en las autonómicas, pero esta vez ha decidido, por lo que estaba en juego, acudir a las urnas. Y esos votos adicionales, según Sauret, han beneficiado, y por este orden, a Ciutadans, Iniciativa-Verds y PP.

Error de las encuestas

El error de los sondeos y encuestas, como admite Jordi Sauret, que fue miembro del comité de campaña de Artur Mas en 2006, como asesor demoscópico, es que no previeron el salto en la participación. En la encuesta de La Vanguardia, que otorgaba a CiU una victoria por encima de los 60 diputados, se contó con una participación del 63,69%. Es decir, 5,9 puntos inferior a la que fue finalmente.

El drama del PSC


Caso aparte es el del PSC. No retiene a sus votantes, que se escapan en todas direcciones, sin que se pueda conocer, según Colomé, su verdadero suelo electoral. El caso más grave es el de Barcelona. Hasta el 50% del voto que ha perdido es de la ciudad de Barcelona, donde se ha dejado a 28.575 votantes, de los 51.900 votos menos que en 2010.

Sólo ha ganado en NouBarris, con una población envejecida y todavía fiel, más que al PSC, al PSOE de Felipe González. En Sarria-SantGervasi ha llegado a quedar en sexto lugar, el distrito exquisito de la ex dirección catalanista de toda la vida del PSC, con los Maragall a la cabeza, con sólo unos 2.000 votantes más que la CUP.

Sus votos se van, por un lado, a Ciutadans y a ICV. Por el otro, a CiU y ERC. Un drama que la actual dirección deberá abordar.

Cambios para quedarse

Los especialistas señalan que estos cambios son estructurales. Se han producido para quedarse. En todo caso, el adelanto electoral, y el pulso de Mas habrá servido para que aflore una realidad que estaba latente.

Se acabaron, definitivamente, los años ochenta."         (Manel Manchón, Economía Digital, 01/12/2012)

El 25-N ha confirmado que el nacionalismo catalán tiene un problema irresoluble en buena parte del área metropolitana y, en particular, en Nou Barris

"No es esta la primera ocasión en que aprovechamos este espacio para llamar la atención sobre una anomalía que históricamente impregna la política y la sociedad barcelonesas. 

El 25-N ha confirmado que el nacionalismo catalán tiene un problema irresoluble en buena parte del área metropolitana y, en particular, en Nou Barris, donde CiU, ahora al frente en el gobierno de la ciudad, no ha podido provocar la más mínima grieta en un muro en el que, siendo oposición y a pesar de las reiteradas tentativas de penetración, se ha estrellado una y otra vez durante más de treinta años.

 Cierto es que CiU ha sufrido, respecto al 2010, pronunciadas caídas en todos los barrios de Barcelona. 

Es más, un análisis más detallado de los resultados indica que la federación nacionalista, merecedora del premio a la regularidad en estos comicios, ha obtenido más votos que hace dos años sólo en cinco de las 1.061 secciones censales de la ciudad, un dato sorprendente si se compara con el comportamiento del PSC, que si bien ha vivido el fracaso más estrepitoso de su historia en la capital catalana (por primera vez ha bajado de los 100.000 votos), ha experimentado un avance en más de un centenar de estas pequeñas divisiones electorales.

 Dicho esto, no está de más recordar que CiU ha tocado fondo en Nou Barris, y en especial en Ciutat Meridiana (un 8,1%, diez puntos menos que en 2010) y en Torre Baró (5,6%).  (...)

Nos equivocaríamos si atribuyéramos la impotencia nacionalista en Nou Barris a una sola causa: la indiscutible desafección de la gran mayoría de sus vecinos hacia la causa soberanista. Los factores crisis y recortes, combinados e inseparables, también cuentan. 

La situación económica, que está neutralizando con mucha rapidez los esfuerzos reequilibradores de las últimas décadas -y ampliando la distancia entre las dos Barcelonas- es especialmente grave en estos barrios y no es de extrañar que sea precisamente en ellos donde se está produciendo una mayor movilización ciudadana .

 Lo evidencia el centenar de entidades agrupadas en la plataforma Nou Barris Cabrejada, Diu Prou!, que culpabilizan, entre otros -y esto es novedad-, a un gobierno municipal que hasta ahora parecía inmune a un malestar ciudadano que apuntaba más arriba, al Gobierno español, a la Generalitat, a los bancos, a los especuladores... Quizás al alcalde Trias se le esté acabando su año de gracia."      (Ramon Suñé , La Vanguardia, 01/12/2012)  

3/12/12

En Cuenca, la gente ha mirado con un cierto asombro el estallido catalán, pero sin acritud ninguna y, sobre todo, sin excitarse... y se han reído un poco cuando los catalanistas han hablado de ejércitos y sables

"¿por qué siempre tenemos que estar en España hablando de las últimas ocurrencias de los nacionalistas catalanes o vascos? ¿Es que en el resto del país no sucede nada digno de atención? ¿Sólo ellos merecen interesarnos por sus cuitas? ¿Por qué no hablar de lo que queda de España en lugar de devanarnos los sesos con las tribulaciones metafísicas de los periféricos? 

Por eso, en lugar de con catalanes hablo con un amigo conquense. ¿Qué hay por ahí? Lo primero, me dice, estoy muy orgulloso de la calidad de la ciudadanía de aquí, que ha asumido con toda naturalidad (incluso con un cierto deje de indiferencia) la reciente reclamación de independencia de Cataluña.

 Hace unos años, no tantos, se hubiera montado una verbena patriótica para defender la sagrada unidad. Estos meses, por el contrario, las gentes han mirado con un cierto asombro el estallido catalán, pero sin acritud ninguna y, sobre todo, sin excitarse. 

Han visto cómo llovían sobre sus cabezas los más curiosos improperios del catalanismo, que les acusaba al tiempo de robar a ese país, de despreciar su cultura y de intentar imponerles otra identidad.

 ¡Vaya pataleta absurda!, han pensado, deben referirse a otros, no a nosotros. Se han reído un poco cuando los catalanistas han hablado de ejércitos y sables, meneando la cabeza con sorna: ¡pues sí que están los tiempos para golpes militares! 

Les ha resultado un pelín patético ese recurso de los catalanistas a la amenaza de la fuerza para hinchar su fervor. Al final, la mayoría ha pensado que, si de verdad nos ven así, mejor que se vayan, que ya nos arreglaremos sin ellos.

 Aunque también muchos han rumiado que no, que en el fondo no quieren irse, que sólo quieren gritar para mamar.

Y este es el punto que tiene un tanto escamados a los conquenses. El por qué en este país nuestro sólo maman los que gritan. No acaban de entender la razón por la cual toda la intelectualidad española proclama compungida que, desde hoy mismo, hay que encontrar la forma de que los catalanes estén contentos en España, que hay que reformar el Estado para que estén cómodos y se sientan queridos. 

Que hay que federalizar el Estado, como dicen los más finos. Pero bueno, si ellos son los que han armado el lío, que lo solucionen ellos, dicen los de Cuenca. Si tienen un problema tan gordo para ser ciudadanos de este Estado, ése es su problema, no el nuestro.

 ¿Por qué debemos asumir como propio el problema de ellos, por qué siempre tenemos nosotros que dar para que ellos vuelvan otra vez a quejarse? Los conquenses son en esto muy castizos y de mente un tanto cuadrada: cada uno debe resolver sus problemas, no endosárselos a los demás como si fueran de todos.

 Porque no lo son. Y resulta un tanto pueril pedirnos ahora que les demos besos a los catalanes para que se sientan estimados. Que se aclaren ellos solitos sobre sus sentimientos, que ya son mayores para hacerse un psicoanálisis.

Además, dicen en Cuenca –en voz baja– ¡vaya momento han buscado los señoritos para montar el pollo!"      (El Correo 2/12/12,  J.M. Ruiz Soroa, en Fundación para la Libertad, 02/12/2012)

29/11/12

El separatismo queda en stand by. El proyecto separatista se había quedado sin líder, y no se puede abrir el Mar Rojo en cooperativa


"EL VOTO nacionalista no ha crecido en Cataluña, aunque el nuevo parlamento tendrá una amplia mayoría de diputados comprometidos en la celebración de un referéndum de autodeterminación.

 Esta mayoría y este compromiso supondrán una fatigosa fuente de inestabilidad, que el nacionalismo manejará en sus negociaciones con el Gobierno de Rajoy; pero es difícil que Artur Mas vuelva a Madrid con la intención de negociar algo más que una mejora de los recursos financieros de Cataluña.

Las especulaciones más razonables acerca de lo que podría ser el sentido del voto en un hipotético referéndum no son favorables al soberanismo, porque es probable que una buena parte del voto de Convergència i Unió se decantara por la continuidad. El presidente Mas dijo en su momento que no convocaría un referéndum para perderlo, que Cataluña tenía ya el cesto lleno de derrotas. 

Y lo cierto es que los resultados no ofrecen esa mayoría excepcional que él pidió y que quizá le habrían permitido desafiar la ley con mejor ánimo. A lo único que podría aspirar el presidente, dada la foto electoral obtenida, es a insistir peligrosamente en la fractura social que su desdichada política ya ha abierto en Cataluña, y a encontrarse al final del proceso con una casi segura frustración aritmética.
El separatismo queda en stand by.

Hay otra razón importante. Moisés. O, mejor, uno que imitaba a Charlton Heston. El cartel de campaña de CiU fue sencillamente pavoroso y sería de una cierta justicia poética que hubiese tenido influencia en el resultado. Pero el cartel respondía a una necesidad lógica. Un proceso secesionista basado en el desafío de la ley y en la invocación espiritista del pueblo (Volkgeist) necesita de un líder. 

No se puede abrir el Mar Rojo en cooperativa. Cuando en la noche electoral Mas subrayaba que el proceso no podrían continuarlo solos estaba señalando la consecuencia más hiriente y personal de los resultados electorales: el proyecto separatista se había quedado sin líder. 

Estas montañas han de tener mucha base, pero un solo pico, orgulloso, solitario y frío. No sé si Mas seguirá usando traje y corbata presidenciales. Pero el peplum, que siempre viene ancho a los hombres, no volverá a vestirlo."       (El Mundo 29/11/12, ARCADI ESPADA, en Fundación para la Libertad, 29/11/2012)

28/11/12

No fué sólo Mas quién se equivocó. La prensa también desbarró de lo lindo... en su propio interés



"La deriva radical de la federación nacionalista ha tenido como compañeros de viaje a los dos principales diarios de Cataluña, El Periódico y La Vanguardia. Sin embargo, ya hay síntomas que apuntan que ambas cabeceras podrían estar replanteándose esa posición, al menos, tímidamente. (...)

En este sentido, El Periódico ha publicado este martes un feroz editorial contra su rival más directo, La Vanguardia, al que, sin citarlo, acusa de ceder ante la injerencia ‘por parte de los políticos que (temporalmente) gestionan los fondos públicos’:
‘La neutralidad e independencia del principal diario del grupo Zeta ha ampliado, por méritos ajenos, el abismo que lo separa de otros grupos de comunicación catalanes. Sobran ejemplos de quienes pasaron de silenciar los recortes y ovacionar la alianza CiU-PP a abrazar tras la Diada la fe soberanista. O de ofrendar a Mas sus portadas electorales a alentar, el día de reflexión, un acto de apoyo al presidente [autonómico] vetado por la Junta Electoral. ¿Tan jugosas son las prebendas como para acarrear tamaño sometimiento editorial?’.
La cabecera de referencia del grupo Zeta señala que ‘es en vísperas de las citas con las urnas, al ponerse en juego el reparto del poder y los recursos públicos, cuando tanto la política como el periodismo dan lo peor y lo mejor de sí mismos’. (...)

El diario del grupo Zeta, sin embargo, olvida algunos aspectos, como el hecho de que también ha recibido subvenciones multimillonarias en los últimos años por parte de la Generalidad, unas ayudas que se superan el millón de euros únicamente en los últimos meses (1, 2, 3 y 4).

Además, basta con recordar algunas de sus portadas -como la publicada la pasada Diada, consistente en una gran estelada con el mensaje ‘Escucha España’, y animando a la participación en la manifestación secesionista- para constatar que El Periódico también ha compartido plenamente la vorágine rupturista promovida por CiU.  (...)

Así, el editorial de La Vanguardia de este lunes presentaba una sorprendente conclusión:
‘Después de estas elecciones y los resultados, la pregunta es cómo queda el proyecto de convocar en esta próxima legislatura una consulta para que el pueblo de Cataluña decida su futuro con el horizonte de un Estado propio. Es cierto que los resultados obtenidos por grupos políticos partidarios de la consulta casi doblan a los que la rechazan. Pero también lo es que el escenario que resulta de las elecciones de ayer aconseja una reflexión profunda‘.
Con alguna excepción, buena parte de sus principales plumas, también han experimentado un inesperado y repentino cambio de opinión tras el 25N. El director del diario, José Antich, apuntaba este lunes que el retroceso de CiU ‘va a obligar necesariamente a una revisión de las prioridades de su nuevo gobierno, que ya se vislumbra de coalición’.

 El director adjunto del diario y delegado en Madrid, Enric Juliana, ha sido muy crítico con los resultados de CiU y con las interpretaciones que algunos hacen de ellos: ‘El catalanismo es hoy un magma sentimental sin operatividad política y con un liderazgo mermado. [...] Quizá el influjo de Cervantes provoque el espejismo gracias al cual alguna gente hoy sigue creyendo que no ha pasado nada y que el soberanismo es imbatible con el 34% del voto del censo’.

 Francesc-Marc Álvaro considera que las urnas han reflejado ‘un nuevo reparto de apoyos dentro del campo soberanista pero -y eso es lo más importante- no un claro crecimiento del mismo, que es lo que se pretendía, en última instancia’. Sobre Mas, señala que ‘la táctica y la retórica empleadas para difundir su compromiso no acertaron en el tono y en la intensidad: un poco de contención tal vez hubiera creado menos rechazo (...)

Y, en una suerte de acto de contricción, concluye: ‘CiU, el mundo soberanista en general y varios de los que escribimos en los papeles -me aplico sinceramente la autocrítica- quizás nos hemos precipitado al calcular la capacidad de seducción de un mensaje de cambio en aquellos ambientes ajenos tradicionalmente a las premisas catalanistas’.      (lavozdebarcelona.com, 27/11/2012)

No sólo fue Mas. Nadie se enteró, ni quería enterarse, de lo que pensaban realmente los catalanes

"Y aquí los medios de comunicación, los institutos de opinión, los académicos y los que nos dedicamos a escribir y a opinar de estas cosas tendríamos que hacer una reflexión, porque es preocupante el desconocimiento de la realidad del país que hemos demostrado. Mas no ha estado solo en su error de percepción. 

No he leído ni un solo artículo que contemplara la posibilidad de que en estas elecciones se diera un batacazo de esta envergadura. La sociedad catalana ha resultado opaca. ¿Por qué? Por muchas razones, pero principalmente dos: las brumas de las hegemonías ideológicas y de las fantasías políticas contaminan demasiado el espacio mediático, y nos las acabamos creyendo todos: políticos y periodistas. Y la realidad es insoslayable. 

Por mucho que el discurso soberanista lo tapara todo, la crisis social estaba ahí y ha estado en las urnas. De este episodio, las gentes de los medios de comunicación deberíamos aprender que tenemos que estar más atentos a los ciudadanos y menos a los políticos."   ( , El País,  26 NOV 2012


"El destrozo va mucho más allá de lo que nadie hubiera esperado y previsto. 

No es Mas el único que deberá reflexionar. También deberían participar de esta meditación nacional todos los que han coadyuvado a la construcción del escenario ficticio que ahora se ha derrumbado y que tanto daño ha producido ya al proyecto soberanista. Algo tendrán que decir los responsables de unas encuestas que ni siquiera se acercaron a las cifras finales del hundimiento.

No son los únicos. Hay muchos comentaristas en los medios de comunicación que se han dejado llevar por la corriente o por sus bajas pasiones e intereses, que deberán también meditar sobre sus responsabilidades y dar alguna explicación.

 La ficción que se ha creado en torno a la transición nacional, al liderazgo de Mas y al cambio que se acercaba merece una meditación generalizada de las élites catalanas, de las que hay que excluir, justo es decirlo, a un empresariado que ha sabido mantenerse en silencio mientras los otros se regodeaban ruidosamente en sus errores."        ( , El País, 27 NOV 2012)

El voto 'charnego' evitó la debacle del PSC, y le dió alas a Ciutadans

"... la oleada participativa no se ha limitado a movilizar al electorado nacionalista, sino que se ha extendido también entre los menos amantes de las tesis soberanistas, un electorado tradicionalmente más abstencionista.

 De hecho, una mirada a los resultados a nivel comarcal indica que el aumento de participación ha ido particularmente acompañado tanto del aumento del voto a Ciutadans como de un menor declive del PSC. 

Así, los datos indican que la participación ha conseguido movilizar a los llamados abstencionistas diferenciales, un colectivo compuesto por votantes con un perfil menos catalanista, que votan en las generales pero no en las autonómicas.

 Estos votantes normalmente no muestran excesivo interés en las elecciones al Parlamento autónomo. Pero, en esta ocasión, parece que les han dado suficientes motivos para vencer su tradicional pasividad y acudir a la cita con las urnas.

 Es el aumento de la participación entre este colectivo el que ha permitido que Ciutadans triplicara sus escaños y que el hundimiento del PSC se amortiguara ligeramente tras las fugas masivas de sus apoyos catalanistas hacia formaciones más afines al derecho a decidir.

El aumento de participación ha salvado al PSC de obtener los pésimos resultados que le auguraban las encuestas.(...)

 Por lo que respecta al aumento de la participación entre el electorado nacionalista, el principal beneficiado no ha sido CiU, sino los partidos más radicales. Y es que los votantes, puestos a elegir, han preferido coger la papeleta de partidos nacionalistas con mayor pedigrí. 

Como resultado, Artur Mas ha fracasado en su intento de rentabilizar el movimiento soberanista, que le podía haber compensado las pérdidas de votantes descontentos con su apuesta nacionalista o con los recortes en servicios públicos.

En definitiva, el aumento de la participación no ha provocado variaciones significativas en el peso del conjunto de fuerzas nacionalistas en el Parlamento catalán. Pero ha cambiado su composición interna: los partidos más radicales en la dimensión nacionalista (ERC, CUP, C’s y PP) han ganado terreno arañando escaños a los dos grandes partidos tradicionalmente más moderados (CiU y PSC)."            ( , El País,  26 NOV 2012)

Varios dirigentes han llevado a sus partidos a resultados catastróficos por sus decisiones. Ninguno presentó su dimisión

"Todos los partidos catalanes, menos ERC, Ciutadans e IC-IU, podrían suscribir la frase de Pirro: "Con esta victoria no necesitamos una derrota". El resultado ha sido inesperado.(...)

 Lo más llamativo es la fragmentación del mapa político catalán: un partido roza el 30%, cuatro están entre el 10% y el 15%, otro en 7,6% y otro, que se mueve en lo antisistema, un 3,5%. (...)

CiU se ha mantenido. Moviliza en los últimos años entre un millón y 1.200.000 votantes. Ha obtenido sólo 80.000 menos que en las autonómicas de 2010, no es un gran descenso, y 100.000 más que en las generales.

ERC ha duplicado sus votos de las generales, de apenas 250.000 a medio millón. Solo unas pocas decenas de miles pueden proceder de CiU. De donde ha recogido votos es de la disolución del PSC y de nuevos votantes.(...)

 El PSC (antes PSOE) pierde votos en todas direcciones, como consecuencia del recuerdo del tripartito y de su debacle estratégica, o sea, eso del federalismo esponjoso. La puesta en escena de su campaña, en catalán y presidida por la senyera, ha excluido a una parte de sus votantes, ha olvidado que era el partido puente. (...)

¿Dónde han ido los votos del PSC? A IC-IU por la izquierda, a Ciutadans por el centro y a ERC. Hacia IC-IU tiene lógica, la campaña de Herrera se ha basado en temas sociales. Hacia ERC porque tras el tripartito el electorado socialista quedó sumergido en la confusión. 

Ciutadans ha ganado 170.000 votos en dos años, procedentes del PSOE y del PP. Se ha abierto un espacio por la debacle estratégica del PSC y la desorientación del PP. El PP ha perdido un tercio de sus votos de 2011, aunque ha conseguido casi 100.000 más que en las autonómicas de 2010.

 Pero, hay que insistir, con este nivel de participación estas elecciones deben compararse con las generales de 2011. Con esta referencia su desgaste es evidente, más cuando en estas elecciones su electorado se sentía a la defensiva. Que el partido que gobierna España consiga un 13% de los votos en Cataluña lo dice todo. El desgaste del Gobierno ha pasado factura. (...)

Una consideración final, estas elecciones vuelven reflejar el bloqueo de la política española. Varios dirigentes han llevado a sus partidos a resultados catastróficos por sus decisiones. Ninguno presentó su dimisión porque saben que no hay órganos internos en sus partidos que les vayan a pedir responsabilidades por esto."        ( , El País  27 NOV 2012)

27/11/12

¿Han ganado los independentistas... o han perdido?

"La inmensa mayoría de los análisis sobre los resultados electorales catalanes que hoy podemos leer en la prensa, tanto madrileña, como catalana, incluso en la gallega, se centran en valorar los resultados sólo en clave soberanista. 

Y, como no podía ser de otra manera, unos ven que esos resultados suponen una severa derrota para las aspiraciones independentistas, mientras que otros opinan que con esos resultados se consolidan, ya de manera irreversible, las aspiraciones independentistas del pueblo catalán.
Nosotros creemos, por el contrario, que los resultados de ayer reflejan, sobre todo, el lógico y coherente castigo de la ciudadanía catalana a una gestión nefasta del gobierno de CiU en los dos últimos años.

 Perder en dos años el 20% de los escaños deja claro cuál es la opinión que los catalanes tienen de su gobierno. Y en este punto, desde Galicia hay que recordar, mal que nos pese a algunos, que el gobierno de Núñez Feijóo, después de cuatro años de mandato en circunstancias económicas, cuando menos igual de difíciles, ha conseguido ampliar su mayoría parlamentaria. (...)

En cuanto al análisis de los resultados en clave soberanista, no coincidimos ni con los que ven un avance irreversible de Cataluña hacia la independencia, ni tampoco con los que interpretan que el veredicto de las urnas zanja definitivamente este asunto. En realidad, las opciones inequívocamente independentistas suman 24 escaños (ERC + CUP). 
En el extremo contrario, las opciones claramente españolistas o constitucionalistas suman 28 escaños (PP + C's). Tanto ICV como PSC apoyan que se realice el referéndum, pero sobre todo en el caso del PSC, parece obvio que su posición en esa hipotética consulta sería claramente contraria a la independencia.
En medio está CiU con sus 50 escaños. Podría parecer que después de esta campaña electoral su posición está meridianamente clara a favor de la independencia. Permítasenos poner en duda, sin embargo, que esto acabe siendo finalmente así.(...)

  Los resultados de ayer evidencian que la ciudadanía castiga la acción de gobierno y, además, niega a Artur Mas el papel de líder salvador en que pretendía erigirse. 
Y ahora quedan por delante cuatro años duros en los que hay que gobernar. Y seguir, inevitablemente, haciendo recortes. Por eso, mucho nos tememos que se volverá a lo que siempre ha sido el papel de CiU en la política catalana y española. Ambigüedad calculada. (...)
 Administrando al milímetro frente al gobierno de Madrid la amenaza de iniciar el proceso, con la pretensión de alcanzar otros objetivos como el pacto fiscal o, al menos, una reforma -una más- del modelo de financiación autonómico. 
Y en clave interna, para sumar apoyos en el parlamento catalán, administrando al milímetro el papel determinante de sus escaños para poder iniciar el proceso que tanto ansían unos, o para retrasarlo y evitarlo como desean los otros.
Así, en ese juego, transcurrirán en Cataluña una buena parte de los próximos cuatro años. Acaba de empezar la fiesta. "          (A furada do trasno, 26/11/2012)

CiU y PSC son los dos partidos que pierden más votos de los que ganan y los únicos que parecen haber perdido votantes en todas las direcciones

Fuente: Metroscopia. / EL PAÍS

" Como puede verse en el cuadro adjunto (en que, como ya hemos indicado, las cifras se han redondeado), en estas elecciones podría haberse producido un amplio número de trasvases de votos.

 Tomando como punto de partida el total de votos que cada partido había logrado en 2010, el cuadro recoge en su parte superior el probable destino de los mismos en estas elecciones y, en su parte inferior, la procedencia de los votos conseguidos en cambio ahora.
 
En todos los casos, una fracción importante (pero no idéntica) de votantes ha permanecido en el mismo partido: la fidelidad de voto más elevada (en torno al 90%) corresponde a Ciutadans, seguido del PP (en torno al 80%) y la más baja (descontando el caso de SI) se registra en el PSC (por debajo del 70%). CiU y PSC (sin contar a SI) son los dos partidos que pierden más votos de los que ganan y los únicos que parecen haber perdido votantes en todas las direcciones.

 Por otro lado, CiU sería el único partido que logra atraerse votantes de todas las demás formaciones (con la única excepción de Ciutadans), si bien en clara menor medida de los que a su vez pierde. En el caso de esta coalición merece la pena destacar que habría perdido a favor de ERC el doble de votantes de los que, a cambio, habría logrado atraerse de dicha formación.

 En cuanto al PSC, pierde a favor de CiU tantos votos como logra arrancarle al tiempo que araña al PP la mitad de votantes que este a cambio logra restarle. Además, su saldo de trasvase de votos con ICV le es claramente negativo: por cada votante que atrae de esa formación pierde cinco a favor de la misma.

En el extremo opuesto, Ciutadans es la formación que solo pierde votos (y pocos) en una sola dirección (a favor del PP), y a cambio logra atraerse a exvotantes de PP, CiU y PSC.

Resulta también destacable el destino final de la gran mayoría de quienes en 2010 votaron a SI (que solo habría retenido a menos del 20% de sus votantes): algo más de la mitad habría optado ahora por votar a ERC y apenas el 10% por darle su voto a CUP."    ( / , El País,  27 NOV 2012)  

El referéndum para la independencia de Cataluña se celebró este domingo, y Mas lo perdió. La aventura soberanista de Artur Mas ha lastimado quizá para siempre la convivencia entre catalanes, y entre catalanes y el resto de españoles.

"Aunque en un futuro siga insistiendo en la voluntad de convocar un referendo para tratar de separar a Cataluña del resto de España, el referendo, en realidad, se celebró ayer. O, cuando menos, en primera instancia. Y es evidente que el convocante lo perdió.(...)

 Es verdad que el resto del voto independentista puede consolarle hasta cierto punto de ese traspié. Pero sólo hasta cierto punto. Entre ERC, que recupera sus registros de hace seis años, y la CUP, que obtiene por primera vez representación y ocupa el lugar de la Solidaritat per la Independència de los Laporta y López Tena —si bien con una propuesta izquierdista y antisistema—, el bloque partidario de realizar la consulta a cualquier precio experimenta incluso una pérdida de dos escaños.

 Sólo si se le añade Iniciativa per Catalunya y la sopa de letras que le acompaña, partidaria también de la consulta aun cuando su soberanismo sea mucho más liviano, podría hablarse de un crecimiento mínimo. Sobra decir que para este viaje no hacían falta tantas alforjas. 

Ni tanto Moisés encabezando la travesía. Con independencia de cuál vaya a ser su reacción, los fracasos de esta magnitud sólo admiten una respuesta decente: la dimisión. (...)

 Pero las urnas arrojaron también otros datos de interés, al margen de los que atañen a Mas y a su empeño segregador. El más relevante, sin duda, es el hundimiento del socialismo catalán. Un hundimiento que viene de lejos, pues el PSC no levanta cabeza desde que puso su destino en manos del nacionalismo radical, hace ya nueve años (...)

Capítulo aparte merecen los resultados de Ciutadans. De cuantas formaciones aumentaron ayer su representación parlamentaria, la presidida por Albert Rivera es, porcentualmente, la que más creció.

 Su defensa acérrima de la ley y el orden y su denuncia de la corrupción, o, lo que es lo mismo, su rechazo inequívoco de cualquier componenda con el nacionalismo, han sido premiados con creces por los electores.

 La consolidación de Ciutadans como fuerza política regional —una consolidación análoga a la experimentada en los últimos tiempos por UPyD en el resto de España— constituye, sin duda alguna, una de las noticias de la jornada. (...)

La aventura soberanista de Artur Mas ha lastimado quizá para siempre la convivencia entre catalanes, y entre catalanes y el resto de españoles. O sea, entre españoles. Al margen incluso de lo que vaya a depararnos el futuro inmediato, me temo que el desgarro ya no tiene remedio.

 No es sólo un problema de relaciones sociales; es algo que ha ido incluso más allá, puesto que resulta difícil hallar hoy en día en Cataluña familias donde no se hayan roto ya, a cualquier nivel y en mayor o menor grado, las costuras. Y lo mismo puede afirmarse de tantos lazos afectivos que traspasan la comunidad catalana y se extienden al conjunto de España."          (Xavier Pericay, 26/11/2012, ABC, 26 de noviembre de 2012)