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23/2/18

Un sector de ICV arremete contra el independentismo de los comunes. “Hay que defender abiertamente que no somos partidarios de la independencia, que queremos compartir un proyecto de Estado federal"

"La indefinición y la ambigüedad de los comunes sobre la relación Cataluña-España nos ha castigado”. Así opinan varios miembros de ICV, que, ante la próxima convención del partido, han elaborado un documento en el que pasan cuentas con los comunes, con quienes forman coalición en Catalunya en Comú. Antes lo hicieron en Catalunya Sí Que Es Pot, con Lluís Rabell y Joan Coscubiela al frente.

En este sentido, los firmantes de este manifiesto, muchos de ellos procedentes del mundo sindicalista, critican el silencio de los comunes sobre la "excelente labor" de Rabell y Coscubiela. "Nuestros valores históricos se han silenciado", dicen. 

Los ecosocialistas repasan la evolución, tanto ideológica como electoral, de esta nueva confluencia de izquierdas, y exigen que ICV tenga una mayor presencia en las candidaturas municipales.

En el documento, al que ha tenido acceso Crónica Global, expresan su preocupación sobre los resultados del 21D, pues Catalunya en Comú-Podem, la nueva confluencia de izquierdas encabezada por Xavier Domènech, “ha perdido 44.000 votos respecto a las elecciones autonómicas de 2015 y más de medio millón respecto a las elecciones generales de 2016”. 

Los firmantes avisan de que esos resultados “son preocupantes porque abren interrogantes sobre el futuro de los comunes y de ICV”. Respecto a la formación ecosocialista, denuncian que han perdido el 40% de la representación en el Parlament, así como presencia en ciudades donde eran fuertes como El Prat, Montcada, Blanes y Tarragona.


Este sector de ICV se muestra muy crítico con “la indefinición y la ambigüedad de los comunes sobre la relación Cataluña-España” que, según afirman, les “ha castigado”. Explican que, “durante el último período, se han repetido palabras y gestos de sintonía de dirigentes de los comunes con el independentismo y el procesismo”. 

En este sentido, denuncian “la república catalana como propuesta política, la participación en el 1-O legitimándolo, la pancarta y el lazo amarillo en el Ayuntamiento de Barcelona (gobernado por la líder de BComú, Ada Colau), la ruptura con los socialistas o la organización del acto de Zaragoza junto al PDeCAT”.


Los ecosocialistas avisan: “Criticamos con dureza, y justamente, al PP, pero no hemos criticado a Junts pel Sí, no hemos atacado con la misma contundencia la corrupción en Cataluña”.

"No somos partidarios de la independencia"


“Hay que defender abiertamente –añaden— que no somos partidarios de la independencia, que queremos compartir un proyecto de Estado federal que reconozca la singularidad catalana para luchar juntos contra las desigualdades y por la recuperación de los derechos perdidos en la derechización de la crisis, derechos civiles, laborales y colectivos como la salud y la educación”.


De cara a las elecciones municipales, ICV reclama una mayor presencia en las candidaturas y romper con esa indefinición ideológica que CATComú ha mantenido hasta ahora, pues pone en peligro sus resultados municipales allí donde son fuertes. "Tanto los independentistas como Ciudadanos estarán interesados en nacionalizar la batalla municipal", dicen."           (María Jesús Cañizares, Crónica Global, 16/02/18)

20/2/18

Ada Colau: se les debería pedir explicaciones a los consejeros destituidos aunque estuvieran en prisión

"Ha llegado un momento que es irellevante si Puigdemont vuelve a ser presidente o no. Difícilmente saldremos del atolladero. Cataluña se ha instalado en la inestabilidad política. Y en Europa nos ven como un foco de problemas.

El dictamen del Consejo de Estado es sólo el último episodio. Sin duda una bofetada para la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Y eso que es abogada del Estado. Ciertamente, no se puede invalidar un acto antes de que se haya cometido.

Pero que no decían que este organismo, presidido por el exministro Romay Beccaría, era un órgano al servicio del PP? De qué se quejan? Aquí también nos pasamos los informes del Consejo de Garantías Estatutarias o los letrados del Parlamento por el forro. Y nadie pone el grito en el cielo. Somos los buenos de la película.

Puigdemont ha apresurado a hablar de "fraude de ley". Hace gracia que lo diga alguien que técnicamente es un fugado de la justicia. O como cuando, en la entrevista con Mònica Terribas, apelaba a la Constitución. Una persona que ha desobedecido cinco veces el TC. Cada vez que recibía una notificación se hacía una foto riendo y la colgaba en twitter.

Sí, lo sé: la han votado 948.000 catalanes. No saben cómo lo celebro. Ahora que arreglen los de JxCat el mal causado. Poco o mucho, lanzaron por la borda cuarenta años de autogobierno. Son ellos los que nos llevado hasta el acantilado.

 En el fondo tenía razón Ada Colau -Señora a la que yo no votaría nunca- cuando dijo que se les debería pedir explicaciones a los consejeros destituidos aunque estuvieran en prisión. Las consecuencias judiciales no eximen de la responsabilidad política. Porque sabían que era un salto al vacío.

Es curioso como el soberanismo, tras un par de días de autocrítica, se apresuró a reconstruir el relato. Con el apoyo de TV3 y Catalunya Ràdio, todo sea dicho. Nosotros no tenemos la culpa de nada ,. Y eso que pasamos de la República catalana en la Cataluña preautonómica. (...)

Los mismos que han acatado para salir de la cárcel ahora vuelven a empezar. Además, ¿gobernar con quién? ¿Con la CUP? Ustedes han visto sus exigencias? "Suspensión del pago de la deuda pública", "internacionalización de la república" y "construcción nacional de los Países Catalanes", entre otros. Lo dice una formación que ni siquiera tiene presencia en Valencia. Viven en la nube.

Cataluya ha instalado definitivamente, como decía, en la inestabilidad política. Costará mucho salir. Incluso Grecia, en comparación con nosotros, es una balsa de aceite. Aquí llevamos tres elecciones anticipadas en las últimos años. Sin contar las de Maragall.

Porque el problema no es que las empresas se vayan, que el turismo baje, que la CNN ya no recomiende Barcelona. El problema es: ¿qué confianza podemos transmitir al exterior si no confían en el país ni nuestros bancos ni las grandes empresas?

Aunque hay algo peor: estamos perdiendo definitivamente el tren de la revolución digital. Nuestros tatarabuelos hicieron la revolución industrial con un zapato y una alpargata. Nosotros vamos a dejar a Notro nietos BCN World. Si nunca se llega a construir. Hace veinte años que siento lo de la Cataluña trilingüe y la introducción efectiva del inglés en las escuelas. Estamos perdidos. Pobre Cataluña. Pero sobre todo pobres nietos."                             (Xavier Rius, director del e-notícies, 26/01/18)

6/2/18

'Puñaladas' antes del pleno: así estalló el cisma entre los 'indepes'. "No son capaces de hablar entre ellos, el número uno y el número dos, y pretende gobernar Cataluña desde mil kilómetros"

"La carta que Carles Puigdemont envió a Roger Torrent, en la víspera de la 'histórica' jornada, sentó como una patada en el estómago. "Le solicito amparo para que tome las medidas necesarias para que salvaguarde los derechos y prerrogativas del Parlament y de sus miembros". 

Una presión sin avisar. Una orden sin vaselina. Fue la primera puñalada. El titular de la Cámara recibió la carta como una advertencia extemporánea. "No hace falta que me recuerden mis responsabilidades", comentó en su entorno. Nubes negras se cernían sobre el Palacio de la Ciudadela.

En la noche de la víspera, mientras diputados de JxCat y ERC se afanaban en diseñar los detalles de la sesión, el gabinete de Torrent solicitó al 'sanedrín de Bruselas' una copia del que sería el mensaje del aspirante a presidente de la Generalitat. No recibían respuesta. 

Se volvió a demandar y como todo documento, se les remitió una par de folios con notas inconexas, una especie de borrador somero de lo que habría de ser el discurso oficial. Otro desaire, otro desprecio.

A las 12.30 de la noche concluyó el encuentro de los parlamentarios secesionistas, convencidos de que, doce horas después, todo estaría encarrilado. "Al TC, que le vayan dando, y a Soraya, ni caso", comentó uno de ellos en su entorno. Todo estaba en orden. Tres exconsejeros fugados habían renunciado a su escaño, la mayoría absoluta estaba asegurada. Investido en la primera ronda, con autoridad, sin dudas. 

Puigdemont había colgado en Twitter una fotografía de las proximidades del Parlament. Una más de bromitas absurdas de adolescente.

En ERC conocieron una noticia difundida por TV3, la televisión pública al servicio del expresidente, en la que se afirmaba que las tres formaciones secesionistas habían llegado a un acuerdo para respaldar la candidatura en ausencia del aspirante. No había tal acuerdo. Sólo fueron conversaciones y basta. Otra puñalada. La actitud displicente de JxCat crecía. 

El momento más ríspido, días atrás, se vivió cuando Puigdemont declaró en una entrevista que "se puede gobernar desde el exilio, pero no desde la cárcel". Junqueras, casi olvidado en su celda, leyó estas palabras como una afrenta.

El enconamiento subía de tono. El diputado republicano Joan Tardá, devolvió el golpe: "Habrá que pensar en sacrificar a Puigdemont", dijo. Desde la cúpula de su formación le enmendaron la amenaza y se pusieron a los pies del expresidente, único candidato posible. Con la boca pequeña. La venganza esta en marcha y no había que dar pistas.

"No sabíamos nada"

"Estupefactos se quedaron los diputados de JxCat, la lista de Puigdemont, al enterarse de que el pleno quedaba 'aplazado'. No tenían noticia, conocieron la novedad por la tele o por los periodistas. Roger Torrent había anunciado una comparecencia a las diez de la mañana, media hora antes de que se celebrara la reunión de la Mesa para estudiar el desarrollo de la jornada. 

Se dijo luego que había intentado contactar con el prófugo, que le llamó cinco veces, sin obtener respuesta. "Salía un número oculto" apuntaban desde Bruselas. "No son capaces de hablar entre ellos, el número uno y el número dos, y pretende gobernar Cataluña desde mil kilómetros", señalaba una fuente del soberanismo.

Todo estaba listo para el gran día. El expresidente no se había movido de su refugio belga. Ni amago de aparecer por el Palacio legislativo. Uno de sus diputados, Eusebi Campdepadrós, sería el encargado de dar lectura a su discurso. Nada de Skype ni plasma. La vía telemática quedaba aparcada. Se procedería luego a la votación y a la proclamación del vencedor.

Arrollan a los mossos

Hasta que Roger Torrent anunció el 'bombazo'. El pleno se suspendía. "Aplazado, no desconvocado", señalaban. Al estilo de "mezclado, no agitado", de James Bond. No se suspendía la candidatura del líder prófugo pero se acataba la advertencia del TC, que impide la investidura de un aspirante ausente y con asuntos judiciales pendientes.

 Los miembros de la 'lista del president' reaccionaron con bronca. También los de la CUP, enfurecidos hasta la ira.

Tanto, que se presentaron en el Hemiciclo, a las tres de la tarde, hora del comienzo del debate, como si tal cosa. Fuera, unos cientos de militantes de la ANC hacían los propio: "Puigdemont president", clamaban al aire. La protesta fue en aumento. Los activistas acogotaron a los mossos, que se dejaban arrollar. Saltaron la verja de protección y hasta amagaron con entrar en el edificio del Parlament. Se escucharon gritos contra ERC.

El bloque de la DUI amenaza cisma. Ya no se ocultan los agravios ni se disimula el rencor. Difícil será lograr un nuevo acuerdo. "Cualquier cosa harán menos perder el poder", señalan las mencionadas fuentes. Puigdemont quiere elecciones. De momento, va por buen camino. Aunque quizás resulte amortizado en el empeño."               (José Alejandro Vara, Vox Populi, 31/01/18)

5/2/18

Ante el fracaso de las izquierdas catalanas. Los Comunes han malbaratado las enormes expectativas que levantaron con sus buenos resultados en las dos elecciones generales que indicaban que una fuerza de izquierdas y nítidamente contraria a la secesión tenía todas las opciones para convertirse en la formación hegemónica entre las clases populares de Catalunya

"Los resultados de las elecciones al Parlament de Catalunya del 21D han supuesto una auténtica debacle para la izquierda independentista y no independentista. ERC no ha conseguido su objetivo histórico de lograr el sorpasso respecto a los herederos de Convergència y CUP ha cedido la mitad de sus apoyos electorales. 

PSC quedó muy por debajo de sus expectativas electorales, con sólo un pequeño incremento del 0.9% y un diputado y ni siquiera fue capaz de sumar el 2% de los votos que Unió obtuvo en las “plebiscitarias” del 2015. 

Más grave fue aún el resultado del espacio de los Comunes que cedió 1,5 puntos porcentuales y tres de sus once diputados; además, la correlación de fuerzas no les otorgó como esperaban la llave de la gobernabilidad del país que hubiera compensado su caída electoral.

Los comicios, extremadamente polarizados en el eje nacional, favorecieron a las dos fuerzas situados en el ámbito del centro-derecha neoliberal, Junts per Catalunya (JxCat) y Ciudadanos (C’s), ambos integrados en el grupo liberal ALDE del Parlamento europeo. Corroborando la tesis de que cuando la cuestión nacional centra el debate político, las derechas, de uno u otro signo nacionalitario, resultan las grandes beneficiadas en perjuicio de las izquierdas.

Uno de los grandes éxitos del proceso soberanista ha sido precisamente provocar la división de las izquierdas no independentistas. El primer damnificado fue el PSC que sufrió una profunda fractura, así la élite catalanista que había dirigido los destinos del partido lo abandonó y fundó distintas plataformas que acabaron integrándose en ERC.

 Los socialistas pagaron un severo precio electoral pasando del 27,3% de los votos en los comicios del 2006 y 37 diputados, al 18,3% y 28 diputados en 2010 y llegando a su punto más bajo en el 2015 con el 12,7% y 16 diputados.

La debacle de los Comunes

El espacio de los Comunes obtuvo en las elecciones plebiscitarias del 27 de septiembre 2015, bajo las siglas de Catalunya Si Que Es Pot (CSQP) un discreto resultado electoral, tanto es así que sólo logró 11 diputados, dos menos que los obtenidos por ICV en 2012. 

No obstante, tres meses después logró una gran victoria en las generales del 20 diciembre 2015 cuando se impuso como primera fuerza política del país con 24,7% de los votos y con casi diez puntos de ventaja respecto a ERC la segunda formación más votada con el 15,9% de los votos. Un resultado semejante, con pequeñas variaciones, en las generales repetidas de 2016.

Estos datos indican que cuando el eje social centra el debate electoral, los Comunes son la opción preferida, pero que tienen un serio problema ideológico y político cuando la contienda electoral gira monotemática sobre el eje nacional. 

De hecho, en la campaña de las plebiscitarias, CSQP se mantuvo en una ambigüedad estructural respecto a la cuestión de la independencia, en unos comicios que dieron el primer aviso sobre el ascenso de C’s en los barrios de la periferia con un discurso antisecesionista, convirtiéndose en la segunda fuerza parlamentaria con el 17,9% de los votos y 25 diputados, 16 más que los anteriores comicios.  (...)

La polarización identitaria de los comicios del 21D arrojó unos resultados que impiden una salida de izquierdas a la crisis, como se había especulado durante la campaña electoral, en torno a un gobierno de coalición nucleado por ERC y los Comunes que podría contar con los apoyos exteriores del PSC e incluso de la CUP. 

Los magros resultados de ambas formaciones, que suman sólo 36 diputados, imposibilitan esta opción, pues incluso si contaran con los improbables apoyos de PSC y CUP, únicamente tendrían 61 diputados, lejos de la mayoría absoluta.  

(...) los dirigentes de los Comunes no supieron interpretar el significado de las dos grandes manifestaciones contra la independencia promovidas por Societat Civil Catalana que contaron con la masiva participación de muchos de sus electores en los barrios.

Los resultados electorales dictaron una dura sentencia contra los Comunes en el Área Metropolitana de Barcelona. En Santa Coloma de Gramanet donde los Comunes obtuvieron 31,8% de los votos en las generales del 2015, pasaron a un modesto 10,8%, cediendo cuatro puntos porcentuales respecto a las plebiscitarias del 2105. 

Por el contrario, C’s obtenía el 35,4 % y aumentando 10,6 puntos sus apoyos electorales. En Sant Andrià del Besòs, donde las generales del 2015 los Comunes lograron el 32% de los votos, sólo obtuvieron un 9,9%, cediendo 3,6 puntos respecto a las plebiscitarias del 2105, mientras que C’s se alzaba con el 34.6% de los votos, incrementando sus apoyos en 12 puntos.  (...)

El digital Crític, próximo al espacio de los Comunes, elaboró un interesante informe sobre el perfil sociológico de los electores de C’s, en base a los datos del Departament de Governació de la Generalitat y la encuesta del proyecto MEDW. El voto a C’s se concentra en las comarcas costeras de Barcelona y Tarragona, pero también en el Valle de Aran. 

Se trata de un voto fundamentalmente urbano, así C’s es la fuerza más votada en las diez ciudades más pobladas de Catalunya y en 23 municipios del Área Metropolitana de Barcelona, arrebatándole al PSC la posición de primera fuerza política en localidades como Cornellà de Llobregat, Badia del Vallès o Santa Coloma de Gramanet.

Según los datos del Departament de Governació de la Generalitat, C’s concentró el voto contrario a la secesión de Catalunya. Así el 44% de los votantes del PP en las plebiscitarias del 2015 se decantó ahora por el partido naranja, así como el 36% de los electores del PSC, el 31% de los de Unió, el 24% de los votantes de los Comunes y un 35% de los abstencionistas.
Por otro lado, la encuesta elaborada por el proyecto MEDW revela que el 78% de los votantes de C’s se consideran tan catalanes como españoles y que el 62% son castellanohablantes. 

La formación liderada por Inés Arrimadas cuenta con el porcentaje superior de castellanohablantes entre sus electores, pues sólo 1 de cada diez de sus electores son catalanohablantes, una cifra superior a la de PP y PP con un 14% y 15% de votantes de lengua catalana respectivamente. En el otro extremo identario se sitúa JxCat/PDeCat con un 25% de electores de lengua castellana.

 Unos datos que confirman el retrato-robot del votante de C’s: residente en los barrios y municipios de la periferia de las áreas metropolitanas, con bajo nivel de renta y formación y de lengua castellana.  (...)

Los Comunes han malbaratado las enormes expectativas que levantaron con sus buenos resultados en las dos elecciones generales que indicaban que una fuerza de izquierdas y nítidamente contraria a la secesión tenía todas las opciones para convertirse en la formación hegemónica entre las clases populares de Catalunya. 

Su convivencia y ambigüedades respecto a los planteamientos independentistas ha propiciado el triunfo de C’s. Quizás si en vez de Domènech, el cabeza de lista hubiera sido Coscubiela no hubieran experimentado de modo tan agudo la debacle electoral.

De momento, no se atisban signos en el horizonte que el eje social recupere un papel central en la agenda política que favorecería el avance de las izquierdas catalanas. Incluso, en el improbable caso que eso sucedería, aun deberían articular una respuesta programática a los retos planteados por el movimiento independentista catalán que no se diluirá ni en el corto, ni el medio plazo. 

Tanto desde el PSC como desde los Comunes deberían concretar con rigor y convicción una alternativa federal que, hasta el momento, no han sabido ni elaborar, ni comunicar, como alternativa a la dinámica frentista a los nacionalismos español y catalán."                   ( Antonio Santamaría , El Viejo Topo,  04/02/18)

2/2/18

La frase: "Volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana"... revela el grado de alienación y la textura ofensivamente vanidosa de la mirada que Puigdemont se dirige a sí mismo y a su fracasado proyecto

"(...) De las fases del duelo, Puigdemont vendría a estar en la de la ira a tenor de su cascada de mensajes, que reproducimos a continuación por su indudable trascendencia y valor documental:

1) "Volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana..."


2) "El plan de Moncloa triunfa. Solo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no, el ridículo histórico, es histórico..."


3) "Supongo que tienes claro que esto ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado. Al menos a mí. Vosotros seréis consellers (espero y deseo), pero yo ya estoy sacrificado tal y como sugería Tardà".


4) "No sé lo que me queda de vida (¡espero que mucha!), pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y a proteger mi reputación. Me han hecho mucho daño con calumnias, rumores, mentiras que he aguantado por un objetivo común. Esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia".


El museo de historia que guarda la pluma con la que Artur Mas firmó el decreto de convocatoria del referéndum del 9N de 2014 debe gestionar ya la adquisición para sus fondos de los teléfonos celulares de Puigdemont y Comín


El director de Crónica Global, Xavier Salvador, retrata al exconsejero de Salud, el inimitable, inigualable e inevitable Toni Comín: "Por ese conocimiento estrecho de Comín, que nos ha mencionado en más de una ocasión en el Parlament, nadie se extrañó ayer de que el enterrador de la sanidad del país haya sido, también, el sepulturero del procés

Dirán que no tiene ninguna culpa, que le fue hurtada una información privada o cualquier otra justificación para su figura. Pero, a la postre, Comín es el hombre que ha cavado la tumba del ilusorio republicanismo".


Ay, Comín, Comín, genio y figura, saltarín de la política, intrigante rasputino. Lo de Cagancho en Almagro es poco. Le puede pasar a cualquiera, pero te ha tocado a ti, Comín, que ya es casualidad que todo lo que tocas se rompa. Lo más seguro es que caiga de pie. ¿Pero... y si estaba todo preparado, falso robado acaso?


Beatriz Navarro firma un texto en La Vanguardia en torno a la captura de la exclusiva del programa de Ana Rosa Quintana en los matinales de Telecinco: "¿Descuido o montaje? ¿Bajó la guardia Comín, o hay gato encerrado? No hay unanimidad entre los presentes pero a algunos reporteros en primera fila les llamó la atención la falta de discreción del diputado con el móvil –de hecho un colaborador le avisó al final de ello–.

 De lo que no hay duda es de que las imágenes y las explicaciones del reportero del Programa de Ana Rosa (Telecinco), Luis Navarro, contrastadas con el repaso a los momentos clave del acto en el que fueron filmadas dan una idea clara del momento en que se enviaron los melancólicos mensajes.

 Y por mucho que el entorno de Puigdemont diga que lo que vale es lo que dijo en el video distribuido después, a las 20.36, lo cierto es que el mensaje estaba pregrabado y que a esa misma hora Puigdemont se confesaba con Comín con un análisis muy distinto de la situación: “Supongo que tienes claro que esto ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado”".

 (...)  La prensa soberanista cierra filas, aunque nadie da un duro por Puigdemont. Manda la consigna en Twitter de Gabriel Rufián: "Y cuando despertaron, los 70 diputados seguían ahí". Cierto. Son setenta pero no son los mismos, convertido el 130 presidente, como Mas, en más madera para la locomotora del proceso. 

La columna de Iu Forn en El Nacional refleja el espíritu de que lo que no mata engorda: "Y mientras Ana Rosa concluye que el procés se ha acabado, la realidad dice que esta exclusiva mundial servirá para coser el independentismo. 

El de la gente y, sobre todo, el de los políticos. Como antes lo ha hecho la reacción al 9N, las cargas del 1-O, el piolinismo, el encarcelamiento y exilio de los líderes y tantos y tantos movimientos que habían acabado definitivamente con una situación que, a pesar de la guerra sucia y el dinero invertido en su contra, volvió a ganar las elecciones .               (Pedro Planas, Crónica Global, 01/02/18)


" Carles Puigdemont es un hombre propenso a la ciclotimia. Y su circunstancia aún le habrá hecho más propenso.

 No es la primera vez que desde Bruselas se mostraba desmoralizado y presto a dejarlo todo. Sus mensajes, aparentemente destinados a su compañero de fuga Antoni Comín, estaban redactados sin los errores ortográficos o de puntuación que son propios en el uso de la mensajería digital. Puede deducirse que se escribieron con cierta meditación y que no respondían a un arrebato coloquial entre compañeros. 

Él mismo pareció confirmar todo esto cuando reconoció luego en un tuit la veracidad de los mensajes y los atribuyó a las dudas naturalísimas que a veces asaltan a los hombres. La desmoralización y las dudas son legítimas. Cualquier independentista las habrá padecido y las habrá expresado a sus próximos. 

El problema mayor de Puigdemont es que a la misma hora que se daba por muerto llamaba a la resistencia a sus compañeros en Cataluña. Algunos de ellos acababan de forzar peligrosamente un precario dispositivo policial y se concentraban a la puerta del parlamento de Cataluña para gritar sus consignas habituales e insultar con amenazante gravedad a los diputados constitucionalistas. 

Una buena parte de los concentrados llevaban caretas con el rostro de Puigdemont, mientras el auténtico se la estaba quitando a miles de kilómetros de distancia en una conversación con el diputado Comín.  (...)

Lo peor, y lo que no puedo olvidar, es la frase: "Volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana". La frase, que ni siquiera fue dicha en el calor emocional de cualquier algarada, sino en la más escueta intimidad, revela el grado de alienación y la textura ofensivamente vanidosa de la mirada que este hombre se dirige a sí mismo y a su fracasado proyecto desleal. 

Teniendo en cuenta los centenares de miles de muertos y exiliados y la enorme destrucción provocada, la analogía es de una perturbadora inmoralidad. Pero también de una gran imprecisión técnica. Porque cualquier intento que Puigdemont haga por trasladarse al paisaje de infamia y muerte de la guerra civil le obligará a ocupar siempre el mismo lado moral. El del gobernante que se alzó contra la democracia. El del nacionalista. El del fascista."             (Arcadi Espada, El Mundo, 01/02/18)

31/1/18

Si la polarización ha avanzado y el choque de trenes ya se ha producido, solo cabe reconocer lo evidente. Todos los que apostamos por un federalismo plurinacional, pluricultural y por una tercera vía entre los dos nacionalismos estamos en minoría...

"(...) Este es el punto importante del que hay que partir. La exacerbación de la pasión indentitaria ha sido la gran protagonista de lo ocurrido en Cataluña.

 ¿Cómo es posible que la misma persona (Xavi Domenech) que encabeza una candidatura ganadora en dos ocasiones en unas elecciones generales, y al que todo el mundo reconoce una gran capacidad, sea la quinta fuerza en unas autonómicas? 

¿Cómo es posible que la candidatura de la alcaldesa de la ciudad de Barcelona sea también la quinta fuerza en su propia ciudad? La desigualdad no ha desaparecido, ni la brecha generacional, ni el precariado, pero cuando los sentimientos ocupan el primer plano es muy difícil introducir otros elementos en la pugna. (...)

El 15M auspició la aparición de una nueva generación que deseaba irrumpir con fuerza en el mundo político sin hacerse cargo del pasado, sin heredar la lógica de los protagonistas de la Transición (...) Pretendía dirigirse a todos los que sufrían la crisis más allá de su pasado ideológico, o de sus adscripciones político-partidistas.

Lo ocurrido en Cataluña responde a una lógica completamente distinta. Si en un caso se trata de un proyecto adanista, en otro se trata de establecer una continuidad con el pasado que dé sentido a las tareas del presente y a las perspectivas de futuro. No es extraño que, al tratar de establecer una continuidad entre Felipe IV, Felipe V y Felipe VI, la irrupción del 15M fuera vista como una perturbación. 

Poner el foco en la Europa del Euro hacía perder el rumbo. Lo importante no era el neoliberalismo, la globalización sin control o el dominio del Capital financiero; lo importante era resaltar una y otra vez que el lastre era España y el sueño ser un nuevo Estado europeo como Austria o como Dinamarca.

Este esfuerzo por centrar todas las energías en conseguir ser un nuevo Estado en Europa ha marcado la agenda política en las Diadas realizadas desde 2012, en el referéndum del 9 de noviembre, en las elecciones del 27 de septiembre de 2015, y en las elecciones del 21 de diciembre de 2017.  (...)

En mayo de 2014, se producen las elecciones europeas, la irrupción de PODEMOS, la abdicación del rey Juan Carlos, la dimisión de Rubalcaba y la confesión de Jordi Pujol sobre una cuenta no declarada en Andorra. 

Esta confesión, que afecta a la credibilidad del padre de la patria catalana, no impide que Artur Mas decida incrementar la pulsión independentista y proponer un referéndum ilegal el 9 de noviembre de 2014. 

Logra una movilización importante de personas que van a alcanzar una cifra en torno a los dos millones. Dos millones que vuelven a aparecer en las elecciones de 27 de septiembre de 2015 y en las elecciones del pasado 21 de diciembre. Estamos ante un movimiento muy amplio, que ha superado muchas pruebas y que no parece permeable a otras perspectivas.  (...)

Para los nacionalistas catalanes los socialistas son, simple y llanamente, traidores al pueblo de Cataluña.  (...)

CIUDADANOS ha sabido movilizar los sentimientos de una identidad nacional española que se ha visto reconocida, representada, encarnada, en una candidata joven, atractiva y solvente, que defendía la combinación de la identidad española con la catalana y la europea, y que no quería nuevos pasaportes ni nuevas fronteras; era una candidata que devolvía su orgullo a los “otros catalanes”, a los que viniendo de otras tierras de España han contribuido decisivamente a la prosperidad de la sociedad catalana y se han sentido maltratados, despreciados y vilipendiados por el secesionismo.  (...)

CIUDADANOS considera que el origen de todos los problemas vividos en Cataluña se centra en la dejación de una izquierda acomplejada ante la hegemonía del nacionalismo. Estamos ante un partido que nace en Cataluña como crítica al tripartito y como respuesta a lo que consideran benevolencia, complicidad o traición de los socialistas catalanes.

 La otra cara de la moneda son los catalanistas que han optado por el independentismo. No hay ninguna lógica inexorable que plantee que todo aquel que apuesta por la lengua y la cultura catalana, que todo aquel que piense que Cataluña es una Nación por su personalidad histórica debe dar el paso a afirmar, a postular, a defender, que esa Nación para poder desarrollarse necesita tener un Estado propio. 

La posición autonomista-posibilista-constitucionalista ha sido hegemónica en Cataluña durante muchos años. Tanto la antigua CONVERGENCIA, como el PSC, como el PSUC compartían el modelo en un contexto donde ESQUERRA REPUBLICANA y el PARTIDO POPULAR eran fuerzas minoritarias.  (...)

Hoy, los separatistas son hegemónicos en Cataluña y los separadores tienen una minoría muy importante en Cataluña, y pueden ser ampliamente hegemónicos en España si el debate sobre la unidad nacional sigue centrando los próximos meses y la izquierda no logra hacer creíble un relato alternativo del pasado y una propuesta creíble de futuro. 

Estamos ante un choque entre dos nacionalismos que no tienen incentivos para llegar a acuerdos. A los dos les conviene seguir acumulando fuerzas de cara al futuro. 

A CIUDADANOS, para disputar el liderazgo al PARTIDO POPULAR en España; a los independentistas catalanes, para ir acumulando fuerzas mientras se resuelven los procesos judiciales y se despeja el tipo de organización política que agrupe sus ideas de cara al futuro. 

Los dos piensan que no es el momento de negociar ni de ceder, que hay que seguir polarizando para seguir sumando en cada uno de los bandos, por tanto que hay que seguir cavando trincheras, considerando y propagando, eso sí, que es el otro el único responsable de todo lo ocurrido. (...)

3. Qué podemos hacer

Si la polarización ha avanzado y el choque de trenes ya se ha producido, solo cabe reconocer lo evidente. Todos los que apostamos por un federalismo plurinacional, pluricultural y por una tercera vía entre los dos nacionalismos estamos en minoría.(...)

 Todo lo ocurrido nos recuerda lo acontecido en el PSC. También en el PSC una parte importante de los electores se fue a CIUDADANOS en 2015 y no han vuelto a los socialistas (a pesar de que la brillantez y contundencia de Borrell ha evitado que la hemorragia sea mayor), y los que marcharon al independentismo siguen apasionadamente la nueva ruta, como es el caso de Toni Comín o de Ernest Maragall.  (...)

Las izquierdas que quieren ser españolas-europeas y catalanas o si se prefiere catalanas-europeas y españolas no pueden, o al menos para ser más modestos, no deben tolerar que su legado republicano y su combate antifranquista queden olvidados, marginados o tergiversados por este debate. (...)

Ante los encarcelamientos de los líderes independentistas, estos supieron articular con gran intensidad muchas protestas en la calle. En una de ellas María del Mar Bonet recordó la canción que había compuesto en pleno franquismo “Quien es esta gent que viene de matinada”, pero no recordó que el motivo de aquella composición era homenajear a Enrique Ruano, un estudiante madrileño muerto a manos de la policía. 

Si la memoria es tan selectiva como para olvidar un hecho tan significativo, tan relevante, tan decisivo, no es extraño que muchos jóvenes catalanes hayan llegado a creer que se trata de un conflicto entre España y Cataluña, y que no existieron dos Españas. (...)

El profesor dimitido instaba al otro profesor a que no polemizara con Iceta al que acusaba de incompetente, ignorante, traidor y otras lindezas; todo era porque Iceta había afirmado que “no quería renunciar a los poetas españoles como elementos centrales de su cultura”. Uno se pregunta: ¿Podremos convivir en el mismo Estado, y compartir una identidad nacional si muchos catalanes no sienten como propios a Machado o a Cernuda, a Lorca o a Aleixandre? Igual podríamos decir pensando en Josep Pla o en Salvador Espriu.

Sin esa memoria cultural compartida y compleja no es posible una convivencia a medio plazo. Esa memoria no se mantiene desde una perspectiva liberal-cosmopolita ni desde una ciudadanía abstracta. Necesita de una memoria republicana. Una memoria que sí estaba presente hace años cuando era inconcebible que en Sabadell un responsable político propusiera borrar la calle de Antonio Machado.  (...)"                

 (Antonio García Santesmases. Catedrático de Filosofía política y moral de la UNED. Crónica Popular, 26/01/18)

Uno podía ser de derechas, de centro o de izquierdas, era indiferente, pero estaba prohibido discrepar en cuestiones identitarias: lengua, historia, autonomía, cultura. En eso había que obedecer. Disentir en estas cuestiones estaba prohibido y castigado. La sombra de Pujol era alargada...

"(...) la fuerza política ganadora, en votos y en escaños, es Ciudadanos, un partido unionista y desacomplejadamente no nacionalista.

Este resultado ha alarmado a los sectores nacionalistas, incluso a los más moderados, que siempre habían pensado que jamás ganaría un partido de tal naturaleza. ¿Por qué esta alarma si el constitucionalismo no ha obtenido votos suficientes para gobernar? 

La razón es la siguiente: por primera vez, el partido ganador en votos y escaños no está en el ámbito de lo que suele denominarse “consenso catalanista”, es decir, la ideología nacionalista transversal que ha dominado la escena política catalana desde 1980.

Este consenso catalanista significa, sustancialmente, el acuerdo sobre dos principios: Cataluña es un solo pueblo (“un sol poble”) y Cataluña es una nación (“som una nació”). Estas afirmaciones no son inocuas sino devastadoras: socavan la democracia constitucional.

(...)  en su sentido cultural e identitario, fundado en las ideas historicistas y románticas, la unidad del pueblo está basada en una identidad colectiva única (“un sol poble”) que refleja ciertos rasgos comunes de tipo cultural, lingüístico, étnico, religioso o histórico; por esta razón configura a sus habitantes como iguales entre sí, les dota de un alto grado de solidaridad mutua y los distingue de los demás pueblos o naciones. (...)

Lo que en principio parecía ser un concepto cultural pasa a ser un concepto político: las naciones (identitarias) tienen derecho a un nuevo Estado, a separarse del anterior. Ahí nace definitivamente el nacionalismo político.

Sobre estas bases teóricas se construye el consenso catalanista. Se afirma que Cataluña es un solo pueblo, una nación, por supuesto en sentido identitario, porque se diferencia con el resto de España en lengua, historia, cultura, tradiciones y manera de ser. 

Así pues, según el principio de las nacionalidades (no el de autodeterminación, reconocido por el derecho internacional, que es muy distinto), Cataluña reúne todos los requisitos de una nación y, por consiguiente, tiene derecho a constituirse en Estado independiente. Este es el relato, como se dice ahora, falso en casi todo, pero seductor.  (...)

Cataluña no podía ser una comunidad autónoma como las demás porque era una nación. Así pues, a largo plazo, la acción política de Convergència se dirige a la ruptura con España aunque sabe que esta finalidad no puede ser inmediata y debe procederse antes a un largo período de “construcción nacional”.

Esta consiste, básicamente, en cultivar un narcisismo que acentúe y sublime las pequeñas diferencias con el resto de españoles hasta convertirlas en diferencias antagónicas; en mentalizar a los catalanes de que forman parte de una comunidad que se ve perjudicada al estar integrada en España; en desarrollar la comunidad autónoma como si fuera un pequeño Estado para así, cuando sea posible, poder dar el salto a la independencia. 

Desde el Gobierno de la Generalitat, se utilizaron tres instrumentos principales: los medios de comunicación, la escuela y el control de la sociedad civil. Nada se hacía en Cataluña sin permiso, la omnipresente sombra de Jordi Pujol era alargada.

Y esta sombra se proyectaba también en los partidos políticos de la oposición y en el tan subvencionado mundo de la cultura. Uno podía ser de derechas, de centro o de izquierdas, era indiferente, pero estaba prohibido discrepar en cuestiones identitarias: lengua, historia, autonomía, cultura. En eso había que obedecer. 

Disentir en estas cuestiones estaba prohibido y castigado. Los partidos, al igual que el mundo intelectual, se adaptaron a la situación sin rechistar, callaron religiosamente.

 La última y reciente fase es más conocida: el error del nuevo Estatuto y del Gobierno tripartito, la crisis económica que generalizó el descontento social, las mentiras repetidas una y mil veces, la constante desobediencia al derecho y al orden constitucional. Ahí estamos todavía.

Pero volvamos al inicio del artículo. ¿La fuerza parlamentaria de Ciudadanos, respaldada por más de un millón cien mil votantes, influirá en las posiciones del PSC y del PP, los otros dos partidos del bloque unionista? No me cabe ninguna duda. Es desde el exterior del consenso catalanista que se ha obtenido este resultado. Diría más: se ha alcanzado por situarse precisamente en esta posición. 

La sociedad catalana empieza a reaccionar: muchos han salido del armario y perdido el miedo frente a quienes nos han querido infundir miedo, se ha dado cuenta de que la política identitaria sólo conduce a la confrontación interna, a la salida de Europa y al aislamiento internacional, a la fuga de empresas y a la caída de las inversiones, al empobrecimiento.  (...)"    
  
 (Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fue candidato de Ciudadanos en las elecciones catalanas del 21-D en el último lugar de la lista por Barcelona. El País, 25/01/18)

30/1/18

Director de e-notícies: lo acojonante no es que el TC haya dicho por unanimidad que la investidura de Puigdemont deba ser presencial. Lo acojonante es que aún haya processistes que creen que se puede hacer vía telemática

"Lo acojonante no es que el TC haya dicho por unanimidad que la investidura de Puigdemont deba ser presencial. El acojonante es que aún haya processistes que creen que se puede hacer vía telemática. La vicepesidenta del tribunal, por cierto, es nacida en Barcelona aunque en 2014 quisieron retirarle el honoris causa de la Universidad de Girona para, supongo, falta de patriotismo. 
El artículo 146 del Reglamento establece que "el candidato presenta, sin limitación de tiempo, el programa de gobierno y solicita la confianza del Parlamento". Si no especifica que debe estar presente en el hemiciclo es porque en 1980, cuando se hizo, no había internet ni amazon ni redes sociales. Es que ni móviles. 
Tampoco nadie, en plena posesión de sus facultades mentales, se hubiera imaginado llegar a esto: opta a la presidencia de la Generalitat una persona que ha huido de la justicia escondido en el maletero de un coche. Tarradellas, desde la tumba, debe estar enfurecido. 
No importa, el artículo 4 establece por otra parte que "los diputados tienen el derecho de asistir a todas las sesiones del Parlamento y el deber". Mientras que el 83.2 deja claro que pueden hablar "desde la tribuna o desde el escaño", pero no desde Bruselas.   (...) 

 El proceso ha sido, en buena parte, un castillo de naipes. Como el nombre de aquella serie americana, House of cards. Pero ahora más que nunca. El processisme aún vive en la nube. Lo que hay que hacer es tener los pies en el suelo y sacar el país adelante. (...)

El letrado Francisco Paz, que se acaba de jubilarse, lo decía este domingo en una entrevista en El País: "Si Puigdemont puede seguir el pleno desde Bruselas cualquier diputado podría también hacer desde casa. Si se autoriza a un debería autorizar a todos. La situación es un poco estrambótica y extraña. He estado casi 32 años en el Parlamento y nunca había vivido nada igual. " 

Modestamente, yo tampoco. Y ya hace tiempo que me arrastro. Es como el nuevo presidente del Parlamento, el republicano Roger Torrent, que ha enviado una carta al ministro del Interior para quejarse de la "deslleilatat" que susposa que no le avise de un reciente despliegue policial en el Parque de la Ciutadella. ¿Pero como quiere que le avise si hay cuatro consejeros fugados en Bruselas? Algunos de su propio partido.  

¿Todavía tenemos que ir de señores? 
Los de ERC son tan o más responsables que los de JxCat o el PDECAT del callejón sin salida en el que nos han metido. Aquellas 155 monedas de plata de Gabriel Rufián el día que Puigdemont quería convocar elecciones o Marta Rovira diciéndole "botifler" por el Palau en una versión de los hechos que ella no ha desmentido. Aunque el último responsables de todo es Carles Puigdemont. Él tenía competencia para convocar elecciones y ahorrarnos todo el trago. 
Después de todo, Torrent formado parte de un partido que -como los otros dos- proclamó una república de ocho segundos, abolió la Constitución y el Estatuto -la famosa Ley de Transitorietat- y ha desobedecido hasta cinco veces los requerimientos del Tribunal Constitucional. ¿Qué pensaban, que no tendría consecuencias? El presidente del Parlamento ahora tiene que elegir: o un candidato alternativo o continuar pendiente abajo.

Compadezco los pobres catalanes que, como no tienen sueldo público, deben ir por España vendiendo sus productos. Si no somos independientes, que es lo que pinta, costará mucho rehacer los puentes. Y si lo somos, también. O aún más porque a ver quién es el valiente que va a vender fuets o pizzas Tarradellas tras la que hemos liado. Hemos quemado todos las naves."                 (Xavier Rius, director del e-notícies, 28/01/18)

22/1/18

Cada equis años, los lemmings van en manada y al trote hasta un fiordo, saltan al vacío y mueren. No hay explicación para ello. Los nacionalistas catalanes los han imitado y se han despeñado. Tampoco hay explicación...

"Hola. Les cuento la primera sesión del Parlament post 155 y, por el mismo precio, intento responde a las grandes preguntas del procesismo y la legislatura. Que, como siempre, son las mismas desde los griegos. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos?


¿De dónde venimos?

 (...) En 2015 se inició una legislatura cuyo programa gubernamental era la indepe en 18 meses. A los 6 meses ya se veía que ya tal, de manera que un grupo de indepes no procesistas –personas libres, a su bola, sin partido, sin Govern, sin instituciones, con ganas de liarla–, de manera astuta y con juego de piernas, dejó caer en el lugar indicado la idea de hacer un referéndum.

 El objetivo era someter el procés a contradicción. Algo que se consiguió. De hecho, el procés, un sistema propagandístico, ha ido a la cárcel o al exilio, contradictoriamente, sin resultado alguno, y por la cosa referéndum, esa idea que no era suya. Lo que tiene cierta guasa. En su día, ERC y PDeCAT, gatos viejos, pasaron de la propuesta del referéndum como de la peste. Pero no Puigdemont, que por fin tenía un programa.

 Es decir, que el programa con el que se presentaron no se lo creía nadie, salvo el electorado. La apuesta por el referéndum fue total y vehemente, en tanto –y me temo que esta interpretación que, seguidamente, les canto, es la más verosímil–, confiaban en que ese referéndum nunca se haría.

Es decir, que el Gobierno impidiera el acceso a los colegios y, en el trance, podrían sacar fotos de un poble haciendo cola frente a coles tomados por la poli, y convocar luego elecciones, que se volverían a ganar por KO. (...)

Algunos de los acusados se enfrentan, de hecho, a 30 años de trullo. Parece ser que los detenidos y encausados hace relativamente poco que son conscientes de su probable nuevo giro biográfico para los próximos 30 años. 

 2- ¿Es posible esa inconsciencia? Sí. Por una parte, las personas encausadas estaban mal asesoradas. Confiaban o, incluso, creyeron, su propio discurso propagandístico. El proceso de toma de decisiones fue sumamente vertical y opaco, lo que impedía estar bien informado. 

Por otra parte, pensaban que estaban haciendo política ad-hoc, forzando una negociación política con el Estado –que, importante en esta trama, no negocia ni jarto de garnacha– a través de una timba de poker salvaje, como en los últimos 5 años. 

Es decir, que estaban convencidos de que estaban haciendo lo de siempre, ejerciendo su oficio –el de procesista–, por lo que la cosa tendría las mismas repercusiones de siempre. Vamos, inhabilitación de dos añitos, a lo sumo. (...)

En un político, que cree que sólo se encarcelan a chorizos con pocos ingresos –lo que es, estadísticamente cierto–, ese sentimiento debe de ser más acusado. 3- El resultado ha sido un desastre.

 En esta partida sin fichas y con táctica precaria, el procesismo lo ha perdido todo, salvo el electorado. Que no se sabe, diría, si quiere indepe o procés forever, es decir, lo que le digan. Y el Estado, a su vez, lo ha ganado todo. Pero es que todo. (...)

No son héroes, ni resistentes civiles, ni poseen en su cabeza una democracia diferente al canon esp. Menos Junqueras, que parece plantear su defensa en una suerte de cristianismo –como Tolstoi, pero sin Tolstoi, ese hombre que quiso repartir la tierra, por ningún lado–, el resto de acusados en el interior ha reconocido la Consti y alguno, incluso, ha acusado a sus subalternos en el TS. Ole tú.  (...)

¿Quiénes somos? 

4- Mientras esto empieza les hago un dramatis personae de los que estamos aquí y hoy en esta sala. El primer lugar, ahí está C's. Primer partido en votos y escaños. Es decir, la prueba del algodón de que el procés no tenía capacidad de leer sus acciones ni sus consecuencias. (...)

5- En segundo lugar les presento a JxC. Previamente a sentarse en su escaño, todos los diputados han jurado o prometido la Consti, en su casa, celda, apartamento o villa belga, y por escrito, sin matices y con todas las letras. 

Entre ellos, todos los encausados, salvo dos. Puigdemont y Turull, que han agregado al juramento la partícula por-imperativo-legal.  (...)

6- ERC es la tercera fuerza. Es decir, ha perdido las elecciones y ha perdido la partida de chicken game del III Acto del Procés, frente a Puigde. El 25-O, cuando Puigde iba a convocar elecciones, ERC se puso gallito y empezó a llamar traidor a Puigde antes de tiempo. Puigde no convocó elecciones y ERC se lo tuvo que comer con patatas. Las patatas que sirven en Estremera.

 El procés, en fin, antes que una pugna con el Estado, es una pugna entre partidos cat por la hegemonía del postcatalanismo. Desde 2012 la va ganando CDC, o como se llame, cuando todos los números –incluso los del Caso Palau– eran para lo contrario. Lo que ahonda en la idea de que ERC se lo ha montado mal, submodalidad muy mal. (...)

Un indicio de que ERC no quiere volver a repetir jugada: el cargo de presi de la Mesa ha sido rechazado por Forcadell, por Romeva, por Ernest Maragall, al ser considerado un oficio más inestable que el de entrenador del Málaga. Al final, lo ha acabado aceptando Torrent, un profesional que nació con el carnet de ERC.  (...)

7- PSC. Iba como un tiro en la campaña. Hasta que Iceta dijo que los imputados en el TS deberían de ser indultados tras el juicio, momento en el que el PSC se fue al garete, en beneficio, se supone, de C's, los duros del barrio constitucionalista. Esto es un indicio de que esta sociedad está crispada y quiere sangre. 

Sangre del siglo XXI, quiero decir, que es menos sangrante. Espero, vamos. Se trata, sea como sea, de algo que no es bueno y que ilustra una sociedad y un parlamento con mala salud moral.(...)

 8- Comuns. Muy pocos dipus, 8. La mismísima noche electoral contaban con tener el doble. Es decir, han perdido cierto contacto con la realidad durante ese periodo histórico denominado procés.  (...)

En esta legislatura, desde todas las instituciones cat, me temo, se intentará arrebatar a Comuns la alcaldía de BCN, esa cosa que, como todo, pertenece a sus legítimos propietarios. El procés, en fin, es una reconquista de las instituciones. Poco más. Si no hubiera sido por él, el ex-catalanismo no tendría ninguna. 

9- PP. Cuatro y el cabo. Querían que C's les cediera un diputado para tener grupo propio. Lo que supondría poder acceder a comisiones y –yehehei– medio millón de euros. Va a ser que no.(...)

 10- CUP. Su escasa representación, y la de Comuns, y el escaso discurso de ERC, explica quién ha sido el gran derrotado en el procés. Las izquierdas. CUP sigue defendiendo la desobediencia como vía a la indepe. Es decir, defiende que la derecha cat se anime y sea revolucionaria. En esa cruzada poco probable vuelve a ir, supongo, su línea política. 

En su haber está el 1-O, un día en el que una parte notoria de la sociedad desobedeció, se jugó el tipo y se dejó partir la cara, literalmente, para votar, lo que se dice rápido. ¿Fue posible la desobediencia? La verdad, fue emocionante, pero sigo sin saber si fue posible. Esas personas golpeadas también defendían un Govern, es decir, sus promesas. 

 Vamos, que partían de la información gubernamental que aseguraba que ya se tenían preparadas estructuras de Estado –no las tenían/no dieron palo al agua al respecto–, que se disponía de reconocimiento internacional –no lo tenían; ni la sombra de la sombra–, la garantía de un total dominio sobre el territorio –no lo hubo; todo era una chapuza–, y de que se emitiría una DUI inapelable –no lo era, no se la creían ni ellos que, de hecho, no la emitieron, aunque pagarán por ello como si lo hubieran hecho; pagarán, incluso, más. 

En todo caso, los representantes de la posibilidad de la desobediencia han sacado tres diputados.  (...)

¿Hacia dónde vamos?
 
12- Los escaños vacíos, que deberían estar ocupados por 8 personas en el trullo o en Bélgica aparecen con un lacito amarillo, por cierto. Lo que confiere a la cosa cierta cosa reivindicativa en un hemiciclo que ha aceptado el 155 –muy rapidito, por otra parte–. Cabe suponer que esos gestos sentimentales son la política de un JxC que pasa de ejercer la política en la política o en los tribunales.  (...)

17- Lo razonable –para el procesismo, quiero decir–, sería dar la vara con el voto delegado o telemático, y con una candidatura telemática de Puigde, de manera sentimental y con lacitos amarillos todo el día y toda la noche. Y, llegados al punto de amenaza seria del Estado, pasar a la inventiva. La inventiva consistiría en un presi nominal, votado en el Parlament, y otro en el exilio, un cargo gubernamental nombrado por el Govern.

 Un presi de la Gene Legítim y otro en el interior. La prensa procesista –la pobre, no cobra desde mayo, por lo que hay que agradecer su dedicación–, ya ha empezado a emitir posibilidades. 

Todas recuerdan a la opción peronista en la Argentina del 73, cuando el Gobierno impidió a Perón ser candidato, y el peronismo fue y presentó a Cámpora, bajo el slogan, 'Campora al Gobierno, Perón al Poder'. La verdad, no sé como habría podido describir al procés sin las cuatro cosas que sé de peronismo.  (...)

Otra posibilidad sería llegar al límite con la propuesta telemática y, una vez que se visualice su imposibilidad como otro agravio del Estado, destapar al candidato real a presi. Se especula que son dos posibles, Turull –en la pasada legislatura mintió tanto que, en otro biotopo político más norteño, estaría políticamente muerto; no es el caso en este Sur como un piano–, y Artadi, una señora.

19- Esa posibilidad tiene un problema. ¿Qué hacer con Puigde? Lo que es serio. (...)

Si no es presi no votado en Bélgica –opción del punto 17–, se especula con algún cargo honorífico con sueldo en Bélgica –de la que, por cierto, no puede salir ni a Disneyland París sin el riesgo de que, a petición del Estado, se le detenga. Una suerte de embajador. 

También se habla de que sea el candidato a las europeas, lo que aumentaría su seguridad personal.   (...)

20- Otra posibilidad es cualquier otra posibilidad. Les cito dos. Una, poco probable. Que vuelva, que sea, por tanto, detenido y que establezca un juicio político con el Estado. La otra posibilidad, que es la sombra de otras muchas, la comunicaba The Independent, que no es OKdiario, hace unas horas. Que emule a Assange y que vuelva secretamente a BCN, donde pediría asilo a uno de los escasos consulados con extraterritorialidad. 

No sería presi, pero la liaría y establecería el tantas veces omitido combate político. A costa de una gran fortaleza personal. Pasarse 30 años en una habitación de un consulado extracomunitario, requiere eso.  (...)

21- ¿A dónde vamos? Vamos al sacrificio ritual de una Mesa, a cambio de nada –Puigde no llegaría a ser presi ni con esas–, o a otro/a presi del PDeCAT y a la sentimentalización definitiva del conflicto, que hace meses que, de hecho, ha dejado, diría de ser político para pasar a ser sentimental.

 La jornada de votación de la Mesa, sosegada, sentimental, pero sin ganas de liarla, invita a suponer eso. Pero, es preciso señalarlo, el procesismo se parece a los lemmings.


22- El lemming es un roedor noruego, muy simpático. Cada X años, los lemmings van en manada y al trote hasta un fiordo, saltan al vacío y mueren. No hay explicación para ello. Es posible, se dice, que eso sea una suerte de control de la población. 

Si lo hicieran aún por menos motivos, con menos consecuencias políticas, y copados por la sentimentalidad y el terror a ser llamado cobarde por otro lemming del mismo bloque, podrían ganar la mayoría de un parlamento lemming en Cat.  (...)"                   (Guillem Martínez, CTXT, 18/01/18)