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17/9/12

¡Que se vayan!... ¿Echamos a los catalanes? Pues venga...

"¡Que se vayan!”... Esta frase la he oído y la oigo una y otra vez entre los españoles de fuera de Cataluña y, especialmente, entre la gente más joven : “¡Que se vayan!”. Sí, “¡que se vayan!”. Que salgan de la nación española.

 El amenazante referendo de independencia de Cataluña para formar un Estado independiente dentro de la Unión Europea (algo perfectamente imposible, y los nacionalistas lo saben) podría convertirse en un referendo de expulsión por el resto de los españoles votado con todas las garantías legales. (...)

Expulsion de Cataluña de “esta España mía, de esta España tuya, de esta España nuestra”. ¿Cómo hemos llegado a este extremo de desafección entre integrantes de una Comunidad Autónoma que han formado parte importante de la historia de España, (...)

Han sido más de 30 años de intoxicación nacionalista (Som una nació, en los textos escolares), años de humillaciones y vejaciones al españolito de a pie y a todo lo español, desde la escuela hasta las instituciones culturales y políticas, pasando por el control absoluto de los medios de comunicación, la compra de voluntades y el latrocinio compartido de políticos, bancos, entidades y demás familia (Banca catalana, caso Palacio de la Música, Fèlix Millet, el 3%, etc.) con objeto de controlar Cataluña política y económicamente, dicen que por 200 familias burguesas.

Por otro lado, el hastío del continuo victimismo (“España nos roba”) la situación de partido bisagra de CiU y el permanente chantaje a los gobiernos del PSOE y del PP, la continua amenaza de “si no me das lo que pido me independizo” ha hecho que muchos españoles se planteen seriamente el “¡que se vayan!”.  (...)

Una estrategia que ha llegado a su final. La Constitución de 1978 no permite más diferencias. Así que: “¡que se vayan!”. Y esto lo repite la gente más joven y mejor preparada de España. “Sin pacto fiscal, el camino está abierto a la libertad”, ha dicho el presidente autonómico, Artur Mas (CiU). Es decir, que el señor Mas se somete a las leyes y al Gobierno si este violenta la Constitución.

El órdago no puede ser mas explícito: ‘Se cambia libertad catalana por euros’, podría ser su pancarta. ‘Hispanobonos si, hispanohablantes, no’, podría ser otra.  (...)

Sorprende la ausencia de Mas en la manifestación independentista del 11S, aunque presente “con su alma”. Su cuerpo no pudo estar presente, por si a caso. Verdadero caso de estudio de separación de cuerpo y alma

 La rebelión está tipificada en el código penal, y es el cuerpo el que va a la cárcel, el cuerpo con el alma, y es el cuerpo con el alma el que se inhabilita para cargo público amén de las consecuencias imprevisibles que genere.

Una vez más, la estrategia de la presión al Gobierno. Pues, “¡que se vayan!”. Y que se vayan sabiendo y calibrando bien todas las consecuencias: salida del euro y de la Unión Europea, pérdida del mercado económico español, etc. 

Que no engañen al personal prometiendo el paraíso tras la declaración de independencia de forma unilateral. Que repasen la historia reciente de Cataluña porque desgraciadamente no aprendemos, y podría ocurrir que volviesen a huir los independentistas por las alcantarillas.

La estrategia de me voy de España (“que me voy, que me voy, pero nunca te quieres marchar”, como la canción) ya no da más de sí. “¡Que se vayan!”. Los castellanohablantes y catalanohablantes no independentistas que nos sentimos tan catalanes como españoles quizá exijamos constituirnos en otra nacioncilla independiente dentro de la nueva Cataluña, en este país virtual, utilizando la misma medicina de “una lengua, una nación” o podríamos optar por conservar la nacionalidad española dentro de la hipotética Cataluña independiente, más de la mitad de la población catalana ubicada precisamente en las grandes poblaciones.

Todo esto pertenece a lo virtual. Lo real, lo auténticamente real, es el desbarajuste económico y social, amén del enfrentamiento entre españoles al que nos ha conducido en Cataluña un nacionalismo identitario, con base económica, que no conoce límites a su ambición de poder."             (lavozdebarcelona.com, 16/09/2012)

31/1/08

¿Qué es la dichosa inmersión lingüística? ¿Para que sirve realmente?

“La profesora Carmen Leal… en La Vanguardia...:

La inmersión consiste en un cambio de lengua hogar/escuela. Desde el primer día todos los conocimientos se transmiten en una lengua que desconoce el niño. Es una buena forma de aprendizaje de una segunda lengua, pero tiene unos riesgos para el desarrollo intelectual del niño si no cumple una serie de condiciones. En 1965 en Montreal, Lambert aplicó la inmersión a unos niños anglohablantes en francés. Aprendían francés y en francés. Fue un éxito, consiguieron mejor rendimiento intelectual y un nuevo idioma. Trasladado el experimento a Estados Unidos con los hispanos para que aprendiesen inglés, los resultados fueron catastróficos. Ni aprendieron inglés ni su razonamiento lógico mejoró. Lambert estableció tres requisitos para el éxito. Primero, alto nivel sociocultural de los padres; segundo, lengua materna del niño que tenga prestigio; tercero, tratamiento pedagógico específico y voluntario. Ninguna de ellas se cumplen en Catalunya. Ni el nivel sociocultural de todos los padres es alto, ni el castellano tiene prestigio en Catalunya, porque no se emplea para las funciones altas de la sociedad: Parlamento, Administración, docencia, etcétera, ni es voluntario porque no hay elección de lengua.

Las comunidades con lenguas minoritarias que siempre habían escolarizado a los niños en la lengua del Estado, lo mismo que las nuevas naciones procedentes de las antiguas colonias decimonónicas, criticaron a Lambert, que en 1974 elaboró su famosa teoría del bilingüismo aditivo y sustrativo. Se llama aditivo a aquel que manteniendo la propia lengua del niño añade otra lengua como enriquecimiento cultural, y sustrativo a la que no teniendo en cuenta la lengua del niño perteneciente a otro grupo lingüístico se le fuerza a cambiar totalmente la lengua en la escuela. Los programas de inmersión diseñados exclusivamente para castellanohablantes pertenecen a este último grupo. Además, la inmersión en Catalunya es precoz, a los tres años, total y obligatoria. La consecuencia es el descenso del razonamiento lógico y verbal, y un enorme fracaso escolar.

En Las desigualdades del sistema educativo a través del estudio Pisa 2003 se revela que "la lengua hablada en casa esta asociada al rendimiento académico, siendo el alumnado que tiene el catalán como lengua principal el que obtiene unas mayores puntuaciones". Un estudio de Convivencia Cívica da un fracaso en alumnos castellanohablantes del 42,6% frente al 18,6% de los catalanohablantes. Si detraemos de estas cifras la variable económico-social, la influencia de la lengua supone 9 puntos de diferencia. Se argumenta que los catalanohablantes tienen derecho a la diferencia y es cierto, pero ese derecho a la diferencia no presupone diferencia de derechos. Los niños catalanohablantes se escolarizan en su propia lengua, pero los niños castellanohablantes carecen de ese derecho y son el 63%.

Raimond Renard, director de la cátedra de la Unesco para el Desarrollo de las Lenguas, criticó la inmersión en el primer congreso mundial de derechos lingüísticos (Barcelona 1996). El informe Pirls 2006 (Estudio Internacional) dice: "El empleo de lenguas o dialectos diferentes en casa y en la escuela puede causar problemas a los alumnos a la hora de aprender a leer". Y la Unesco dice: "Es axiomático que el mejor medio para enseñar a un niño es su lengua materna".

No se puede primar a la mitad de la población infantil en detrimento de la otra mitad, ni el conocimiento del catalán al desarrollo integral del niño." (La vanguardia, 27-02-07; citado por Criterio, 28-02-07)

Una exposición perfecta. Viene a resultar que en la inmersión lingüística se ahogan los pobres, y nadan (muy bien) los ricos. Nada nuevo.

Por cierto, se suele dar a entender que la inmersión lingüística del nacionalismo franquista (todos en español) fué funesta (desde luego), pero que la inmersión lingüística de vascos y catalanes (todo en vasco, todo en catalán) es magnífica. Pues no, los irreprochables argumentos de la profesora Leal hacen ver que es tan funesta y fascista como la franquista. Porque las tres obligan a aprender la lengua de los señores. A los inmigrantes (charnegos y maketos). Son igual... de miserables.