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28/9/24

Así fué la historia de Ciudadanos...

 "La antropóloga Teresa Giménez Barbat (Barcelona, 1955) ha mantenido un empeño a lo largo de su trayectoria política e intelectual: poner la ciencia al servicio de la sociedad y la razón, en el centro del debate público. Desde su temprano blog Tercera Cultura hasta su trabajo como eurodiputada, con la creación de Euromind, todos sus empeños convergen en la misma dirección. Miembro del grupo original que fundó Ciudadanos, fue uno de los pocos intelectuales que sí dio el paso a la política activa. En su más reciente libro, Contra el feminismo, su formación académica y sus lecturas la llevan a conclusiones que desafían el estatu quo y las falsas verdades del feminismo radical, y a cuestionar a los políticos de todo signo que aceptan acríticamente sus postulados no científicos.   

PREGUNTA.- Pienso en esa joven catalana, en el corazón del mainstream catalanista, que un día decide asistir a las manifestaciones de protesta por los asesinatos de ETA. ¿Cómo fue esa toma de conciencia? ¿Por qué rompes con tu círculo de creencias, con tu pequeña tribu? 

RESPUESTA.- Yo tampoco sé exactamente cómo, pero te puedo decir las cosas que me pasaban entonces. En aquella época yo estaba muy interesada por el pensamiento escéptico y científico y estaba en una asociación que se preocupaba por cosas que me parecían absolutamente absurdas, algunas de ellas como los ovnis y todo esto, y otras más interesantes, como las medicinas alternativas. En aquel momento ya empezaba a ver que estaba creciendo en Cataluña también un tipo de pensamiento que tenía una base mítica, pero que estaba empapando la política, que era el nacionalismo, y que había gente que estaba llevando todo esto tan lejos como para asesinar. Yo viví en una época de crímenes cada día. Fue entonces que empecé a discutir con ellos, porque muchos eran vascos y no decían nada sobre eso, y me parecía una cosa tremenda lo que estaba pasando. Empecé a sentir que yo tenía que conocer qué es lo que estaba pasando, porque yo venía de un entorno de izquierda, de votantes socialistas. El entorno era moderadamente nacionalista, o a mí me parecía moderado porque había crecido con eso. Me parecía que yo tenía que conocer a esta gente que cuando había un crimen se reunía, se concentraban al principio en la plaza San Jaime. A mí me habían dicho un poco «sí, vale, les han matado, pero a ver, que son fachas». Y fue cuando yo empecé a aparecer por la plaza San Jaime. 

P.- Es curioso cómo el pensamiento escéptico te lleva primero a examinar las creencias más absurdas de la sociedad, los ovnis o la homeopatía, y de pronto volteas y ves que una de ellas es el nacionalismo. Has contado que en la plaza de Sant Jaume hay un momento en que te das cuenta que hay una gran hipocresía, porque los políticos sienten la necesidad frente a la galería de hacer el homenaje, pero en realidad sienten una profunda indiferencia. 

R.- Indiferencia y desprecio. 

P.- Y estas manifestaciones luego se trasladan a la plaza donde fue el crimen de Hipercor… 

R.- Sí. Luego ya todo esto se traslada a Hipercor, pero al principio era en la Plaza de Sant Jaume. A mí me parecía que había una barrera entre los que se manifestaban porque eran víctimas, porque eran gente que les habían matado a los suyos, que era gente que a lo mejor venía también de los cuerpos y fuerzas de seguridad y se ponían allá en la plaza con sus fotografías. Y así yo me fui acercando. Y con el primero que contacté fue con Roberto Manrique, que había sido víctima de Hipercor. También eran víctimas de Hipercor las que se manifestaban. Y me fui concienciando. Y empecé a leer a mucha gente y al final acabé yendo también a alguna manifestación. No sé si tú has leído Diario de una escéptica, pero ahí cuento cómo me voy a San Sebastián a una manifestación. Un periodista de La Vanguardia y su mujer se habían camuflado en el autobús, y al día siguiente aparece una noticia en La Vanguardia diciendo que todos éramos de extrema derecha y no sé qué tanto. Curioso, porque yo tenía detrás una pareja joven que eran sindicalistas, había gente de todo tipo. Me empezó a parecer que era un escarnio. Había gente que estaba abusando de su poder en los medios de comunicación para lanzar un mensaje que era totalmente falso y que no tenía que ver con la realidad. Además, la profunda injusticia que se estaba cometiendo con una serie de personas. Y a partir de aquí, me iba a las concentraciones que luego se daban enfrente de Hipercor, donde habían hecho un monumentillo que había pagado el ayuntamiento y tal. Y mi sorpresa era, para mí que era tan evidente que había que estar allí, que allí no había aparecido nadie. Me acuerdo que reconocí a Ignacio Vidal Folch una vez. 

P.- Lo cuentas en el Diario y también en tu libro sobre Ciudadanos, Citileaks

R.- Fue darme cuenta, tomar conciencia de lo que significaba el nacionalismo, esta supremacía con la que yo no es que hubiera colaborado, pero vivía inmersa y era como el aire que respiraba. También conocí a Arcadi Espada. Acudí a él para presentarme, porque estaba en esta asociación de escépticos y porque él había escrito Contra Catalunya, y me pareció que podía estar dentro de esta línea de. A partir de aquí hubo una relación de mucho aprendizaje, incluso mutuo. Arcadi es Arcadi, es muy potente intelectualmente, sabe mucho, pero yo en aquel momento estaba muy interesada por la ciencia y le conté cosas y él empezó a interesarse también, y empezó algo bastante bonito. Al final, resultó en que teníamos conversaciones sobre «oye, ¿y por qué no hacemos algo en Cataluña?», «¿por qué no es posible crear algún partido político?». En aquel momento a todo el mundo te decía que estabas absolutamente loco. Era algo totalmente descartable. Y con el único que podía hablar de esto era con Arcadi. Y bueno, ahí empezó la cosa. 

P.- Esa es la semilla de la que nace Ciudadanos. Me interesa mucho también esta idea de ver el nacionalismo como un sistema completo que incluye incluso a sus críticos, porque paga la prensa, porque la oposición compra el mismo relato nacionalista. Y de pronto se vuelve un espacio en donde nadie puede pensar distinto y no hay lugar para la disidencia. Y coincido contigo que ahí el rol de Contra Catalunya, de Arcadi Espada, fue central. Antes lo había hecho Boadella con Els Joglars, de empezar a señalar las fracturas en el sistema. ¿Cómo fue el nacimiento de Ciudadanos, esos primeros debates de los que tú formaste parte desde la primera sesión?

R.- Yo me acuerdo el día que me llamó Arcadi y me dijo: «oye, vamos a vamos a poner esto en marcha». Y me dijo que llamaría a unas personas que pensaba que estarían interesadas y que yo llamase a alguien que me pareciera que estaba en esta línea. La verdad es que yo era una outsider absoluta. Yo solamente conocía a Francesc de Carreras, porque en aquella época había tenido una cierta amistad con Victoria Camps por motivos familiares y había ido al Foro Babel un par de veces. Al principio fui pensando «pero esta mujer, ¿dónde me lleva? Esto un nido de fachas». Dentro del mundo en el que yo había estado hasta entonces, el Foro Babel, que promovía el castellano y la defensa del español, no te digo que fuera duro, pero tuve que superar mis propios prejuicios. 

P.- Y tu propio sesgo de cuna, digamos. Y entonces empiezan a reunirse y de pronto se impone la idea de que hay que hacer un partido político. Y sin sospecharlo aglutina una enorme energía social casi desde el principio. 

R.- Sí. Al principio fue llegando gente que compartía esta visión de Cataluña y de la traición del PSC, porque muchos venían del PSC o habían estado cerca. Esa traición al votante, al ciudadano, que se sentía tan catalán como español, que también pensaba que tenía un lugar la lengua castellana en Cataluña. Lo que pasa es que eran más partidarios de hacer manifiestos, proclamas, discusiones, debates, revistas, publicaciones… 

P.- Pero sin pasar a la arena política. 

R.- Yo desde el principio dije que me parecían muy bien todas las proclamas, todos los libros, todo, pero que lo que teníamos que hacer era dar el paso. Si no estábamos de acuerdo y no teníamos a quién votar, por qué no lo creamos nosotros. Claro, yo lo dije como una persona totalmente ingenua, sin darme cuenta de las dificultades y de lo que esto significaba. 

P.- El esfuerzo gigante.

R.- El esfuerzo gigante que luego me costó un par de años de mucho estrés. 

P.- Del núcleo original de Ciudadanos, que se reunió en El Taxidermista, que lanzó aquel manifiesto pidiendo a la sociedad que organizara un partido y que fue tan importante, ¿por qué ninguno de estos connotados intelectuales, entre los que te incluyo, donde estaban Félix de Azúa, Francesc de Carreras, Félix Ovejero, Iván Tubau, Arcadi Espada, Albert Boadella, Ana Nuño y demás, dijo «yo lo encabezo, yo doy el paso a la política, yo cruzo la frontera»?

R.- Cuando esto ya se vio que cogía velocidad y que no era una locura, cuando el acto del Tívoli, que fue algo…

P.- Lleno absoluto. 

R.- Un lleno absoluto, se quedó gente en la calle. Algo extraordinario. En aquel momento ya vimos que estábamos manejando algo que empezaba a tener vida propia, ya estaba en marcha. Lo que sucedió es que no había nadie que viniera del mundo de la política. Eran periodistas, escritores, dramaturgos. Yo venía de la empresa privada. 

P.- Bueno, habías estudiado antropología. 

R.- Sí, pero no tenía un trabajo académico, tenía una novela publicada en aquel momento y escribía en algunas revistas, pero temas que tenían que ver con la «tercera cultura», la interfaz entre la ciencia y las humanidades. 

P.- A eso vamos a volver, porque es el eje de tu vida política también. 

R.- Sí, esto es muy importante en mi vida, pero es que no teníamos, nadie quería. Y yo empecé a pensar que podría ser posible cuando la cosa ya estaba bastante avanzada y estábamos creando las listas para el Parlamento de Cataluña. En aquel momento me lancé a dar el paso. Lo que pasa que fue un poco complicado el ajuste con mis compañeros. No todos lo veíamos de la misma forma en aquel momento. Ya esa idea de un partido que no fuera ni de izquierdas ni de derechas, que se centrara en los proyectos, en su visión de cómo tenía que ser Cataluña y también cómo tenía que ser España, parecía una idea que todo el mundo aplaudía, porque llegó gente del PP, gente del PSOE, pero a la hora de crear el partido, había personas que pensaban que eso solamente podía ser un partido de izquierdas. 

P.- Eso lo cuentas muy bien en Citileaks, la tensión entre la gente que estaba segura que solo un partido de izquierdas tenía sentido con esos postulados y el área liberal que pensaba, por el contrario, que la dicotomía izquierda-derecha no reflejaba los problemas reales. 

R.- Exactamente. Hubo una grieta ahí, y cuando el partido ya se puso en marcha, fue un poco paradójico que lo encabezara un chico joven, sin ninguna experiencia política tampoco, pero que sí tenía un empuje y algo que muchos, ni siquiera algunos de los intelectuales que tú dices, tenía, que era esa capacidad del discurso incluso improvisado.

P.- Carisma y oratoria. 

R.- Sí, ambas cosas. Bueno, el carisma yo creo que lo fue construyendo después, entonces era un poco amateur, pero sí, era campeón de debate universitario. O sea que les pasaba la mano por la cara a muchos que a lo mejor tenían un discurso, pero que viendo toda aquella gente desde arriba de un estrado mirando, se bloqueaban porque no tenían las herramientas para hablar. Esto es muy importante en política, y también es la parte oscura. 

P.- Por supuesto, porque se presta a la manipulación o la demagogia. Un aspecto que me sorprende es un partido que nace con ese impulso, que cubre una necesidad evidente, que reúne una enorme fuerza social, porque no solo obtuvo tres diputados al Parlamento catalán en sus primeras elecciones, que algo era increíble, sino que siguió creciendo, hasta volverse casi una alternativa al Gobierno. No sé por qué fracasa un partido así, porque esa fuerza de la sociedad española sigue demandando un partido liberal. 

R.- También cuando sale Ciudadanos, al poco sale UPyD [Unión, Progreso y Democracia]. ¿Qué hubiera pasado si la fuerza que impulsó UPyD, con unos personajes tan potentes como Rosa Díez, Carlos Martínez Gorriarán, se hubieran unido? 

P.- Fernando Savater. 

R.- Fernando Savater nos apoyaba a los dos, porque cuando había un mitin de Ciudadanos, iba, y cuando era de UPyD, también iba. Había una serie de personajes que hubieran deseado partirse en dos, pero que mientras había esta confusión, ellos nos apoyaban a todos. Había gente que fue leal a la idea.

P.- Un problema es que UPyD nace en el mismo espacio que Ciudadanos, y si hubieran sido una única fuerza se hubiera conjuntado mucho más.

R.- Yo creo que sí. Lo que ocurre es que quizá las cabezas de Ciudadanos y las de UPyD eran demasiado… en fin, con su deseo particular de poder. 

P.- Es lógico que alguien que encabeza un partido, por otra parte. 

R.- Y además Rosa Díez era una persona con una experiencia enorme, lo que no tenía Albert Rivera. Y aunque al principio sí que parecía que aceptaba un poco el statu quo que se había creado en Ciudadanos, o sea, que había una persona que nos representaba, que era Rivera, luego ya le pareció que esto no iba a ningún lado.

P.- Ahora, los votantes, en el fondo, dirimieron esa disputa apoyando a Ciudadanos. Y sin embargo UPyD volvió a cierta marginalidad, triste, pero real. 

R.- Bueno, tenía su peso en Madrid, al principio. 

P.- Pero el problema es que luego Ciudadanos empezó a cometer una serie de errores. ¿Cuáles serían esos? 

R.- Yo creo que las alturas intoxican y hubo gente que alcanzó un nivel muy alto políticamente hablando y además empezó a soñar en que fuera más alto aún, porque la idea que teníamos nosotros sobre Ciudadanos es que iba a ser lo que se llama un partido bisagra, pero un partido bisagra, tú sabes, puede tener mucho poder, o sea, un partido bisagra es capaz de empujar las políticas en un lado u otro. 

P.- Lo estamos viendo con el nefasto Gobierno de Pedro Sánchez. 

R.- Absolutamente. Esto quizá empezó a parecerle poco a algunas personas. Claro, es muy difícil, a posteriori dices «esto lo hizo mal», «aquí se equivocó», «eso tenía razón», «esto no»… Yo creo que sí que hubo un fallo, en el sentido de no esperar a un momento más adecuado, si es que íbamos a ser un partido hegemónico en España. Pero claro, si nosotros hubiéramos respetado absolutamente nuestros programas iniciales, que eran en algunos sentidos poco flexibles, porque era la defensa de España, de la ciencia, de la razón, estábamos condenados a no ser un partido de masas. Porque claro, un partido que quiere ser una opción de voto para muchos millones de personas, necesariamente se va desdibujando. Aquí se perdió la fuerza de Ciudadanos, porque Ciudadanos tenía una oferta muy concreta, pero si luego la ibas a desdibujar… Por ejemplo, yo ahora, por el libro que he escrito y por temas que a mí me han preocupado siempre, a mí me parecía absolutamente absurdo toda esta necesidad de estar representados en el orgullo gay, por ejemplo. Porque ahora no tanto, pero en aquella época era tachado de facha, Ciudadanos. Entonces te empeñas en estar en un lugar donde no se te quiere y tú tampoco sabes por qué quieres estar ahí. 

P.- Renunció a sus ideas para ganar un público que no ganó, pero traicionando sus ideas. 

R.- Sí, había unas ideas básicas, que era la cuestión de Cataluña, del nacionalismo, del catalán, del castellano, pero todo lo demás no se respetó. Quizá porque no había nacido de los que dirigían Ciudadanos, no eran cosas que tuvieran interiorizadas. Entonces, esa fuerza se desechó. (...)"

(Entrevista a Teresa Giménez Barbat, Ricardo Cayuela Gally , TheObjetive, 22/09/24)

3/10/18

Arcadi Espada: Aquel magnífico octubre... Hace un año pasé por momentos muy alegres... el domingo 8, centenares de miles de catalanes se reunían en una asombrosa manifestación en defensa de la Constitución. Era la primera vez... La manifestación fue la alegría culminante de la semana pletórica en que la democracia española encaró y venció a la sedición nacionalista...

"Hace un año pasé por momentos muy alegres. Empezaron a darse a las nueve de la mañana cuando la Guardia Civil ocupó el colegio electoral de Sant Julià de Ramis e impidió que el presidente Carles Puigdemont y otros vecinos votaran en el referéndum ilegal convocado por la Generalidad.  (...)

 A ese primer chispazo de felicidad siguieron otros. La confirmación de la noticia de que la policía había desmantelado el sistema informático del referéndum y abortado los intentos del gobierno desleal de reinstalarlo. Y, sobre todo, el éxito de las fuerzas antidisturbios. (...)

la Policía logró explicar a los revolucionarios de cuarto de estar cuál era el precio del asalto a la democracia; y lo hizo con un bajo coste en el que hubo sólo que anotar la pérdida del ojo de un asaltante.  (...)

Mi alegría ante los hechos del 1 de octubre -la alegría de ver cómo una democracia lograba rechazar la agresión nacionalista, sin dejar de serlo- se prolongó hasta el día 3, cuando el Rey de España pronunció un firme discurso contra los golpistas, especialmente brillante en sus minutos iniciales.(...)

Cinco días después, el domingo 8, centenares de miles de catalanes, más otros miles también de ciudadanos llegados solidariamente desde lugares distintos de España, se reunían en una asombrosa manifestación en defensa de la Constitución. Era la primera vez que en las calles de Cataluña se exponía con atrevimiento plástico una vieja certeza: que la unidad civil catalana en torno al nacionalismo era un mito falso. 

La manifestación fue la alegría culminante de la semana pletórica en que la democracia española encaró y venció a la sedición nacionalista.

Por más que sea el único no voy a dejar de celebrar este aniversario."                (Arcadi Espada, El Mundo, 02/10/18)

3/11/17

La maravillosa noticia, esta huida del Puigdemont a Bruselas, acompañado por algunos secuaces del fracaso. Qué incorregible tormento el de la realidad, capaz de ridiculizar las ensoñaciones más arrogantes... la vía insurreccional a la independencia ha fracasado

"Escribo a primera hora de la tarde cuando aún hay pocos detalles de la maravillosa noticia, esta huida del Puigdemont a Bruselas, acompañado por algunos secuaces del fracaso. Qué incorregible tormento el de la realidad, capaz de ridiculizar las ensoñaciones más arrogantes.

Solo espero que los belgas cumplan y que le den asilo: en el país hay una gran tradición antisiquiátrica de manicomios abiertos. Sin embargo, y al margen del juicio moral y político que pueda establecerse, la huida es la impresionante metáfora de una interpretación muy fina y ajustada de la realidad.

En el terreno metafísico porque cumple la condición perenne de la fantasía nacionalista, que no es otra que la Exil-litat de Catalunya. Y en el más pragmático, porque entiende que el 155 no se acaba nunca.

Es evidente que en la pura apariencia de las cosas el marco de acción del 155 durará hasta principios del año próximo. Será el gobierno del Estado el que dé trámite y cuenta del resultado electoral y el que con la mayor naturalidad democrática gestione el traspaso de poderes.

El objetivo del 155 es la recuperación de la legalidad estatutaria y ese instante se materializará con la constitución del nuevo parlamento. Entra dentro de lo probable, aunque ya veremos, que ese parlamento dé una nueva mayoría a los partidos independentistas.

 Pero esos partidos ya no podrán fijar su estrategia en el acoso revolucionario al Estado democrático, porque como lo demuestra la imposición del 155 y la propia huida a Bruselas de buena parte del gobierno tarado, la vía insurreccional a la independencia ha fracasado. El separatismo podrá seguir luchando por el arraigo de sus despreciables ideas, pero deberá introducir sensibles cambios en su hoja de ruta.

 Deberá, por ejemplo, fiar sus objetivos políticos a la consecución en España de una mayoría de gobierno que facilite la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Pero no parece posible que se empeñe en una nueva maniobra ilegal que llevara de nuevo a reactivar el 155: durante mucho tiempo ese artículo será el subtexto inesquivable de cualquier usurpación separatista.

Es probable que Cataluña esté dividida en dos mitades. Pero hay una que, además de las ideas nobles, tiene de su lado la ley.

La vigencia naturalísima del 155 explica la coherente conducta del Puigdemont. Hoy, como desde el comienzo, un simple fuera de la ley."                  (Arcadi Espada, El Mundo, 31/10/17)

26/10/17

El Proceso ha sido, escuetamente, una operación de propaganda... la distancia entre lo real y lo falso es mucho mayor en el caso de Cataluña, que en el Brexit o el trumpismo

"En el otoño de 1950, el psicólogo Leonard W. Doob publicó un importante artículo que sistematizaba los 19 principios de la propaganda nazi. Todo el análisis, clásico y severo, tiene gran interés. 

Llama la atención el principio 16: "La propaganda en el frente nacional debe crear un nivel óptimo de ansiedad". Así lo han hecho. El thriller nacionalista empezó hace cinco años y el crescendo se ha mantenido con rigor gracias, sobre todo, a una cláusula que han aplicado a rajatabla: todo lo que se dice se hace. 

Teniendo en cuenta que se trataba de un delirio la circunstancia tiene un mérito indudable. Y teniendo en cuenta que los políticos no cumplen lo que dicen, incluso cuando se trata de propósitos realistas, se explica el crédito obtenido. Lo que nos lleva al principio número 7 de la doxa goebbelsiana: "Solo la credibilidad debe determinar si los materiales de la propaganda son ciertos o falsos". 

La operación de posverdad del nacionalismo catalán ha sido la más grandiosa de que yo tenga noticia. Puede que su trascendencia acabe siendo menor a la del Brexit o a la del trumpismo, pero la distancia entre lo real y lo falso es, a mi juicio, mucho mayor en el caso de Cataluña. La verdad del caso es que el Proceso ha sido, escuetamente, una operación de propaganda. 

Y como dice Goebbels pasado por Doob es la credibilidad la que determina la verdad o falsedad de lo narrado. Hace décadas que el nacionalismo catalán empezó a acumular el crédito que, entre otras instancias, le otorgaron las instituciones españolas y buena parte de sus ciudadanos. 

Ahora la confianza ha desaparecido, y por muchos años, pero fue un eficacísimo vector del virus. Tan potente, que en sus últimas pero peligrosas boqueadas, estuvo a punto de dictaminar, incluso, que el primero de octubre hubo un referéndum y que la policía española desató una represión sanguinaria. No eran los hechos lo que contaba, sino la impronta dejada en ellos por los serios, fiables, civilizados y amigables catalanes cultivados en décadas de engaño y autoengaño."              (Arcadi Espada, El Mundo, 14/10/17)

19/4/17

El proyecto separatista no tiene un origen económico. Ni se compra ni se vende la xenofobia verdadera. «España nos roba» nunca fue un lapo económico sino racista

"EL MERCADO reacciona de modo inequívoco ante los planes independentistas. Un informe de la consultoría D&B sobre los cambios de sedes de empresas en 2016 explica que Cataluña perdió 279 empresas y Madrid ganó 407. El secretario de Empresa del gobierno catalán niega la causa separatista en estos datos y dice que se necesitan series más largas. 

Ahí van: en los últimos cuatro años Madrid ganó 1002 empresas y Cataluña perdió 1072. Así circula hoy, por la vía muerta de la secesión, la que fue llamada locomotora de España. La nitidez del mercado es una catástrofe técnica para la economía regional. Pero una bendición ética. 

 Contrasta con el obsceno espectáculo del presidente Rajoy en Cataluña repartiendo billetes a los negritos. Hasta tal punto obsceno que la vicepresidenta autonómica se ha visto obligada –todo vicio lleva su poco de virtud, y viceversa– a confesar la verdad: el proyecto separatista no tiene un origen económico.

Yo estoy por completo de acuerdo: ni se compra ni se vende la xenofobia verdadera. «España nos roba» nunca fue un lapo económico sino racial. En el fondo separatista están sumergidas las mismas tensiones del populismo de Trump o del de Le Pen: las de una parte importante de la población que se repliega ante la globalización y que desconfía de su lugar en el mundo.

 Las empresas que se marchan de Cataluña apuntan la idea de cierta decadencia económica. Pero, sobre todo, y a mi entender, apuntan una decadencia moral. Al margen del impacto económico la marcha de empresas revela algo insoportable para la petulancia nacionalista, que como cualquier otra sufre de falta de autoestima. 

La verdad amarga es que Cataluña no ocupa, ni en España ni mucho menos en Europa, el lugar de las expectativas creadas en las postrimerías del franquismo. La única victoria real de estas décadas han sido los Juegos Olímpicos, que se obtuvieron gracias a un hombre hoy despreciado por el establishment nacionalpopulista y que se organizaron contra el parecer del pujolismo.

 Al éxito solo pueden añadirse los del fútbol y la telebasura, especialidad esta última de la fracción trotskista del nacionalismo. (...)"          (Arcadi Espada, El Mundo, 30/03/17)

16/6/16

Lo peor es lo que sucede entre los amigos razonables. Y luego está la mera supervivencia: los hombres prefieren ir quedándose en la casa; a salvo

 
 Oscar Tusquets y Arcadi Espada

"Cerca de las diez de la noche entró Beatriz de Moura en el Giardinetto, echó una ojeada, añadiéndole su triste sonrisa de los últimos siete años, y dijo:

-Una Barcelona que dejó de verse.

Oscar Tusquets celebraba sus 75 cumpleaños. Sostiene que las tres condiciones de una fiesta son: la lista de invitados, la música y el alcohol. Tuvo un caluroso éxito con las tres. Le ayudaron su mujer y novelista Eva Blanch, el retoño Pomés (maracas) y el sólido Ángel, tratándose de líquidos. Beatriz de Moura aludía a la primera condición. Estuve repitiendo la frase toda la noche.

-Una Barcelona que dejó de verse.

La interpretación menor es que dejara de ser vista. Y tampoco sería del todo cierta. Muchos de los invitados siguen teniendo una visibilidad notable. La interpretación interesante es que unos y otros dejaron de verse. A causa del ambiente, por supuesto. Este hacinamiento mental de Barcelona.

 Estoy seguro de que entre la inmensa mayoría de los 60 o 70 invitados no se han producido grandes desgarros. Nada de la cosa violenta que ha roto amigos y familias. No. La inmensa mayoría de los que se reunieron comparten su oposición al nacionalismo y a lo que ha sucedido en Cataluña. Pero no todas las catástrofes morales se producen radicalmente, abruptamente, nítidamente. 

El misil lanzado por el nacionalismo a la convivencia ha producido innumerables efectos colaterales, retardados, sinuosos. Lo peor no es lo que sucede con los enemigos, más o menos chiflados. Lo peor es lo que sucede entre los amigos razonables. Uno lee algo en un periódico que ha dicho otro y piensa que no ha estado a la altura, que flojea.

 Otra vez interpreta mal un gesto público, una mirada, incluso. La lista de exigencias con los otros se hace cada vez más abrumadora. A veces llegan, desgastadas en su verdad por el eco, pero aún más letales, supuestas insidias que se dijeron una noche, en una cena. 

Y luego está la mera supervivencia: antes que salir al exterior contaminado los hombres prefieren ir quedándose en la casa; a salvo, creen; cada vez más seguros en sus certezas, atrancados.

Subieron tres gitanillos con sus guitarras y se arrancaron con Barcelona tiene poder, aquella rumba anacrónica. Oscar y yo, con bastante mérito, le plantamos cara."          (Arcadi Espada, El Mundo, 12/06/16)

10/3/16

La Cataluña política es la historia de un gran fracaso moral, político y económico

" ¿El 155? ¡Quia! Cataluña lleva años dulcemente intervenida y el único mérito del poder político catalán es haber convencido a la opinión pública de que eso no ha sucedido. La Cataluña política es la historia de un gran fracaso moral, político y económico. De un fracaso tan abrasador que incluso ha provocado que los ciudadanos se hayan mostrado remisos a la hora de pedir cuentas. 

Ni siquiera por el corrupto Pujol las han pedido. Cuando Pujol y sus sucesores han dicho que ellos eran Cataluña no exageraban. Para que Cataluña se pida cuentas a sí misma habrá de pasar algún tiempo y alguna generación. 

En esta operación de camuflaje de la realidad intervenida el Gobierno catalán ha contado con el Gobierno central como gran aliado. Por razones difíciles de resumir, pero que se vinculan a una oscura e impostada mala conciencia, el Gobierno central no ha querido explicar que lleva tiempo soportando una gran parte de la carga económica de la autonomía y ha sido de una timidez inconcebible a la hora de difundir la evidencia de que el conjunto de la economía española marcha mejor que el de su parte catalana. 

La última expresión de esa política apaciguada es la escala del ministro Guindos en el aeropuerto de Barcelona para reunirse con el consejero Junqueras y ver qué ha de hacer el Estado para evitar la quiebra de Cataluña.

La hipotética quiebra de una región que supone el 19 por ciento del Pib sería una pésima noticia española y comprendo que el Gobierno Rajoy haga lo imposible por evitarla. Ahora bien, la ayuda del Estado debe tener contrapartidas y las principales son el control y la transparencia, factores de dudosa aplicación en encuentros histéricos y semiclandestinos en los aeropuertos.

No hace falta decir, además, hasta qué punto esta necesidad se agudiza cuando se piensa que el Estado está ayudando a un Gobierno cuyo objetivo político más nítido, por no decir el único, es la destrucción de ese Estado. 

La relación entre dinero y secesión puede explicarla bien Artur Mas, no en vano la más peligrosa acusación judicial que afronta es la malversación de fondos públicos para la organización de la consulta del 9-N.

Estoy de acuerdo con que el Estado aporte a Cataluña el dinero que necesite. Solo pido que el dinero lo lleven hasta Cataluña, de un modo visible y celebrado, casi en volandas, un grupo escogido de hombres de negro. 

Es la mínima lección que merecen los irresponsables que gobiernan Cataluña y los irresponsables que les han votado, y la garantía que deben exigir los españoles acerca del uso que se da al dinero público. Cataluña es hoy tan sistémica como sistemáticamente caótica y desleal."               (Arcadi Espada, El Mundo, 10/03/16)

2/11/14

Una generación de 'xulets'... los Mas, pujoles y compañía

"El presidente Mas encarna a la perfección uno de los principales rasgos de carácter de los nacionalistas catalanes. Su puerilidad. Y lo ha aplicado, sin desmayo, al proceso, especialmente en estas fases recientes. 

Esto, por ejemplo, que él ha hecho llamar astucia no es nada más que pura travesura. La reacción del niño malcriado. Hoy ha llamado cobarde al Gobierno porque se escuda en el primo zumosol del TC. Un chulillo. No sabe José Borrell hasta qué punto tenía razón cuando habló de él y de los suyos como una generación de xulets.

 Así pues, antes que cualquier otra cosa, y para hacerle definitivamente feliz, no creo que el presidente Mas esté pidiendo recursos del Constitucional, tanques por las avenidas o cárcel patriótica. Lo que está pidiendo es muy básico y es una azotaina. Es todo el martirio al que aspira."           (Arcadi Espada, 29/10/2014)

14/8/14

La xenofobia y el «España nos roba» son estaciones de tránsito del elegantemente llamado pacto fiscal catalán

"Sí, hay una singularidad catalana. Cataluña es el lugar de España donde se concentra el mayor número de xenófobos, es decir, de personas que no quieren vivir con el resto de españoles. Según estimaciones diversas este número podría alcanzar el 30% de los ciudadanos catalanes.

 Otras lo alargan hasta más allá del 40. Los sociólogos y distintos expertos del alma colectiva vacilan respecto a la perdurabilidad y profundidad de este sentimiento, que vinculan con circunstancias como la crisis o con el sometimiento de la población a las instrucciones de sus élites políticas, sociales, mediáticas o deportivas. Algunos creen en su fácil reversibilidad y otros creen que es, en gran parte, un sentimiento indestructible.

Sea como fuere este es el más tajante hecho diferencial catalán. Hay otras características producto del medio o la cultura, pero que son menos importantes y están más compartidas con otras comunidades. Y, sobre todo, como en el caso de la lengua, son singularidades que se hallan plenamente satisfechas. (...)

Hay otro rasgo de Cataluña que, sin ser único, sí es raro. Cataluña es una comunidad rica. Como suele pasar en las comunidades respecto de los Estados y en los barrios ricos respecto de las ciudades, algunos catalanes, y su actual gobierno en pleno, consideran que dan demasiado al fondo común. 

Aunque hay motivos de índole económica y política que aconsejan contribuir al sostenimiento de las comunidades más pobres siempre y en todas partes acaba emergiendo la justificación esencial de la solidaridad, que es la de formar parte de una cierta unidad moral. 

De ahí que la xenofobia y el «España nos roba» sean estaciones imprescindibles de tránsito, rotos en la trama de afectos, del elegantemente llamado pacto fiscal. Pero esto solo es, como puede comprenderse, un trazo secundario en el rasgo principal xenofóbico.

Aunque en este momento no llega a alcanzar los niveles catalanes el grado de xenofobia es también alto en el País Vasco, mucho menor en Galicia e insignificante en el resto de España, aunque creciente: cada vez hay más ciudadanos españoles hastiados de vivir con los catalanes. 

Es un problema notable que un Estado soporte en una de sus comunidades un grado de xenofobia semejante. No sólo lo es para los españoles que viven fuera de Cataluña sino también para más de la mitad de la población, no xenófoba, que vive en ella. 

Es completamente inmoral, por cierto, el establecer una equidistancia entre esos dos grandes grupos de catalanes, como si uno estuviera defendiendo los intereses nacionalistas catalanes y el otro los intereses nacionalistas españoles. Porque entre los dos grupos hay una distinción brutal en términos éticos: mientras unos no quieren vivir con los otros, los otros sí quieren hacerlo con los unos. (...)

Si yo hubiera redactado el manifiesto a mi aire, asunto que a dios gracias no ha sucedido, lo habría encabezado con contundencia metafórica: «Modesta petición para que el Estado español no blinde la xenofobia». 

O aún mejor: para que no contribuya con la política al genérico blindaje conceptual que los nacionalistas han practicado con éxito indiscutible durante tres décadas, haciéndose dueños del marco y de las palabras del marco. Logrando, por ejemplo, que el conjunto de los españoles haya sido moralmente apartado de su derecho a decidir, camuflando el hosco privilegio en la dulce singularidad o imponiendo el prestigio de la diferencia a lo que no ha sido más que ruda discriminación.

Las razones por las que una parte de la ciudadanía catalana y la neta mayoría de sus representantes políticos han caído en la xenofobia merecen análisis detallados. Atenderemos, pues, a las conclusiones que los científicos sociales tengan a bien procurarnos. Pero mientras tanto habrá que hacerle frente. 

Primero poniendo el nombre real a las cosas: llamadle, por ejemplo, a la xenofobia lo que es, uno de esos vuestros tan preciados sentimientos que os hacen llorar como terneros. Y luego evitando que su inconmensurable chantaje político quede establecido y triunfante por ley."            (ARCADI ESPADA, EL MUNDO – 19/07/14, en  Fundación para la Libertad)

18/7/14

Los nacionalistas no son ni serán federalistas

"(...)  Aunque Arcadi Espada no quiso entrar a valorar el texto firmado, entre otros, por Baltasar Garzón, Ángel Gabilondo o José Antonio Zarzalejos, sí deja caer, acaso como premeditada boutade: “Estoy seguro de que los nacionalistas no son ni serán federalistas”. Sobre este y otros aspectos del debate sobre Cataluña, entre ellos el papel de los hombres de letras como ciudadanos, comentó en esta entrevista concedida a Vozpópuli.

-El manifiesto no puede ser más directo: “el nacionalismo es una derrota a la democracia”. No da cuartel al tema independentista. No se plantea siquiera la negociación.

-España ha contemporizado demasiado con el nacionalismo, no solo desde le punto de vista político sino desde el punto de vista moral e intelectual. No hay nada de inteligente en el nacionalismo. Es una ideología agresiva, siempre antidemocrática y profundamente reaccionaria.

-Si comparamos el manifiesto Libres e Iguales con el otro, el que aboga por la reforma federal, pues es obvio que ambos están en las antípodas.

-He leído muy por encima ese otro manifiesto. Yo creo, sin entrar en discusiones conceptuales, que lo interesante es que, por fin, en España, los españoles hablen de este asunto. Hasta que no sacamos el manifiesto, el debate del nacionalismo parecía pertenecer sólo a Cataluña, como si ese debate se circunscribiese solo a una parte de España.

Lo fundamental para empezar a discutir es que quienes estén directamente implicados en esa hipótesis fantasmagórica participen en el debate. Estoy seguro, sin embargo, de que los nacionalistas no son ni serán federalistas, pero más allá de eso, hay que hacer entender que el nacionalismo es el problema más grave que ha tenido España en 30 años, incluyendo el terrorismo de ETA.

-El manifiesto reprocha a las élites un excesivo pasividad y “resignación”. ¿Es una queja dirigida a Mariano Rajoy?

-No. En realidad hablamos de las élites. No se trata de rebajar la culpa que pueda tener yo o cualquier otro, y aunque creo que el gobierno tiene una actitud política correcta, no tiene una actitud pedagógica adecuada sobre lo que el nacionalismo significa para España. Sacamos el manifiesto porque ni el gobierno ni la oposición han llevado a España la intensidad del problema en toda su dimensión.

 Este asunto rebasa la cuestión gubernamental para trasladarse a los ciudadanos. Entre los ciudadanos existe incluso una inesperada apatía. De ahí que el primer objetivo de nuestro manifiesto fuera la movilización, porque más allá de la discusión en tertulias y debates, entre la gente impera una especie de cansancio y hartazgo ante el avance del nacionalismo.  (...)"        (Entrevista a Arcadi Espada, Karina Sainz Borgo, Vox Populi, 17/07/2014)

30/12/13

"En 2014 no habrá guerra, no habrá revolución de terciopelo, no habrá independencia. Pero habrá algo más real e interesante que todo eso y es la gestión política, social, psiquiátrica del autoengaño. La cuestión inquietante es que ninguna comunidad de mi tiempo ha llegado tan lejos en la organización de una ficción colectiva para adultos"

"Arcadi Espada, escritor y periodista, en un artículo publicado este sábado en El Mundo:
"[...] El examen de la situación catalana a la luz del autoengaño colectivo es una tentación de la que me he librado hace ya bastante tiempo y de la mejor manera wildeana posible, que es caer en ella. Las tesis de [Robert] Trivers iluminan este misterio que siempre ronda tantos procesos sociales: cómo un selecto puñado de convencidos logra convencer a las masas.

 Es decir, por señero ejemplo histórico, cómo unos lograron convencer a tantos de que 'el pueblo alemán debe tener el espacio vital que necesita'. La primera condición está clara: las vanguardias revolucionarias están formadas por febriles autoengañados que se replican.

Hemos hablado hasta casi cansarnos de las mentiras catalanas, del constructor de ficciones que caracterizan la ambición épica nacionalista. Lo que me interesa ahora de verdad, en el borde del año borde, es cómo reaccionará este colosal autoengaño colectivo a la presión de la realidad.

 Hemos coincidido más de una vez en que la iniciativa de Mas supone la desaparición en la práctica de la política. La política es un juego donde todos ganan, como el de aquella suerte de peonza de los Geyper.(...)

 Es decir, este tipo de mediocridades, tan objeto frecuente de sátiras, yo mismo, que permiten evitar de vez en cuando alguna guerra civil. Mas, por el contrario, ha convertido su iniciativa en una suerte de suma cero, donde alguien inexorablemente va a perder. Es cierto que el presidente [autonómico] ha tomado aparentes precauciones ante la posibilidad de que el referéndum no pueda hacerse. 

 Se basan en sustituirlo por unas elecciones llamadas plebiscitarias, ¡que son la cumbre del autoengaño nacionalista! Obsérvalo. Los nacionalistas se abstendrán de convocar un referéndum si no es legal. Y su alternativa es convocar unas elecciones con el propósito de declarar la independencia. El correlato de esta monumental pantomima no puede ser otro que la aparición enfática ante su pueblo de Mas confesándole: 'No podemos declarar una independencia ilegal'.

El historiador Josep Fontana, experto en el XIX español y veterano independentista, se mostraba escéptico ante el proceso separatista 'porque cualquier independencia requiere de una guerra de la independencia'. No es exactamente así, porque Eslovaquia, valga un ejemplo, alcanzó una suave independencia de terciopelo. Pero al historiador no le faltaba razón profunda. 

En el próximo año de 1714 [2014] no habrá guerra, no habrá revolución de terciopelo, no habrá independencia. Pero habrá algo más real e interesante que todo eso y es la gestión política, social, psiquiátrica del autoengaño. La cuestión inquietante es que ninguna comunidad de mi tiempo ha llegado tan lejos en la organización de una ficción colectiva para adultos".      (Crónica Global, 28/12/2013)

11/10/13

El Gobierno puede convocar un referéndum independentista


"El ex presidente del Consejo de Estado Francisco Rubio Llorente ha insistido en que "no sería imposible" que el Gobierno convocara un referéndum independentista en Cataluña, siempre y cuando se hiciera una reforma legislativa; y como mal menor ya que la negativa a la petición de convocatoria puede desembocar en "alternativas de efectos impredecibles".

"El método razonable para formalizar jurídicamente esta voluntad es el referéndum. De acuerdo con el artículo 92 [de la Constitución], no sería imposible que el Estado convocase un referéndum en Cataluña, previa reforma de la Ley Orgánica 2/1980 sobre la regulación de las distintas modalidades de referéndum", ha señalado Rubio Llorente, en un acto celebrado este jueves en Barcelona.

En opinión del que fuera vicepresidente del Tribunal Contitucional entre 1989 y 1992, como ha manifestado en otras ocasiones, esta reforma legislativa podría plantearse como "referida solo al caso catalán o bien que se reformulase con carácter general la celebración de referéndums de ámbito subestatal", aunque considera que sería "conveniente" que fuera el Parlamento autonómico de Cataluña el que impulsara esa reforma "mediante una proposición de ley".

Sin embargo, ha advertido de que "las recientes resoluciones sobre el derecho a decidir [de la Cámara autonómica] no solo no cumplen con esa función, sino que concurren a hacer imposible la reforma por ser una mera solicitud sin proposición concreta alguna y porque va acompañada de una decisión que se puede interpretar como una amenaza de convocar una consulta para el año próximo".

Además, Rubio Llorente ha alertado de que teme que "la negativa a convocar el referéndum genere una frustración que puede llevar a la búsqueda de vías alternativas de efectos impredecibles, como las famosas elecciones plebiscitarias", en la línea de lo anunciado por Artur Mas, presidente de la Generalidad, como alternativa al referéndum y bajo la convocatoria de unas elecciones autonómicas.
 
El ex magistrado del Alto Tribunal ha admitido, en cualquier caso, que "no es partidario" de la independencia de Cataluña, porque "más que una utopía, es una distopía, un futuro peor que el presente". Pero, aun así, ha calificado de "fin lícito" que se defienda la secesión por "una parte del territorio nacional", siempre que "no se pretenda fuera del margen constitucional".

En esta línea, ha concretado que le parece bien que "la Comunidad interesada [en la secesión] manifieste su voluntad al respecto", apuntando que, en un hipotético referéndum, no tiene ninguna duda de que la pregunta debería ser clara y "única". Una opinión que desarrollará, con toda seguridad, en su comparecencia ante el Parlamento autonómico.

Si el resultado de este referéndum "evidenciase un apoyo amplio y sólido a independencia, debería abrirse un diálogo entre Gobierno y Generalidad sobre la apertura del procedimiento de reforma constitucional, cuya iniciativa podría tomar la propia Generalidad", ha añadido.

"Siguiendo el ejemplo de Canadá, lo lógico sería que antes de iniciar el procedimiento quedasen claras, en esas conversaciones entre los dos gobiernos, las condiciones en las que la independencia podría concederse, que son muchas y muy difíciles", como por ejemplo las condiciones económicas, pero también "cuestiones de más trasfondo" como "el problema de la nacionalidad", que "es uno de los más difíciles que plantea la secesión", ha señalado finalmente.  (...)"                  (Crónica Global, 03/10/2013)


" (...) Pero como se deduce de las nueve tesis de abril que presentó ayer en el Colegio de Periodistas, lo que está diciendo Rubio Llorente, a pesar del propio Rubio Llorente, es muy distinto. El pueblo catalán no puede imponer su voluntad al pueblo español.

 Eso es lo que el propio Rubio Llorente dice, aunque naturalmente al estilo Rubio LLorente: «El pueblo de Cataluña tiene derecho a manifestar su voluntad y a que esta manifestación sea tomada en consideración por el pueblo español en su conjunto, pero no a imponérsela.»

La melopea del jurista alcanza en el punto octavo su punto lisérgico:

«Como la apertura del procedimiento de reforma no asegura que su resultado sea satisfactorio para quien lo inició, y es evidente que el fracaso generaría una profunda frustración, parece muy difundida la idea de que para evitar ese peligro es mejor no convocarlo.

Pero la negativa a convocar el referéndum no sólo genera también una frustración, sino que puede dar lugar a la búsqueda de vías alternativas de efectos impredecibles, como las famosas elecciones plebiscitarias

Rubio Llorente alcanza en este punto el empate histórico con Rubio Llorente. Ahí lo dejaría yo si no fuera por su colofón:

«Los daños graves que la negativa a la convocatoria del referéndum genera no se reducen al señalado en la tesis anterior. Ha hecho de la exigencia de referéndum el centro de las reivindicaciones independentistas, colocando con ello en una situación equívoca y difícil a quienes no quieren la independencia, pero sí querrían que se celebrase el referéndum.

Parece justificar que el sentimiento independentista se exprese a través de masivas manifestaciones populares, creando la imagen falsa de que sólo esos sentimientos están presentes en la opinión.

Y sobre todo ha creado la ilusión de que la independencia de Cataluña depende sólo de la voluntad política de los gobernantes y puede conseguirse en consecuencia casi de inmediato, y no, en su caso, sólo al término de un largo y difícil proceso y ha impedido que debata lo que más ha de ser debatido: el conjunto de problemas que plantearía la eventual independencia de Cataluña.»

No. Los daños graves a la razón, a la democracia, y al Estado de Derecho no los causa el cumplimiento de la ley sino las frívolas idas y venidas de sujetos escindidos cuyas deposiciones de conciencia deberían ventilarse en el diván.

El rechazo a la independencia se alimenta de razones de tipo técnico (unas cuantas generaciones de catalanes y españoles vivirán peor), sentimentales (no solo los independentistas tienen palpitaciones) y morales (las malas ideas no deben ganar). Pero todas esas razones vienen luego: la primera es el cumplimiento de la ley. Lo que justifica que haya juristas, y los ganes."        (Arcadi Espada, 04/10/2013)

9/9/13

La relación de Cataluña con el resto de España es de naturaleza similar a la de Barcelona con el resto de Cataluña. Tampoco Barcelona es solo de los barceloneses

"(...) Estos planteamientos sentimentales, tipo me voy, no, ya no me quieres, tú me engañas, me dan hiposollozos. Lo que los nacionalistas, sean estos a pilas o los que van con electricidad, deben meterse en la cabeza (o ya se lo meterán) es que Cataluña no es solo de los catalanes y que el Estado español no es el fruto de un pacto confederal donde las propiedades de cada cuál han quedado perfectamente definidas... antes del pacto. 

La relación de Cataluña con el resto de España es de naturaleza similar a la de Barcelona con el resto de Cataluña. Tampoco Barcelona es solo de los barceloneses. Dado que se trata de un problema de propiedad lo que podrían hacer los nacionalistas es pedir un precio. 

El interés que los españoles, catalanes o no, sienten por los nacionalistas es, como mínimo, igual que la recíproca. Lo único que no quieren, razonablemente, es que les amputen su territorio: carreteras, industrias, recusos naturales que han ayudado a construir y a explotar.

 Las analogías sentimentales son absurdas. Aquí ya no hay un problema de personas que no se quieran y toda la boba carraca. 

A lo que deben optar, razonablemente, los nacionalistas, es a pedir un precio por su participación en el negocio común, cobrarlo, si hay arreglo, y a vagar luego por el ancho mundo como el judío que llevan dentro, guiados por su Moisés, y en pos de su Palestina.

Que es lo que hacen los pueblos de verdad."        (Arcadi Espada, 02/09/2013)

29/11/12

El separatismo queda en stand by. El proyecto separatista se había quedado sin líder, y no se puede abrir el Mar Rojo en cooperativa


"EL VOTO nacionalista no ha crecido en Cataluña, aunque el nuevo parlamento tendrá una amplia mayoría de diputados comprometidos en la celebración de un referéndum de autodeterminación.

 Esta mayoría y este compromiso supondrán una fatigosa fuente de inestabilidad, que el nacionalismo manejará en sus negociaciones con el Gobierno de Rajoy; pero es difícil que Artur Mas vuelva a Madrid con la intención de negociar algo más que una mejora de los recursos financieros de Cataluña.

Las especulaciones más razonables acerca de lo que podría ser el sentido del voto en un hipotético referéndum no son favorables al soberanismo, porque es probable que una buena parte del voto de Convergència i Unió se decantara por la continuidad. El presidente Mas dijo en su momento que no convocaría un referéndum para perderlo, que Cataluña tenía ya el cesto lleno de derrotas. 

Y lo cierto es que los resultados no ofrecen esa mayoría excepcional que él pidió y que quizá le habrían permitido desafiar la ley con mejor ánimo. A lo único que podría aspirar el presidente, dada la foto electoral obtenida, es a insistir peligrosamente en la fractura social que su desdichada política ya ha abierto en Cataluña, y a encontrarse al final del proceso con una casi segura frustración aritmética.
El separatismo queda en stand by.

Hay otra razón importante. Moisés. O, mejor, uno que imitaba a Charlton Heston. El cartel de campaña de CiU fue sencillamente pavoroso y sería de una cierta justicia poética que hubiese tenido influencia en el resultado. Pero el cartel respondía a una necesidad lógica. Un proceso secesionista basado en el desafío de la ley y en la invocación espiritista del pueblo (Volkgeist) necesita de un líder. 

No se puede abrir el Mar Rojo en cooperativa. Cuando en la noche electoral Mas subrayaba que el proceso no podrían continuarlo solos estaba señalando la consecuencia más hiriente y personal de los resultados electorales: el proyecto separatista se había quedado sin líder. 

Estas montañas han de tener mucha base, pero un solo pico, orgulloso, solitario y frío. No sé si Mas seguirá usando traje y corbata presidenciales. Pero el peplum, que siempre viene ancho a los hombres, no volverá a vestirlo."       (El Mundo 29/11/12, ARCADI ESPADA, en Fundación para la Libertad, 29/11/2012)

14/9/12

‘Hay algo más preocupante. Sánchez-Camacho dice de Mas que ha dejado huérfana a una parte de la ciudadanía catalana. Será su padre, diputada. Porque el que está dejando huérfanos a una gran parte de catalanes es el Gobierno del Estado, mudo y en parálisis’

"Arcadi Espada, periodista, en un artículo publicado este jueves en El Mundo:
‘[...] Las mentiras arrancaban del lema: Cataluña, nuevo Estado de Europa. Cuando la verdad, respecto a Europa, estaba en la acción de los siniestros encapuchados que quemaron por vez primera en la ciudad la bandera europea, un hecho de insoportable simbolismo para los que siempre han estado más cerca de Montpellier que de Alcorcón. La secesión sería la incineración del proyecto europeo en Cataluña. Un èxit. The exit. La salida hacia el columbario. La votación en urnas cinerarias. Todo esto lo saben los convocantes, aunque no la patética carne de cañón a la que llevan en trenes pagados con dinero público. Y lo sabe la diputada [Carme] Chacón [PSC], por más que en este punto no sorprenda su respetuosa prudencia.

Al fin y al cabo la maniobra nacionalista que pretende cargar sobre el resto de España la responsabilidad de la ruina enmascara también la vergüenza del Gobierno tripartito, el responsable principal de que una parte de la ciudadanía, hasta entonces no contaminada por el nacionalismo, haya perdido sus referencias morales y el sentido de la realidad.
Ningún respeto. La manifestación merece que las mentiras y el cinismo que la sustentaron sean combatidas. Nadie espera que la diputada Chacón destaque en el empeño. Pero hay algo más preocupante. Alicia Sánchez-Camacho [PP], otra de facilidad probada, dice del presidente [autonómico] Mas que ha dejado huérfana a una parte de la ciudadanía catalana. Será su padre, diputada [autonómica]. Porque el que está dejando huérfanos a una gran parte de catalanes es el Gobierno del Estado, mudo y en parálisis. Y cuyo presidente aún no ha desconvocado (“por problemas de agenda”: no hay que perder la formas) la reunión del 20 de septiembre, donde va a tratarse el anunciado chantaje del fiscalista’."            (La voz de barcelona.com, 13/09/2012)

3/11/10

ETA

"ETA lleva cincuenta años negociando con el Estado. Sus argumentos son los crímenes. Los del Estado, la ley. Una segunda fase de la negociación empezará el día en que renuncie a los crímenes. Será interesante saber qué piensa hacer entonces el Estado con la ley.

La cuestión, sin embargo, es que la segunda fase no ha empezado y que no hay razón alguna para hablar de ETA. Por claridad y por responsabildiad." (Diarios de Arcadi Espada, 02/11/2010: 'Habrá que hablar')

14/10/10

Cataluña es el lugar de España donde mejor caería una dictadura...

"Cataluña es el lugar de España donde mejor caería una dictadura. La preferencia por el sistema democrático está, concretamente, once puntos por debajo de la media española. Los datos son del Centro de Investigaciones Sociológicas y los recopilaba hace poco el diario La Vanguardia.

La reacción generalizada a la estadística ha sido de gran turbación: el establishment local es un gran especialista en llevarse las manos a la cabeza. Acto seguido le han endosado a don José Montilla la responsabilidad de semejante estado de las cosas.

Me parece una tremenda injusticia: don José Montilla no puede ser la causa de la indiferencia democrática sino, en todo caso, su efecto más pintoresco. No puede decirse, además, que los resultados del sondeo constituyan una sorpresa.

La democracia nunca ha tenido grandes partidarios en Cataluña. Lo prueba sutilmente el propio mito del oasis catalán, un celebrado apogeo de la indiferencia. Y basta con echar un vistazo al pasado para encontrar varios ejemplos de la debilidad democrática de Cataluña, un lugar especializado en hacer negocios, a ser posible con su festón sentimental.

Cambó es un buen punto de partida. Su discurso del 16 de diciembre de 1918, donde pronunció la frase célebre: «¿Monarquia? República? Catalunya!» Ya se sabe que el colofón de ese discurso (¡su sequitur!) fue la financiación del Glorioso Alzamiento Nacional.(...)

Hay un lacónico resumen en aquella sentencia del Azaña terminal del 38: «Muchas y escandalosas han sido las pruebas de insolidaridad y desapego, de hostilidad y de chantajismo que la política catalana ha dado frente al Gobierno de la República.» El franquismo mejor saltémoslo: cualquier comentario sería inmoral de base.

Sin embargo, hay dos célebres episodios posteriores que no pueden obviarse. El primero fue la manifestación del 27 de febrero de 1981, cuatro días después del golpe de Estado de Tejero. No seríamos más de cinco mil. Aunque bien es verdad que era de noche y sin embargo llovía.

El último episodio de la falta de práctica sucedió los días 3 y 4 de enero de 2004, cuando el vicepresidente del Gobierno de la Generalitat, Carod-Rovira, se entrevistó en Perpiñán con dos jefes de ETA.

Todo estos antecedentes, por descontado, tienen una causa. Una buena causa. El llamado nacionalismo democrático, ese oxímoron." (El blog de Arcadi Espada, octubre 14, 2010 | Filed Under El Mundo/Columnas )

12/6/10

El ejército de ocupación español de Cataluña, según Pujol... monjas, bedeles... en fin

"El artículo, de enero de 1965, empieza fuerte: «Es muy conveniente que las cosas se digan por su nombre. Que los conceptos sean claros. Que se vean las cosas tal como son, y no como el hábito y el camuflaje o el cansancio las hacen ver. Concretamente, es del todo necesario que 150 ó 200 mil hombres que viven en Cataluña sean considerados como lo que son en realidad: como ejército de ocupación».

Bueno, no eran pocos hombres, teniendo en cuenta que la población activa no llegaba a los dos millones. Aunque fíjate: yo creo que Pujol quiso hacer desaparecer este artículo por esto que viene: «Los hombres del ejército de ocupación se pueden presentar honorablemente como maestros, como obispos, como médicos, como escritores, como funcionarios como porteros o bedeles, como directores de banco o como ingenieros, como Redentoristas o Misioneros del Sagrado Corazón o monjas de un montón de órdenes y ocultar su condición de ocupantes, su mentalidad colonial.

Pero, nosotros, nos tenemos que meter entre ceja y ceja que además de todo esto, son ocupantes, son coloniales. (…) Se ha de crear un nuevo tipo, el del ocupante.» Obispos, misioneros y monjas. Fue por eso, estoy seguro." (Diarios de Arcadi Espada, 12/06/2010)

31/5/10

Apoyo judicial al terrorismo (catalán)

"La sentencia por la que se aprueban los honores que el ayuntamiento de un pueblo de Cataluña, Santa Coloma de Cervelló, ha decidido conceder a Jaume Martínez Vendrell (1915-1989), condenado por los asesinatos del industrial Bultó (1977) y del matrimonio Viola (1978). Le pusieron placa y calle al terrorista y el heredero de una de las víctimas protestó. La Audiencia no ha admitido la protesta. El auto tiene un interés proteico. Por desgracia debo administrarme y sólo me ocuparé de la patria.

La placa dice: «Carrer de Jaume Martínez i Vendrell, Patriota català» Y el auto sentencia: «Desde un abordaje histórico, resulta plenamente admisible pasar a un segundo plano la controvertida imputación judicial al Sr. Martínez Vendrell del terrible asesinato del Sr. Bultó y, en el momento de confeccionar su biografía, hacer prevalecer o resaltar, según los fines, otros factores o valores, como son el del patriotismo catalán del personaje o su buen comportamiento ciudadano.»

Yo no puedo oponerme a la escisión que los jueces plantean entre el hombre y el asesino. Cierto. Dillinger fue un sonrosado bebé. ¡Y no iban a tener razón los de Melilla cuando argumentaban que la estatua de Franco que querían derribarles honraba al joven comandante, antes de volverse malo! La escisión es muy necesaria. (...)
Sin embargo, no puedo consentir la escisión entre patria y muerte. No sólo yo: estoy seguro de que tampoco el homenajeado lo consentiría. Dejar a la patria fuera de sus crímenes supondría algo ominoso: que los crímenes tuvieran que justificarse por sí mismos. Los ilustrísimos magistrados no pueden ignorar que Jaume Martínez Vendrell mandó matar por la patria y que lo contrario sería deshonrarlo. La patria, y lo patriótico, tienen estas cosas. Uno puede mandar que maten a dos compatriotas y conseguirse una placa póstuma donde le llamen patriota.
Ésa es la principal diferencia entre la patria y la ciudadanía. Aunque en Cataluña todo es posible, no parece fácil que a uno que manda asesinar le pongan en la placa que fue un buen ciudadano. No en vano los munícipes promotores eligieron patriotismo, y no ciudadanía, en su léxico de homenaje. La patria tiene… cómo lo diría… una flexibilidad criminal. O sea que en este punto han llegado, ilustrísimos, algo mas lejos que los munícipes. «Su buen comportamiento ciudadano», han escrito ustedes, haciéndolo suyo, en este auto de choque.
Leo que la sentencia dictada es irrevocable. Me parece muy pertinente. Así está a la altura del crimen." (Diarios de Arcadi Espada, 28/05/2010)

José García Domínguez, periodista, en relación a la decisión de la Audiencia Nacional de considerar que es legal que una calle lleve el nombre de un terrorista, en un artículo publicado en Libertad Digital el 27 de mayo de 2010.
‘[...] Será que, al modo de las hipotecas basura y el queso en lonchas, los actos morales de la vida de un hombre pueden dividirse y empaquetarse en porciones separadas e independientes. ¿Dónde residirá el inconveniente, entonces, a inaugurar una Avenida Adolfo Hitler en Barcelona? “Exterminó a seis millones de judíos, pero fue un ecologista ejemplar, amén de cuidar con infinito cariño a su fiel perrito Blondi”, habría de rezar la placa. ¿Y por qué no una plaza en reconocimiento a las muchas virtudes cívicas del violador del Ensanche? “A nuestro convecino Francisco López Maíllo, que jamás tiró un papel a la calzada y, galante, cedía siempre el paso a las damas. El Ayuntamiento agradecido”. ¿O acaso tendría algo que objetar la Audiencia?’." (lavozdebarcelona.com, 27/05/2010)

8/5/10

Un cura ¿centralista? en la Cataluña central

"Hace cuatro años David de Vargas llegó a Sant Vicenç de Castellet. Un lugar de la Cataluña central, cercano a Manresa, municipio bastante extendido de unos diez mil habitantes, más del sesenta por ciento inmigrados, que en tiempos preglobales se dedicó de modo intensivo a la industria textil y hoy se vuelca en la prejubilación y el paro. Un lugar que necesita graves motivos. Los del cura De Vargas se los dio su obispo, el de Vic, cuando lo trasladó desde la vicaría de Manlleu a la rectoría de Sant Vicenç, premiándolo. Esto fue en el 2006. Lo que ha pasado en estos cuatro años es interesante. El cura, que viste severamente de cura, ha recuperado la antigua liturgia. El cura da la misa en catalán y una pequeña parte en español, la lengua dominante en el pueblo. El cura ha ornado con vieja y clásica imaginería el templo y si no ha acabado con unas pinturas murales del altar, de la época de los curas ye-yé y Red River Valley, es porque no deja de ser un hombre prudente. El cura ha dado brillo y esplendor a las antiguas procesiones. Y carácter: el Viernes Santo desfilaban las mujeres de Sant Vicenç con regia mantilla española. No la impuso, por supuesto: pero es que ellas, protegidas, se atrevieron. ¡Y música, amigo mío! El cura le ha puesto música a las procesiones: el himno nacional y el himno catalán (me permitirás esta distinción adjetiva hasta que el Tribunal Constitucional no se pronuncie o don José Montilla no lo disuelva) sonaron este último Viernes a la manera de Andalucía donde no suele haber procesión sin Marcha Real, sea dicho en todos los sentidos. Yo te ruego que llegado aquí te pares y lo pienses. Marcha Real y mantilla en un pueblo de la Cataluña central, gobernado por una coalición de Convergència y Esquerra Republicana. Qué vitalidad. Elige si el cura David lo interpretan James Stewart, Gary Cooper, Anthony Queen o Paul Newman. O Joel Joan. En cuanto al director sólo puede ser Frank Capra. Lo que ha pasado, en fin, en estos cuatro años en Sant Vicenç es que la asistencia a las misas se ha multiplicado y la parroquia del pueblo ha vuelto a ser un lugar de sociabilidad.

Como puedes comprender a mí todo esto no me sienta muy bien. La extensión de la superstición no es buena noticia para mi fe, y hasta los más acérrimos enemigos del cura David reconocen que ha ensanchado su base social. ¡Hasta los negros van a Misa!, reconocen los acérrimos aludiendo a unos vecinos cameruneses. No es retórica, amigo. En esta última Semana Santa el cura le dio a llevar el Santo Cristo a un camerunés devoto. Y una mujer Rosario, colaboradora del cura, se tuvo que oír: «¿Pero cómo le dais el Cristo al negro?» Son cosas muy oscuras. Pero no tanto como las que están escritas. En realidad, si yo te hablo del cura David, y con gran simpatía, no es por lo que ha hecho sino por lo que le hacen. He disfrutado sobremanera leyendo una colección escogida de los artículos que el periódico local Regió 7, uno de los doce apóstoles del Editorial Unificat de Catalunya, está dedicando esta primavera a nuestro hombre. Cada año, desde 2007, coincidiendo con el mes de las flores y la rotación de los cargos eclesiásticos, el periódico y otras gacetas tratan de convencer al obispo de Vic para que aparte de Sant Vicenç al cura David. ¡Al perplejo obispo! Que debe de hacerse cruces ante los que le piden que largue al hombre que ha hecho aumentar exponencialmente el negocio. Quisiera traerte los argumentos, pero no los hay. Sólo hay fervorosos matonismos, destilados con esa curiosa impunidad de la pequeñez. Sí puedo traerte algunos titulares memorables:«El uso del himno español en la procesión hace rebosar el vaso de la indignación vecinal». O esta noticia a cuatro columnas, lo juro por el niño Jesús antológico: «El polémico rector de San Vicenç hace esperar media hora a los asistentes a un funeral». (Fueron apenas veinte minutos; pero fue cierto: lo atrapó un atasco). Aunque la medida de todas las cosas las da este párrafo enterrado como una trufa, que a tu pig epistolar de ningún modo va a escapársele: «Lo cierto, escribe el analista Xavier Doménech, es que la comunidad de católicos catalanistas ya hace tiempo que casi no produce capellanes, y del seminario sale lo que sale.» Ah, ah. Doménech, Doménech. No se sabe si la nación ha dejado a Dios o Dios ha dejado a la nación. No sé cuál de las dos hipótesis acercan más a los nacionales al infierno. Doménech, Doménech. Y del seminario sale lo que sale. Púrria: que nunca rematan, los nacionales. (...)

La colección de todo lo publicado (donde se incluyen miserables insinuaciones sobre el cura David, desde que roba hasta que es sexual) es uno de los ejercicios de bullying mediático más ejemplares que he visto nunca. Hay procedimientos morales que sólo se ven bien a pequeña escala." (Diarios de Arcadi Espada, 08/05/2010)