"El pasado 23 de noviembre el Tribunal Supremo terminó por
dar la razón al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que ya
había instado a cuantificar el porcentaje de horas lectivas en español,
visto que, de manera efectiva, su uso en las aulas estaba siendo
marginal.
Con ello, las escuelas catalanas tendrán que adaptar sus
planes de inmersión lingüística, y el Gobierno de la Generalitat sufre
un nuevo revés, al ver truncadas sus esperanzas de perpetuar un modelo
lingüístico con una sola lengua vehicular.
Una gran
cantidad de políticos, analistas e instituciones han reaccionado
enérgicamente equiparando este dictamen a un ataque contra el modelo
educativo, y afirmando que el fallo urge un gran consenso social y
pedagógico. Además, la decisión de una familia de Canet de Mar de exigir
al colegio de su hija de cinco años que se respete el mínimo de 25% de
horas lectivas en español ha suscitado una campaña de acoso en redes por
parte de organizaciones independentistas, que no ha sido desautorizada
por la Generalitat.
Sin embargo, para poder evaluar lo acertado de estas
quejas hay que hacer un esfuerzo por comprender qué opinan los
ciudadanos de Cataluña y si realmente la sentencia del TSJC choca con
sus preferencias. Entre el 5 y el 25 de octubre pasado, dentro del marco
de un proyecto de investigación sobre populismo hemos entrevistado a
1.500 catalanes y preguntado sobre sus preferencias, hallando unos
resultados que contradicen los discursos hasta ahora dominantes.
Globalmente, los encuestados, lejos de avalar que el catalán sea la
única lengua vehicular en la escuela, manifiestan que preferirían que el
48% de las horas lectivas se impartiesen en catalán, 26% en español,
19% en inglés, y 7% en otras lenguas.
Aunque la gran mayoría de catalanes, al ser preguntados,
expresa su inclinación por un modelo mixto, las distribuciones de estas
preferencias lingüísticas entre los electores de los distintos partidos
son bien distintas. Los votantes de los partidos independentistas o
favorables a un referéndum de autodeterminación (CUP, Esquerra
Republicana de Catalunya, Junts per Catalunya y En Comú Podem) desean
que entre un 19% y un 23% de la enseñanza se realice en español. Además,
los votantes de estos partidos desean que el catalán se emplee solo
algo más de la mitad del tiempo, entre un 50% y un 57% de las horas, y
que el resto se divida (por este orden) entre enseñanza en español,
inglés y otras lenguas.
Por su parte, los electores del
PP, Vox y Ciudadanos prefieren una enseñanza con cierta prioridad para
el español (entre el 37% y el 40% de las horas). Es destacable que en
absoluto abogan por un sistema educativo sin presencia del catalán (al
que confieren entre un 29% y un 31% de las horas). Por último, los
votantes del PSOE-PSC proponen un 40% de catalán y 31% de español. Los
votantes de este partido son los que, en esta cuestión, expresan unas
actitudes más cercanas al votante medio.
Buscando
explicar las preferencias de los ciudadanos sobre la cantidad de horas
que deben impartirse en español en las aulas encontramos que ni el
género del entrevistado, ni la edad ni el nivel educativo importan a la
hora de entender estas preferencias. Como era de esperar, quienes tienen
como lengua materna el catalán prefieren un menor porcentaje de
educación en español (entre cinco y seis puntos porcentuales menos).
La
ideología también parece importar, cuanto más a la derecha se ubican los encuestados, mayor porcentaje de horas prefieren que se impartan en español
(cada punto más a la derecha, se prefiere un punto porcentual más de
uso del español, con lo que pasar del extremo izquierdo al extremo
derecho de la escala supone un aumento de 11 puntos porcentuales).
Resulta interesante también que la predilección por el
modelo lingüístico en Cataluña aparece ligada con actitudes de
narcisismo colectivo, tal y como se definen en la escala desarrollada
por la profesora de Psicología Agnieszka Golec de Zavala, incluidas en
nuestro cuestionario. Encontramos que cada punto más de narcisismo
colectivo reduce en casi tres puntos porcentuales las horas de español
ambicionadas, con lo que pasar del nivel de menor narcisismo al mayor
reduce las horas de español deseadas en casi 12 puntos porcentuales.
En
definitiva, nuestro análisis muestra que, aunque hay significativas
disparidades en cómo se distribuirían idealmente las horas lectivas en
la educación pública en Cataluña, la gran mayoría de los encuestados se
inclina por un modelo mixto con más de una lengua vehicular.
Paradójicamente, la criticada sentencia del TSJC parece acercarse
bastante más a la preferencia del catalán medio, que la postura adoptada por el Govern de la Generalitat y muchas organizaciones catalanistas
que han expresado su malestar estos días. Este aparente desconocimiento
sobre la realidad social puede ser atribuible a la ausencia de
preguntas sobre preferencia lingüísticas en los grandes estudios
sociales como los del CIS y del Centre d’Estudis d’Opinió, así como a
las inercias adquiridas por ciertas interpretaciones casi hegemónicas de
la realidad sociopolítica catalana.
No es nuestro objetivo emitir
ningún juicio de valor sobre el sistema educativo de inmersión, ya para
eso sería necesario una evaluación sosegada de indicadores tales como el
fracaso escolar y desigualdades en resultados académicos entre alumnos
de distinta lengua materna. Sin embargo, sí que pretendemos hacer una
llamada de atención sobre la necesidad de fundamentar los debates sobre
políticas públicas, tan importantes como este, en evidencia empírica y
evaluaciones desapasionadas.
Aclaración: Esta encuesta en Cataluña es parte del
proyecto 'Democracia y actitudes populistas en Andalucía: un análisis
comparado multidisciplinar' (PRY025/19), financiado por el Centro de
Estudios Andaluces, y coordinado por Manuel Arias Maldonado (Universidad
de Málaga) y José Javier Olivas Osuna (UNED y LSE). Las encuestas
fueron realizadas por el Área de Estudios Estadísticos de COTESA, en
catalán y español, dependiendo de la preferencia del encuestado. Se
realizaron a la vez unas encuestas en Andalucía. Los miembros del
proyecto están usando los resultados de estas en una serie de artículos
académicos. Esta es la primera vez que se comparten con el público
resultados de esta ambiciosa encuesta."
(Andrés Santana y José Rama son profesores en la Universidad Autónoma de Madrid y José Javier Olivas Osuna es investigador en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y London School of Economics and Political Science (LSE), El País, 16/12/21)