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8/1/09

Federalismo de ricos, hace a los pobres... eternos

"A partir de ahí, es evidente que los intereses de Galicia y Cataluña difieren en algunos asuntos importantes. En particular, en la pretensión última de Cataluña de que exista una correlación positiva entre capacidad fiscal y recursos per cápita. Es decir, que los gobiernos de los territorios más ricos acaben teniendo más recursos per cápita. Algo que ocurre en muchos países federales (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Suiza) aunque no en todos (Australia); y criterio que rompe con la lógica del modelo actual y perjudica a Galicia. (...)

En segundo lugar, no tengo claro que sea lo mejor para nuestros intereses que nos convirtamos en los adalides de la compensación por el coste de la doble lengua. En una negociación multilateral las cesiones mutuas son inevitables: ¿concentraremos nuestros esfuerzos en defender el coste del gallego, la dispersión poblacional o el envejecimiento? Segundo, sin conocer ningún estudio que haya cuantificado este coste con precisión, me atrevo a decir que es muy inferior al demostrable en el caso del envejecimiento y la dispersión. Tercero, otros territorios disfrutan de dos lenguas y tienen mucho más que ganar que nosotros, porque su Administración es más grande. Pero nadie tiene nuestro nivel de dispersión y de envejecimiento relativo en los tramos de edad más avanzada." (SANTIAGO LAGO PEÑAS: Un alivio con cauciones. El País, ed. Galicia, Galicia, 03/01/2009, p. 7)

Y es que a la justicia no hay que llamarla solidaridad. La justicia es esto:

"Otra discusión diferente es la relativa a la conveniente solidaridad entre las comunidades. Indudablemente, desde el punto de vista impositivo, los ciudadanos pagan impuestos en función de sus ingresos (IRPF) y/o sus gastos (IVA, impuestos especiales), y las empresas, en función de su actividad (IVA, sociedades), y, por tanto, las CC AA donde hay más riqueza y más renta recaudan y pagan más. La solidaridad consiste en que el Estado redistribuya parte de los ingresos obtenidos de los impuestos para garantizar que los ciudadanos de las zonas menos ricas reciban la atención necesaria de los servicios públicos. Para conseguir esta solidaridad es inevitable que las comunidades más ricas como Madrid y Cataluña aporten más que las demás." (CARMEN ALCAIDE: Un pacto difícil. (El País, Negocios, 04/01/2009, p. 13 )

1/8/08

la confusión (interesada) de las balanzas fiscales

“Es conveniente aclarar que los que pagamos los impuestos somos los ciudadanos y las personas jurídicas (empresas e instituciones). No son las comunidades las que aportan recursos al resto de la nación aunque sí recaudan impuestos y prestan servicios al ciudadano. Por otra parte, es razonable que en aquellos territorios donde haya más ciudadanos con rentas altas y/o más empresas con beneficios paguen más impuestos, con independencia de que el gasto público (infraestructuras, educación...) sea equitativo en función de las necesidades de los ciudadanos que se tienen que cubrir en cada comunidad autónoma.

Si lo que se quiere analizar es la mayor o menor solidaridad entre territorios, las balanzas fiscales no son el mejor instrumento ya que dejan fuera del análisis aspectos muy importantes como por ejemplo la producción de energía (en Extremadura) de la que se benefician otras regiones a precio subvencionado... Para analizar el grado de solidaridad se debe comparar el nivel de producción de cada territorio con su nivel de renta disponible, una vez que se han tenido en cuenta los impuestos, transferencias y subvenciones. (…)

¿qué utilidad tienen las balanzas fiscales en la discusión de la financiación de las comunidades autónomas?

Es importante ser conscientes de que el sistema fiscal está basado en un concepto de España como una nación y no en un sistema federal, como algunos pretenden al compararlo con el alemán. De acuerdo con la Constitución, el sistema fiscal sigue unas pautas de solidaridad por las que se intenta que todos los ciudadanos tengan acceso a los servicios públicos en términos de igualdad. Por tanto, intentar fijar un sistema de financiación de las comunidades que equilibre las balanzas fiscales rompería esa solidaridad e iría en contra de la Constitución española (artículo 138).” (CARMEN ALCAIDE: Balanzas fiscales: el arte de la confusión. El País, Negocios, 27/07/2008, p. 19)