"(...) La Diputación presidida por Pau Claris -curioso personaje que
mantenía contactos secretos con Luis XIII de Francia al tiempo que
enviaba mensajes de lealtad a Felipe IV- se caracterizó por su alto
grado de corrupción y por la confiscación de unos bienes posteriormente
vendidos a mayor gloria de los intereses de los señores diputados.
Cuando el Virrey Santa Coloma intentó poner orden en el caos, tolerado
por esta gloria de la nación catalana que es Pau Claris, fue tildado de
ir contra la ley. (...)" (Miquel Porta Perales, Crónica Global, Jueves, 12 de diciembre de 2013)