"Una madre ha pedido perdón al presentador del programa Zona Franca de
TV3, Joel Díaz, que comienza todas las noches con un "¡Puta noche y
buena España!"; porque su hijo ha pedido a los Reyes Magos una camiseta
de la selección española.
Joel Díaz, que ha hecho de paje real en una edición especial de
L'última hora del matí de Catalunya Ràdio, ha recibido la visita de
diferentes niños y niñas. La madre de un niño ha querido intervenir en
antena para "pedir perdón al paje Joel porque nos ha pedido la camiseta
de la Roja".
El humorista ha dicho que "no pasa nada" porque "el paje Joel no
entiende de banderas ni de fronteras. ¿A ti te gusta la Roja? Pues,
adelante la Roja". El niño, por su parte, ha explicado que quería la
camiseta de Gavi o Pedri y entonces Díaz ha añadido que "al menos son
del Barça. ¿Del Barça y de la Roja? Me parece perfecto". "¿En tu DNI qué
pone? Pues ya está", ha concluido. (...)" (e-notícies, 04/01/23)
Podemos decir que sí, en tanto que la gente que hemos vivido en Cataluña hemos aprendido el flamenco de una forma diferente. No en las fiestas familiares, no en su entorno natural, entre comillas. Ha sido un aprendizaje mucho más metódico, al menos en mi caso. Más íntimo, más meticuloso. Cuando las cosas se aprenden así, también te construyes como artista de otra forma.
¿Considera que lo que hace usted de cantar flamenco es cultura catalana?
Sí, por supuesto.
Se lo pregunto porque Lluís Llach ha dicho que sólo es cultura catalana la música que está cantada en catalán.
Pues no estoy de acuerdo. Es una evidencia de que estamos conviviendo en sociedad. Convivimos con ella desde que tuvo lugar el movimiento migratorio de los andaluces hacia Cataluña. Muchos somos hijos de catalana y andaluz, o al revés, y esto forma parte inevitable de la cultura de este país.
Y seguramente le enriquece.
Si quisiera, podría cantar en catalán, pero me dedico a una música que no se canta en catalán, se canta en castellano. Un género musical no es sólo un repertorio, es una forma de cantar, de proyectar la voz, de escuchar la música. Yo respeto todo lo que se haga por convicción artística, y no por política. Para mí, el género musical es ya un idioma." (Entrevista a la cantante Mayte Martín, Albert Soler, Diari de Girona, 23/09/22)
"El productor y cantante del Baix Llobregat Cristian Quirante, conocido
como Alizzz, ganador de tres Grammy Latinos como compositor y productor
de "El madrileño", de C. Tangana; ha denunciado en El matí de Catalunya
Ràdio que "siento que se me excluye de la cultura catalana".
Alizzz, que ha presentado su primera canción en catalán, "Que pasa
nen", todo un himno homenaje en el Baix Llobregat y una crítica contra
las élites culturales catalanas; ha reivindicado que "formo parte de la
realidad del país".
El cantante ha expuesto que "hay mucha gente que tiene un relato que
se me excluye de la cultura catalana" y ha dicho que la canción es "una
reivindicación que yo soy catalán y la cultura que hago representa una
realidad de Catalunya". "Quiero sentirme parte", ha reclamado.
También ha remarcado que "el reconocimiento que he tenido a nivel
estatal e internacional es tan grande que creo que hay una
descompensación con el que tengo en Catalunya" y ha añadido que "me da
un poco de pena que haya gente que no me considere parte de la cultura
catalana".
Por último, Alizzz ha dicho que el tema "es una canción protesta"
porque "para mí el quid de la cuestión es que formo parte de la cultura
catalana". "El resto de la gente del Baix debe sentir que forma parte de
la realidad catalana y que la gente que no lo cree vea que hay una
reivindicación", ha concluido." (e-notícies, 15/09/22)
"Dos siglos dura ya la convivencia entre Cataluña y el flamenco,
considerado bien inmaterial de la humanidad por la Unesco desde 2010.
Pero el Gobierno independentista se resiste a conocer la importancia de
este arte, que la avenida Paral·lel y la Rambla de Barcelona
profesionalizaron.
El sector advierte de su situación precaria, acentuada a
raíz de la pandemia, mientras los socios de Govern dan largas a
garantizar su preservación y se remiten a la inclusión del flamenco en
una revisión del Plan Integral de la Música aprobado en
2015. Nada se está haciendo al respecto, pues si bien se ha creado una
subcomisión sobre el jazz, no hay medidas en relación al flamenco.
“Los tablaos
son grandes desconocidos. Son el sustento económico del 90% de los
artistas que se dedican al flamenco. Su refugio entre bolos. Es una pena
que no se sepa”, denunciaba hace unos meses en declaraciones a Crónica GlobalMaría Rosa Pérez, presidenta de la plataforma Tablaos Emblemáticos y representante de Tablao Flamenco Cordobés, local con 51 años de historia situado en las Ramblas, por donde han pasado Camarón, Miguel Poveda y Rosalía.
Pérez dio la voz de alarma hace más de un año en una comparecencia en
la Comisión de Cultura del Parlament, donde ERC y Junts per Catalunya
han vetado propuestas más decididas en este sentido.
Expresión cultural que se debe preservar
Recientemente, la necesidad de aprobar un plan de difusión del
flamenco volvió a debatirse en la Cámara catalana a raíz de la propuesta
de resolución (PR) presentada por la diputada de PSC-Units Rocío García que pretende ir más allá de la protección de los tablaos.
La iniciativa instaba al Govern a reconocer el flamenco como una expresión cultural
que se debe preservar y fortalecer mediante la aprobación de un plan de
difusión, conocimiento y protección, en colaboración con el sector. Sin
ignorar que "los tablaos también suponen una protección laboral de los artistas,
en tanto que no son trabajos puntuales, sino que se establece con los
artistas una relación profesional y estable. También son herramienta de
integración del pueblo gitano. Un 50% de los artistas de flamenco son gitanos. La mayoría del público que asiste a los tablaos son turistas que visitan nuestro país y buscan gozar de nuestra cultura".
Los partidos que dan apoyo al Govern rechazaron este último punto, y negociaron con los socialistas una transacción que enmarca esa protección en la revisión del Plan Integral de la Música que hay actualmente en marcha.
La PR, que ya fue presentada en la legislatura anterior y ha sido
recuperada por los socialistas, fue aprobada, pero desde 2015, fecha en
la que se procedió a revisar ese Plan, poco o nada se ha hecho, más allá
de crear una subcomisión para fomentar el jazz, pero no el flamenco." (
María Jesús Cañizares , Crónica Global, 03/07/22)
"El programa Està Passant de TV3 encuentra que Chanel, la cantante de
Olesa de Montserrat que quedó tercera en el festival de Eurovisión, es
un ejemplo de "españolización voluntaria". Lo ha dicho el colaborador
del programa, el humorista Marc Serrats, en la sección llamada "La
Competi", donde ha preguntado "¿qué ha españolizado más en Cataluña?" y
ha dado dos opciones "Eurovisión" o "Felip V".
Serrats ha remarcado que "Felip V promulgó una serie de leyes que
perseguían la desaparición de la lengua y cultura catalana. Fue una
españolización impuesta". Por otro lado, ha destacado que "mientras
que apoyar de forma acérrima desde Catalunya a una olesana disfrazada de
torera que le da más besitos a la estanquera que a su pareja es una
españolización voluntaria".
"Lo que demuestra que a los catalanes nunca nos harán desaparecer con
leyes, imposiciones y represión. Los catalanes nos haremos desaparecer a
nosotros mismos voluntariamente. Por tanto, desde mi punto de vista,
Eurovisión españoliza más en Cataluña".
Por último, Marc Serrats ha dicho que "hay mucha gente que se cogió
Eurovisió como unas vacances de ser catalán". "Como cuando está el
Mundial de fútbol", ha apuntado entonces el presentador y productor del
programa, Toni Soler." (e-notícies, 20/05/22)
"Al final, Europa ha mirado a Catalunya. Ha sido gracias al muslamen y al talento de Chanel y
no al Vivales de Waterloo, que en ambos aspectos se halla a años luz de
la cantante de Olesa, cosa que debería dar que pensar: con trabajo y tesón se alcanzan más éxitos que con sueños imposibles aliñados con inútiles enfrentamientos.
Líbreme Dios de sugerir que, para conseguir que alguien le haga caso,
el expresidente fugado muestre sus nalgas extramuros de la Casa de la
Republiqueta, dentro que haga lo que le plazca. Me refiero a que la simpatía y la alegría suelen dar mejores réditos que la perenne amargura. Puestos
a mirar, mejor las nalgas de Chanel que las caras del Vivales y Comín.
Aquellas trasmiten ganas de vivir, éstas las eliminan.
Toda Europa debe de estar hoy preguntándose cómo es posible que Chanel, moderna, vital, alegre y sin prejuicios, proceda de la misma región que esos personajes amargados,
tristes y de vida vacía, que no dejan de dar la tabarra en Bruselas con
sus burradas, seres tan avinagrados que parecen llevar a cuestas los
días nublados y ventosos. La explicación es simple: existe una Catalunya
mestiza, moderna, desacomplejada y cosmopolita, y existe otra encerrada
en sí misma, anacrónica, antipática, provinciana. Por más europeo que
sea uno, no caben muchas dudas acerca de a qué culo mirar.
Es de suponer que esa Catalunya cada vez más pequeña e insignificante no va a felicitar a Chanel por el éxito conseguido, ya que no la considera de los suyos. Nada
que huela a avanzado y a universal tiene cabida en la republiqueta. Si
Chanel hubiera quedado en último lugar, con críticas unánimemente
desastrosas, pero hubiera lucido lacito amarillo, hoy mismo sería
recibida en el Parlament, en la Generalitat, en el Nou Camp y en
Waterloo, con el Vivales humedeciéndose al soñar que le canta/susurra «Happy birthday mister president».
Por supuesto, sería invitada a la paella veraniega de la Rahola,
que es a lo máximo a que aspira todo catalán de bien. En lugar de eso, y por no ser lo bastante buena catalana, la pobre Chanel deberá conformarse con ser elogiada en todo el mundo,
con ser la artista del momento, con haber rendido a Europa a sus pies y
con tener ante sí una carrera de dimensión universal. Ella se lo
pierde." (Albert Soler , El Peródico, 17/05/22)
"(...) ¿Con que se topa Lorenzo cuando llega a Barcelona, a la ‘Grande Babylón’, que diría Manu Chao?
Pasar de la sierra de Sierra Mágina,
un lugar escondido, bellísimo, salvaje… a la calle Simancas, en Verdún,
Nou Barris, Barcelona, sin asfaltar, con altibajos, basura, muebles
abandonados…, por necesidad es algo difícil de entender por un niño. Lo
primero que vi eran gigantes, edificios gigantes, que de cada portal
salía muchísima gente. En dos bloques de aquéllos había más gente que en
mi pueblo. Enseguida, con 15 o 16 años, me impliqué en la lucha social,
antifranquista, con la idea de mejorar la vida de los barrios que
carecían de todo. No había autobuses, no había Metro, no había centro de
salud, ni escuelas, ni Instituto. Todo se tuvo que hacer.
¿Y Cataluña, los catalanes…, le suenan de algo a Lorenzo cuando aterriza en Verdún?
No sabía nada de aquello, claro. Pero
me di cuenta muy rápido porque, al lado de los gigantes, había todavía
tres casitas de planta baja, con un huerto, que se parecían a las de
Arbuniel. Allí vivían dos familias catalanas y en la de en medio, una
gallega, donde entre ellos hablaban gallego. Los otros lo hacían en
catalán, que enseguida me interesó porque era algo muy parecido a lo que
yo hablaba. Me hice amigo de Joan, Daniel y compañía, de la otra casa.
También de los gallegos, que acababan de acoger a otros familiares
llegados de Cuba. En la escuela había de todo, mayoritariamente niños
como yo. Sus padres habían salido de sus lugares de origen para
instalarse aquí y trabajar en la industria. Había uno, Jorge Navarro
Arnau, que hablaba catalán y me hice amigo de él. El interés por
aprender era algo innato en mí. A los 13 años acabé aquellos estudios,
en un colegio nacional, masificado, dirigido por maestros falangistas,
en el que si no estabas en la primera fila no te enterabas de nada.
¿La infancia, que para Rilke es la verdadera patria, lo fue también para Lorenzo Almendro?
Desde los nueve años a los 16, que me
enrolé en el antifranquismo, hay un tiempo de adolescencia, en el que
había de todo, pero lo de hacer el gamberro, pelearse, las pandillas… no
me iba. Me dio más, a pesar de ser un crío, de acercarme a los bares
donde, a veces, había señores que se arrancaban a cantar flamenco.
En lo
que es ahora la Ronda de Dalt, Vía Favència, donde está el archivo
histórico de Roquetas, había unas barracas de gitanos, donde yo prefería
ir, a participar en las fiestas que hacían y de la manera de vivir que
tenían. Había candiles de carburo para la luz y los niños estaban
jugando todo el día en la calle. Jugar al fútbol también me molaba.
Hacíamos campeonatos de unas calles contra otras. Me gustaba leer, sin
que mis padres me indujeran a ello, porque no habían tenido la
oportunidad de hacerlo. Era un niño un poco raro.
¿Y cómo se le aparecía el mundo, París, Europa, a Lorenzo?
No tan lejano, porque a principios
del 72, con dos amigos y una amiga, nos fuimos a recorrer toda Europa,
haciendo de músicos callejeros. Enrolé a Morcillo, Lázaro y Conchi. Ella
bailaba, Lázaro tocaba la guitarra, Morcillo daba palmas y yo cantaba.
Estuvimos ocho meses. Vivimos en la ciudad libre de Christiania, en
Copenhague. Anduvimos por toda Europa, nos pillaron los atentados de los
Juegos Olímpicos de Munich y aprendimos, entre otras cosas, que el
capitalismo lo integra todo, que las clases sociales no desaparecen con
la democracia. En el 73, me desligué de Bandera Roja, donde había estado
un tiempo, y de las “pirámides marxistas”.
¿Qué diría Lorenzo de las identidades unívocas, renacidas en Cataluña con el “procés”, y asuntos colaterales?
Toda esta cuestión del “proceso”,
basado en el relato de una cultura, una lengua, una identidad es el
mayor error cometido por las personas que lo han dirigido. Un relato con
el que no me siento identificado, aunque pueda entender que, desde el
punto de vista libertario, el romper un poco el Estado no está mal. Pero
no para montar otro Estado aquí, basado en una cultura. Hace ya unos
años escribí un artículo titulado “Contra todos los esencialismos”, a
raíz del Manifiesto Koiné. Decía que aquellas 300 personas, muy
relevantes, que habían firmado, aparentemente a favor de la lengua
catalana, escondían una forma de organización social reaccionaria,
conservadora.
¿Algo, en fin, cuyas raíces más próximas habría que buscarlas en el pujolismo?
Has citado el pujolismo, que alcanzó
hitos memorables como, por ejemplo, que muchas personas del PSUC,
marxistas, acabara siendo pujolistas inconscientes. Con Pujol he
participado en debates y he tenido enganchadas. Fue cociendo sus ideas,
muy influido por Mounier, un intelectual francés de pensamiento
católico, con la intención de hacer ver que en Cataluña no había un
problema de clases sociales, sino de diferencias culturales. Ahí se
monta un tinglado balcánico. ¿Si no hay clases sociales, me tengo que
juntar en Cataluña con un andaluz rico? Una idea de Pujol que cuajó, en
tiempos de la emigración andaluza, fue la promoción de las casas
regionales. Cosa que ha sido un cultivo de lerrouxismo y yacimiento de
gente que en este momento vota a Vox. Una casa regional se puede montar,
pero lo que no es de recibo es que sean subvencionadas. Así, se les
adjudicó el papel de interlocutores con el poder. Vamos a hablar con los
andaluces, se decía, y para ello recurrían al presidente de la
federación de entidades andaluzas y santas pascuas. Montaban la Feria de
Abril en el Fórum y pactaban todo lo que querían con quienes se
arrogaban la representación de los andaluces. Cosas muy bestias, una
gran trampa. Algo con lo que colaboró el PSC, a través de Josep María
Sala y otros.
Al mismo tiempo, el nacionalismo no se cortaba un pelo al calificar a los emigrantes de colonialistas…
En otro de los libros que hicimos con los de “Els altres andalusos”, que encargamos a unos jóvenes sociólogos y antropólogos y que editó Pagés Editors, que se titula “La manipulación política de la emigración 1977-2007”,
analizábamos este fenómeno, que ha llegó hasta el extremo de acusar a
los emigrantes de que en las elecciones autonómicas hubiera menos
participación que en las españolas, cosa que era común a todas las
autonomías. En el Manifest Koiné, sin ir más lejos, se llama a la gente
emigrante “colonos lingüísticos involuntarios”. A ello respondí que no
nos perdonaran la vida, y nos acusaran de ser “conscientemente
colonos”. " (Entrevista a Luis Cabrera, ElTriangle, 24/04/22)
"El nuevo director de TV3, Sígfrid Gras, ha reconocido en el Parlament
que la programación infantil de la cadena ha sufrido a raíz del
surgimiento de plataformas como Netflix y ha advertido que "si perdemos a
los niños catalanes estamos hablando el futuro de la lengua catalana".
Gras
ha anunciado un "plan para recuperar a estos niños catalanes". "Muchos
de estos niños hace seis o siete años hablaban catalán y ahora nos
encontramos con que hablan en castellano", ha lamentado.
El director de TV3 ha dicho que "hacen falta nuevos personajes" de
dibujos que hablen en catalán así como "crear un imaginario popular
nuevo de canciones, tanto para pequeños como para mayores". "Que los
niños sepan las canciones en catalán y no las canten en castellano", ha
indicado.
“Nos cuesta competir con las plataformas. Ellos tienen
dinero y nosotros tenemos cercanía y el club más grande de Europa. Es
difícil competir en dibujos animados, pero no es difícil competir en
proximidad y que nuestros niños sean nuestros. Ahora los tenemos, pero
los vamos perdiendo”, ha advertido." (e-notícies, 29/04/22)
"(...) No se trataría tanto
de pensar esencialmente, sino de reflexionar de forma honesta sobre
nuestra realidad para construir un proyecto compartido por el conjunto
del país. En este sentido, desde una perspectiva que es concreta pero
que es clave, Albert Aixalà acaba de hacer una reflexión importante en
su blog.
Parte de los resultados de una encuesta de usos lingüísticos,
la última, del 2018. Se preguntaba a los encuestados cuál era su “lengua
de identificación” –la lengua que una persona considera más próxima–.
Un 36,3% respondió que era el catalán, mientras que el 48,6% dijo que el
castellano.
Pero lo que Aixalà subraya no es la diferencia. El núcleo
del texto es una pregunta: ¿por qué desde el 2003 el catalán sufre un
descenso continuado de ciudadanos que lo tienen como lengua de
identificación? Aquel año eran un 47%, a partir de entonces la cifra
empezó a decrecer.
Uno
de los factores que han motivado la caída han sido los cambios
demográficos que ha vivido nuestra sociedad desde comienzos de siglo.
Pero la nueva inmigración no es la única explicación. Más significativo
es que entre los ciudadanos nacidos aquí entre 1974 y 1988, educados con
TV3 y la escuela en catalán, solo un 29% tienen hoy el catalán como
lengua habitual. Es un dato sorprendente que vendría a evidenciar,
primero, lo infundado de la histeria sobre la normalización que viene
reiterando una parte del constitucionalismo.
Y, segundo, hay que
constatar que el proyecto fundacional de la normalización no ha
conseguido los resultados imaginados por sus diseñadores. Está claro que
tal vez fuera un espejismo pensar que las cosas irían de otra manera.
Aunque aquella generación educada en democracia tuviera también el
catalán como lengua de uso generalizado gracias a la normalización, si
la lengua familiar era el castellano porque eras hijo de la antigua
inmigración, lo más probable es que transmitieras el castellano a tus
hijos como lengua propia de la Catalunya donde vivías y trabajabas.
No pretendo descubrir
que Catalunya es una sociedad bilingüe donde el catalán es claramente
más débil que el castellano. Se trata de pensar políticamente los datos
porque el procés ha tenido una correlación lingüística que hay
que afrontar con honestidad. Hace años que los sociolingüistas Fabà y
Torres Pla determinaron que quienes tienen el catalán como única lengua
de identificación son muy mayoritariamente favorables a la
independencia, mientras que solo un 10% de los que tienen el castellano
apoyan la secesión.
Lo señaló también Mario Ríos: un 81,4% de quienes
tienen el castellano como lengua propia no quiere que Catalunya sea un
Estado independiente, mientras que un 79,4% de quienes tienen el catalán
sí que lo quiere. Asumir esta realidad es necesario para responder a
preguntas fundamentales que creemos que se habían resuelto y que ahora
hay que replantear. Pero estas preguntas, que son las que perfilan
nuestro futuro, solo nos las podremos hacer si entre todos creamos las
condiciones para empezar un tiempo nuevo." (Jordi Amat, La Vanguardia, 30/05/21)
"Ya ha llovido desde aquel día que me llamaron para echar una mano como
camarero en una de las casetas de la Feria de Abril de Catalunya.
Enclavada en el Parque del Fórum de Barcelona, la feria era un
caleidoscopio de colores y un arroyo incesante de multitudes que
llenaban las casetas. La verdad es que fui con pocas ganas.
Ya se sabe
que, en este tipo de eventos, los camareros trabajan a destajo hasta
bien entrada la madrugada. Como era de esperar, la noche fue frenética y
no paré de servir copas. Pero la verdad es que guardo un buen recuerdo.
En los pocos momentos que tenía de descanso me dedicaba a observar
aquella explosión de euforia expresada en animadas conversaciones y en
la envolvente coreografía de los bailes por sevillanas. No en vano,
aquel ambiente me resultaba familiar y aquellos jóvenes tenían mucho en
común conmigo mismo: procedían de barrios de la periferia de Barcelona y
de familias castellanohablantes de clase trabajadora.
Un recuerdo que suelo asociar a aquella noche es una
canción: “Tu calorro”, de Estopa. Cuando sonaban los primeros compases
de la canción, acompañados de la rugosa voz de David Muñoz, la caseta se
venía abajo. Cantada a pleno pulmón como si de un himno se tratase. Y
posiblemente lo fuese para muchos. En los hermanos Muñoz, de Cornellà y
que habían trabajado en una proveedora de Seat, veían a dos héroes
locales con quienes compartían un origen social y unos mismos códigos.
Eso era un motivo de orgullo y de cierto sentimiento de pertenencia.
Estopa eran como ellos y en sus canciones se veían reflejados. Qué mejor
estampa para celebrarlo que la de una noche nostálgica de fin de semana
en cuyo horizonte se dibujaban las tres chimeneas de la antigua central
térmica de Sant Adrià del Besós y el barrio de La Mina. La poesía de
los márgenes o, en palabras de Jorge Luis Borges, “la luna de los
suburbios derruidos”.
La Feria de Abril de Catalunya, que se
celebra desde 1971 y que en 2009 recibió dos millones de visitas, parece
haber pasado sus mejores días. Desde aquella lejana noche no la he
vuelto a visitar y las veces que he regresado al Parque del Fórum ha
sido para asistir a conciertos de grupos como Sonic Youth
y The Cure. Hoy los hijos de la emigración andaluza hemos superado ya
holgadamente los 40 años, tenemos un trabajo estable y una hipoteca a
tipo variable.
Algunos, incluso, dejaron el barrio hace tiempo. Queda en
la memoria un imaginario colectivo y simbólico vinculado generalmente a
los barrios obreros del área metropolitana de Barcelona. Una banda
sonora generacional que podríamos reconocer en las rumbas de Los Chichos
o en el desgarrador quejío flamenco de Camarón de la Isla. Esa
Catalunya a la que últimamente el moderneo barcelonés dedica festivales
de “cultura txarnega”.
El problema es que no solo ignoramos, tan
anclados en un pasado idealizado, que en los últimos años los márgenes
se han movido, sino que desconocemos por completo nuevas manifestaciones
culturales y musicales nacidas entre los hijos de la nueva inmigración.
Igual son ellos en quienes deberíamos centrarnos a la hora analizar la
vida en las periferias de Catalunya. Básicamente porque, aunque siempre
haya desconfiado del concepto, ellos son los nuevos charnegos.
Los chicos de la calle
Escribía Najat El Hachmi en el prólogo de la edición no censurada de Els altres catalans de Francesc Candel sobre los recelos entre la emigración de los años 60 y la inmigración actual. Como apunta la autora de Jo també sóc catalana,
la relación no siempre ha sido fácil y un lugar muy común entre los
emigrantes que llegaron a Catalunya hace ya más de medio siglo es el de
comparar ambas oleadas migratorias para constatar que el suyo fue un
proceso mucho más duro y que, a pesar de las dificultades, supieron
integrarse y prosperar.
Lejos de romantizar la realidad de los barrios, como
habitualmente hacen quienes no viven en ellos, no podemos obviar los
conflictos que en ocasiones se generan, por ejemplo, por la utilización
del espacio público. Las frágiles políticas de acogida de las
administraciones, así como el paternalismo y la criminalización de la
pobreza, han propiciado que la interrelación entre las diferentes
comunidades no sea tan idílica como pudiéramos pensar. Y no es idílica
porque la realidad social dista mucho de serlo en barrios donde los
índices de vulnerabilidad se han disparado en la misma proporción que
los desahucios. Hay barrios, no solo en el área metropolitana de
Barcelona, cuyas heridas abiertas nos advierten de la necesidad de
abordar el problema a fin de evitar que se consolide una Catalunya de
dos velocidades.
En 2016 se estrenó la serie The Get Down sobre
el nacimiento del hip hop en el sur del Bronx a finales de los años 70.
En un barrio castigado por la pobreza y la marginalidad, bandas de
jóvenes afroamericanos deambulaban entre edificios abandonados a la
espera de la demolición y fue en ese paisaje urbano en ruinas donde
surgió un género musical que conquistaría el mundo. Un estilo que
germinó de la desesperación y la falta de expectativas de futuro. Porque
hay realidades que suelen ser terreno abonado para la creatividad como
expresión de rabia de una comunidad. O la necesidad como motor de la
inspiración. Recordemos cómo en España, y también en Catalunya, la rumba
flamenca hizo visible a la comunidad gitana a finales de los años 70 y
principios de los 80.
Varias décadas después, asistimos en
Catalunya a una eclosión similar pero cuyos protagonistas son jóvenes de
familias procedentes del Magreb y de Latinoamérica. Una realidad que
nos han querido esconder y que teníamos a la vuelta de la esquina.
Morad nació en L'Hospitalet hace 21 años. Hijo de marroquís, hoy es
el máximo exponente de un movimiento musical radicado, casi en
exclusividad, en los Bloques de La Florida de su ciudad y que debe sus
influencias al afrobeat, al trap y al hip hop francés de los barrios
periféricos de ciudades como París y Marsella. Morad es un referente
entre los suyos. Lo es porque en él hay autenticidad y porque, a través
de sus letras y composiciones, se ha visualizado una realidad, la de los
Bloques de La Florida, que es una de esas heridas abiertas de Catalunya
a las que hacíamos referencia en líneas anteriores. Morad no es solo un
ídolo musical para los suyos, es un espejo en el que se miran los
chavales de los Bloques que, como él, crecieron en la calle y para los
cuales la música es, a la vez, una válvula de escape y un medio de
denuncia de la realidad que viven a diario.
Morad publicó en 2019 su primer disco de larga duración titulado M.D.L.R,
acrónimo francés de Mec de la Rue, es decir, chico de la calle. Algo
más que un título, la alusión hace referencia a una comunidad compuesta
por el propio Morad y la que podría definirse como su segunda familia,
los chicos de la calle. Ellos son sus hermanos, su gente, una red de
apoyo que transciende de lo musical y que jamás le fallará.
Su
primer disco convirtió a Morad en una figura emergente y mediática en
el panorama musical del trap nacional. Él mismo suele recordar cómo las
mismas salas de conciertos y discotecas que hace unos años le prohibían
el acceso ahora lo llaman para actuar. El ascenso ha sido tan meteórico
que solo hace falta echar un vistazo a sus redes sociales y a su cuenta
de YouTube para certificar que Morad es un fenómeno global. Para
hacernos una idea, en la primera semana de noviembre de 2020,
coincidiendo con el lanzamiento de su nuevo single, “Motorola”, Morad
fue el artista español con más visitas en YouTube por encima de nombres
tan comerciales como Aitana, Rosalía y Pablo Alborán. Por ejemplo,
utilicemos como referencia a Los Planetas, grupo por excelencia del
indie español con más de 25 años de carrera a sus espaldas, por el que
uno mismo y tantos otros de mi generación hemos profesado autentica
devoción. En YouTube, el vídeo musical más visto de Los Planetas es el
de “Un buen día”, una canción de hace 20 años y que es todo un himno
generacional para muchos. Tiene cerca de cuatro millones de
visualizaciones. El vídeo más visto de Morad es el de “Aguantando”, con
más de 16 millones de visualizaciones y otros dos videos suyos superan
los 15 millones. Todo ello en poco más de un año.
Como se puede apreciar en los vídeos musicales de Morad, los Bloques
de La Florida toman especial protagonismo para convertirse en un actor
principal. Sus bloques y su comunidad de chicos de la calle. Sirve, al
mismo tiempo, para visualizar una realidad que se presenta desde un
prisma objetivo y real. Morad y los chicos de la calle no necesitan
aparentar. Ellos se muestran tal y como son, a diferencia de otras
figuras del trap español que han cimentado su carrera en una “estética
de barrio” basada en el disfraz y en el cliché tan recurrente de las
bandas callejeras. En el caso de Morad no hay marketing alguno.
Esa realidad que él vive no la expresa en sus canciones ni la muestra en
sus vídeos como algo decorativo o sencillamente para epatar. No ha
necesitado crear un relato ficticio sobre “el ser de barrio”, el suyo es
un proceso de observación, cuenta lo que ve a su alrededor. Su realidad
cotidiana es precisamente la que refleja en sus canciones.
Beny
Jr es otro de los chicos de la calle de los Bloques de La Florida y el
compañero inseparable de Morad. Su tarjeta de presentación fue, como no
podría ser de otra manera, un feat con Morad titulado
“#FreePeke”, un alegato contra las apariencias y los postureos que tanto
abundan en el mundo del trap y del hip hop. Su primer disco, Trap and Love,
le ha situado como otro de los nombres de la escena musical de los
Bloques más allá de su amistad con Morad. Al igual que su fiel amigo,
Beny Jr describe con incisivo y afilado verbo las realidades tangibles y
sin aditivos de su día a día: el racismo institucional, la falta de
oportunidades, el desempleo, la pobreza, los trapicheos en las calles,
las redadas policiales. Volvemos a la observación como ejercicio de
denuncia. Pero no desde una perspectiva política sino desde el enfoque
del narrador que no es otro que el mismo que sufre esa realidad.
Beny
Jr estrenó hace un mes nuevo single con el título de “Mafioso”, cuyo
vídeo vuelve a mostrar el esqueleto urbano de los Bloques de La Florida
como zona desgajada del resto de la ciudad y de su propio barrio. Por
ello merece una mención especial el joven Iván Salvador, realizador de
los vídeos de Morad y Beny Jr que de manera tan diáfana ha retratado el
universo callejero de los Bloques como elemento esencial de la música de
ambos.
De Jensel King lo primero que llama poderosamente la atención es su
juventud: 15 años. De nuevo estamos ante un talento, en este caso de
gran precocidad, surgido de la cantera musical de los Bloques de La
Florida. De registros sonoros más cercanos al afrobeat y con ciertas
reminiscencias del gansta rap, Jensel King aúna el orgullo y la reivindicación del barrio
con la crónica de la crudeza diaria de las calles. Asimismo, la
denuncia de los operativos de las fuerzas de seguridad y del papel de la
prensa está presente en sus letras como esbozo de una realidad. Sin
duda, se trata de uno de los artistas con mayor proyección y futuro
dentro del trap hecho en L'Hospitalet y Catalunya. Veremos cuál es el
dictamen del tiempo en alguien tan joven pero tan sobrado de cualidades
para alcanzar las cuotas de reconocimiento y éxito de sus vecinos Morad y
Beny Jr.
Quieren ser calle, pero no lo son
Pubilla
Cases es un barrio limítrofe con La Florida. En la zona norte de
L'Hospitalet se hallan los barrios con mayor densidad de población, una
de las mayores de Europa, y con una concentración más elevada de
inmigrantes. En Pubilla Cases, barrio lleno de vida y conocido por sus
bares de tapeo andaluz, hay una notable comunidad de origen
latinoamericano. En este contexto aparece la extraordinaria figura de La
Tiguerita.
Catalana de origen dominicano, Melissa Peralta
utiliza el nombre artístico de La Tiguerita en un claro guiño a sus
orígenes y a la tierra de su padre. En República Dominicana, un tiguere
es alguien que se busca la vida. Melissa, de apenas 19 años, es la
tiguere de L'Hospitalet y está dispuesta a comerse el mundo. En unas
calles y en un movimiento musical donde tanto predomina la testosterona
masculina, su presencia adquiere un valor doble desde una clave de
género y de feminizar la escena del trap y del hip hop de su ciudad.
La Tiguerita es de las que no se calla. Clama contra quienes quieren ser calle, pero no lo son
y lo hace con un estilo directo y autosuficiente. Una constante tanto
en los chicos de la calle de los Bloques de La Florida como en La
Tiguerita es el rechazo a esa impostura tan coetánea de hacerse pasar
por lo que uno no es. Ver cómo los barrios de las periferias urbanas se
han convertido casi en una moda y en un tótem en entornos intelectuales y
musicales ajenos a esas mismas realidades ha provocado la réplica de
quienes sí viven en esas ciudades dormitorio donde la vida no es solo un
fetiche o una manera de vestir, sino que se manifiesta en la angustia
diaria por salir adelante y sobrevivir. Pero desde ciertos ámbitos del mainstream
se ha tendido a idealizar lo marginal, y por lo tanto la pobreza, como
productos de consumo. El revival del “cine quinqui” y la aproximación a
los barrios de la clase trabajadora como quien va de safari urbano
parecen confirmar una tendencia que no solo se pierde en la
superficialidad y el tópico, sino que se construye desde el clasismo tan
interiorizado en las clases medias urbanitas y academicistas.
La Tiguerita está en racha. En 2019 protagonizó el cortometraje Beef
de Ingride Santos en el que interpreta a una joven estudiante que
cuestiona el sistema pedagógico en los institutos de educación
secundaria. La producción ha sido nominada para los próximos premios
Goya en el apartado del mejor corto de ficción. Seguro que su barrio
estará en vilo la noche que se celebre la gala de los Goya. Y es que,
haciendo honor a nombre artístico, La Tiguerita es de las que saben
buscarse la vida.
L'Hospitalet, segunda ciudad de Catalunya en
número de habitantes, vive el estallido de una escena musical nacida
entre los hijos e hijas de la inmigración. Pero lejos de hablar de
cantantes de origen marroquí o latino deberíamos referirnos a ellos como
lo que realmente son: jóvenes catalanes que reflejan en sus letras y
canciones la realidad de sus barrios y, por consiguiente, de una parte
de Catalunya. Sería importante que desde los medios catalanes se
prestara atención a este fenómeno hecho por catalanes y catalanas como
algo propio. Mientras se invisibilice lo que está pasando en algunos
barrios de Catalunya, no tendremos una idea precisa de la sociedad
catalana, tan cambiante y en transformación continua desde que llegaron
las primeras migraciones hace ya varias décadas." (Pedro Luna Antúnez, El Salto, 01/12/20)
"NoemíOsorioesprofesora deflamencoy directoradel Flamengi,el festivalde flamencode Gironaque estaba a puntode celebrarla segunda ediciónpero se hasuspendidopor la pandemia.Queda, esosí,la exposiciónde fotosdeJacquesLéonarda partirdel 16de noviembre,DíaInternacional delFlamenco,en LaMerced
¿Ni elflamencoes inmune a lapandemia?
Desgraciadamente, no.Hemostrabajadohasta el finalcon la esperanzadellevarlo adelante,totalmenteequipadospara seguirtodas las medidas, pero no hapodidoser.Los espectáculos se hancerrado.
Ja, ja,claro que sí.Haymuchagente queme pideque ledé clasesparticulares,aunque seanon line.Losque amamosel flamenco,convivimoscada día.El flamencono es sólo unaexpresiónartística, es unsentimiento,una formade vivir.Yo melevanto yya empiezoa escucharcantaores.
¿Por la mañanayale bailan los pies?
Aunque no se me van los pies, me gusta que el flamenco me acompañe mientras me ducho, mientras me maquillo ...
Todavía no sé si el flamenco es triste o alegre.
El flamenco nace de una cultura perseguida, y todas las culturas perseguidas lo reflejan en sus expresiones musicales. Pero, al mismo tiempo, cuando están contentos son los que mejor se lo pasan.
¿A quién se le ocurre montar un festival flamenco en Girona, la zona cero del independentismo?
A mí, sólo a mí (risas). Tengo tanto amor y tanta fe por el flamenco ... Flamengo es el resultado de muchos años de trabajo, de picar piedra. Con el festival generamos nuevo público flamenco, que falta hace. Aunque en Girona hay mucha gente a la que gusta el flamenco, y muchas entidades que contribuyen a su tejido cultural. La demanda está ahí, porque el año pasado el Flamengi fue un éxito, agotamos las entradas.
¿El flamenco es también catalán?
Es cultura popular catalana, con más de dos siglos de antigüedad en Cataluña. La bailaora más grande de todos los tiempos era Carmen Amaya, que repetía allí donde iba «yo soy catalana de la cabeza a los pies». Era de Barcelona y murió en Begur.
No sé, no sé, según la consejera de Cultura, sólo es arte catalán lo que se hace en catalán.
El flamenco es un arte, y nadie puede venir a decir cómo se debe hacer el arte. Este año la banda sonora del festival es en catalán, pero porque nos apetecía, no porque nos sintiéramos obligados. Es una canción flamenca-flamenca ... en catalán.
¿Como se aficionó al flamenco una chica de Cornellà del Terri?
Lo escuchaba desde pequeña en casa, porque mi padre es andaluz. Primero me daba mucha vergüenza cuando me venía a buscar a colegio con Camarón sonando a todo volumen en el coche (ríe). En Cornellà del Terri! ¿Qué hace este hombre? ¡Yo me quería morir! Después te haces mayor y encuentras la riqueza.
¿ En Cataluña hay más flamencos o señoritos? ¿Señoritos como los de Andalucía?
Sí, los que acogían los flamencos para hacer una buena juerga.
Creo que a eso tendremos que volver. Tendremos que ir a las casas de los señoritos a cantar y bailar para poder comer, tal como están las cosas.
¿Pero en Cataluña?
En Cataluña tenemos otro tipo de «nobleza». Tendremos que ir a las casas a animar las fiestas particulares, a ver si así podemos llenar la olla. Que llevamos desde marzo sin trabajar, los artistas.
Sí es la manera de comer caliente, apúntame a tus clases.
(Carcajada) Ahora estoy haciendo clases virtuales. Desde marzo. Pero el flamenco tiene que ser vivo, transmitirse en directo. On line es un sistema para ir tirando, pero el flamenco ha pasado siempre de generación en generación, es muy diferente aprenderlo telemáticamente." (Albert Soler, Diari de Girona, 04/11/20)
"La diputada de ERC, Jenn Díaz, durante la sesión de control en la CCMA,
ha manifestado que "en Cataluña el flamenco tuvo un enemigo, y se llama
franquismo. Y de eso no hablan. No hablan y eso también es hacer
política. No hacer mención de cuál ha sido el problema del flamenco como
expresión de cultura en Cataluña".
Las palabras de Díaz hacían
referencia a la propuesta de resolución sobre la declaración del
flamenco como bien de interés cultural presentada por Ciudadanos. En
este sentido, Díaz ha anunciado el voto favorable de ERC, pese a matizar
que es un voto favorable "a la cultura en vivo" y no sólo al flamenco.
Sin
embargo, ha reiterado que "el franquismo lo utilizó como un símbolo de
la identidad española contra la cultura que se hacía en Cataluña" y ha
reprochado a Ciudadanos que "omitir esto del discurso dice mucho".
"Que
el flamenco forme parte de la cultura catalana no lo dicen ustedes,
pero Franco simbolizó el flamenco como algo español y pienso que ustedes
[C's] se quieren convertir con estas propuestas en enemigos del
flamenco en Cataluña", ha manifestado.
Díaz les ha reprochado
"utilizar una expresión cultural para confrontar y para dividir, como si
la cultura catalana y el flamenco fueran incompatibles". "¿Por qué la
danza contemporánea no? por qué hacemos propuestas tan concretas?", ha
preguntado." (e-notícies, 16/10/20)
Aberrant exercici de paternalisme lingüístic, xarnega o botiflera pq em vaig adreçar a l'assemblea de #FuturoParaNissanYA en castellà doncs bé us dic: orgullosa xarnega filla de l'èxit de la normalització lingüística. Segueixo htthttps://twitter.com/JoaquimTorrent Si del contingut del vídeo només us quedeu amb això demostreu la vostra capacitat intel·lectual i compromís amb la lluita obrera, i per tant m'interesseu 0 Que sigueu capaços d'alegrar-vos del tancament d'una empresa amb 3000 treballadors/es del PAÍS pq s'expressen en castellà diu molt molt poc de vosaltres com a persones més que sou uns ofendiditos hiperventilats molt mala gent (faig esforços per ser políticament correcte) Parlo i m'expresso com em dóna la gana q per això tenim la sort de ser bilingües i no sereu vosaltres els q vingueu a donar lliçons a ningú del que és ser bon català / catalana. El dia q us vegi al capdavant d'una lluita defensant la indústria de Catalunya, parlarem. I tanco fil Per cert, vaig ser citada per fiscalia a declarar per l'1 d'octubre.... Lliçons ni una https://laveu.cat/noticies.cfm/i
Actitud aberrant de paternalisme lingüístic, el d'aquesta senyora, escrivint en català i "actuant" en castellà, tot menyspreant la intel.ligència dels trebalaldors de Nissan, ja que la majoria han nascut aquí, no com els seus pares... O poter és que té por que li llancin tomàquets si els parla en català?...
En respuesta a @JoaquimTorrent Quina desgràcia de gent...ara, també t'ho dic, per a mi que tanquin....i que vagin a mejat herba al pueblo.... Joaquim Torrent @JoaquimTorrent El més preocupant és que, per a la majoria, "el pueblo" és el dels seus pares...
"Insultos teñidos de odio por hablar en castellano en la asamblea de los trabajadores de Nissan.
Laura Campos,
alcaldesa de Montcada i Reixac (Barcelona), ha denunciado una cascada
de descalificaciones contra ella por dirigirse en español al cónclave
sindical que avaló el acuerdo de cierre de la planta del fabricante de automóviles.
Ha alertado de ello la primera edil (En Comú Podem) en su cuenta
oficial de Twitter. "Aberrante ejercicio de paternalismo lingüístico, xarnega o botiflera porque me dirigí en castellano a la asamblea de Nissan. Pues bien, os digo que [soy] una orgullosa xarnega hija del éxito de la normalización lingüística", ha señalado la munícipe.
"Piden cerrar la fábrica por la lengua"
Hay más. La electa ha alertado de que radicales independentistas están deseando que "cierre"
la fábrica por la lengua en la que habla su plantilla. "Que seáis
capaces de alegraros del cierre de una empresa con 3.000 trabajadores
del país porque se expresan en castellano dice muy, muy poco de vosotros como personas, salvo que sois unos ofendiditos hiperventilados muy mala gente (me esfuerzo end ser políticamente correcta)", ha agregado la alcaldesa.
Campos, en su segunda legislatura al frente de la corporación de la ciudad metropolitana --que sufrirá el cierre de una de las tres plantas de Nissan, junto con la Zona Franca de Barcelona y Sant Andreu de la Barca-- ha alertado a los que la quieran leer de que "hablará y se expresará como le plazca, que por ello tenemos la suerte de ser bilingües.
Y no seréis vosotros los que vengáis a dar lecciones a nadie de lo que
es ser buen catalán. El día que os vea al frente de una lucha
defendiendo la industria en Cataluña, hablaremos. Cierro hilo".
Odio indepe contra Nissan por la lengua
Como ya explicó este medio a principios de junio, el secesionismo ya ha atacado a la plantilla de Nissan
con anterioridad por motivos de lengua. Fue tras la confirmación por
parte del fabricante automotriz de que desmantelará sus tres plantas de
Barcelona y la conurbación como parte de un plan global de
restructuración. El movimiento dejará sin empleo a 3.000 personas de forma directa e impactará en otras 30.000 de forma indirecta, pues sus empleados trabajan en empresas satélites de la nipona.
Pese al colosal golpe económico,
independentistas --y no anónimos, sino con nombre y apellido-- han
arremetido contra los portavoces sindicales de la plantilla por
expresarse en castellano. Ahora habrían hecho lo propio contra Laura Campos, una de las alcaldesas cuyo municipio resultará afectado por la decisión de la multinacional nipona." (Ignasi Jorro, Crónica Global, 09/08/20)
"Paco Candel, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Marsé…
definieron en su día una estética y una ética del charnego, despojando a
la palabra de su origen despectivo. En pleno 2020, hay una generación
de creadores y activistas que recuperan el término dotándolo otra vez de
un nuevo sentido. Libros, festivales, performances y espectáculos
recientes permiten hablar de la eclosión del neocharneguismo.
Javier López Menacho (Jérez de la Frontera, 1982) acaba de publicar Yo, charnego. El autor –que llegó a Barcelona hace
diez años– explica que “es una palabra fronteriza, sin una etimología
clara, nadie sabe muy bien lo que quiere decir, una mezcolanza. No es lo
mismo hoy que en los años sesenta, o lo que será mañana”. El uso actual
de la palabra remite a la inmigración que llegó a Catalunya de otras comunidades de España en los años cincuenta y sesenta, aunque hay expertos –como Ana Burgos o Eloy Fernández Porta– que apuntan incluso a su posible asunción futura por las comunidades latinoamericanas.
Término de origen despectivo, López Menacho –experto en reputación digital y autor de obras como Yo, precario cree
que “se trata más bien de aporofobia o aversión al pobre” y que hoy “su
significado despectivo ha sido diluido y sustituido por la palabra ñordo. La verdad es que muchos catalanes charnegos se sienten simplemente catalanes y le sobra la etiqueta”. La escritora Cristina Morales (Granada, 1985), con más de siete años en Barcelona, habla de “identidad vapuleada, charnego no
se refiere al origen sino al tránsito, es una identidad bastarda y, por
tanto, sin continuidad, en permanente cambio”. Famosos como Andreu Buenafuente, Jordi Évole o José Corbacho lo reivindican.
Las estadísticas indican que el 70% de los catalanes
procede de la emigración y, según cuenta López Menacho, “entre los
apellidos más comunes, el primero de origen catalán, Vila, ocupa el
puesto 26.º seguido de Serra (34.º). Todos somos charnegos, en cierto
sentido”. Además, “al charnego ya no se le señala porque el miedo y la
xenofobia apunta a otros colectivos migrantes” como los árabes o los
africanos.
La filósofa Brigitte Vasallo (Barcelona, 1973) organizó, en abril del 2019, el primer Festival de Cultura Txarnega –escrito así, con tx– en la Fabra i Coats, del que prepara ya segunda edición para el otoño del 2020, centrada en “la subjetividad y la memoria histórica”. Su propuesta es reapropiarse del término . Cree que “charnego es
un concepto que se ha definido desde fuera. Ha llegado el momento de
que lo dotemos de contenido positivo. Es elástico, como cualquier
identidad de hoy, como el mismo concepto mujer ”.
Vasallo escribe txarnego con tx, “porque desde fuera nos lo escriben con ch o con x, y
esta grafía simboliza esa reapropiación”. Dice que “en mi casa nunca se
ha hablado castellano, yo soy hija de gallegos, ha habido una confusión
perezosa entre lo castellano y lo charnego. Pero producimos mucha
cultura en catalán también. Muchas hemos tenido varias lenguas maternas.
O recibido una lengua y transmitido otra a los hijos. Me interesa
estudiar cómo construye eso la subjetividad”.
Los primeros charnegos formaban parte de la clase obrera
industrial de las ciudades, trabajaron en las fábricas textiles, las
obras del metro, la Exposición Universal de 1929 o más tarde en la Seat. Hoy, en cambio, apunta López Menacho, “los neocharnegos forman parte del precariado digital, son riders de alguna empresa tecnológica, mozos de almacén en Amazon, chóferes de Cabify o empleadas del hogar a través de una app del móvil. Comparten piso, no somos como los que retrataba Candel en 1964 en Els altres catalans .
Hoy no llegamos en aluvión sino en un goteo constante, por la falta de
oportunidades laborales en el origen. Entonces habitaban en suburbios,
barracas o barrios con graves deficiencias, hacinados en pisos, mientras
que hoy viven en barrios con todos los servicios y cuentan con
habitación propia. Antes no tenían estudios, eran operarios de fábrica o
jornaleros, ahora han cursado estudios mínimos, cuando no superiores
–el ‘charneguismo ilustrado’ del que habla Antonio Baños– y
trabajan en el sector servicios. Ya no llegan en tren sino en vuelos de
bajo coste. Catalunya ya no es su primer destino, está detrás de países
como Alemania, Inglaterra o Irlanda”. El problema es que el ascensor
social que tan bien funcionó en los 60 y 70 “está roto. Según la OCDE,
un español que nazca en una familia con bajos ingresos tarda cuatro
generaciones (120 años) en conseguir un nivel de renta medio”.
Las manifestaciones culturales son diversas. En el 2018 el bailaor de l’Hospitalet David Romero presentó su espectáculo Charnego ,
donde –entre sardanas y tangos entreverados– representaba a un andaluz
que llega a la Barcelona de los años setenta. Entre los consagrados, Miguel Poveda o Estopa asumen el término, así como el grupo de tecno-rumba Ladilla Rusa.
La rumba catalana, a decir de López Menacho, “es el género que conecta
con su idiosincrasia, la fusión catalano-andaluza”. En el Festival de
Cultura Txarnega, destacó la performance autobiográfica de Juana Dolores (Joana Meinhof), Massa diva per a un moviment assembleari, a ritmo de hits del pop, coplas y vídeos.
Rosalía merece capítulo aparte. Dice Vasallo que “nos hace un gran favor diciendo cumpleanys, hasta ahora había una gran vigilancia hacia el catalán que hablamos los charnegos; si eres del Empordà puedes mezclar, pero si eres del Baix Llobregat no
tanto”. López Menacho destaca que “el apropiacionismo que hace Rosalía
del imaginario flamenco para crear otra cosa es muy potente. En Andalucía al
principio se vio extraño, no en Catalunya, donde resultaba familiar”.
La cantante “es flamenca pero no lo es, su trap no termina de serlo, hay
pop con sintetizadores, efectos varios... Charneguismo”.
Las novelas recientes que reflejan ese mundo son muchas y de calidad. Toni Hill narra la épica de la Ciudad Satélite de Cornellà en Tigres de cristal, el protagonista de Rayos de Miqui Otero es hijo de emigrantes gallegos y Kiko Amat vive el extrarradio (Sant Boi y su manicomio) en Antes del huracán. Otros autores adscritos a lo charnego son, para López Menacho, Javier Calvo, Álvaro Colomer, Jordi Costa, Cristina Fallarás, Guillem Martínez o Javier Pérez Andújar. En el 2002,
Pérez Andújar apuntó que “ser charnego consiste en que no eres pariente
de nadie ni has estudiado con nadie” aunque el autor de Paseos con mi madre no se identifica con el término y cree que se desnaturaliza al convertirse en una etiqueta cool . La poeta barcelonesa Raquel Delgado (La Pocha Catalana) explora las similitudes entre charnegos y chicanos.
Políticamente, el charnego se resiste a la manipulación.
Vasallo dice: “El problema es que el término lo secuestran la derecha y
la extrema derecha españolistas, yo no quiero que Inés Arrimadas hable
de charnegos con tanta soltura, no puede hablar de mí de ese modo. El
término es del pueblo. Hay charnegos de todas las ideologías,
independentistas y unionistas”.
Entre el arte y la sociología, en el festival del año pasado, se realizó
una experiencia efímera. “Con la misma lógica de las barracas –cuenta
Vasallo–, que se construyen con lo que hay y duran lo que te permiten
que duren, pedimos a la gente que trajera aquello que consideraba
significativo de su vida en Catalunya para construir una instalación.
Queríamos ir más allá de la ropa sucia y los zapatos rotos.
Trajeron
casetes de coche, comida para palomas de la plaza Catalunya... Es
construir el relato de la memoria charnega, mi obsesión es incorporarlo a
la historia de Catalunya. Yo soy catalana –como todos los charnegos–
pero mi antepasado no es Guifré el Pilós, quiero que eso me lo expliquen en la escuela también”. (Xavi Ayén, La Vanguardia, 19/01/20)
"La novela Persianas (editorial Funambulista), de Fernando Parra
Nogueras, plantea "el conflicto identitario" de los hijos de la
inmigración del resto del Estado, "que no pueden sentirse pertenecientes
al pueblo de sus padres pero tampoco catalanes, pues el oficialismo
canónico del nacionalismo catalán los excluye en imponerles una forma
única de ser y sentirse catalanes".
La obra la protagoniza un niño de nueve años y tiene lugar en un
barrio de la periferia de Tarragona en 1987, donde coincide con el
tiempo y en proximidad con el atentado que ETA perpetró contra la
petroquímica Empetrol el 12 de junio de aquel año. El libro rememora la
vida en ese barrio de las afueras de Tarragona y refleja como los
vecinos del barrio, a consecuencia del conflicto identitario, "adoptan
como patria pequeña su barrio".
La novela pretende "dignificar la figura del charnego, un término
despectivo empleado por el catalanismo más excluyente para referirse a
aquellos emigrantes" procedentes de otras zonas de la geografía
española.
Fernando Parra Nogueras (Tarragona, 1978) es profesor de Lengua y Literatura castellana de educación secundaria en Alicante." (e-notícies, 22/11/19)
"El pueblo que arropa a la reina ultrajada por Vox. La
localidad granadina de Otura se vuelca con la joven elegida en sus
fiestas, atacada por el partido ultraderechista por su origen marroquí, y
la Fiscalía investiga si hubo delito de odio.
A Vox
no le ha gustado la reina de las fiestas de este año en Otura
(Granada). La quería “otureña, española y más guapa” que la elegida.
Para el partido ultra, la piedra en el zapato es que la reina juvenil de
las fiestas de 2019 es una “chica marroquí, joven, dos años viviendo en
Otura”, según ha publicado en su cuenta local de Facebook. El
comentario destila xenofobia, pero, además, no se ajusta a la verdad. La
chica es española, donde ha vivido sus 16 años de existencia, y reside
en Otura desde hace cuatro.
La joven prefiere que no trascienda su nombre y cede la explicación a
su hermana Kauty, mayor de edad. Con 16 años, el sufrimiento de estos
días es mayor del que corresponde a su edad. El martes por la noche,
Kauty aprovechó un momento de tranquilidad para preguntarle cómo estaba.
“Ya no quiero ser reina de las fiestas”, le dijo.
Lo peculiar de esta
tormenta de tintes racistas es que se ha desatado después de la feria
del pueblo, que se celebró entre el 4 y el 8 de septiembre. Todo
transcurrió sin problemas durante los festejos hasta que, dos días
después de que finalizaran, aparecieron los comentarios en la red
social.
“Yo vivo en España desde que nací”, comenta la joven reina,
quejándose de los comentarios sin entenderlos. Lo más relevante de su
mandato ha pasado, pero le queda un año por delante para ejercer. El
próximo acto programado será en Navidad y la familia está convencida de
que, a pesar de todo, olvidará lo ocurrido y allí estará tras ser
elegida.
La joven se presentó el 2 de agosto a un proceso de selección con
otras cinco candidatas, relata su hermana, que muestra su rechazo a la
actitud de Vox. Ella acudió, explica, porque la animaron sus amigas,
alguna de las cuales también fue aspirante. “También una chica rusa,
pero de ella nadie ha dicho nada”, comenta Kauty. Nadie puso objeción
alguna a la elección en su momento. Y las fiestas fueron como la seda.
El 4 de septiembre tuvo lugar el acto de coronación. Un gran día. “Con
lo feliz que estaba ella con las fiestas y con todo. Me duele mucho”,
dice Khady, su madre, “pero en todo el mundo hay lo bueno y lo malo”,
apostilla. Se nota que para sus familiares la polémica ha sido un
bofetón inesperado.
Ante la Guardia Civil constan ya tres denuncias por la publicación de
Vox en la Red. Una de Kauty y la madre, otra de los tíos y otra del
Ayuntamiento, gobernado por el PSOE y donde Vox tiene un concejal. La
Fiscalía de Granada también investiga el comentario por un delito de
odio o contra la integridad moral. (...)
Por suerte, tras la tormenta siempre sale el sol. Han pasado varios días
de mal tiempo y el horizonte parece más limpio. Lo cuenta la afectada,
ya con una media sonrisa: “Estoy mejor. Me llaman los amigos, la gente
del pueblo. Cada minuto, cada segundo recibo un mensaje de apoyo. Siento
que no he podido contestar a la gente”, termina. Su reinado dura un
año. Al pueblo aún le quedan oportunidades de mostrarle su cariño." (Javier Arroyo, El País, 20/09/19)
- El caso Rosalía.
Leo en las redes sociales los comentarios indignados de algunas almas nobles que se preguntan cómo es posible que Chis Torra aún no haya recibido a Rosalía
en el palacio de la Generalitat, pues debería sentirse orgulloso de que
una compatriota disfrute de una carrera musical de alcance global y de
unos recientes galardones de MTV. Con la mejor de las intenciones, esta
gente está deseando un encuentro contra natura entre un fanático y una
artista.
¿De verdad queremos hacer pasar a la pobre chica el mal trago
de tener que cruzar cuatro palabras con el otrora custodio de las ruinas del Born? Nadie en su sano juicio querría perder ni que fuesen diez minutos de su vida en compañía del actual inquilino de la Gene.
¿De qué podrían hablar, además? Una vez que Torra le haya espetado lo
de “Oye, guapa, tú, para ser de Sant Esteve Sesrovires, nos has salido
muy flamencona, ¿no?”, y que ella haya contestado, “Sí, señor, y trapera
y reguetenora, a mucha honra”, la charla entraría en punto muerto.
Conclusión: ahorrémosles a ambos un encuentro que ninguno de ellos ansía
--otra cosa sería si Els Pets hubiesen arrasado en los MTV Awards, pues
en ese caso habría festa grossa en palacio-- y que cada uno siga a lo suyo.
Si Cataluña fuese un paisito normal, Rosalía podría visitar al presidente de la Gene y éste no sería un energúmeno que clama por una confrontación
de la que solo puede salir seriamente perjudicado. Pero como no lo es,
pasan estas cosas. De hecho, lo que podríamos denominar el caso Rosalía
lleva cierto tiempo en desarrollo: concretamente desde que lo petó con
su álbum El mal querer.
Aquello era una puñalada trapera (nunca
mejor dicho) para los procesistas, que en seguida se dividieron en dos
bandos: los que ponían de vuelta y media a la cantante por botiflera y
los que aprovechaban la ocasión para hacerse los cosmopolitas mientras
barrían para casa, que son los más, algunos porque de verdad les gusta y
la mayoría para reivindicar una catalanidad en las canciones de la de
Sant Esteve Sesrovires que no se atisba por ninguna parte.
Realmente, desde el punto de vista indepe, es una desgracia
que una chica de pueblo y con apellidos catalanes se dedique a lo que se
dedica. Pero si no quieres quedar como un racista y un supremacista --que es lo que eres--, lo más inteligente es intentar apropiarte de Rosalía e insistir en que es más catalana que el noi de Tona.
Es lo que han hecho en TV3 y en todos los diarios digitales del régimen: si no se comiera un rosco, pasarían de ella olímpicamente, pero la niña ha triunfado y hay que subirse al carro y jalearla.
Algunos hiperventilados se han cabreado, incluso, con TV3 por decir que
Rosalía era la primera cantante española que triunfaba en los premios
de MTV ¿Española? No, catalana i prou.
Para no parecer unos rancios, los indepes se han tragado los errores ortográficos de la canción Milionària, pero
tengo la impresión de que disimulan muy hábilmente el hecho de que una
catalana del mundo rural les haya salido tan españolaza.
Pero, como
dicen los anglosajones, Everybody likes a winner. Ojalá Sangtraït y Sopa de Cobra hubiesen entrado en la lista de Billboard, pero a falta de patriotas de piedra picada, buenas son las chicas de pueblo infectadas por el españolismo más vil y rastrero." (Ramón de España, Crónica Global, 29/08/19)
- Rosalía no les gusta.
A pesar de que los principales dirigentes independentistas están
intentando mantener las formas, la realidad es que la cantante Rosalía,
que se está convirtiendo en un icono emergente en el ámbito de la
canción en castellano, no les gusta.
De hecho, amplios sectores ni
siquiera la consideran una artista catalana, a pesar de que nació en
Sant Esteve Sesrovires y toda su educación se ha desarrollado en
Catalunya.
Así, es destacable que el Govern de la Generalitat,
tan diligente cuando intenta capitalizar políticamente cualquier
distinción de cierta importancia que pueda recibir un artista catalán,
mantuvo un significativo silencio cuando Rosalía consiguió recientemente
dos premios Grammy Latinos, de gran prestigio en este ámbito. La única
felicitación procedió de un escueto tuit de la consejera de Cultura, Laura Borràs.
Sin
embargo, el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, consciente de la
popularidad de esta artista, que interpreta una especie de mezcla entre
el pop y el flamenco, y del impacto electoral negativo que puede tener
un eventual boicot del independentismo, la felicitó mediante Twitter,
y la calificó como “una muestra más de cómo es de rica y variada
nuestra cultura". También elogiaba un artículo de la diputada de ERC
Jenn Díaz, titulado Rosalía, cultura catalana." (e-notícies, 29/11/18)
- Torra aún no ha recibido Rosalía en Palau. La artista catalana gana dos MTV tras haber obtenido también dos Grammy (e-notícies, 27/08/19)
- Torra accede finalmente a felicitar a Rosalía por sus premios MTV. El presidente de la Generalitat no la ha recibido nunca en Palau, pero ahora admite que "ha hecho historia" (Crónica Global, 27/08/19)