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24/3/10

La catalanofobia occitana... "Los catalanes me hacen cagar"

"El ganador de las regionales francesas para la presidencia del Consejo Regional del Languedoc-Rosellón, Georges Freche, afirmó en 2009 que los catalanes son "unos cabronazos con un dialecto ultraminoritario”, tal y como recuerda La Voz de Barcelona.

“Los catalanes me hacen cagar. Los enculáis durante dos años, los dejáis reposar dos años más y los dos años finales les decís que les queréis, con buenas palabras, les construís un pequeño instituto para cuatro sabihondos… todos contentos, pero como hablan catalán, nadie les entiende a tres kilómetros de su casa”, añadió." (e-noticíes, 23/03/2010)

23/3/10

De aquellos polvos... estos lodos... "¡Puta Barça y puta Catalunya!" Insultos de la afición del Zaragoza a los seguidores del Barça en la Romareda

"Los aficionados del Barça que se desplazaron a La Romareda entonaron cánticos de "a Segunda!" dirigidos hacia la afición del Zaragoza, cuando el partido se encontraba en su recta final y los catalanes dominaban por 1-3 en el marcador -el resultado final fue de 2-4.

Estos gritos fueron replicados por los seguidores mañicos con un "puta Barça y puta Catalunya", de manera bastante masiva y que se oían nítidamente a través de la televisión. Otros cánticos de la afición del Zaragoza fueron "Laporta cabrón, España es tu nación", o el clásico "olelé, olalá, ser del Barça és, ser un subnormal". (e-noticíes, 22/03/2010)

5/2/10

¿Son antipáticos los catalanes?

""La caza del catalán está bien vista en el coto español y da réditos a estos bocazas", concluía Pilar Rahola en un artículo reciente (La Vanguardia, 26-1-2010) que iniciaba con esta cita del candidato del PP a la Presidencia de Extremadura, J. A. Monago: "No hay que olvidar que quien nos ha quitado y robado la cartera y buena parte del futuro de los extremeños ha sido el Gobierno catalán".

El consejero catalán de Economía, Antoni Castells, lamentaba hace poco "la facilidad con que algunos se dedican al deporte de disparar contra Cataluña" (El Periódico, 24-10-2009). Lo decía a propósito de la distinta reacción suscitada por las compensaciones logradas por el PNV a cambio de su apoyo a los Presupuestos de 2010 y la que suele provocar cualquier contrapartida favorable a Cataluña en similares ocasiones. (...)

Esto último es cierto. Desde hace años, a los catalanes se les reprochan comportamientos que son vistos con benevolencia en los vascos. La indignación de Rahola y el asombro de Castells tienen fundamento. Sin embargo, la ola de unanimidad que afecta a Cataluña está impidiendo a sus políticos preguntarse por qué ocurre algo tan inexplicable.

Porque es posible que, más allá de la valoración política de algunas de sus decisiones, haya que reparar en el carácter francamente antipático del discurso con que tienden a justificarlas. (...)

Hereu respondió a esa irritación argumentando que él no tiene por qué "pedir permiso a nadie" para "aspirar" a la designación de Barcelona. Es posible que así sea, pero poner a competir a dos ciudades españolas para una misma candidatura, duplicando gastos y esfuerzos, no parece una buena idea; y en todo caso, ¿qué le costaba haberlo hablado previamente con el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, con vistas por ejemplo a estudiar una candidatura pirenaica conjunta? (...)

Su argumento es que Cataluña ya paga su cuota de solidaridad con las centrales que hay en su territorio, por lo que deberían ser otras comunidades las que asumieran el coste de soportarlo.

Es incoherente porque ese rechazo implica quedarse con la central ya existente pero sin las compensaciones por el ATC, cuyo nivel de riesgo añadido es infinitesimal. Pero la apelación al agravio comparativo (como la de Barreda y Cospedal en Castilla-La Mancha) es además innecesariamente antipática, especialmente por la mención a la cohesión y solidaridad "de las que tanto se habla". (...)

La idea de que el ATC es necesario pero debe instalarse fuera de Cataluña ha tenido una expresión aún más antipática en el planteamiento del delegado de la Generalitat en Tarragona, Xavier Sabaté, quien explicó a EL PAÍS (17-3-2009) que apoyaba un ATC en esa provincia, pero sólo para "residuos de las centrales catalanas". El dineral que cuesta mantener en Francia los residuos de Vandellós I lo paga la empresa nacional Enresa con un fondo constituido fundamentalmente por el recargo en el recibo de la luz que estuvo vigente en toda España hasta 2005.
Al comentario del ministro Miguel Sebastián de que en todo caso Cataluña consumía más energía de la que producía, Montilla respondió, en referencia a Madrid, que "hay otros que producen aún menos y tienen un consumo también muy elevado". Es esa obsesión por medirse permanentemente con otras comunidades lo que desarma de argumentos a los sectores de la opinión pública española que tradicionalmente se han identificado con Cataluña y los catalanes." (PATXO UNZUETA: ¿Son antipáticos los catalanes?. El País, ed. Galicia, España, 04/02/2010, p. 15)

27/1/10

Catalalanismo, españolismo... en Cataluña... un elogio, un insulto...

"De todos es sabido que no es lo mismo el catalanismo que el españolismo. En efecto, tal y como consigna el diccionario académico, en un caso estamos hablando del amor o apego a las cosas características o típicas de Cataluña y, en el otro, del amor o apego a las cosas características o típicas de España. Pero, más allá de esta distinción, que no afecta, como se ve, más que al universo simbólico depositario de la querencia, existe otra, que el diccionario ya no consigna y que es la que, en definitiva, acaba condicionando, aquí y ahora —esto es, en nuestra Cataluña—, el uso de cada término.

Me refiero, claro, a su valor de cambio, a lo que supone, para un ciudadano cualquiera, abrazar uno u otro objeto del deseo. En el primer caso, la integración, el reconocimiento social; en el segundo, si no la exclusión, sí cuando menos la marginación. De ahí que entre los adjetivos asociados a cada uno de estos vocablos —o sea, catalanista y españolista, respectivamente— medie tanta distancia como la que puede darse entre un elogio y un insulto.

Dicho de otro modo: el catalanismo, en Cataluña, hace las veces de líquido amniótico. Sin él, no hay vida. Y, en especial, vida política. En este sentido, el Pacto del Tinell —con el epígono, a los tres años, de Artur Mas firmando ante notario que nunca pactaría con el PP— constituye, sin duda, la expresión más elaborada de ese exclusivismo. Sin olvidar, por supuesto, la Casa Gran del Catalanisme, auspiciada por el propio Mas a finales de 2007. O la Catalunya Causa Comuna pergeñada por Raimon Obiols en la ociosidad de su escaño europeo y que los socialistas lanzaron como réplica algo más tarde. En ambos casos el propósito es atraer, en torno a cada uno de los grandes partidos catalanes, al máximo número de personalidades, con independencia de su color ideológico. Basta con que hagan profesión de fe catalanista.

Y aún hay más —aunque no tan lustroso—. Porque la transversalidad del catalanismo se concreta también en el silencio que siguió a aquel tres por ciento que Maragall le escupió al líder convergente en el Parlamento autonómico y que luego tuvo que tragarse ante la amenaza del segundo. O, sin ir más lejos, en el acuerdo al que llegaron ambos partidos esta semana en la Cámara catalana para que no se investiguen sus malas prácticas en los ayuntamientos donde gobiernan." (Xavier Pericay, La Casa Común del Españolismo ABC, 23 de enero de 2010)

4/9/09

Argumentario del víctimismo... catalán, basado en el ¿qué pasaría si Cataluña no existiese? ¿nos moririamos de hambre los españoles?

"¿Qué ocurriría si Cataluña no existiese en el universo español? ¿Qué sucedería con la Hacienda pública, con la economía productiva, con el modelo de Estado?... ¿Cuál sería el coste de la no-Cataluña? (...)

El coste de la no-Cataluña desbordaría la Política y la Hacienda pública. Alcanzaría a la economía productiva. El Principado es desde hace tres siglos una compañía start-up para el conjunto de España: introductora de nuevas técnicas, nuevos sectores. De la máquina de vapor, a la industria editorial; de la moda, a la publicidad; del cine, al diseño y la arquitectura; de la automoción, a la biomedicina; de las ferias, al gas y la energía eólica, casi todo penetra por ahí. Pero paga caras sus debilidades, su añejo recelo liberal/libertario a la política, o sea, al Poder. Su escasa ambición por el tamaño empresarial, por el gran conglomerado, su aversión a la sociedad por acciones. Y al final, acaba traspasando a otros la capitalidad de lo que inició."
(XAVIER VIDAL-FOLCH: Si Cataluña no existiese. El País, ed. Galicia, economía, 16/07/2009, p. 25 )

Nota: ¿Y si no hubiesen existido los emigrantes que financiaron todas esas starp-up? gracias a Franco, que impidió el crecimiento económico, social y científico en toda España...

Gracias a él se creó el ejército de emigrantes sobre el que se apoyó el desarrollo de la industria vasca, catalana, francesa, alemana, suiza, argentina...


¿Qué pasaría si no existiese Milán? Pues que Sicilia podía haberse industrializado... ¿Que pasaría si no existiese Sicilia? Pues que la FIAT sería un taller.

¿Qué pasaría si no existiese París? Pues que la Renault sería un taller... y habría pequeñas fábricas esparcidas por toda Francia.

¿Qué pasaría si no existiese Cataluña? Pues que la Citröen de Vigo tendría más mercado... ¿Qué pasaría si no existiese Andalucía? Pues que la SEAT estaría en Tolouse.

Son los ricos los que necesitan a los pobres... para ser ricos. Y los pobres sin ricos saldrían de la pobreza. ¿Quién gana? Los ricos... que encima se quejan...

Qué sería de Sao Paulo sin los trabajadores de caña de azucar que emigraron desde el interior de Brasil.

A fin de cuentas, lo que hoy sí existe es la metrópoli de Madrid, un producto de la globalización.

Más quejas:

" (...) la catalanofobia ("... la ingrata conducta del pueblo catalán...") fue un ingrediente estable de la retórica españolista.

"Pues todavía no están contentos. Será necesario que el resto de España les pague (a los catalanes) un crecido tributo, para que nos dispensen el obsequio de no declararse independientes ni piensen en mudar de nacionalidad" (...)

...supresión del arancel proteccionista para castigar a la burguesía fabril... (...)

Con dos subtemas principales: el económico ("Cataluña ha sido el hereu de la pobre España", "si las provincias catalanas han medrado ha sido a costa del resto del país", "después de todo, viven de nuestro sudor y de nuestra sangre") (...)

"No puede ser que las regiones ricas sean cada vez más ricas y las pobres más pobres, ni podemos aceptar que las regiones conflictivas sean siempre las grandes beneficiarias", aseveraba Juan José Lucas, entonces presidente de la Junta de Castilla y León. Lo que el Gobierno del PSOE hacía era "quitarles varios miles de millones de pesetas a los pensionistas y a los parados españoles" para dárselos a Cataluña, sentenció el propio José María Aznar. (...)

los reflejos catalanófobos que tan bien expresó el futuro diputado Manuel Pizarro con su "nunca seré empleado de La Caixa". Otros autores de menor fuste instaron a "los catalanes" a alejar "sus sucias manos" de la empresa eléctrica, sobre cuyo futuro hizo fortuna el eslogan "antes alemana que catalana" (...) (nota: es que los alemanes les pagaban mas por sus acciones)

Con el nuevo Estatuto, "las regiones más pobres van a salir trituradas", aseguró Mariano Rajoy abundando en el viejísimo tópico. En cuanto al boicot al cava, alimentado desde una televisión pública bajo el control del PP, no parece que su objetivo fuese dañar a un Gobierno, o a un partido, o a varios, sino a la economía catalana en general. (...) (nota: el boicot al cava respondio al boicot promovido por ERC a la candidatura olímpica de Madrid)

...el protagonismo de la Generalitat en la reforma de la financiación ha hecho rebrotar los clichés: "¡Que un catalán valga lo que dos madrileños es intolerable!", lanzó el consejero Beteta. "El dinero se va para los ricos catalanes", denuncian en Asturias; "España fue y es un opíparo negocio para Cataluña", afirman en Galicia.

Después de tres décadas de democracia y de Estado autonómico, hay debates en los que estamos como en tiempos de Castelar o de Moret." (nota: es que el debate entre la lógica de los ricos, y la de los pobres, es eterna. Viene de mucho mas atrás que Castelar). (JOAN B. CULLA I CLARÀ: "La ingrata conducta del pueblo catalán...". El País, ed. Galicia, Opinión, 28/07/2009, p. 27)