............................... las cosas de la clase media ..........................
6/5/20
Entrevista a Antonio Robles: “Boadella se jugó todo durante el franquismo y se enfrentó sin mascarilla al coranacionalismo de Pujol”
11/3/11
La oligarquía catalana... los 'gasparines'... las 400 familias...
Más que creerse que el Palau fuera su casa, Félix Millet sentía que lo era, que es diferente. Sobrino-nieto del compositor Lluís Millet, fundador con Amadeu Vives del Orfeó Català (1891), nieto e hijo de presidentes de la entidad, su acceso al cargo en 1978, sucediendo al galerista Joan Anton Maragall (hijo del poeta, tío de Pasqual) estaba escrito en las leyes de Mendel catalanas.
Cuarto de cinco hermanos, se formó en los jesuitas y en la escuela Virtèlia -que también frecuentaron Jordi Pujol, Miquel Roca y Pasqual Maragall-, pero nunca fue un buen estudiante. Se sacó el peritaje agrónomo y durante la siguiente década se curtió en la antigua colonia africana de Fernando Poo, en uno de los muchos negocios del padre, éste concretamente dedicado a la producción de cacao y plátanos.
Se trataba de una empresa nada nuclear en el amplio holding financiero (Banco Popular) y asegurador (Chasyr) de Félix Millet Maristany (1903-1967), ferviente católico y catalanista, que durante la guerra se escapó al bando franquista con sobrados argumentos: el mismo 18 de julio de 1936 un piquete le había ido a buscar para darle el paseíllo.
En 1961 Millet Maristany fundó con otros notables Òmnium Cultural, entidad de la resistencia local que nunca concedió a Josep Pla el Premio de Honor de las Letras Catalanas... ¡por espía de Franco!
Albert Boadella retrató espléndidamente, en uno de sus mejores montajes, la esquizofrenia de esta generación de catalanistas franquistas/antifranquistas sobre la cual el nacionalismo democrático posterior siempre pasó de puntillas, básicamente porque desmentía el cuento del enfrentamiento entre "catalanes" (buenos) y "españoles" (malos). (...)
Acusado de estafa por su gestión en Renta Catalana, una sociedad de inversiones filial de Banca Catalana, estuvo en prisión preventiva durante unas semanas, pero el juicio finalmente le condenó a una pena menor: imprudencia administrativa.
En la causa se vieron implicados los diputados de Minoría Catalana Joaquim Molins, cuyo hermano Pau es el defensor de Millet, y Josep Maria Trias de Bes, los cuales eludieron el banquillo por su condición parlamentaria.
Pues bien, al año siguiente de todo este feo asunto, Pasqual Maragall, a la sazón alcalde de Barcelona, y Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, viejos amigos de la resistencia, acordaron nombrarle responsable del consorcio público creado en 1981 para acudir al rescate del maltrecho Orfeó y de su histórica sede, que se caía a pedazos.
Probablemente ahí surgió el sentimiento de impunidad que siempre acompaña a los grandes estafadores. Y también produjo el mejor Millet, el seductor capaz de movilizar esfuerzos, de sumar capas, de motivar a las "400 familias de Barcelona", según su propia definición, que se encuentran siempre en los lugares que cuentan de verdad: la tribuna del Barça, los círculos del Liceo y del Ecuestre, el consejo asesor de la Caixa, la junta del G-16 -el lobby del empresariado más consolidado- y una veintena de consejos de administración, primero entre ellos el de Agrupación Mutua, del que ha dimitido hace poco.
A partir de todos estos círculos concéntricos y de la red de intersecciones que crean, Millet fue acumulando reconocimiento público: Llave de Oro de la Ciudad, la Creu de Sant Jordi, que algunos reclaman que devuelva (...)
El historiador Joan-Lluís Marfany ha investigado a fondo la cultura del catalanismo, que se forja en las décadas a caballo de los siglos XIX y XX, y ha descubierto una estructura repetida hecha de capas superpuestas alrededor de un núcleo que es la idea romántica de patria. Una patria que no se puede explicar, sino sólo vivir. (...)
Un coro es la esencia de ese espíritu. Y un coro con himno propio más. El Orfeó lo tiene: El cant de la senyera. Está en la tonalidad optimista de la mayor y la indicación del tempo es: "Enèrgic, Majestuós". Félix Millet iba poco a los conciertos, pero nunca fallada en el del 26 de diciembre. Escuchaba ese himno de pie, enérgico y majestuoso. Con la mano sobre el corazón." (El País, Domingo, 18/10/2009, p. 6/7)
21/12/07
El auge del fascismo, del fundamentalismo, del nacionalismo y la desorientación de la izquierda
“La defensa de la identidad se ha vuelto patológicamente agresiva, a menudo xenófoba, sobre todo cuando las identidades son, en parte, ficticias. Hay millones de personas que, liberadas del trono y el altar tras un siglo de modernidad y dos siglos de Ilustración, no pueden soportar la mezcla de una aparente autonomía cultural y una subordinación económica de hecho. Hoy volvemos a encontrarnos con las guerras civiles espirituales de los años treinta y cuarenta, y no sólo en Polonia, sino en el corazón de Europa occidental.
Observación impecable. Si los mitos patrióticos no generaran poder para la élite nacionalista ¡De qué todo el lío!
Los flamencos y los valones no se llevan mal. Creo que han sido los políticos los que han sembrado la desconfianza entre las dos comunidades. La gente de la calle no comparte esos problemas", cuenta en francés esta madre de dos hijos.” (M.-CLAIRE HOUARD: "En Bélgica son los políticos los que nos han desunido". El País, ed. Galicia, Última, 11/12/2007)
Si los líderes (en Bélgica, en el País Vasco, Cataluña, Galicia) no obtuviesen más poder acudiendo a la victimología nacionalista, se acabaría la ideología y el partido nacionalista. Si el PNV no obtuviese su hegemonía de la existencia del terrorismo, hace tiempo que los políticos de PNV habrían protegido a los amenazados por ETA. Pero… el PNV prefirió edificar su poder hegemónico. A costa de las víctimas.
19/12/07
El 80% de los belgas no quieren lo que quieren el 80% de los políticos nacionalistas
“La mayoría de los belgas rechaza la ruptura del país
"Un 88% de los valones y hasta un 72% de los flamencos quieren que Bélgica siga siendo un Estado, según el sondeo. La cifra se reduce, sin embargo, cuando le preguntan a los belgas si piensan que su país seguirá unido en los próximos 20 años. Un 44% de los valones y un 45% de los flamencos teme que el país acabe por partirse. (…)
Mientras, se suceden los incidentes entre flamencos y valones. La última, la protagonizó Miss Bélgica cuando, el sábado por la noche, tras ser elegida, fue incapaz de hablar flamenco. La joven francófona Alizée Poliecek recibió un tremendo abucheo de los asistentes a la gala.” (El País, ed. Galicia, Internacional, 18/12/2007, pp. 6)
¿Porque los guapos tienen que saber idiomas?¿No les llega con ser guapos? ¿A qué vienen esas exigencias? ¿No les basta a los flamencos con que nadie les impida hablar el flamenco? ¿Con qué derecho imponen la obligatoriedad de hablar su idioma a los demás, incluidos los guapos?