"(...) Las dinámicas de construcción de barreras étnicas son dinámicas
universales, cuyos patrones y consecuencias son bien conocidos por los
estudiosos del conflicto étnico. Una vez desatadas, estas dinámicas dan
lugar a procesos de polarización identitaria a menudo difíciles de
embridar (sobre todo si se azuzan en sociedades con altos niveles de
desafección política y baja confianza en las instituciones, como es el
caso de nuestra peculiar “Dinamarca del Sur”). A pesar de los esfuerzos iniciales de las elites soberanistas por presentar el procés como un movimiento amable e inclusivo (“la revolució dels somriures”),
las dinámicas endogrupo-exogrupo generan fracturas sociales que pueden
llegar a ser profundas -y, en algunos casos, definitivas. Por
fracturas debemos entender, no sólo conflictos en el plano
simbólico-discursivo, sino, sobre todo, procesos objetivos (y, por
tanto, mensurables) de exclusión o cierre social. La
discriminación en el ámbito económico, especialmente en los mercados
laborales, es uno de los principales mecanismos que conocemos de cierre
social, pues dificulta el acceso de los miembros del exogrupo a
recursos materiales escasos, como es el empleo, fuente principal de
ingresos en las sociedades contemporáneas.
La existencia de discriminación en los mercados de trabajo resulta, sin
embargo, particularmente difícil de contrastar empíricamente. El
problema es que la mera evidencia de brechas (diferencias) observables
en cualquier dimensión objetivable del logro laboral entre diferentes
grupos sociales no constituye en sí misma evidencia de procesos de
discriminación –pues dichas brechas podrían deberse a una distribución
desigual de recursos, preferencias y/o capacidades no observables para
el investigador. Por eso, para demostrar la existencia de barreas étnicas objetivas, no basta con encontrar brechas (en empleo, salarios, trayectorias laborales, etc),
sino que es necesario identificar la existencia de procesos
discriminatorios contra el exogrupo y esto último es metodológicamente
mucho más costoso. Tal vez por esta razón –y también porque
plantear la posibilidad de que exista discriminación contra poblaciones
autóctonas ha sido poco menos que anatema en nuestro país–, apenas
existe investigación empírica sobre esta cuestión en las ciencias
sociales españolas.
Hoy podemos empezar a rellenar esta laguna gracias a los datos aportados
por dos experimentos de campo: el experimento GEMM y el experimento
CAT-H, cuyos hallazgos principales he tenido ocasión de presentar en la V Conferencia Anual de Sociología Experimental,
conferencia internacional celebrada recientemente en Madrid. Siguiendo
las recomendaciones de nuestra principal entidad financiadora, el
Consejo Europeo de Investigación, comparto a continuación dichos hallazgos con el fin de contribuir a su difusión pública.
El proyecto GEMM: una ventana única para el estudio de la
discriminación laboral contra solicitantes de empleo “castellanos” en
Cataluña
Entre 2016 y 2018, un equipo de investigadores de las universidades de
Ámsterdam, Utrecht, Oxford, Oslo, Carlos III de Madrid y el Centro de
Ciencias Sociales de Berlín (WZB), completamos el trabajo de campo del
mayor estudio sobre discriminación laboral realizado en Europa, el
proyecto GEMM (Growth, Equal Opportinities, Migrations and Markets). El
estudio GEMM es un experimento de campo (test de correspondencia
online) armonizado, diseñado para detectar discriminación en el acceso
al empleo en cinco países europeos (Alemania, España, Noruega, Países
Bajos y Reino Unido). En este tipo de experimentos, los
investigadores enviamos currículos ficticios a vacantes laborales
reales, aleatorizando aquellos “tratamientos” de interés para nosotros
(en este caso, el ancestro étnico de nuestros solicitantes), mientras
mantenemos idénticas el resto de características curriculares. Esto nos
permite averiguar si nuestros tratamientos influyen (o no) sobre la
probabilidad de que las empresas se interesen por nuestros solicitantes,
así como estimar cuánto influyen –dentro de
unos márgenes de error estadístico que también podemos calcular. Los
experimentos de campo son la herramienta más avanzada para el estudio de
procesos de discriminación laboral. Aunque GEMM no fue diseñado
expresamente para identificar discriminación entre grupos étnicos
autóctonos, la coincidencia temporal entre el procés catalán
y el trabajo de campo del experimento en España nos ofrece una ventana
de observación única para estudiar si hubo discriminación laboral contra
solicitantes de empleo “castellanos” en Cataluña entre 2016 y 2018.
¿Cómo medimos la discriminación contra los “castellanos” en Cataluña?
En
su diseño original, el experimento GEMM sólo incluía un “tratamiento”
para la población autóctona en cada país. En el experimento español,
este tratamiento corresponde a jóvenes solicitantes de empleo nativos
(descendientes de padres españoles) con nombres y apellidos
“castellanos”. Como explico con más detalle en
este anexo técnico,
para identificar la discriminación en el empleo contra este grupo
“castellano-descendiente” en Cataluña, utilizamos como grupo de
referencia a solicitantes de empleo curricularmente idénticos en todas
las características relevantes (incluida la nacionalidad española), pero
cuyos padres nacieron en cinco países de Europa occidental (Alemania,
Italia, Grecia, Países Bajos y Reino Unido). Al utilizar a este grupo de
ascendencia europea como grupo de referencia (que llamamos
altergrupo),
capturamos exclusivamente la parte de la discriminación laboral que se debe al rechazo étnico (o discriminación negativa)
contra
el grupo castellano-descendiente, pero no capturamos la parte de la
discriminación que se pudiera deber a la llamada homofilia étnica,
que es la tendencia de los empleadores a preferir candidatos de su
mismo grupo étnico (discriminación positiva). Precisamente para estudiar
este segundo componente potencial de la discriminación, realizamos el
experimento auxiliar CAT-H (que explico más abajo).
¿Hubo discriminación negativa contra los “castellanos” en Cataluña?
Utilizando una submuestra de datos provenientes de unas tres mil empresas testadas a lo largo del territorio español, hemos calculado la probabilidad de respuesta positiva (muestra inequívoca de interés en el candidato) por parte de los empleadores para solicitantes españoles de ancestro europeo o altergrupo (en
adelante, “euro-descendientes”), solicitantes españoles de padres
españoles y apellidos “castellanos” (en adelante,
“castellano-descendientes”) y solicitantes españoles descendientes de
padres del Magreb, África Subsahariana y Oriente Medio (en adelante,
“África-Magreb-OM”) para ofertas de empleo en la Comunidad de Madrid,
Cataluña, País Vasco-Navarra y otras comunidades catalanoparlantes
(Valencia y Baleares). En el experimento GEMM, todos los solicitantes
ficticios tienen experiencia laboral en Madrid, ciudad en la que residen
en el momento de cursar su solicitud de empleo online. Sin embargo, cuando
la oferta de empleo corresponde a una comunidad con lengua propia,
señalizamos en los currículos que el candidato/a es originario/a de
dicha comunidad y que conoce su lengua propia (en el caso del catalán,
señalizamos dominio de la lengua, en el caso del vasco, sólo
conocimiento). Incluimos en el análisis a los descendientes de
África-Magreb-OM porque sabemos, por trabajos previos, que este
colectivo sufre las tasas más altas de discriminación en España (y en
Europa) y esto nos permite utilizarlos como categoría “baliza”, para
calibrar mejor la intensidad de la posible discriminación contra los
castellano-descendientes en Cataluña. Las probabilidades de respuesta
positiva las hemos calculado utilizando un sencillo modelo de regresión
que incluye controles por el tipo de vacante ofertada, por lo que deben
entenderse como promedio de las seis ocupaciones analizadas en GEMM
(véase anexo técnico). Pues bien, ¿qué encontramos?
(...) presentamos los resultados para la Comunidad de Madrid y Cataluña. Estas
dos regiones son muy similares en niveles de PIB y estructura económica
y concentran el mayor número de ofertas vacantes en el experimento GEMM
español (un quinto y un cuarto del total respectivamente). El contraste
en las respuestas de los empleadores en ambas regiones resulta
revelador: En Madrid, los solicitantes euro-descendientes y los
castellano-descendientes presentan probabilidades de respuesta positiva
muy parecidas, de en torno al 27 y 29 por ciento respectivamente, una
diferencia mínima que no resulta estadísticamente significativa. Es obvio que ninguno de estos dos grupos está discriminado negativamente en Madrid. Sin embargo, en Cataluña la situación es distinta,
pues, si bien la tasa de respuesta positiva para los euro-descendientes
es estadísticamente indistinguible de la que observamos en Madrid, la tasa de respuesta para los castellano-descendientes baja casi diez puntos porcentuales, hasta el 20 por ciento.
Esta sí es una tasa significativamente menor en términos estadísticos
que la que observamos para los euro-descendientes en Cataluña. En los
estudios de discriminación laboral utilizamos el llamado Ratio de Rellamada
(CBR, en sus siglas en inglés) como medida estándar de discriminación.
Si usamos a los euro-descendientes como grupo de referencia (altergrupo) y dividimos su tasa media de respuesta positiva por la de los castellano-descendientes, obtenemos un CBR de 1.43 en Cataluña. Esto
significa que, para obtener una respuesta positiva por parte de los
empleadores catalanes, un solicitante castellano-descendiente, que
buscara empleo desde Madrid entre 2016 y 2018, habría tenido que enviar
un cuarenta por ciento más de solicitudes que un solicitante idéntico
(que también buscara empleo desde Madrid) pero descendiente de padres
europeos.
Esta tasa de discriminación (que no incluye el posible efecto de la homofilia étnica en Cataluña) estaría prácticamente en la media de las estimaciones de discriminación observadas para los Afroamericanos en EE.UU. cuando se los compara con candidatos anglo-descendientes curricularmente idénticos (CBR=1.45). En
Cataluña, los niveles de discriminación contra los
castellano-descendientes no llegan a ser tan severos como los que
observamos contra los descendientes de África-Magreb-OM,
quienes tendrían que mandar el doble de solicitudes que los
euro-descendientes para obtener una respuesta positiva. Nótese, sin
embargo, que los niveles de discriminación contra los
“castellanos” en Cataluña son muy similares a los que observamos contra
los descendientes de África-Magreb-OM en Madrid (CBR= 1.43 vs
CBR=1.46, diferencia que no llega a ser estadísticamente significativa).
En conclusión, estos hallazgos sugieren que, entre 2016 y 2018, en
Cataluña hubo discriminación significativa contra los
solicitantes de empleo con apellidos castellanos y residencia postal en
Madrid, a pesar de que en sus solicitudes se indicara procedencia
catalana y dominio del catalán.
Es importante destacar que este tipo de discriminación parece darse exclusivamente en Cataluña,
pues, al igual que ocurre en la Comunidad de Madrid, tanto en el País
Vasco-Navarra como en Valencia-Baleares, los castellano-descendientes
obtienen tasas de respuesta positiva estadísticamente indiferenciables
de la de los euro-descendientes (excluimos Galicia de este análisis por
carecer de suficiente número de ofertas vacantes en esta comunidad). Más
allá de Cataluña no encontramos, por tanto, evidencia significativa de
discriminación negativa contra los castellanos-descendientes (... ).
¿Hubo (además) homofilia étnica en Cataluña?El experimento CAT-H
Como
ya se ha explicado más arriba, el diseño original del proyecto GEMM no
incluía solicitantes nativos que no tuviesen nombres y apellidos
castellanos. Por eso, para estudiar la homofilia étnica en Cataluña,
desde el Laboratorio de la Desigualdad y la Discriminación (D-Lab),
realizamos un segundo experimento, que llamamos CAT-H (Catalan Homophily), como experimento auxiliar del estudio GEMM. Entre marzo y mayo de 2018, enviamos casi trescientos nuevos solicitantes ficticios a vacantes reales ofertadas en Cataluña, siguiendo el mismo diseño de GEMM. Estos nuevos candidatos eran idénticos a los candidatos ficticios de GEMM en todas sus características curriculares, incluidas la experiencia laboral y la residencia postal madrileñas, pero esta vez utilizamos nombres y apellidos reconociblemente catalanes. Nos interesaba saber cuál sería la respuesta media a estos candidatos en Cataluña y, más específicamente, contrastar
las posibles diferencias en las respuestas entre las empresas ubicadas
en las provincias mayoritariamente pro-independentistas del norte
(Girona y Lleida) y aquellas ubicadas en las provincias mayoritariamente
no independentistas del sur (Barcelona y Tarragona) (nota: los
datos para el sur reflejan fundamentalmente el comportamiento de las
empresas de Barcelona, donde se concentran el noventa por ciento de
todas las ofertas de empleo de la región sur y el ochenta por ciento del
total de ofertas en Cataluña). Utilizando de nuevo una regresión con
controles por tipo de vacante ofertada (ocupación), podemos calcular las
probabilidades media de respuesta positiva a solicitantes
catalano-descendientes en estas dos zonas geográficas. ¿Qué encontramos?
Como podemos observar en la Figura 3, las probabilidades medias de
respuesta positiva para los castellano-descendientes no difieren
significativamente entre el norte y el sur de Cataluña, por lo que
cabría concluir que el rechazo al exogrupo castellano es probablemente
similar a lo largo del territorio catalán (datos GEMM, 2016-2018). Sin
embargo, la tasa de respuesta positiva para los catalano-descendientes
que encontramos en el experimento CAT-H sí difieren notablemente entre
ambas zonas: en Barcelona-Tarragona, los solicitantes
catalano-descendientes tienen una probabilidad media de respuesta
positiva de en torno al 29 por ciento, mientras que en Girona-Lleida
esta probabilidad se dispara por encima del 40 por ciento, lo cuál sugiere una fuerte homofilia étnica en el norte del país.
Suponiendo que la probabilidad media de respuesta positiva a los
castellano-descendientes observada en el experimento original GEMM
(realizado desde noviembre de 2016 a finales de febrero de 2018) se
hubiese mantenido inalterada en Cataluña en los meses de marzo a mayo de
2018 (suposición que no nos parece excesivamente temeraria), podríamos
concluir que, en Girona-Lleida, los solicitantes de empleo con nombres castellanos y residencia en Madrid tendrían que mandar el doble de solicitudes de empleo que solicitantes con idénticos currículos
(incluida la dirección postal madrileña) y nombres catalanes, a pesar
de que ambos reportan idénticos niveles de competencia lingüística;
mientras que en Barcelona-Tarragona “sólo” tendrían que enviar un 40 por
ciento más. La discriminación medida en todo su rango (rechazo
al exogrupo + homofilia étnica) podría haber alcanzado así niveles
extremos en Girona-Lleida, siendo el segundo componente de la
discriminación (la homofilia) lo que marca la diferencia con las
provincias del sur (nota: conviene tener en cuenta, no
obstante, que los márgenes de error son amplios en las provincias del
norte, pues contamos con poco más de cien empresas que ofertaran
vacantes en el periodo estudiado y esto reduce la precisión de nuestros
estimadores).
A modo de conclusión
Los hallazgos presentados en este artículo permiten concluir, con una alta probabilidad estadística, que en la Cataluña del procés hubo discriminación laboral significativa contra solicitantes de empleo con nombres y apellidos castellanos
(y residencia postal en Madrid), a pesar de que en sus currículos se
indicaba procedencia catalana y dominio del catalán. Nuestras
estimaciones sugieren que esta discriminación fue elevada en el conjunto
de Cataluña y pudo llegar a ser extraordinariamente elevada en el caso
de las empresas ubicadas en las regiones de mayor apoyo a la
independencia.
Que sepamos, estos son los primeros estimadores
de discriminación laboral para poblaciones autóctonas españolas
reportados desde las ciencias sociales. Aunque los experimentos de campo no nos permiten demostrar un vínculo
directo entre
barreras simbólicas (discursos públicos) y barreras objetivas (pues no
podemos observar los procesos mentales que guían las decisiones de
contratación de los empleadores), nuestros estimadores evidencian la
existencia de cierre social con
efectos claros –y preocupantes– sobre la igualdad de oportunidades.
Esta evidencia plantea, en mi opinión, cuatro preguntas ineludibles:
Primera,
¿cuáles hubieran sido nuestros estimadores de discriminación si el estudio se hubiera realizado antes del procés o si se realizara hoy? Es decir, ¿hasta qué punto son coyunturales los niveles de discriminación encontrados?
Segunda,
¿pudo haber también discriminación contra solicitantes catalano-descendientes en el resto de España? Es decir, ¿podríamos haber encontrado efectos simétricos resultantes de la polarización étnica fuera de Cataluña durante el
procés? ¿Y antes? ¿Y hoy?
Tercera,
¿hasta qué punto nuestros hallazgos dependen de la residencia postal y la experiencia laboral madrileñas?
¿Hubiéramos encontrado niveles de discriminación similares para
solicitantes castellano-descendientes nacidos en Cataluña y con
residencia postal y experiencia laboral catalanas? ¿Y antes del
próces? ¿Y hoy? Y,
cuarta,
¿por qué no ha habido investigación empírica sobre discriminación
contra minorías autóctonas en regiones con fuerte identidad nacional en
España? Es decir, ¿por qué no podemos, a día de hoy, responder a
ninguna de las tres preguntas anteriores? ¿Hay algún investigador serio
que considere, honestamente, que estas preguntas no son relevantes?
La investigación sobre discriminación contra minorías autóctonas
en regiones con fuerte identidad nacional constituye material
políticamente inflamable en nuestro país. Esto ha hecho que se convierta poco menos que en un tema tabú para las ciencias sociales.
Sin
ponernos demasiado solemnes, convendría recordar que las ciencias
sociales, que se nutren fundamentalmente de fondos públicos, tienen como
deber fundamental el ayudarnos a comprender mejor el funcionamiento de
nuestras sociedades. Para ello, es imprescindible poder
explicar cuáles son –y cómo funcionan– los mecanismos implicados en la
producción y reproducción de las desigualdades sociales,
de todas las desigualdades sociales, moleste a quien moleste. Necesitamos urgentemente más investigación –y menos escurrir el bulto. " (Javier G. Polavieja,
Agenda Pública, 13/09/23)