Mostrando entradas con la etiqueta t. Ada Colau. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta t. Ada Colau. Mostrar todas las entradas

26/6/23

Dos familias de la Barcelona de toda la vida, un Trías y un Maragall, se repartían la pesca y no se hable más. Se acababa el oprobio de los aspirantes y la ciudad volvería a ser lo que nunca dejó de ser: una ventana al mar para contemplar desde los barrios altos. Sin interferencias foráneas que afectaran a la identidad y la lengua, por más que los salidos del arrabal habían hecho esfuerzos para que los herederos del sentimiento de pertenencia no se vieran afectados ni en el corazón ni en el patrimonio... A Junts (Trías) y a Esquerra Republicana (Maragall) se les ha ido la joya de la corona que ya tenían apalabrada. Era el símbolo de un poder declinante, pero potente aún, sumido en la recuperación del tiempo perdido... A Jordi Pujol debe Barcelona y el Principado entero, sin excluir Andorra por supuesto, el haber construido una supuesta sociedad civil sobre las vigas maestras de una sociedad subalterna, dependiente del Estado fallido de la Generalitat para robar y lucrarse (Gregorio Morán)

 "El pescado estaba vendido. Dos familias de la Barcelona de toda la vida, un Trías y un Maragall, se repartían la pesca y no se hable más. Se acababa el oprobio de los aspirantes y la ciudad volvería a ser lo que nunca dejó de ser: una ventana al mar para contemplar desde los barrios altos. Sin interferencias foráneas que afectaran a la identidad y la lengua, por más que los salidos del arrabal habían hecho esfuerzos para que los herederos del sentimiento de pertenencia no se vieran afectados ni en el corazón ni en el patrimonio. Lo querían todo, empezando por quitarle ese aire chabacano que el espíritu de Ada Colau impregnaba la ciudad. Pero no pudo ser.

La Barcelona de los señores había ganado las elecciones, Trías había sido el candidato más votado, pero ese hábito reciente de las urnas no cualificadas, donde los propietarios cuentan lo mismo que los precarios, se les torció en la última hora. Pasaban de las cinco de la tarde, ese momento crucial de la fiesta prohibida de los toros, y ante la perspectiva del descabello, los Comunes admitieron que puestos a matar mejor que sea el torero que no el morlaco. Los veladores de la corrida, desde la tribuna de honor, decidieron que entre votar con el PP o buscar trabajo, no había color. Todavía sonaba en el aire la arrebatada voz de Jordi Martí, el albacea de Ada Colau, perjurando en arameo que nunca, nunca, se sumarían a una iniciativa del PP. Pero la vida sin el sol de la plaza se convierte en tristura para quienes llevan años soleándose en la arena del albero.

 Cataluña es un país que ha dado pocos humoristas de fuste; no así cínicos sobrevenidos; tantos que incluso algunos crearon escuela. Se achaca al Mediterráneo, pero lo cierto es que aquí explicar las cosas no es costumbre, pero adecentar la incoherencia constituye un ejercicio intelectual muy valorado. Por eso no es frecuente la verdad desnuda, ni siquiera en las estatuas. El Partido Popular provocó el zafarrancho en la Plaza Sant Jaume. Algo tan insólito que ningún participante en la hazaña osa mencionarlo, menos aún describirlo. Estaba fuera de la norma establecida. El relato para uso de colegiales -se incluye desde el parvulario- establece que los “populares” no son un partido de Cataluña sino una excrecencia foránea que en las ocasiones que amenaza al cuerpo social de la catalanidad institucional debe ser omitido. (...)

 A Junts (Trías) y a Esquerra Republicana (Maragall) se les ha ido la joya de la corona que ya tenían apalabrada. Era el símbolo de un poder declinante, pero potente aún, sumido en la recuperación del tiempo perdido. La jactancia sobre la inmarcesible sociedad civil de Cataluña se reduce a una falacia construida, como tantas otras, sobre la pluma de empleados a sueldo; de ahí su inconsistencia. A Jordi Pujol debe Barcelona y el Principado entero, sin excluir Andorra por supuesto, el haber construido una supuesta sociedad civil sobre las vigas maestras de una sociedad subalterna, dependiente del Estado fallido de la Generalitat para robar y lucrarse. Lluis Prenafeta, el mediador, y el Palau de la Música, fueron como panales de rica miel que engolosinaron a esas empoderadas familias que constituían la corrupta sociedad incivil que pagaba sus mordidas del 3%. Aunque sea improbable, confío que Jordi Amat, conocedor de primera mano del paño y hoy portavoz del equilibrio mediático, nos desgranará un día su experiencia en ese territorio nada virgen pero aún por oxigenar."                 ( , Vox Populi, 24/06/23)

15/9/21

El adiós definitivo al referéndum... La renuncia de los comunes a celebrar un referéndum de autodeterminación no ha dado lugar a ningún gran titular, lo no se corresponde con la trascendencia del anuncio... es un hecho muy relevante en la política catalana, porque la autodeterminación es la única propuesta transversal, la que desborda el ámbito puramente independentista, pues los comunes estaban dentro de este acuerdo. También Pablo Iglesias había reiterado en numerosas ocasiones que la solución pasaba por una consulta... el notición rompe la alianza estratégica que hasta ahora había entre ambos mundos

 "La renuncia de los comunes a celebrar un referéndum de autodeterminación, tal como han explicitado estos últimos días primero Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, y seguidamente Ada Colau, máximo referente de los comunes en Cataluña, no ha dado lugar a ningún gran titular. 

Más allá de reflejar las críticas que han recibido los comunes por parte de ERC, Junts y CUP,  la atención mediática en general que no se corresponde con la trascendencia del anuncio. Es una desatención que resulta llamativa, no solo porque estamos a pocos días de la Diada, sino porque los comunes habían hecho bandera del referéndum. Lo hicieron durante el procés, pero también habían insistido en ello los últimos años, en que se congratulaban además del retorno de los partidos independentistas a la pantalla que dieron por superada cuando cogieron la directa de la unilateralidad en 2015. 

Esta renuncia de los comunes al referéndum, aunque presentada como temporal, es un hecho muy relevante en la política catalana porque el discurso de ERC de cara a la mesa de diálogo con el Gobierno español de la próxima semana es que, de todas las propuestas posibles, la autodeterminación es la única transversal, la que desborda el ámbito puramente independentista, pues los comunes estaban (hasta hace unos días) dentro de este  acuerdo. 

También Pablo Iglesias, tanto como líder de la formación morada como siendo vicepresidente, había reiterado en numerosas ocasiones, particularmente siempre que era entrevistado en Cataluña, que la solución pasaba por una consulta, y los comunes se mostraban orgullosos de que por primera vez hubiera una formación de izquierdas en España, que formaba parte del Gobierno, a favor públicamente de la autodeterminación de Cataluña.

Pues bien, todo ese relato ha saltado por los aires porque los comunes --por boca de Asens y Colau-- se han bajado del referéndum. Pere Aragonès se comprometió en su investidura a impulsar un acuerdo por la autodeterminación que visibilizase el apoyo político y social a la propuesta del Govern. 

A una semana de que se reúna la mesa de diálogo con el Gobierno español (que desde Junts y sus medios insisten en llamar mesa de “negociación” para sacar rédito de su fracaso en cuanto a las demandas públicas del independentismo), no hay noticias de que esa plataforma paragubernamental, cuyo liderazgo recae en David Fernández por deseo de Aragonès, vaya a ser convocada.

 El plantón de los dos sindicatos mayoritarios y de algunas organizaciones empresariales que, adelantándose al criterio que expresó Colau en su entrevista con Lidia Heredia en TV3, han decidido dejarse ya de “tonterías”, ha destruido el sentido de la iniciativa, pues ahora se reduciría al separatismo puro y duro. 

Que la alcaldesa de Barcelona haya tachado de irreal la posibilidad de celebrar un referéndum antes de 2030, tal como sugirió Aragonès hace unas semanas, o que se despache a gusto contra las falsas promesas y anuncios grandilocuentes del separatismo, es un notición porque rompe la alianza estratégica que hasta ahora había entre ambos mundos. Lo cierto es que si el asunto no ha recibido mayor relevancia mediática es porque en realidad nadie cree que vaya a ver un referéndum, ni ahora ni en muchos años.

 Con este desmarque, los morados dejan de compartir con el independentismo un elemento nuclear del discurso soberanista y mandan al ciruelo el mantra según el cual el 80% de los catalanes está a favor de un referéndum (por lo que no quedaba otra que apoyarlo, claro está).  Es el definitivo adiós al referéndum.

 Asens y Colau se acercan ahora a la tesis del PSC de que, si acaso, se trataría de votar un acuerdo previo entre las partes que dialogan, pero no una propuesta de parte, la autodeterminación, cuya votación no reúne las condiciones para ser celebrada por ninguna de las vías. Hay que aplaudir el cambio de guión de los comunes, aunque deberían explicar por qué han tardado tanto en hacerlo y si piensan disculparse algún día por haber colaborado a la tontería  supina que hemos vivido en Cataluña la última década

Algunos ya vaticinamos hace años que no habría independencia ni tampoco autodeterminación, y el tiempo solo ha hecho que darnos la razón. Y, como colofón, la reforma del código penal sobre el delito de sedición (que beneficiaría a los fugados en Bélgica,  pero que también rebajaría las inhabilitaciones de Junqueras y los otros condenados) se ha caído de la agenda gubernamental, y Asens, que fue su apóstol mayor, incluso poniendo fechas para su tramitación en el Congreso, ha decidido no hacer “casus belli” del asunto. Entre lo uno y lo otro, no está siendo una mala rentré."              (Joaquim Coll, Crónica global, 08/09/21)

5/7/21

Por más esfuerzos que hago por entender el guiñol de la visita del Rey a Barcelona no acabo de verle ni la gracia... Se saludan, no se saludan. Se hablan, no se hablan. Un president se oculta detrás de una columna, otro presidente hace como que no lo ve, un rey se pasea, una alcaldesa se retira hasta que la avisan de que la cena está servida... ¿Qué hacen allí? Antaño se decía “hacer el ridículo”

 "(...) Cada vez resulta más difícil no contagiarse de la pandemia social. No hay vacunas para ella o al menos no detecto nada que sirva para abordarla sin hundirse en la misantropía. Por más esfuerzos que hago por entender el guiñol de la visita del Rey a Barcelona no acabo de verle ni la gracia ni menos aún el sentido. 

Todos sonrientes por los beneficios y al tiempo todos agarrotados; los demás observando el patético espectáculo. Se saludan, no se saludan. Se hablan, no se hablan. Un president se oculta detrás de una columna, otro presidente hace como que no lo ve, un rey se pasea y como es el más alto se puede seguir su deambular, una alcaldesa se retira hasta que la avisan de que la cena está servida y es gratis total, una especie de mayordomos encorbatados se mueven en la escena como muñecos articulados, lamentablemente no hay orquesta ni música de fondo.

 ¿Qué hacen allí? Creo que el escenario está pensado para vender sofisticadas tecnologías, pero nadie lo dice, hay discursos que parecen redactados para gente analfabeta que se maneja en el lenguaje de signos

 A eso lo llaman genéricamente acercamiento, pero nadie sabe por qué, quizá porque sea otro signo para los analfabetos, que somos nosotros. Antaño se decía “hacer el ridículo”, pero es expresión obsoleta; inexistente en el mundo del optimismo. (...)"      (Gregorio Morán, Vox Populi, 03/07/21)

13/5/20

Menos Torra, Tardà y Asens y más IZQUIERDA

"El Triangle califica a Jaume Asens de mano derecha de Pablo Iglesias al informar sobre el discurso en el debate sobre la prórroga del estado de alarma en el que terminó calificando a Torra de identitario y sectario tras, dirigiéndose a Gabriel Rufián, solicitar a ERC “Més Joan Tardà i menys Torra”. (Más Joan Tardà y menos Torra)

Es innegable que Tardà siempre, parece, haber sabido estar y parece, también, tener cierta bonhomía en el trato cercano. Es evidente que Torra es un personaje bastante desagradable ─a lo peor, me pide que rectifique este calificativo o, peor, me denuncia─ frente al bonachón de Tardà. Hasta ahí las diferencias: ambos están en el mismo barco y pretenden lo mismo, lo digan con palabras agradables o tóxicas.


Recuerdo que, en la conferencia “Las dos Españas”, en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona, organizada por Coordinadora 14 d’abril, estaba de ponente un conocido republicano de Madrid, que en sus planteamientos, bastante sesgados, daba un plus de legitimidad a la Generalitat de Catalunya y mostraba su cercanía al republicanismo de Tardà lo que provocó la intervención de varios participantes, entre otras la mía ─tercera después de Olegario y Georgina─ con una intervención algo soliviantada: “con Tardà ni a tomar café”


Pero la frase de Asens tiene mucha más miga de lo que parece y transciende más allá de los personajes aludidos. También la situación de Asens como “ma dreta” de Iglesias. Explica el problema de la izquierda en España.


Asens y la construcción de una izquierda secesionista


El Observatori DESC es la cantera de donde salen los dirigentes de la actual Catalunya en Comú. La metamorfosis fue compleja y variada, con un Proces Constituent inicial donde campaba la monja Teresa Forcades y Arcadi Oliveras y el sociólogo Vicenç Navarro, junto a Colau, Asens y Pisarello (se declaraban anticapitalistas y buscaban la independencia de Cataluña), a la par que se montaba la PAH sobre las cenizas de VdeVivienda (ya con presidenta: Ada Colau)- siempre afirmé que la operación pretendía consolidar a Ada Colau como líder social en toda España que pudiera justificar una independencia de Cataluña bajo su liderazgo… como “Presidenta” de la Generalitat, todavía podremos verlo… o no─ y más tarde Barcelona en Comú (también con Ada Colau, Pisarelo y Asens) ─siempre dije que la alcaldía era un peldaño/palanca hacia la Generalitat, aunque está resultando demasiado lento el salto─.


La aparición de Podemos en Barcelona se construye con un ardid… Los círculos atraerán a toda la militancia de izquierdas descontentas con la izquierda tradicional, pero los interlocutores con la dirección de Madrid será la dirección de Barcelona en Comú; es decir Colau, Asens y Pisarello, en ningun caso Podem Catalunya.


El trío DESC es marcadamente secesionista aunque lo disimulen ya que en todo momento han mantenido el discurso pseudo-democrático del “derecho a decidir”, por lo que es normal que, como el conferenciante madrileño, prefieran a los secesionistas de aspecto bonachón y mostacho-comprensivo, antes que al desatado xenófobo Torra ─Tardà es igual de racista pero lo disimula mejor─.


Es decir, rechazan lo soez de Torra, no sus convicciones. Y no las rechazan porque las comparten. Es evidente que no hay nada ilegal en la constitución de think-tanks. Lo que aquí se valora, critica o analiza es la inmoralidad e hipocresía de sus motivaciones.


Pero hay que destacar también otros gestos del gobierno que resultan preocupantes. En la contestación a Laura Borrás, la representante del PdCat, Pedro Sánchez se deshace en reconvenciones cariñosas por el voto negativo a la prórroga del estado de alarma, que son recibidas con arrobo y sonrisas por parte de la susodicha ─me abstengo de añadir más comentarios que puedan ser malinterpretados─, mientras a los que se abstienen como Casado los califica cuasi de responsables de las muertes por un rebrote que esperemos no se dé.


Hay responsabilidades políticas en los actos de los gobiernos, tanto en la tardanza de aplicar el estado de alarma como en las excesivas prisas en levantarlo, pero utilizar a los muertos, reales o previsibles, en la confrontación política degrada a todos. Por supuesto, las responsabilidades penales se solventan en los tribunales y las políticas en las urnas.


Por otro lado, la vicepresidenta Carmen Calvo en declaraciones de radio reincide nuevamente en una crítica desaforada a los abstencionistas mientras garantiza, grácilmente, el deseo de seguir dialogando a los que les niegan el pan y la sal: Rufián & Cia…


Es llamativa la coincidencia de votos de Vox, ERC, CUP y JxCat. Dios los cría, o no, y ellos solitos se juntan(...)"


(Vicente Serrano. Miembro de la Junta Directiva de la asociación Alternativa Ciudadana Progresista, Crónica Popular, 10/05/20)

12/7/19

Crónica de la tristeza y el hostigamiento desde Sant Jaume... los comunes fuimos increpados y gritados: “Alcaldessa del 155”, “represors”, “Botifler” [traidores], “no sou d’esquerres” [no sois de izquierdas], “Alcaldessa espanyola, fora de Catalunya”… y lo que ya fue el colmo: “Franquistas” y “Fascistas”. Incluso me llegaron a gritar “sudaca” y “fora de Catalunya”. Todo un repertorio visceral...

"Decía Pepa Bueno en su editorial en Hoy por hoy esta semana que “los comunes empiezan a entender ahora en qué consiste el hostigamiento independentista a todo catalán que no dice o hace lo que ellos quieren”. ¿Exagerado? No lo sé, no todo los independentistas son así, pero estas palabras sí describen lo que sucedió el pasado 15 de junio de 2019 en la Plaça Sant Jaume de Barcelona durante la investidura de Ada Colau. 

Llegué con mi cámara y grabadora con la intención de recoger voces diferentes e imágenes, pero nada más entrar a la plaza, por la calle Llibreteria, con ganas de compararla tal y como fue hace cuatro años, noté la intensidad y hostilidad. La primera imagen que vi fueron unas vallas que abrían camino de la puerta del Ajuntament a la Generalitat. Estas separaban el tumulto de gente en dos partes y sobre sus cabezas decenas de banderas independentistas y carteles a favor de los presos y contra Ada Colau. Al fondo, frente al lateral de la puerta del Consistorio barcelonés, en un pequeño espacio arrinconado, se abría una pancarta que ponía “Alcadessa”. 

Tranquilamente empecé a acercarme y a hacer unas primeras panorámicas. Cuando iba entendiendo los gritos me detuve. A lo lejos, empecé a reconocer algunas caras de compañeros antifascistas e independentistas de mi barrio, Sants. Antes de acercarme, aún lejos del grupo de els Comuns, escuché al otro lado a una chica que gritaba “Alcaldessa, Alcaldessa” pero, junto a ella, dos personas le gritaban de todo en la cara. 

Aquí empecé a darme cuenta de que no iba a ser una investidura tranquila. Me indignó tanto la forma en que le gritaban que, pese a no tener la intención de intervenir y lanzar consignas, porque solo tenía en mente cubrir los acontecimientos, no pude quedarme imparcial y me junté a la chica con el mismo grito en favor de Ada Colau. 

Yo soy un común y no acudía como militante-simpatizante porque ya sabíamos qué incómoda iba a ser la investidura en relación con la votación. Cuando nos gritaban a los dos, decidimos caminar hacia donde se concentraban la mayoría de pancartas favorables a Barcelona en Comú. Desde entonces, no hubo forma de mantener ninguna imparcialidad porque cuando llegamos allí, el hostigamiento era continuo y la tensión cada vez mayor.

Un hombre que portaba un lazo amarillo me habló de buenas formas cuando le contesté a una señora que me gritaba por detrás. Me dijo que no hacía falta gritar, pero yo no gritaba, solo hablaba fuerte, intentando argumentar las críticas agresivas de la mujer independentista pero en voz alta, porque no había forma de hablar en tono normal. Pensaba que no se oiría nada en tono normal. El chico me dijo que a Colau le saldrán caros los votos de Manuel Valls, a lo que yo le intentaba argumentar que no había ningún acuerdo ni reunión ni nada con esos votos independientes de la candidatura de Ciudadanos (a día de hoy, Valls ya lo ha dejado claro y Cs ha roto con él). 

Finalmente, tras haber empezado a ver caras conocidas y saludar a la gente, en medio de los gritos, le dije a este hombre que lo que estaba pasando en la plaza era muy triste. Muy respetuoso, él confirmó con su cabeza y me dijo que se iba, quizás por el agobio, por el ambiente o porque no se sentía representado por los suyos. A lo mejor se fue a otro sitio más tranquilo. De todas formas, fue la única persona independentista con quien pude intercambiar impresiones y opiniones sobre lo que sucedía allí y sobre la situación política. A partir de aquí todo fue una lucha de gritos, empujones, insultos y tensión

Empecé a mirar y a hacer fotos hacia el lado de los independentistas. Un hombre me pitaba tan cerca que le pedí que no lo hiciera en mi cara y que se apartara, él me empujó y ya se montó un jaleo que provocó que, en menos de dos segundos, tuviese a unas cuantas personas sobre mí. 

Desde entonces fuimos increpados y gritados: “Con Valls sí se puede”, “Alcaldessa del 155”, “Colau es un frau” [fraude], “represors”, “Fora, fora” [fuera], “Botifler” [traidores], “no sou d’esquerres” [no sois de izquierdas], “Alcaldessa espanyola, fora de Catalunya”… y lo que ya fue el colmo: “Franquistas” y “Fascistas”. Incluso me llegaron a gritar “sudaca” y “fora de Catalunya. Todo un repertorio visceral. 

Nos pedían con desprecio que aplaudiéramos a Manuel Valls, y sus miradas y gritos, de donde escupían saliva por la intensidad, nos dejó hechos polvo a algunos. Desde mi grupo respondían con: “3%” y “Convergent el que no boti”.  Entre pitidos, gritos, cortes de manga de personas mayores y los empujones, solo pude escuchar desde la pantalla grande el discurso de Quim Forn, preso. En el grupo en el que yo me encontraba, respetamos su discurso, cosa que no sucedió con el de Joan Subirats y Ada Colau

Cuando iba a salir la ya alcaldesa y los concejales, la tensión era máxima. Nos tiraban las pancartas de “Alcadessa”, nos increpaban y hasta hubo tensión con los bomberos que llevaban la pancarta de los presos políticos. Los insultos no cesaban. Incluso la concejala de feminismo, Laura Pérez, denunció al día siguiente los insultos machistas. Lamentable y desafortunada fue también la frase de Maragall al referirse a los insultos en Plaza Sant Jaume: «Si hubiéramos llegado a un pacto, el ambiente en la plaza habría sido otro».

Intenté hacer fotos y vídeos que retrataran sus caras, porque realmente nunca me había sentido tan intimidado, indignado y violentado (desde los que he vivido en manifestaciones antifascistas, huelgas, desahucios, desalojo de la Plaça Catalunya durante el 15-M y cuando rodeamos el Parlament). Pero cuando realmente sentí miedo fue cuando vi cómo empujaban a un compañero y giré la cámara para grabar. Algunos de esos personajes se tapaban la cara, llevaban gafas oscuras. Uno de ellos me vio y me gritó mientras otro vino a por mí. No tuve otra opción que meterme bruscamente entre el grupo de Barcelona en Comú hasta perderlos de vista. Todo quedó registrado en los vídeos que pasé al equipo de comunicación de els Comuns. Un espectáculo muy lamentable que provocó una ruptura emocional en mí. 

Ya por la noche no me esperé y, agotado, emocional y físicamente, puse TV3 donde solo mencionaron que había dos concentraciones (una de ellas muy numerosa), unos gritos en contra de Colau y poco más. Vi las noticias de La Sexta y de Betevé (canal municipal) con las que me enteré que le habían lanzado objetos y una bandera independentista enorme a Ada Colau en su paso hacia el Palau de la Generalitat

No se puede decir que todos y todas las independentistas sean como las que vi en la Plaça Sant Jaume (he ido a muchas diadas y a manifestaciones por los derechos de Cataluña), ni que sean los votantes de ERC y JxCat, pero cuando entraron los dirigentes de estos partidos era vitoreados y alabados. Mientras, nosotros fuimos agredidos e insultados. 

Lo que se convocó por la ANC y otros colectivos independentistas como protesta legítima y de apoyo a los presos políticos, se convirtió en la peor cara del independentismo, que solo concibe una forma de ser catalán. Si no estamos ciegamente al 100% con ellos, somos sus peores enemigos. Curiosa forma de ver la democracia, algo que queda muy lejos de la revolución de las sonrisas, como se pudo haber visto en algunas Diadas o hace cuatro años en esta misma plaza.  (...)"     (Jorge A. Trujillo, La Marea, 21/06/19)

25/6/19

En España habrá izquierda cuando la izquierda se crea España

"Andan empeñados los nacionalismos rampantes en la construcción de bloques. Los nacionalismos catalán y vasco por fin han encontrado el icono necesario: Vox encarna a la perfección la derechona españolista que durante muchos años pretendieron colgarle al PP y luego a C’s… La conclusión consiguiente es hablar del “trifachito”. ¡Parece que nada haya cambiado! Y ¿Qué decir del mismísimo Vox? Mezclan nacionalistas (ellos también lo son) y comunistas con tendenciosa y malsana intencionalidad. Franquismo redivivo. Dos derechas a las que solo separa la bandera.

 Y ¿Qué hace la izquierda? Alimentar los bloques desde su pretendida equidistancia. Pero la realidad es que mientra Vox les da arcadas se manifiestan compungidos ante el juicio a los golpistas secesionistas. No parecen distinguir entre la rebeldía de los ricos y la de los oprimidos. Rebelarse contra la ley tiene en la izquierda romántica un aura de heroicidad. El problema es que la rebeldía precisa de causa justa.

(...) La izquierda española (incluidas la vasca y la catalana) vive acomplejada por su incapacidad de llevar adelante la ruptura con el franquismo. Una suerte de complejo de Edipo que le hace auto-odiarse y renegar de su propia españolidad. Es llamativo como en las conversaciones más coloquiales se escapa la negación de España: En una fiesta privada introduje en una de las muchas conversaciones los conceptos hispano e ibérico, rápidamente una persona aprovechó para reclamar –mejor ibérico–; hube de reivindicar mi hispanidad, esa sin la que no es posible construir lo ibérico.
Lo español no es fascismo por definición, como lo catalán no es progresismo per se. En los ismos de ambos anida la derechona, pero la miopía de la izquierda adolescente aun no lo ve.(...)

 Es evidente que, por trayectoria histórica, ERC está en la derechona secesionista. Hablar de un tripartito de izquierdas incluyéndolos demuestra el enrocamiento intelectual de la Colau y su entorno, y sobre todo su falsa equidistancia entre los pretendidos bloques.  (...)

Antes ICV y ahora Comúns, tienen la función de anular la crítica al nacionalismo supremacista de los trabajadores catalanes. Por ello es imposible que Colau corrija sus posicionamientos ante el secesionismo aunque sea evidente que su pérdida de votos sea consecuencia de su falsa ambigüedad y equidistancia. Ada Colau no es muy distinta de Elispatrioenda Alemany: una nacionalista. 

Acabando. No hay dos bloques. La dualidad no es Catalanismo frente a Españolismo. El conflicto principal es Izquierda/Derecha, o, dicho de otro modo: conflicto de intereses entre clases sociales, igualdad/desigualdad. 

El nacionalismo distorsiona y difumina el eje sociopolítico principal. Alimentar la dialéctica de bloques beneficia al nacionalismo y eso es lo que hacen Colau e Iglesias. Hecho que beneficia a las oligarquías: “Hay una guerra de clases, de acuerdo, pero es la mía, la de los ricos, la que está haciendo esa guerra, y vamos ganando”. Warren Buffett. 

Les dejo con una epifanía matinal: “En España habrá izquierda cuando la izquierda se crea España”… podría añadirse “España como nación política”, pero tal vez no es necesario…"

18/6/19

“Nos llamaron putas, guarras y zorras”, lamenta la edil del Ayuntamiento de Barcelona Laura Pérez refiriéndose a las protestas del sábado en la plaza de Sant Jaume contra Ada Colau

 "La que fuera concejal de Feminismos y LGTBI en el Ayuntamiento de Barcelona y, desde este sábado, tercera teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez, ha denunciado en su cuenta de Facebook los insultos machistas que recibieron la alcaldesa Ada Colau y el resto de las concejales de Barcelona en Comú (BComú) cuando atravesaron, tras la investidura de la primera edil, los escasos metros que separan el Ayuntamiento de la ciudad del Palau de la Generalitat. 

Pérez denuncia que, durante los instantes que tardaron en atravesar la plaza de Sant Jaume escucharon cómo centenares de personas —convocadas por entidades y partidos independentistas— les gritaban "putas, guarras y zorras”.  (...)

 “Pese a la ilusión de comenzar un nuevo mandato al servicio de Barcelona, ayer [por el sábado] fue un día muy duro. La alcaldesa y varias concejalas sufrimos la violencia verbal específica, aquella que está reservada para las mujeres”, lamenta la concejal. La edil también denuncia que algunos de los manifestantes lanzaron monedas, botellas y bolas de papel a su paso por Sant Jaume. 

“Como representante pública estoy acostumbrada a que me interpelen en la calle y en los espacios de participación. A veces para criticar duramente nuestra actuación política. Creo que eso forma parte de la vida democrática, pero lo que pasó ayer fue doloroso y, sobre todo, un ataque a todas las mujeres que hemos dado el paso de entrar en política”, continúa.  (...)

 Pérez lamenta que mientras unas ediles recibían insultos “otras estaban aplaudiendo”, en alusión a las representantes de ERC y Junts per Catalunya, que vitoreaban e incluso se abrazaban a los manifestantes convocados en la plaza.  (...)
 
 Cuando Ada Colau salió del Consistorio a la plaza junto con el resto de concejales para dirigirse a la Generalitat, el ambiente se convirtió en un grito incontrolado contra la líder de Barcelona en Comú."            (Alfonso L. Congostrina, El País, 16/06/19)


"(...) La gran tarde de nuestro primer francés culminó cuando en la protocolaria visita del nuevo consistorio al Palacio de la Generalidad se negó a estrechar la mano del Valido, un grosero especialista en negar su mano. 

Y le aclaró por qué:

-Presidente, no le doy la mano por sus discursos en general y en especial por el último que hizo en el Parlament, donde me llamó casta.

Oh, la politesse. Casta, le dijo. ¡No conviene exagerar! Colau cruzó la plaza entre los gritos de ¡Puta, Puta, Puta! que pronunciaban los hijos de Torra y cuando llegó ante el padre le dio la mano.
Hummm… Pero todo se andará."               (Arcadi Espada, El Mundo, 16/06/19)

 
 

En fin, a la mierda la ilusión de una sociedad culta que planta cara pacíficamente etc... Ese odio, ese odio irracional de ayer contra necesita su tiempo de cocción. Alguien debería preguntarse quién ha estado removiendo el caldero.








Hasta hoy pasaban por izquierda o demócratas. Desde hoy se han destapado en Sabadell o Barcelona como otro movimiento ultraderechista nacionalista más de Europa.


 

Qué pena que un movimiento que nació tan pacífico esté enseñando hoy al mundo su cara más violenta e intolerante. Ojalá respetaran más el voto de los demás y no lanzarán botellas ni insultaran. Ni en Sabadell ni enlloc.


 

Qué horror leer a Gabriel Rufián o Mireia Boya justificar la violencia que hoy se ha vivido en plazas de Sabadell o Barcelona contra las mayorías surgidas de las urnas. Hoy se ha roto mucho. Hoy se han descubierto como otro movimiento nacionalista europeo más.




La gent agressiva que hi havia ahir a Sant Jaume no eren precisament "anti-sistema". Eren més aviat aquells acomodats als que la CUP ha regalat dues vegades el govern, i que no toleren que Barcelona tingui una alcaldessa d'origen humil.




11/6/19

Lluís Rabell (ex-diputado de Catalunya Sí Que Es Pot): pensaba que era posible mantener un espacio de convivencia entre el independentismo y el federalismo. Pero el procés ha puesto en crisis esta idea, que aún está presente en los comunes. La independencia no es una idea progresista. Ahora la única perspectiva creíble de un Estado catalán independiente sería un Estado no democrático. La gente que intentaba imaginar su viabilidad lo pensaba como un paraíso fiscal. Es la lógica natural de lo que sería un nuevo Estado independiente en el mundo globalizado...

"(...) -¿Y qué debería hacer respecto al independentismo?

-Creo que será imposible construir un proyecto de izquierda alternativa en Cataluña que no sea nítidamente federalista. Yo era de los que pensaba que era posible mantener un espacio de convivencia o coexistencia entre el independentismo y el federalismo. Pero el procés ha puesto en crisis esta idea, que aún está presente en los comunes. 

Tendremos que hacer la discusión y entender que tenemos que oponernos al procés tal y como se ha desarrollado, con una ruptura unilateral. El objetivo mismo de independencia como tal no es asumible por la izquierda. El tiempo histórico en que la formación de un Estado nacional era relativamente progresista ha quedado superado por la época de la globalización. 

Ahora la única perspectiva creíble de un Estado catalán independiente sería la que dibujaron las leyes de desconexión del 6 y 7 de septiembre de 2017. Es decir, un Estado no de Derecho, sino populista, con un poder Ejecutivo que sometía al Judicial y que partía de la definición de un demos sospechosamente homogéneo. Un Estado no democrático. La gente que intentaba imaginar su viabilidad lo pensaba como un paraíso fiscal. 

Es la lógica natural de lo que sería un nuevo Estado independiente en el mundo globalizado. Es necesaria una crítica de izquierdas, no sólo del procesismo, sino de la misma idea de independencia.  
La independencia no es una idea progresista. La idea más progresista es construir ámbitos de cooperación muy amplios, a nivel español y europeo, que establezcan el reconocimiento y la convivencia de las identidades y realidades nacionales, que las acomoden, y que establezcan niveles de cogobierno, de soberanías compartidas y cooperación.

-¿Cómo deben abordar los comuns el debate sobre el procés?

-La idea de la independencia como un episodio de progreso o de desarrollo es una quimera, no se sostiene sobre ninguna evidencia empírica ni razonamiento serio. Pero es una solución mágica, que responde a las angustias y tribulaciones y al miedo al futuro que sacude a las clases medias de este país y de toda Europa. 

Tal y como ha derivado y se ha desarrollado el procés, ha acabado decantándose como un movimiento de las clases medias de una de las regiones más ricas de Europa insolidario, de intentar salvarse solos. Con una dinámica de repliegue identitario. Tiene similitudes con el Brexit. Y eso la izquierda ha de tener el valor de explicarlo. La salida no es una ilusoria república, sino una federación avanzada. El debate entre todos los sectores de los comuns sobre este tema no será sencillo.

-¿Será fácil que los comuns se desmarquen del procés cuando alguno de sus dirigentes, como Jaume Asens, se ha declarado independentista?

-Estos dirigentes se parecen muy poco a la base social. El votante de los comuns es federalista o autonomista, incluso --según algunas encuestas-- más que el votante PSC. El impulso social que hizo arrancar a Podemos en Cataluña era una base muy popular, muy obrera, de gente trabajadora humilde, poco organizada y que necesitaba referentes políticos claros.

 En su tiempo, fue el felipismo. En un partido de izquierdas, los cuadros medios y las direcciones tienen un peso importante de gente intelectual, lo cual es normal. Pero es necesaria una cierta conexión. El debate necesario sobre el futuro de la izquierda en Cataluña necesitará cambios en la dirección. No hablo de expulsar a nadie. 

Pero sí se necesitará que la dirección se parezca más culturalmente y políticamente a la base social, que es la que se ha apartado de nosotros cuando hemos hecho el tonto. Es un desafío complicado. Es necesario que la gente sepa qué queremos hacer, qué quieren los comunes. Dónde nos encontrará y dónde no.  (...)

-¿ERC haría políticas de izquierdas en el Ayuntamiento?

-Podría hacerlas en Barcelona y en Cataluña si estuviera en una relación minoritaria o subyugada por un potente bloque de izquierda social formada por los comuns y los socialistas. ERC es sobretodo el partido de las clases medias, en su psicología, composición e ideología. Y éstas basculan entre la derecha y la izquierda, siempre. Si el polo de izquierda social es potente, se la puede arrastrar.

 De manera teórica, es difícil imaginarse un gobierno con una mayoría de progreso social que no incorpore el espacio de ERC. Ahora mismo no se dan las condiciones para esta alianza, porque todo está dominado por el procés

Y el objetivo de la llegada de ERC al ayuntamiento ha estado determinado por su estrategia en el procés y por su lucha con los convergentes. Es normal que en estos primeros días se hable del tripartito, pero todos saben que no es posible.  (...)"

7/6/19

Lluís Rabell (ex-diputado de Catalunya Sí Que Es Pot): "El único gobierno de izquierdas viable es entre los comuns y el PSC, y eso implica aceptar los votos de Manuel Valls para la investidura"... los miedos de algunos a aceptar los votos de Valls es por la presión del marco mental del independentismo. Han generado la idea de que todo lo que tiene que ver con la independencia es legítimo... Y todo lo que no esté dentro de este marco es sospechoso casi de protofascismo, o de no democrático...

"(...) Como activista y líder vecinal --fue presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona-- vio emerger la figura de Ada Colau al frente de la PAH. Federalista convencido, no quiere que Ernest Maragall ni ERC dirijan el Ayuntamiento, y recomienda a la todavía alcaldesa que acepte los votos de Manuel Valls para seguir al frente del consistorio barcelonés. Y que se aleje del independentismo porque, asegura, no es una idea progresista.

-¿El procés ha pasado factura a Ada Colau?

- Sí, a todo el mundo. Al PSC ya le pasó y ahora le pasa a los comunes, que han tenido una dificultad de definir su proyecto estratégico. Su ambivalencia con el procés lo hace difícilmente identificable. Los votos que han determinado que Ada Colau no ganara la alcaldía son los que ahora han vuelto al PSC en los barrios populares de Barcelona. 

No por inversión social, ni por castigo a la gestión municipal, sino por crítica o desconfianza a su ambigüedad en el tema nacional. El discurso del PSC era más claro en esto: no quería de ninguna manera que Barcelona estuviera gobernada por un líder independentista. Se han perdido muchos votos en esos barrios, que además son los más difíciles de movilizar. 

Uno de los desafíos de los comunes en esta nueva etapa, si la sentencia del Supremo lleva aparejada la convocatoria de unas elecciones autonómicas, es definir un posicionamiento claro en la cuestión nacional. 

Por eso es determinante, y espero que lo hagan, que los comunes opten por un gobierno Colau-Collboni, porque es enviar un mensaje claro: no habrá connivencia con la aventura procesista. El único gobierno de izquierdas viable es entre los comuns y el PSC, y eso implica aceptar los votos de Manuel Valls para la investidura.  (...)

-¿Qué cree que hará Colau? Manuel Valls le ofrece sus votos para la investidura a cambio de nada...

-Supongo que lo está sopesando. Tiene mucho instinto político. Esperemos que acierte y su entorno también. El debate que se ha instalado es lógico, todo tiene sus costes. Pero aceptar los votos de Valls es pura democracia política. No son menos progresistas o menos legítimos sus votos que los de ERC. Están ahí porque una parte de la ciudadanía los ha votado. Y no es un pacto de gobierno. Valls está haciendo una jugada muy inteligente. Haga lo que haga Ada, él queda como un señor. No es inocente. 
Ha entendido que no puede jugar la carta de ser un muñeco de Ciudadanos. Ha sabido leer que su mal resultado es porque Cs fue a la manifestación de la plaza de Colón de Madrid. Ha sido primer ministro y la República francesa enseña mucho a hacer política. No tiene que haber ninguna reticencia a aceptarlo y saber que forma parte del juego de la política. Lo otro es entender que la política es una especie de cosa purista. Es como decir: "no queremos estos votos porque no nos gustan". 
Lo que nos ha de gustar o no es el destino de la ciudad, si está en manos de unos u otros. La gente que vota socialista o comuns se pregunta: "¿A qué estáis esperando, qué manías tenéis?". Porque intuyen que lo que hay en juego es eso, y no una parafernalia como de patio de escuela, prepolítica, de "este me gusta o este no, o me da miedo"...

-¿Y por qué parecen tan reticentes a aceptar esos votos de Valls?

-En el fondo, este miedo y estas reticencias de algunos a aceptar los votos de Valls es la presión del marco mental del independentismo. Han generado la idea de que todo lo que tiene que ver con la independencia es legítimo. Ellos pueden hacerlo todo. Y todo lo que no esté dentro de este marco es sospechoso casi de protofascismo, o de no democrático. Ellos pueden investir a un carlista como presidente de la Generalitat con votos de izquierda y la supuesta extrema izquierda y no pasa nada. 

Pero que tú formes tu propio programa y un gobierno de izquierdas y te vote un partido de centroderecha parece que sea un pecado mortal. Ese ha sido el gran triunfo del procesismo. Come la moral. Quien instala su relato dominante, gana. Si Ada toma, como esperamos muchos, la decisión de decir: "formo un gobierno con Collboni y salimos adelante", es enfrentarse a ese relato.

-¿Qué pasaría si Colau rechazara los votos de Valls y dejara la alcaldía a Maragall?

-El problema no es hacer alianzas con Maragall o no, sino conservar el poder o cederlo. La gente lo leerá así. Si no haces todo lo que puedes y está en tus manos, la gente no entendería este abandono del gobierno municipal más que como una cesión, o como una connivencia con el procés. Se leería así, por parte de la gente que ya ha hecho una advertencia seria en las municipales con este desplazamiento de votos por este motivo. 

Y sería dramático para el futuro del proyecto político de los comuns. Nos jugamos mucho con esta decisión. Espero que se imponga el seny, y que pese a todas las presiones y temblores de piernas, acabe apostándose por la salida más razonable y la que corresponde más al sentimiento mayoritario de la sociedad. (...)

-¿No ve viable entonces un gobierno municipal conjunto de Maragall y Colau?

-No se les puede arrastrar a la izquierda. ERC tiene una fuerza organizada y un objetivo claro. Nuestro espacio está en una situación de debilidad frente a ellos. En regidores, en territorio, en presencia mediática, en la Generalitat… la correlación de fuerzas es desigual. No puedes conducirlos a hacer otra política. 

Al contrario, sería el abrazo del oso. Y el discurso de Maragall después de las elecciones fue que quiere convertir Barcelona en centro de agitación procesista. Aparte de que Maragall representa unas prácticas muy liberales: fue de los consejeros más derechistas del Tripartito. Su ley de Educación generó cuatro huelgas generales. El objetivo de ERC está subordinado al procés y a la lucha por la hegemonía. ERC ha tenido un resultado impresionante en las municipales, pero en las europeas ha ganado Puigdemont

 Su lucha por la hegemonía no está resuelta. Y ese es un motor de desestabilización en Cataluña y España. Un gobierno de ERC en Barcelona estaría constantemente condicionado por esto. Las políticas de ciudad y la gestión serían secundarias para ellos.

-¿Ve a Maragall como próximo alcalde?

-Espero que no. Sería un problema grave, porque situaría Barcelona, con todo su potencial y su proyección internacional, como una plataforma para una próxima embestida secesionista, una nueva aventura para nuevos episodios de tensión institucional. Es algo objetivo, no demonizo. No quiero decir que no se puedan llegar a acuerdos con ERC. Sino, políticamente, el papel que jugaría una alcaldía de ERC en estos momentos y en este contexto político.

-¿Cuál es la salida en los próximos días?

-La decisión está en manos de los dirigentes de los comuns. Espero que sopesen los pros y los contras. Cualquier opción tiene sus costes. Un gobierno Colau-Collboni, aceptando los votos de Valls, tiene el coste que todos se imaginan. Al minuto siguiente de aceptar esta perspectiva, la división mediática Ítaca se lanzará por tierra, mar y aire, y tendremos a TV3, Catalunya Ràdio y los otros diarios subvencionados hablando de “traición nacional”, “botiflers” y todo lo que puedas imaginar. Gabriel Rufián repartirá sus monedas de plata en Twitter… si hubiera una república, lo nombrarían gobernador del banco de Cataluña. 

La responsabilidad democrática de las izquierdas pide tener la capacidad de aguantar esta embestida y apostar por una reconducción del conflicto. (...)"           

29/5/19

Si Colau hubiese sido más dura con el independentismo, en Nou Barris no hubiese perdido los 7.200 votos causantes de su derrota... pero, posiblemente, hubiera perdido otros tantos votos en otros barrios. El procés es la trituradora de las izquierdas no nacionalistas, de quien intenta anteponer lo social a lo nacional. Sumen todo esto y tendrán la explicación de por qué Ada Colau no ha ganado las elecciones...

"(...) nada ha desgastado tanto como el procés: la polarización ha penalizado a los Comuns, que han intentado preservar un espacio transversal y defender el diálogo en Cataluña. Entre los que ponen lazos y los que los quitan, se convirtió en una misión casi imposible.

 Además, la campaña electoral que el TS le ha hecho a ERC ha sido un regalo, con la guinda final de la imagen de Junqueras llevado en furgoneta policial hasta el Congreso y la suspensión 48 horas antes del voto de los cuatro diputados independentistas presos. Hay que añadir un último elemento: el efecto Pedro Sánchez que le ha permitido al PSC resurgir de sus cenizas y a Collboni recuperar la friolera de 70.000 votos. No es moco de pavo. 

Sobre todo si los ha recuperado en barrios que en 2015 habían votado en masa a Colau. Un ejemplo: en el distrito de Nou Barris, donde las desigualdades son las mayores de Barcelona, BComú ha bajado del 33,6% al 22,9%, mientras que el PSC ha subido del 16,2% al 28%. Esos 7.200 votos perdidos por el camino por Colau en Nou Barris han pesado mucho. 

Se dirá: si Colau no hubiese roto el pacto de gobierno con el PSC tras octubre de 2017 y hubiese sido más dura con el independentismo, en Nou Barris BComú seguiría siendo el primer partido. Posiblemente. 

Sin embargo, podría ser que en ese supuesto Colau hubiera perdido otros tantos votos en otros barrios a favor de ERC. El procés es la trituradora de las izquierdas no nacionalistas y de quien intenta anteponer lo social a lo nacional. Sumen todo esto y, en gran medida, tendrán la explicación de por qué Ada Colau no ha ganado las elecciones. (...)"               (Steven Forti, CTXT, 27/05/19)

28/5/19

Ada Colau será por otros cuatros años la alcaldesa de Barcelona, porque así lo querrá el PSC... el independentismo retrocede gravemente... La suma de la Convergencia del 2015 más Esquerra y la Cup -el tripartito que gobernaba Cataluña en aquel momento- daba más del 41%. Hoy suma 10 puntos menos...

"(...) Ada Colau será por otros cuatros años la alcaldesa de Barcelona, porque así lo querrá el PSC. Valls ha mejorado en dos puntos los resultados de Ciudadanos y el PP ha entrado en el Consistorio, aunque perdiendo más de tres puntos. Colau gobernará en minoría, pero mucho más condicionada por los socialistas de lo que ya estaba. Por los socialistas y por el propio Valls, cuyo apoyo es imprescindible para que Colau pueda aprobar los Presupuestos.  (...)

Lo importante, como en cualquier otra convocatoria electoral que aquí se haga, es que el indepentismo exhibido vuelve a fracasar en su ambición de controlar descaradamente la ciudad. Por el momento, Barcelona se resiste a ser una Cámara de Comercio, que como se sabe acaba de caer en manos de un salvaje. 

No solamente el independentismo fracasa en su ambición, sino que retrocede gravemente en su representación consistorial. La suma de la Convergencia ya desleal del 2015 más Esquerra y la Cup -el tripartito que gobernaba Cataluña en aquel momento y que impulsó el proceso degenerativo del Proceso- daba más del 41%. Hoy suma 10 puntos menos.

 El independentismo se topó con la ley y ahora se topa con la democracia. La ciudad de Barcelona fue ayer una voz más -y poderosa- de las que urgen al independentismo a que designe ya su héroe de la retirada. No tiene la ley ni la razón ni el asentimiento mayoritario de los ciudadanos. Tampoco tiene la capital de su país imaginario. 

Y se comprueba ahora, en el momento de máxima movilización sentimental de sus huestes, con sus dirigentes juzgándose en el Supremo. Tabarnia puede que fuera una broma inteligente y maliciosa del constitucionalismo. Pero Tractoria puede acabar siendo una necesidad vital -mortal- del independentismo.  

(...) al independentismo no lo ha vencido el discurso racional e impecable de Manuel Valls, que no solo ha mejorado los resultados de Cs de 2015 sino los que probablemente habría obtenido Cs sin él. Ni tampoco lo habrá vencido Collboni y la eficaz e ilustrada tradición socialista de gestión urbana, a pesar de su buen resultado y de que será imprescindible para que Colau gobierne. Colau (...) destaca en esa cosa hórrida que llaman gestión de las emociones. (...)

Escribamos que ayer Barcelona demostró su independencia."                (Arcadi Espada, El Mundo, 27/05/19)

14/5/18

e-notícies: Torra, un hiperventilado en Palau

"El futuro presidente de la Generalitat, Quim Torra, planteó "si algunos diputados son diputados o son inquisidores" en la sesión del pasado 1 de marzo.

"Hoy, hemos contemplado perplejos la nueva novedad de la aparición en nuestro Parlamento de la Santa Inquisición, que ha intentado impedir, que ha intentado bloquear el legítimo debate democrático en esta cámara, intentando impedir que las enmiendas que había presentado la CUP fueran aceptadas, simplemente, para ser discutidas, simplemente, para ser debatidas y tener el derecho a recibir o no el apoyo de la cámara ", afirmó entonces (...)"        (e-notícies, 10/05/18)


"Ada Colau afirma que Quim Torra "me ofende".

 La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en declaraciones a 'La nit en 8tv', ha asegurado que "Quim Torra es el mejor candidato para Puigdemont, pero no para Cataluña". Según Colau, "Cataluña atraviesa un momento difícil y sería necesario alguien con capacidad de diálogo y transversalidad, y él no es un buen candidato", ha opinado.

La alcaldesa de Barcelona ha lamentado posicionamientos de Torra sobre los españoles: "No me representa y me ofende eso de hablar de forma despectiva. Le invalida para ser un presidente de todos los catalanes y catalanas. Como mínimo, debería pedir disculpas". 

Colau también ha advertido que "es imprescindible recuperar la institución, dignificarla, recuperar un clima de diálogo real para salir del callejón sin salida y recoser la sociedad catalana".               (e-notícies, 11/05/18)


"El presidente que empezó en e-notícies.

Parajódicamente Quim Torra comenzó su carrera político-periodística escribiendo artículos en e-notícies. Como Sergi Fidalgo, ahora al frente del Grupo de Periodistas Pi i Margall. Era cuando este país era más transversal y personas de ideología tan opuesta como ellos dos podían publicar en un mismo medio. El proceso lo ha centrifugado todo.

Quim Torra -como Sergi Fidalgo- lo acabó dejando para irse a El Singular, el digital de Convergencia que acabó siendo El Món. Cuñado de la número dos de Reagrupament, Rut Carandell; seguro que ahí se sentía más cómodo. Fidalgo también se fue.

Curiosamente, el futuro presidente de la Generalitat fue también la tercera persona en enterarse de que ponía en marcha el e-notícies más allá de mi círculo más íntimo. La primera fue Pilar Rahola un día saliendo de la desaparecida ComRàdio. Estamos hablando del año 2.000. Todavía íbamos con modems de 56K.

La segunda un antiguo colega, Carles Flo, entonces director de comunicación Winterthur, la empresa de seguros también engullida. Habíamos sido vecinos de mesa en la antigua redacción de La Vanguardia en la calle Pelayo y eso une mucho. Le visité para contarle mis proyectos y me presentó, por casualidad, al entonces abogado de la empresa, Quim Torra. Yo tenía más pelo. Él lucía el mismo.

Congeniamos porque teníamos un ídolo común. No era Superman ni Spiderman sino el escritor catalán Joan Puig i Ferreter (1882-1956). Uno de los autores malditos de la literatura catalana. Seguramente porque era hijo de madre soltera en una época en que eso no se perdonaba.

Incluso hace años, tras una conferencia suya en Martorell, estuvo en mi casa a pesar que soy tan reacio a abrir las puertas de mi hogar. Con Josep Martí, el exsecretario de comunicación del Govern, cometí por ejemplo el error de hacerlo. Le enseñé todos los artículos publicados por Puig i Ferreter en sus años mozos. Arduo trabajo de recopilación de una tesis doctoral que nunca llegué a terminar. El periodismo se aprende en la calle.

Seguí después su carrera como editor al frente de la editorial A contravent. Hizo una labor encomiable de recuperar a clásicos catalanes del periodismo como Just Cabot, Domènec de Bellmunt o Carles Sindreu. Y otros no tan antiguos como los diarios de Montserrat Roig (2011). Con el hijo de la periodista coincidí en una visita a Mauthausen. "Els catalans als camps nazis" todavía es insustituible.

Hasta elogié su labor editorial en un artículo titulado “El ejemplo de Quim Torra”. No he conseguido encontrarlo ahora en las redes sociales. Era antes de la consulta de Arenys porque ese día coincidimos en esta localidad del Maresme. Acababa diciendo que, muerto Jaume Vallcorba, si nunca llegase a escribir un libro me gustaría tener un editor como Quim Torra.

También seguí su labor como autor con su biografía de Eugeni Xammar (2008) -el periodista catalán más importante después de Pla aunque él lo debe poner primero- y sus “Ganivetades suisses”. De título premonitorio en los tiempos que corren: "Cuchillazos suizos". Incluso guardo algún incunable del futuro presidente: "Como triunfar en la empresa leyendo literatura catalana". Habrán visto que es de natural terco y optimista.

Luego seguí de cerca su evolución ideológica: primero se acercó a Reagrupament. Hasta participó en alguna asamblea cuando el corriente crítico del exconsejero Joan Carretero parecía que podía competir con ERC. Le recuerdo también en el homenaje al general Moragues, el héroe de la Guerra de Sucesión cuya cabeza permaneció doce años enjaulada como escarmiento. Acabó acercándose, como otros, a Convergencia.

En un país en el que apenas lee nadie dudo que se pueda vivir de vender libros o escribirlos. En el 2012, Xavier Trias lo puso al frente de El Born para los fastos del Tricentenario. Todavía recuerdo la visita de Francesc Homs, entonces todopoderoso conseller de Presidencia el día de la inauguración.

Cuando fue cesado, Romeva lo nombró director del Centro de Estudios Contemporáneos de la Generalitat. Una vicaría, supongo. Entre uno y otro cargo tuvo tiempo de ser presidente de Òmnium Cultural -una de las patas del proceso, la otra es la ANC- tras la muerte de Muriel Casals.

De ahí a diputado de JxCat y tapado en la sucesión. Las carreras siempre las ganan los que no salen de preferidos. En cuanto se metió en política empezamos a alejarnos. Jordi Cañas ya recuperó hace años -este jueves ha vuelto a hacerlo- sus tuits más polémicos.

Y en su intervención el pasado 1 de marzo me pareció que iba embalado aunque acabó citando a Stefan Zweig: comparó el 155 con el “derecho de conquista”, hablo de “deriva autoritaria”, de “indecencia democrática”. “Desde hace cien años, los presidentes dela Generalitat acaban en la prisión o en el exilio”, añadió. Arrancó aplausos en su bancada.  Fue su carta de presentación.

En fin, quizá de todas las opciones -Elsa Artadi, Eduard Pujol, Josep Costa, etc.- es la menos mala. Pero nunca llegué a imaginar que pudiera llegar a presidente. Quim Torra es fruto de los vaivenes de la política catalana y de los vacíos de poder, tan perjudiciales en la historia.

Hay que darle, en todo caso, un margen de confianza. Al menos los famosos cien días. Si Quim Torra persiste en el error de pedir la independencia con sólo el 47% de los votos -en el 2015 y en el 2017- el soberanismo continuará dándose de golpes contra la pared y Catalunya permanecerá subida en una noria.

Una última reflexión, casi un ruego: los que iban dando lecciones de democracia -“això va de democràcia”, decían- han acabado proponiendo un presidente designado a dedo por un expresidente a 2.000 kilómetros de distancia. Por eso espero que Carles Puigdemont tenga con Quim Torra mejor vista que la que tuvo en su día con Albert Ballesta como alcalde de Girona. Duró cuatro días.

El futuro presidente lo tendrá difícil porque se ha hecho evidente que sus consejeros no los ha puesto él sino los respectivos partidos. Esquerra confirmaba esta misma mañana, mucho antes de que trascendiera su nombre, el nombre de dos de sus consejeras: Ester Capella y Teresa Jordà. Algo que ya ocurrió con Pasqual Maragall.

En fin, Catalunya está instalada en un bucle. Es urgente salir de él. Espero que Quim Torra contribuya a mejorar la situación política más que a empeorarla. Aunque, como dice el dicho, en política todo es susceptible de empeorar. Yo, a diferencia de él, tiendo al pesimismo. Visto como está el patio casi a un sentimiento trágico de la vida. Crucemos los dedos."           (Xavier rius, director de e-notícies, 10/05/18)


"El exdiputado de Ciudadanos, Jordi Cañas, ha recordado en su twitter algunas de las tuits más polémicas que hizo el futuro presidente de la Generalitat, Quim Torra, entre 2012 y 2013. 

Posteriormente eliminó su cuenta. Cañas ya les recordó cuando Torra fue elegido presidente de Òmnium.

El diputado de JxCat criticaba que "los catalanes votamos y los españoles vienen a vigilarnos. Fuera de aquí de una vez! Iros, dejadnos vivir en paz". También consideraba que "oír hablar a Albert Rivera de moralidad es como oír hablar a los españoles de democracia". "Los españoles sólo saben expoliar", afirmaba en junio de 2012.

También aseguraba que "franceses o españoles comparten la misma concepción aniquiladora de las naciones que malviven en sus Estados". Igualmente escribía que los catalanes "vamos en coches particulares y nos lo pagamos todo, no hacemos como los españoles, nosotros". "Vivimos ocupados por los españoles desde 1714", lamentaba.

 "El fascismo de los españoles que viven en Catalunya es infinitamente patético, repulsivo y borde”, decía Torra el 31 de diciembre de 2012. También comparaba que "los españoles en Catalunya son como la energía: no desaparecen, se transforman".

"Fuera coñas, señores. Si seguimos aquí algunos años más corremos el riesgo de acabar tan locos como los mismos españoles", advertía. "Sobre todo lo que sorprende es el tono, la mala educación, la 'pijería' española. Sensación de suciedad. Horrible", sentenciaba el 9 de julio de 2013."           (e-notícies, 22/07/2015. Actualizado 11/05/2018)