"Los nacionalistas han predicado a diestro y siniestro el espanyansoba. Durante años colgaron pancartas en los pueblos catalanes proclamando que “cada dia surten de Catalunya cap a Espanya x milions que no tornen mai”.
Según el Catalan Psycho, Rufián, España es un “encapuchado que entra en una tienda y roba”. Para Salvador Cardús, otro apparatchik nacionalista, cada día “sale hacia Madrid un tren cargado de dinero que se lleva las guarderías de nuestros hijos”.
Artur Mas dio el visto bueno a un cartel de su partido que rezaba “L´Espanya subsidiada viu a costa de la Catalunya productiva“. Junqueras aprobó otro que clamaba “Madrid ens roba”. Igualito que el “Roma ladrona” de los amigos de la Lega Nord. Amor a dojo, escolti.
El hecho es que los expertos han demostrado que el “espoli” fiscal es una trola. El estudio comparativo de FEDEA es demoledor:
“con las cifras en la mano, Cataluña no está especialmente maltratada
en términos de su financiación o de su saldo fiscal si la comparamos con
otras regiones de renta relativa similar, tanto dentro como fuera de
España“. Si consideramos las ayudas a la banca de los últimos años, el saldo es brutalmente positivo. A los catalanes nos roban, y mucho, pero es desde el Palacio de la Generalitat.
Curiosament els mateixos nacionalistes que es passen per l´aixella el principi Constitucional d´igualtat d´accés als serveis públics de titolaritat autonòmica, fan escarafalls pels problemes de desigualtat al món.
Hoy mismo Junqueras postureaba hipócritamente:
“Los conflictos nos conducen a casos como el de los refugiados de Macedonia. Hay que plantearse dónde nos lleva la desigualdad entre las personas”
Un dolço vigilante le ha endosado un zasca sideral:
“¿Cómo es posible querer ser solidarios con los refugiados y a la vez ser contrario a la solidaridad interregional?”
No hay más preguntas, señor juez.
Dolça i hipòcrita Catalunya…" (Dolça Catalunya, 07/03/16)
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