"(...) Josep Pla, el gran autor de las letras
catalanas, gran defensor de la versión burguesa de la cultura catalana,
que apoyó activamente el golpe fascista militar, siendo una de sus
funciones –como espía del Ejército fascista- el señalar los lugares
donde debía bombardearse Barcelona, comunicando la información a las
fuerzas militares para que estas bombardearan.
De nuevo, una persona que
jugó un papel importante en la estrategia militar del golpe fascista es
homenajeada por sus escritos en catalán, ignorando su articulación con
el golpe militar que, por cierto, oprimió brutalmente a la cultura
catalana.
Recuerdo la impresión nauseabunda que me dio descubrir el
busto de Josep Pla en el Ateneo Barcelonés, durante muchos años el
centro intelectual burgués de Barcelona.
Tal institución es privada,
pero la existencia de este busto muestra la falta de sensibilidad
democrática de dicha institución. De nuevo, el domino de la burguesía
catalana en la vida cultural e intelectual explica que se le homenajee,
con la presencia de un busto de su figura.
En este caso se ha dicho también que una
cosa es la persona y otra es el escritor. Tal argumento ignora muchos
hechos. Uno es que aquellas sociedades en donde se derrotó al fascismo y
al nazismo, y en las cuales se desfascistó y desnacificó (como en
Alemania) el país, las personas que habían sido parte del aparato
cultural nazi y fascista fueron deshomenajeadas, perdiendo los honores
que la dictadura les había otorgado, eliminando sus monumentos en los
espacios públicos y prohibiendo que se les homenajeara en los espacios
privados.
En España, sin embargo, el fascismo no fue derrotado, y las
fuerzas que dominaron la Transición fueron las herederas de aquellos que
hicieron el golpe militar y establecieron el régimen dictatorial. Y
esto ocurrió en toda España, incluyendo Catalunya.
El temor (cuando no
la cobardía) de los gobiernos de izquierdas en España (primordialmente
del PSOE) ha tenido un coste elevadísimo, pues ha permitido el
mantenimiento de una visión hegemónica de lo que ocurrió en España,
donde la recuperación de la Memoria Histórica está muy retrasada.
Hay
una relación clara entre la permanencia de un monumento al fundador de
aquel régimen (el general que ha asesinado a más españoles en este país)
en el Valle de los Caídos, y el rechazo institucional que ha ocurrido
en Madrid a la propuesta de que se interrumpiera el homenaje a las
figuras de Dalí y de Josep Pla, activos miembros de la represión
fascista, eliminando la dedicación de calles públicas a tales personajes
en esa ciudad.
¿Hasta cuándo continuará este temor a las derechas,
herederas de aquel régimen, en España? (...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 3 de marzo de 2016, en www.vnavarro.org, 03/03/16)
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