10/10/14

¿Votar el 9N? ¡No, gracias!

"Hace ya más de un año que publiqué un artículo en el que explicaba por qué no debíamos tener miedo a un referendo, que era fundamental liderar la situación política y romper el marco mental que con astucia maquiavélica había diseñado el nacionalismo. Dejarles sin la posibilidad de utilizar su arma más preciada, que es el victimismo, para dejar en evidencia un movimiento etnicista con los pies de barro.

Cada día que ha pasado desde entonces se ha ido cumpliendo punto por punto la hoja de ruta diseñada por el PUC, y en estos momentos nos encontramos con los ánimos sumamente caldeados, con el nacionalismo viendo a tiro su arcadia feliz soñada, y con el resto desorientados y sin saber bien qué hacer. (...)

Analizando los movimientos aparentemente erráticos del señor Mas y sus “apóstoles”, se vislumbra un escenario para el 9 de noviembre en el que habrá un referendo al estilo del ensayo iniciado en Arenys de Munt en el año 2009. Se sacarán urnas a la calle, votarán extranjeros con tres años de residencia de la mano de Àngel Colom, mientras se impedirá el voto de catalanes de fuera del principado.

Podrán votar mayores de 16 años, más fácilmente imbuidos del santo grial de la fe de la bandera, y el resultado será aplastante y rotundo. Se subirá un punto más en la escalada de tensión y se obtendrá un triple rédito:

- Ganar tiempo tapando con la estelada el saqueo del estado social liderado por la derecha nacionalista de CiU y ERC.

- Potenciar el clima secesionista sumando más adeptos a la moda de la identidad unívoca. El efecto "mancha de aceite" en estos casos es muy efectivo.

- Preparar unas elecciones plebiscitarias con la ley electoral a favor, con el ambiente idóneo para obtener mayoría absoluta, y proclamar la secesión unilateral teniendo como coartada el hecho de haber celebrado una “consulta" previa.

Ante este posible escenario, y a falta de medidas que a mi juicio ya deberían haberse tomado por parte del Gobierno central, a los que nos oponemos a esta cruzada inmoral, antisocial, antidemocrática, aderezada con variados y contrastados elementos protofascistas, no nos queda otra que no votar.(...)"            (Daniel Perales, Crónica Global, Domingo, 28 de septiembre de 2014)

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