9/10/13

La consulta no se va a hacer

"La celebración de una consulta sobre la independencia de Catalunya es más difícil que hacer entrar un camello por el ojo de una aguja. La consulta no se va a hacer. Ese runrún corre por todos los partidos catalanes, aunque no lo dicen en público porque entonces evidenciarían que están dedicando tiempo y esfuerzo a nada.

Pero hete aquí que la semana pasada se le escapó a Lluís Corominas, vicesecretario de CDC, que no habrá consulta. En Convergència ya han asumido que no es viable montar un simulacro de referéndum si no hay el más mínimo respaldo del Gobierno central, aunque sea para mirar hacia otro lado. Así que, como dijo Corominas, vamos a unas elecciones, que Mas quiere en el 2016 y que intentará presentarlas como plebiscitarias.

Por eso, en los próximos tres meses vamos a asistir a un nuevo episodio de política virtual. En ese tiempo, los partidos del Parlament se dedicarán a discutir sobre el calendario y la pregunta de una consulta imaginaria. La fecha es una exigencia de Esquerra y, en cuanto se fije, provocará un incendio en Madrid, con los consiguientes aspavientos y el recurso al Constitucional como colofón. 

Pero la pregunta es el punto donde se apreciará la división que aqueja a los partidos catalanes, ya que algunos querrán introducir una tercera vía aparte de quedarse o marcharse de España. 

Para evitar que se rompa el actual bloque entre CiU, ERC e ICV, es muy probable que se opte por una pregunta que no se refiera en ningún momento a la independencia, sino al Estado propio. De esta forma, Unió e Iniciativa mantendrían su apoyo a la consulta. Los socialistas se acabarán descolgando del todo.

Después de tres meses de vaivenes a cuenta de una pregunta sobre un eventual e indefinido Estado propio para una consulta que difícilmente se va a celebrar, la política catalana entrará en otra fase: la campaña para las elecciones europeas de mayo del 2014. Si CiU y ERC son capaces de ir juntos a esa cita, se facilitaría la posterior entrada de los republicanos en el Govern, tal como espera Convergència, aunque está por ver que a Esquerra le convenga. A partir de entonces, Mas deberá decidir cuándo convoca las elecciones plebiscitarias.

No es probable que, mientras, los partidos que no desean la independencia hayan construido discursos alternativos. Incluso pueden tener la tentación de construir un frente anti- , como ocurrió entre socialistas y populares contra Ibarretxe, y así les fue… Rajoy y los suyos han llegado a la conclusión de que la mejor estrategia es esperar a que Mas se estrelle al final del callejón sin salida en que se ha metido.

 Pero, aunque ese fuera el desenlace, por el camino el 80% de los catalanes que hoy apoyan una consulta que se les ha presentado como factible habrán visto frustradas sus expectativas. Y eso ya no es virtual, es un caldo de cultivo de descontento que tendrá consecuencias muy difíciles de gestionar en el futuro. A no ser que ocurra un milagro…"              (M. DOLORES GARCÍA
LA VANGUARDIA, 8.10.13, Materials per diari de Miquel Iceta, 10/08/2013)

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