9/10/13

El exdirector de El Periódico denuncia "listas de buenos y malos" catalanes

"Pero el proceso va entrando en un camino de provocaciones y algunos opinadores, lejos de ayudar a una reflexión serena y plural, se han lanzado a una deriva partidista. No me refiero a los incendiarios que insultan e incitan a la violencia física o intelectual contra los adversarios: a pesar de su peligrosidad, se trata de grupos minoritarios con una incidencia casi nula en la mayoría de los ciudadanos.

 Hablo de los que monopolizamos las plataformas de expresión públicas y privadas. De los que deberíamos hacer exhibición de reflexión y autocrítica, pero hemos caído en un fanatismo propio de hooligans de equipo de fútbol. En ambos bandos de la discusión.

Ahora mismo hay intelectuales independentistas que hacen listas de buenos y malos; que se ponen orejeras para mirar sólo en una dirección y no oír hablar ni de riesgos ni de problemas; que acusan de traición a los que no comulgan con su entusiasmo; que señalan como desafectos a quienes tratan de contrastar con solvencia y honestidad; que promueven exámenes de catalanidad y que reclaman el monopolio del patriotismo en base a su antigüedad militante, olvidando que el independentismo, mientras tenía un apoyo marginal, no era una alternativa como ahora que tiene apoyos amplísimos en la sociedad catalana.

En sentido contrario, muchos intelectuales contrarios a la secesión no sólo descalifican a quienes sostienen tesis diversas, sino que se burlan de ellos. Insultan y manipulan a conciencia, con el fin de atribuir al adoctrinamiento el impulso de un movimiento transversal que saben de sobra que sólo puede haber salido de las clases populares y medias, de abajo hacia arriba.

 ¡Cuántas veces no han intentado ellos mismos impulsar movilizaciones similares y han fracasado, precisamente porque no partían de la base social del país! (...)"                ('Periodistas e intelectuales', de Rafael Nadal en La Vanguardia, en Cafe Reggio, 04/10/2013)





"(...) Párrafo propio merece el artículo de Rafael Nadal en el diario de Godó. Por regla general, se cree que es imposible hacer periodismo en los artículos de opinión. No es cierto, salvo que el periodismo renuncie, como suele ser el caso, a una cierta objetividad, que consiste en empatizar con la realidad. 

O sea, intentar explicar lo que pasa en vez de lo que nos gustaría que pasara. "Ahora mismo hay intelectuales independentistas que hacen listas de buenos y malos [...]; que acusan de traición a quienes no comulgan con su entusiasmo; que promueven exámenes de catalanidad", escribe Nadal. 

"En sentido contrario -añade- muchos intelectuales contrarios a la secesión no sólo descalifican a quienes sostienen tesis diversas, sino que se burlan de ellos".         (Crónica Global, Pablo Planas, Viernes, 4 de octubre de 2013

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