"Ese principio implica que las comunidades más ricas transfieran
recursos a las que lo son menos a través de los mecanismos establecidos.
Eso es considerado por los teóricos del soberanismo como prueba del
“expolio fiscal” de Cataluña, pero es algo que ocurre en todos los
sistemas federales modernos.
Como ha recordado recientemente José María
Ruiz Soroa (El Correo, 2-9-2012), tener déficit fiscal
no es “un expolio, ni un robo, ni algo injusto, sino la expresión de la
justicia fiscal progresiva”.
A nadie que paga más impuestos de lo que
cuestan los servicios públicos que recibe se le ocurriría salir a la
calle gritando “tengo un déficit fiscal personal”, dice Ruiz Soroa, para
concluir que si las diversas comunidades tuvieran todas un saldo fiscal
igual a cero “podríamos afirmar que estamos ante un Estado radicalmente
injusto e insolidario que incumpliría sus funciones más básicas”.
Cataluña contribuye a la Hacienda común en mayor medida que otras porque
es más rica que ellas, o sea, porque hay en su población más
contribuyentes ricos.
Lo mismo ocurre en Alemania, donde tres Länder, más la
ciudad de Hamburgo, contribuyen a la financiación de los otros 12, que
están por debajo de la media en ingresos per cápita. El artículo 107 de
su Constitución establece que “se garantizará mediante ley que quede
debidamente compensada la desigual capacidad financiera de los Länder”.
Pero es cierto que una ley aprobada en aplicación de ese precepto fue
recurrida en 1999 por el estado de Baviera ante el Tribunal
Constitucional, que resolvió prohibir decisiones que implicaran que “el
orden de capacidad financiera de los Länder quede invertido
después del reparto” de los fondos de compensación.
Ese principio
figuraba en el nuevo Estatut, pero el Constitucional lo echó abajo
argumentando que tal medida correspondería en su caso a la jurisdicción
estatal, no a la de una parte, la comunidad autónoma.
Un Land puede mejorar posiciones en el ranking,
pero no desbordar a uno de los contribuyentes netos en el resultado
final. Es una virguería reveladora de la mentalidad algo mezquina de
quienes lo plantearon en esos términos: exigir que los Estados pobres no
reciban más ingresos por habitante que los que son contribuyentes netos
no tiene una justificación moral o política clara. En todo caso,
tranquiliza a los catalanes saber que no son los únicos afectados por
esa obsesión.
Según datos de la Generalitat, Cataluña es la tercera comunidad en
recaudación y la octava en financiación por cabeza, tras su aportación a
la solidaridad. Pierde por tanto cinco puestos. Las otras dos
comunidades que son contribuyentes netas, Baleares y Madrid, pierden
respectivamente siete y nueve posiciones.
El hecho de que afecte a esas
otras dos comunidades podría tal vez propiciar una negociación que ya no
sería solo sobre Cataluña, sino sobre la adecuación del sistema de
financiación a las condiciones de la crisis. De la reunión podría salir
el encargo de un informe técnico independiente que actualice datos e
incluya los relativos a las balanzas comerciales entre comunidades,
inseparables del debate sobre las balanzas fiscales." (
Patxo Unzueta El País, 19 SEP 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario