13/4/20

Xavier Rius: Torra al desnudo... El entrevistado y el entrevistador andaban preocupados por cuando se reabrirá el Camp Nou, estadio “de su equipo y del mío”, llegó a exclamar el presidente. A mí me dieron ganas de hacerme del Algeciras

"Ha bastado una entrevista de Torra en Rac1 -que tampoco era Frost contra Nixon- para darnos definitivamente cuenta de a quién tenemos de president. No lo digo por los titubeos, los silencios, los carraspeos -que también- lo digo por la falta de dirección. Torra no sabe a dónde vamos.

Empezó con las frases tan habituales estos días: “esfuerzo espectacular”, “profesionales excelentes", “sobrecarga de trabajo”, “situación muy difícil”. Ya nadie se acuerda de los recortes de CiU.

Como dio tantos consejos -no salir de casa, cumplir el confinamiento, no desplazarse a segundas residencias- pareció por momentos el hombre del saco. Aquel con el que amenazan a los niños cuando se portan mal o hacen una travesura.
Hasta hubo alguna licencia poética del estilo “cicatriz del alma”. Supongo que una herencia de sus tiempos de editor. Pero bueno hasta aquí todo normal. Al menos no había lanzado ninguna propuesta peregrina.

Por supuesto felicitó a aquellos ayuntamientos que han blindado el acceso a las citadas segundas residencias -incluso con barreras físicas- pero entonces la cosa empezó a torcerse.

Dijo que si no tienen suficientes policías locales “pues que lo haga la gente de mantenimiento” en alusión a las correspondientes brigadas municipales. ¿Con qué autoridad, president?, pensé. Me vino a la cabeza que, en la rueda de prensa del martes, una colega le preguntó al consejero de Interior si las policías locales de Gavà, Viladecans y Castelldefels podían colaborar temporalmente -supongo que por el exceso de trabajo y las bajas temporales- y Miquel Buch respondió que ¡no!.

Yo creo que a un presidente de la Generalitat hay que exigirle dos cosas: una que sepa qué país pisa. La otra que tenga un proyecto de país en la cabeza, valga la redundancia. Es decir: saber hacia dónde vamos. Torra no tiene ni una cosa ni otra.

Respecto a la primera cree que todos los catalanes son indepes, del Barça, miran TV3, escuchan Terribas o Basté, les gustan los calçots y los castells, compran el Ara o El Punt-Avui y votan JxCat o Esquerra, aunque los de ERC se están desviando últimamente. No, presidente, Catalunya es Mollerussa pero también Cornellà.

La segunda, como decía, es tener una idea de país. Torra, más allá de la independencia, no la ha tenido nunca.

De hecho su obra de gobierno -aparte de haber retirado una pancarta- ha sido todo tipo de organismos que a la hora de la verdad no han servido para nada: el Consell de la República, el Foro de Lluís Llach, el Comisionado del 155, la Oficina de derechos civiles.

Tendríamos que añadir a tanta burocracia el Diplocat y toda la red de delegaciones catalanas en el exterior. ¿Qué eficacia han demostrado en tan aciagos momentos? Ninguna. Ni siquiera han sido útiles para repatriar a catalanes desperdigados por el mundo.
Pero es que Torra tampoco tiene una idea de lo que quiere hacer con Catalunya después del coronavirus. Felizmente espero que ya no esté en el cargo. Por el bien de todos.

Por ejemplo, ha admitido que los Presupuestos “evidentemente” ya no sirven pero da igual. Van a intentar aprobarlos “la semana que viene” con ayuda de los Comunes. ¿Pero cómo vas aprobar unas cuentas hechas antes del virus? Es pura cabezonería. Intentar salvar la legislatura. Llevan tres ejercicios sin Presupuestos. Això va de democràcia, decían. En realidad son incapaces de gobernar. A los hechos me remito. Torra ha de ser consciente de que no sirven y de que hay que rehacerlos de arriba a abajo. Habrá que primar las partidas de sanidad, de trabajo, de prestaciones sociales.

Hasta agradecer al personal que ha estado en primera fila el esfuerzo realizado. Una enfermera cobra 1.500 euros al mes, una auxiliar 1.300. ¡Al menos una paga extra!

Hay que empezar a soltar lastre: la Generalitat tiene que adelgazar, perder peso. Ya nada será como antes. Hay que sacar el dinero de debajo de las piedras. Hay que cerrar organismos públicos, entidades autónomas, agencias, patronatos, fundaciones, memoriales, institutos. Hay que primar Salud e incluso investigación, no sea que nos pille el toro otra vez. Hay que cerrar también chiringuitos como el CAC, la Oficina Antifraude, el Institut Català Internacional per la Pau. Hay que dejar TV3 en la mitad. Rebajarles el sueldo hasta a los presentadores del TN. ¡Mònica Terribas no puede cobrar 200.000 euros en los tiempos que corren!

Plantearlo así no tiene que verse como un ataque a Catalunya sino lo contrario: la voluntad de salvar la vida a los catalanes en el futuro. Hay que estar prevenido para más pandemias.
Desde luego esto es extensible al resto de administraciones: diputaciones, consejos comarcales, ayuntamientos. Incluso al resto de comunidades autónomas.

Aunque no he visto a ningún dirigente político -éstos que piden tantos sacrificios a empleados, autónomos y empresarios- hacer siquiera una propuesta.

De hecho yo soy Torra y me voy a Basté al menos con algún as bajo la manga para subir los ánimos o dar ejemplo. Tanto equipo de comunicación en Palau -Jaume Clotet, Anna Figuera, Pere Cardús, Joan Maria Piqué- y a nadie se le ha ocurrido nada. Por ejemplo, un recorte de los sueldos de los altos cargos, incluido el Govern. Pero el otro día se me ocurrió preguntarle a la portvoz, Meritxell Budó, y conestó que era una “medida populista”.

Torra cobra 144.000 euros anuales. Creo que es el político que cobra más de toda la Península. Excluyo al presidente de Portugal por si acaso.

En fin, el resto de la entrevista fue puro relleno. Hubo algunas meteduras de pata, salidas de tono o hasta deslices.

Admitió que Madrid ha enviado 188.000 tests, ellos han traído 44.000 -luego subió a 50.000 ante el desliz- pero la Diputación de Barcelona 150.000. ¿Entonces de qué sirve la Generalitat? En otro momento confundió “camisetas” con mascarillas y su gran objetivo es que el verano “sea el más feliz posible”. “Que estemos juntos todos los que hemos estado separados”, añadió. Aquello ya parecía Verano Azul y Torra haciendo de Chanquete.

Hubo otro momento memorable cuando afirmó, para destacar el esfuerzo de la Generalitat, que “se pasó un día entero” buscando batas. Incluso en estos dramáticos momentos no sé exactamente si el cometido del presidente de la Generalitat es buscar batas por el mundo.

También se fue con las ramas en un intento de resucitar el proceso. Llegué a temer que sacara a colación la famosa mesa de diálgo o los presos. Hasta llegó a hablar de las ventajas de tener “ciudanos empoderados, doblemente empoderados". ¡President, que llevamos más de 3.000 fallecidos en Catalunya!. Pero él a lo suyo.

Y eso que que Rac1 tampco es la Cope. Ni Jordi Basté el citado David Frost. Las trabas de la Generalitat a la UME salieron al final de todo. Y aún porque sacó el tema uno de los tertulianos.

Hay que recordar que hace apenas unos días el presidente de la Generalitat decía que lo que tenía que hacer el Ejército era poner furgonetas en la pista de aterrizaje de El Prat como hicieron en Guayaquil con aquel avión de Iberia. En Guayaquil, por cierto, ahora no pueden ni enterrar a los muertos. Fue como aquella vez que, nada más llegar al cargo, dijo que Catalunya vivía una “crisis humanitaria”. Como si fuéramos Eritrea o Somalia. Ahí ya todo el mundo se la dejó pasar.

Aunque sus consejeros tampoco se quedaron a la zaga. Miquel Buch dijo a mediados de marzo que “no hacía falta” y Alba Vergés que no había que pedir ayuda “a no sé qué ejército”. A Basté -y al resto- se les olvidó también preguntar sobre las críticas de alcaldes del área metropolitana, sobre las quejas de la presidenta de la Diputación de Barcelona -ausente el PSC por el qué dirán en Madrid- o incluso la desesperación del alcalde de Igualada, Marc Castells, que es de JxCat. Las cifras oficiales de Salut no coincidían con las de las funerarias.

O sobre el mismo confinamiento de la Conca d'Òdena. El razonamiento que hizo el consejero de Interior el día que anunció el levantamiento fue genial: “el confinamiento no tiene sentido porque estamos todos confinados”. Tuvieron que pasar tres semanas -desde que el Gobierno central decretó el confinamiento geneal- para que llegara a semejante conclusión.

Pero si de verdad eché en falta una pregunta fue: ¿President, usted cree que tirar mierda todo el día al Gobierno español tendrá réditos electorales? ¿Servirá para resucitar el proceso? ¿Es una buena estrategía para el independentismo?

Ya no lo hacen tan escandalosamente como al principio -Puigdemont pasó del Espanya ens roba al España nos infecta- pero en cuanto Jordi Basté le preguntó sobre los muertos en residencias -llevamos 1.300- Torra se apresuró a recordar como quien no quiere la cosa que en Madrid van por 4.500. Eso sí, aseguró que andaba preocupado sobre el tema “desde el primer momento”. Sólo faltaría, pensé.

¿Cómo pudo Torra llegar a presidente? Bueno, muy sencillo: primero porque lo puso el de Waterloo. Yo creo que bajo aquella ley de supervivencia política que aconseja no poner nunca uno mejor que tú de sustituto para evitar que te haga sombra. Visto el nivel del primero imaginen el del segundo. Lo cierto es que ni tan siquiera encabezaba la lista. Iba el onceavo. Y antes que él sonaron todo tipo de nombres: Jordi Sánchez, Jordi Turull, Elsa Artadi, Laurà Borràs, Marc Solsona. Creo que hasta la de natación sincronizada. ¡Incluso Toni Morral! Pero es bien cierto que contó el apoyo de 66 diputados del Parlament: los de JxCat y Esquerra -que votaron a favor- y los de la CUP, que se abstuvieron. Habrá que recordarlo para que sepan los catalanes del futuro a quien debemos tan magno acontecimiento.

No sólo eso. Quim Torra se ha beneficiado también del compadreo de los medios de comunicación. La misma entrevista en Rac1 es un buen ejemplo. El entrevistado y el entrevistador andaban preocupados por cuando se reabrirá el Camp Nou, estadio “de su equipo y del mío”, llegó a exclamar el presidente. A mí me dieron ganas de hacerme del Algeciras pero no me gusta el futbol.

Y el presidente dijo, antes de la entrevista, que había estado escuchando "al Tian". Debía referirse a Tian Riba, director del programa FAQS de TV3. A quién iba ser si no. Otro de los nuestros. Como los del comité del Covid, que también los eligen por proximidad ideológica.

Pero no he entendido nunca que en la emisora del conde de Godó -bueno, del hijo- colaboren estrellas de la competencia. Un ejemplo fehaciente de que en Catalunya no tenemos una radio pública y una radio privada: tenemos una amalgama."                (Xavier Rius, director de e-notícies, 09/04/20)

No hay comentarios: