"(Jordi Canal) Vive entre París, donde es profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (...)
«No se puede entender lo que está pasando sin conocer algunos elementos
del pasado», asegura. En el libro aborda cómo se ha construido lo que
denomina un «relato nacional nacionalista que hace que se relea toda la
historia de Cataluña con ese fin hacia la independencia, basado en mitos
e invenciones».
Ese relato tiene tres pilares.
En primer lugar, la
existencia de una nación que se habría constituido en la época medieval.
«Al afirmar la nación catalana niegan automática la existencia de la
nación española, que sería artificial», asegura.
En segundo lugar, la
existencia de un Estado catalán que «Castilla, a la que identifican con
España, se habría cargado en 1714».
El tercer elemento que añaden los
nacionalistas es que «Cataluña, a diferencia de Castilla-España, sería
ya un país democrático o que evolucionaba hacia la democracia, en el
siglo XVII». «Todo esto es falso, nada se sostiene», concluye el
historiador.
Canal destaca que el proceso de nacionalización se acelera «en la época
de la Mancomunidad, en la Segunda República y, sobre todo, durante el
pujolismo, un período que es profundamente exitoso desde el punto de
vista del nacionalismo, es un éxito casi total, mucho más de lo que
nunca pudo pensar el propio Jordi Pujol».
Señala que «el proceso de
nacionalización, sobre todo a través de la escuela, la televisión y el
clientelismo, unido a un discurso atractivo, enraizaron una visión del
mundo que está en la base de lo que está sucediendo hoy». Si bien se
planteaba «en términos autonomistas, nunca descartaba el paso siguiente
y, sobre todo, preparó que los jóvenes fueran más independentistas».
Pone como ejemplo que «Jordi Pujol era autonomista, pero sus hijos,
Jordi y Oriol sobre todo, los más metidos en política, eran
independentistas».
Considera que el proceso se inicia en el 2003, con la llegada del
tripartito al poder y la decisión de tocar el Estatuto, que «abre la
caja de Pandora». Sin esos años que van del 2003 al 2012 «no se entiende
lo que ha ocurrido». Recuerda que «Artur Mas nunca había sido ni
catalanista ni nacionalista, se llamaba Arturo y de repente aterrizó en
el Ayuntamiento de Barcelona, hizo una carrera en empresas próximas al
poder, fue ascendiendo y, luego, de golpe en el 2012, de un día para
otro, se hizo independentista».
«La escuela catalana vehicula nacionalismo por todos
lados, en el aula, en los juegos, en los textos que se utilizan, en las
canciones», señala Canal. «Se crea una visión del mundo independentista
que excluye totalmente a España y considera el castellano una lengua
extranjera», añade. (...)"
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