18/10/24

PP, Vox y Junts, una mayoría de clase... el 17 de septiembre cayeron todas las caretas. Y se alzó la cruda, definitiva realidad: que ante un situación de emergencia nacional causada por una crisis habitacional sin precedentes, de repente murieron las patrias y emergió la única Patria real: la cuenta bancaria, es decir, la clase social. Y cuando ésta se halló en peligro, PP, Vox y Junts, enemigos irreconciliables, acudieron a defenderla como un solo hombre, arrastrando por el lodo las banderas

 "Quien esto escribe publicó el pasado mes de junio una entrevista a la portavoz del Sindicat de Llogateres de Catalunya, Carme Arcarazo, en La Veu del Carrer, la revista de la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB). Aquella charla fue sumamente pedagógica, pues desentrañaba el complejo problema del alquiler de Vivienda en España. Explicaba Arcarazo, por ejemplo, que actualmente existe una ley diseñada para frenar el aumento abusivo de los precios de los alquileres, mediante un cierto control de éstos; que la norma es de ámbito nacional y que rige en las áreas previamente calificadas como “tensionadas” en el aspecto inmobiliario. Pero que sin embargo su aplicación era potestad de las comunidades autónomas. Lo llamativo es que hasta el momento sólo Cataluña  había aceptado aplicarla (curiosamente bajo un gobierno independentista, el de ERC). Frente a esta soledad, el resto de territorios (incluyendo el inmenso poder autonómico del PP) le seguían dando la espalda.

No voy a explicar aquí las características de una regulación que requeriría de otro artículo para ser conocida convenientemente. Pero sí me interesa detenerme en un punto en el que la portavoz sindical ponía especial énfasis: el Alquiler de Temporada. “Se trata” -afirmaba- “de un acuerdo libre entre dos partes y, en consecuencia, éstas pueden pactar libremente” su duración. Por consiguiente, ésta es totalmente variable, arbitraria (“no hay límites: igual pueden ser cuarenta días que tres años, a voluntad”). Además es un contrato “completamente desregulado, no hay protección de ningún tipo para el inquilino”. Y lo más importante: “no entra en la regulación de precios que impone la Ley de Vivienda”. Teniendo en cuenta que este arrendamiento proporciona pingües beneficios, siendo mucho más lucrativo que el alquiler habitual y que el propietario puede decidir libremente pasarse a esta modalidad, se entiende que Arcarazo defina el Alquiler de Temporada como la auténtica grieta de la Ley de Vivienda, pues constituye una vía de escape perfecta para quien desee esquivar el control de precios que impone ésta. Una grieta de la que responsabiliza, por cierto, a los socialistas: “El PSOE lo hizo conscientemente: Dijo ‘dejaremos un agujero en la legislación para que no funcione’ ”.

Y así llegamos al 17 de septiembre. Se vota, impulsada por Sumar, la admisión a trámite de la Proposición de Ley “relativa a la Regulación de los Contratos de Alquiler de Vivienda por Temporada y Alquiler de Habitaciones”. Es decir, un intento de acabar con la grieta, sometiendo esta modalidad de arrendamiento a regulación. Nótese que sólo se trataba, como he dicho, de admitir la norma a trámite, es decir, de solicitar el visto bueno de la Cámara para debatirla, ni siquiera para aprobarla.

Entonces se produjo en el Congreso uno de los milagros políticos más prodigiosos  que han tenido lugar en la España democrática. “Prófugos y Golpistas” (en terminología del PP y Vox), “Exiliados y Luchadores por la Libertad de Cataluña” (en terminología de Junts), unieron sus fuerzas contra un enemigo común. Quienes día sí, día también, se han estado odiando e insultando durante los últimos años acusándose mutuamente, bien de querer romper España o de destruir la igualdad entre territorios y ciudadanos; bien de oprimir a Cataluña, su lengua o su “derecho a decidir”, se fundieron en una solo abrazo, materializado en los resultados de la votación: 178 votos en contra, emitidos por PP, Vox, Junts y Unión del Pueblo Navarro (UPN).

¿Qué había ocurrido? ¿Qué pudo obrar semejante milagro? El periodista y escritor Antonio Maestre lo explicó a la perfección en el programa La Sexta Xplica: “Junts ha votado para proteger a los rentistas, porque muchos de sus diputados son rentistas. Por ejemplo, su diputada Pilar Calvo, que tiene una sociedad que se dedica al alquiler de viviendas. Obviamente, ¿cómo va a votar Pilar Calvo contra sus propios intereses? Ellos son los defensores de los rentistas, igual que lo son el PP, Vox o UPN. Porque cuando tienen que defender la cartera y la clase social, lo hacen y no les importa la estelada o la bandera española”.

Ese 17 de septiembre cayeron todas las caretas. Y se alzó la cruda, definitiva realidad: que ante un situación de emergencia nacional causada por una crisis habitacional sin precedentes, de repente murieron las patrias y emergió la única Patria real: la cuenta bancaria, es decir, la clase social. Y cuando ésta se halló en peligro, PP, Vox y Junts, enemigos irreconciliables, acudieron a defenderla como un solo hombre, arrastrando por el lodo las banderas.

¿Hacen falta más pruebas?"               (Luis Caldeiro , elTriangle, 09/10/24)

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