26/7/22

Hace años que en Catalunya se intimida a los periodistas y medios de comunicación que no siguen las directrices de los gobiernos nacionalistas ante el silencio de casi todos. Y, en muchos casos, claudicante. Así, ha terminado el país, con farsas como la de presentar durante cinco años a la cupera Anna Gabriel como una represaliada y una exiliada... Pero algunas formas de intimidación parecen haber cambiado. Ya no son tan sutiles. Son más bruscas, al estilo Miguel Angel Rodríguez. El abucheo del diputado y vicepresidente de JxCAT, Francesc Dalmases, a una periodista del programa de TV3 Faqs ante la presidenta del Parlament, Laura Borràs, segundo cargo institucional del país, pone de relieve el profundo deterioro de la democracia en Catalunya y la sumisión de gran parte del periodismo catalán en el poder político hegemónico

 "Intimidar o presionar a periodistas y medios de comunicación no es nuevo, ni en Catalunya, ni en las mejores democracias del mundo. Durante años, en Cataluña se ha hecho de forma sibilina, hipócrita, copiando el estilo de la instrucción secreta del Abad de Vivanco en el Decreto de Nueva Planta: «Para que se consiga el efecto sin que se note el cuidado». Como hizo el empresario convergente Max Marcó suprimiendo la suscripción al Diari de Girona del Institut d'Assistència Sanitària cuando él era su presidente como represalia por haber publicado unos presuntos casos de corrupción de gente cercana a él en Roses. 

O cuando el secretario de Comunicación de la Generalitat, David Madí, me dijo en un despacho de la Plaza Sant Jaume que "si el Diari de Girona se lleva bien, nosotros también nos llevaremos bien". O cuando el propio David Madí y Artur Mas, entonces Consejero Jefe, me intentaron perdonar la vida, en un despacho también de la Plaza Sant Jaume, después de haber sido el Diari de Girona el primero, y único, diario en publicar la trama empresarial de la familia Pujol Ferrusola, y las correspondientes concesiones de la Generalitat (año 1999). 

O cuando otro secretario de Comunicación, Josep Martí Blanch, me soltó que su gobierno hacía política y, por tanto, las subvenciones eran para hacer política. O cuando Ferran Falcó, entonces jefe de gabinete de Felip Puig en Medio Ambiente me espetó que el Diari de Girona era el único medio excluido de una campaña de publicidad porque «me da la gana». 

Hace años que en Catalunya se intimida a los periodistas y medios de comunicación que no siguen las directrices de los gobiernos nacionalistas ante el silencio de casi todos. Y, en muchos casos, claudicante. Así, ha terminado el país, con farsas como la de presentar durante cinco años a la cupera Anna Gabriel como una represaliada y una exiliada.

 Pero algunas formas de intimidación parecen haber cambiado. Ya no son tan sutiles. Son más bruscas, al estilo Miguel Angel Rodríguez. El abucheo del diputado y vicepresidente de JxCAT, Francesc Dalmases, a una periodista del programa de TV3 Faqs ante la presidenta del Parlament, Laura Borràs, segundo cargo institucional del país, pone de relieve el profundo deterioro de la democracia en Catalunya y la sumisión de gran parte del periodismo catalán en el poder político hegemónico. Es muy grave por varias razones. 

1. Existe un pacto de silencio durante diez días hasta que lo publiquen tres diarios digitales. 

 2. La presidenta del Parlamento, Laura Borràs, es testigo directo de una humillación a una periodista y no hace nada. 

3. El director del programa, Pere Mas, reconocido periodista del régimen, no sólo mira hacia otro lado, sino que le quita hierro al tema hasta que no puede negar la evidencia cuando sale publicado. Un ejemplo de sumisión al poder, lo que nunca debería hacer un periodista. 

 4. El Colegio de Periodistas y el Consejo de la Información, tan diligentes para emitir un comunicado sobre un tema que no afecta a su ámbito de actuación (el caso Farreras/Inda/Villarejo) todavía no se ha pronunciado sobre un brusco ataque a una periodista ante la segunda autoridad del país, y un diputado que además es vicepresidente de JxCAT. Bien, el Colegio de Periodistas hizo un lamentable tuit adjuntando un supuesto comunicado de condena, que, en realidad era de un caso del 17 de enero de 2019. Por supuesto, no mencionaron los nombres de Borràs, ni de Dalmases , no fuera que alguien se molestara y tomara represalias a periodistas acostumbrados a vivir muy bien alabando al gobierno. 

5. ¿No tiene nada que decir la consejera de Igualdad y Feminismos de la Generalitat, Tània Verge, sobre el hecho de que un matón (me gusta más la definición castellana de matón) intimide a una periodista abusante de su superioridad? 

6. Los diarios convencionales han pasado de puntillas sobre el tema. 

El caso Dalmases/Laura Borràs es el vivo retrato de una Catalunya decadente donde se cumple más que en ningún otro sitio lo que dijo Ryszard Kapuscinski: «Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante »."               (Jordi Xargayó, Diari de Girona, 23/07/22)

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