"(...) Creo, y espero no estar demasiado errado, que muchos -la inmensa
mayoría, me atrevo a decir- de los obreros que ahora cuelgan la bandera
española no lo hacen porque, de pronto, y sin ningún tipo de
adoctrinamiento previo, se hayan convertido en unos nacionalistas
españoles del copón, sino que lo hacen para defender el Estado de
derecho, la legalidad, la convivencia entre todos los ciudadanos
españoles, el "demos común".
Seguramente muchos no os lo podrán explicar
así porque quizá carezcan del vocabulario adecuado, pero, en el fondo,
cuando hablas con ellos, es lo que piensan. ¿Cuántos te dicen que
quieren seguir juntos porque tienen familiares en otros puntos de
España, por ejemplo? Es uno de los argumentos más dados por los
"espanyolistes" de clase obrera.
Y, respecto a la descripción que se
hace de la manifestación del domingo 8 de octubre, convendría hacer un
poco más de crítica a los partidos políticos supuestamente de izquierdas
y que se dicen contrarios al independentismo, que han dejado huérfanos a
todos esos ciudadanos (¡y asociaciones a las que ni tan siquiera se
nombra muchas veces!) que somos de izquierda y a los que no nos resulta
cómodo tener que ir con la derecha (PP y Ciudadanos). En absoluto. Robert Tallón (2017 (...)
Económicamente ha sido demostrado hasta la saciedad que los argumentos
de «España nos roba», de la descompensación de unas balanzas fiscales
que no tienen por qué estar «compensadas» ya que el federalismo fiscal,
basado en la renta personal, deriva del principio de solidaridad
territorial.
Socialmente, el secesionismo ha originado la mayor fractura
social que se ha perpetrado no sólo entre Cataluña y España (lo cual
por lo demás es una falacia) sino entre los habitantes de Cataluña, al
ser considerados fascistas y represores quienes no concordamos con los
postulados del secesionismo. (...) Teresa Freixes (2017).
Las imágenes de la intervención policial del 1-O han producido un shock.
Porque partimos del supuesto de que la violencia debe ser la ultima
ratio. Su efecto ha sido doble: uno benéfico, en cuanto que ha mostrado
una fina sensibilidad colectiva ante el uso de la fuerza; otro perverso,
porque ha ocultado la secuencia de ilegalidades y atropellos que han
venido cometiendo las instituciones autonómicas de la última
legislatura.
Y las ha ocultado de tal manera que ahora estamos en una
fase en que todas esas irregularidades se han convertido en
irrelevantes; por no recordar a Ester Quintana o Juan Andrés Benítez.
Martín Alonso (2017). (...)
Un escritor y filósofo catalán, cuyo nombre no es necesario citar,
escribió en un tuit, poco después de las intervenciones policiales
(salvajes) de los Mossos desalojando a los concentrados 15M en la plaza
de Cataluña, yo fui uno de ellos, que a él le gustaban “las ciudades
limpias”. Nada que objetar, desde luego que no, a los Mossos, als notres
Mossos, y sus bravas y valientes actuaciones .
En cambio, ahora, con
razones atendibles pero acaso no consistentes con su postura anterior,
ha criticado muy duramente la actuación policial del pasado domingo.
¿Vale todo? Ya sé que cada cosa es cada cosa y que no todo es igual y lo
mismo, pero, ¿va la cosa de esto? Si los polis son catalanes, la cosa
es disculpable; si son polis son españoles, el horror se encarna. ¿Es
eso más o menos? (...)" (Salvador López Arnal , Rebelión, 07/10/17)
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