30/10/17

En el imaginario secesionista hay la certeza que fondos de inversión judíos aportarán los 30.000 millones que se necesitan para poner en marcha la nueva República catalana

"Los promotores del proceso parece que tienen muy presente la Biblia, el libro sagrado del pueblo de Israel, que narra las peripecias históricas de los judíos desde el inicio de los tiempos, en el paraíso perdido de Adán y Eva. 

La identificación entre la Iglesia católica catalana y el nacionalismo viene de lejos y así se ha vuelto a poner de manifiesto con la homilía leída este domingo en Montserrat y con el comunicado de apoyo al 1-O que han subscrito 303 sacerdotes y diáconos de las diez diócesis catalanas.  (...)

 En el imaginario secesionista hay la certeza que fondos de inversión judíos aportarán los 30.000 millones de euros que se necesitan, de entrada, para poner en marcha la nueva República catalana.

 El ex-alcalde de Girona, en espera de ver cómo acaba todo, ya se ha ganado un nombre propio en la historia de Cataluña, intentando emular dos rebeldes con causa que tuvieron una trágica muerte: Pau Claris, envenenado (1641), y Lluís Companys, fusilado (1940). 

Bajo su liderazgo, el Parlamento se ha derrumbado y la Generalitat ha quedado como un caparazón vacío, después de que el ministro Cristóbal Montoro haya anunciado la intervención sine die de las finanzas de nuestra máxima institución de autogobierno, recuperada -contra el criterio de Jordi Pujol- en 1978, con el regreso del exilio del añorado presidente Josep Tarradellas.

Sansón-Puigdemont se ha inmolado, pero también ha socializado el dolor al conjunto de la sociedad catalana, tanto a los independentistas como a los no independentistas, condenándola a la destrucción de sus cimientos y de sus columnas. Si Jordi Pujol y su familia sufren (por las fechorías que han cometido), el resto de catalanes también debemos sufrir. Esta es la proyección freudiana que está en el ADN del ‘proceso’. (...)

Con sólo 72 diputados ha hundido los pilares de la democracia y, de paso, ha envenenado la convivencia pacífica entre los vecinos, de aquí y de allá. (...)

De esta sacudida, Cataluña quedará muy tocada y con una pésima reputación internacional por dar alas al populismo identitario que amenaza la estabilidad de Europa.

Pero la Biblia no se acaba con el Libro de los Jueces 13-16..."                  (Jaume Reichach, El Triangle, 25/10/17)

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