"(...) Pero estamos a tiempo de revertir la situación. Los datos indican que
el separatismo apenas ha crecido entre la población castellanohablante.
Sin embargo, esta parte de la población es la más vulnerable, la que
debe ganarse cada día el pan, por lo general con más sudor de su frente
que la oprimida, y la que está más alejada de los ámbitos del poder.
Cualquier solución sostenible al problema catalán no pasa por el
blindaje que promueve el PSOE, sino por una mayor presencia del Estado
en Cataluña, por empezar a atender a esa población desasistida por el
Gobierno español y despreciada por el Govern catalán, a esa mayoría
silenciosa, tras tantos años de ser silenciada por la Generalitat con el
consentimiento de los distintos Gobiernos que se han sucedido en
España.
Si queremos combatir de veras la dinámica autodestructiva
-destructora de Cataluña y acto seguido de toda España-, muchas cosas
tendrán que cambiar después del 1-O. Ni la Educación, ni los medios de
comunicación, ni la Policía debería volver a estar gestionada por la
Generalitat en los mismos términos que ha estado hasta ahora.
Es preciso resetear un modelo político-social-educativo que ha hecho
posible que el tribalismo rural, con fuerte componente racista, se haya
enseñoreado de una sociedad que al inicio de la Transición despuntaba
como una de las más modernas y cosmopolitas de Europa.
Ofrecer más huevo es inútil, además de injusto, y ofrecer
más fuero es un suicidio. La poesía, el relato simbólico y cultural,
debe dejar de estar en manos de quienes nos han conducido a la división y
al enfrentamiento."
(Pedro Gómez Carrizo, miembro de la
Plataforma Pro Federación Socialista Catalana (FSC-PSOE) y Ramón Marcos
Allo, letrado de la Seguridad Social, El Español, en Revista de prensa, 03/10/17)
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