"Una liga catalana sería de lo más guay. Como la de Escocia pero
todavía más mala, si eso es posible. Le conté a uno del Barça el
panorama de una Lliga catalana con partidos tan trepidantes como un
Barça-Sabadell o un Barça-Llagostera y al llegar al Barça-Reus me pidió
por favor que parase.
Ante esa perspectiva horripilante el culé tiende a
sacar a colación el ejemplo de Mónaco, con el equipo jugando en la liga
francesa. Yo les digo que Mónaco no es un país, es un chiste, un
protectorado, un ficción para el papel couché, para jugadores
de casino y como refugio financiero de deportistas de élite. Se supone
que una Catalunya independiente sería algo más serio.
La opinión que detecto es que al margen de los aspectos económicos
(¿alguien ve un Camp Nou atiborrado en un Barça-Nastic?) el seguidor
culé que desea una Cataluya independiente no desea dejar de jugar en la
liga española porque no tener al Madrid como referente a derrotar es
como no jugar a nada. (...)
Tema de conciencia el que se presenta a los independentistas del
Barça. Algo shakesperiano. Un ser o no ser, tener o no tener al Madrid
como rival a batir. Sí, claro. Está la Champions. Pero eso no basta.
A mí, perico de corazón, me encantaría una Lliga catalana. Podríamos
tener opciones de jugar la Champions al quedar segundos. Claro que eso
es solo una hipótesis e igual quedábamos terceros. Lo que parece seguro
es que bajar no bajábamos." (La Lamentable, 06/10/2014)
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