27/10/11

Matar y robar por la patria es glorioso. Lo decía Franco, y sus asesinos falangistas, requetés... y lo dicen los asesinos etarras, kosovares...

Los terroristas:

" ¿Justifican los asesinatos, extorsiones, amenazas...? El documental, que empezó a gestarse durante la tregua de 2006 y que fue estrenado durante el último festival de San Sebastián —antes, por tanto, del anuncio de ETA—, ofrece la visión de dos de ellos; muy distintas.

Uno, Ioldi, abogado, diputado electo de HB en el Parlamento vasco en 1986 y exmiembro de un comando, está convencido de que la “lucha armada” ha sido necesaria: “Indudablemente ha merecido la pena. Estamos a punto de conseguir nuestros objetivos políticos, ¿cómo no va a merecer la pena?”.

El otro, Pikabea, cree que se podría haber logrado lo mismo “sin llegar a donde hemos llegado”. (...)

“Un día, el mayor me preguntó por la tortura”, recuerda Ioldi. “Y me entró vértigo. Si la situación que hemos padecido continuara, a alguno de mis tres hijos lo conocería en la cárcel, sin duda”. (...)

“Cuando ocurren sucesos de este tipo [atentados] no valoramos a esa persona sino lo que significa esa persona”, trata de explicar Ioldi. “No es nada personal. Ya sabemos que causan dolor. Pero está el déficit político, y ante esa tesitura pues dices... Luego ves el otro lado, y que nosotros hemos padecido barbaridades, y desde antaño, y dices ‘vamos a solucionarlo’.

Pero como no hay voluntad política, desgraciadamente han continuado sucediendo estos hechos [los atentados] que nadie ha querido”, añade con algo de incomodidad mientras labra la huerta en el caserío de la familia de su compañera.

“Ya sé que hablar así, sabiendo que las víctimas están ahí, y sus familiares, y el dolor que todavía llevarán encima... Perder a un ser querido de una forma traumática es duro para toda la vida, lo sabemos por experiencia... Pero bueno”.

Ese “bueno”, esa resignación, se explican más adelante en el documental, cuyo estreno en salas comerciales está previsto, en principio, para noviembre. Ioldi está convencido de que matar ha sido un mal necesario; de que no había otra opción.

“Si hubiéramos visto otros cauces por la vía política, la lucha armada no hubiera existido. Somos los primeros en no desearla porque las consecuencias las padecemos nosotros en primera instancia. Pero toda lucha tiene un porqué”.

Pikabea, que en algunos momentos habla concentrado en la pelota de frontón que está fabricando en la cárcel, no comparte esta visión: “Yo reconozco que la estrategia político-militar es inhumana, es cruel. Un día nosotros tuvimos una fe ciega, y hemos cometido muchos actos contra la dignidad humana”.

Aunque no deja a los Gobiernos libres de culpa: “Los que nos han combatido también han aplicado una estrategia inhumana”. “¿Si es legítima la lucha armada, quitar la vida a las personas?”, pregunta Ioldi. “¿Y el que creó el GAL? Víctimas hay en todos los lados. El dolor lo admitimos, y si hay que pedir perdón lo pediremos, pero el perdón tiene que ser mutuo”.

Ambos responden también a la eterna pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué decidieron defender sus ideas con tiros? Ioldi no recuerda con nitidez qué le hizo entrar en ETA: “La opresión, la injusticia... A una persona que no conozca la realidad de Euskal Herria le podría parecer extraño, pero no es tan antinatural. Nosotros somos personas normales en nuestro pueblo, no somos extraños”. (...)

“Ser militante con la represión franquista era grande. Cuando volvieron al pueblo los amnistiados después de la muerte de Franco, salió todo el pueblo a recibirlos, todos les querían. Luego llegó la Transición. Años terribles.

Fui con un amigo a una manifestación, hubo un tiroteo y mataron a un chaval. Esa Nochevieja fuimos a la discoteca y pensamos ‘¿tenemos derecho a estar aquí disfrutando de la vida? Y empezamos a militar en ETA". (El País, ed. Galicia, 25/10/2011, p. 12)

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