"El 18 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudía al Congreso de los Diputados a explicar el decreto del estado de alarma. "El virus no distingue entre ideologías, ni clases, ni territorios,
nos está golpeando a todos", aseguraba el líder del Ejecutivo apuntando
a la capacidad uniformadora de la pandemia.
La enfermedad no conoce
fronteras, pero la gestión para atajarla sí. El coronavirus ha tensado
al Estado en todas sus costuras, desde los límites materiales hasta el
territorial. Algunos partidos ven en esta crisis un refuerzo del Estado y una tendencia hacia la recentralización, mientras el presidente del Gobierno lo niega. (...)
La inquietud de las fuerzas nacionalistas por la gestión de Sánchez en
la crisis del coronavirus es palpable y lo muestran en sus
intervenciones públicas. El pasado 7 de abril, los presidentes del PNV y
del PDeCAT, Andoni Ortuzar y David Bonvehí,
se reunieron por vía telemática para lanzar un mensaje común: la
preocupación por la "recentralización" con la que el Ejecutivo ha
gestionado la crisis del coronavirus. A ambos partidos también les
inquieta el uso de las políticas activas de empleo en la gestión de la pandemia. (...)
La crisis del coronavirus ha arrasado con la agenda de un Gobierno de
coalición que apenas había echado andar y cuya acción legislativa
depende de un Congreso muy fragmentado. Fuerzas nacionalistas como ERC o PNV son decisivas,
una condición que suelen recordarle al Ejecutivo. Sin embargo, el
estado de alarma decretado para coordinar la lucha contra la epidemia
impuso el mando único, que reside desde entonces en el presidente del
Gobierno y en cuatro ministros (Sanidad, Interior, Defensa y
Transportes). (...)
Sin embargo, desde el principio de la pandemia, han surgido tensiones,
incluidas las que Sánchez ha tenido con la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que preside la comunidad autónoma más afectada. (...)
El protagonismo del Estado durante esta crisis es evidente, pero Mertxe
Aizpurua también cree que la escenografía de las ruedas de prensa tienen
un segundo mensaje político: "Pretenden dar una idea de la uniformidad del Estado".
La presencia de las direcciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado en la sala de prensa de Moncloa se han hecho habituales y la
imagen del Ejército por las calles ha dejado de ser infrecuente. (...)
El Estado de las autonomías: ¿validado o superado?
Si para
algunos los errores de coordinación son una muestra del buen
funcionamiento del Estado de las autonomías, otros lo ven desbordado: "La lección es que el estado autonómico es un modelo agotado.
Por eso, ahora más que nunca, no renunciamos a nuestra legítima
aspiración, que es la independencia, es decir, la libertad en la toma de
decisiones que mejoren la vida -en este caso, literalmente- de la
ciudadanía", anuncian desde el PDeCat. (...)" (Sara Montero, Cuarto Poder, 11/04/20)
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