24/1/20

Lo único que puede desengañar a sectores amplios que actualmente están por el procesismo es la evidencia de un daño económico serio en la población, como consecuencia de sus actuaciones...

"(...) ¿Cómo ve el futuro? ¿El Procés perdurará años y años, reinventándose como hasta ahora?
La historia no acabará nunca. A un capítulo le sucederá otro, quizá con un relato diferente, pero acabar, esto no se acaba. Soy pesimista. Son mucha gente y tienen muchos recursos de todo tipo: humanos, creativos… Y se ha de reconocer que tienen bastante imaginación –a veces hacen el ridículo más espantoso, pero pese a ello, tienen imaginación- y, por tanto, pueden estar reinventándose durante años. Y creo que es lo que pasará. 

Entonces, de la capacidad, la habilidad, la prudencia (no en el sentido de “apocamiento”, sino de aplicar los medios justos y adecuados en cada momento para la consecución de un fin) de los gobiernos centrales dependerá que éstos puedan mantener a raya al Procés. Pero creo que esto perdurará. 

Y lo único que puede desengañar a sectores amplios que actualmente están por el procesismo (cosa que más tarde o más temprano se producirá, aunque no podemos prever cuando) es la evidencia de un daño económico serio en la población, como consecuencia de sus actuaciones. 

Sólo en el momento en que se vea esto con total claridad, y que una parte muy amplia del empresariado (y no sólo representantes puramente institucionales de las patronales) reaccionen activamente frente a ello, solamente entonces supongo que habrá gente que le vea las orejas al lobo.
Usted es de izquierdas de toda la vida, y acaba de ser nombrado responsable de la Agrupación de Barcelona de Sociedad Civil Catalana (SCC). ¿Qué les diría al independentismo y a buena parte de la izquierda, que identifican esta entidad con la derecha, incluso con la extrema derecha?
Que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Yo conozco a mucha gente -incluso gente que no es independentista- que tienen este cliché, porque en sus orígenes, en el núcleo fundador de SCC había ciertamente un mayor peso de la derecha que de la izquierda, eso es evidente. 

Al principio había personas que se movían en el ámbito del partido socialista pero más personas que se movían en el área del PP y Ciudadanos. Como es lógico, porque la izquierda ha hecho dejación de principios en este tema. Es normal. 

Por tanto, la izquierda se lo ha ganado a pulso, en una entidad que por principio es transversal (en el sentido político, no en el sentido social: ello significaría interclasista, y no es ésta la cuestión). ¿Qué es transversal? Pues que en posiciones políticas, el caballo de batalla de SCC es intentar convencer a la sociedad catalana de que la independencia es un disparate y que se abandone este objetivo. 

Y lo intenta mediante la actividad propagandística, cultural… Esto es perfectamente asumible tanto por la izquierda como por la derecha. Pero claro, como la izquierda ha decidido que todo lo que toque las narices al “régimen del 78” es bueno para la Causa, pues no tiene más remedio, siguiendo esta lógica perversa, que considerar a todo lo que se oponga a una actitud condescendiente hacia los independentistas como “de derechas”. 

E incluso llegan al extremo de decir que es “fascista”. Lo que pasa es que la palabra “fascista” se ha devaluado tanto, que igual sirve para un barrido que para un fregado. Aquí, quien tose a la derecha ya es “fascista”. Pues bien, qué le vamos a hacer."        (Entrevista a Miguel Candel, Luis Caldeiro, El Triangle, 18/01/20)

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