"(...) La extrema peligrosidad, para el futuro de nuestras democracias, de
tantos conflictos identitarios promovidos con éxito creciente por
formaciones de extrema derecha cohesionadas por reivindicaciones de tipo
nacionalista y a veces racista.
Y por una concepción de la democracia
informada por la lógica schmittiana del amigo-enemigo: America first,
primero los italianos, no a las invasiones de emigrantes, no a la UE y a
sus prescripciones y, en España, sobre todo, el secesionismo catalán y
el resurgir de los nacionalismos.
En Italia —pero algo similar ha
sucedido en EE UU, en Hungría, en Polonia y existe el riesgo de que se
produzca también en Alemania— estas pulsiones y estas políticas
identitarias están continuamente buscando enemigos: la casta de los
políticos, Europa, los migrantes, los desviados, los extranjeros.
A
causa de las campañas demagógicas que se apoyan en el miedo a los
diferentes, están retornando los nacionalismos y los aldeanismos
agresivos y obtusos, que ponen en riesgo el proyecto europeo y pueden
envenenar nuestras democracias. Hace algunos años, el secesionismo de la
Liga Norte en Italia no fue un fenómeno folclórico sino una amenaza a
nuestro orden constitucional.
Dio vida, primero, el 15 de septiembre de
1996, a una “declaración de independencia de la Padania” (entidad
regional totalmente inventada) y, después, el 25 de mayo de 1997, a un
referéndum, hoy del todo olvidado, por la independencia y la soberanía
de la Padania, en el que votaron 4.883.863 personas y cuyo resultado fue
de un 97% de consensos (naturalmente votaron solo los liguistas, ya que
nadie, y menos el Gobierno y la magistratura, lo tomó en consideración
o, mejor, quiso considerarlo una cosa seria).
Hoy el Brexit es, de
nuevo, el resultado de un nacionalismo inglés reaccionario bajo la
enseña de una imposible restauración de la pasada identidad imperial, en
conflicto, además, con los opuestos nacionalismos escocés e irlandés.
Y
sentimientos nacionalistas de aversión recíproca —italianos contra
alemanes, y viceversa, holandeses y alemanes contra griegos, polacos y
húngaros contra la Unión Europea— están desarrollándose en todos los
países del continente. (...)" (Luigi Ferrajoli, El País, 29/12/19)
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