23/1/20

El procés como desviación de las protestas sociales: El procés nació como una forma de recoger el descontentamiento popular y y reconducirlo, de tal forma que las ansias independentistas y las excusas que señalaban a Madrid fueran preponderantes

"(...) Después de todos estos años y llegados al momento actual, creemos que es un buen momento para exponer brevemente unas tesis medio explicativas y medio interpretativas del susodicho proceso.

Primera tesis: el procés como desviación de las protestas sociales

Se acostumbra a decir —quizás ya es por todos aceptado— que el proceso de independencia es y ha sido un manto que ha tapado problemas y también protestas sociales. En efecto, hacia 2011, un año después de la gran manifestación de repulsa a la sentencia del Estatut y un año antes de las elecciones anticipadas convocadas por Mas en las que se presentó como un mesías, estalló el movimiento 15-M, que en Cataluña, en junio de ese mismo año, llamó a “rodear” el Parlament. 

Cabe recordar que el día en que se convocó esa concentración el Parlament debatía los presupuestos de austeridad... y también que el presidente Mas llegó en helicóptero al hemiciclo. Sin duda, unas protestas que un gobierno de derecha de orden no podía permitir.

Aun así, quizás no prestamos demasiada atención al hecho de que la forma de ignorar las protestas sociales no fue tanto taparlas como desviar la atención hacia otro tema. El procés nació como una forma de recoger el descontentamiento popular, que desbordaba a la vez por la multitudinaria manifestación de julio de 2010 y por las acampadas “indignadas”, y reconducirlo, de tal forma que las ansias independentistas y las excusas que señalaban a Madrid fueran preponderantes. La voz independentista se amplificó y se acogió como la voz de las protestas sociales, a la vez que se acalló lo que podía llevar a indignación popular descontrolada, notablemente la crítica a la profunda corrupción que empezaba a emerger en la derecha catalana. 

Es un ejemplo de ello la llamada “Consulta sobre el futuro político de Cataluña 2014”, aquella especie de referéndum —que se cuidó mucho de no ser designado como tal— que incluía una doble pregunta. Pues bien, activistas y movimientos sociales, que empujaban hacia la soberanía popular —a veces por la vía ciertamente de la independencia—, en realidad pretendían hacer un “multireferéndum” en el que se decidiera democráticamente sobre cuestiones de derechos sociales. 

Evidentemente, nada de esto fue aceptado e incluso se podría decir que en aquellos momentos ICV-EUiA discutió más sobre el redactado de la doble pregunta de esa consulta que sobre el contenido de la misma en relación a las condiciones socioeconómicas de la población.  (...)"                (Héctor Xaubert, Mientras Tanto, 07/12/19)

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