4/4/18

No podemos tener a Domènech haciendo piña con los independentistas para denunciar ante el mundo que España no es una democracia y que aquí no se respetan los derechos y libertades... o acabaremos varados en la playa como las ballenas

"Si entráis en este enlace  leeréis que una de las causas por las que las ballenas se suicidan colectivamente  es seguir a líderes heridos o desorientados.

En septiembre de 2015, tras las elecciones autonómicas que Junts pel Sí convocó como un plebiscito sobre la independencia, la suma del voto a JxSí y la CUP fue del 47,8% (una cifra casi idéntica, por cierto, a la obtenida por el independentismo en las elecciones del pasado mes de noviembre.

Antonio Baños, líder entonces de la emergente CUP (¡ojo!, de la CUP), dijo la verdad: que se había perdido el plebiscito, que  el voto independentista no había sido suficiente y, por tanto, que descartaba la proclamación unilateral de independencia,

Sin embargo, sus colegas de JuntsxSí, desorientados y heridos por los resultados (como las ballenas), salieron al balcón en la  misma noche electoral y, en vez de reconocer el resultado y comprometerse a  trabajar para tener, en un futuro, un apoyo popular más amplio, hicieron  gala de un aparente entusiasmo por su “brillante victoria”

…Y aquí empezó el desastre.

¿Por qué? Pues, en primer lugar – y esto es muy importante  –   porque cuando adoptas un discurso político emocional y distanciado de la realidad  es muy difícil dar marcha atrás  y, en segundo lugar,  porque, como expliqué en un artículo de julio de 2017, el independentismo no es una familia bien avenida y cualquier posicionamiento interpretable como un retroceso sería aprovechado por el resto de partidos para tachar al otro de traidor e intentar “robarle” una parte de sus votos

Acordaros de cuando Puigdemont intentó evitar la aplicación del 155  convocando elecciones y evitando la Declaración Unilateral de Independencia: Rufian, Marta Rovira y otros muchos no dudaron en llamarle traidor.

Acordaros también de  cuando Josep Tardá de ERC se atrevió a decir hace poco que la DUI no había funcionado, sencillamente, porque no tenía el apoyo popular necesario. Muchos piensan lo mismo que él, pero, en el marco de la radicalización y la permanente huida hacia delante iniciada el 2015, lo único que consiguió Tardá por decir la verdad es un montón de collejas de sus compañeros de viaje

Así de cutre y así de sencillo: por eso acaban las ballenas varadas en las playas.

Lo terrible es que cuando más claro está que la independencia es muy difícil y que la independencia con una sociedad partida al 50% es sencillamente imposible; cuando cuatro meses sin gobierno han demostrado las debilidades y contradicciones del bloque independentista y  cuando el paso de la CUP a la oposición acaba de impedir la investidura de Turull,  más se niega el independentismo a reconocer sus errores  estratégicos y más radicaliza su discurso. 

Por eso, Torrent, como máxima autoridad catalana y en el marco de una solemne declaración institucional en el Parlament , acaba de explicar al mundo que España es, de facto, una dictadura y que es necesario un movimiento de solidaridad internacional para recuperar la democracia.

Yo no tengo la sensación de volver a vivir en una dictadura y creo que lo mismo le pasa a la inmensa mayoría de la población. Por eso me preocupa mucho que Xavier Domènech, que parecía haber recuperado la brújula  durante la pasada campaña electoral, también esté en la foto avalando semejante disparate conceptual

Es cierto que una parte de Unidos Podemos se siente fascinada por el “procés” en la medida que la cosa va de meterse con el Rey y con Rajoy, de reclamar la República y de romper con esta legalidad constitucional tan “aburrida” y tan insuficiente.

Sin embargo, sería bueno que la mayoría de UP y, por supuesto, sus dirigentes tuvieran en cuenta que ni la República vendrá, ni Rajoy pasará a la oposición ni se va a abrir un proceso constituyente si no somos capaces de conseguir que estos objetivos sean ampliamente mayoritarios en la sociedad (igualito, igualito que Catalunya nunca será independiente mientras que el proyecto independentista no sea ampliamente mayoritario en la sociedad)

Para que nuestras ideas sean mayoritarias, (...) no podemos llamar a participar en un referéndum sobre la independencia que nosotros mismos decíamos que no era un referéndum válido;  no podemos defender sin fisuras a   un rapero al que le gustaría que  “un autobús del PP volara con nitroglicerina“; no podemos seguir considerando al PSOE, según el día,  un enemigo a batir, un partido al que le ofrecemos la presidencia del gobierno o un partido que “no está“;  ni, por supuesto, podemos tener a nuestro líder más significado en Catalunya haciendo piña con los independentistas para denunciar ante el mundo que España no es una democracia y que aquí no se respetan los derechos y libertades más elementales.

Es sólo mi opinión, claro, pero si por casualidad tengo razón, quizás, al final,  en la triste playa donde acaban varando las ballenas, haya muchas más de las previstas"        (grosske, 26/03/18)

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