"Si entráis en este enlace leeréis que una de las causas por las que las ballenas se suicidan colectivamente es seguir a líderes heridos o desorientados.
En septiembre de 2015, tras las elecciones autonómicas que Junts pel Sí convocó como un plebiscito sobre la independencia, la suma del voto a JxSí y la CUP fue
del 47,8% (una cifra casi idéntica, por cierto, a la obtenida por el
independentismo en las elecciones del pasado mes de noviembre.
Antonio Baños, líder entonces de la emergente CUP (¡ojo!, de la CUP),
dijo la verdad: que se había perdido el plebiscito, que el voto
independentista no había sido suficiente y, por tanto, que descartaba la
proclamación unilateral de independencia,
Sin embargo, sus colegas de JuntsxSí,
desorientados y heridos por los resultados (como las ballenas), salieron
al balcón en la misma noche electoral y, en vez de reconocer el
resultado y comprometerse a trabajar para tener, en un futuro, un apoyo
popular más amplio, hicieron gala de un aparente entusiasmo por su
“brillante victoria”
…Y aquí empezó el desastre.
¿Por qué? Pues,
en primer lugar – y esto es muy importante – porque cuando adoptas
un discurso político emocional y distanciado de la realidad es muy difícil dar marcha atrás y, en segundo lugar, porque, como expliqué en un artículo de julio de 2017,
el independentismo no es una familia bien avenida y cualquier
posicionamiento interpretable como un retroceso sería aprovechado por el
resto de partidos para tachar al otro de traidor e intentar “robarle”
una parte de sus votos
Acordaros de cuando Puigdemont intentó
evitar la aplicación del 155 convocando elecciones y evitando la
Declaración Unilateral de Independencia: Rufian, Marta Rovira y otros
muchos no dudaron en llamarle traidor.
Acordaros también de cuando Josep Tardá
de ERC se atrevió a decir hace poco que la DUI no había funcionado,
sencillamente, porque no tenía el apoyo popular necesario. Muchos
piensan lo mismo que él, pero, en el marco de la radicalización y la
permanente huida hacia delante iniciada el 2015, lo único que consiguió
Tardá por decir la verdad es un montón de collejas de sus compañeros de viaje
Así de cutre y así de sencillo: por eso acaban las ballenas varadas en las playas.
Lo terrible es que cuando más claro está
que la independencia es muy difícil y que la independencia con una
sociedad partida al 50% es sencillamente imposible; cuando cuatro meses
sin gobierno han demostrado las debilidades y contradicciones del bloque
independentista y cuando el paso de la CUP a la oposición acaba de
impedir la investidura de Turull, más se niega el independentismo a
reconocer sus errores estratégicos y más radicaliza su discurso.
Por
eso, Torrent, como máxima autoridad catalana y en el marco de una
solemne declaración institucional
en el Parlament , acaba de explicar al mundo que España es, de facto,
una dictadura y que es necesario un movimiento de solidaridad
internacional para recuperar la democracia.
Yo no tengo la sensación de volver a
vivir en una dictadura y creo que lo mismo le pasa a la inmensa mayoría
de la población. Por eso me preocupa mucho que Xavier Domènech, que
parecía haber recuperado la brújula durante la pasada campaña
electoral, también esté en la foto avalando semejante disparate
conceptual
Es cierto que una parte de Unidos Podemos
se siente fascinada por el “procés” en la medida que la cosa va de
meterse con el Rey y con Rajoy, de reclamar la República y de romper con
esta legalidad constitucional tan “aburrida” y tan insuficiente.
Sin embargo, sería bueno que la mayoría
de UP y, por supuesto, sus dirigentes tuvieran en cuenta que ni la
República vendrá, ni Rajoy pasará a la oposición ni se va a abrir un
proceso constituyente si no somos capaces de conseguir que estos
objetivos sean ampliamente mayoritarios en la sociedad (igualito,
igualito que Catalunya nunca será independiente mientras que el proyecto
independentista no sea ampliamente mayoritario en la sociedad)
Para que nuestras ideas sean
mayoritarias, (...) no podemos llamar a participar en un referéndum sobre la
independencia que nosotros mismos decíamos que no era un referéndum
válido; no podemos defender sin fisuras a un rapero al que le
gustaría que “un autobús del PP volara con nitroglicerina“; no
podemos seguir considerando al PSOE, según el día, un enemigo a batir,
un partido al que le ofrecemos la presidencia del gobierno o un partido
que “no está“;
ni, por supuesto, podemos tener a nuestro líder más significado en
Catalunya haciendo piña con los independentistas para denunciar ante el
mundo que España no es una democracia y que aquí no se respetan los
derechos y libertades más elementales.
Es sólo mi opinión, claro, pero si por
casualidad tengo razón, quizás, al final, en la triste playa donde
acaban varando las ballenas, haya muchas más de las previstas" (grosske, 26/03/18)
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