"(...) Al nacionalismo no le interesa la salida democrática, pues tras
varios intentos no ha conseguido la mayoría de votos y menos aun la
mayoría social. El suyo es un proyecto que ha tocado techo. Su falsa
revolución de las sonrisas ha quedado desenmascarada, su falso pacifismo
también. El domingo hubo resistencia activa y provocación a la búsqueda
de la imagen victimizante, y lo consiguieron; pero también hubo agresiones. Está habiendo agresiones.
El cierre patronal o la performance patriótica
Nos venderán “la voluntad de un pueblo”, pero es mentira. El Hoy no
se trabaja en Cataluña porque así lo ha decidido la Generalitat. A
ningún funcionario le descontarán las horas, y a los pocos valientes que
han decidido no seguir la falsa huelga les espera la estigmatización
social y laboral. Cataluña cada vez tiene más similitudes con una
sociedad totalitaria.
Pero no solo los funcionarios no trabajan hoy por decreto. Todas las
empresas subcontratadas del Ayuntamiento de Barcelona han recibido orden
de cerrar. Muchos empresarios independentistas encabezarán la falsa
huelga.
¿Dónde está la clase obrera? ¿Dónde sus reivindicaciones?
Esta falsa huelga y los alborotos programados con ella –si cae otra
carga policial serán felices, lo están buscando– forma parte de la
construcción de un relato en el que buena parte de los catalanes esta
cayendo.
Dado que el secesionismo tiene una clara tendencia a decaer,
los think tank bien engrasados con dineros públicos diseñan
cada cierto tiempo eventos sociales que permitan mantener el pulso con
una aplicación exquisita de la doctrina del shock que tan bien denunció Naomi Klein.
–Si se visualiza el video recordad que habla de la historia de la lucha
humana, no de la del pueblo catalán, francés, español o padano–.
El
domingo, ayer, hoy y en los días que vienen nos bombardearán con
imágenes, ideas, memes, que pretenden crear un falso relato. No hay heroicidad en ese relato, es un camino al fanatismo y a la xenofobia. (...)
No es nuevo, el nacionalismo lleva años alimentando el odio a lo
español y en cada momento ha adoptado discursos diferentes, en cada
momento ha adoptado posiciones más o menos radicales según sus
intereses. Cerrar esa herida será complicado, tal vez se precisen otros
treinta años con mucha pedagogía. Pero primero hay que reinstaurar el
orden constitucional, situar a cada institución en el lugar que le
corresponde dentro del estado.
La secesión de Cataluña sería el principio del fin de la democracia
en España. Y para la izquierda ignorante el suicidio: No habrá 3ª
República Española si hay secesión de Cataluña. La hegemonía social y
política de los nuevos reinos de taifas será de la derecha, catalanista o
españolista, andalucista o castellanista, pero de la derecha.
La
izquierda perecerá y las nuevas clases obreras resultantes serán
pequeñas, débiles y mano de obra barata para las oligarquías locales y
las multinacionales.
Me duele Cataluña y por ello me duele España. Y al revés.
Nou Barris. Barcelona. 03 de octubre de 2017 (...)"
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