5/10/17

“El derecho a decidir es un producto de marketing. Gaseosa ideológica"

"(...) ¿En qué momento irrumpe en la política catalana el asunto del dret a decidir? ¿Por qué en ese momento y por qué con tanto éxito? 
 
El dret a decidir(dad) es una invención del nacionalismo vasco que tiene un origen tenebroso (básicamente vinculado a ETA-Batasuna pero puesto en forma digerible por Elkarri y el tercer espacio). 

Hay una relación entre estos sectores de la sociedad civil vasca y catalana y son decisivas unas pocas organizaciones: Herria 2000 Eliza, Elkarri, Ciemen y el Centre Unesco de Cataluña (no puedo detenerme aquí en otras organizaciones pero citaré por su posición típicamente elkarriana la Escola de Cultura de Pau de Vicenç Fisas).

 La creación de la Plataforma con ese nombre significa un impulso, las consultas de 2009 otro y la asunción por ANC, Òmnium Cultural y luego por el conjunto del soberanismo incluida buena parte de la izquierda aseguran la implantación. Las razones del éxito tienen acaso relación con las miserias de los programas políticos y el desahucio ideológico de la izquierda. Además tiene el atractivo de que viste mucho (parece progresista y emancipatorio) sin decir nada.

 Permite quedar bien gratis y aparecer como radical de diseño. El dad es un producto de marketing; si me permites una nota de humor, es una marca de gaseosa. El busilis es que en determinados momentos hay gente que compra, “compramos”, gaseosa ideológica (he hablado antes de ello).

 Su trazabilidad es mucho más elocuente que su semántica oportunista. En cierta manera da cuenta de lo que podría llamarse un proceso de batasunización de la sociedad catalana. Pero es difícil mostrar su inanidad (y los elementos de impostura) en unas pocas líneas.  

Proceso de batasunización de la sociedad catalana. ¿No es un poco fuerte? ¿No exageras? 

Quizás debo explicarlo. Los temas de la territorialidad y el derecho de autodeterminación eran propios del nacionalismo radical (el MLNA, ETA, Batasuna y sus variantes), cuyo soporte electoral debía frisar el 15%. Un sector del PNV, capitaneado por los sargentos irlandeses Egibar, Aguirre y Ollora –el teórico del ámbito vasco de decisión y antecedente inmediato del derecho a decidir- tras las movilizaciones de Ermua decide declarar muerto el pacto de Ajuria Enea (transversal) y sustituirlo por otro (frentista) que es Estella/Lizarra (en el que la IU de Madrazo sirvió de hoja de parra). Ahí se produce la asunción por el nacionalismo moderado del programa de Batasuna e Ibarretxe hace de él su bandera. 

En Cataluña vemos hoy como el programa minoritario de ERC se ha convertido en central. El proceso indica una etnificación del espacio social y la asunción por actores moderados de posiciones que eran marginales antes. (O si se quiere una marea de identititis). Hay una semejanza también en la importación de la semántica pero hay una diferencia crucial que hay que subrayar una y otra vez: en Cataluña no se ha matado a nadie por el derecho a decidir. 

Luego puede haber algunas observaciones más sutiles que explican retrospectivamente ciertas cosas, por ejemplo, la ceguera de una parte de la izquierda catalana a los componentes totalitarios presentes en ETA y la consiguiente indiferencia frente a las víctimas que ETA causó en la misma Cataluña (Hipercor, Vic), y la incalificable iniciativa de Carod para establecer un compromiso podrido (léase el concepto en Avishai Margalit) con ETA para que pusiera las bombas solo en España. 

Es decir, en el resto de España.
 
Exacto. Es bien conocida, por otro lado, la estrecha relación que ha existido entre Ciemen y el nacionalismo radical vasco. Lo cual debe poner por cierto en apuros a quienes siguen viendo un alma de izquierdas en Batasuna. 

Y es también conocido aquel colofón en la manifestación contra el asesinato de E.Lluch estableciendo una equiparación entre ETA y el Estado y llamando a dialogar con los asesinos (otro compromiso podrido). Ilustra esto un cierto sentir que ha hecho su recorrido ahora en el proceso y permitido presentar a asesinos de ETA como hombres de paz (Otegi fue un actor destacado en el comando que secuestró a Luis Abaitua y se colocó del lado de los que optaron por seguir con el terror cuando se planteó la cuestión; es llamativo cómo quienes hacen del pasado un argumento principal para sus reivindicaciones se desentienden del propio, que dependía de la voluntad no de ningún destino o espíritu del pueblo, sino de la suya propia, de su obligación de decidir.

 Uno puede entender la rabia de David Fernàndez –con acento mudado- contra Rodrigo Rato y el mensaje del zapato pero le cuesta hacer lo propio con su amistad con Otegi). 

¿Recordamos, para un test retrospectivo de inteligencia política, aquella reivindicación de Batasuna, que ahora denuncia la baja calidad democrática española porque no acerca a los presos, que, frente a las ofertas de reinserción, hacía valer “el derecho de todo preso al cumplimiento íntegro de su condena”?  

No sabía de la existencia de ese derecho. Hablas en varios ocasiones de pujolismo (en el mismo título del capítulo está el término-concepto). ¿Qué sería un pujolismo? ¿Un populismo nacionalista? ¿De qué tipo de populismo hablamos? ¿A qué “pueblo” se dirige con tanto éxito en muchos momentos? Pienso, por ejemplo, en el exitazo defraudador y movilizador de Banca Pujol Catalana, S,A, 

El libro de Laurentino Vélez-Pelligrini perfila bien lo que sería el pujolismo. Es un populismo nacionalista, personalista (no en el sentido de la filosofía de Mounier que le gustaba invocar sino caracterizado por su impronta personal) y basado en unas relaciones clientelares (el 3% es casi una redundancia en este esquema) que favorecía el oasis de las cuatrocientas familias. 

Al pueblo al que se dirige es a la Cataluña profunda, conservadora, tradicional y católica, que es su caladero de votos (por eso nunca impulsó una ley electoral catalana -a l revés, CiU bloqueó los intentos de implementarla, la última vez en julio de 2015, rechazando la propuesta de PSC, PP, ICV-EUiA y C,s partidarios de una circunscripción única que facilitara la igualdad del peso del voto- ni hizo causa de agravio de utilizar la española). Le dice lo que quiere oír y exhibe una campechanía que le hace popular. 

El éxito de Banca Catalana es la clave del funcionamiento del régimen de Pujol. Es su fórmula: convertir un delito en capital, el desastre productivo transmutado en impostura santificada. No hubiera sido posible sin esa red clientelar, ese sistema capilar que permeaba el conjunto de la sociedad catalana.  

¿Catalunya profunda? ¿Deberíamos hablar en estos términos? ¿No ofendemos sin querer? 

Es una denominación generalmente aceptada, para Cataluña, España y el resto del mundo. Es una división que responde a patrones repetidos. El apoyo a los catecismos étnicos vino particularmente del campo en las guerras de los Balcanes. Sabemos donde tenía sus apoyos principales el carlismo. Y la superposición de aquellos feudos electorales con las posiciones de hoy. (...)"                           (Entrevista a Martín Alonso sobre El catalanismo, del éxito al éxtasis, Salvador López Arnal

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