"(...) Más allá de sus ingeniosas frases y de su lenta ejecución, el
discurso de Rufián pone sobre la mesa la cuestión de la transversalidad
del independentismo.
Rufián acabó su intervención recordando que el proceso
independentista había trascendido “cualquier origen, cualquier apellido,
cualquier lengua, cualquier barrio, cualquier bandera”. ¿Es el proceso
independentista tan transversal como él mismo afirma? Para responder a
estas preguntas hemos recurrido a la base de datos que usamos en este artículo. (...)
Mientras que el 60% de los catalanes nacidos en Cataluña son
independentistas, el porcentaje cae hasta el 15% entre los que nacieron
en el resto de España. En el segundo gráfico, condicionamos por el lugar
de nacimiento de los padres y obtenemos un patrón similar: el 75% de
los catalanes con ambos padres nacidos en Cataluña son independentistas
por tan sólo el 20% de los catalanes con ambos padres nacidos en el
resto de España. (...)
Aunque hay diferencias entre las distintas definiciones de lengua que
usamos (habitual, propia o materna), en todos los casos el
independentismo entre los catalanohablantes es mucho mayor que entre los
castellanohablantes. (...)
El independentismo, como discutimos aquí, está muy vinculado a tener una identidad nacional más catalana que española o exclusivamente catalana. (...)
A la luz de los datos, no parece que el independentismo sea tan
transversal como se desprendió de la intervención de Rufián en el
Congreso.
De hecho, la única evidencia que aportó el diputado para
defender su posición fue “soy lo que ustedes llaman charnego y soy independentista, he aquí su derrota y he aquí nuestra victoria”.
Más allá de este ejercicio de cherry picking, es necesario preguntarse
por qué ERC lo seleccionó a él como candidato al Congreso. (...)
ERC no se habría inventado nada nuevo. El tokenismo, del inglés token,
es la práctica de hacer un gesto superficial para la inclusión de las
minorías. En particular, el tokenismo en política consiste en presentar a
candidatos de una minoría (tokens) para demostrar que el partido
que los presenta comparte sus inquietudes políticas y, por
consiguiente, representa bien sus intereses.
Los castellanohablantes son
una minoría dentro del independentismo y lo son, entre otras razones
porque el nacionalismo catalán no siempre se ha mostrado tan proclive a
abrirles las puertas.
¿Por qué los partidos nacionalistas catalanes tenían tan pocos
incentivos para captar el voto de prácticamente la mitad de la
población? En primer lugar porque la ley electoral catalana
infrarrepresenta (malapportionment)
la provincia de Barcelona donde la concentración de castellanohablantes
es mayor.
En segundo lugar porque los castellanohablantes se abstienen
más ya que ser castellanohablante en Cataluña está negativamente
correlacionado con factores, por ejemplo educación, que predicen la participación en las elecciones.
En los últimos años, sin embargo, estos incentivos han cambiado
sensiblemente. Los independentistas no solo necesitan una mayoría de
escaños para gobernar sino que aspiran a obtener una mayoría en votos
que legitime sus aspiraciones políticas.
Además, plantear la
independencia aumenta las apuestas políticas e
induce un incremento de la participación tanto en las elecciones al
Parlament de Cataluña como en un eventual referendo y este incremento
afecta, precisamente, a los sectores de la población menos propensos a
votar como lo castellanohablantes.
El independentismo necesita, por
tanto, lograr una mayoría en votos con una participación alta y, sin
mejorar su apoyo entre los castellanohablantes, las cuentas no salen. (...)" (Politikon,
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