8/3/16

El 82% de los profesores de la enseñanza pública catalana es independentista... esta situación no es casual ni inocente

"En la Cataluña de los últimos 35 años hay una insoportable espiral de silencio, hay un atávico temor de los ciudadanos no nacionalistas a manifestar públicamente su discrepancia. 

El esfuerzo del separatismo por imponer entre la población sus planteamientos y su simbología ha surtido efecto en una parte importante de la población que ha interiorizado acríticamente un supuesto dret a decidir, tomado como la única solución a un mal llamado “problema catalán”. Esta visión ha sido inducida tanto entre catalanes como –y esto es lo más llamativo- en el de la clase política madrileña.

Este cambio en las percepciones políticas no es casual sino fruto de una onerosa campaña separatista de propaganda y manipulación que ha contado y cuenta con una inversión ilimitada de recursos públicos así como de una llamativa incomparecencia de un Estado español a menudo situado contra las cuerdas, (...)

Las autoridades educativas catalanas han renunciado de facto al deber de neutralidad política e ideológicade los centros públicos de enseñanza y no velan para que ese deber se extienda a los propios empleados públicos, especialmente cuando tienen bajo su custodia a menores de edad. 

Las escuelas catalanas hacen la labor de formación de un “espíritu nacional” en el que se fuerza la diferenciación simbólica y afectiva con España.

Una encuesta elaborada recientemente apuntaba a que el 82% de los profesores de la enseñanza pública catalana votaba a partidos separatistas (“Junts pel Sí” y las “CUP”), con lo que el control de los magísteres es absoluto para imponer la doctrina secesionista. 

Esta situación no es casual ni inocente; ya Jordi Pujol apuntaba la necesidad de controlar las escuelas como ariete de su programa de “construcción nacional”, convirtiendo a muchos profesores en comisarios y formadores separatistas.

El movimiento independentista tiene tentáculos en todos los ámbitos de la llamada sociedad civil catalana. La obsesión por el control de todos los relatos y todos los ámbitos sociales es asfixiante, es totalizante. De hecho, ése es su objetivo: evitar que surjan grupos que se atrevan a disentir públicamente y mantener así la espiral de silencio a la que aludíamos más arriba. 

Menudean los ejemplos de ello, desde la cultura culinaria hasta las fiestas populares; desde el mundo de los castells hasta cualquier tipo de manifestación popular; desde la Iglesia hasta lo rural, copando todo lo que alcanzan de la “Cataluña tradicional”.   (...)

Hoy el frente independentista está constituido por un conjunto de partidos, asociaciones y entidades coordinados por la Asamblea Nacional Catalana. Cuenta esta entidad con no menos de 30.000 personas liberadas para promocionar la independencia en Cataluña y con ingente cantidad de recursos a su disposición. Son subvenciones, ayudas, personajes liberados por las asociaciones y una tupida red de negocios financiados por el gran promotor del separatismo, la propia Generalitat. 

Todo esto compone un ejército de liberación que apenas halla oposición. Hay en Cataluña un independentismo hipertrofiado por la subvención y el talonario (3 %), capaz de activar a diario una propaganda atronadora, efectiva y convincente.  (...)"                    (Josep Ramon Bosch, Ferran Brunet, Josep Rosiñol, Vox Populi, 03/03/16)

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