"El proceso avanza imparable hacia la ruptura con España sin reparar en
las consecuencias de la confrontación entre el Estado y Catalunya. Sin
aliados en España, Europa o el mundo, Junts pel Sí y la CUP presentaron
una propuesta de resolución al Parlament para que sea debatida con
carácter de urgencia antes del próximo día 9 de noviembre. El guión de
la CUP parece que va imponiéndose porque tiene la clave de la
investidura del próximo presidente. (...)
La anomalía de la propuesta es que se pretende que se apruebe una
resolución de esta envergadura sin que haya presidente investido ni
gobierno constituido. No encuentro precedentes en la historia de las
democracias. ¿Por qué tantas prisas?
No existe una mayoría de votos que avalen esta llamada desconexión
democrática. Hay que reconocer que la capacidad de acuñar palabras y
conceptos nuevos para significar cosas muy viejas es colosal en el
proceso soberanista. Es una propuesta de ruptura con el Estado que, de
aprobarse con el texto admitido por la mesa del Parlament, equivaldría a
una declaración unilateral de independencia (DUI). (...)
Entre la astucia de Artur Mas y las soluciones imaginativas del
conseller Homs nos encontramos con el palo seco de la ley. La política
catalana, en todo caso, es irreconocible en comparación a cómo la
encontró Artur Mas al ganar las elecciones del 2010. Una trituradora ha
destruido los viejos parámetros del catalanismo político y ha situado al
frente de instituciones como el Parlament a la señora Carme Forcadell,
que sin encomendarse a nadie cerró su discurso de toma de posesión con
un “visca la república catalana”.
Pero la parcialidad de la flamante presidenta del Parlament es una
anécdota al lado de la propuesta de resolución presentada ayer y que
pretende aprobarse en cuestión de días. Y todo ello está previsto
hacerlo de “forma pacífica con el Estado español”.
El documento insta al
futuro gobierno a cumplir exclusivamente aquellas normas emanadas del
Parlament. La ruptura jurídica con España, por lo tanto, va incluida en
el paquete. Un político veterano que tiene escaño en la cámara me decía
ayer con ironía y con pesar que en el camino hacia la independencia nos
podemos encontrar sin autonomía y sin autogobierno.
Ojalá se equivoque. A
no ser, añadía, que se esté preparando la salida heroica de Artur Mas
que ha sido el máximo responsable del callejón sin salida en el que nos
encontramos. Europa no se pondrá a nuestro lado y las grandes potencias
del mundo, por razones diversas, tampoco.
El conflicto institucional está servido y el choque parece
inevitable. La unidad en Catalunya no existe y será difícil reparar los
jarrones, la porcelana y la vajilla que pueden caerse a trozos. (...)
En el supuesto de una confrontación con el Estado, al margen de las
razones de unos y otros, Catalunya saldrá perjudicada. Entre otras cosas
porque actúa sin aliados, emocionalmente, y como si nada ni nadie
pudiera impedir una independencia unilateral.
Desearía equivocarme pero si el proceso pasa por la ruptura con
España y sin el apoyo de Europa entraremos en una larga marcha por el
desierto de la frustración y las luchas políticas internas que nos harán
más débiles." (Hacia la ruptura, de Lluís Foix en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 28/10/2015)
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